Desarrollo sexual y |
Dr. Ramón Alonso López
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Profesor Visitante de la Universidad de Brasilia. Facultad de Educación Física |
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Resumen |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 21 - Mayo 2000 |
El Deporte de Alto Rendimiento, cada día es mas espectacular en sus resultados y récords; sin embargo, en esa misma medida es la importancia que tiene la preparación de esos atletas en su inicio.
La influencia del entrenamiento deportivo sobre el organismo es un tema bastante estudiado; independientemente, que aún no está agotado.
Ahora bien, es necesario prestar atención a las características del crecimiento y desarrollo biológico que presentan estos atletas al inicio de su carrera deportiva, dado que en muchas ocasiones ésta se produce en el período de la Gran Infancia, en su final (11 años) y Adolescente en su Etapa Prepuberal – 12 y 13 años (Vandervael, 1964 – tomado de Cómas, 1970); donde comienzan a manifestarse las señales de los caracteres sexuales secundarios. Es aquí donde "tanto los varones como las hembras no experimentan dentro de su propio sexo los cambios de la pubertad a la misma edad, sino que hay quienes se hacen hombres y mujeres mas tempranamente que otros y, por tanto, los profesores de Educación Física deben conocer que existe variabilidad en el desarrollo, porque un varón que haya desarrollado sexualmente tendrá mas capacidad y fuerza para el ejercicio físico, por lo que se sitúa en ventaja en las competencias". (Jordán, 1984).
Como es conocido, en el sexo femenino el desarrollo sexual produce una tendencia a una mayor acumulación de grasa subcutánea en este sexo, que se incrementa durante la pubertad, debido al aumento de la secreción de estrógenos, que estimula el tejido adiposo.
Es posible que esto sea la respuesta del porqué en los deportes como clavados, gimnástica y gimnasia rítmica deportiva, los grandes resultados haya que buscarlos en las etapas anteriores a ésta del crecimiento y desarrollo biológico de la mujer; pues son deportes donde el factor biomecánico tiene una gran incidencia (superior que en otros deportes), ya que los resultados deportivos descansan sobre la evaluación que hacen los jueces del movimiento, por lo que una acumulación de grasa significa un gran lastre o limitante para estos movimientos.En el sexo masculino, por el contrario, el efecto de la testosterona se ejerce, fundamentalmente, sobre el tejido muscular (Guyton, 1967; Guell, 1973; Jordán, 1979; Leal, 1980).
En un estudio realizado con 457 personas en las edades de 11, 12 y 13 años de ambos sexos, a los cuales se les analizó su somatotipo por el método de Heath-Carter (1967), se pudo comprobar que las hembras desarrolladas sexualmente, poseía mayor grado de endomorfia (tejido graso) que las no desarrolladas sexualmente; así como también un cierto incremento en la mesomorfia (tejido músculo-esquelético). Mientras que en el sexo masculino los desarrollados sexualmente poseían un mayor desarrollo de la mesomorfia que los no desarrollados. (Alonso, 1985).
Otro aspecto que también sucede en el proceso de crecimiento y desarrollo humano en esta etapa (adolescente), es la precocidad femenina; la cual consiste en que las hembras se adelantan a los varones en el desarrollo sexual, debido a la gran actividad hormonal y el aumento de la capacidad de trabajo en el organismo femenino, cuestión ésta que no se presenta tan marcado en el sexo masculino. (Nelson, 1966; Anitua de Soleno, 1970; Tanner, 1966; Popov, 1966; Parízkova, 1973, 1974; Cómas, 1970, Alonso 1982, 1984, 1985).
En un estudio del desarrollo motor con 508 adolescente, Pila y colaboradores (1985) encontró que las hembras poseía mayor rapidez o velocidad (30, 60 y 75 metros) que los varones en las edades de 11 y 12 años; ocurriendo lo contrario a los 13 años.
Así mismo en otro estudio (con 451 adolescentes) de este mismo autor, esta vez con pruebas de eficiencia física general donde se midió la velocidad, la resistencia, la fuerza y la coordinación al principio y al final de un curso escolar; se realizó la comparación entre desarrollados y no desarrollados sexualmente del mismo sexo y edad (11, 12 y 13 años); es necesario señalar que en el caso de los hombres solamente el análisis es de 12 y 13 años, debido que no se encontró ningún varón desarrollado sexualmente a los 11 años.
Los resultados muestran que en cuanto a la:
Velocidad: Las hembras no desarrolladas sexualmente de 11 y 12 años obtenían mejores resultados en el desarrollo de esta capacidad, que las desarrolladas sexualmente. Ocurriendo lo contrario a los 13 años. En cuanto a los varones sucede igual que en las hembras de 11 y 12 años, donde los no desarrollados progresan mas en esta capacidad que los desarrollados.
Resistencia: El resultado es totalmente inverso al anterior, pues los desarrollados en ambos sexos y edades, progresan mas en esta capacidad que los no desarrollados.
Fuerza: Los resultados son iguales a los de la resistencia.
Coordinación: Los resultados son iguales a los de la resistencia.
El autor concluye diciendo que la capacidad rapidez es conveniente trabajarla con mayor énfasis antes del desarrollo sexual; mientras que las otras deben trabajarse con mayor énfasis luego del desarrollo sexual. (Pila y colab., 1985).
Ahora bien, para la determinación de los estadíos del desarrollo sexual de una persona se pueden utilizar dos metodologías: Tanner, 1962; y de Bunak, 1941. Ambas metodologías no distan mucho en sus observaciones una de otra.
Sin embargo, en ambos casos se estable una clasificación de 5 y 4 estadíos respectivamente, por lo que para el profesional de la actividad física le resulta bastante engorroso poder trabajar con una población tan clasificada o dividida. En resumen, los mas importante para este profesional es conocer si existe o no en sangre una cantidad significativa de estas hormonas (sexuales) que pueda influir en los resultados y asimilación de la carga que se va a aplicar; es por esto que para realizar las investigaciones tanto morfológicas (somatotipo) como motoras antes comentadas, se tomó el criterio de la presencia o no de las vellosidades axilar y púbica en ambos sexos; además de la presencia de menarca o no en el sexo femenino.
Aquellos que presentaran algunas de las señales antes mencionadas, se les clasificó como DESARROLLADOS; mientras aquellos que no presentaron ninguna de las señales antes mencionadas se les clasificó como NO DESARROLLADOS.
Este criterio simple y práctico para el profesional de la actividad física le permite saber si el individuo está estimulado o no con la presencia de hormonas que aumentan los resultados deportivos y facilitan el trabajo para desarrollar de una o varias capacidades físicas; es decir, las hormonas en este caso funcionan como una especie de "anabolizante o doping biológico" que estimula el funcionamiento del organismo en general.
A partir de todo lo expuesto, podemos llegar a una serie de conclusiones o estrategias de trabajo para la selección y preparación de atletas de esas edades para la competencia.
Con relación a esto existen dos variantes:
Si la selección es para preparar a un grupo de niños para una competencia inmediata; y se realizaron una serie de test motores para esto, normalmente va a suceder que los mejores resultados serán de aquellos niños que ya poseen un desarrollo sexual; además que van a poder resistir una mayor carga física que sus homólogos no desarrollados sexualmente, ya que son mas maduros y los sistemas buffer puede neutralizar mejor la producción de ácido láctico.
Si la selección es para preparar a ese grupo de niños para una competencia a largo plazo (próximo año); entonces es necesario analizar muy bien los resultados motores de los test aplicados, pues si la diferencia en una escala descendiente de resultados no es muy grande entre atletas desarrollados y no desarrollados sexualmente; entonces la recomendación es seleccionar a los no desarrollados, ya que su potencial gen&eaute;tico (organismo que no está estimulado por las hormonas) es casi igual al otro que si presenta el estímulo de la hormona, por lo que cuando suceda la influencia hormonal, sus resultados serán superiores a los que están desarrollados actualmente.
Este último aspecto le ha ocurrido a una buena cantidad de entrenadores, que ante la necesidad de trabajar con una determinada cantidad (plazas) de atletas, se han decidido por seleccionar a aquellos que mejores resultados motores obtuvieron en los test realizados, sin realizar la pequeña observación (con ayuda médica) si existía presencia o no de vellosidad axilar y púbica en ambos sexos, además de la menstruación en el sexo femenino; y el resultado final ha sido que pasado un año se han encontrado con esos alumnos (que no seleccionó, pero que se han mantenido entrenando con otros profesionales) en la competencia y han perdido la misma.
Bibliografía
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