Historia del deporte en España
y Colombia: Manuel Usano Martín
(1909-1987)

María Eugenia Martínez Gorroño
enol19@wanadoo.es
(España)

    Licenciada en Historia. Ha finalizado su tesis doctoral "El exilio español en Colombia a consecuencia de la guerra civil de 1936-1939: La aportación profesional que supuso para el país la acogida de los refugiados españoles" que ya ha sido presentada en el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid y que será defendida en un plazo breve. Profesora de Formación Profesional desde 1977.

     Resumen
    A mediados de la década de los treinta el Partido Liberal en el poder inició en Colombia una etapa de renovaciones e impulsos gubernamentales que pretendían la industrialización y modernización del país. Varios españoles exiliados como consecuencia de la caída de la II República fueron seleccionados y acogidos en Colombia, y ubicados generalmente en la enseñanza. Entre ellos Manuel Usano Martín, a quien el gobierno liberal encargó la organización y estructuración del Instituto de Educación Física dentro de la Escuela Normal Superior de Bogotá. Supuso la primera organización en el país que impartió títulos con rango superior y universitario a los profesores de Educación Física en Colombia. La labor de Manuel Usano para la educación y el deporte del país fue muy importante y de gran trascendencia. Por su especial contribución como Director Técnico de los V Juegos Centroamericanos y del Caribe se le otorgó la Medalla de Oro de la ciudad de Barranquilla en 1946.
    Palabras clave: Historia de la Educación Física. Historia del Deporte. Colombia. España. Manuel Usano Martín. Exiliados españoles en Colombia. Escuela Normal Superior de Bogotá.

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 21 - Mayo 2000

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He tenido la oportunidad de leer el artículo de D. Luis Felipe Contecha Carrillo, publicado en el número 17 de la revista "Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital", titulado "La Educación Física y el Deporte en Colombia. Una historia". Siendo que la historia de estas especialidades está aún escasamente tratada e investigada, y ofrece especiales dificultades para su investigación, pretendo con este trabajo contribuir, con datos que obran en mi poder como consecuencia de mis investigaciones históricas, a la historia de la Educación Física y el Deporte, tratando, en la medida de lo posible, de ofrecer información complementaria sobre un periodo de la historia abordado en el artículo citado de Contecha Carrillo.


    Los diferentes acontecimientos acaecidos en la Historia de la Educación Física y del Deporte deben ser comprendidos en la propia dinámica de cambios en la estructura, normas y valores sociales. Son por tanto, acontecimientos que se sitúan en un contexto histórico determinado que es preciso analizar en su conjunto para una mejor comprensión del tema.

    Cuando, en 1934, Alfonso López Pumarejo consiguió hacer llegar al poder al grupo liberal después de casi cincuenta años en la oposición, se inició para Colombia una etapa de cambios, que el mismo Presidente denominó como "Revolución en Marcha". Este grupo liberal pretendía emprender una reforma importante que iniciara la industrialización y modernización del país. Pero ante el importante reto que se marcaban sus mismos dirigentes manifestaban públicamente que el país carecía de los profesionales de alta cualificación que se estaban precisando para poner en marcha nuevas instituciones que confirieran impulso a la ciencia, la industria y la cultura de Colombia, y especialmente el propio presidente se lamentaba de la carencia de profesores.

    En su discurso de toma de posesión, Alfonso López Pumarejo hacía pública su preocupación por la carencia de personal docente, en estos términos:

"No tenemos verdaderos maestros en la enseñanza primaria y secundaria... El estado no se ocupa de dotar al país de instituciones que sepan lo que enseñan y lo sepan enseñar. Nuestras universidades son escuelas académicas.. La situación nos obliga a buscar en profesionales extranjeros lo que los maestros nacionales no pueden ofrecer para el progreso material y científico de la nación". 1

    Como puede deducirse de este peque o párrafo transcrito, la educación era una de las preocupaciones prioritarias de Alfonso López, y sus primeros esfuerzos gubernamentales estuvieron en torno a ella. Inició la tarea de reformar el sistema educativo en todos los niveles, desde la escuela elemental urbana y rural, hasta la universidad. Así mediante

"la Ley 12 de 1934 ordenó dedicar a gastos educativos el 10% del presupuesto nacional". 2

    El nuevo gobierno anunciaba su propósito de organizar un sistema educativo nacionalista, modernizador y democrático, capaz de preparar a los obreros técnicos que necesitaba. Así la segunda medida precisa fue dotar al Estado de instrumentos legales para adelantar la reforma.

"Para ello se introdujo el artículo 14 en la reforma constitucional de 1936, que autorizaba al Estado para que, respetando el concepto de libertad de enseñanza, el gobierno pudiera intervenir en la marcha de la educación pública y privada, a fin de garantizar los fines sociales de la cultura y la mejor preparación intelectual, moral y física de los educandos".3

    Sobre esta base constitucional, numerosas leyes y decretos dieron nueva organización, nuevas orientaciones pedagógicas y nuevos contenidos al sistema global de la educación. La escuela primaria urbana y rural, la enseñanza media, el bachillerato, la universidad, experimentaron cambios sustanciales.

    Por la Ley 68 de 1935 se había reformado totalmente la organización universitaria. Se otorgó personería jurídica a la Universidad Nacional y se constituyó en facultades, escuelas profesionales nacionales e institutos de investigación por el Conservatorio Nacional de Música, Observatorio Nacional Astronómico, Museos e Instituto Nacional de Radium. Se dispuso la compra de terrenos adecuados para la erección de la ciudad universitaria y la construcción de sus edificios. Se establecieron las bases en que debía formarse el gobierno de la universidad estatal y el cuerpo consultivo. Esta ley consagró de hecho la autonomía universitaria y centralizó organismos dispersos.

    Durante este primer gobierno de Alfonso López varios científicos e intelectuales españoles que comenzaban a salir de nuestro país como consecuencia de la guerra civil fueron invitados a ubicarse provisionalmente en Colombia por algunos liberales como Eduardo Santos. Éste político miembro del partido en el poder, estaba cercano a la realidad española y conocía las inquietudes culturales de muchos grupos intelectuales que apoyaban la II República. Sobre esta circunstancia escribía el también liberal, Germán Arciniegas:

"Santos fue constante defensor de la República,(se refiere a la II española) cultivó una amistad muy grande con don Manuel Azaña, y era considerado como uno de los más destacados defensores suyos en América Latina. La acogida que dispensó a quienes buscaron asilo en Colombia fue la mejor. Algunos trabajaron en "El Tiempo" como don José Prat o don Luis de Zulueta. Pero donde brillaron más fue en la Escuela Normal Superior con figuras como la de don Urbano González de la Calle, uno de los filólogos más calificados de España” 4

    Y así durante la primera etapa liberal de Alfonso López algunos exiliados vascos y unos pocos miembros de la cultura española se ubicaron con su apoyo en Colombia de forma provisional, en espera de que se resolviera la que vislumbraban como transitoria circunstancia negativa de la II República española, en la seguridad de que se resolvería en poco tiempo.

    Finalizada la contienda, como es sabido, la derrota del gobierno español frente al levantamiento de Franco, fue consecuencia de que un gran número de españoles pasara la frontera de los Pirineos. Tras las precarias y, en gran número de ocasiones, inhumanas condiciones que ofreció Francia a estos exiliados y presionados más aún por los prolegómenos de la guerra mundial, muchos de ellos iniciaron con urgencia los contactos con otros españoles que se encontraban ya en tierras de América.

    Para las fechas en que la guerra civil española había concluido, Eduardo Santos Montejo, ya encabezaba el segundo gobierno liberal en Colombia y se había convertido en el político colombiano que se mostraba más proclive a la acogida seleccionada de intelectuales, investigadores y profesores españoles, que fuera de España, buscaban un lugar en América donde reorientar sus vidas personales y profesionales. Desde su periódico "El Tiempo" se hacía proselitismo en pro de la importante categoría científica que muchos españoles republicanos ciertamente alcanzaban y se intentaba neutralizar la campa a que en su contra el diario conservador "El Siglo" igualmente promovía.

    A la Universidad Nacional, en período de gestación y estructuración, como vimos, se fue incorporando como profesores a importante número de los exiliados españoles que fueron acogidos, y que contribuyeron a la elaboración de planes de estudios, creación de nuevas facultades, puesta en marcha de múltiples departamentos universitarios, etc.

    En la misma línea de renovación y estructuración educativa, se procedió a la reorganización de las escuelas normales y la Facultad de Educación, creada durante el gobierno de Enrique Olaya (1931-1934), fue transformada en la Escuela Normal Superior.

    La Escuela Normal Superior fue un empeño liberal que se trató muy especialmente y que se organizó con el objetivo de formular una nueva política para la formación progresista de profesores de educación secundaria, que debían ser el motor e impulso en la reforma y modernización que se pretendía conferir al país. En ella trabajaron como profesores importantes políticos liberales, e incluso varios ministros de educación como Germán Arciniegas o Darío Echandía. En esta entidad aportaron incluso sus esfuerzos personales, siendo conscientes, de la ya mencionada carencia de profesorado cualificado. Así por ejemplo Darío Echandía simultaneó su labor de profesor en la Normal Superior, incluso cuando ocupó cargo como ministro en el gobierno. Sobre este aspecto, que no deja de ser hasta cierto punto sorprendente, escribía el director José Francisco Socarrás (1987):

"Darío Echandía no quiso aceptar sueldo alguno como profesor de la Normal, alegando que no lo consideraba compatible con su cargo de Ministro de Educación. Se hizo poner la clase a las siete de la mañana para poder llegar al Ministerio a las ocho y cuarto a más tardar".5

    Para poder organizar más fácilmente el funcionamiento de esta entidad clave para la formación de profesorado, se trasladó su control directamente al Ministerio de Educación Nacional, y se dispuso por Decreto n 1168 de 1941 como una dependencia de la Sección de Enseñanza Secundaria del Ministerio de Educación Nacional, que ampliaba sus objetivos excediendo los puramente docentes y establecía que (6) :

"La Escuela Normal Superior, además de los fines que actualmente persigue, colaborará con el Ministerio en el estudio, preparación de planes, programas, métodos, organización e inspección de la enseñanza secundaria". 7

    La alta cualificación de los primeros exiliados españoles llegados durante el gobierno de López promovió a que su acogida empezase a ser vista como de gran interés en la puesta en marcha de las renovaciones e innovaciones que el gobierno de López pretendía promover, teniendo un especial encauce, entre otras hacia la reforma de la enseñanza y, como ya se ha mencionado en la puesta en marcha de la Universidad Nacional, y otras universidades y entidades científicas e investigadoras.

    Cuando ser vislumbró la posibilidad de llegada al país de exiliados extranjeros procedentes de España y Europa, los políticos liberales en el gobierno, empezaron a pronunciarse al respecto. Parecían haberse convencido, a través de los primeros exiliados que iban conociendo, de la incipiente idea "importadora de rojos" de Eduardo Santos.

    A pesar de los temores que se albergaron en cuanto a las ideologías izquierdistas, un sector vio la posibilidad para Colombia y su "Revolución Liberal" en la factible acogida de personas cualificadas que impulsasen y ayudasen a promover y desarrollar las reformas que la nación estaba precisando.

    Podemos citar en este punto como especialmente significativas las opiniones de Darío Echandía que respondían en cierta forma a la opinión de un gran número de políticos liberales:

"El paso revolucionario que nosotros podríamos dar hacia la creación de una vida más alta, sería la importación de millares y millares de hombres, que sabiendo un oficio, se quedaran sin oficio en Europa. Las leyes de inmigración se pondrían entonces en vigencia en Colombia y así se formará una sociedad mejor, después del paso de una generación" 8

    Así muchos españoles como Francisco Cirre fueron especialmente contratados en Francia para impartir clases en la Escuela Normal Superior. A su claustro de Profesores se incorporaron un número importante de exiliados españoles: Francisco de Abrisqueta, Luis de Zulueta, María Rodrigo, Mercedes Rodrigo, Francisco Vera, Manuel Usano, José de Recasens, Francisco Cirre, Pedro Urbano González de la Calle, Pablo Vila, José María Ots Capdequí, Rafael Ureña, Francisco de Sales Aguiló, etc. Y como veremos, la Educación Física se benefició en esta entidad muy especialmente del aporte que suponía la elevada cualificación profesional concretamente de Manuel Usano Martín.

    El director de la Escuela Normal Superior José Francisco Socarrás (1987) se detiene especialmente para hacer mención a lo poco usual de la configuración de su claustro de profesores que le dio la especial relevancia que alcanzó y el alto nivel conseguido:

"Antes de ocuparme de lo que fue la Escuela Normal Superior durante mi rectoría debo hacer una observación que estimo importante. Como motivo de la guerra mundial y, sobre todo, de la toma del poder por el nazismo en Alemania y el franquismo en España, expatriados de esos países se asilaron entre nosotros, generosamente acogidos durante los gobiernos de los Presidentes Alfonso López Pumarejo y Eduardo Santos. Entre ellos se contaron profesores de gran valía como Paul Rivet, Pedro Urbano González de la Calle, Luis de Zulueta, Pablo Vila, Francisco Vera, Manuel Usano, Francisco Cirre, Mercedes Rodrigo, José de Recasens, Fritz Karsen, Justus Wolfran Schottelius, Rudolf Hommes, Kurt Freudenthal, Gerhart Masus, quienes enseñaron en la Escuela Normal y contribuyeron a darle el alto nivel científico y pedagógico que ella mantuvo". 9

    Como resumen para este artículo, podemos apuntar que los republicanos españoles tuvieron un importante papel en cuanto a la reforma educativa que los gobiernos liberales llevaron a cabo en Colombia, en la enseñanza primaria, secundaria y universitaria. Su influencia no se redujo tan solo a formar parte muy importante, numéricamente hablando de instituciones claves para la reforma, sino en su participación en la elaboración de planes de estudios, desarrollo de reformas, creación de instituciones, etc.

    Entre el grupo de españoles acogidos se encontraba Manuel Usano Martín. Él y su familia se habían mantenido en espera, primero en Burdeos y luego en Toulouse, de los visados que su amigo el Dr. Puche gestionaba para poder viajar a Méjico. Pero los azares políticos propiciaron la llegada en primer lugar de la documentación que desde Bogotá le facilitó José María Ots Capdequí, importante historiador del Derecho Indiano que también fuera su compañero en la Universidad valenciana, y que ya se encontraba en el exilio en Colombia, invitado por el Presidente Eduardo Santos.

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