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Fundamentos fisioterapéuticos para el tratamiento 

de la condición física en los niños y niñas con sicklemia

Fundamentals physiotherapy for treatment of physical fitness in children with sickle cell anemia

 

*Licenciado en Cultura Física

Profesor Auxiliar de la Universidad de Granma

Facultad de Cultura Física

**Licenciado en Educación Física

Profesor Asistente de la Universidad de

Ciencias de la Cultura Física y Deporte

***Licenciado en Cultura Física

Profesor Titular de la Universidad de Granma

de la Facultad de Cultura Física

MSc. Yusniel Hechavarria Llovet*

Dr. C. Sergio Arquímedes Milán Olivera**

Dr. C. Alexis Rafael Macías Chávez***

yhechavarriall@udg.co.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          Después de saber que varios especialistas en hematología y medicina general integral, como Smith (1980), Roca Goderich (2002) y Svarch Guerchicoff (2005) consideran en que no están contraindicados los ejercicios físicos para los niños y niñas con sicklemia (anemia drepanocítica), se realizó un análisis acerca de los fundamentos clínicos terapéuticos en los que se sustenta el tratamiento de la condición física en estos pacientes. En este sentido los métodos de investigación que se emplearon fueron el analítico-sintético, el inductivo-deductivo y el de lo abstracto-concreto, y como técnica la consulta bibliográfica.

          Palabras clave: Sicklemia. Condición física. Terapia por el ejercicio físico. Terapéutica por el juego.

 

Abstract

          After learning that several specialists in hematology and general medicine, as Smith, CH (1980), Roca Goderich R. (2002) and Svarch Guerchicoff (2005) consider that they are not contraindicated exercise for children and girls with sickle cell anemia (sickle cell anemia), an analysis of clinical therapeutic grounds on which the treatment of physical condition in these patients is based was performed. In this sense the research methods used were the analytic-synthetic, inductive-deductive and the abstract-concrete, and as technical literature consultation.

          Keywords: Sickle cell anemia. Fitness. Physical therapy. Therapeutic exercise for the game.

 

Recepción: 15/11/2015 - Aceptación: 04/04/16

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 21 - Nº 216 - Mayo de 2016. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Cuba reporta positivos impactos en su Programa Nacional de Atención Integral al Paciente con Drepanocitosis, enfermedad conocida popularmente como sicklemia: una anemia en la cual los glóbulos rojos se destruyen más rápidamente que lo normal.

    Los avances han sido tan importantes que ya es muy difícil que, sobre todo, un niño fallezca en un episodio agudo, no existen apenas fallecimientos por esta causa, la esperanza de vida de estos pacientes se ha prolongado mucho y la calidad de vida, tanto en niños como en adultos, ha mejorado extraordinariamente.

    Según la Organización mundial de la salud (OMS) la anemia falciforme constituye la hemoglobinopatía estructural más frecuente del mundo. Actualmente, afecta a 240 millones de persona y cada año nacen 500 mil, de ellos, alrededor de 250 mil son niños. En Cuba, afecta alrededor de 3000 personas y aunque las cifras no parecen muy altas, hay que recordar que es una enfermedad crónica para la cual no existe una cura todavía, la única posibilidad es el trasplante de médula ósea que tiene todavía una mortalidad no despreciable y muchas complicaciones, es de un costo muy elevado y solo se practica en situaciones muy especiales.

    Ante tal situación, se hace necesario trabajar en aras del mejoramiento de la salud de estos pacientes desde un campo tan amplio como el de la actividad física. El desarrollo de esta forma de terapia, se ha expandido en todo el mundo, por lo que actualmente existe gran cantidad de hospitales especializados que utilizan el ejercicio físico como complemento del tratamiento farmacológico y/o quirúrgico. No obstante, no abundan las investigaciones que fundamente teóricamente el impacto favorecedor que reporta la utilización del ejercicio físico como medio terapéutico para mejorar el estado de salud de estos pacientes.

Desarrollo

    Una característica común a la mayoría de los programas de ejercicio físico es el predominio del carácter aeróbico de las actividades. Esto quizá se deba a que, tradicionalmente, los investigadores procedentes del campo de la cultura física optaron por actividades de bajo impacto, de predominancia aeróbica y de relativa inocuidad para el tratamiento de diferentes patologías. De este modo, entre los contenidos utilizados en los distintos programas de actividad física se encuentran los relacionados con la condición física: paseos, musculación, ejercicios aeróbicos, carrera, acondicionamiento físico, gimnasia de mantenimiento, entre otras.

    La elección de estos contenidos se debe, en muchos casos, al conocimiento que poseen los profesores de cultura física sobre las potencialidades o utilidades terapéuticas de los mismos. Así, en actividades físicas de bajo impacto como la marcha, carrera, musculación o relajación, se puede percibir una intencionalidad claramente terapéutica.

    El concepto de condición física, en el contexto de la cultura física terapéutica y profiláctica, parte de dos premisas fundamentales: En primer lugar implica seleccionar qué cualidades físicas están más relacionadas con un estilo de vida activo y/o con la prevención y curación de las enfermedades; en segundo lugar, no se busca una mejora máxima sino moderada de dichas cualidades.

    La condición física es el estado de la capacidad de rendimiento psicofísica de una persona en un momento dado, donde influye el entrenamiento máximo consumo de oxigeno (MVO2).

    El entrenamiento del MVO2 provoca efectos fisiológicos en el organismo como son:

  • Aumenta la potencia aeróbica, ya que eleva la velocidad mitocondrial para oxidar moléculas de ácido pirúvico, incrementando la velocidad de las reacciones químicas del ciclo Krebs y la cadena respiratoria.

  • Aumenta el potencial redox (oxidación-reducción)

  • Aumenta la ventilación pulmonar por el esfuerzo de la “expulsión” cardíaca, por la elevación de la capacidad de oxígeno y la activación de los fermentos oxidantes.

    Son tres los sistemas fisiológicos que intervienen en el transporte de O2 a los músculos:

  • Sistema respiratorio: mediante éste el O2 penetra en el organismo.

  • Sistema circulatorio: es el encargado de transportar el O2 a los músculos y tejidos.

  • Sistema muscular: es el encargado de consumir el O2.

    El abastecimiento de oxígeno a los tejidos y la eliminación de los mismos del anhídrido carbónico, elaborado durante el proceso del metabolismo, corre a cargo de la sangre.

    El movimiento de la sangre en el organismo es conocido como circulación sanguínea, gracias a ella se pueden llevar a cabo todas las funciones vitales del cuerpo humano. Este proceso llamado sistema sanguíneo forma parte del Sistema Vascular, que además, también está formado por el Sistema Linfático. La diferenciación entre estos sistemas, el linfático y el sanguíneo, viene dada por sus particularidades morfológicas y fisiológicas.

    Las funciones generales de la sangre son:

  • Transportar oxígeno y nutrientes por todo el cuerpo.

  • Conducir los productos de desecho del organismo a los riñones.

  • Transportar el dióxido de carbono a los pulmones.

  • Transportar las hormonas y los anticuerpos, por lo que contribuye a coordinar la actividad de todos los órganos y colabora en la defensa inmunitaria frente a la presencia de microorganismos.

  • Papel trascendental en el control de la temperatura corporal al variar el flujo sanguíneo que circula por debajo de la piel.

  • Papel homeostático (mantenimiento de la constancia en las características físico-químicas del medio).

    El sistema muscular está constituido principalmente por los músculos que dentro de ellos existen diferentes tipos de fibras clasificadas en función a su velocidad de contracción y a sus características metabólicas: las fibras de tipo I son de contracciones lentas y muy resistentes a la fatiga, derivan su energía usando oxígeno en la mitocondria; las del tipo II a son de contracción rápida, más fatigables, y derivan su energía también del oxígeno y glicógeno muscular; las del tipo II b también de contracciones rápida, aún más fatigables y derivan su energía de los procesos anaeróbicos que consumen glucógeno y crean lactato.

    Para el tratamiento de la condición física de los niños y niñas con sicklemia es obligatorio profundizar en los conocimientos relacionados con estos tres sistemas, de lo contrario nada se puede hacer en relación a resultados relevantes.

    Está demostrado por ilustres como los ejercicios físicos consolidan un mejor funcionamiento del sistema respiratorio, circulatorio y muscular ya que al intensificarse la circulación sanguínea, aumenta la afluencia de sangre a los tejidos y la entrega de sustancias proteicas plásticas, mejorándose su asimilación.

    La terapia por el ejercicio físico se caracteriza por buscar el desarrollo adecuado de las funciones que producen los sistemas del cuerpo, donde su buen o mal funcionamiento, repercute en la cinética o movimiento corporal humano. Interviene cuando el ser humano ha perdido o se encuentra en riesgo de perder o alterar de forma temporal o permanente el adecuado movimiento y con ello las funciones física mediante el empleo de técnicas científicamente demostradas.

    La terapia por el ejercicio físico persigue los siguientes objetivos:

  • Mantener una capacidad funcional normal.

  • Perfeccionar la respuesta muscular.

  • Recuperación de movimientos.

  • Tratar incapacidades físicas.

  • Recuperar o mantener arcos de movimiento.

  • Evitar la rigidez articular.

  • Prevención y tratamiento de enfermedades circulatorias, respiratorias, hematológicas, neurológicas, entre otras.

Efectos de la terapia por el ejercicio físico

  • Opera cambios en la mente de la persona hacia direcciones más positivas independientemente de cualquier efecto curativo. Aumenta la circulación cerebral, lo que hace al individuo más despierto y alerta, y mejora los procesos del pensamiento.

  • Mejora y fortalece el sistema osteomuscular, contribuyendo al aumento de la calidad de vida y grado de independencia especialmente entre las personas con más edad.

  • Prolonga el tiempo socialmente útil de la persona así como al mejorar su capacidad física, cardiovascular, ósea y muscular eleva sus niveles productivos. Asegura una mayor capacidad de trabajo y ayuda al a favorecer la eliminación de toxinas y oxidantes.

  • Mejora el aspecto físico de la persona.

  • Atenúa la sensación de fatiga, baja los niveles de colesterinemia, y refuerza la capacidad de la sangre para disolver los coágulos que pueden conducir a una trombosis. Es, asimismo, sumamente eficaz en trastornos psicológicos ligados con emociones depresivas.

  • Libera endorfinas, secreciones semejantes a la morfina, producidas por el cerebro; las endorfinas amortiguan dolores en el plano corporal y facilitan sentimientos de placer y hasta de euforia.

  • Las personas que tienen como estilo de vida la gimnasia, generalmente duermen mejor, tienen menores ansiedades y tensiones. Están prácticamente inmunizados contra el estrés.

  • El ejercicio regular, más que las dietas, ayudan a la caída en el sobrepeso

  • Para el sistema cardiorrespiratorio se recomienda el aerobismo. Para el refuerzo de articulaciones y musculatura, está prescrita la calistenia y, de modo más avanzado, para el incremento de la fuerza, los ejercicios con aparatos y pesas.

    Aunque al ejercicio físico se le considera un fenómeno positivo y saludable, hay que plantearse cuánto ejercicio físico es sano para la salud y cuál es el ejercicio que se debe practicar. Una idea generalizada bastante incorrecta que se tiene de la práctica del ejercicio físico, que parece desprenderse a veces de forma implícita de los beneficios que se proclaman a nivel popular sobre la salud, es la de que dichos efectos positivos se producen meramente por su práctica, sin explicar con precisión cuáles deben ser los contenidos, volumen e intensidad de dicha práctica, de acuerdo a las características y circunstancias del individuo, que son los factores que deben ser concretados en una prescripción. De forma simplista, existe la creencia de que cuanto más ejercicio físico se realice, mayor serán los beneficios en cuanto a salud e imagen corporal.

    En líneas generales, para conseguir adecuadas respuestas de adaptación al ejercicio es preciso tener presente que los estímulos mínimos no producen adaptación, los intermedios proporcionan respuestas óptimas y los máximos pueden conllevar situaciones peligrosas. En la planificación de ejercicio físico deben desarrollarse todos los aspectos, pero atendiendo preferentemente al desarrollo de la resistencia, flexibilidad, coordinación y acondicionamiento muscular. Puede ser conveniente potenciar algún grupo muscular deficitario al comienzo del acondicionamiento aeróbico.

    No rehabilitar adecuadamente los músculos necesarios puede conllevar lesiones recidivantes y el abandono de los programas del acondicionamiento físico. Cuando el individuo lleve tiempo sin realizar una actividad deportiva o no la haya hecho nunca, se tendrá prudencia al principio del acondicionamiento, recomendando intensidades de esfuerzo suaves.

    En los juegos deportivos con fines terapéuticos la actividad muscular es disociada conscientemente de las restricciones y de los motivos a veces agresivos. Es uno de los medios más conocidos por el hombre para conseguir energía.

    Los ejercicios físicos terapéuticos, en las formas motivadas del juego, proporciona a las personas experiencias básicas. Estas actividades se han ido estableciendo en la sociedad al encajar en la cultura terapéutica. Por tanto la evolución de los juegos dentro de la terapéutica, ha creado un medio de propagación a través del cual el enfermo o discapacitado puede luchar hacia la salud concebida con normalidad.

    La importancia de las modificaciones de la formas de juego para adaptarse a las necesidades individuales son muy importantes. Podemos acortar las dimensiones de los terrenos, el número de jugadores, el peso y tamaño de los implementos, entre otras. La experiencia de su aplicación terapéutica constituye una realidad, comprendiendo el cato físico, el enfermo o discapacitado y el profesor o terapeuta.

    La psicodinámica de esta situación es puesta de manifiesto cuando el profesor o terapeuta comprende el carácter animado e inanimado de la experiencia del juego. La naturaleza inanimada de las pelotas, los obstáculos, etc., proporcionan elementos distintivos como parte contribuyente del medio terapéutico total.

    Finalmente los elementos distintivos, inherentes a la terapia por los ejercicios físicos y la terapéutica por el juego son siempre los mismos: Fines del tratamiento, tratamiento procedimental de los ejercicios y juegos, métodos y formas organizativas, dosificación del volumen, intensidad y densidad, modificación del espacio y materiales, y adaptación de los parámetros evaluativos.

Conclusiones

    A pesar de las graves consecuencias que genera la sicklemia y lo costoso que resulta su tratamiento convencional y por trasplante, existe al menos un medio, eficaz, eficiente v y efectivo basado en la terapia por el ejercicio físico y por el juego. Bajo su acción se incrementa el flujo sanguíneo a las células, tejidos y órganos del cuerpo de los niños y niñas que padecen de esta enfermedad crónica.

Bibliografía

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  • Roca Goderich, R. (2002). Temas de Medicina Interna. Tomo III. 4ª Edición. La Habana: Editorial Ciencia Médicas.

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 21 · N° 216 | Buenos Aires, Mayo de 2016  
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