Hipertensión y ejercicio físico Hypertension and physical exercise |
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Doctorando (UPSA) Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria (UI1) Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (UPSA) Diplomado en Magisterio, especialidad Educación Física (UPSA) |
Ricardo Manuel Santos Labrador (España) |
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Resumen La hipertensión arterial aumenta considerablemente el riesgo de sufrir diversas enfermedades, entre las que destacan aquellas de tipo cardiovascular. Con el fin de reducir estos riesgos, el ejercicio físico realizado a una intensidad leve a moderada, es considerado como un factor de prevención, que proporciona una mejora de los niveles elevados de presión arterial. Además, el ejercicio físico parece facilitar la adherencia al tratamiento farmacológico del paciente hipertenso. Por tanto, dicha práctica realizada de forma controlada, junto con la adquisición de otro tipo de hábitos de vida saludable, conlleva grandes beneficios, directos e indirectos, sobre la salud del individuo con hipertensión. Palabras clave: Actividad. Ejercicio físico. Hipertensión. Presión arterial. Prevención.
Abstract Arterial hypertension considerably increases the risk of suffering several conditions, being prominence among them cardiovascular diseases. In order to reduce these risks, mild to moderate physical exercise is considered such as an important factor in prevention that cause a substantial betterment of blood pressure's high levels. Furthermore, physical exercise seems to facilitate the hypertensive patients' adherence to the pharmacological treatment. Therefore, this practice performed in a controlled manner, along with the inclusion of healthier living habits, brings huge direct and indirect benefits to hypertensive patients. Keywords: Activity. Physical exercise. Hypertension. Blood pressure. Prevention.
Recepción: 25/03/2016 - Aceptación: 01/05/2016
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 21 - Nº 216 - Mayo de 2016. http://www.efdeportes.com/ |
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La tensión arterial
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2015) la tensión o presión arterial es “la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el corazón”.
Es necesario tener en cuenta, que la presión arterial a su vez se divide en: Presión Arterial Sistólica (PAS), que mide la fuerza ejercida por la sangre en las arterias en el momento de la contracción del corazón (fase sistólica) y, Presión Arterial Diastólica (PAD) la cual mide la fuerza ejercida por la sangre en las arterias, en el momento de relajación del corazón (fase diastólica) (ASH, 2010).
Por otro lado, la hipertensión arterial es entendida como la tensión arterial elevada, siendo esto una causa de riesgo a nivel cardiovascular (Sánchez et al. 2010).
La tensión arterial se clasifica en (Llabata y Carmona, 2005):
PAS < 120 mmHg: Normal - PAD < 80 mmHg: Normal
PAS 120-139 mmHg: Prehipertensión - PAD 80-89 mmHg: Prehipertensión
PAS 140-159 mmHg: HTA I (ligera) - PAD 90-99 mmHg: HTA I (ligera)
PAS 160-179 mmHg: HTA II (moderada) - PAD 100-109 mmHg: HTA II (moderada)
PAS ≥ 180 mmHg: HTA III (severa) - PAD ≥ 110 mmHg: HTA III (severa)
Actividad física y ejercicio físico: aclaración conceptual
Los términos actividad física (AF) y ejercicio físico suelen utilizarse como sinónimos. Sin embargo, a continuación se definen ambos conceptos con el fin de aclarar los pequeños, pero relevantes matices, que los distinguen:
La actividad física es entendida como “cualquier movimiento voluntario, realizado por los músculos esqueléticos, que produce un gasto de energía adicional al que nuestro organismo necesita para mantener las funciones vitales (respiratorias, circulatorias, digestivas, metabólicas, endocrinas, inmunológicas, renales…)” (Vázquez y Mingote, 2013, p. 386).
El ejercicio físico es “un esfuerzo planificado e intencionado, al menos en parte, para mejorar la forma física y la salud” (Moral, Martínez y Grao, 2014, p. 13).
De ambas definiciones se puede extraer, que el ejercicio físico es AF. Por el contrario, para que una AF pueda ser considerada como ejercicio físico, ha de ser realizada con cierta planificación y voluntariedad por parte del sujeto que la realiza, con el fin de aumentar sus capacidades o habilidades.
Beneficios de la práctica del ejercicio físico sobre los niveles de tensión arterial
La práctica de ejercicio físico es considerada, como un método de carácter preventivo y útil para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares en el adulto mayor (Rodríguez et al. 2010).
Investigaciones como la de Cornelissen y Smart (2013), señalan que la realización de ejercicio físico puede reducir la tensión arterial y, además, parece influir positivamente en la adherencia al tratamiento farmacológico en pacientes hipertensos. Asimismo, estos autores señalan que el tipo de ejercicio físico que debe realizarse, ha de tener una intensidad leve a moderada, con una duración de aproximadamente 45 minutos tres días a la semana. Estas recomendaciones siguen las indicaciones descritas por el American College of Sports Medicine (ACSM) (2007).
Respecto al tipo de actividad a realizar en un programa de entrenamiento para sujetos hipertensos, en términos generales, el American College of Sports Medicine (2007) y autores como Abellán, Sainz y Ortín (2010), entre otros, distinguen tres etapas con actividades para la adaptación al ejercicio, ejercicios de mejoramiento y ejercicios de mantenimiento.
Concretamente, estos autores señalan que, en la primera de las etapas del programa de entrenamiento, deberían realizarse actividades de tipo cardiovascular y de resistencia muscular a baja intensidad. En la segunda etapa (de mejoramiento), la intensidad debería aumentar progresivamente, en función de la capacidad de adaptación de cada individuo. Finalmente, en la etapa de mantenimiento, la intensidad de los ejercicios debería mantenerse durante un mayor periodo de tiempo, si los resultados obtenidos en las anteriores etapas, fueran positivos.
En todo el programa de entrenamiento, las sesiones se podrían acompañar de estiramientos estáticos al comienzo y fin de las mismas.
Conclusiones
De la revisión realizada sobre las recomendaciones e impacto que puede tener la realización de ejercicio físico por parte de pacientes hipertensos, se puede extraer que a nivel general la mayoría de estudios que abordan el tema, reconocen los beneficios del ejercicio físico moderado en la reducción de los niveles de presión arterial. Además, las recomendaciones generales indican, que este ejercicio debe acompañarse de una reducción del consumo de sal y de la eliminación de hábitos no saludables como el tabaquismo.
Bibliografía
Abellán, J., Sainz, P. y Ortín, E. J. (2010). Guía para la prescripción de ejercicio físico en pacientes con riesgo cardiovascular. Recuperado de http://www.seh-lelha.org/pdf/guiaejerciciorcv.pdf
ACSM, A. C. of S. M. (2007). Manual ACSM para la valoración y prescripción del ejercicio. Barcelona: Paidotribo.
American Society of Hypertension (ASH) (2010). La presión arterial y su salud. Recuperado de https://www.ash-us.org/documents/BloodPressureHealthSpanish.pdf
Cornelissen, V. A. y Smart, N. A. (2013). Exercise Training for Blood Pressure: A Systematic Review and Meta-analysis. Journal of the American Heart Association, 2(1). doi: 10.1161/JAHA.112.004473
Llabata, P. y Carmona, J. V. (2005). Educación para la salud: Hipertensión arterial. Epidemiología. Enfermería en cardiología, 12(35), 28-32.
Moral, J. E., Martínez, E. J. y Grao, A. (2014). Motivaciones para la práctica de la actividad física en adolescentes. Sevilla: Wanceulen.
Organización Mundial de la Salud (OMS). (2015). Preguntas y respuestas sobre hipertensión. Recuperado de http://www.who.int/features/qa/82/es/
Rodríguez, A., Reyes, L. M., Correa, A. M., González, N., Gil, R. y Rodríguez, Y. (2010). Beneficios del ejercicio físico en el adulto mayor con enfermedades asociadas. CorSalud, 2(2).
Sánchez, R. A., Ayala, M., Baglivo, H., Velázquez, C., Burlando, G… Zanchetti, A. (2010). Guías Latinoamericanas de Hipertensión Arterial. Revista Chilena de Cardiología, 29(1), 117-144. doi: 10.4067/S0718-85602010000100012
Vázquez, S. E. y Migote, B. (2013). La actividad física en los adolescentes. En C. Mingote y M. Requena (Editores). El malestar de los jóvenes: contextos, raíces y experiencias (pp. 385-418). Madrid: Ediciones Díaz de Santos.
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