El concepto de inteligencia The concept of intelligence |
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Diplomado en Educación Física Máster de Neuropsicología en Educación Grado en Educación Primaria con mención en Educación Física |
Enrique Sánchez Alcolea (España) |
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Resumen El presente artículo pretende ahondar en el concepto de inteligencia y, más concretamente, en la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, los criterios de validación de dichas inteligencias y la neuropsicología de las mismas. Palabras clave: Inteligencia. Teoría. Inteligencias múltiples.
Abstract The following article aims to deepen in the concept of intelligence and, more specifically in the theory of multiple intelligences carried out by Howard Gardner, the validation criteria of these types of intelligences and their neuropsychology. Keywords: Intelligence. Multiple intelligences. Theory.Recepción: 09/11/2015 - Aceptación: 11/12/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 20, Nº 211, Diciembre de 2015. http://www.efdeportes.com/ |
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1. Concepto de Inteligencia
En la actualidad la Real Academia Española (RAE) describe la palabra inteligencia con 7 entradas distintas siendo éstas:
Capacidad de entender o comprender.
Capacidad de resolver problemas.
Conocimiento, comprensión, acto de entender.
Sentido en que se puede tomar una sentencia, un dicho o una expresión.
Habilidad, destreza y experiencia.
Trato y correspondencia secreta de dos o más personas o naciones entre sí.
Sustancia puramente espiritual.
Es bien cierto que el concepto de inteligencia ha ido evolucionando a lo largo de los siglos hasta la época moderna y no podemos decir que haya únicamente una descripción del concepto más cierta que otra, incluso autores actuales, afirman que el concepto de inteligencia no se basa en una sola inteligencia, sino en varias Gardner (2001).
No se trata de adquirir conocimientos básicamente académicos, como las matemáticas y la lengua como indica la escuela tradicional, sino que se puede aprender y procesar la información por distintos canales como son: la música, la educación física o la educación social, entre otros (Gardner, 1993).
1.1. Antecedentes sobre el concepto de inteligencia
Fue Cicerón quien introdujo la palabra inteligencia para describir el concepto de capacidad intelectual, proviene del latín intellegere, inter “entre” y legere “leer, escoger”, por lo que etimológicamente la palabra inteligencia significa “saber escoger algo”.
Los primeros estudios sobre la inteligencia los llevó a cabo Broca (1824–1880), mediante estos estudios se medía la dimensión craneal, se estudiaba sus características y se descubrió en qué área del cerebro se encontraba la capacidad para el lenguaje.
Francis Galton (1869) introdujo el concepto de inteligencia en la psicología moderna como si fuera una aptitud general superior que explica un conjunto de aptitudes especiales. Según Galton, se puede diferenciar a los individuos por la variedad de sus capacidades, principalmente de carácter sensorial, aunque más tarde aceptó la idea de que tales diferencias se tendrían que buscar respecto a capacidades más complejas, como la abstracción.
Pero fue en el siglo XX cuando se comenzó a desarrollar el concepto de inteligencia en profundidad.
Entre 1905 y 1911 Alfred Binet y Theodore Simon diseñaron el primer método relativamente satisfactorio para medir las capacidades cognitivas en niños con dificultades de aprendizaje.
En años posteriores se desarrollaron muchos otros test que trataban de medir las capacidades cognitivas, como Lewis Terman (1916), el cual, popularizó estos test en Estados Unidos tratando de medir la inteligencia a grandes muestras de la población y del que surgieron los conceptos de subnormalidad (retraso, retardo), normalidad y superioridad mental.
En 1921 se convocó un simposio sobre el significado de la palabra “inteligencia”, donde catorce expertos dieron diversas definiciones del término, como por ejemplo Thorndike que dijo que la inteligencia es “el poder de dar buenas respuestas desde el punto de vista de la verdad o el hecho”. Termanconcluyó que la inteligencia es “la capacidad de adaptarse a un pensamiento abstracto”. Por otro lado Pintner definió la inteligencia como “la capacidad de adaptarse adecuadamente en la vida en situaciones relativamente nuevas” y Woodrow la definió como “la capacidad de adquirir capacidad”, aunque ninguna de las definiciones fue demasiado convincente para dichos expertos (Sternberg y Powell, 1989).
Spearman (1927) formuló la teoría en la que afirma que la inteligencia está compuesta por varios factores; un factor general de carácter hereditario que interviene en todas las fases de la conducta humana y un factor especial que representa la habilidad de un sujeto frente a una tarea determinada. Ambos factores tendrían una localización concreta en el cerebro.
Piaget (1954-1981) centró sus estudios sobre la inteligencia desde el punto de vista del desarrollo cognitivo, entendiendo el concepto como una descripción de aquello que es esencial a todos los estadios del desarrollo cognitivo. Describe y analiza el desarrollo del conocimiento y la adquisición de capacidades dependiendo de las etapas evolutivas.
El individuo desarrolla su conocimiento mediante un proceso activo de construcción de estructuras organizativas distinguiendo las siguientes etapas en el desarrollo:
Periodo sensorio-motor (0-2 años): el niño adquiere estructuras básicas de pensamiento.
Estadio preoperatorio (2-7 años): se caracteriza por la interiorización de las reacciones de la etapa anterior.
Periodo de operaciones concretas (7-11 años): es capaz de usar el símbolo de forma lógica y llegar a generalizaciones ciertas.
Periodo de operaciones formales (12 años en adelante): en este periodo el individuo es capaz de resolver problemas con distintas variables.
En los años 60 las definiciones de inteligencia eran tantas que se clasificaron en 3 grupos según sus características:
Las definiciones biológicas, que consideran la inteligencia como la capacidad de adaptación a nuevas situaciones.
Las operativas, que son las que se definen como “aquello que es medido en las pruebas de inteligencia”.
Y finalmente las psicológicas, en las que la inteligencia es considerada una capacidad cognitiva, de aprendizaje y de relación.
En el ámbito de la psicología las definiciones del concepto de inteligencia se han elaborado desde distintas perspectivas:
La psicología experimental, que se ocupa del pensamiento y de la solución de problemas.
La psicología diferencial, que tiene carácter psicométrico y que trata de medir y explicar las diferencias entre las personas.
La psicología genética, que estudia los procesos de constitución y desarrollo del ser humano.
A finales del siglo XX, surgen varias teorías que cobran mucha importancia en el ámbito de la psicología, tales como la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner (1983), la Teoría Triárquica de la Inteligencia elaborada por Sternberg (1985) y la Inteligencia Emocional de Goleman (1995).
Para Sternberg (1985) la inteligencia es la “actividad mental dirigida con el propósito de adaptación a, selección de o conformación de entornos del mundo real relevantes en la vida de uno mismo”.
Según Sternberg, la inteligencia está formada por 3 aspectos de suma importancia, como son: el análisis, la creatividad y la aplicación, dando lugar la combinación de éstas a lo que recibe el nombre de “Inteligencia Exitosa” y proporcionándonos una visión totalmente diferente del concepto de inteligencia, donde nos basamos en un modelo tridimensional que nos ayuda a su comprensión y desarrollo.
Por otro lado, Goleman (1997) propone que la inteligencia emocional es la capacidad de “reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos”.
Dentro de las numerosas definiciones y teorías sobre la inteligencia, debemos destacar a Howard Gardner, que define la inteligencia como “la capacidad mental de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas” y propone su teoría de las inteligencias múltiples, en la que se afirma que no hay una única habilidad mental, sino que existen varias habilidades mentales, llamadas inteligencias ubicadas en distintas zonas cerebrales, la cual, se tiene cada vez más en cuenta en el ámbito educativo.
2. Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner
Hasta este momento la inteligencia se consideraba algo innato y no podía ser modificada por la educación, pero esta concepción cambió a partir de los años 80. Gardner (2005) en su libro “Inteligencias Múltiples. La Teoría en la Práctica”, explica que “se trata de una visión pluralista de la mente, que reconoce muchas facetas distintas de la cognición, que tiene en cuenta que las personas tienen diferentes potenciales cognitivos y que contrasta diferentes estilos cognitivos”, por lo que obtenemos un nuevo modelo de enseñanza-aprendizaje en el que el alumno pasa a ser pieza fundamental al igual que el hecho de desarrollar distintas técnicas y habilidades respecto a cada una de las inteligencias.
Para Gardner (1983) la inteligencia es la “capacidad mental de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas”. No considera la inteligencia como una única capacidad, sino que está compuesta por diferentes capacidades específicas siendo éstas un “conjunto de habilidades mentales que no sólo se manifiestan de forma independiente, sino que tal vez estén localizadas en diferentes regiones del cerebro. Cada inteligencia nunca existe aisladamente de las otras”.
Howard Gardner (1983) identificó inicialmente 7 inteligencias, aunque posteriormente, junto con su equipo de la Universidad de Harvard, se ha ampliado a ocho, los distintos tipos de inteligencias:
Inteligencia lingüística.
Inteligencia lógico-matemática.
Inteligencia espacial.
Inteligencia musical.
Inteligencia corporal-cinestésica.
Inteligencia naturalista.
Inteligencia intrapersonal.
Inteligencia interpersonal.
Gardner considera que todos poseemos las ocho inteligencias y que cada una de ellas puede potenciarse, si las condiciones son propicias para ello. Por tanto, la mayor parte de la población puede llegar a desarrollarlas hasta un nivel de competencia adecuado. De forma general, podemos afirmar que las inteligencias trabajan juntas de manera compleja, habiendo muchas formas de poder ser inteligente dentro de cada una de ellas.
Según dicho autor para que una inteligencia se considere como tal debe someterse a unas pruebas cuya única finalidad es la de obtener su validación.
Los criterios de validación son:
1. Existencia de potencial cerebral en personas con daños cerebrales: con este criterio lo que se pretende es identificar el lugar concreto del cerebro donde se da esa inteligencia, siendo la observación de personas con daño cerebral una buena estrategia para descubrir que el área especifica que ese individuo tiene afectada no perjudica el resto de inteligencias ubicadas en otras áreas cerebrales.
2. La existencia de “sabios idiotas”, prodigios y otros individuos excepcionales que manifiestan perfiles diferenciales y específicos de algún tipo de inteligencia: la finalidad de este criterio es ver la limitación que un individuo puede tener respecto a una inteligencia y por el contrario, la enorme capacidad que presenta en otras inteligencias, convirtiéndose en individuos con un nivel alto o bajo dependiendo de la inteligencia de la que hablemos y del individuo en concreto.
3. Una historia característica de desarrollo junto con un conjunto definible de desempeños expertos de “estado final”: este criterio queda muy bien explicado por medio de Armstrong (1999), el cual, explica que” cada inteligencia tiene su propio tiempo para surgir en la infancia temprana, su propia forma de llegar a su pico durante la vida y su propia manera de declinar al llegar a la vejez”, es decir, podemos afirmar que cada individuo tiene un desarrollo de las inteligencias distinto de los demás siendo la estimulación un factor de gran relevancia en la evolución positiva del desarrollo de cada inteligencia.
4. Una historia de desarrollo de cada tipo de inteligencia: por medio de este criterio de validación se trata de ver que las inteligencias ya existían en nuestros antepasados pudiendo demostrar o constatar con hechos reales, la existencia de esto. Un ejemplo que podemos tener en cuenta es que en la actualidad hemos encontrado restos de pinturas rupestres que indican que miles de años atrás nuestros ancestros, ya poseían la inteligencia espacial, pudiendo detectar otros hechos que nos llevarían a afirmar que las demás inteligencias también existían y se desarrollaban antaño.
5. Apoyo de los descubrimientos de la psicometría: si tenemos en cuenta a autores como Prieto y Ferrándiz (2001), podemos afirmar que “los test psicométricos evidencian la medición de diferentes capacidades humanas”, es decir, a través de una serie de pruebas de medición se pueden medir distintas capacidades del ser humano.
6. Apoyo proveniente de trabajos de psicología experimental: el hecho de analizar estudios de psicología y basándonos en Prieto y Ferrándiz (2001), da lugar a que podamos comprobar que cada inteligencia trabaja de manera aislada del resto de inteligencias y esto podemos verlo en distintos ejemplos que confirman este criterio, como el hecho de que en lenguaje se deben aprender una serie de habilidades como la lectura y posteriormente no son capaces de realizar una transferencia a otro área pudiendo dar como fracasado el desarrollo de dicha habilidad.
7. Una operación central o un conjunto de operaciones identificables: cada inteligencia posee un conjunto de operaciones que ayudan a impulsar las diferentes habilidades propias de cada inteligencia.
8. La susceptibilidad de codificación de un sistema simbólico: es preciso saber que cada inteligencia tiene su particular sistema simbólico, siendo este criterio uno de los mejores para que podamos ver la conducta inteligente.
Una vez descritos los principales criterios de validación de las distintas inteligencias múltiples, vamos a describir cada una de las inteligencias múltiples.
Inteligencia Lingüística
Teniendo en cuenta a Del Pozo (2005) podemos definir la inteligencia lingüística como “la capacidad de formular el pensamiento en palabras y usar el lenguaje de manera eficaz”.
Los alumnos que destacan en esta inteligencia suelen presentar las siguientes características: la comprensión, la expresión oral, facilidad para el aprendizaje de otros idiomas, buena expresión escrita y un nivel considerablemente bueno de lectura.
Para estimular la inteligencia lingüística podemos recurrir a la realización de lecturas en voz alta, grabaciones de la propia palabra, puesta en marcha de debates sobre algún tema de interés para los alumnos y la utilización del lenguaje escrito a través de distintas formas de ejecución (redacciones, completar fichas, sopas de letras…).
Inteligencia lógico-matemática
Por medio de esta inteligencia podremos realizar cálculos, usando los números de forma efectiva y además nos permite razonar de forma adecuada.
Si tenemos en cuenta a H. Gardner, D.H. Feldman y M. Krechevsky (1998) a través del Proyecto Spectrum, las características en alumnos con buen nivel en esta inteligencia son: les gusta la cuantificación, el descubrimiento de relaciones numéricas, el cálculo y tienen un buen razonamiento espacial.
Desde el punto de vista de Martín Lobo (2004), algunas estrategias a tener en cuenta para estimular esta inteligencia es ofrecer a nuestros alumnos actividades que den lugar al desarrollo de los sentidos y actividades que den lugar a que razonen y piensen. Para llevar a cabo esta estimulación debemos de proporcionar actividades motivadoras.
Inteligencia espacial
Entendemos por inteligencia espacial, la habilidad que tiene una persona para localizar objetos en el espacio, localizar en el tiempo u observar y comparar entre otras.
Las personas que tienen un alto nivel en esta inteligencia se caracterizan por tener facilidad para percibir distintos elementos como colores, líneas o formas. También son capaces de distinguir de forma clara los distintos estilos artísticos y de representar el mundo en dos o tres dimensiones y además se preocupan por el detalle.
Algunas estrategias para su desarrollo son: realizar juegos espaciales (dominó, lego, ajedrez…), realización de dibujos de distinto tipo o exploración del espacio entre otras.
Inteligencia musical
Es la capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresar las formas musicales.
Los alumnos con alta capacidad musical se caracterizan, teniendo en cuenta a H. Gardner, D.H. Feldman y M. Krechevsky (1998) a través del Proyecto Spectrum, por ser sensibles al ritmo, tono y timbre musical, reconoce los distintos estilos musicales, son expresivos al recordar y reproducir las propiedades musicales de los sonidos y otras composiciones y además son capaces de realizar composiciones sencillas y crear un sistema de notación sencillo.
Entre las estrategias para su desarrollo nos encontramos con la posibilidad de realizar actividades propias de otras inteligencias que den lugar al desarrollo de ésta (que dibujen los que sienten al escuchar un estilo de música determinado o escribir la letra de una canción a través de la previa observación de un dibujo), concursos sonoros, audiciones musicales o diseño y construcción de instrumentos sencillos.
Inteligencia corporal-cinestésica
Utilizando la definición proporcionada por Gardner (1993), entendemos que la inteligencia corporal-cinestésica “es la habilidad para utilizar el propio cuerpo, para expresar una emoción (la danza), para competir en un juego (el deporte), para crear un nuevo producto (diseño de una invención), que constituyen las características cognitivas de uso corporal.”
Siguiendo las aportaciones de H. Gardner, D.H. Feldman y M. Krechevsky (1998) las características más destacadas en niños con capacidad corporal-cinestésica alta son; tienen control postural, sensibilidad al ritmo, son expresivos, capaces de generar ideas mediante el movimiento y son sensibles a la música.
Entre las estrategias lo más adecuado es la realización de actividades prácticas como la danza, el teatro, los deportes, actividades táctiles, desarrollo del modelado a través del modelado y escultura, la mímica, juegos corporales competitivos y cooperativos. (Prieto y Ferrándiz, 2001).
Inteligencia naturalista
Es la capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas. Tanto del ambiente urbano como suburbano o rural.
Entre las características que definen a los alumnos que tienen una capacidad alta en inteligencia naturalista teniendo como referencia a H. Gardner, D.H. Feldman y M. Krechevsky (1998), podemos destacar que les gusta clasificar, descubrir, experimentar, realizar hipótesis, tienen mucho interés por aprender todo lo que está relacionado con los elementos naturales y tienen muy desarrollados los 5 sentidos.
Las actividades que se llevan a cabo en el medio natural (actividades deportivas), así como visitas a museos, son la principal estrategia que hay que tener en cuenta para el desarrollo óptimo de la inteligencia naturalista.
Inteligencia intrapersonal e inteligencia interpersonal
Es preciso que sepamos que para Gardner (2001) estas 2 inteligencias van a ser las encargadas de proporcionar a las personas la estabilidad social y emocional. Siguiendo al mismo autor afirmamos que por medio de ellas nos vamos a relacionar con los demás (interpersonal) y con nosotros mismos (intrapersonal) y entre ambas damos lugar a la inteligencia emocional.
En lo referido a las características que tiene un alumno con alta capacidad en inteligencia intrapersonal, Gardner (2001) afirma que “posee un modelo viable y eficaz de sí mismo”. Puesto que es la más privada, se precisa del lenguaje, la música u otras formas expresivas de la inteligencia para poder ser observada en funcionamiento.
Por otro lado, la inteligencia interpersonal en niños con un buen nivel en esta capacidad se caracterizan porque suelen ser personas que comprenden a los demás, comparten y prestan ayuda al resto en cualquier momento (Del Pozo, 2005).
Las estrategias referidas a la inteligencia intrapersonal se basan en tiempo para estar solos, por ejemplo creando un lugar secreto, desarrollar una imagen precisa de uno mismo, trabajar sobre las propias emociones (describirlas, aprender a afrontarlas) y utilizar juegos de percepción corporal, tener periodos de reflexión, desarrollar la responsabilidad y libertad personal o autodominio para desarrollar el proyecto de vida personal.
La inteligencia interpersonal se declina por otras estrategias como el trabajo cooperativo, realizar actividades que lleven a los alumnos a conocer a sus compañeros, respetándolos. Siendo una herramienta fundamental el deporte y en los centros escolares la Educación Física.
Es importante saber que en la actualidad siguen apareciendo investigaciones que dan lugar a ver la existencia de nuevas inteligencias. Así Goleman (2009) 16 años después de la clasificación expuesta, nos habla de la inteligencia ecológica, en el cual da mucha importancia en vivir cuidando el medio ambiente.
2.1. Neuropsicología de las Inteligencias Múltiples
Las inteligencias no existen de manera independiente y aislada del resto, sino que interaccionan entre sí mediante circuitos neuronales. De esta manera, cada persona, cada cerebro, posee una combinación de inteligencias que trabajan en conjunto, incluso cuando la persona destaca más en unas que otras. Tal y como hemos comentado anteriormente, Gardner (2001) considera que cada una de las inteligencias múltiples se desarrolla en un lugar específico en nuestro cerebro, siendo sus localizaciones las siguientes:
se localiza en los lóbulos temporal y frontal izquierdos (área de Wernicke y Broca). Es el área de Broca la encargada de producir la palabra hablada. Las lesiones de esta región pueden conducir a una condición llamada Afasia de Broca (también conocida como afasia expresiva, motora o no fluida), que impide la comprensión o la creación de oraciones complejas desde el punto de vista gramatical. El habla no es productiva, y generalmente contiene muy pocas palabras, muchas repeticiones y muletillas. Las personas con problemas relacionados con el área de Wernicke no comprenden lo que escuchan.Inteligencia lingüística:
Inteligencia lógico-matemática: se localiza en los lóbulos parietales izquierdos y las áreas de asociación temporal y occipital contiguas. Según Amstrong (1994), la inteligencia lógico-matemática surge desde las primeras acciones sensorio-motrices y alcanza su máximo rendimiento en la etapa adolescente. Las lesiones en esta área llevan a bloqueos en la capacidad de cálculo, dibujo geométrico y orientación izquierda/derecha.
Inteligencia espacial: está en las regiones posteriores del hemisferio derecho, relacionadas con la visión. Las lesiones en la región posterior derecha provocan daños en la habilidad para orientarse en un lugar, para reconocer caras o escenas o para apreciar pequeños detalles.
Inteligencia musical: enmarcada en el hemisferio derecho, lóbulo frontal y temporal del cerebro. Los estudios sobre el desarrollo infantil sugieren que existe habilidad natural y una percepción auditiva (oído y cerebro) innata en la primera infancia hasta que existe la habilidad de interactuar con instrumentos y aprender sus sonidos, su naturaleza y sus capacidades. Cuando la zona está lesionada se da la “amusia”, perdida de habilidad musical.
Inteligencia corporal-cinestésica: localizada en el cerebelo, ganglios basales, corteza motriz (hemisferio izquierdo). Su patología más destacada es la apraxia, trastorno neurológico caracterizado por la pérdida de la capacidad de llevar a cabo movimientos de propósito, aprendidos y familiares, a pesar de tener la capacidad física (tono muscular y coordinación) y el deseo de realizarlos.
Inteligencia naturalista: aunque no existe un acuerdo unánime sobre su localización cerebral, la mayoría de investigadores apuntan a que se encuentra situada en el hemisferio derecho.
Inteligencia intrapersonal: la encontramos en los lóbulos frontales. Los daños en el área inferior de los lóbulos frontales puede producir irritabilidad o euforia; en cambio, los daños en la parte superior tienden a producir indiferencia, languidez y apatía (personalidad depresiva).
Inteligencia interpersonal: situada en los lóbulos frontales. Los daños en esta área pueden causar cambios profundos en la personalidad, aunque otras formas de la resolución de problemas puedan quedar inalteradas: una persona no es la misma después de la lesión.
3. Conclusiones
El análisis realizado nos hace reflexionar sobre la importancia que tiene que cada individuo potencie al máximo cada una de las Inteligencias Múltiples propuestas por Gardner (2005), sabiendo que se puede alcanzar un buen nivel de desarrollo en las ocho inteligencias si las condiciones son adecuadas, y que cada sujeto será más competente en unas u otras inteligencias, existiendo una serie de indicadores que nos harán sospechar sobre la facilidad que tiene un individuo para desarrollar una o varias inteligencias en concreto.
Bibliografía
Binet, A. y Simon, T. (1905). Méthodes nouvelles pour le diagnostic du niveau intellectuel des anormaux. Année Psychologique, 11, 191-244.
Del Pozo, M. (2005). Una experiencia a compartir: las inteligencias múltiples en el colegio de Montserrat. Barcelona: Fundación M. Pilar Más.
Galton, F. (1892). Hereditary genius, an inquiry into its laws and consequences. London: MacMillan Fontana.
Gardner, H. (1983,2004). Estructuras de la mente. La Teoría de las Inteligencias Múltiples. México: FCE.
Gardner, H. (2001, 2005). Inteligencias Múltiples: la teoría en la práctica. Barcelona: Paidós Ibérica.
Gardner, H., Feldman, D. y Krechevsky, M. (1998). Project Spectrum: Early learning activities. New York: Teachers College Press.
Goleman, D. (1997). Emotional Intelligence: why it can matter more tan IQ Bantam Books.
Goleman, D. (2009). Inteligencia ecológica. Madrid: Editorial Kairós.
Piaget, J. (1954-1981). Intelligence and Affectivity. Their Relationship during Child Development Annval Reviews, California.
Prieto, M. D. y Ferrándiz, C. (2001). Inteligencias múltiples y currículo escolar. Archidona: Aljibe.
Sternberg, R. J. y Powell, J. S. (1989). Teorías de la Inteligencia. En R. J. Stemberg (Ed.). Inteligencia humana, IV Evolución y desarrollo de la Inteligencia (pp. 1503-1540). Barcelona: Paidós Ibérica.
Spearman, C. (1927).The abilities of man. London: MacMillan.
Terman, L. (1916).The Measurement of Intelligence. Boston: Houghton Mifflin.
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