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La memoria histórica en la formación de la identidad deportiva en lanzadores de béisbol

The historical memory in forming identity in sport baseball pitchers

 

*Licenciado en Historia y Ciencias Sociales. Licenciado en Estudios Socioculturales

Máster en Ciencias de la Educación. Máster en Desarrollo Cultural Comunitario

Máster en Deportes de Combate y Doctor en Ciencias Históricas. Profesor Titular

del Centro de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Las Tunas

**Licenciado en Ciencias de la Cultura Física y el Deporte

Profesor de Cultura Física del municipio Colombia, Inder, Las Tunas

José Guillermo Montero Quesada*

José Arián Suárez Rodríguez**

guillermonteroq@gmail.com

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          La memoria histórica e identidad deportiva constituye un conocimiento esencial en la formación humanista de los atletas, aun cuando se desestime por directivos y entrenadores. En el artículo, se sintetizan algunas ideas de la investigación acerca de este tema, concretado en los lanzadores de béisbol de Las Tunas, Cuba. Se logra un acercamiento teórico vinculado a la historia y memoria histórica que sirve de fundamento para la comprensión y formación de la identidad deportiva en los lanzadores de la Escuela de Iniciación Deportiva de Las Tunas en correspondencia con las exigencias urgentes planteadas en el Programa director para el reforzamiento del sistema deportivo cubano.

          Palabras clave: Memoria histórica. Deporte. Lanzadores de béisbol. Identidad deportiva.

 

Abstract

          The historical memory and athletic identity is an essential knowledge humanist education of athletes, even when dismissed by managers and coaches. In the article, some ideas of research on this issue, embodied in baseball pitchers Tunas, Cuba are synthesized. A theoretical approach linked to the history and historical memory that serves as a foundation for understanding and training of sports identity throwers School Sports Initiation of Las Tunas in correspondence with the urgent demands raised in the Director Programme is achieved strengthening the Cuban sports system.

          Keywords: Historical memory. Sport. Baseball pitchers. Sporty identity.

 

Recepción: 07/05/2016 - Aceptación: 14/01/2017

 

1ª Revisión: 28/12/2016 - 2ª Revisión: 10/01/2017

 

 
Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital. Buenos Aires, Año 21, Nº 224, Enero de 2017. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El béisbol contemporáneo, caracterizado por el dominio de una potencia hegemónica, impone la búsqueda de alternativas que favorezcan la formación de la identidad deportiva de los atletas cubanos de este deporte. Esta particularidad de la identidad, sustentada en la memoria histórica se convierte en objeto de en diversas comunidades científicas, coincidiéndose en el principio de que la memoria y la identidad existen ligadas, de ahí que todo lo que amenaza la memoria “provoque pánico” (Todorov, 1995: 112). La historia tiene características de la memoria y esta, bajo determinadas circunstancias se convierte en objeto de la historia. Ambas se complementan confiriéndole legitimidad a la información. Al respecto, Joel Candau considera que “memoria e historia son complementarias y el peligro estaría en sacarle la memoria a la historia del mismo modo que es posible sacarle el encanto al mundo” (Candau, 2002: 57- 59), por esta razón la historia no debe ignorar ni la memoria, ni la historia oral.

José Guillermo Montero Quesada y José Arián Suárez Rodríguez

    La identidad deportiva en el béisbol cubano, sustentada en atributos de la historia del deporte local y nacional, puede tratarse en planos individuales, ejemplo de ello son los lanzadores, con el objetivo de establecer vínculos en los nuevos contextos y patrones de formación deportiva que puedan favorecer su preparación integral y calidad mostrada en eventos competitivos. Para lograrlo es necesario recurrir al proceso histórico de este deporte y la memoria histórica como herramienta que posibilite, tal como dijera Schank (1995) la modificación en cada nueva experiencia de los esquema de organización; en este sentido, posibilitaría el desentrañamiento de aciertos y desaciertos para un análisis académico de las problemáticas contemporáneas.

    La evolución de los lanzadores en el tiempo es expresión del progreso continuo de la ciencia y la técnica y de las numerosas experiencias de quienes han practicado y practican béisbol, sistematizadas en la literatura especializada, pero la práctica deportiva demuestra que debe acelerarse la dinámica de la innovación, en correspondencia con las nuevas exigencias. Son muchas las aristas ávidas de estudio, pero solo se enfatizará en el conocimiento obtenido a partir de la memoria histórica, como saber acumulativo puro que a decir de Ruiz (2007: 30), no debe estar contaminado por las prácticas sociales y políticas del momento, superpuesto a las variables circunstancias de cada presente; de este modo, es un complemento indispensable para perfeccionar dos componentes esenciales del hecho deportivo: el arte del picheo y la formación humanista de los lanzadores.

    Un problema actual en la formación de los atletas de béisbol que se preparan en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) de Las Tunas, especialmente los lanzadores, es la carencia de suficientes tecnologías para la formación de la identidad deportiva. Es necesario recurrir a la historia y memoria histórica y su uso en la solución de la problemática identitaria que afecta la calidad del picheo. Dicha problemática no es nueva, existe desde los orígenes del béisbol en el mundo y no siempre han existido las habilidades para identificarlos ni disponibilidad de recursos teóricos para su análisis.

    Las nuevas dinámicas del desarrollo deportivo exigen soluciones nuevas a problemas viejos, recurriéndose al legado histórico en sus dimensiones temporales pasado, presente y futuro, contextualizados en los ámbitos internacional, nacional, regional, local e institucional. Desde estas dimensiones, pensar en alternativas que refuercen la identidad deportiva de los lanzadores, sin desestimar sus aspiraciones y necesidades materiales y espirituales en las nuevas circunstancias.

    Son valiosos los estudios desarrollados en Cuba por el otrora Centro de Estudios de Deporte y Cultura, hoy integrado al Centro de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Las Tunas (CEPUT), que tratan acerca del hecho deportivo y la identidad deportiva. Se ha investigado en la historia del béisbol en la dimensión local, pero no se particulariza en una figura o posición del juego como es el caso de los lanzadores, ni en los referentes teóricos identitarios y situaciones vinculadas a la historia y memoria histórica que favorezca el tratamiento de las disímiles problemáticas relacionadas con los lanzadores.

    En el proceso de entrenamiento y otras actividades relacionadas con los lanzadores se desaprovechan las potencialidades identitarias contenidas en la historia del picheo mundial, nacional y local para influir en el comportamiento de los atletas. Al respecto se identifica como problema científico: ¿Cuáles son los conocimientos teórico – práctico, desde el punto de vista histórico y cultural, que pueden aplicarse para influir en la identidad deportiva de los atletas que se entrenan como lanzadores de béisbol en la EIDE de Las Tunas?. La importancia y actualidad del tema llevaron a plantear el siguiente objetivo: realizar un estudio sobre los conocimientos teórico – práctico, desde el punto de vista histórico y cultural, que puedan ser aplicados para influir en la identidad deportiva de dichos atletas.

La memoria histórica como componente de la identidad deportiva en lanzadores de beisbol

    Los primeros acercamientos relacionados con la identidad deportiva en Cuba corresponden a las investigaciones patrocinadas por el otrora Centro de Estudios de Deporte y Cultura de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte de Las Tunas, Cuba (CENDECUL) de 1907 a 1914, para lo cual se realizó una revisión bibliográfica acerca de las aproximaciones al contenido del concepto identidad en sus diversas dimensiones, teniéndose en cuanta como criterio de selección, el nivel de generalidad y elaboración desde las perspectivas de la identidad nacional y cultural. Es así que se recurre a los presupuestos teóricos planteados por autores como: Ubieta Gómez (1993), De La Torre (2001), Veloz Maggiolo (1993), Montero (1993) y Smith (1997). Los primeros acercamientos fueron publicados en Montero (2013 y 2013a) y Silva (2013).

    A partir del análisis epistemológico se define como identidad deportiva a uno de los atributos de las colectividades humanas que se expresado a través de las representaciones sociales centradas en la actividad deportiva, modelada por la conciencia de mismidad, que entraña integridad, diferencias que se presuponen y sentido de pertenencia hacia el deporte, grupos de atletas, practicantes y otros componentes personales que confluyen, de modo constante, en espacios afines. Implica confrontación de necesidades, experiencias, valores, creencias, actitudes, aspiraciones, costumbres, educación e instrucción, significados, y otros factores, relacionados con cualquier dimensión del hecho deportivo. (Montero, 2013)

    La memoria histórica ha sido tratada por disímiles autores, además de los ya referenciados, sirvieron de referentes teóricos: Merleau-Ponty (1945), Finley (1981), Ribes y López (1985), Schank (1995), Todorov (1995), Ramírez (1999), Martínez (2001), Candau (2002), Aróstegui (2004), Ramírez y López (2005), Guillén (2006), Ruiz (2007), Lythgoe (2007), Macías (2014) y Negret (2016).

    Uno de los componentes de la identidad deportiva es la identidad histórica resultante de la conservación de atributos del hecho deportivo que trascienden mediante la memoria histórica colectiva. El historiador Torres-Cueva (2006), diferencia la historia y la memoria histórica colectiva, sin desestimar sus vínculos. Desde su visión, corresponde a la historia incorporar a la memoria el conocimiento nuevo sistematizado, lo ausente, lo desconocido sin recrear lo que se supone está en la memoria. Su definición de memoria histórica está centrada en las tradiciones, hábitos, costumbres, ideas y tendencias acumuladas por una cultura específica que posibilita expresar su contenido.

    La memoria histórica es prestada, aprendida, escrita, pragmática, larga y unificada, mientras que la colectiva es producida, vivida, oral, normativa, corta y plural. (Halbwachs, citado por Candau, 2002: 57). Dicho así, la memoria histórica se asienta en una base documental, ajustada a normativas estructurales e intereses sociales, perdurable en el tiempo sin que se modifique o pierda; por el contrario, lo no histórico es el conocimiento no cotejado y sujeto a reglas y necesidades de quienes la escriben; aunque es posible la conversión de la memoria colectiva en histórica.

    Por su parte Macías (2014: 21) realiza una aproximación al término y los elementos que la conforman, su imbricación con la identidad, la historia y su importancia en la comprensión de comportamientos de los actores sociales en las comunidades. En este sentido considera que la memoria colectiva, memoria de grupo, es flujo de recuerdos, evocaciones, costumbres, hábitos, toda memoria es patrimonio compartido en tanto una parte de esta, se encuentra conformada por el cúmulo de experiencias no vividas sino asumidas a partir del conocimiento, es el soporte donde quedan las huellas del pasado, la información virtual y actualizable en forma de recuerdos.

    De los conceptos anteriores se infiere profundizar en la utilidad de la historia oral, no solo mediante relatos acerca de la experiencia individual y colectiva (Guillén 2006: 10), sino, desde una tradición oral ampliada con registros escritos y audiovisuales, entrevistas, testimonios, historias de vida, etcétera, sin que ello signifique desconocer los nexos con la historia como ciencia. La memoria colectiva asimila informaciones y resultados de la investigación histórica y ésta a su vez se nutre de recuerdos. La memoria histórica relacionada con el hecho deportivo, refleja la capacidad humana de conservar información de acontecimientos relevantes sustentada en los intereses e identidad deportiva de las diversas generaciones de atletas, en la perdurabilidad de las representaciones de contextos históricos, normas de juego, actitudes y conductas preexistentes; asimismo, de los sentidos de pertenencia.

    La memoria histórica respecto al hecho beisbolero es uno de los atributos del sostén de la nación cubana, especialmente de la identidad deportiva. Esta identidad es moldeada en correspondencia con las condiciones de cada región, localidad, barrio y espacios familiares. Es estos espacios ocurren encuentros con el pasado, que a decir de Merleau-Ponty (1945: 472) ocurren encuentros consigo mismo, recuerdos del momento y lugar, lo que se hizo y como se hizo, de las disposiciones afectivas en durante los acontecimientos, a estos criterios se le suman las nuevas valoraciones, reflexiones, imaginería popular y otros argumentos que hacen posible que los atributos identitarios trasciendan en el tiempo y no queden en el mero patrimonio histórico.

    Sobre la base de la memoria histórica pueden sistematizarse paradigmas, modelos y estilos de picheo. De este modo, la herencia histórica puede trascender, como parte de lo que Entralgo (1970: 93) denominó “dignidad intelectual”, consistente en la sumatoria de nuevos elementos, ajustes y reajustes a los nuevos contextos y exigencias técnico deportivas. En este sentido, muchas de las condicionantes del hecho deportivo beisbolero, muestran la aparición o cambios de estilos en el arte del picheo, por ejemplo: cambios tecnológicos en los medios deportivos, modificaciones circunstanciales del ambiente deportivo como: cambios climatológicos, interacciones de los componentes personales del mismo equipo durante el juego, estilos de bateo de los contrarios, cambios en el sistemas de juego y las características fisiológicas y morfológicas de los lanzadores, todo esto provoca actitudes y comportamientos reveladores de los intereses, intencionalidades y necesidades personales y de equipo.

    La memoria histórica en los lanzadores adquiere significación en la medida que se toma conciencia de la importancia de la experiencia acumulada en la humanidad y las posibilidades de cambio en la actuación, tal como afirmara Ribes y López, al referir la relevancia de los factores histórico-experienciales y su interacción funcional en el nivel extrasituacional (Ribes y López, 1985: 17-18), es así que suele conservarse lo trascendente y perfeccionarse los criterios valorativos, significados y connotaciones atribuidos al acto del picheo. Estos conocimientos acerca del significado y el actuar de los lanzadores en la historia deben sustentarse en la verdad histórica, aunque modificable a raíz de la aparición de nuevas evidencias, explicaciones, valoraciones y significados. En esa relación del pasado con el presente se descubren las regularidades y tendencias, mediante las cuales, esta figura o científicos sobre el tema, pueden visualizar el futuro y enfrentar las incertidumbres; de este modo puede transfigurarse la identidad deportiva que en palabras de Braslavsky (1993: p. 41) es la trama en la cual sujetos competentes pueden ir proyectándose conjuntamente a través de la construcción de ese futuro no preestablecido.

    El lugar de la personalidad en la historia, en este caso el reconocimiento social del lanzador de beisbol, a veces está cargado de una desmedida mistificación pública, como resultado del carácter subjetivo de la memoria individual, de ahí que sea necesario basarse en memorias como resultado del consenso y en el sondeo de los datos empíricos trascendentes, trabajar en la concientización del valor de las raíces deportivas, especialmente en la tradición oral como reservorios de huellas imperecederas en muchos lanzadores y encontrar en ellas la significación de los particularismos técnicos del picheo, a veces desestimados por la ciencia histórica.

    La memoria del hecho beisbolero, específicamente la del picheo, es el conjunto de experiencia individuales y colectivas, como resultado de la influencia de hechos privados, familiares y biológicos expresados en actos ceremoniales y rituales ocurridos en escenarios de aprendizaje y de espectáculos deportivos. Así ocurre un proceso de memoria compartida, mediante el cual los lanzadores intercambian conocimientos teóricos, metodológicos y factuales desde diversas perspectivas de análisis; de este modo, se estimula la construcción colectiva y se asimilan nuevos atributos de la identidad deportiva y cultura acerca del hecho deportivo en sentido general.

    En este tipo de intercambios existen recuerdos de reintegración, reproducción y reconocimiento. Desde la perspectiva identitaria, la reintegración supone la reconstrucción de evidencias y hechos reveladores de las identidades conexas al lanzador, sobre la base de estímulos parciales que sirven como recordatorios. La reproducción consiste en la narración o descripción activa del sujeto, sobre el acto del picheo, sin necesidad de muchos estímulos del entrevistador. El reconocimiento se refiere, en este caso, a la capacidad de los lanzadores de identificar la intencionalidad de lo que se le pregunta.

    Este análisis es solo un acercamiento teórico acerca de la memoria del hecho deportivo y de la identidad deportiva como fundamento para comprender su influencia en la evolución y cambios de las representaciones sociales de los sujetos, así como para introducir nuevos criterios que forman parte del complejo de identidades que confluyen en los lanzadores.

Vínculos del hecho depotivo con la formación de la identidad deportiva de los lanzadores de béisbol de la EIDE de Las Tunas

Panorama histórico acerca de los lanzadores del béisbol tunero

    La práctica del béisbol organizado en Las Tunas data de principios de la intervención norteamericana en 1898, en el espacio que ocupa el actual Parque Maceo donde los soldados estadounidenses practicaron este deporte. A partir de ese momento, se jugó de modo sistemático en varios terrenos. Según el historiador Luis Galano Torres, el estadio pionero de la actual capital provincial, fue la Glorieta San Carlos, construido por iniciativa del comerciante Gabriel Rodríguez, quedando lista a finales de la década del 20 del pasado siglo en terrenos de la finca La Concordia, propiedad del norteamericano Charles Milligan, quien donó el espacio para que se utilizara con esos fines.

    En este terreno se efectuaron muchos partidos importantes para el béisbol tunero y de localidades cercanas, incluido el choque decisivo en la nombrada Copa Aldana, popular torneo de la época, en el que se enfrentaron las novenas de Puerto Padre y Manatí. La Copa quedó en poder de la selección puertopadrense, porque su lanzador derecho, Eleodoro “Yoyo” Díaz, estrella por muchos años en la Liga de Color de Estados Unidos; superó a otro de los grandes lanzadores de la época, Alcibíades Palma. Este paradigmático lanzador, por su color, no pudo acceder a las Grandes Ligas de Estados Unidos.

    Hacia 1910 había varios equipos en el territorio, el más famoso era el nombrado Los Negros Viejos, por ser de los primeros en erigirse. Entre las figuras más prominentes de aquel legendario equipo, se recuerda a Beto Ramírez, Virgilio Agüero, Emilio Iglesias, los hermanos Machado, Manuel “Perete” Martínez, Silvino Carballo y Paco Reues.

    En la memoria de la pelota tunera, se registra el partido celebrado en ese propio estadio, entre la escuadra local y los equipos de los centrales Delicias (Antonio Guiteras) y Chaparra (Jesús Menéndez). Beto Ramírez, pítcher estrella de la localidad propinó lechada al silenciar a jugadores reconocidos de la época como el receptor conocido por Nerón, el inicialista Guito Echavarría, el antesalista Arango y los norteamericanos que se desempeñaban en la Liga de Color, Dixon y Lundy.

    El más destacado de los equipo de béisbol en Las Tunas durante la República burguesa desde mediados de la década del 30 hasta mediados de la década del 40 fue el que tenía su sede en el estadio Vidal, reparto Santo Domingo. En aquel conjunto, según Juan Emilio Batista (2013), hicieron época peloteros que después brillaron en el béisbol profesional cubano, como Cléveland “Chiflán” Clark, Manuel “Chino” Hidalgo, Manuel “Manolón” Ramírez y otros que nunca abandonaron el amateurismo: “Kike” Torres, Aquiles González, Augusto Licea, Armando Oms, Froilán “Lungo” Suárez y Juan Batista, con calidad suficiente para dar el salto a los circuitos rentados. Durante los años 50 del siglo pasado la fuerza del béisbol de Las Tunas siempre fue reconocida y de sus filas surgieron jugadores que alcanzaron resultados destacados en circuitos menores de Estados Unidos y tres vistieron uniformes de equipos de Grandes Ligas.

    Tras el triunfo revolucionario de 1959 y con el deporte como derecho del pueblo, creció la cultura física en Las Tunas, especialmente el béisbol, con figuras descollantes en las primeras series nacionales y a partir de la temporada 1977-78, cuando comenzó a participar como equipo. Los lanzadores de esta provincia que han integrado equipos Cuba a las grandes competiciones amateurs, incluidos Campeonatos Mundiales, Juegos Olímpicos, Panamericanos, Centroamericanos y del Caribe y Universiadas, son: Gregorio Pérez, Félix Núñez, Juan Carlos Pérez y José Miguel Báez. Félix Núñez fue líder en entradas lanzadas durante las justas de 1982-83 y 1984-85) y Juan Carlos Pérez, tres veces consecutivas mejor serpentinero en el departamento de los ponchados entre 1989 y 1992. José Miguel Báez resultó líder en lechadas en la lid de 1993-94). Eran hombres cuyas acciones repercutieron hasta el equipo nacional, pero no pasaban de ser la excepción de la regla en aquellos difíciles años. Son reconocidos como lanzadores de cero hits a Modesto Luis Johnson en 1997, José M. Báez en 1998 y Damichel González en 2005. En la campaña de 2011-12, con la llegada al puesto de dirección de Juan M. Gordo, un ex miembro de la selección en el pasado, el elenco representativo de Las Tunas logra volver a los Playoff y mostrar la mejor de sus actuaciones en todos los tiempos. Pero, el factor picheo siguió siendo el componente más vulnerable que impide el logro de un lugar cimero en el béisbol cubano.

Modelos de lanzadores que se han estudiado para perfeccionar esta práctica

    En el entrenamiento deportivo actual de los lanzadores, en el territorio tunero, puede ampliarse la toma de experiencias de cubanos destacados que han servido como modelos, como: Félix Núñez, Braudilio Vinent, Pedro Luis Lazo, Norge Luis Vera, Rogelio García, Osmani Romero, Julio Romero, Faustino Corrales y Omar Carrero. Estas personalidades del picheo cubano se han identificado por determinados estilos en este arte, ellos son portadores de un legado identitario que marcaron pautas en el desarrollo del picheo cubano. La literatura que contiene información acerca de estos jugadores está localizable en centros de información bibliotecológica. Al respecto se sugiere desarrollar actividades que propendan a la caracterización de estos peloteros, enfatizándose en los atributos identitarios que lo convierten en paradigmas del picheo cubano.

Acciones o actividades con glorias o figuras destacadas del pasado

    El contacto de figuras destacadas del beisbol en el territorio, con atletas en formación de este deporte, ha resultado importante experiencia para las jovenes generaciones, como resultado de la convocatoria realizada por el Inder y la Eide de Las Tunas. Estos espacios deben ser aprovechados para explicar y valorar las relaciones de la táctica, técnicas y habilidades del picheo con los atributos identificatorios de los atletas que posibilitan tomarlo, como afirmara Negret (2016: 6) “patrones conductuales para favorecer la calidad del proceso de formación profesional”, elevándose así la autoproyección, la apreención de “picardías de juego”, la actuación en momentos difíciles y conocer algunas de las características ideales de esta figura para resolver momentos críticos. Los encuentros con este tipo de figuras, puede provocar en los atletas cierta propensión a la imitación, a la aparición de nuevos propósitos y aspiraciones en la carrera deportiva.

La historia de los lanzadores en el hecho de narración y difusión mediante la Radio, la Televisión y la Prensa escrita

    El hecho de narración deportiva y acontecimientos relacionados con el beisbol mediante la Radio, la Televisión y la Prensa Escrita local, hece algunas referencias al hecho histórico deportivo, pero pudiera enfatizarse más en los numerosos acontecimientos históricos y de la memoria histórica relacionado con los lanzadores, de igual modo que en el argot técnico y otros elementos de la identidad deportiva que particularice sus características y funciones referidas a su actuación en el entrenamiento, el juego y la vida personal. Los que personofican la locusión en los medios radiofónicos y prensa plana, suplen espacios importantes de la comunicación del hecho social público más transcendente de la nación, ellos tienen la responzabilidad de emitir mensajes con la carga identitaria necesaria, desde el punto de vista lingüístico. Esta situación sugiere la capacitación del personal de la comunicación con el fín de instruirlos en el enfoque relacionado con la identidad deportiva en el beisbol.

Papel de la experiencia en el aprendizaje del picheo

    Es importante salvar a tiempo la experiencia acumulada de los lanzadores que han dejado un legado reconocido en la historia del beisbol, pues a decir de Candau (2002: 109) “la memoria de las técnicas es frágil, fugaz, y no va más allá de los cincuenta o sesenta años desde la interrupción de la práctica”, salvaguardarla es proteger patrones fidedignos que posibilitan la creación de nuevos liderazgos en la práctica del picheo. Las técnicas pueden ilustrarse a partir de actuaciones de lanzadores reconocidos, este tipo de representación visual puede ser moldeada mediante actos repetitivos de demostración y corrección durante el entrenamiento. En la interacción de lo conocido y el nuevo conocimiento moldeado por los que aprenden, aparecen atributos que van configurando nuevos estilos.

Papel de la familia en la formación de los lanzadores

    La familia y especialmente las deportivas, pueden desempeñar un rol fundamental en la formación de los lanzadores. La base formativa de algunos lanzadores está condicionada por la influencia de algún miembro de la familia que ha servido de inspiración en su carrera. Es por ello que la historia familiar o la memoria histórica de base familiar se registre como parte del legado histórico de la nación y pueda tener así una funcionalidad en el proceso de formación atlética.

Conclusión

    Los presupuestos teóricos relacionados con el hecho deportivo y la memoria histórica enfocados en la identidad deportiva de los lanzadores de beisbol, de igual modo que los conocimientos esenciales para la comprensión y perfeccionamiento de su modo de actuación deportiva, su desarrollo cultural y sentido de la vida, pueden constituir una guía para la enseñanza aprendizaje de los lanzadores y entrenadores de béisbol, especialmente la planificación de actividades con carácter didáctico que conduzcan a su formación identitaria.

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