Valoración fisioterápica
en una escuela infantil
de natación

Sofía Sánchez Pérez*
Francisco Javier Jimeno Serrano**
Víctor Salinas Palacios***
(España)
tito@cajamurcia.es , jimeno@wanadoo.es  y victor@fcu.um.es

* Especialista en fisioterapia infantil
** Especialista en Fisioterapia del deporte.
*** Especialista en Fisioterapia del deporte. Especialista en salud, deporte y educación.

    Resumen
    La natación es un ejercicio físico que aporta importantes beneficios al organismo. El entrenador y del fisioterapeuta desempeñan un papel muy importante en el cuidado del nadador. En una escuela de natación infantil los niños y adolescentes se someten a esfuerzos regulares que demandan la realización de reconocimientos fisioterápicos previos a la participación deportiva y realizados periódicamente. El objetivo del presente trabajo es, por un lado, establecer la correcta ejecución de los tests y pruebas de valoración en la exploración fisioterápica y, por otro lado, presentar los resultados obtenidos de su aplicación en una escuela infantil de natación.
    Palabras clave: Escuela de natación. Fisioterapia. Pruebas de valoración.

http://www.efdeportes.com/ revista digital | Buenos Aires | Año 5 - Nº 20 - Abril 2000

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Introducción

    La natación es un ejercicio físico que aporta importantes beneficios al organismo. Los efectos beneficiosos de la natación se deben fundamentalmente a la implicación de la mayoría de los músculos de distintas regiones anatómicas junto con un trabajo de descarga y la considerable disminución del efecto de la gravedad sobre la columna vertebral. Como efectos principales de esta actividad deportiva podemos destacar la mejora del ritmo respiratorio y del aporte sanguíneo al corazón.

    El entrenador y del fisioterapeuta desempeñan un papel muy importante en el cuidado del nadador; el entrenador a la hora de detectar y corregir los posibles defectos técnicos del nadador y el fisioterapeuta a la hora de realizar correctas valoraciones periódicas con la finalidad de prevenir y detectar posibles alteraciones en la columna vertebral y en otras áreas anatómicas, planificar un programa de higiene postural y cinesiterapia si fuera necesario y ofrecer, junto con el entrenador, un programa de entrenamiento que incluya actividades acuáticas de carácter higiénico-educativo.

    En una escuela de natación infantil los niños y adolescentes se someten a esfuerzos regulares que demandan la realización de reconocimientos fisioterápicos previos a la participación deportiva y realizados periódicamente. El objetivo del presente trabajo es, por un lado, establecer la correcta ejecución de los tests y pruebas de valoración en la exploración fisioterápica y, por otro lado, presentar los resultados obtenidos de su aplicación en una escuela infantil de natación.


Reconocimiento fisioterápico

    Los objetivos del reconocimento fisioterápico de los nadadores infantiles son los siguientes:

    El reconocimiento fisioterápico debe incluir los siguientes apartados:


1. Anamnesis

    En la anamnesis se recogen datos relacionados con las siguientes cuestiones:


2. Exploración del aparato locomotor

    Al realizar el reconocimiento fisioterápico del aparato locomotor nos interesa estudiar los ejes del raquis, de la pelvis y de los MMII. La inspección del aparato locomotor se debe centrar en el plano frontal y sagital, explorando la postura en bipedestación, sedentación y decúbito supino.

    Para realizar una correcta valoración del aparato locomotor en bipedestación el niño debe desvestirse para dejar visible el tórax y MMII y no llevar calzado. El paciente debe adoptar durante la inspección una postura relajada y usual. Los pies deben estar separados a la misma altura de los hombros y el peso repartido de su cuerpo por igual entre ellos.


2.1. Raquis

2.1.1. Tests y métodos de medición

2.1.1.1. Exploración sagital: flechas sagitales

    Existen múltiples métodos clínicos para la valoración de la disposición sagital del raquis (1, 2, 3, 4). En este reconocimiento fisioterápico utilizamos el método de medición de las flechas sagitales por ser un sistema de muy alta reproducción con exploradores diferentes y muy económico y sencillo (5, 6).

    La exploración sagital del raquis tiene como objetivo conocer con el mayor grado de fiabilidad posible el grado de curvatura raquídea. El método de las flechas sagitales consiste en medir cuatro distancias para establecer, a partir de ellas, unos índices, el cifótico y el lordótico, que nos darán el grado de la curvatura. Para medir las flechas sagitales debemos aproximar el hilo de la plomada hasta el primer contacto con la espalda, bien sea el inicio del pliegue interglúteo bien la región torácica media. Es muy importante comprobar la perfecta linealidad del hilo de la plomada, para facilitarla podemos ayudarnos del apoyo de nuestro antebrazo sobre el hombro del paciente. Las cuatro distancias, medidas en milímetros, que obtendremos de la aplicación de este método son:

    A partir de las cuatro flechas sagitales estableceremos los índices cifótico (IC) y lordótico (IL). En este punto podemos encontrarnos con distintas situaciones:

    1. El paciente presenta un eje adelantado: la flecha torácica es mayor a cero y la flecha sacra igual a cero.

IC = FC+FL/2-FT        IL = FL - ½ FT

    2. El paciente presenta un eje atrasado: la flecha torácica es igual a cero y la flecha sacra mayor a cero.

IC = FC+FT+FL / 2        IL = FL - ½ FS

    Las referencias de normalidad para el índice cifótico están establecidas entre 20º-55º, menos de 20º nos indicaría una rectificación de la curvatura torácica y más de 55º sería indicativo de hipercifosis. Para el índice lordótico la normalidad se establece entre 20º-40º, por debajo de estos valores nos hallaríamos ante una rectificación de la curvatura lumbar y por encima ante una hipelordosis (7).

    A la hora de determinar el grado de estructuración de la curvatura torácica se utiliza el índice cifótico autocorregido. Para ello solicitamos al paciente una autocorrección activa de la curvatura dorsal. Una vez autocorregido debe mantener esa postura y volvemos a medir las cuatro flechas sagitales para calcular el índice cifótico autocorregido se aplica la misma fórmula explicada anteriormente). Los valores de normalidad están establecidos por debajo de 35º, por encima de este valor nos indicaría una tendencia a la estructuración de la curvatura dorsal y entre 50-55º una curvatura estructurada.

    Estas referencias deben tener en cuenta la edad, la talla y peso del individuo (8).

    La valoración sagital del raquis no debe centrarse únicamente en la postura del individuo en bipedestación. Es necesario analizar también el comportamiento raquídeo en sedentación, sobre todo durante la infancia, por ser la postura más adoptada en esta etapa a lo largo del día.


2.1.1.2. Exploración frontal: flechas frontales, Test de Adams y Test de Bending

2.1.1.2.1. Flechas frontales

    Al igual que las flechas sagitales, la valoración de la disposición frontal del raquis ha de realizarse con el individuo en ropa interior, en posición relajada y en bipedestación. La exploración se realiza por la espalda del paciente palpando las apófisis espinosas de las vértebras y referenciándolas con un rotulador dermográfico para observar la trayectoria de las mismas. Con la ayuda de una plomada, y tomando como referencia la séptima vértebra cervical, podremos obtener la linealidad del raquis(9,10).Una flecha frontal medirá la distancia en milímetros desde el punto de mayor concavidad de la desviación de las apófisis espinosas hasta la plomada. En condiciones normales observaremos una simetría que puede objetivarse cuando la plomada pasa entre C7 y los talones, alineándose tras la plomada todas las apófisis espinosas de las vértebras.


2.1.1.2.2. Test de Adams

    Una vez valorada la posición en bipedestación, invitamos al paciente a que flexione lenta y progresivamente hacia delante primero la cabeza y después el tronco, dejando que los brazos caigan verticalmente con las palmas de ambas manos enfrentadas y las rodillas extendidas. El explorador se sitúa detrás del paciente mientras realiza la flexión anterior para comprobar el contorno de la espalda. Cualquier alteración de esta postura de exploración del paciente nos dará una imagen falsa al producirse una rotación del raquis. Al flexionar el individuo el tronco hacia delante podremos comprobar la existencia de una gibosidad dorsal, la cual corresponderá a la zona de convexidad y estará producida por el componente rotatorio de la parrilla costal.

    El material que necesitamos para medir la prominencia es un nivel con dos barras milimetradas y perpendiculares. El nivel se coloca horizontalmente con la marca cero sobre la apófisis espinosa del área de mayor prominencia y se comprueba la distancia hasta el vértice de la gibosidad. A continuación, a la misma distancia de la línea media, se mide la distancia perpendicular desde el nivel hasta la parte más baja (9). Las referencias de normalidad en el test de Adams se establecen por debajo de los 5 milímetros.


2.1.1.2.3. Test de Bending

    El test de Bending o de flexión lateral tiene como objeto valorar el grado de reductibilidad de la desviación frontal del raquis. Con el paciente en bipedestación le solicitamos que realice una flexión lateral del tronco hacia el lado de la convexidad de la curva y observamos la armonía de la misma y su grado de reductibilidad.

    La aplicación de este test también la podemos realizar en decúbito supino para suprimir los efectos de la gravedad.


2.1.1.3. Exploración de la movilidad del raquis lumbar: Test de Shöberg

    El test de Shöberg tiene como objetivo valorar la movilidad del raquis lumbar.

    Para ello con el paciente en bipedestación, el explorador, con la ayuda de un rotulador dermográfico, marcará 5 centímetros por debajo de las EIPS y 10 centímetros por encima de las mismas. Solicitamos al paciente que realice una flexión anterior máxima del tronco y medimos la distancia existente entre los dos puntos de referencia marcados anteriormente. Se establece que el individuo tiene una buena movilidad del raquis lumbar cuando esta distancia, de 15 cm en la posición inicial de bipedestación, aumenta al realizar la flexión de tronco hasta 20-22 cm. Un valor inferior será indicativo de una disminución del raquis lumbar y un valor superior de hipermovilidad (11, 12).


2.2. Pelvis

2.2.1. Tests y métodos de medición

    Para realizar un correcto reconocimiento de la pelvis es necesario que el explorador pueda observar bien las espinas ilíacas anterosuperiores y posterosuperiores, las crestas ilíacas y las articulaciones sacroiliacas del paciente. Con el individuo en bipedestación y adaptando una postura relajada, observamos la disposición de la pelvis desde una visión anterior, lateral y posterior.


2.2.1.1. Horizontalidad pélvica

    El explorador se sitúa delante del paciente y toma como puntos de referencia simétricos las espinas ilíacas anterosuperiores para valorar la existencia de un desnivel pélvico (9). Asimismo, podemos tomar como referencia las crestas ilíacas ayudándonos de un nivel con brazos articulados.


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