Variables psicológicas en el árbitro de balonmano Psychological variables in handball referee |
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Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad de Murcia. Graduado en Educación Primaria con Mención en Educación Física. UEM Máster de Formación del Profesorado de Secundaria. Universidad de Elche Máster de Investigación e Innovación Educativa. Universidad de Murcia |
Francisco José Martínez Hita (España) |
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Resumen Cada vez está tomando mayor fuerza una preparación integral de los árbitros y no únicamente desde un punto de vista físico y de estudio del reglamento. En la actualidad se está abriendo paso otras tendencias como formación nutricional o entrenamiento psicológico entre otras. A través de este documento se pretende dar la importancia que se debe al entrenamiento psicológico y facilitar unas pautas para estar preparados para la dirección de un partido, al mismo tiempo que concientizar al colectivo arbitral de sus beneficios. Palabras clave: Calentamiento. Preparación psicológica. Coach. Entrenamiento.
Resumo
Recepción: 22/09/2015 - Aceptación: 24/10/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 20, Nº 209, Octubre de 2015. http://www.efdeportes.com/ |
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1. Psicología del Deportes y Arbitraje
En la actualidad debido a los medios de comunicación la repercusión de espectáculos deportivos es cada vez mayor. Son en demasiadas ocasiones cuando se mediatizan los errores del equipo arbitral sea cual sea el deporte y muy pocas aquellas en las que se valora positivamente su labor.
Hay que tener en cuenta que ante todo los árbitros son personas, y como todas pueden cometer errores. Al igual que los deportistas, quienes fallan canastas a lo largo de un partido o lanzamientos a portería en balonmano o fútbol, un árbitro también puede equivocarse puntualmente y no por ello lo hace de forma intencionada.
Son muchos los factores que pueden afectar a un árbitro: público, deportistas, entrenadores, clubes, medios de comunicación, incluso el propio colectivo arbitral al querer ascender en él. Además podemos encontrar otros de índole más personal como su situación económica, laboral, familiar y su propia personalidad.
El arbitraje dentro del campo de la Psicología Deportiva se entiende como algo genuino (Riera, 1985 y Cruz, 1997). En este sentido, la Psicología Deportiva busca la optimización del trabajo de los árbitros en la toma de decisiones. En cambio, son muy escasos los estudios en relación con este campo de conocimiento.
2. Concepto de calentamiento y relación con trabajo psicológico
Se pueden encontrar numerosas definiciones y beneficios del calentamiento:
Conjunto de ejercicios que permiten obtener un estado óptimo de preparación psicofísica y motriz, previniendo de posibles lesiones (Weineck, 1988)
Conjunto de actividades o ejercicios primero de carácter general y luego especifico, que se realizan antes de cualquier AF en la que la exigencia del esfuerzo es superior a lo normal, con el fin de poner en marcha todos los órganos del sujeto y disponerle para un máximo rendimiento (Álvarez, 1992).
Movilización suave y progresiva de todos los músculos y articulaciones para poder posteriormente realizar esfuerzos intensos sin sufrir ninguna lesión y obteniendo el máximo rendimiento (Hernández, 1996).
A partir de estas definiciones se puede obtener una premisa básica y esta es conseguir un estado óptimo o de máximo rendimiento, tanto a nivel físico como mental, en el caso especifico del árbitro: estar situado en el lugar correcto, con la activación y concentración ideal (Martínez-Hita, 2015). En este punto se destaca ya la importancia del trabajo mental en el árbitro.
3. Variables psicológicas relacionadas con el rendimiento del árbitro
Son muchas las variables que pueden afectar al estado psicológico de un árbitro, en este trabajo se profundizara en:
3.1. Motivación.
3.2. Autoconfianza.
3.3. Atención y concentración.
3.4. Activación, ansiedad y estrés.
3.1. Motivación
Sage (1977) define motivación como aquello que determina el origen, dirección y persistencia de la conducta.
Dirección: Las razones que llevan al individuo a escoger una determinada actividad.
Duración: El tiempo que puede mantener el interés y el esfuerzo.
Intensidad: Mayor o menor esfuerzo que el individuo emplea en una actividad.
Se pueden encontrar dos tipos de motivación una motivación más intrínseca orientada hacia la realización personal de superarse a uno mismo, éxito auto-referencial y otra más extrínseca centrado en la recompensa, valoración social y criterios hetero-referenciales.
Los dos tipos de motivación deben coexistir y deben ser aplicados dependiendo de la situación concreta.
Dentro de la Programación Neurolingüística, Steve y Connirae Andreas (1991) describen cuatro estilos motivacionales que utilizan las personas de una forma ineficaz.
Motivador negativo. Pensar en las consecuencias negativas que ocurrirían si no se hace algo. Ej. hago test de reglamento por evitar la sanción del comité.
Dictador. Motivación a partir de ordenes mentales “tengo que”, “debería” o “debo”.
Imagínate haciéndolo. Estrategia útil cuando haces algo que te agrada pero muy complicado cuando es al contrario. Ej. Imaginar las críticas de un entrenador cuando diriges un partido.
Abrumador. Incapaz de empezar algo por lo tedioso y largo que es. Ej. Comenzar a entrenar para las pruebas físicas cuando aún estas lejos de conseguirlo.
Algunos test para conocer nuestros niveles de motivación podrían ser:
Test de los 10 deseos.
Test de las frases incompletas.
3.2. Autoconfianza
Dosil (2004) define autoconfianza como “la percepción que tiene la persona sobre si su capacidad es suficiente para enfrentarse a una determinada tarea y sobre si los resultados que obtendrá son positivos”.
La percepción individual de cada una de las personas depende de:
Capacidades de ejecución o logros pasados.
Modelado u observación de otras personas.
Persuasión verbal, información obtenida por otras personas.
Arousal emocional o nivel de activación.
En esta línea se puede entender como a mayor autoconfianza existirá mayor probabilidad de éxito, sin embargo esto no ocurre siempre. Mencionando a Balaguer et al. (1994) podemos encontrar:
Una baja autoconfianza conlleva a un esfuerzo menor y por tanto la probabilidad de éxito se ve reducida.
Pero también podemos encontrar como una autoconfianza alta puede dar el mismo resultado de un esfuerzo bajo el cual se traducirá de igual manera en un menor rendimiento.
Por tanto, no se trata tanto de aumentar nuestros niveles de autoconfianza sino en buscar un nivel óptimo. Para ello se proponen una serie de pautas a seguir:
Actuar y pensar con confianza. Formación continua.
Conseguir éxitos y ejecuciones correctas. Valorar y recordar aquellos partidos que han finalizado correctamente y han finalizado con buenas sensaciones.
Visualizar y planificar la práctica-acción.
Establecer claros objetivos que aumenten su complejidad gradualmente.
Trabajar con los recursos disponibles.
Ofrecer feedback adecuadamente.
3.3. Atención y concentración
La atención se refiere atender hacia, implicando una tendencia del sujeto a entrar en contacto (visual, auditivo y táctil) con algo en concreto, sea ese algo muy particular y especifico (concentrado en ello) o más amplio (alerta a lo que ocurre).
Nideffer (1976) propuso cuatro tipos de atención atendiendo a dos variables: la dirección (hacia donde dirigimos la atención) y la amplitud (amplitud del enfoque o cantidad de estímulos que abarcamos en un momento).
Será la variedad de enfoques atencionales motivados por las distintas situaciones que nos podemos encontrar las que marcaran utilizar uno u otro y es en este cambio de focos atencionales donde nace la necesidad de entrenamiento con el fin de facilitar la transición de un foco atencional a otro.
Existen diferencias individuales en cuanto a las capacidades atencionales, estas pueden ser aprendidas, biológicas o genéticas.
En esta variable podemos encontrar gran variedad de test como:
Test de Stroop (1935).
Técnica de la rejilla (Harris y Harris, 1984).
Se pueden encontrar diversidad de ejercicios, actividades y juegos por Internet.
Cabe destacar en este punto la importancia de una buena condición física por parte de los árbitros, la cual ayudará a la interpretación de la información obtenida en caso contrario podríamos caer en situaciones de bloqueo, incapacidad para atender estímulos relevantes, traduciéndose en un aumento de errores. Una competición supone un gran esfuerzo para nuestro organismo que producirá cambios en el mismo (aumento de frecuencia cardiaca y respiratoria, tensión muscular etc.) por ello es necesario estar preparado para este tipo de situaciones.
En cambio, la concentración es la habilidad para dirigir y mantener la atención (durante el tiempo que requiera la tarea) hacia aquellos estímulos que son relevantes o determinantes en ese momento discriminando otros que no lo son.
En este caso se pueden encontrar dos elementos principales que actuarán como distracción en los árbitros.
Elementos externos: el público, jugadores, compañeros del equipo arbitral etc.
Elementos internos: sentimientos, fatiga, problemas personales etc.
Sería muy compleja la descripción de cual seria la estrategia ideal a seguir por parte de los árbitros para percibir una jugada y poder dar una interpretación correcta. Además existen diferencias entre los árbitros más expertos y los principiantes, ya que cada uno de ellos tiene focos atencionales diferentes y se fijan en elementos distintos para apreciar una misma jugada.
3.4. Activación, ansiedad y estrés
Ansiedad, estrés y activación son términos diferentes pero que se encuentran íntimamente relacionados.
La activación es un estado natural de todo ser vivo. Cada sujeto tiene un estado de activación óptimo. Yerkes y Dodson (1908) afirman que a medida que el arousal o nivel de activación aumenta el rendimiento es mejor, hasta un punto a partir del cual la activación es excesiva y el rendimiento disminuye. Esta teoría es denominada como la Hipótesis de la U invertida.
El estrés es la respuesta del organismo ante situaciones tanto internas como externas que resultan amenazantes, incluyendo la movilización de recursos fisiológicos y psicológicos.
El estrés no es algo malo siempre, puede ser tanto beneficioso o perjudicial. Beneficioso en aquellos casos que el árbitro este preocupado por su condición física y realiza un buen plan de entrenamiento para mejorar y será perjudicial si un árbitro se juega su ascenso a otra categoría en el siguiente partido y aun está lesionado. El estrés puede provocar una mayor activación, para hacer frente a una situación estresante, o una disminución de la activación para evitar el agotamiento.
En cambio la ansiedad es una respuesta implicada en los procesos de adaptación ante eventos aversivos o peligrosos anticipados. Su función principal es la de impedir el daño mediante respuestas preparatorias. Se pueden encontrar tres causas de ansiedad en el deporte:
§ Inadecuada, actitud-rendimiento. Cuando se espera una mala actuación o resultado.
§ Aspectos relacionados con el resultado. Relevancia del resultado.
§ Evaluación social. Padres, entrenadores y rivales.
En resumen, se puede decir que la ansiedad es una manifestación del estrés que conlleva una activación elevada. Por otra parte el estrés puede manifestarse con ansiedad o no, hostilidad, depresión, agotamiento psicológico o un estado positivo de alerta y búsqueda de recursos.
Estas variables se pueden evaluar a través de:
Auto-observación.
Activación fisiológica a través de pulsómetros.
Entrevistas.
4. Pautas a seguir durante un partido
Atendiendo a las variables anteriores se pretende en el siguiente punto aportar una serie de pautas o consejos a los árbitros que puedan llevar a cabo durante la temporada y más específicamente durante los partidos. Para ello se dividirán en tres momentos claves, antes, durante y tras el partido.
4.1. Pre-Partido
Antes de comenzar el partido se deberá conseguir un estado óptimo de activación. Nos encontramos ante dos situaciones por un lado que estemos con niveles de activación demasiado altos y debamos disminuirlo o al contrario.
En el primer caso se deberá realizar alguna de las técnicas de relajación mediante la respiración. Se realizarán tres inspiraciones profundas, cogiendo el aire profundamente hasta llenar los pulmones y espiramos lentamente. En la tercera espiración se deberá relajar totalmente dejando al cuerpo totalmente distendido.
En el segundo caso, si se necesitara aumentar nuestro nivel de activación se podría hacer de dos maneras.
La primera desde el punto de vista fisiológico realizando un calentamiento completo que nos prepare para el partido (Martínez-Hita, 2015) con los beneficios que aporta desde un punto de vista físico y mental.
Por otro lado se puede realizar un ejercicio de práctica imaginada o lo que es lo mismo imaginar algunas acciones concretas que nos podemos encontrar durante el partido. Esta estrategia nos ayudará a aumentar tanto la activación como la concentración. Por ejemplo durante un contraataque el defensor que empuja por detrás.
4.2. Durante el partido
Motivación
Como se ha comprobado anteriormente existen distintos estilos motivacionales y algunos de ellos erróneos, hay que disfrutar del partido y con aquello que se hace, la motivación intrínseca o hacia la tarea es algo fundamental.
Autoconfianza
Recordar pensamientos positivos de partidos que hayan salido bien y jugadas en las que hayamos acertado. Utilizar auto-instrucciones o conversaciones internas, ordenes claras y concisas de lo que se debe hacer en cada momento. Ej. Lanzamiento del extremo, ver si pisa y al mismo tiempo si es tocado por el defensor.
Además tener preparado como actuar en ocasiones que puedan acontecer. Ej. Entrenador que protesta de manera continuada, primeramente me acerco y le aviso de forma educada de que si continúan esos comportamientos no tendré más remedio que amonestarle.
Atención y concentración
Focalizar la atención en cada momento, no pensar en acciones pasadas en las que se haya podido cometer un error. Ej. Jugador en salto en 9 metros me aproximo para ver si existe contacto en el momento del lanzamiento.
Para mantener la concentración se deberá dejar de lado estímulos irrelevantes (público) y mantener conversaciones internas con uno mismo así como atender al juego, adelantándonos a posibles jugadas. Ej. Equipo A comienza realizando penetraciones sucesivas desde su extremo izquierdo, atentos al lanzamiento del extremo contrario.
Activación y ansiedad
Para mantener los niveles de activación durante los tiempos muertos o situaciones en las que el tiempo esté parado sería recomendable hablar con nuestro compañero. En el caso de la ansiedad mantener una respiración constante y no sentirse presionado por lo que vaya sucediendo durante el transcurso del partido. Se deberá estar pendiente en todo momento de lo que ocurre en cada instante y no obsesionarse por fallos que se pueden haber cometido anteriormente, ya que eso nos sacará del partido.
4.3. Tras la competición
Después de los partidos, se deberá hablar con nuestro compañero y reflexionar sobre las decisiones tomadas para unificar criterios y mejorar en acciones posteriores. También se debe analizar cómo se podría trabajar para intentar corregir los errores realizados. Es imprescindible un feedback tras los partidos para el aprendizaje.
5. Conclusión
Como se ha podido apreciar a lo largo de todo el trabajo el entrenamiento psicológico por parte del árbitro de balonmano es necesario como parte de un entrenamiento integral en el que se incluyen también un componente físico y el estudio e interpretación del reglamento.
A pesar de esto son muchas las veces en las que este componente psicológico es olvidado en las pre-temporadas y charlas a lo largo de la temporada de los colectivos arbitrales. Con este documento se pretende dar la importancia que se merece al trabajo psicológico por parte de los árbitros, especialmente del árbitro de balonmano.
Sin embargo se pueden encontrar cada vez más contenidos sobre nutrición, principios del entrenamiento o incluso aspectos psicológicos que tienen cada vez más cabida dentro de los cursos de preparación de árbitros.
Bibliografía
Álvarez, C. (1983). La preparación física del fútbol basada en el atletismo. Madrid: Editorial Gymnos, 558-564.
Balaguer, I., Fuentes, I., Meliá, J. L., García-Mérita, M., y Pons, D. (1994). Adaptación del perfil de estados de ánimo (POMS) a una muestra de estudiantes valencianos. Paper presentado al IV Congreso de Evaluación Psicológica. Santiago de Compostela, España.
Cruz, J. (1997). Asesoramiento Psicológico en el Arbitraje y Juicio Deportivos. En J. Cruz (ed.) Psicología del Deporte. Madrid: Síntesis, 245-269.
Dosil, J. (2004). Psicología de la actividad física y del deporte. McGraw-Hill.
Martínez-Hita, F. J. (2015). Importancia y propuesta de calentamiento del árbitro de balonmano. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Nº 202. http://www.efdeportes.com/efd202/calentamiento-del-arbitro-de-balonmano.htm
Nideffer, R.M. (1976a). Test of attentional and interpersonal style. Journal of Personality and Social Psychology, 34, 394-404
Permuy, P. Técnica de Arbitraje. Comité Técnico de Árbitros. Federación Española, 49-57. Recuperado de: http://www.rfebm.com/CTA/CTCOMTEC/Tecnica%20de%20Arbitraje.pdf
Riera, J. (1985). Psicología del Arbitraje y Juicio Deportivos. En J. Riera Introducción a la Psicología del Deporte. Barcelona: Martínez Roca.
Sage, G. (1977). Introduction to motor behavior: A neuropsychological approach (2nd ed.). Reading, MA: Addison-Wesley
Weineck, J. (1988). Entrenamiento óptimo. Barcelona: Editorial Hispano Europea. 399-410.
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