Cuando tenía todas las respuestas, me cambiaron las preguntas. Retos del profesorado universitario When I had all the answers, it changed the questions. Challenges of the university teacher |
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*Director de Posgrado de la Facultad de Cultura Física Profesor Titular Auxiliar Tiempo Completo, Universidad Central del Ecuador **Vicerrector del Colegio Municipal Fernández Madrid ***Rector del Colegio Municipal Fernández Madrid ****Docente Titular, Auxiliar Tiempo Completo de la Facultad de Cultura Física de la Universidad Central del Ecuador *****Docente Unidad Educativa J.M. Jijón Caamaño y Flores (Ecuador) |
PhD. Ángel Freddy Rodríguez Torres* Ab. José Patricio Avilez Miranda** M.Sc. Lucas Hugoberto Nicolalde Navarrete*** M.Sc. Valeria Deifilia Granda Encalada**** Lic. Mishell Romina Angulo Álvarez***** |
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Resumen En la actualidad la educación universitaria afronta diversos problemas que no pueden ser comprendidos desde una sola perspectiva, sino por lo contrario; deben ser vistos con toda su complejidad por la multiplicidad de los factores que intervienen en ella, siendo uno de los principales el profesorado. El objetivo es describir y analizar los fundamentos que sustentan el rol del profesorado universitario y su relación con la enseñanza, para lo cual se realizó una revisión bibliográfica sistemática. Donde el profesorado universitario modifique su práctica docente que favorezca una enseñanza eficaz donde: se seleccionen “buenos contenidos”, útiles y relevantes; emplee las TICs; cree un entorno para el aprendizaje crítico natural; organice y anime situaciones de aprendizaje; promueva en los estudiantes la creación de nuevos conocimientos a partir de la resolución de problemas; motive a sus estudiantes para que logren sus metas y satisfagan sus expectativas; fomente una educación basada en la indagación; implemente estrategias dialógicas reflexivas; diseñe y desarrolle contextos inclusivos que satisfagan las necesidades individuales de los estudiantes a lo largo de su proceso educativo; la evaluación sea concebida como un proceso de reflexión que permita conocer el progreso de los estudiantes y sea un coach académico para trabajar con los profesores y estudiantes universitarios. Palabras clave: Docente universitario. Educación universitaria. Aprendizaje.
Abstract Keywords: University teacher. University education. Learning.
Recepción: 06/01/2017 - Aceptación: 18/03/2017
1ª Revisión: 20/02/2017 - 2ª Revisión: 10/03/2017
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Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital. Buenos Aires, Año 21, Nº 226, Marzo de 2017. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
La educación superior enfrenta retos en la formación de profesionales capaces de generar y conducir cambios en la sociedad, además de incidir de manera contundente, permanente y eficaz en todos sus ámbitos (Barrón, 2009). La universidad tiene que enfrentarse a distintos desafíos: la complejidad, la nueva forma de pensar y también la transdisciplinariedad y la interdisciplinariedad, por lo que debe ser capaz de adaptarse para la preparación de seres humanos cultos y lucidos que puedan interpretar la realidad, de prever nuevas vías, de contribuir a la creación de nuevos modelos que contribuyan en la solución de problemas y de integrar la incertidumbre en la racionalidad (López, 2004).
En el contexto de la sociedad de la información y los acelerados cambios que se han dado en las formas de producción, relaciones de trabajo, ciencia, tecnología, modos de crear y difundir la cultura, la cantidad excesiva de información, las nuevas formas de aprendizaje de los estudiantes, las propuestas educativas implementadas por las instituciones de educación superior; se ha vuelto una exigencia necesaria contar con un profesorado universitario preparado ante estos retos (Da Silva y Tejada, 2016; Vezub & Alliaud, 2012). Donde el profesorado fomente: el pensamiento crítico, la creatividad, la reflexión, la iniciativa, la resolución de problemas, la participación, la toma de decisiones, la curiosidad, la búsqueda de la verdad y a evitar el error, estar abierto a su medio y respetuoso del otro, la investigación y el descubrimiento, el aprender a aprender en contextos de cambio permanente y veloces, en sus estudiantes asegurando oportunidades de aprendizaje para todos, a lo largo de la vida (Cebrián & Junyent, 2014; Rodríguez & Altamirano, 2016; López, 2004).
La universidad actual siglo exige la adopción de nuevos roles, no solo para el profesorado como formador, sino también para el estudiante en tanto sujeto activo y la razón de ser del proceso educativo. Estas exigencias son el resultado de un nuevo contexto sociocultural y económico, científico y tecnológico (Moscoso & Hernández, 2015). Pero estos cambios que se generan en la actualidad son rápidos y complejos que demandan docentes que enfrenten estos desafíos:
Aprender cómo aprender y cómo investigar sintetizando, asimilando y generando contenidos fuera de la propia especialidad, así como presentando soluciones creativas dentro de situaciones ambiguas y complejas.
Aprender a cooperar, escuchar, debatir, dialogar y contrastar con perspectivas diferentes e incluso discrepantes (Soto & Pérez, 2015, p. 18).
Por tal motivo, el objetivo de la investigación es describir y analizar los fundamentos que sustentan el rol del profesorado universitario y su relación con la enseñanza, para lo cual se realizó una revisión bibliográfica sistemática.
Método
En la realización de este trabajo, se han tenido en cuenta algunas consideraciones planteadas por Sánchez & Botella (2010), aplicables a las revisiones. En este sentido, se pretende responder a la pregunta cuáles son los problemas que enfrentan el profesorado universitario y cómo influye en su desempeño profesional. Para tal fin, se realizó una búsqueda de estudios atendiendo al siguiente criterio de selección del material: trabajos que hacen referencia al profesorado universitario y la problemática que enfrenta. Una vez establecido el criterio de selección de los estudios, se llevó a cabo el proceso de búsqueda de los mismos.
Se realizó una exhaustiva revisión de literatura científica de 71 fuentes bibliográficas, los materiales utilizados fueron artículos de investigación, artículos teóricos, libros y tesis doctorales durante el periodo de 2000-2016. Los buscadores utilizados para la revisión fueron ISOC (Ciencias Sociales y Humanidades), Redalyc, Dialnet y Google Académico con las siguientes palabras claves: profesorado universitario, competencias del profesorado universitario, problemas del profesorado universitario.
A partir de la literatura científica analizada se ha realizado una revisión interpretativa de la información encontrada, distinguiendo entre estudios de investigación y trabajos teóricos. En relación con el análisis de la información, éste se ha llevado a cabo de forma inductiva, donde a medida que se estudiaba el material, fueron surgiendo distintos elementos y fundamentos en relación a los problemas que enfrenta el profesorado universitario y su impacto en su gestión docente, los cuales con el fin de facilitar una mejor comprensión y exposición fueron divididos atendiendo a una doble visión: desde la óptica de la teoría y desde la perspectiva de la persona que enseña (profesor universitario) problemas que enfrenta y propuestas de mejora (Abad et al. 2013; Sánchez, 2010).
Desarrollo
Los cambios que debe considerar la educación universitaria
En la actualidad para enfrentar los cambios que se han dado en la sociedad la universidad debe implementar cambios importantes en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, puesto que ya no es suficiente que éstos adquieran los conocimientos propios del título que cursan a partir de las enseñanzas del docente, sino que también deben lograr los resultados de aprendizaje propios de su titulación y aprender a tomar decisiones individuales o en grupo sobre su aplicación de lo aprendido en las situaciones lo más cercanas a su práctica profesional (Torra et al., 2012). Por lo tanto, la educación “habría de enseñar estrategias que le permitan enfrentar los riesgos, lo inesperado y lo incierto, y modificar su desarrollo en virtud de informaciones adquiridas en el camino” (Morin, 2015, p. 38); y dar respuesta a los desafíos del XXI, que es formar seres humanos con ciencia y con conciencia, desarrollador de una cultura del ser, capaz de enfrentar los problemas que se dan en la sociedad y plantear soluciones creativas (Pupo, 2007).
La tendencia mundial en la universidad se basa en productos y el trabajo interdisciplinario, transdisciplinario y holístico, centrado en el aprendizaje activo, contextualizado, transferible y autónomo, con prácticas pedagógicas inclusivas y transformadoras, que consideren vínculos con las dimensiones de la vida, maximicen el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), e incluyan temas relevantes de la sociedad global, interconectada, digital y dinámica (UNESCO, 2017; Márquez et al., 2016).
En la era de la información y de la incertidumbre requiere ciudadanos capaces de entender la complejidad de situaciones y adaptarse creativamente a la velocidad del cambio y a la incertidumbre que le acompaña (Pérez, 2010).
Larrea (2015) propone que los nuevos modelos académicos de la educación superior deben considerar los cambios:
Que se operan en los horizontes epistemológicos del conocimiento, las nuevas tendencias de la educación superior a nivel latinoamericano y mundial, las reformas académicas, normativas, perspectivas y planes de desarrollo, visiones y necesidades de los actores y sectores, si queremos hacer de las IES instituciones pertinentes y de calidad (p. 2).
Las instituciones de educación superior enseñan conocimientos, pero no la naturaleza de estos, que lleva en sí misma el riesgo del error y de la ilusión, porque todo conocimiento, inicia por el conocimiento perceptivo y hasta el conocimiento por palabras, ideas, teorías, creencias; es a la vez una traducción y una reconstrucción de lo real. Esto ha conducido a la obtención de especialistas eminentes cuyo pensamiento está muy compartimentado, donde carecen de una praxis, reflexión y acción para transformar al mundo; por tal razón debe concebirse una institución en la que se vinculen el desarrollo teórico y práctico (Freire, 2008; Morín, 2016). La fragmentación de la realidad, ha generado la compartimentación de los saberes y de la incapacidad para articularlos entre sí y, por otra parte, a partir de la consideración de que la aptitud para contextualizar e integrar es una cualidad fundamental del pensamiento humano y hay que desarrollarlo antes que atrofiar (Morin, 2002, p. 16). Los nuevos conocimientos que nos hacen descubrir, no tienen ningún sentido mientras estén separados los unos de los otros (Morin, 2010).
El reto del profesorado es plantear oportunidades de aprendizaje
En la actualidad se requiere una población con altos niveles de competencias y habilidades cognitivas, esto supone nuevos y enormes retos a la Formación Superior, respecto de la funcionalidad de aquello que se imparte, su orientación, la diversidad de sus posibilidades de concreción, la cantidad y la calidad de sus contenidos y currículos, sus costes y tiempos disponibles, y, de modo especial, el tipo de aprendizajes resultantes y su calidad percibida (Rué, 2013).
Uno de los retos del profesorado es reformar su enseñanza en la universidad, pasar de una educación, “donde el educador es siempre quien sabe y el educando, el que no sabe” (Freire, 2008, p. 18). Ir más allá de la clase magistral a uno guiado por las necesidades de aprendizaje de los alumnos, donde se propicie la reflexión y participación, combina el estudio individual del estudiante con el trabajo de discusión con el profesor y con el grupo. Por lo tanto los maestros deben propender que los estudiantes adquieran un conocimiento más profundo de un tema determinado, no sólo memorizar hechos y cifras (Tecnológico de Monterrey, 2014; UNESCO, 2016a; Rodríguez & Naranjo, 2016; Biggs, 2008; Bolaños, 2016; Rodríguez & Altamirano, 2016). Sino por lo contrario sea un agente dialogizador, facilitador, mediador, investigador, es decir un aprendiz permanente, con capacidad de cuestionarse, de aprender y saber más de su quehacer, en un aprender a aprender, aprender a enseñar, aprender a investigar y aprender a desaprender (González, 2009).
El rol del docente debe ser, mediador del aprendizaje, que promueva una enseñanza auténtica donde las actividades instruccionales y de evaluación, sean secuenciadas y conectadas en el tiempo, planteando a los estudiantes problemas y conflictos a resolver cuyas condiciones contextuales (recursos y limitaciones, exigencia cognitiva, presión emocional, etc.), guarden una gran fidelidad con las condiciones contextuales que los estudiantes deberán afrontar en un futuro próximo, en calidad de profesionales por lo que debe ser: realista, relevante, constructivista y socializante (Monereo, Sánchez & Suñe, 2012); esto ofrece oportunidades de aprendizaje flexible, efectivo y de calidad a lo largo de la vida, en todos los contextos (UNESCO, 2016b). Y el estudiante resuelva situaciones ambiguas y poco claras, tal como se presentan en el ejercicio profesional y que requieren un conocimiento más allá de la capacidad de aplicación de reglas generales a situaciones particulares y aprenda haciendo a través de situaciones lo más cercanas a la realidad (Jarauta & Medina, 2009).
El profesoradouniversitario debe fomentar una educación activa, reflexiva y participativa, que combine el estudio individual del estudiante con el trabajo de discusión con el profesor y con el grupo. Y es el encargado de la progresión de la enseñanza que lleva a cabo, y en el empleo de la resolución de problemas y del conocimiento de resultados interrogativo (Abad, Benito, Giménez & Robles, 2013). Fundamentado en las necesidades de aprendizaje de los estudiantes ya que es el centro del aprendizaje, teniendo gran relevancia sus ideas previas y su motivación, donde los estudiantes generen aprendizajes significativos que contribuyan a enriquecer progresivamente sus esquemas de conocimientos y habilidades, pueda transferir lo aprendido a nuevas situaciones en la resolución de problemas y “desarrolle la capacidad para adquirir nuevos conocimientos, para buscar y crearse las condiciones para aprender en situaciones y contextos diversos a lo que se denomina la nueva ecología del aprendizaje” (Coll, 2013, p. 33).
Se debe provocar en los estudiantes un aprendizaje que sea útil, es decir, que tenga sentido para clarificar y afrontar los problemas básicos de la vida y para ampliar los horizontes de conocimientos, sensibilidades y afectos del aprendiz y envuelva e implica a toda la persona con sus conocimientos, habilidades, valores, actitudes, hábitos y emociones, posibilitándole su incorporación al mundo profesional y social de la vida adulta (Pérez, Soto, Sola & Serván, 2009a).
Para el Tecnológico de Monterrey (2016) el aprendizaje se potencia cuando:
La información se presenta a los estudiantes en una forma apropiada, tanto secuenciada como organizada (centrado en el conocimiento).
El contenido que se presenta hace referencia a los conocimientos previos y es relevante en la vida de los estudiantes (centrado en el estudiante).
Se crean oportunidades para la retroalimentación formativa de los estudiantes e instructores. Los estudiantes se benefician al comprobar su propia comprensión y los instructores al evaluar la eficacia de su enseñanza (centrado en la evaluación).
Se crea un ambiente que permite aprender de manera colaborativa (centrado en la comunidad) (p.7).
Los aprendizajes están dados en función de la multiplicidad de ambientes, contextos, dimensiones y condiciones. Son significativos, conectados, contextualizados, transitorios y epocales (Larrea, 2015, p. 18). En la educación, el conocimiento que merece la pena es el que puede utilizarse, para descubrir y crear nuevos horizontes o para resolver problemas y mejorar las condiciones de vida (Pérez, 2010). Por lo que, es necesario se promueva una “enseñanza integral en: cómo se aprende, aprendizaje permanente, flexibilidad en los métodos y el trabajo en equipo” (González, 2009, p. 23).
Para lograr lo antes mencionado, el profesorado universitario debe considerar algunas reflexiones que contribuya en la mejora de su gestión docente, las mismas que se describen a continuación:
El dominio del contenido que el docente posea y el grado de actualización disciplinaria que tiene a través de la investigación que alimenta su saber y su docencia (Monereo & Domínguez, 2014) y ayuden a los estudiantes a comprender la complejidad de situaciones del mundo contemporáneo y desenvolverse en ellas como profesionales y como personas, a través de procesos de indagación (Bain, 2007; Pérez, Soto, Sola & Serván, 2009b).
Actualicen los contenidos y seleccionen “buenos contenidos” que son los más importantes del ámbito disciplinar (Zabalza, 2003, p. 79); considerando los avances de que se dan en la sociedad, ciencia y tecnología como también los resultados de aprendizaje que son los que orientan y guían al actividad docente; se enseña mejor si se investiga (Monereo & Domínguez, 2014). Los contenidos a ser desarrollados deben ser útiles y relevantes para al estudiante en su formación integral que le posibilite resolver problemas en su vida personal y profesional.
Facilitar el conocimiento teórico al estudiante con apoyo de las nuevas tecnologías, emplear los recursos, herramientas y oportunidades para aprender disponibles en la red (recursos, prácticas educativas abiertas, cursos MOCC) (Coll, 2013).
Crear un entorno para el aprendizaje crítico natural donde los estudiantes puedan tener control de su propio aprendizaje y que aprendan en el proceso con mayor profundidad y los contenidos sean inspiradores y se emplee una variedad de actividades con los estudiantes, donde se enfrenten a problemas importantes e intrigantes, a través de tareas auténticas (Bain, 2007; Zabalza, 2009; Rodríguez, 2015), y puedan pensar flexiblemente con lo que conocen y puedan transferir lo aprendido en situaciones nuevas (Vázquez & Ángulo, 2010).
Para que se produzca un aprendizaje es necesario considerar los contextos o nichos de aprendizaje por las que transitan los estudiantes; las actividades que en ellos desarrollan y en las que participan; el uso que hacen de los recursos y las oportunidades para aprender que ofrecen, las personas con las que se relacionan e interactúa, y con las que y de las que aprenden; los intereses que generan y los aprendizajes que alcanzan. Como también, la existencia de contextos ajenos a las instituciones de educación superior que ofrecen oportunidades, recursos y herramientas para aprender, y que tienen una influencia creciente sobre los procesos de formación y de desarrollo de las personas (Coll, 2013).
Despertar el interés del estudiante por aprender por sí mismo, por medio de tareas contextualizadas ayuden a los estudiantes a comparar y contrastar contextos y señalar similitudes contextuales que dan relevancia a la transferencia, que vinculen lo aprendido a situaciones cotidianas y obtengan pautas de acción para generalizar y transferir a distintos contextos y constituyan en sí mismas, ejemplos prácticos de significado y funcionalidad de aquello sobre lo que se esté trabajando, “donde reflexione en la actuación y reflexione sobre la actuación”. La transferencia o generalización de los conocimientos del estudiante no es espontánea ni automática. Sino por lo contrario, la capacidad de los estudiantes que tienen para integrar, generalizar y transferir lo aprendido a nuevas situaciones o lugares de trabajo y de esta forma devolverle el interés al saber y darle sentido real y coherente, es un indicador clave de la calidad del aprendizaje, de su profundidad, adaptabilidad y flexibilidad (Mora, 2009a; APA, 2015; Morin, 2011; Morin, 2002; Morin, 2001; López, 2004).
Estar abiertos y activos para ampliar la mirada y buscar no sólo el conocimiento de hechos o teorías (saber declarativo), sino también la operatividad y utilidad del mismo (saber hacer, saber expresar y saber comunicar), pero sobre todo el sentido que tienen dichos saberes para el desarrollo del propio proyecto personal y profesional (querer saber y querer hacer conforme a valores y sentimientos, querer seguir aprendiendo, mejorando, innovando, recreando) (Pérez, Soto, Sola & Serván, 2009a).
Promueva en los estudiantes la creación de nuevos conocimientos a partir de la resolución de problemas y aprendan por sí mismos y apliquen sus conocimientos en nuevas situaciones (Wagner, 2013; Rodríguez, 2015). Lo importante es aprender haciendo, aprender a pensar, fomentar el trabajo cooperativo, creativo y autónomo que contribuya a aprender de manera comprensiva (Murillo, Martínez & Hernández, 2011).
Organizar y animar situaciones de aprendizaje (Perrenoud, 2007), a través de un conjunto de acciones mediadoras donde el estudiante construya los conocimientos apropiándose de contenidos y de estrategias para operar con ellos, con el fin de aplicarlos y transferirlos a diversas situaciones (Murillo, Martínez & Hernández, 2011).
Comunicarse de manera clara y comprensible para despertar el interés, facilitar la retroalimentación sobre algún tópico en especial y crean un clima adecuado para el aprendizaje. Las interrelaciones que existen entre el docente y el estudiante influyen en la comunicación entre ambos (Rodríguez, 2015; Rodríguez & Altamirano, 2016). Las habilidades comunicativas son vistas como esenciales, sobre todo a la hora de contactar apropiadamente con la comprensión y el nivel de conocimientos previos alcanzados por sus estudiantes. Es por ello que el docente debe ser claro, ameno, motivador, empático y respetuoso, para que su mensaje no introduzca «ruidos», ambigüedades, ni encuentre oposición en la mente de los que escuchan (Monereo & Domínguez, 2014, p. 100).
Motivarlos para que logren sus metas y satisfagan sus expectativas en lo académico, “sin motivación no hay aprendizaje” (Pozo, Mateos & Pérez, 2006, p. 90).Un docente preocupado por sus estudiantes y motivado por sus progresos en el aprendizaje (Monereo & Domínguez, 2014).
Fomentar la educación basada en la indagación ofrece la oportunidad de interesar a los estudiantes en la indagación científica, desarrollando un pensamiento crítico, que discriminar la ciencia de la pseudociencia, aumentar la conciencia de la importancia de la investigación básica y humanizar la imagen de los científicos (National Institute of General Medical Sciences, 2005). “La indagación conduce a los estudiantes hacia la modificación de su forma de pensar, transformándole más científica” (Espinosa, Garritz, Labastida & Padilla, 2010, p. 196). Por lo tanto, la indagación sebe ser una práctica cotidiana en su formación y genere aprendizajes significativos en lo social, político, práctico, metódico, cognitivo y contribuya a tener una mejor comprensión científica y hacen que el pensamiento científico sea un proceso de toda la vida, los estudiantes consolidan su aprendizaje cuando transfieren sus conocimientos a nuevos contextos (Mora, 2009b; Van den Broek, G., 2012; Rodríguez & Naranjo, 2016).
Implementar estrategias dialógicas reflexivas, que tengan relación directa con la lógica de la profesión y el uso de complejidad mental en formas especiales de analizar la realidad, favorecerán que los estudiantes en formación reflexionen ya en su práctica profesional, donde se privilegia el diálogo y la generación de nuevas ideas (González, 2009). La planificación y la puesta en marcha de estrategias de atención a la diversidad orientados a conseguir los aprendizajes imprescindibles que le posibiliten insertarse de manera adecuada a su ejercicio profesional (Coll, 2013). Como también, “estrategias que permitan enfrentar los riesgos, lo inesperado y lo incierto y modificar su desarrollo en virtud de informaciones adquiridas en el camino” (Morin, 2015, p. 38).
A continuación en la siguiente tabla, se propone varias metodologías de enseñanza, que posibiliten a los estudiantes logren aprendizajes profundos y significativos,, debido a que ningún método de enseñanza concreto es eficaz y adecuado para cualquier objetivo de aprendizaje, en cualquier contexto y para cualquier ámbito del conocimiento (Rodríguez, 2012).
Tabla 1. Metodologías de enseñanza
Metodologías de enseñanza |
Descripción |
Aprendizaje Basado en Investigación |
Es un concepto multifacético que se refiere a una variedad de estrategias de aprendizaje y enseñanza que vinculan la investigación y la enseñanza. Esto ayuda los estudiantes a internalizar y practicar conductas y métodos de investigación, desarrollar competencias que le posibiliten realizar una investigación creativa en el mundo del conocimiento, donde se emplean métodos de enseñanza y aprendizaje basados en el proceso de investigación, aprende a utilizar las herramientas de la investigación, a desarrollarse en un contexto investigativo y lidiar con la incertidumbre, la independencia, el trabajo en equipo y las habilidades de organización (Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (s/f); Griffith University (s/f). |
Aprendizaje basado en problemas |
Es una experiencia pedagógica organizada para investigar y resolver problemas que se presentan en el mundo real, la cual fomenta el aprendizaje activo y la integración del aprendizaje escolar con la vida real, en el cual los estudiantes desarrollen la capacidad de gestionar su propio aprendizaje como también actitudes y valores (Díaz, 2006; Fundación Telefónica, 2014; Rodríguez, 2012; Rodríguez &Naranjo, 2016). |
Aprendizaje orientado a Proyectos |
Se privilegia el aprendizaje experiencial y reflexivo en el que tiene importancia el proceso de investigador alrededor de un tópico, con la finalidad de encaminar a los estudiantes a situaciones que los lleven a comprender y aplicar lo aprendido para resolver problemas. Para la realización de proyectos se necesita integrar los saberes de las diferentes disciplinas, superando así el aprendizaje fragmentario. La realización de un proyecto puede considerar: idea, diseño, planificación, desarrollo y evaluación del proyecto (Pérez, 2009). |
Aprendizaje basado en retos |
Los estudiantes enfrentan a una situación problemática relevante y abierta, para la cual se demanda una solución real que resulte en una acción concreta, trabajan de manera colaborativa con maestros y expertos en sus comunidades, en problemáticas reales, para desarrollar un conocimiento más profundo de los temas que están estudiando. Es el propio reto lo que detona la obtención de nuevo conocimiento y los recursos o herramientas necesarios. Donde analizan, diseñan, desarrollan y ejecutan la mejor solución para abordar el reto en una manera que ellos y otras personas pueden verlo y medirlo (Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, 2016). |
Aprendizaje y servicio |
Es una propuesta educativa que da respuesta a necesidades reales de la sociedad articulada al currículo a través de prácticas pedagógicas y sociales que se apoyan en la reciprocidad, en la adquisición de conocimientos y competencias para la vida, en una pedagogía activa y reflexiva, fomentando el trabajo en red con la comunidad que permita colaborar con otras instituciones y entidades sociales y ofrecer al estudiantado posibilidades de servicio solidario efectivo, promoviendo una educación en valores a través de su práctica y el desarrollo de actividades con sentido e impacto formativo y transformador, favoreciendo el compromiso cívico y usar el conocimiento como una herramienta de la mejora de la calidad de vida; (García & Cotrina, 2015; Francisco & Moliner, 2010; Tapia, 2006). |
Aprendizaje invertido |
Este se desarrolla en un ambiente interactivo donde el profesor guía a los estudiantes mientras aplican los conceptos y se involucran en su aprendizaje de manera activa dentro del salón de clases. Implica un cambio hacia una cultura de aprendizaje centrada en el estudiante (Tecnológico de Monterrey, 2014). |
Estudio de caso |
Es un análisis intensivo y completo de un hecho, problema o suceso real con la finalidad de comprenderlo, resolverlo, generar hipótesis, contrastar datos, extraer conclusiones, reflexionar y entrenarse en los posibles procedimientos alternativos de solución para la toma de decisiones (Zabala & Arnau, 2014). |
Elaborado por los Autores
La evaluación se la conciba como un proceso de reflexión donde permita conocer el progreso de los estudiantes y una oportunidad para mejorar y aprender a través de la retroalimentación oportuna en temas que tienen dificultad e implementar acciones para mejorar la comprensión de los estudiantes. Por lo que se debe considerar que todos los alumnos aprenden siempre, aprenden más con mejores oportunidades de aprendizaje y los aprendizajes significativos son para toda la vida (Hoffman, 2010; Talanquer, 2015).
Sea un coach académico para trabajar con los profesores universitarios, ayudándolos a involucrarse en proyectos o cambios específicos, a revigorizar su práctica y construir unas relaciones de enseñanza, entre compañeros (Wisker et al., 2012, p. 33). Que reflexione sobre su práctica docente y mejore su gestión en el aula (Bain, 2007; Rodríguez, 2015; Rodríguez & Altamirano, 2016);y los estudiantes desarrollen la capacidad para cambiar las formas pensar situándose fuera de ellas, la flexibilidad para cambiar los modos de aprender y saber sobre el saber, para poder decidir que es conveniente saber (Gimeno, 2010).
Diseñe y desarrolle contextos inclusivos que satisfagan las necesidades individuales de los estudiantes a lo largo de su proceso educativo, ya que quien aprende no es grupo sino cada sujeto y cada uno de ellos a su manera (Fernández, 2012; Fernández, 2011). Es una muy buena oportunidad para movilizar la búsqueda de ayuda y propiciar un trabajo colaborativo de reflexión y exploración de nuevas estrategias más inclusivas. (Valdés & Monereo, 2012). Por lo que, es necesario “recomendar la pluralidad y flexibilidad didáctica, para atender la diversidad de personas, situaciones y ámbitos del conocimiento a que existen y “tienen una pasión por ayudar a aprender” (Pérez, 2012, p. 291).
Conclusiones
La educación superior debe preparar a los estudiantes para un aprendizaje a largo de su vida, y enfrente los desafíos que se dan en la sociedad local y global; esto se logra creando ambientes y situaciones lo más cercanas a la realidad a través del planteamiento de problemas reales que enfrentará en su ejercicio profesional, donde la indagación es un espacio para la reflexión y la construcción de aprendizajes profundos y duraderos, y tenga la capacidad de transferir lo aprendido a nuevos contextos o situaciones.
Para lograr una educación de calidad, es necesario transformar el corazón de la educación “el trabajo en aula”, donde el profesorado es el responsable de propiciar una comunidad de aprendizaje a través de metodologías que favorezcan actividades situadas, auténticas e intrigantes, considerando el contexto, el todo y las partes, esto permite una mejor comprensión holística de los problemas que se presentan en la vida y los estudiantes proponen soluciones creativas e innovadoras, por lo cual evaluación debe ser un espacio para reflexionar sobre su aprendizaje y que aspectos debe mejorar.
Es necesario que el profesorado domine su disciplina y pueda seleccionar los contenidos pertinentes y útiles, que motive a sus estudiantes a lograr sus metas y satisfacer necesidades y tenga altas expectativas de los mismos. Donde la comunicación de manera clara y comprensible despierte el interés y crea un clima adecuado para el aprendizaje.
El profesorado que debe ser un indagador permanente que reflexione sobre práctica docente y proponga mejoras a su docencia.
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EFDeportes.com, Revista
Digital · Año 21 · N° 226 | Buenos Aires,
Marzo de 2017 |