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‘Estamos locos de la cabeza…’
El carnaval en una barra brava de Colombia

“We are crazy head…” The carnival in a “barra brava” of Colombia

 

Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Magíster en Estudios Sociales

de la Universidad Pedagógica Nacional. También es investigador independiente,

profesor universitario y autor de diversos artículos sobre barras bravas

John Alexander Castro Lozano

alexandercastro1981@gmail.com

(Colombia)

 

 

 

 

Resumen

          En esta ponencia, el carnaval o las expresiones festivas de las barras bravas en Colombia permiten salir de la monotonía pues es el encuentro de los hinchas, la participación de los cuerpos, la constitución de la identidad y la diversión. El trabajo de investigación se desarrolla con “Blue Rain” de Millonarios Fútbol Club.

          Palabras clave: Fiesta. Carnaval. Barra brava.

 

Abstract

          In this paper, the carnival or the festive expressions of “barras bravas” in Colombia allow to leave the monotony, it is the meeting of the fans, participation the bodies, the constitution of identity and the fun. The research is developed with Blue Rain of Millonarios Futbol Club.

          Keywords: Festival. Carnival. Barra brava.

 

          Ponencia presentada en la mesa “Cuerpo y Fiesta” del V Encuentro Internacional sobre Estudios de Fiesta, Nación y Cultura, realizado en el Parque Biblioteca Belén, Medellín, Colombia; los días 29 y 30 de octubre de 2015.

 

Recepción: 02/11/2015 - Aceptación: 04/12/2015

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 20, Nº 211, Diciembre de 2015. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Los cantos y los saltos, acompañados de los instrumentos musicales, los banderas, el papel (picado y en rollos), los extintores y las sombrillas; le imprimen un aire festivo a la barra brava, generando otro espectáculo, no en la cancha sino en la tribuna. Esa fiesta se desarrolla mientras se juega el partido. La utilización de estos elementos le permite a la barra animar a su equipo. Ese apoyo se denomina, entre los integrantes de la barra brava, alentar. En consecuencia, las voces de la tribuna no pueden silenciarse ya que el respaldo debe ser constante y tiene que hacerse más fuerte si hay un rival al frente.

El encuentro

    Los integrantes de la barra suponen que por medio del aliento, le entregan una fuerza particular al grupo de jugadores y les puede servir para que logren una victoria en el terreno de juego. Estas manifestaciones se denominan, al interior de la barra brava, como el carnaval o la fiesta.

    Los dirigentes de la barra, denominados como referentes y jefes de parche son los encargados de liderar la organización del espectáculo. Los integrantes de la barra brava y los demás hinchas que asisten a la tribuna, participan de la salida o el recibimiento al equipo. Además, mantienen los saltos y los cantos. Aunque su nivel educativo es diverso; sus ocupaciones laborales son distintas; sus creencias políticas y religiosas se pueden diferenciar profundamente y su lugar de procedencia puede ser lejano; la tarde o la noche del partido, dejan a un lado la educación, el trabajo, las creencias y su vivienda para alentar a su equipo. En ese sentido, Paolo Vignolo (2006) señala que:

    “Una de las claves para entender la importancia del carnaval, es su capacidad de involucrar de formas muy distintas, importantes sectores de una ciudad o región, a través de una escala que va desde la simple asistencia a unos actos, hasta un compromiso de meses.” (pág. 34)

El cuerpo

    Los instrumentos musicales, especialmente los bombos, los tambores y los redoblantes y algunos cantos; provocan que los hinchas vayan saltando hacia a la izquierda o hacia la derecha. Y en otros momentos se empujen unos a otros, en el denominado pogo. En ese mismo ambiente puede ser realizada la avalancha1. Estos movimientos surgen en medio de la fiesta o el carnaval de la gradería pues es posible expresar distintas emociones a través del cuerpo.

    Jaime Olivares (2006) afirma que: “La caracterización del espacio carnavalesco se da por la participación de múltiples actores anónimos que a través de manifestaciones de danza, música, ritmo o critica jocosa, minimizan la diferenciación en el interior del carnaval” (pág. 78). De acuerdo con lo dicho y desde la perspectiva de Julio Caro (2006), el carnaval es una etapa anterior a la cuaresma. Por eso, el cuerpo puede participar de la fiesta, antes que sea disciplinado y se inhiba por el miércoles de ceniza. En otras palabras, es un periodo para salir de la cotidianidad o la monotonía. Pues dice Julio Caro (2006) que:

    El tiempo de Carnaval se distinguía, en primer término, porque durante él se realizaban una serie de actos que, con frecuencia tienen aire de juegos de ritmo violento. Desde un punto de vista puramente mecánico podríamos decir que uno de sus rasgos esenciales era el de que imponía movimientos desacostumbrados a los que celebraban y también a ciertos animales y objetos. Desde el punto de vista social, lo que imperaba era una violencia establecida, un desenfreno de hechos y de palabras que se ajustaba a formas específicas; así, la inversión del orden normal de las cosas tenía un papel primordial en la fiesta. (pág. 51)

Salir de la monotonía

    El carnaval de la barra brava sirve para salir de la rutina de la vida cotidiana. Asimismo, escapar del “aburrimiento” de las demás graderías pues un ambiente distinto es el que se percibe en las otras tribunas del estadio ya que sus asistentes observan el partido desde una silla específica y sentados; esporádicamente rompen esa pasividad si se presenta una mala jugada, una anotación a favor o una decisión equivocada del árbitro.

    Por ese motivo, el hincha va con la barra brava al estadio y así sigue a su equipo; con ropa cómoda o deportiva, distinta a la utilizada en la rutina diaria y si lo desea, puede utilizar una máscara o simplemente pintar el rostro con los colores de su club pues el carnaval es una, sostiene Catalina Bohórquez (2014), “válvula de escape que despierta la capacidad creativa del hombre, gracias a la cual puede sacar del fondo de sí aquello caótico de su existencia y transformar su entorno.” (pág. 260)

La constitución de la identidad

    En la barra brava se encuentran diferentes personas con distintas características. Sin embargo, todos los hinchas coinciden en el propósito de alentar al equipo y de paso, divertirse mientras lo apoyan. “La fiesta posibilita, además la cohesión comunitaria ante la realización de un nuevo proyecto donde todos colaboran y elevan su sentido de pertenencia” (Feliu, 2014, pág. 154). De ese modo, es fundamental que los integrantes de la barra brava contribuyan a la realización del carnaval, desde su preparación, financiación, colaboración hasta su realización. Asimismo, los demás hinchas y los asistentes esporádicos, deben participar de los cantos y los saltos, mostrando la unidad en torno al objetivo común.

La diversión

    Marcos González (2014) afirma que “en algunos casos se participa con el convencimiento de estar asistiendo a un acto de manifestación de la cultura, mientras que en otros, la mayoría, se entienden como espacios de diversión sin reparar en el referente de celebración” (pág. 16). En otras palabras, los referentes, jefes y los integrantes de los parches están convencidos del apoyo que ejercen y algunos hinchas, son motivados por la participación en el carnaval. Por lo tanto, la alegría y la recreación son un punto fundamental ya que se opone a la sobriedad de la rutina diaria. De ese modo, Mirtha Buelvas (2006) sostiene que:

    En la fiesta se crean relaciones, se establecen vínculos cálidos más sinceros y desinteresados entre los participantes que lo que se establecen diariamente en el ejercicio de los múltiples roles que se desempeñan en una sociedad que tiende a volverse compleja y donde las personas tienden a protegerse. (pág. 66)

    El partido de fútbol convoca, inevitablemente a la fiesta de la barra y es posible que algunos hinchas puedan consumir cigarrillos, alucinógenos, psicoactivos bebidas embriagantes pues, dice Edgar Rey (2006), pueden ser un “aditamento fundamental para aumentar la efervescencia y la alegría del ser humano, y por ende la ingestión de licor garantiza la fiesta” (pág. 101). Así, dejan a un lado las preocupaciones semanales, alterando las rutinas diarias y subvirtiendo el orden cotidiano. En la barra brava se encuentran las semejanzas entre unos y otros ya que son hinchas del mismo equipo, reunidos en la barra. No obstante, esa semejanza, inevitablemente los diferencia de aquellos que pertenecen a grupos semejantes pero hinchas de otros equipos. Por tanto, ser parte de la barra implica asumir las diferencias y comprometerse a enfrentar a los rivales, verbal y si es posible, físicamente; pues la presencia del rival es una ofensa que motiva el combate.

A modo de conclusión

    Algunos hinchas de equipos de fútbol se han organizado en las denominadas barras bravas; grupos ubicados usualmente, en las tribunas que se encuentran detrás de los arcos de las canchas de fútbol y conformados, mayoritariamente por hombres. Desde la gradería animan a su club, mediante cantos y saltos pues los integrantes de la barra suponen que con su aliento le entregan el apoyo necesario al grupo de jugadores y les puede servir para lograr una victoria en el terreno de juego. Entre los miembros de la barra brava, el aliento es parte del carnaval o la fiesta, expresiones semejantes entre sus integrantes. El carnaval antecede la realización del partido de fútbol, alcanza su máxima expresión durante el encuentro futbolístico y puede prolongarse después de concluido.

    El carnaval de la barra brava es una festividad que sirve para generar nuevas formas de sociabilidad, a través de la diversión, pues es una celebración que resalta la comunión de los hinchas. Además, es un tiempo para la alegría, el desorden y la burla; opuesto a la rutina diaria, sea familiar, educativa o laboral. También, es permitido consumir alucinógenos, psicoactivos o bebidas embriagantes ya que es periodo para salir de la monotonía.

    El carnaval de la barra brava no es una celebración necesariamente transgresora, es decir, no modifica el ordenamiento. Aunque es posible burlarse de las autoridades oficiales y usar groserías para insultar a los rivales. No obstante, algunas conductas de los integrantes de la barra brava salen de la legalidad establecida; particularmente, los comportamientos relacionados con la violencia o el combate, iniciados a través del carnaval, al incitar o provocar el enfrentamiento físico en los cantos.

Nota

  1. Consiste en bajar corriendo por la gradería o los escalones de la tribuna.

Bibliografía

  • Bohórquez, C. (2014). La música como dimensión simbólica del carnaval. En M. González, Carnavales y nación. Estudio sobre Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba y Venezuela (págs. 256-267). Bogotá: Corporación de Estudios Interculturales Aplicados.

  • Buelvas, M. (2006). La Fiesta Contemporánea. En É. Gutiérrez, & E. Cunin, Fiestas y carnavales en Colombia. La puesta en escena de las identidades (págs. 59-72). Medellín: La Carreta Editores.

  • Caro, J. (2006). El Carnaval (Análisis histórico-cultural). Madrid: Alianza Editorial.

  • Feliu, V. (2014). El complejo carnavalesco cubano: Rescate y renovación de una tradición. En M. González, Carnavales y nación. Estudio sobre Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba y Venezuela (págs. 154-169). Bogotá: Corporación de Estudios Interculturales Aplicados.

  • González, M. (2014). Construir tejidos de nación: Los carnavales en Colombia. En M. González, Carnavales y nación. Estudio sobre Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba y Venezuela (págs. 14-44). Bogotá: Corporación de Estudios Interculturales Aplicados.

  • Olivares, J. (2006). Génesis y evolución de la organización del Carnaval de Barranquilla: historia de goce y voluntades. En É. Gutiérrez, & E. Cunin, Fiestas y carnavales en Colombia. La puesta en escena de las identidades (págs. 73-96). Medellín: La Carreta Editores.

  • Rey, E. (2006). El Carnaval samario: esplendor de una fiesta tradicional en el siglo XIX. En É. Gutiérrez, & E. Cunin, Fiestas y carnavales en Colombia. La puesta en escena de las identidades (págs. 97-114). Medellín: La Carreta Editores.

  • Vignolo, P. (2006). La metamorfosis del Carnaval. Apuntes para la historia de un imaginario. En É. Gutiérrez, & E. Cunin, Fiestas y carnavales en Colombia. La puesta en escena de las identidades (págs. 17-41). Medellín: La Carreta Editores.

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