La división de género en las clases de Educación Física Division gender in Physical Education classes |
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Graduada en Educación Primaria con Mención en Educación Física por la Universidad de Murcia. Máster en Investigación en Educación Física y Salud por la Universidad Católica San Antonio de Murcia |
Elisabeth Serrano Rojas (España) |
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Resumen El presente artículo analiza la forma en la que los alumnos se agrupan en las clases de Educación Física en función del género, influidos en muchas ocasiones por estereotipos. Para ello, nos vamos a apoyar en diversas fuentes bibliográficas relacionadas con la temática central. Palabras clave: Género. Estereotipos. Educación Física.
Abstract The article discusses how students are grouped into physical education classes, influenced by many stereotypes. For this we will rely on several bibliographical sources related to the theme. Keywords: Gender. Stereotypes. Physical Education.
Recepción: 07/03/2016 - Aceptación: 18/04/2016
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 21 - Nº 216 - Mayo de 2016. http://www.efdeportes.com/ |
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1. Introducción
En el ámbito educativo se puede apreciar que existen diferencias en cuanto a las preferencias en la práctica del tipo de actividad física en función del género de los alumnos. Y no solo esto, sino que la división de género durante el desarrollo de las actividades sigue siendo un aspecto evidente, sobre todo en actividades que requieren agrupamientos. Tras este aspecto, el docente de Educación Física debe intervenir para reconducir tales comportamientos, intentando que disminuya dicha separación de género.
2. Objetivo y justificación
La finalidad del presente artículo radica en la descripción e interpretación de la dinámica en la construcción de grupos en las clases de Educación Física. Además, se pretende conocer el desarrollo histórico de los procesos constitutivos relativos a las relaciones sociales, así como el modo en que la historia oculta el interés y el papel activo del ser humano en relación a la constitución de cuestiones de género.
Actualmente, en el ámbito educativo existen numerosos estereotipos sexistas que suelen ser reflejo de los roles que la sociedad nos impone. Por otro lado, en el mundo de la actividad físico-deportiva también nos encontramos este tipo de concepciones erróneas. Basándonos en Molina, Torre, Miranda y Martínez (2008), podemos apreciar que estos presentan una definición integrada de los estereotipos “stereos” (sólido) y “typos” (huella). Los autores plantean este concepto como “una serie de creencias populares o generalizaciones basadas en ideas preconcebidas sobre los atributos que caracterizan a una categoría social, siendo muy resistentes al cambio y cumpliendo la función de preservar y defender diferencias ideológicas”. Este concepto lo podemos relacionar claramente con el sexismo que se define como “aquellas actitudes que introducen desigualdad y la jerarquización en el trato que reciben los individuos, sobre la base de la diferenciación de sexo” (Molina et al., 2008).
El cargo que pueden cumplir los estereotipos de género, como sistema de creencias, en el mantenimiento de las desigualdades de género y de las oportunidades relacionadas con la actividad física y el deporte en las edades escolares, se enmarca desde los postulados generales de la teoría cognitivo social de desarrollo y la diferenciación que concibe el desarrollo del género como un resultado de la interacción recíproca entre los factores personales, los de comportamiento y los del entorno. Un eje muy importante y condicionante es el papel que juega la cultura social como transmisora de la imagen estereotipada de las relaciones y de la participación de los alumnos (chicas y chicos) con la actividad físico-deportiva. (Blández, Fernández y Sierra, 2007)
Prat y Soler (2003) presentan algunos de los factores sociales influyentes en la separación de género en el desarrollo de las actividades físico-deportivas y seguimiento de modelos:
Los medios de comunicación: los éxitos de los ídolos deportivos constituyen un envidiable ejemplo para millones de niños y jóvenes. El gran poder persuasivo de la televisión, a menudo llega a lo más profundo y emocional de los niños. Por ello no es difícil apreciar en ellos comportamientos similares a los difundidos por los medios. Algunos de los principales mensajes procedentes de los medios de comunicación son: culto al cuerpo, juventud, belleza, marca, moda, apariencia, afán de posesión, felicidad, competencia, éxito, sexualidad, prestigio, poder, estereotipos sexistas…
El deporte extraescolar: evalúan a este como competitivo y sexista. Explican que la oferta institucional de actividades deportivas extraescolares se centra prioritariamente en los aspectos puramente competitivos del deporte y especifica una segregación entre chicos y chicas sin tener en cuenta para nada la edad ni el tipo de práctica de que se trate.
La familia: esta juega un papel fundamental en la educación en valores y en la transmisión de actitudes y valores en relación con la actividad física y el deporte. Diferentes estudios confirman cada vez más la importancia de las expectativas y actitudes de los padres en relación a la manera de como los niños viven el deporte. Por tanto, existe una cierta influencia a partir de los modelos proporcionados por los padres, las posibles vivencias que hayan podido compartir, valoraciones, etc., en la configuración de actitudes y valores.
Según Blández et al. (2007), existen pocos estudios que traten sobre este tema, sobre todo en las edades más tempranas de escolarización. Pero las revisiones más actuales apuntan que ha existido cierta evolución en los estereotipos que mantienen los escolares con la actividad física y el deporte, si bien parece que el impacto de los modelos deportivos vinculados con las atribuciones de género más tradicionales continúa teniendo una fuerte influencia, y más en los chicos que en las chicas.
Un paso clave y necesario en el estudio de los estereotipos en estas edades, es la comprensión de las interpretaciones que realizan los escolares sobre la cultura de género en la actividad físico-deportiva.
La división de género a estas edades es un hecho que se suele ver de forma más clara en el área de educación física, ya que es en ella donde los alumnos tiene más contacto físico, se relacionan de modo más directo, a veces requiere utilizar estrategias de cooperación para resolver conflictos… en definitiva, es el área donde mayor interacción existe entre ellos.
Dejando a un lado los factores influyentes en la división de género, vamos a centrarnos en todo lo relacionado con el procedimiento y los aspectos que se pueden llevar a cabo para diseñar actividades que ayuden a paliar el problema planteado. Para ello, podemos centrarnos en actividades relacionadas con la Expresión Corporal, entre otras. Siguiendo a Marín (2009) este expone que la Expresión Corporal, propicia el desarrollo de habilidades sociales, así como el aumento y adquisición de actitudes y valores que van a ayudar a que vayan desapareciendo los problemas observados.
Teniendo como referencia las definiciones de Gómez (2012), se podría decir que la Expresión Corporal es el comportamiento exterior espontáneo e intencional, que traduce emociones o sentimientos mediante el lenguaje corporal. Su objeto de estudio es la conducta motriz con finalidad expresiva, comunicativa y estética en la que el cuerpo, el movimiento y el sentimiento, constituyen sus instrumentos básicos de expresión y comunicación. La expresión corporal consiste en extraer el mundo interior de la persona mediante diferentes técnicas o modos de proceder que intervengan desde el cuerpo, espacio y tiempo, además de mejorar las relaciones entre los individuos.
Además, a través de la Expresión Corporal, se desarrollan otros contenidos tanto del área de Educación Física como de otras, permitiendo aumentar el bagaje de conocimientos de nuestros alumnos. Por ello, siguiendo a Viciana y Arteaga (1997), el concepto que destaca en este sentido es el de interdisciplinariedad, es decir, la conexión que hay entre diferentes contenidos tanto de una única área como de diferentes.
En definitiva, y como bien argumenta Marín (2009) se utiliza la Expresión Corporal, además de por su reducida aplicación en el ámbito escolar (a veces por falta de tiempo, por escasa preparación o motivación del docente u otros factores), por ser un medio idóneo para la enseñanza de habilidades sociales o estrategias que mejoren los problemas de conflictividad detectados en las clases de Educación Física, referidos a la división de género en el desarrollo de numerosas actividades.
En esta misma línea, dentro de la expresión corporal, nos centramos en los beneficios de la danza. Esta se nos presenta como un recurso ideal de trabajo dentro del área de Educación Física. En la actualidad, las danzas están cobrando un gran protagonismo dentro de la actividad social y educativa. Por tanto, es un elemento educativo que muchas veces se ve desaprovechado por desconocimiento de su inmenso valor. La danza puede y debe ser utilizada como un recurso educativo dentro de la Educación Física debido a los valores que aporta.
Viciana y Arteaga (1997) realizaron una recopilación sobre la importancia que puede aportar la danza en la etapa escolar. En el área de Educación Artística, destacan los lenguajes artísticos para el pleno desarrollo personal del niño. A través de este se desarrollan las capacidades creadoras de los alumnos y sus procesos de sociabilización. En cuando al área de Educación Física se resalta la importancia de estos contenidos explicando que el movimiento y sus cualidades plásticas, asociado al dominio de posibilidades perceptivas y de coordinación, determinan las capacidades expresivas del alumnado, y favorece las relaciones entre los miembros del grupo.
En este sentido, volviendo al tema de los estereotipos, la danza es una actividad practicada mayoritariamente por el género femenino, y más a edades escolares. Esta es una razón más de peso por la que consideramos que la danza es un medio idóneo para tratar la división de género.
Se pretende trabajar la danza pero con actividades dinámicas, sin utilizar una metodología basada en la imitación y reproducción. No se busca que los alumnos sean expertos en un tipo de baile o que reproduzcan una coreografía. Las aspiraciones son mucho más amplias y complejas; la finalidad radica en que los alumnos sean conscientes de que cualquier actividad puede ser desarrollada por todos, independientemente del género. Una actividad puede ser igual o más divertida y enriquecedora si la compartimos y practicamos todos juntos, sin distinción ni separación de género. Todos aprenden de todos y se benefician de lo que cada uno puede aportar.
Con ello, se pretende transmitir aspectos tales como la motivación, incentivar valores como el trabajo en equipo, la cooperación, compromiso, responsabilidad, respeto, solidaridad, desarrollo personal y autonomía.
En este sentido, para la planificación y puesta en práctica de este tipo de actividades, debemos considerar el nivel motor inicial del que parten los alumnos. Principalmente se llevarán a cabo movimientos simples, en los que aparezca una participación grosera de grandes segmentos corporales, hasta movimientos más complejos con implicación segmentaria delimitada y específica. En este sentido, el profesor debe ser consciente de las funciones de la danza e intentar no crear barreras para los niños menos capacitados, iniciando el trabajo a través de la acomodación al ritmo y facilitando a todos las mismas oportunidades de práctica.
Por ello, en todo momento el profesor tiene que tener una actitud activa y transmitir a los alumnos el entusiasmo por lo que se está haciendo. Por eso es recomendable que su conducta se base en el autocontrol, la tranquilidad y la coherencia. El docente es un ejemplo, por lo que si este está motivado, los alumnos lo captarán y dicha motivación será transmitida a su propia imagen corporal.
En definitiva, toda la información anterior la podríamos resumir diciendo que se debe llevar a cabo una Educación Física que trabaje para la igualdad de género y privilegie la construcción de conocimiento; imparta los mismos contenidos a ambos géneros; promueva la práctica de los mismos juegos y deportes sin hacer diferencias por el contenido social de los mismos; no separar por sexos las clases de Educación Física en la escuela, creando con esto una mayor conciencia de lo corporal y conocimiento del propio cuerpo y del compañero/a; permitir resolver problemas en el espacio de juego, etc.
Bibliografía
Blández, J., Fernández, E. y Sierra, M. A. (2007). Estereotipos de género, actividad física y escuela: La perspectiva del alumnado. Profesorado. Revista de currículum y formación del profesorado, 11 (2).
Canales, I. y Rey, A. (2014). Diferencias de género percibidas por el alumnado en la interacción visual y táctil de las tareas de expresión corporal. Movimento, 20 (1).
Gómez, S. (2012). Fundamentos teórico-prácticos de composición escénica en la Expresión Corporal. Murcia: Diego Marín.
Viciana, V. y Arteaga, M. (1997). Las actividades coreográficas en la escuela. Barcelona: INDE Publicaciones.
Marín, M. N. (2012). La expresión corporal como instrumento para resolver conflictos en el aula de educación física. EmasF. Revista Digital de Educación Física, Nº 14.
Molina, L., Torre, E., Miranda, M. T. y Martínez, O. (2008). Grado de motivación de las actividades físicas en función del sexo del sujeto ejecutante. IV Congreso Internacional y XXV Nacional de Educación Física. Córdoba, 2-5 de abril.
Prat, M. y Soler, S. (2003). Actitudes, valores y normas en la educación física y el deporte. Barcelona: INDE Publicaciones.
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