Análisis y comparación de los Juegos Píticos, Ístmicos y Nemeos Analysis and comparison of the Pythian, Isthmian and Nemean Games |
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Maestro de Educación Física por la Universidad de Murcia Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y los Deportes por la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) |
Alfredo Titos Gil (España) |
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Resumen El ideal del agón (αγων) que se desarrolló en antigua Grecia originó un gran interés por las competiciones atléticas. Los principales eventos deportivos tuvieron lugar en los Juegos Panhelénicos (Olímpicos, Píticos, Ístmicos y Nemeos). En principio, son mostradas las características comunes a todos los Juegos Panhelénicos, para posteriormente analizar individualmente los juegos Píticos, Ístmicos y Nemeos; concluyendo, finalmente, con una comparativa entre estas tres fiestas de culto. Palabras clave: Grecia. Agón. Juegos Panhelénicos. Olimpiada.
Abstract The ideal of agon (αγων) that appeared in the Ancient Greek society gave birth to a great interest on athletic competitions. The main sporting events were celebrated in the Panhellenic Games (Olympic, Pythian, Isthmian and Nemean). This work first highligh ts those features that were common to all Panhellenic Games, and then individually analyzes Pythian, Isthmian and Nemean Games. To conclude, a comparison of these three cult celebrations is presented.Keywords: Ancient Greece. Agon. Panhellenic Games. Olympiad.
Recepción: 17/10/2015 - Aceptación: 21/11/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 20, Nº 211, Diciembre de 2015. http://www.efdeportes.com/ |
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En la Antigua Grecia se dio gran importancia al ejercicio físico, no sólo como preparación para la guerra y con sentido utilitario, sino también con carácter higiénico y como elemento necesario del agón.
Según García Romero, F. (1992), el primer testimonio de la idealización del agón lo encontramos ya en el siglo VIII a.C en los poemas épicos de Homero, donde el aedo describe los ideales del agón, propios del héroe épico homérico: sobresalir, ser superior a los demás, y alcanzar la gloria y el honor. En el Canto XXIII de la Ilíada se celebran los juegos fúnebres a Patroclo, entre los que el poeta destaca carrera de carros, pugilato, lucha, carrera, combate, lanzamiento de peso, tiro con arco y lanzamiento de jabalina, (Homero, 2004). Asimismo, en el Canto VIII de la Odisea, Ulises participa en unos juegos atléticos en la corte de los Feacios, en los que sorprende con su maestría en el lanzamiento de disco (Homero, 2010). Pero será en el siglo V a.C. cuando el poeta lírico Píndaro nos ofrezca importantes datos sobre los atletas victoriosos en los Juegos Panhelénicos a través de sus epinicios (poemas compuestos para gloria del atleta triunfante en los juegos (Píndaro, 1996). El agón –que implica desafío y disputa- fue la aspiración máxima de todo ciudadano griego, por lo que se buscó alcanzar un agón-atlético en las competiciones deportivas.
Según Burcakhardt (2015), todas las polis (πόλις), también conocidas como ciudades-estado, de la Antigua Grecia desarrollaron el ideal del agón-atlético, que conoció su máxima expresión hacia el siglo V a.C., siglo de Pericles y gran Siglo de Oro de la Cultura Griega. Fue la primera civilización para la que el ganar, ser el mejor, era motivo de ser considerado un héroe.
En este contexto ideológico-social surgen los Juegos Panhelénicos en cuatro ciudades: en Olimpia los Juegos Olímpicos, en Delfos los Juegos Píticos, en Corinto los Juegos Ístmicos y en Nemea los Juegos Nemeos. No se sabe exactamente el porqué de la elección de estas ciudades-estado. Es posible que se debiera a su tradición de juegos, a la entidad de sus santuarios, o, en mayor probabilidad, a su situación política o geográfica. Las tres unidades arquitectónicas características de las ciudades en las que se celebraban los Juegos Panhelénicos eran el templo o santuario (ναός o lugar de culto), el estadio (σταδίον ο lugar para las competiciones atléticas) y el teatro (θέατρον, para las manifestaciones musicales y escénicas).
Los Juegos Panhelénicos, el idioma y una religión politeísta, fueron las tres características comunes a todas las polis de la Grecia Antigua, los tres caracteres que configuraron la base para que todas las ciudades-estado llegaran a identificarse siglos más tarde con lo que hoy entendemos por nación.
La importancia de los Juegos Olímpicos fue de tal magnitud que el tiempo se medía en olimpiadas (periodo de cuatro años que transcurrían desde el final de unos Juegos Olímpicos hasta el inicio de los siguientes).
Tal y como apuntan Olivera Beltrán y Olivera Beltrán (1994) el “circuito” era la participación en los cuatro Juegos Panhelénicos, que podían coincidir en el año de celebración, pero no en la época, de forma que los atletas pudieran acudir a todos.
Características comunes de los Juegos Panhelénicos
Se trataba de unas fiestas de carácter funerario-religioso y agonístico, para honrar todos los griegos juntos a sus dioses comunes, a pesar de la diversidad política, compitiendo en honor a estos dioses y a la polis propia (Durantez, 1977).
Los Juegos Panhelénicos reunían a los personajes más notables de la época y gozaban de gran fama y prestigio, por lo que se erigieron como las mayores fiestas del pueblo griego y el evento socio-político más importante de su tiempo.
Los programas de todos los Juegos Panhelénicos presentaban diversos tipos de pruebas: agones físicos (atléticos, luctatorios, bélicos e hípicos), agones musicales y agones culturales (poesía, teatro, etc.); y todas las pruebas estaban completamente vinculadas al programa como un todo unitario. Las actividades atléticas y musicales iban acompañadas de ceremonias religiosas, disertaciones de sofistas, magos, charlatanes, poetas…
Los atletas participantes solían proceder de familias adineradas, ya que sólo éstos podían permitirse un largo y costoso entrenamiento. Acudían a estos juegos los especialistas más destacados en cada una de las disciplinas para lograr el agón-atlético, a saber: conseguir la valiosa corona de ramas de laurel del campeón, que otorgaba reconocimiento social y el hecho de quedar inmortalizado para la posteridad. Además, los vencedores en los Juegos Panhelénicos tenían muchas posibilidades de obtener una elevada posición social y política en su ciudad natal.
Los objetivos de los atletas participantes en los Juegos Panhelénicos eran, además del rendimiento, la estética en el desarrollo de los agones. Así pues, estos juegos representaban la cultura del narcisismo llevada a su máxima expresión: la práctica de los agones corporales a pleno rendimiento y al desnudo, γυμνός.
Los Juegos Panhelénicos alcanzaron gran repercusión en los ámbitos político, económico, ético y humano, en el ámbito de la salud y en el deportivo, aspectos que son recogidos por Segura Munguía (1992) en el ámbito político la celebración de los Juegos Panhelénicos suponía:
La interrupción de los conflictos bélicos gracias a la Tregua Sagrada, pues tan respetados fueron los Juegos Panhelénicos que su espíritu olímpico se imponía a las guerras (Roldán Hervás, 1998).
El que las polis más poderosas quisieran transmitir un mensaje de poder y superioridad venciendo en los Juegos.
En el ámbito económico de estos Juegos cabe destacar que:
Para las ciudades de celebración suponían importantes ingresos económicos con la llegada de participantes, espectadores y comerciantes.
En las ciudades organizadoras había un consejo encargado de la organización técnica y económica de sus juegos.
Existían sanciones económicas a los participantes por las irregularidades, aunque eran excepcionales porque estos no recibían premios materiales (excepto en época tardía).
Conforme avanza la decadencia de los juegos aparece su profesionalización, lo que favorece y acrecienta su degeneración. Esta profesionalización acaba con el honor y la gloria del llamado espíritu olímpico de época clásica.
Se conoce la existencia de “fichajes” y sobornos de atletas de una polis por otra, en la etapa de decadencia final de los juegos.
En el ámbito ético y humano:
Existía un código de honor entre los participantes, inspirado en la Ilíada (Homero, 2004).
Los agones luctatorios, especialmente el pugilato y el pancracio, se desarrollaban con extrema brutalidad bajo el beneplácito de todos, a pesar de que a menudo se llegaba a la muerte (aunque ésta se castiga con la pérdida de la corona por parte del vencedor).
No existían agones de equipo, a pesar de que los griegos conocían ciertos juegos colectivos de pelota. Pero nunca les dieron suficiente importancia como para incluirlos en los Juegos Panhelénicos. Por tanto, en estos juegos no se desarrollaban las cualidades morales derivadas del trabajo en equipo.
La participación estaba restringida a los ciudadanos griegos (πολίτης, libres y varones) los cuales debían superar una única prueba (en las vísperas) siendo seleccionados en función de su calidad estética y rendimiento en la competición.
Las mujeres no podían participar, ni acudir como espectadoras. Aunque López Melero (1989), nos dice que no fue así para las mujeres espartanas, quienes gozaban de una mayor libertad y responsabilidad a la hora de ejercitarse y cultivar el culto al cuerpo, participando en ejercicios atléticos y recibiendo una educación similar a la de los hombres.
En el ámbito de la salud:
Se valoraban los cuerpos fuertes y poderosos, pero no un modelo de salud, ya que frecuentemente se exigía demasiado a estos cuerpos, que sufrían secuelas para toda la vida. El afán de victoria conducía a competir hasta la extenuación, produciéndose a menudo daños irreparables e incluso la muerte.
Los agones físicos transmitían una imagen de cuerpo fuerte, necesario para la supervivencia en un tiempo en que el valor de la vida estaba muy devaluado.
Los Juegos Panhelénicos también fueron un excelente recurso para canalizar la agresividad de los más dotados.
En el ámbito deportivo:
Alrededor de los Juegos existía toda una teoría del entrenamiento, con programaciones, planificaciones, ejercicios, recursos, dietas, etc., siguiendo en todo momento las directrices de sus entrenadores, los paidotribos (παιδότριβος), que seguramente también se encargaban de la formación física de los escolares, es decir, sería el actual maestro de Educación Física.
Análisis individual de los Juegos Panhelénicos
Juegos Píticos / Πυθικοι αγωνες
Lugar: Se celebraban en Delfos, al pie del monte Parnaso, en el santuario consagrado a Apolo.
Orígenes míticos: Apolo instauró su culto en Delfos tras matar a una serpiente Pitón, anterior ocupante del Santuario y representante de un antiguo culto. Esta terrible serpiente fue enviada por Hera con el fin de acabar con los gemelos Ártemis y Apolo, y la madre de los dioses flechadores, Leto (Ruiz de Elvira, 1975).
Fechas de inicio: Según García Romero (1992), comenzaron a realizarse en los primeros años del siglo VI a.C., pero cada ocho años y con un único concurso musical.
Delfos solicitó ayuda a la anfictionía (liga de ciudades en torno al santuario délfico) para desembarazarse del sometimiento de Crisa, que, tras años de lucha, fue destruida (590 a.C.), momento en que los anfictiones restablecieron en Delfos los antiguos juegos, ampliando el programa de pruebas y ofreciendo como premio parte del botín de guerra.
El final definitivo de la guerra (582 a.C.) fue aprovechado por los anfictiones para organizar los juegos de Delfos a imagen y semejanza de Olimpia, en sus premios, su programa y periodicidad.
Fechas de celebración: Los juegos se celebraban durante el mes délfico Bucatio (agosto-septiembre), en el año tercer de cada olimpiada (cada cuatro años).
Importancia: Eran los segundos entre los Juegos Panhelénicos, cuya importancia era únicamente superada por los Juegos Olímpicos.
Organización: Los anfictiones controlaban toda la organización del festival: proclamar la Tregua Sagrada, recepción e inscripción de atletas, arbitraje, entrega de premios…
Categorías: El festival Pítico incluía competiciones para adultos y niños y, al menos en época tardía, también pruebas atléticas para mujeres.
Como demuestra la inscripción de las muchachas de Trales (50 d.C.), es posible que la participación de las mujeres en pruebas gimnásticas fuera precedida de su intervención en los concursos musicales.
Las competiciones infantiles no se celebraban todas juntas, en un mismo día (como en Olimpia), sino después de las correspondientes pruebas para adultos.
Premios: A partir de la reorganización del 582 a.C. la recompensa que recibían los vencedores consistía en una corona de laurel, el árbol sagrado de Apolo. Como ya mencionamos anteriormente, del 590 a.C. al 582 a.C. se repartían botines de la guerra contra Crisa.
Programa: En su primera etapa, sólo se realizaba una competición musical, los participantes cantaban un himno en honor a Apolo.
A partir de la reorganización, los Juegos tendrían una duración habitual de cinco días, los dos primeros dedicados a ceremonias de marcado carácter religioso y los tres restantes a las competiciones musicales, atléticas e hípicas, por este orden.
Los momentos culminantes de los actos culturales eran el solemne sacrificio triple (de tres animales diferentes) que abría el festival y la procesión sagrada que recorría el santuario (el más rico de Grecia) hasta acabar en el templo de Apolo.
El programa de pruebas atléticas y ecuestres fue creado sobre el de Olimpia, con la excepción de la carrera de cuadrigas y añadiendo de su propia cosecha el dólico y el diaulo infantil (todavía no estaban en Olimpia). Con el tiempo fueron incorporándose nuevas pruebas, unas anticipándose y otras a imitación de Olimpia.
Juegos Ístmicos / Ισθμία αγωνες
Lugar: Se celebraban en el istmo de Corinto (7 Km al este de Corinto), en el santuario consagrado a Poseidón y a Melicertes (héroe local).
Orígenes míticos (Ruiz de Elvira, 1975):
1ª Leyenda: Disputa de Poseidón y Helio por Corinto (el gigante Briarea hizo de árbitro y asignó a Helio la ciudad alta y a Poseidón el istmo, aceptando ambos mediante la institución de los juegos).
2ª Leyenda: Sísifo o Poseidón fundaron los juegos en honor a Melicertes, niño al que su madre arrojó consigo a la mar, enloquecida, transformándose ambos en diosa y dios-niño.
3ª Leyenda: Teseo organizaría los Juegos en honor a su padre Poseidón tras una de sus hazañas, reanudando el festival que antes era en honor a Melicertes, pero que había sido interrumpido por la presencia de bandidos en la zona.
Fechas de inicio: Según García Romero (1992), ya antes del 655 a.C. (cuando Cipselo instala la tiranía en Corinto) se celebraban, con carácter local. Durante el mandato de Cipselo nada se sabe de los juegos, pero una vez derrocado, vuelven a celebrarse, y ahora con carácter panhelénico. La fecha de inicio con rango panhelénico suele aceptarse como el 582 a.C.
Fechas de celebración: El festival tenía lugar a fines de abril, con periodicidad bianual, en los años segundo y cuarto de cada olimpiada.
Importancia: Aunque era el tercero de los festivales Panhelénicos, su importancia era casi equiparable a los juegos Píticos de Delfos.
Organización: La ciudad de Corinto fue la encargada de organizar los Juegos Ístmicos, salvo en dos períodos (392-386 a.C., que los organiza la ciudad de Argos -a la que Corinto estaba sometida-, y 146-44 a.C., que los organiza Sición por la destrucción de Corinto por los romanos).
Categorías: Los participantes se dividían en tres categorías por edades: hombres maduros, imberbes y niños.
Premios: A los vencedores se les premiaba con una corona de apio seco, que en época arcaica e imperial pasó a ser de pino del bosque que rodeaba el Santuario.
Se sabe que Solón (en la primera mitad del siglo VI a.C.) fijó una recompensa de 100 dracmas para los atenienses que triunfaran en los juegos Ístmicos, frente a los 500 del vencedor en Olimpia.
Programa: Se iniciaba el festival con un solemne sacrificio en honor a Poseidón.
Incluía pruebas atléticas, hípicas (ambas iguales que los Juegos Olímpicos, con la adición de una quinta carrera pedestre, la “carrera ecuestre”) y también musicales. Además, Plinio cita un concurso de pintura, del que no se tiene otra noticia (Plinio El Viejo, 1984).
Sobre las pruebas musicales: Hasta la época imperial romana no hay datos de estos concursos, pero sabemos que, al menos desde el siglo V a.C. formaban parte del programa, pues el teatro más antiguo data de esta época. A pesar de que una ley prohibía las representaciones de tragedias y comedias en los juegos Ístmicos, Nerón quiso ser coronado vencedor como poeta trágico, por lo que se piensa que pudo haber pruebas dramáticas.
En los últimos tiempos los organizadores se dejaron seducir por la afición popular a combates circenses de fieras y los incluyeron en el programa.
Juegos Nemeos / Nεμέα αγωνες
Lugar: Originariamente se celebraban en el valle de Nemea, cerca de Cleonas, en el santuario de Zeus Nemeo. Aunque probablemente cambiara de emplazamiento a la ciudad de Argos.
Orígenes míticos (Ruiz de Elvira, 1975):
1ª Leyenda: Heracles luchó contra el león de Nemea, al que tuvo que matar ahogándolo con sus brazos porque era invulnerable a las armas. En conmemoración a su hazaña, Heracles instituyó los juegos en honor a Zeus.
2ª Leyenda: Los guerreros del pueblo argivo se dirigían a luchar contra la ciudad de Tebas cuando hicieron un alto en el camino –en Nemea-, y pidieron a Hipsípila, la esclava que cuidaba de Ofeltes (hijo del rey), que les indicara una fuente donde apagar su sed. Hipsípila abandonó un momento al niño y una serpiente lo mordió causándole la muerte, por lo que los argivos instituyeron los juegos en honor a Ofeltes.
Fechas de inicio: Según el mármol de Paros, su inicio se sitúa hacia 987-86 a.C., antes incluso según otras fuentes. Pero es en 573 a.C. cuando se organizan por vez primera con rango Panhelénico.
Fechas de celebración: Tenían lugar en julio o agosto y se celebraban con periodicidad bienal, en los años segundo y cuarto de cada olimpiada.
Importancia: Según García Romero (1992), ocupaban el cuarto y último lugar en importancia, y son los menos conocidos. A pesar de ello, también disfrutaban de Tregua Sagrada, así que debían gozar de fama y reconocimiento entre los griegos.
Organización: Hasta mediados del siglo V a.C. la organización corrió a cargo de Cleonas, pero por esos años el control del festival, y probablemente su emplazamiento, pasó a manos de Argos. Quizá como intento de restaurarlos en su lugar original se creó un festival llamado “Nemeas de invierno”. Los Juegos Nemeos volvieron a Nemea en los siglos IV-III a.C., tal vez debido a la protección que los macedonios -nuevos soberanos de Grecia- dieron a los festivales Panhelénicos. Finalmente, quizá a partir del siglo I. a.C., los Juegos Nemeos fueron llevados definitivamente a Argos.
Categorías: Al igual que en los Ístmicos, los participantes se dividían en tres categorías por edades: hombres maduros, jóvenes y niños.
Premios: Los vencedores recibían como premio una corona de apio fresco. Es posible que originalmente la corona fuese de olivo y que se sustituyera por apio tras las Guerras Médicas (contra los Persas) en memoria de los caídos en ellas, pues el apio era una planta de significado funerario.
Programa: Doce helanódicas (jueces) velaban por el desarrollo regular de los Juegos.
El festival incluía pruebas atléticas, hípicas y, a partir de la época helenística, certámenes musicales y quizá dramáticos.
El programa atlético era similar al de Olimpia, y añadieron una quinta carrera pedestre, el híppios drómos “Ιππιος δρόμος.
El programa de pruebas atléticas se mantuvo sin grandes cambios hasta que dejaron de celebrarse, no sucumbieron a los espectáculos circenses.
En la época tardía fueron admitidas mujeres en las competiciones, hacia el siglo I a.C, como atestigua la inscripción de las muchachas de Trales.
Comparativa entre los Juegos Píticos, Ístmicos y Nemeos
Lugar: Mientras que los festivales Píticos e Ístmicos siempre se celebraron en el mismo lugar (Delfos e istmo de Corinto, respectivamente), los Nemeos cambiaron desde el valle de Nemea (cerca de Clenoas) a Argos, siendo los únicos que acabaron celebrándose en lugar distinto a donde surgieron.
Orígenes míticos: Tan solo se conoce una leyenda mitológica para justificar la fundación de los juegos Píticos, sin embargo se conocen tres para los Ístmicos y sobre el origen mítico de los Nemeos hay dos leyendas especialmente difundidas, pero se conocen otras. Puede que debido a la gran popularidad de que gozó el mito de Apolo y la serpiente Pitón.
En ninguno de los festivales se atribuye al mismo dios o héroe la implantación de éstos: Apolo en los Píticos; Helio, Poseidón, Sísifo o Teseo en los Ístmicos; y Heracles o los argivos en los Nemeos.
Fechas de inicio: Los tres festivales tendrían su inicio histórico en el primer cuarto del siglo VI a.C.: La fecha que se acepta como el inicio de los juegos Píticos con su programa completo -similar al de los Juegos Olímpicos- es el 582 a.C., mismo año que se acepta para el comienzo de los Ístmicos con carácter panhelénico.
Los festivales Nemeos comenzarían con rango panhelénico poco después, en el 573 a.C.
Fechas de celebración: Los juegos Píticos se celebraban en el tercer año de cada olimpiada (cuatrienales), en el mes Bucatio (agosto-septiembre).
Sin embargo, Ístmicos y Nemeos se llevaban a cabo en el segundo y cuarto años de cada olimpiada (bianuales), siendo los primeros a finales de abril y los últimos en julio o agosto.
Importancia: Tras los Juegos Olímpicos, los más relevantes eran los Píticos; los Ístmicos eran los terceros, pero su importancia casi igualaba a los de Delfos. Los Nemeos eran los menos importantes y los más desconocidos.
Organización: Los Píticos fueron organizados siempre por los anfictíones; los juegos Ístmicos los organizó Corinto (salvo en dos períodos en que fueron Argos y Sición); y los Nemeos fueron organizados por las ciudades de Cleonas y la de Argos.
Por tanto, los Píticos fueron los únicos que nunca cambiaron de organizadores.
Categorías: En los juegos Ístmicos y Nemeos los participantes se dividían en tres categorías por edades: hombres maduros, imberbes-jóvenes y niños. Y en época tardía fueron admitidas mujeres en los festivales Nemeos.
En los Pitícos hubo competiciones para adultos y para niños y, en época tardía, también para mujeres (musicales e, incluso, puede que atléticas).
Premios: La recompensa para los vencedores fue, en los tres festivales, una corona:
En los Píticos era de laurel (árbol sagrado de Apolo).
En los Ístmicos, de apio seco, y en época arcaica pasó a ser de pino
En los Nemeos es probable que originariamente fuese de olivo, más tarde pasaría a ser apio fresco -no seco como en los Ístmicos- (planta de significado funerario).
Programa: Los tres festivales crearon su programa a semejanza del de Olimpia, por lo que todos eran bastante similares, sobre todo en sus agones físicos. Las principales diferencias en los agones corporales fueron las siguientes:
En los Juegos Píticos no se incluyó la carrera de cuadrigas y se añadieron el dólico y el diaulo.
En los juegos Ístmicos y Nemeos se añadió una quinta carrera pedestre (“la carrera ecuestre” o híppios drómos “ιππιος δρόμος).
En los últimos tiempos los juegos Ístmicos incluyeron combates circenses de fieras, mientas que los Píticos y Nemeos no lo hicieron.
En los festivales Píticos se llevaron a cabo competiciones musicales, atléticas e hípicas, pero no incluyeron los certámenes dramáticos, como se cree que sí hicieron los Ístmicos y Nemeos.
El rasgo más definitorio de los Juegos Píticos, en comparación con los otros festivales Panhelénicos, es la excepcional relevancia de sus competiciones musicales (núcleo originario de los juegos).
Bibliografía
Estudios monográficos
Burcakhardt, J. (2015). Historia de la cultura griega I. Barcelona: RBA.
Durantez, C. (1977). Las olimpiadas griegas. Madrid: Delegación Nacional de Educación Física y Deportes, Comité Olímpico Español.
García Romero, F. (1992). Los juegos olímpicos y el deporte en Grecia. Barcelona: Ausa.
López Melero, R. (1989). Historia del mundo antiguo, Grecia: El estado espartano hasta la época clásica. Madrid: Akal.
Olivera Beltrán, J. y Olivera Beltrán, A. (1994). Paralelismos y diferencias entre los Juegos Panhelénicos y los juegos olímpicos modernos. Apunts: Educación Física y Deportes, 37, 6-24.
Roldán Hervás, J.M. (1998). Historia de la Grecia antigua. Salamanca: Universidad de Salamanca.
Ruiz de Elvira, A. (1975). Mitología griega. Madrid: Gredos.
Segura Munguía, S. (1992). Los juegos olímpicos. Educación, deporte, mitología y fiestas en la antigua Grecia. Barcelona: Anaya.
Fuentes clásicas
Homero (2004). Ilíada. Madrid: Gredos.
Homero (2010). Odisea. Madrid: Gredos.
Píndaro (1996). Odas y fragmentos: olímpicas, píticas, nemeas, ístmicas. Madrid: Biblioteca Clásica Gredos.
Plinio El Viejo (1984). Historia natural. Madrid: Gredos.
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EFDeportes.com, Revista
Digital · Año 20 · N° 211 | Buenos Aires,
Diciembre de 2015 |