Primeros auxilios en Educación Física. Actuaciones del docente en casos de urgencia First aid in Physical Education. Performances of the teacher in cases of urgency |
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Diplomado en Magisterio de Educación Física por la Universidad de Murcia Técnico Superior en Animación y Actividades Físicas y Deportivas (España) |
Raúl Pérez Gómez |
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Resumen Ante las posibilidades de encontrarnos con varios tipos de incidentes que atenten contra la salud de los alumnos, proponemos una serie de pautas de actuación que todo docente, en especial el especialista en Educación Física, debe controlar y saber aplicarlas para asegurar la vida del accidentado. Palabras clave: Primeros auxilios. Educación física. Actuaciones del docente. Urgencia.Abstract Before the possibilities to meet with various types of incidents that threaten the health of students, we propose a set of guidelines that all teachers, especially physical education specialist, must control and learn to apply them to ensure the life of the injured person. Keywords: First aid. Physical education. Performances of the teacher. Urgency.
Recepción: 20/10/2015 - Aceptación: 16/12/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 20, Nº 212, Enero de 2016. http://www.efdeportes.com/ |
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1. Introducción
Una de las ventajas de las sociedades avanzadas, es la gran cantidad de información que maneja sobre cualquier tema, a través de la cultura, la educación y las nuevas tecnologías. Gracias a ello, las personas pueden formarse y poner en práctica sus conocimientos en el entorno.
En consonancia, los docentes deben actualizar continuamente sus conocimientos en lo que concierne a las corrientes educativas e innovación tecnológica, implicando psicología y pedagogía, además de una serie de habilidades y destrezas prácticas, siendo los que más deben implicarse los especialistas en educación y sobre todo del área de Educación Física, ya que será la persona que más situaciones de riesgo encontrará en su labor docente con los niños, y no marcamos como objetivo, sustituir a la persona sanitaria especializada en el transcurso de un accidente.
2. Marco conceptual
Según la Cruz Roja, se entiende por primeros auxilios los cuidados inmediatos, adecuados y provisionales prestados a las personas accidentadas o con enfermedades de aparición súbita antes de ser atendidos en un centro asistencial. Así pues, se marcan los siguientes como objetivos de la misma:
Conservar la vida.
Evitar complicaciones físicas y psicológicas.
Ayudar a la recuperación.
Asegurar el traslado de los accidentados a un centro asistencial.
En este sentido, ¿por qué deberíamos tener todos los ciudadanos nociones básicas o avanzadas de socorrer a accidentados?, a esta cuestión respondemos con estas sólidas aclaraciones:
Porque es una obligación moral y legal. Si hacemos un ejercicio de empatía, a toda persona lesionada le gustaría ser ayudado por alguien en un momento de tal envergadura.
Porque pretendemos que el damnificado mejore, para ello, nos debemos marcar como objetivo la estabilización hasta que llegue la asistencia médica, o su traslado seguro si fuese necesario, al centro de urgencias más próximo. Nunca nos propondremos curar.
Porque no es un tratamiento médico. Simplemente trataremos de prestar atención y ayuda hasta que los especialistas lleguen para realizar su trabajo.
Porque la rapidez y la calidad de la asistencia inicial condicionarán el pronóstico, las complicaciones y las secuelas de la persona herida.
3. El centro educativo: un entorno seguro para desarrollar la actividad motriz
3.1. Factores de riesgo en Educación Física
Cabe destacar que el centro educativo es el lugar donde los escolares pasarán parte de sus vidas formándose, debiendo por tanto contener dicho centro, una serie de características que hagan de él un sitio seguro, con unas condiciones óptimas para el desarrollo integral del alumnado.
A su vez, los centros educativos están respaldados por las autoridades públicas, manifestadas en leyes tales como el Real Decreto 132/2010, de 12 de febrero, que establece los requisitos mínimos de los centros que imparten enseñanzas de régimen general no universitarias o el Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, que aprueba la Norma Básica de Autoprotección de los centros y dependencias dedicados a actividades que puedan dar origen a situaciones de emergencia.
Desde esta perspectiva, los espacios exteriores son los lugares donde más se pone en práctica la Educación Física y es ahí donde existe un mayor peligro para el discente. Analizando en planos generales la peligrosidad del área, podemos observar tres factores de riesgo:
Ambientales: humedad ambiental, calor, frío, viento, lluvia...
Materiales y recursos: bancos suecos, plintos, canastas, porterías...
Espaciales y arquitectónicos: pista polideportiva, pabellón, vestuarios, patio de recreo...
3.2. El botiquín médico como elemento imprescindible en la escuela
Los factores de riesgo mencionados con anterioridad nos hacen replantearnos las medidas preventivas que debemos conocer para proceder de forma óptima a su práctica. Por este motivo, el centro educativo y los que lo conforman deben conocer cuáles son sus roles y actuaciones en caso de producirse alguna situación de emergencia, potenciando la seguridad del mismo. Por lo pronto y tratando desde lo más básico, el educador debe dominar un mínimo en materia de asistencia elemental, disponiendo para ello, de un dispensario médico.
En relación con lo dicho, los consejos para ubicar el botiquín deben ser claros, debiendo situarse en un lugar no húmedo y carente de cambios bruscos de temperatura. Además, la caja debe ser de complicado acceso y difícil apertura para los escolares para obtener una mayor seguridad.
Según la Organización Mundial de la Salud, un botiquín debe ser un recipiente limpio, espacioso, resistente, fácil de llevar y sencillo de abrir para un adulto. Dicho organismo nos aconseja además, acerca del contenido apropiado del contenido de un botiquín:
Medicamentos para contrarrestar alergias, con una lista que indique de qué manera se utilizan.
Antisépticos para prevenir infecciones.
Jabón de barra o líquido, para el lavado de manos, heridas y material de curación.
Suero fisiológico para lavar heridas y quemaduras. También usado como descongestionante nasal y para lavados oculares.
Alcohol para desinfectar el material de cura y desinfectar la piel antes de una inyección.
Gasas para cubrir las heridas o detener hemorragias.
Apósitos para cubrir la lesión una vez desinfectada y vendas. Existen apósitos para los ojos.
Analgésicos-Antitérmicos para controlar el dolor y bajar la fiebre, siendo los más usados la aspirina y el paracetamol.
Antiinflamatorios tópicos para contusiones deportivas y caídas.
Crema para quemaduras y crema para picaduras.
Sobres de suero oral para casos de diarreas intensas.
Resulta oportuno analizar los elementos escogidos para el botiquín según Soria (2000), ya que afirma que deben revisarse con regularidad para proceder a la sustitución de los caducados y su reposición en caso de ausencia. Es conveniente además, que el recipiente médico tenga entre lo mencionado con anterioridad, estos otros elementos:
Teléfonos de las asistencias sanitarias cercanas y de urgencias (112).
Tijeras pequeñas de punta roma, pinzas, termómetro, imperdibles.
4. Pautas de actuación ante casos de urgencia
Creemos que el protocolo más adecuado en caso de existencia de algún incidente debe iniciarse por avisar a la persona responsable, en este caso al maestro, el cual debe hacerse cargo de la situación, valorando la situación en base a la gravedad producida, como:
Si el accidente es leve, proceder al cuidado y cura del damnificado.
Si el accidente es grave, prestar los primeros auxilios al accidentado para luego avisar a los servicios sanitarios y padres con el objeto de trasladarlo al centro médico.
Desde esta perspectiva, ante cualquier accidente debemos activar el sistema de emergencia basado en la regla nemotécnica “P.A.S” que significa:
Proteger haciendo el lugar seguro tanto para el accidentado como para nosotros.
Avisar cuanto antes a los servicios médicos.
Socorrer a la víctima evaluando su estado físico.
Profundizando en los accidentes de mayor gravedad, debemos conocer si la vida del niño puede peligrar en algún momento. De esta forma, seguiremos estos pasos:
Adquirir la información pertinente sobre el hecho ocurrido y saber si persiste el peligro.
Valorar el estado de consciencia a través de preguntas, palmadas en la cara y observando si sus párpados se mueven. Si no responde es porque se encuentra inconsciente.
En el caso de que el accidentado esté inconsciente, comprobamos si respira fijándonos en el ascenso y descenso del tórax y escuchando la salida del aire por su boca y nariz.
En ausencia de respiración, procedemos a la Reanimación Cardiopulmonar o RCP.
En el caso de que la víctima respire y no responda, será porque se encuentre inconsciente. Por lo tanto se debe proceder a colocarlo en posición de seguridad.
Comprobar el pulso del accidentado a través de la carótida o de la muñeca. En el caso de que no tenga pulso, iniciaremos el masaje cardíaco.
Inspeccionar al damnificado por si hay presencia de hemorragias. En caso afirmativo, procederemos presionando sobre la zona sangrante hasta que llegue la atención personalizada.
Averiguar si tiene fracturas e inmovilizar la zona o zonas afectadas.
5. Actuaciones de urgencia ante situaciones adversas en el ámbito escolar
Consideramos importante la relevancia de lo que acontece y rodea a los primeros auxilios y a la actuación del docente ante los accidentes dentro del entorno educativo, sin que dicha actuación, sustituya ni entorpezca la tarea realizada por los médicos.
En este sentido, pretendemos contribuir a una actitud y un sentido cívico muy relacionados con la formación integral, pilar básico de nuestra sociedad. Por tanto, pensamos que todo integrante de un centro educativo sin excepción, debe desarrollar los conocimientos tratados en el presente tema, respaldados por el resto de integrantes de la sociedad, ya que sólo así se alcanzará la seguridad que tenemos por objeto.
Resaltar la importancia de incorporar en los planes universitarios un área destinada a esta temática, sumando así, otro medio para conseguir que cada vez más personas adquieran los conocimientos tratados en el artículo.
De este modo, presentamos las diferentes actuaciones del docente ante las diversas situaciones:
1. Cuerpo extraño en vía aérea con obstrucción parcial. Estimulamos al alumno/a para que tosa y expulse por sí mismo el cuerpo extraño. Si fuese capaz de respirar y no pudiese expulsarlo, se le llevará a un centro médico.
2. Cuerpo extraño en vía aérea con obstrucción total. Ante esta situación grave debemos comprimir por encima del ombligo aplicando la maniobra de Heimlich, en la que el diafragma se contrae para comprimir los pulmones y empujar hacia arriba el cuerpo extraño obstruido, movilizando el aire residual que queda en ellos. Una vez explicado el proceso, pasemos al desarrollo de la maniobra de Heimlich realizada en cuatro pasos:
Nos colocamos tras el atragantado rodeándolo con los brazos, de modo que, nuestras manos quedan delante.
Cerramos el puño de una de las manos adelantadas sobre el accidentado, colocándola por encima de su ombligo y bastante por debajo del esternón.
La mano opuesta sujetará el puño en el abdomen para comprimir hacia arriba de forma rápida.
Realizar las compresiones necesarias hasta que el objeto salga y la víctima pueda respirar.
Si tras ello, no logramos que salga el objeto, la persona accidentada en poco tiempo dejará de responder, teniendo que proceder este caso y sin demora, a realizar la RCP si fuese necesario.
3. Quemaduras. Pueden ser producidas por varias causas, dependiendo de su gravedad y grado:
Primer grado: enrojecimiento de la piel con ligera inflamación.
Segundo grado: afecta la parte interior formando ampollas.
Tercer grado: afecta a la piel y tejidos, destrozando músculos y vasos sanguíneos.
En este sentido, la curación de quemaduras consiste en irrigar agua fría en la zona afectada, cubrir con gasas y suero salino fisiológico si es necesario, y traslado al centro sanitario más próximo.
4. Accidente eléctrico. Cuando el niño o niña entra en contacto con la electricidad (normalmente suelen ser por tocar enchufes) se le debe separar del contacto empleando un objeto aislante, de madera por ejemplo si no se ha podido cortar la corriente. Acto seguido, le colocaremos en el suelo y observaremos si está consciente. En caso negativo, se aplicará la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP). Por último, cubriremos las quemaduras con un paño limpio y trasladamos a un centro médico.
5. Intoxicación. Los síntomas serán muy variados en función de la sustancia tóxica ingerida, produciendo desde náuseas, vómitos e incluso quemaduras alrededor de la boca. La actuación para que sea adecuada, debe tratarse desde una doble vertiente:
La prevención dentro del centro: etiquetar los productos tóxicos y usar envases específicos, manteniéndolos fuera del alcance del alumnado bajo llave para mayor seguridad.
Actuación: identificamos el tóxico a través del interrogatorio e inspección del lugar para encontrar el objeto consumido. Después, llamaremos al Instituto Nacional de Toxicología (915620420) y seguiremos sus instrucciones. En caso de duda, llamaremos al 112 y procederemos al traslado urgente al centro sanitario.
6. Cuerpo extraño en el ojo. Primeramente, intentamos detectar si la sustancia es líquida o sólida. En caso de ser líquida, debe lavarse el ojo rápidamente con agua abundante durante unos 10 minutos. A continuación, exploramos el ojo con buena iluminación y separamos el párpado del ojo para favorecer que llore el afectado.
En caso de que la sustancia sea sólida, trasladaremos al hospital o centro médico más cercano.
7. Hemorragia nasal. La fosa nasal dañada se debe limpiar con la exhalación brusca de aire, tapando la que no sangre durante unos minutos con la cabeza erguida y comprimiendo la fosa nasal damnificada contra el tabique nasal. Si la hemorragia persiste trasladamos al centro sanitario.
8. Pérdida dentaria. Debemos asegurarnos de qué tipo de diente ha perdido el escolar, ya que si se trata de un diente permanente, lo conservaremos en un recipiente con agua, solución salina o leche. De no ser posible, el niño debe conservarlo bajo su lengua y llevarlo al odontólogo en los 30 minutos posteriores al traumatismo.
6. Primeros auxilios en el área de Educación Física
6.1. Actuaciones dentro del centro educativo
La actuación y prevención de accidentes dentro del centro escolar por parte del equipo docente resulta fundamental para paliar el porcentaje de accidentes sufridos, tanto como educar al discente en estos conocimientos por medio de rutinas y orden, siendo ellos partícipes de la seguridad del centro.
Desde esta perspectiva, explicamos los tipos de lesiones más frecuentes:
Hemorragias. Cuando la pérdida de sangre del aparato circulatorio es abundante hay serios peligros para la salud. Veamos pues, los tipos de hemorragias y las actuaciones a realizar.
Hemorragias externas: primero tapar la herida sangrante comprimiendo con un tejido limpio. Si no cesa la hemorragia, comprimimos con los dedos la arteria. Si estas maniobras no son suficientes, pasaremos a realizar un torniquete. Esta sería la última alternativa.
Hemorragias internas: resulta complicado reconocerlo y los síntomas serían: pulso rápido y débil, sudor frío, piel pálida y, a veces, pérdida de conocimiento. Trataremos tumbando al accidentado y le elevaremos las piernas 30º, mientras que en el caso de estar inconsciente, utilizaremos la posición lateral de seguridad.
Hemorragias exteriorizadas:
Hemorragias por nariz o epistaxis. Descrita con anterioridad.
Hemorragias del oído u otorragias. Indican grave lesión o fractura de la base de cráneo. Actuaremos girando la cabeza de modo que el oído sangra en sentido de la gravedad.
Hemorragias por la boca. Debemos diferenciar el origen de esa lesión:
Si procede del aparato respiratorio lo sabremos por el color brillante, con espuma.
Si viene del aparato digestivo será de color oscuro y coagulado.
En ambas situaciones, trasladamos al accidentado al centro médico más próximo en reposo absoluto, aplicando una bolsa de frío o hielo.
Contusiones. Son traumatismos de poca intensidad sin rotura de piel, que generalmente provocan dolor e inflamación. Para la contusión aplicaremos hielo envuelto en un paño para aplicar en el lugar de la lesión. Tras ello, pondremos pomada antiinflamatoria y por último, inmovilizamos la región con un vendaje compresivo. Destacar que toda contusión debe ser revisada por un médico.
Heridas. Son traumatismos abiertos que provocan entrada de gérmenes y posibles infecciones en la zona del cuerpo dañada. A su vez, podemos encontrarlas de tipo punzantes, cortantes, contusas, scalp o por arma de fuego, siendo los síntomas más comunes el dolor y la hemorragia. En cuanto al proceso de cuidado del damnificado, debemos lavar con agua a chorro y jabón, aplicando una comprensión de la herida y desinfectando con yodo o Clorhexidina.
Fracturas. Nos encontramos con roturas de hueso, que pueden ser de dos tipos:
Cerradas: cuando la piel está intacta. Inmovilizamos la fractura con tablillas colocándolas en los paralelos del miembro fracturado procurando coger, si es posible una articulación por encima y otra por debajo de la afectada. Recordar que en ningún caso se intentará colocar el hueso en su sitio. Destacamos otra forma de inmovilizar el miembro superior, fijándose al tronco, y en caso del miembro inferior, ataremos la pierna dañada a la otra. Después hay que trasladar al herido al centro sanitario.
Abiertas: cuando la piel se desgarra. En primer lugar, debemos prevenir el riesgo de infección sin echar desinfectante, pero cubriremos la herida con gasas estériles. Seguidamente, realizaremos el traslado al centro médico.
Shock. Cuando el aparato circulatorio falla, cae la tensión arterial acompañada por otros síntomas como por ejemplo pulso débil y rápido, piel pálida, fría y húmeda, mareo y desorientación. Debemos llamar a la asistencia médica y tranquilizar al herido situándole boca arriba con las piernas ligeramente elevadas, abrigándolo para darle calor.
Golpe de calor o insolación. Tras llamar a los servicios médicos se debe llevar al lastimado a un lugar fresco, desprenderle de toda la ropa posible y mantenerlo acostado. A continuación, debemos mojarlo con un paño la cabeza, las axilas y la zona de las ingles. Finalmente, darle agua con azúcar o algún tipo de bebida isotónica en pequeños sorbos si no ha perdido el conocimiento.
Luxaciones. Cuando el hueso salga de la articulación procederemos a inmovilizar el miembro dañado con un objeto rígido al igual que en el apartado de la fractura, con el posterior traslado al centro sanitario.
Torceduras y esguinces. Están relacionadas con las articulaciones, consistiendo su tratamiento en la aplicación de frío en la zona lesionada mediante una bolsa con hielo o compresas con agua fría, para después, inmovilizar el miembro afectado y derivarlo al centro de salud.
6.2. Actuaciones en el medio externo
Una vez vistas las actuaciones dentro del centro escolar, remarcar la importancia de las actuaciones que los docentes fuera del mismo ante una situación accidentada, así como la preparación de los componentes más adecuados con los que deben disponer.
En primer lugar, los docentes implicados en la salida tendrán reuniones con los padres y madres de los discentes para aclarar temas como: el lugar de destino, horarios de salida y llegada al colegio, plan detallado de actividades a realizar, autorizaciones a rellenar, y sobre todo, las indicaciones y normas que se deben cumplir en los diferentes momentos de la salida (antes de partir del centro, en el medio de transporte utilizado, al llegar al destino y en el regreso al colegio). Añadir que también se debe explicar al alumnado todo lo relacionado con la salida con anterioridad para, de alguna forma, conseguir prevenir posibles situaciones peligrosas o de riesgo, y a su vez, motivarlos para que disfruten de la actividad desde el primer momento.
Destacar los componentes que los docentes deben prever para llevar en dichas salidas:
Listado de teléfonos de las familias de los alumnos y de las instituciones de emergencia (policía, ambulancia, centros médicos cercanos al destino programado, etc).
Uno o varios móviles con las baterías cargadas.
Botiquín.
Además, estas son algunas de las medidas que debe tomar el maestro en estas actividades:
Visitar al llegar, el entorno para hacer un reconocimiento del mismo y evitar contratiempos.
Colaborar con el personal especializado para este tipo de actividades, si lo hubiese.
Informarse sobre las condiciones medio ambientales como lluvia y viento.
En cuanto a lo que cada alumno debe traer para la actividad en el medio natural, destacamos:
Ropa adecuada a la temperatura de la fecha y a las características del destino.
Agua y alimento necesario.
Gorra y crema solar si fuese necesaria.
Útiles de aseo personal (jabón, peine, pasta dental, toalla pequeña y pañuelos).
Ropa necesaria, paraguas pequeño, etc.
Resulta oportuno aclarar que las salidas al entorno natural pueden ser en diferentes medios: acuático, aéreo y natural, por lo que será necesario analizar las posibles actuaciones a realizar ante las situaciones de peligro producidas en los diferentes entornos:
Ahogamiento por inmersión. Lo primero es tender boca arriba al accidentado y limpiar la cavidad bucal de agua de cuerpos extraños. Seguidamente, abriremos la vía aérea presionando la frente con una mano hacia atrás, mientras la otra mano levanta la barbilla. En caso de que la víctima vomite, debemos girar su cabeza hacia el lado, limpiar la boca y comprobar que respira.
Tras lo anterior, si respira, le colocamos en posición de seguridad. Si por el contrario no respira, realizamos una RCP y organizar el traslado a un centro médico.
Contacto con medusas. Apartamos los restos del animal adheridos a la persona accidentada con unos guantes para nuestra seguridad. Después, lavamos la zona con suero fisiológico salino y empapamos con vinagre durante 30 minutos o con bicarbonato sódico durante 10 minutos. Posteriormente, aclaramos la zona de nuevo con suero fisiológico e inmovilizamos la zona, elevándola si es posible. Si la picadura es extensa, trasladamos al herido al centro asistencial.
Contacto con erizos de mar. Ante este caso, debemos empapar la zona dañada con vinagre durante unos 30 minutos y trasladar al herido a un centro médico para la extracción de las púas incrustadas por el animal. En ningún caso debemos intentar extraer nosotros las púas.
Mordedura y arañazos de animales. Inicialmente nos lavaremos las manos con agua y jabón antes y después de curar la herida. Después, limpiaremos la herida con suero fisiológico desde el centro de la misma hacia los laterales, para luego secar bien usando una gasa con antiséptico y proteger la herida con una gasa fijada o con tiritas. Finalmente se recomienda, el traslado al centro para tratar y valorar posibles infecciones o enfermedades adquiridas durante el accidente como tétanos, rabia, realizar los puntos de sutura oportunos, etc.
Picadura de animales. En este apartado nos referimos a picaduras procedentes de insectos como mosquitos, arañas o escorpiones entre otros. Para ello, comenzaremos la actuación colocando sobre la zona herida algo frío como hielo, agua o alcohol. A modo de ejemplo, si son picaduras de avispas o abejas aplicaremos amoníaco. En caso de sospechar que la dolencia haya sido provocada por un animal venenoso, inmovilizamos la parte afectada, abrigamos y pondremos en reposo al discente para preparar el traslado médico.
Hipotermia. Referido a casos de temperaturas corporales menores a 35º y con síntomas del lesionado como confusión, movimientos imprecisos, debilidad hasta terminar en parada cardíaca. La actuación debe ser rápida, debiendo despojarle de ropas frías o húmedas, para de esta forma, aplicarle calor gradualmente y darle bebidas calientes para trasladarlo a un centro sanitario.
7. Conclusión
En el marco de la educación para la salud, es necesario que cada individuo posea conocimientos para aplicar los primeros auxilios, los cuales son maniobras determinantes en la evolución posterior de un accidente. La salud debe ser responsabilidad de todos y, por tanto, toda la sociedad debe implicarse en su prevención y mantenimiento. En este sentido el centro educativo y la asignatura de Educación Física son marcos apropiados para su tratamiento, ya que el ejercicio físico y el deporte con su necesidad de movimiento y esfuerzo unido al espíritu competitivo provoca accidentes y lesiones que como docentes podemos enseñar a prevenir y a actuar en los primeros instantes minimizando así las consecuencias de la lesión. La profundización en este tema resulta fundamental, pues puede ser determinante para las personas heridas, llegando incluso en algunos casos, a salvar vidas.
Bibliografía
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Pérez Iniesta, G. y Sánchez Lorente, J. (2010). “Primeros auxilios en Educación Física”. Lecturas. Educación Física y Deportes, 15, 144. http://www.efdeportes.com/efd144/primeros-auxilios-en-educacion-fisica.htm
Real Decreto 132/2010, de 12 de febrero, que establece los requisitos mínimos de los centros que imparten enseñanzas de régimen general no universitarias.
Sánchez García, R. (2005). “Trabajo de primeros auxilios”. Pag. 5. www.enfermeriasalamanca.com. Salamanca.
Soria, F. (2000). “Primeros auxilios. Consejos prácticos para emergencias”. Editorial Servilibro. Madrid.
VV.AA. (1994). “Fichas de Primeros Auxilios”. Consejería de Sanidad y Política Social, Sección de Educación para la Salud. Murcia.
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EFDeportes.com, Revista
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