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Actividad física y deporte. El deporte femenino en España

Physical activity and sport. Women's sports in Spain

 

Maestra de Educación Primaria. Especialidad Maestro de Educación Física

por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM)

(España)

María Dolores Arévalo Sánchez

loliarevalosanchez@gmail.com

 

 

 

 

Resumen

          En el presente artículo realizamos una visión global y totalizadora de la actividad física y el deporte partiendo de la conceptualización de tales términos para analizar su extensión a lo largo de la historia tanto en Europa como en nuestro país España.

          Palabras clave: Deporte. Actividad física. Ejercicio físico. España. Europa. Femenino. Varones. Mujeres.

 

Abstract

          In this article we carry out a comprehensive and all-embracing vision of physical activity and sport based on the conceptualization of such terms to analyze its extension throughout history both in Europe and in our country Spain.

          Keywords: Sport. Physical activity. Physical exercise. Spain . Europe. Male. Female.

 

Recepción: 12/02/2016 - Aceptación: 24/04/2016

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 21 - Nº 216 - Mayo de 2016. http://www.efdeportes.com/

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    La Real Academia Española de la Lengua define el deporte como: “Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre, practicado individualmente o por equipos, con el fin de superar marcas o adversarios, siempre con sujeción a ciertas reglas.”

    La Enciclopedia Larousse (1988) lo define como: “Actividad lúdica, sujeta a reglas fijas controladas por organismo internacionales, que se practica en forma de competición individual o colectiva, y que pone en juego cualidades tales como la movilidad física, la fortaleza y la habilidad de los competidores.” Esta misma fuente extrae, por tanto, la definición del término “deportista”: 

  1. “Persona aficionada a los deportes o entendida en ellos.” 

  2. “Persona que practica un deporte por profesión”.

    Para ello, se precisa la delimitación de una serie de conceptos y términos con los que vamos a trabajar: actividad física, ejercicio físico, y forma física, todas ellas relacionadas con el deporte.

    La actividad física se define como: “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que tienen como resultado un gasto de energía” (Olabarrieta, 1993)

    El mismo autor precisa el concepto de ejercicio físico: “Una variedad de la actividad física que está planificada, estructurada y se hace de una forma repetitiva, teniendo como objetivo la mejora o mantenimiento de uno o más componentes de la forma física”.

    Otro término que vamos a analizar es el de forma física: “Capacidad para llevar a cabo las tareas diarias con eficacia, permitiendo suficiente energía para el tiempo libre, de ocio, y para enfrentarse con emergencias imprevistas” (Consejo de Educación Física de los EE.UU.).

    Se ha establecido como tema principal en muchos de los estudios realizados a lo largo de la historia, sobre todo, en los últimos 10 años en los que se ha observado una evolución en la participación de la mujer en la actividad física.

    Tal y como se redacta en la Tesis doctoral “Estereotipos y deporte femenino. La influencia del estereotipo en la práctica deportiva de niñas y adolescentes” (1999)1

    Ya en esta tesis se especificaba la diferencia no sólo física sino también psíquica y social que había entre hombres y mujeres para el deporte, y que esa discriminación se daba ya a lo largo de la historia, convirtiéndose, por tanto, en un estereotipo.2

    Además, se considera que esta diferenciación entre la práctica deportiva de hombres y mujeres tiene su razón en causas fisiológicas (cuerpo diferente el de hombres que el de mujeres, se consideran mucho más fuertes los primeros), anatómicas, pero también psicológicas y sociales. Los valores que presenta la sociedad están asociados a un estereotipo determinado en función del deporte a practicar. Anteriormente, y como veremos más adelante, hace 40 años la sociedad española creía que el deporte sólo lo podían practicar hombres mientras que las mujeres deberían dedicarse a tareas del hogar y otras cuestiones de la casa tales como el cuidado de los hijos.

    Muchos de estos valores se han ido transmitiendo a lo largo de la historia y se conservan actualmente, lo que ha dado lugar a una discriminación que también se mantiene aunque en menor medida en España. Así se observa en esta tesis.3

    Para llevar cabo nuestro estudio de investigación, debemos conocer algo de la historia acerca del deporte femenino para tener una idea general de cómo se encontraba en épocas pasadas en España y cómo ha evolucionado hasta la actualidad para, después, analizar los problemas que sigue habiendo con respecto este tema en la sociedad española y, concretamente, su influencia en los colegios.

El deporte femenino

    Durante los siglos XVII y XVIII en Europa, dados los logros, costumbres y actitudes que prevalecían en esta época se pensaba que las mujeres estaban completamente excluidas del deporte y los pasatiempos, pero no es así, aunque, por supuesto, su participación fue muy inferior a la del hombre. Se sabe que el juego de bolos fue muy popular tanto en Gran Bretaña como en el Continente. Había varias versiones del juego y aunque era una actividad masculina, las mujeres también participaron.

    Durante el primer tercio del presente siglo la gimnasia, tanto rítmica como sueca, y la danza fueron incorporándose en los colegios e institutos españoles (Rubio Herráez, 1991). En 1909 el Instituto de Cultura y Biblioteca Popular para la Mujer, incluye entre sus actividades clases de educación física.

    El inicio de las actividades deportivas en las mujeres se realizó en el seno de clubes deportivos que existían en Madrid y Barcelona a principios de siglo. Allí las mujeres de la burguesía se iniciaron en la práctica de algunos deportes como golf y lawn-tennis. El esquí y la equitación contaban igualmente con muchas adeptas. Posteriormente se fueron incorporando el patinaje, tiro con arco y la natación como deportes preferidos por las mujeres. En el primer tercio de siglo la presencia de la mujer en el deporte es muy escasa y la mayoría de las veces se limitaba a hacer acto de presencia.

    En España empieza a cobrar importancia el deporte en los umbrales y principios del siglo XX. Coincidiendo con la mayoría de edad de Alfonso XIII se organizó el primer campeonato nacional de fútbol (Copa del Rey, 1902), aunque los torneos de liga se iniciaron en 1928. En 1910 empezaron los primeros campeonatos de tenis. En 1918 se creó la Federación Española de Atletismo. En 1920 se fundó la Federación Española de Natación. Durante los años 20 se configuró el deporte español (esquí, deportes de montaña, carreras hípicas, polo, deporte de vela, etc.). En 1935 se celebra por primera vez la Vuelta Ciclista a España, gracias a la notable actuación de los ciclistas españoles en el Tour de Francia (Iniciado en 1902).

    Los años veinte en el deporte femenino en España se caracterizan por la iniciación a la práctica deportiva de diferentes círculos socio-económicos. Existen pocas mujeres todavía que practiquen diversos deportes. Se fomentan los concursos y encuentros deportivos femeninos. La gimnasia se considera idónea para las mujeres. Se pone de moda el excursionismo, aumenta el interés por el esquí y el ciclismo. Surgen deportes de equipo. Aparece la Sociedad Cultural Deportiva en Madrid y en Barcelona, para impulsar el deporte en mujeres de clase social media-baja (Instituto de la Mujer, 1990).

    En 1924, España envió a dos mujeres a participar en los Juegos Olímpicos de París: Rosa Torres y Lili Álvarez (recientemente fallecida a los 93 años), pero la Federación Internacional de Atletismo negó la participación femenina en dichos juegos.

    En 1928 se fundó el primer club femenino de deporte en Barcelona: Club Femeni d’Esports. En 1931 ya contaba con 2000 socias y 10 equipos de baloncesto, fomentando también otros deportes como el balonmano, hockey, natación y atletismo. El club pretendía la acogida de todas las jóvenes interesadas, especialmente de clase media-baja, con la finalidad de formar madres saludables.

    Tuvo gran importancia la labor divulgativa. En los siguientes años aparecen numerosos clubes y asociaciones deportivas femeninas. Durante los años 30 la participación femenina en las actividades deportivas fue cada vez en aumento. Las deportistas españolas más destacadas se caracterizan por participar en diferentes modalidades más que estar especializadas en una, como es el caso de Manolita Pérez (100 metros lisos, vallas, lanzamiento de jabalina y de disco, etc.) y Lilí Alvarez (ciclismo, esquí, tenis, patinaje sobre hielo, automovilismo, etc.).

    En 1931 se celebran los Campeonatos de España de Atletismo Femenino. En 1935 se funda el Club de Deportes Femenino de Madrid. En este mismo año se celebra el Primer Campeonato de España de Cross Femenino. Asimismo, es la primera vez que en el Torneo Internacional de Ajedrez hay una sección femenina. En 1936 se celebran pruebas para niños y niñas en los campeonatos escolares de atletismo (Instituto de la Mujer, 1990).

    La fecha 1936 supone el final y principio de un período a otro. A partir de 1939 la Escuela Central de Educación Física continúa con este nombre hasta nuestros días. Tras el intervalo de la Guerra Civil, la Educación Física vuelve a surgir ahora al servicio de una ideología política. El control de esta actividad lo llevan tanto el Frente de Juventudes como la Sección Femenina y el SEU. La Educación Física durante los años 40 se basa en la práctica de diversos deportes, concursos y ejercicios de aplicación militar.

    Antes de que estallara la Guerra Civil, la incorporación de la mujer a la vida social y política, así como a la práctica deportiva siguió un ritmo similar al de otros países europeos. Entre los años veinte y treinta se promueve bastante el deporte entre hombres y mujeres. Los más practicados por las mujeres fueron: tenis, natación y esquí (compatibles con su condición femenina). En la etapa franquista la dirección y el fomento del deporte español se encomiendan a Falange Española Tradicionalista y de las JONS y el deporte femenino quedaba a cargo de la Sección Femenina, que impulsaba las actividades físicas “adecuadas” para las mujeres, evitando cualquier práctica deportiva con connotaciones varoniles. Todo esto condiciona el tipo de actividad física que se favorecía, como es la gimnasia de tendencia neo-sueca, con aportaciones de ritmo, coordinación y relajación. En cuanto a los deportes, los más fomentados, ya que se consideraban más aptos para la mujer, eran el balonvolea, baloncesto y balonmano.

    Las profesoras de Educación Física eran formadas en la Academia de Mandos "Isabel la Católica", también llamada "La Almudena".

    En 1948, España se incorpora a los XIV Juegos Olímpicos celebrados en Londres. En 1953 se decreta la obligatoriedad en la enseñanza media de actividades deportivas educativas y de gimnasia. En los años sesenta se promulga la Ley de Educación Física y la creación del INEF, al que sólo pueden acceder los varones (las mujeres se incorporan en el curso 1977-78). En esta década se amplía el número de deportes practicados por las mujeres. Aparecen deportistas de elite. La prensa empieza a hablar de los logros deportivos femeninos. En 1960 las mujeres participan por primera vez en los Juegos Olímpicos (Roma) después de la Guerra Civil, en las modalidades de esgrima, gimnasia y natación, con un total de once mujeres españolas. (García Bonafé, 1992)

    La práctica deportiva de las mujeres en España inició realmente su expansión a comienzos de la década de los años 70. Con la Constitución de 1978, el deporte fue reconocido como un derecho al que debían tener acceso todas las personas sin distinción de sexo. En estos años la participación femenina cubre casi todas las modalidades deportivas. Se expande el deporte profesional femenino. La presencia de mujeres en encuentros deportivos internacionales es cada vez mayor.

    En 1972, en los Juegos Olímpicos de Munich participó España con una gimnasta, tres nadadoras y una tiradora de arco. En 1976 en los Juegos de Montreal había tres gimnastas españolas, seis nadadoras y una atleta.

    Los años ochenta se caracterizan por un acceso a la mayoría de las modalidades deportivas por parte de las mujeres. Asimismo, aumenta la participación femenina en todas las competiciones y proliferan las actividades físicas ligadas al ocio, bienestar, salud, estética, etc.

    En 1980, en los Juegos Olímpicos de Moscú, España llevó a tres gimnastas, cinco nadadoras y dos atletas. En 1981, dos mujeres son elegidas miembros del Comité Olímpico Internacional en el Congreso de Baden-Baden. En 1984, en los Juegos de Los Ángeles, dos atletas, seis gimnastas deportivas, cuatro gimnastas rítmicas, tres nadadoras, dos tiradoras con arco y una tiradora olímpica. En 1988, en los Juegos Olímpicos de Seúl, la participación femenina asciende a 32 (otra referencia habla de 42), en las modalidades de: vela, tenis, natación, natación sincronizada, gimnasia, atletismo, tiro con arco, gimnasia rítmica, tiro olímpico y tae-kondo (Instituto de la Mujer, 1990).

    1992 fue el gran año para el deporte español con la celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona, con un amplio programa de preparación durante los años anteriores (Programa ADO 92) cuya repercusión en el deporte femenino dio lugar a medallas de oro para Miriam Blasco y Almudena Muñoz en judo, para Theresa Zabell y Patricia Guerra en vela, medallas de plata para Carolina Pascual en gimnasia rítmica y para Conchita Martínez y Arantxa Sánchez Vicario en dobles femeninos en tenis y medalla de bronce para Arantxa Sánchez Vicario en tenis individual femenino.

    Destaca también Blanca Fernández Ochoa destacada en el esquí alpino. Es la primera mujer española en conseguir una medalla olímpica en unos Juegos Olímpicos de Invierno, concretamente la de bronce en el eslalon gigante en los Juegos Olímpicos de Albertville 1992.

Conchita Martínez y Arantxa Sánchez Vicario

    En los JJ.OO. Atlanta (1996) el equipo olímpico español conquistó el decimotercer puesto en cuanto a medallas ganadas con un total de 17 de las que podemos destacar las femeninas con medalla de oro en vela para Theresa Zabell y Begoña Vía y para el equipo de gimnasia artística que conquistó su primer título olímpico, medalla de plata en tenis para Arantxa Sánchez Vicario y bronce en dobles femeninos para Arantxa y Conchita Martínez. Bronce en judo para Isabel Fernández y Yolanda Soler.

    Poco a poco el deporte español ha ido adquiriendo un notable desarrollo gracias a la actividad internacional de los deportistas españoles y a la organización de competiciones de alto nivel en España, como los Campeonatos del Mundo de fútbol en 1982, de baloncesto en 1986, de natación, las pruebas valederas para el campeonato mundial de fórmula 1 (Montjuic, Jarama y Jerez), los prestigiosos torneos de tenis, y de ajedrez, así como las Olimpiadas de 1992 en Barcelona.

Gráfico 1. Evolución de medallas conseguidas por hombres y mujeres en los 

Juegos Olímpicos según año. Fuente: Consejo Superior de Deportes / EL PAÍS

    Tal y como se observa en el gráfico, un hito importante es que, por primera vez en la historia, en los Juegos Olímpicos de Londres (2012) las deportistas españolas logran mayor número de medallas en relación con los deportistas españoles. Las 5 medallas de diferencias entre un sexo y otro (6 para hombres y 11 para mujeres) convierten este hecho, anteriormente no sucedido, en un hito señalado en la historia de la mujer deportista.

    Igualmente tenemos datos sobre la participación deportiva en España y también hemos encontrado algunos datos a nivel de Andalucía. De la encuesta llevada a cabo por la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (1986) se concluye que las chicas son notoriamente menos deportistas que los chicos, y por término medio, ofrecen un nivel de actividad deportiva tres veces menor que el de los chicos.

    También en la práctica de actividades físicas no deportivas se sitúan las chicas por debajo de los chicos, ya que diariamente sólo el 33% de las encuestadas realizan actividades físicas, frente a un 45% de jóvenes varones que así lo hacen. Existe discriminación sexual en el deporte y se manifiesta en unas pautas deportivas notablemente inferiores para el caso de las chicas. (García Ferrando, 1988)

Gráfico 2. Personas que practicaron deporte durante 2015 según modalidades más frecuentes

Fuente: Elaboración Encuesta de Hábitos Deportivos en España

por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (2015)

    García Ferrando es uno de los que más ha investigado sobre los españoles y el deporte. Según las encuestas, el 27% de la población española emplea su tiempo libre en hacer deporte (datos de 1990). Ante la pregunta sobre las actividades en las que le gustaría emplear el tiempo libre, la alternativa de hacer deporte es elegida por el 27% de los varones, frente al 19% de las mujeres.

    El estudio realizado por el mismo autor en Abril y Mayo de 1992 muestra que los jóvenes varones que hacen deporte como actividad de ocio lo practican de forma cotidiana (todos los días) con mayor frecuencia que las jóvenes, el 31% frente al 18%. En cuanto a la cantidad de actividad física realizada los porcentajes son los siguientes:

    Entre los varones, el 27% practican un deporte, del 40% practican varios, el 17% antes practicaban y ahora no y el 16% no practican ninguno. En cuanto a las mujeres, el 19% practican uno, el 20% varios, el 22% antes si y ahora no y el 39% no practican ninguno. En cuanto a los datos recogidos que nos dan información a nivel nacional y local sobre la participación de ambos sexos en competición son: El 5% de los varones participa en ligas nacionales frente al 1% de las mujeres. El 20% de los hombres participan en ligas locales frente al 9% de las mujeres.

Gráfico 3. Práctica de deportes en función de la edad y el sexo.

 Fuente: Elaboración Fundación Encuentro a partir de CIS (2010): Estudio 2.833. Hábitos deportivos en España (IV)

    En cuanto a los deportes más practicados citaremos datos de los diferentes estudios analizados. Los deportes más practicados por la población española, según las encuestas realizadas por García Ferrando (1990) son: natación, fútbol, baloncesto, tenis, ciclismo, carrera a pie, gimnasia de mantenimiento, fútbol-sala, atletismo, balonmano, voleibol, pelota (frontón), gimnasia rítmica, etc. Los deportes practicados semanalmente son en el siguiente orden: fútbol, baloncesto, natación, gimnasia de mantenimiento, carrera a pie, tenis, ciclismo, fútbol-sala, atletismo, etc.

    Engel (1994) encontró que los niveles de participación deportiva decrecen con la edad en una muestra de mujeres jóvenes adolescentes del Norte de Inglaterra.

    Los grupos de edad estudiados fueron 12-13 años y 15-16 años. El descenso en los niveles de participación fue más pronunciado en los deportes estereotípicamente masculinos.

    En cuanto a las categorías de grupos estudiadas por García Ferrando (1990) se encontró que los estudiantes, con independencia del tipo de estudio, son los que muestran un nivel de preferencia superior por practicar deporte, mientras que las amas de casa y los jubilados son los que menos preferencia muestran por el deporte y esto es mayor en el medio rural y semiurbano.

Notas

  1. La práctica deportiva supone una serie de ventajas físicas, psíquicas y sociales para la mayoría de las personas. En la medida en que las mujeres realicen estas actividades en menor cuantía que los hombres, claramente estarán en desventaja a esos tres niveles y esa desventaja es acumulable a través de la historia, hasta el punto de convertirse en algo natural, positivo y aceptado socialmente.

  2. Es un hecho que los hombres hacen más deporte que las mujeres, los niños corren y saltan más que las niñas, hay muchos más deportistas de élite hombres que mujeres. Si de deportes de aventura se trata, las diferencias incluso aumentan, etc.,

  3. Los aspectos sociales influyen en la psicología del individuo, en su forma de pensar, sentir y actuar. Ambos determinan la actitud que el sujeto va a tener acerca de una conducta determinada así como la realización de la conducta en sí misma.

Bibliografía

  • García Bonafé, M. (1992). Las mujeres y el deporte: del corsé al chándal. En Sistema, 110, 37-53.

  • García Ferrando, M. (1988). Sociología del Deporte. Madrid: Alianza.

  • García Ferrando, M. (1990). Sociología del ocio y del deporte. En: S. Giner y L. Moreno (Comps.), Sociología en España. Madrid: Consejo Superior de Deportes,

  • Latorre Román, P.A. y González Redondo, M.A. (2007). Mujer, deporte y medios de comunicación. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Nº 11. http://www.efdeportes.com/efd106/mujer-deporte-y-medios-de-comunicacion.htm

  • Moreno, V. M. (1999). Estereotipos y deporte femenino. La influencia del estereotipo en la práctica deportiva de niñas y adolescentes, 5-81. http://hera.ugr.es/tesisugr/15755368.pdf [Consulta: 12/02/2015]

  • Pardo Arquero, V.P. y Avilés Fernández, M.A. (2013). Actividades físico deportivas practicadas por el alumnado de segundo ciclo de educación primaria. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Nº179. http://www.efdeportes.com/efd179/actividades-deportivas-practicadas-por-el-alumnado.htm

  • Rubio Herráez, E. (1991). Género/sexo y currículo: la educación científica de las niñas. Infancia y Sociedad, Monográfico Las Niñas 10 (1991), pp. 133-142.

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