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Los beneficios de la actividad física en adultos 

mayores incorporados a los Círculos de Abuelos

The benefits of the physical activity in old adults incorporated to Grandfather’s Circles

 

CUM “Panchito Gómez Toro”

Finca Palmarito. Jatibonico. Sancti Spíritus

(Cuba)

MSc. Migdalia Ruíz de la Paz

mruiz@uniss.edu.cu

Esp. Esther Lucia Pérez Pila

ester@uniss.edu.cu

Lic. Dayami Peña Pérez

dayamispp@uniss.edu.cu

 

 

 

 

Resumen

          La práctica de actividades físicas recreativas ejerce un efecto óptimo sobre el funcionamiento del cuerpo y del aspecto emocional del individuo. Con el objetivo general de: Determinar la percepción de los beneficios, barreras y apoyo social para la actividad física de adultos mayores incorporados a los Círculos de Abuelos se realizó un estudio descriptivo de corte transversal, respondiendo a una metodología cualitativa. La muestra estuvo constituida por 15 adultos mayores incorporados a un Círculo de Abuelos del municipio Jatibonico, de ambos sexos y fue seleccionada de forma no aleatoria. Las técnicas aplicadas arrojaron que los adultos mayores perciben el ejercicio físico como una actividad para beneficio de su salud física y emocional, así como para el esparcimiento y la socialización.

          Palabras claves: Actividades físicas. Adulto mayor. Círculo de Abuelos. Calidad de vida.

 

Abstract

          The practice of recreational physical activities exercises a good effect on the operation of the body and of the individual's emotional aspect. With the general objective of: To determine the perception of the benefits, barriers and social support for the incorporate bigger physical activity of adults to the Circles of Grandparents was carried out a descriptive study of traverse court, responding to a qualitative methodology. The sample was constituted by 15 old adults of both sexes incorporated to Grandparents Circle of Jatibonico municipality, and it was selected in a non random way. The applied techniques threw that the oldest adults perceive the physical exercise as an activity for benefit of their physical and emotional health, as well as for the spreading and socialization.

          Keywords: Physical activities. Older adult. Grandfather’s circle. Quality of life.

 

Recepción: 27/09/2015 - Aceptación: 19/01/2016

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 21, Nº 215, Abril de 2016. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El envejecimiento del organismo humano además de constituir una etapa normal e irreversible de la vida, es una forma muy especial del movimiento de la materia. Es un complejo y variado proceso que depende no solamente de causas biológicas, sino también de condiciones socioeconómicas en las cuales se desarrolla el individuo como ser social. En la actualidad son muchas las personas en el mundo que dedican su esfuerzo y estudio a lo que podría denominarse como la nueva cultura de la longevidad.

    En realidad, es el intento de vivir más y en mejores condiciones físicas, sociales y mentales, producto de que el avance social está orientado hacia esa dirección, buscando así un modelo de envejecimiento competente en un sentido útil y productivo, capaz de fortalecer desde un punto de vista genérico de la salud, su calidad de vida.

    El aumento de la esperanza de vida que actualmente ascienden a más de 76 años de edad, planteándose como edad potencial de vida máxima de los seres humanos los 120 años, ha favorecido el incremento de la población mayor de 60 años, la cual se estima que en el mundo pasará de 10 a 22 % entre 2000 y 2050.

    Cuando se analizan las estadísticas de población se puede valorar cuán rápido se ha producido el envejecimiento en el mundo; el número total de adultos mayores, con 60 años y más, se duplicará en los próximos 50 años (de 606 millones en el 2000 hasta más de 1,2 billones alrededor del 2050). Se observará un incremento rápido de la población anciana tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. Mientras, la población total se incrementará desde alrededor de 6 billones en el 2000 a 9 billones en el 2050 (un 50 %); la población anciana en el mundo aumentará un 300 % en el mismo período; incremento que será de 400 % en los países en desarrollo. (Benítez y Domínguez, 2010, p. 5).

    En América Latina y el Caribe la transición demográfica, de comienzo reciente, se caracteriza por su rapidez. En 1950 sólo el 5.4 % de la población tenía 60 años o más, en el 2002 se estimó un 8 %, mientras que para el 2025 se estima un 12.8 % de la población en este grupo y para el 2050 el 22 %. De manera que en un siglo el porcentaje de adultos mayores se cuadruplicará. (Alfonso, 2002).

    En México, 8.2 millones de personas son adultos mayores, lo que representa una preocupación primordial para las instituciones gubernamentales porque existen factores como la edad, ocupación, estado civil y el mismo proceso fisiológico del envejecimiento que afectan la participación social de esta población.

    En los países europeos, la situación de calidad de vida es relativamente mejor, aunque los servicios de seguridad social aún no garantizan o satisfacen todas las necesidades de los mayores. En Gran Bretaña por ejemplo la atención a la Tercera Edad constituye uno de los programas de los servicios sociales en cada una de las regiones. (Orosa, 2003, p.7).

    Cuba se encuentra en la última etapa de su desarrollo demográfico, su población al igual que la de los países desarrollados ha envejecido de forma ostensible, el 15,4% de los cubanos tiene hoy 60 años o más, cifra que aumentará a 20,1% en el 2025, con expectativas de vida de 77 años. (CITED, 1996).

    Dentro de las provincias más envejecidas del país de acuerdo al anuario se encuentran Villa Clara con el 20.0%, Ciudad de la Habana con el 18.9% y Sancti Spíritus con el 18.2%. (Domínguez, 2011)

    En la provincia de Sancti-Spíritus se encuentran registrados 90 762 adultos mayores, mientras que en el municipio de Jatibonico se registran 7 630, de ellos 2308 adultos mayores pertenecen al área 1. (Domínguez, 2011)

    A pesar que la práctica de actividades físicas recreativas ejerce un efecto óptimo sobre el funcionamiento del cuerpo y del aspecto emocional del individuo, lo que hace que el estado de salud no se deteriore, aún con el pasar de los años, la Organización Panamericana de la Salud en el 2002 informó que solo el 20 % de los adultos mayores las realiza. En toda la Isla se atienden más de medio millón de personas en unas 15 mil instituciones, cifra que representa el 35% de ese grupo etario.

    Los círculos del adulto mayor constituyen un acto de apoyo al mejoramiento de la salud y la calidad de vida donde se concretan propósitos instructivos-educativos y se trazan estrategias de cambios previstos mediante la programación docente y recreativa de éstos.

Desarrollo

    El envejecimiento como evento vital evolutivo, trae aparejado una serie de cambios biológicos, psicológicos y sociales que necesariamente implican, para el sujeto, la necesidad de determinados esfuerzos de ajustes.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como adulto mayor o anciano toda persona mayor de 60 años, subdivididos en las siguientes categorías. Tercera Edad: 60-74 años, Cuarta edad: 75-89 años, Longevos: 90-99 años, Centenarios: más de 100 años. (Alfonso, 2002, p. 24).

    El envejecimiento conlleva una serie de cambios a nivel cardiovascular, respiratorio, metabólico, músculo esquelético, motriz, que reducen la capacidad de esfuerzo y resistencia al estrés físico de los mayores, reduciéndose así mismo su autonomía, calidad de vida, su habilidad y capacidad de aprendizaje motriz.

    De manera general se puede plantear que la estructura psíquica de las personas de la Tercera Edad es relativamente estable y conserva sus principales características durante el período evolutivo dado, el cual constituye una etapa muy particular de la vida y que la reestructuración evolutiva que se produce en ella no es únicamente un retroceso, aunque si se producen neo formaciones importantes. (Zaldívar, 2006).

    En el área cognitiva puede aparecer una disminución de la actividad intelectual y de la memoria (olvido de rutinas, reiteraciones de historias) y un deterioro de la agudeza perceptual. En el área motivacional puede producirse un menoscabo del interés por el mundo externo acerca de lo novedoso, reduciéndose el número de interés, donde en ocasiones no les gusta nada y se muestran gruñones y regañones quejándose constantemente. Aparece una tendencia a mostrar un elevado interés por las vivencias del pasado y por la revaloración de ese pasado. (Rodríguez, 2010, p.13).

    El envejecimiento de los órganos y tejidos aminora la fuerza muscular, la movilidad de las articulaciones, la elasticidad de todos los tejidos, así como las potencialidades reactivas y de inhibición de los procesos nerviosos. El afán de movimiento va reduciéndose cada vez más, mermando la rapidez, la dirección y la sucesión de los mismos, haciéndose mas lentos pues decrece la capacidad de captar con rapidez una situación y de conducir una respuesta motriz inmediata, descendiendo la habilidad de cambiar movimientos, apareciendo las pausas y las alteraciones del equilibrio, el ritmo, la fluidez, las reacciones de anticipación y predominando los movimientos aislados de las diferentes extremidades. (Rodríguez, 2010, p.13).

    Existen diferentes factores que caracterizan el envejecimiento como la pérdida de la agilidad, disminución de la capacidad para dirigir los movimientos, calcular la magnitud del esfuerzo, de la coordinación y precisión, otros muy frecuentes como el envejecimiento de las articulaciones y la disminución de la capacidad de trabajo físico.

    Otros son signos de las manifestaciones del envejecimiento tales como la disminución de la capacidad mental (recibir y dar informaciones), de la función sexual, la extensibilidad de los tejidos conectivos, así como la notable disminución de los rangos de movimiento articular, lo cual provoca en las personas de la Tercera Edad diferentes dificultades como trastornos digestivos causados por la ingestión de alimentos, curvatura del esqueleto óseo, desgaste muscular, cambios degenerativos a nivel articular especialmente en la columna y otros relacionados a las fascias, ligamentos y tendones que aumentan sus fibras colágenas, incidiendo así sobre la extensibilidad tisular y los rangos articulares, produciendo además un aumento de la incidencia lesional y la pérdida de la flexibilidad se produce por el desuso.(Rodríguez, 2010, p.14).

    El envejecimiento desde este prisma, representa un cambio que no sólo debilita el individuo y lo hace más susceptible a la enfermedad, sino que se asocia a cambios medibles en el funcionamiento de órganos. (Rodríguez, 2010, p.14).

    La inmensa mayoría de las personas que han cumplido entre 65 y 70 años han dejado de lado el trabajo profesional para ocuparse de actividades que antes eran “complementarias” y ahora pasan a ser casi “fundamentales” en su vida.

    La ausencia de un proyecto de vida adecuadamente estructurado, la pérdida de contactos sociales, un bajo nivel de actividad física y social, la falta de motivación para desarrollar nuevos intereses, resultan factores de riesgo a controlar y evitar. (Hernández, 1997).

    Parece por lo tanto importante, un programa dirigido con propuestas en el ámbito de la actividad física y deportiva, recreativa, adaptadas a todas las condiciones de su edad, como práctica de hábitos saludables desde el punto de vista psíquico y corporal, tanto como lo social, favoreciendo la integración de muchas personas, aumentando su nivel de autoestima, valoración personal, generando nuevos estímulos para cubrir las últimas y a veces largas etapas de la vida con una amplia referencia de calidad de vida. En el fondo, estos programas que combinan lo físico, lo psíquico y lo social, se enmarcan plenamente en la definición actual de “salud”. (Casullo et al, 2002).

El Círculo de Abuelos: un espacio para la actividad física en pos de un envejecimiento saludable

    Desde tiempos inmemoriales el hombre ha intentado por todos los medios saciar su ansia de preservar el vigor juvenil y dilatar la duración de la vida. Con este fin se ha recurrido a la creación de múltiples remedios o medicamentos milagrosos. Durante la Edad Media, por ejemplo, los alquimistas se empeñaban en transformar a los "viejos" en "jóvenes", haciéndoles ingerir el aurum potabile, un elíxir a base de oro. Sus coetáneas hechiceras también lo intentaron con sus conjuras y pócimas que incluían polvos de orquídea y mandrágora. En épocas más recientes fueron populares en algunas zonas las curas de agua, la transfusión de sangre de niños, el injerto de testículos de chimpancé y toda suerte de regímenes esotéricos. (Casals, 2006).

    Estas y otras muchas inútiles recetas contra la ancianidad han caído en desuso para dar paso a una cada vez más eficiente medicina preventiva que combate las verdaderas causas del envejecimiento. El objetivo no es descubrir el secreto de la "eterna juventud" sino buscar los mecanismos que permitan proporcionar un "envejecimiento saludable", facilitando así la mejor calidad de vida posible a los ancianos.

    En la práctica, el decaimiento físico se atribuye, hoy día, a la progresiva tendencia de los adultos mayores a la inactividad y al sedentarismo, característicos de estas edades. El envejecimiento no se puede evitar pero si se puede retraer, la actividad física es el medio ideal para alcanzar el objetivo.

    El programa de atención al adulto mayor en Cuba constituye prioridad para el Sistema de Salud, como parte de este proyecto, en 1984 se crearon los Círculos de Abuelos, en aras de brindar una incorporación más plena a la sociedad y elevar la calidad de vida de estas personas mediante la actividad física.

    Largos años de estudio y preparación han distinguido a los profesionales de la Cultura Física en Cuba, encargados de multiplicar y orientar las actividades relacionadas con la educación y recreación física a través de programas viables para la población en general y en lo particular para el adulto mayor, con la finalidad de mejorar su calidad de vida.

    El ejercicio físico en la vejez, es una parte importante del problema total del anciano, pues éste ayuda a que personas habi­tuadas a un ritmo de vida dinámico, con rendimiento físico y mental, no se retiren de ella, pues resultaría un serio daño para él, pudiéndole proporcionar traumas psíquicos, morales y socia­les, acelerando el proceso involutivo hacía una vejez ociosa. (Colectivo de autores, 2008).

    De ahí el deber de integrar al anciano a esta esfera, ya que este grupo de población numerosa e importante, y con características particulares, una vez incorporados a la actividad física pueden lograr el gran objetivo de no sólo añadir más años a la vida, sino más vida a los años.

    Las actividades físicas recreativas tienen por objetivo alcanzar un mayor nivel de autonomía física en los sujetos que a su vez contrarresten las acciones del proceso de envejecimiento, así como ayuden a mejorar el nivel de adaptación de los adultos a las nuevas situaciones sociales, laborales, familiares, y de esa manera fomentar el mejoramiento de la salud.

    La práctica de actividades físicas recreativas ejerce un efecto óptimo sobre el funcionamiento del cuerpo y del aspecto emocional del individuo lo que hace que el estado de salud, no se deteriore aún con el pasar de los años.

    En efecto, el ejercicio puede ayudar a mantener o mejorar la condición física y el estado mental de los ancianos. Con ejercicios físicos adecuados, aunque estos se empiecen a la edad de 60 años, se puede incrementar de uno a dos años la esperanza de vida, la independencia funcional, y ayuda a prevenir enfermedades. Se ha encontrado que las dos terceras partes de las personas con más de 60 años practican de manera irregular alguna actividad física o son totalmente sedentarios. Por causa de la inactividad aparecen los riesgos de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes, la osteoporosis y la depresión. (Colectivo de autores, 2008).

    Muchas investigaciones han demostrado que la práctica física regular incrementa la habilidad de un adulto mayor en sus quehaceres diarios, reduce los riesgos de enfermedades crónicas específicas, incluyendo las enfermedades coronarias y baja la tasa de mortalidad. Contribuye al mejoramiento de la función cardiovascular y respiratoria, la readecuación de los compartimientos corporales, el incremento de la flexibilidad y el equilibrio, y sobre todo a una menor probabilidad de depresión, recuperación de la autoestima y una mayor independencia en las actividades de la vida diaria. (Albamonte, 2001).

    El ejercicio físico puede mejorar significativamente la calidad de vida de una persona de la Tercera Edad dándole mayor flexibilidad, fuerza y volumen muscular, movilidad y mayor capacidad funcional aeróbica. (Albamonte, 2001).

    También se ha encontrado que el ejercicio es benéfico para la salud mental en la Tercera Edad, dados los efectos ligados a la cognición y a los aspectos psicológicos. La recuperación de la capacidad funcional, de la independencia en el desarrollo de las actividades de la vida diaria y de la autoestima, la reducción de la ansiedad y la depresión son factores que en conjunto determinan un bienestar global que se traduce en la mejor calidad de vida del anciano. (Nakajima, 2005).

    Autores también han referido que el ejercicio mejora la autoestima, el autocontrol, el funcionamiento autónomo, los hábitos de sueño, las funciones intelectuales y las relaciones sociales.

    Es responsabilidad de todo un conjunto de personas o entidades, incorporar a estos adultos mayores a una Educación Física racional dentro de su zona residencial, propiciando de esta forma el fomento de su salud, de la capacidad de rendimiento físico, y el cultivo de nuevos contactos sociales en el propio marco generacional.

    Sin embargo un rol esencial lo desempeña el profesional de Cultura Física, como eje en el trabajo intersectorial y multidisciplinario, quien no sólo tiene la tarea del fomento de la práctica del ejercicio físico sino además de proveer al grupo de conocimientos, actitudes y prácticas saludables que conduzcan a una vejez plena. (Galván, 1996).

    La integración al Círculo de Abuelos promueve cambios sustancia­les en la conducta de los ancianos, además la comunicación que establezca el profesor de Cultura Física con ellos, puede servir para detectar precozmente determinadas enfermedades, reducir riesgos, acercarse a los problemas del anciano, dándole solución en algunos casos, o apoyo en otros. (Colectivo de Autores, 2008).

    En la práctica de ejercicios físicos, en el caso del adulto mayor, se hace indispensable tener en cuenta la relación de ejercicios físicos según su patología, ya que en esta edad son frecuentes las enfermedades como: hipertensión arterial, trombosis, escoliosis, obesidad, diabetes mellitus, asma, artrosis, artritis, etc., para las cuales no todos los ejercicios son recomendables y pudieran convertirse en contraproducentes.

    Los Círculo de Abuelos ayudan a desprejuiciar el criterio de que la longevidad sea estimada culturalmente, como síndrome, morbosidad, detrimento, caducidad o quebranto de estos decanos, son un espacio para la socialización de estos hombres y mujeres, para mejorar la calidad de vida, pues fortalecen su salud y se arraiga la valencia por sí mismo. (Colectivo de Autores, 2008).

Conclusiones

    En mérito a lo antes referido, con las distintas técnicas aplicadas, los adultos mayores perciben la realización de actividad física como importante para su salud, pues concuerdan en que procura un mayor nivel de autonomía física y mental, permitiendo contrarrestar los embates del proceso natural de envejecimiento, que crea en ellos situaciones de dependencia y además mejora la capacidad de adaptación a las nuevas situaciones a través de propuestas de actividades físicas variadas y elimina la tendencia a lo diario, la rutina y al sedentarismo.

    La práctica de ejercicios físicos y asistencia al Círculo de Abuelos es percibido por los participantes en esta investigación, como una actividad recreativa que ejerce un efecto óptimo sobre el funcionamiento del cuerpo y del aspecto emocional del individuo, lo que hace que el estado de salud no se deteriore, aún con el paso de los años.

    Además es un espacio de integración social del adulto mayor, pues permite el mantenimiento de vínculos con amistades y vecinos, así como la participación activa en organizaciones o grupos sociales, lo cual es muy importante para los ancianos ya que está probado que una de las cosas que más valora el adulto mayor es tener la oportunidad de conversar y cultivar la amistad.

Bibliografía

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