Orígenes del béisbol en Nicaragua (1901-1924) Origins of baseball in Nicaragua (1901-1924) |
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Maestría en Ciencias Sociales Universidad Politécnica de Nicaragua |
Chester Urbina Gaitán (Costa Rica) |
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Resumen El béisbol en Nicaragua durante los años de 1901 a 1924 se populariza debido a que comienza a perder su carácter clasista, porque los trabajadores empezaron a tomar participación en su práctica. Les permitió a los niños el acceso a su ejecución, posibilitó la participación e integración deportiva de los afrocaribeños; amén de que adquirió el carácter de “deporte nacional” debido a la asistencia del presidente Emiliano Chamorro a un partido de este deporte. Este proceso se consolidará cuando el béisbol adquiera el carácter de representación nacional, primero con los partidos que se realizaban en 1913 entre equipos nacionales y los de los marines estadounidenses, y luego con la conquista que la selección nacional hizo del campeonato centroamericano en las Olimpiadas Centroamericanas de Costa Rica en 1925. Palabras clave: Béisbol. Nicaragua. Identidades. Ocupación estadounidense. Trabajadores. Violencia.
Abstract Baseball in Nicaragua during the years of 1901-1924 became popular because it starts to lose its class character, because the worker element began to take interest in his practice, he allowed children access to their execution, enabled the participation and sporting Afro-Caribbean integration; mention that acquired the status of "national sport" due to the presence of President Emiliano Chamorro a game of this sport. This process was consolidated when the baseball acquire the character of national representation, first with the parties that were held in 1913 between national teams of US and mariners, and then conquer the national team made the Central American championship in the Central American Olympics of Costa Rica in 1925. Keywords: Baseball. Nicaragua. Identities. US Occupation. Workers. Violence.
Recepción: 30/07/2015 - Aceptación: 04/09/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 20, Nº 208, Septiembre de 2015. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
La vinculación estable de Nicaragua al mercado mundial a través del café fue impulsada por el gobierno de José Santos Zelaya (1893-1909), quien puso las bases jurídicas, políticas, económicas y sociales para la modernización del Estado nicaragüense y permitieron la consolidación del capitalismo en el país.[1] Luego de la caída de Zelaya la burguesía conservadora aprobó la ocupación estadounidense con la esperanza de una paz social y una prosperidad económica garantizada. Hizo lo posible para que el pueblo compartiera su actitud, pero no lo logro. Imputaron la reprobación popular contra la ocupación a la falta de preparación política de las masas y a la falta de self-control. Insistieron, para justificar la intervención, en la supuesta anarquía que reinaba en Nicaragua.[2] Con la ocupación el Estado nicaragüense perdió totalmente su independencia del capital extranjero. La dominación económica y financiera llevo a que los banqueros estadounidenses decidieran sobre el presupuesto de Nicaragua, ubicaron las mejoras que se tenían que hacer y determinaron las cantidades que el país tenía que gastar mensualmente en el mantenimiento de su propio Estado.[3]
La introducción del deporte a Nicaragua se da en un contexto donde en las fiestas patronales existían juegos de danza; de los cuales unos tienen su origen en el tributo que los indígenas ofrecían a sus divinidades; mientras que otros dimanan de la conquista y servían para distraer al pueblo con motivo de la celebración de las fiestas religiosas. Entre los principales juegos de danza sobresalen: Los Chinegros, La Vaca, El Toro Guaco, El Toro Encohetado, El Toro Venado, La Yegua, Los Mantudos, Moros y Cristianos, Los Diablos, Las Inditas, La Gigantona, El Enano, El Macho Ratón, El Gigante, El Tabureteado, etc.[4]
Con respecto a las obras que brindan información sobre el béisbol en Nicaragua a finales del siglo XIX, se tiene que los inicios del béisbol en la Costa Atlántica están ligados al interés del comerciante estadounidense Albert Adlesberg, quien para 1888 se encontraba aburrido de estar viendo jugar a los nativos el cricket, por lo que dispuso enseñarles el béisbol. Luego de varias prácticas el señor Adlesberg, pidió a los Estados Unidos los primeros implementos de béisbol que llegaron a Nicaragua. Para el 9 de Mayo de 1889, se formaron en Bluefields los primeros equipos de béisbol: el “Southern Base Ball Club” del barrio Sur de Bluefields y el “White Rose” que representaba al barrio Norte.[5] Para 1972 Salomón Barahona y Cesar Vivas apuntaron que en 1891 se formó en Managua la entidad deportiva Sociedad de Recreo para la práctica del deporte. Estaba integrada por estudiantes nicaragüenses provenientes de los Estados Unidos. El presidente de esta asociación deportiva era el Dr. Adán Cárdenas ex Presidente de la República. Estas personas formaron luego el Managua Base-Ball Club y el “Granada”. En julio de 1891 realizaron un partido en el trillo de los Fallas en Managua.[6] Sobre los partidos jugados por estas asociaciones no existe ninguna referencia en los periódicos nicaragüenses. Jorge Eduardo Arellano apunta en el 2007 lo mismo que refieren Barahona y Vivas, por lo que su estudio es de carácter anecdótico y carece de respaldo a nivel de fuentes periodísticas.[7]
El Managua Base Ball Club en 1891 en el trillo de los Fallas. De pies: Números 1, 2, 3 y 4: Tomas Wheelock, 3er fielder; Ricardo Solorzano, 3era base; Kay Thompson, 2 do fielder; y Carlos Wheelock, 1er fielder. Segunda fila: Números 5, 6 y 7: José Ángel Robleto, short stop; John May, (capitán y 2ª. base); y Francisco S. Reñasco, 1ª base. Sentados: Números 8 y 9: Adolfo Cárdenas, pitcher y Joaquín Martínez, catcher. De pies, números 10 y 11: Mr. O. Labern y José Lupone, quienes no eran jugadores |
Según se ha visto en Nicaragua han existido varios autores que han brindado varias versiones acerca del origen de la práctica social del béisbol. No se pretende desechar en su totalidad el aporte que se ha hecho en ese sentido, pero es a la luz de sus deficiencias e imprecisiones que se plantea la necesidad de delimitar más exactamente la génesis de esta disciplina deportiva en el país. Fundamentado en todo lo anterior es que el objetivo de este artículo es analizar el origen del deporte en Nicaragua desde la fundación del Club de Béisbol New York en 1901, primera asociación deportiva de Nicaragua, hasta 1924, año en que el béisbol obtiene la categoría de representación nacional.
Inicios del béisbol en Nicaragua (1901-1924)
La primera corporación deportiva nicaragüense de la cual consta su existencia en la prensa nacional fue el Club de béisbol New York de Managua, quien para el 21 de diciembre de 1901 dejaba registrados sus estatutos ante el Poder Ejecutivo. Su directiva quedó conformada de la siguiente manera: Capitán, Carlos Castillo h.; Vice-capitán, Feliciano Ortiz; Tesorero, Pablo J. Medrano h.; Secretario, J. J. Ubieta; Miembros: J. Leoncio Ardón, Carlos Salas, Genaro Álvarez, Terencio García h., Teófilo Medrano M., Marcos Quezada h. y Carlos Flores B.[8] Luego de este acontecimiento, se sabe que para el domingo 19 de enero de 1908 a las tres y treinta de la tarde, en el trillo de los señores Solórzano, se realizó un desafío de béisbol, entre los clubes Managua y Unión, con una apuesta de cien pesos. Los pitchers de los clubes fueron: por el Managua, Sebastián Arana y por el Unión, Francisco Solórzano.[9] Los beisbolistas nicaragüenses de principios del siglo XX no eran constantes en sus prácticas y en el sostenimiento de sus asociaciones deportivas, por lo que tuvieron una existencia efímera. La ejecución del deporte era vista como un acto social más de los jóvenes acomodados, y no como una actividad que demandaba disciplina y esfuerzo para ejecutarla. Esto explica porque a veces pasaban varios años sin tenerse noticias de la práctica del béisbol.
El 20 de agosto de 1913 jugaron en el Campo de Marte los clubes Boer y Venus. Ganó el Venus nueve carreras contra cinco del Venus.[10] El domingo 24 de octubre se realizaron los siguientes partidos de béisbol: de 8 a 10 am jugaron los mariners del capitán Rixey con el club Emperador; de 10 am a 1 pm el club Japón y el Boer y de 3 a 5 pm el Managua contra los mariners del buque Yorktown.[11]
Equipo de béisbol de los mariners estadounidenses en Nicaragua
Para el domingo 13 de diciembre de 1914 se efectuó en el campo de deportes de los señores Martínez y Compañía de Granada un partido entre el Managua y el Boer. El Boer perdió once carreras a ocho. Entre lo más destacado del partido están los veinte ponches del pitcher del Managua.[12] La actuación del lanzador es importante porque se dio en una sociedad agraria donde la habilidad para ejecutar algo brindaba cierto “status”.[13]
El Boer estaba integrado por artesanos y trabajadores capitalinos – lo cual se comprobara más adelante – sin embargo; el béisbol no se convirtió en un canal de manifestación de la lucha de clases. La profundización de la crisis económica, por la política deflacionaria y recesiva que se implementó durante la ocupación norteamericana, se tradujo en mayor desempleo y caída de los salarios reales de los asalariados; y el sentimiento de antiimperialista de los sectores organizados del artesanado, se tradujo en un sentimiento de rechazo en contra de la ocupación.[14] Sin embargo, durante la ocupación estadounidense hay un estancamiento relativo de los movimientos sociales, y las clases explotadas arrastran en silencio su carga o se restringen a formas de luchas aceptables para las clases explotadoras: huelgas limitadas a reivindicaciones económicas, la creación de sindicatos, etc.[15]
Antes de la fundación del Boer la práctica del béisbol en el país era coto absoluto de los sectores acomodados nicaragüenses. Acerca de la introducción del deporte en Costa Rica, Guatemala y El Salvador se conoce que esta actividad cultural está vinculada con las practicas que hacían a finales del siglo XIX las principales colonias extranjeras radicadas en esos países, y que debido a sus lazos socio afectivos con las burguesías nacionales y a sus intereses comerciales en torno al café y al banano, es lógico que los primeros clubes deportivos de estos países reforzaran la identidad de clase de esos sectores. Amparado en todo lo anterior es que se deriva el hecho de que las primeras asociaciones deportivas se dedicaran a actividades que solo estaban al alcance de sus integrantes, debido a que ellos tenían el suficiente tiempo libre, dinero y preocupación por su salud y apariencia física, aspectos que les permitirán sostener sus asociaciones, las cuales tenían un carácter clasista y exclusivo.[16]
En la propagación del béisbol fuera de Managua influyó de una manera fundamental la creación del ferrocarril, el cual para principios del siglo XX unía el puerto de Corinto en el océano Pacifico con las ciudades de Chinandega, León, Managua, Masaya y Granada.[17] Para mayo de 1915 los clubes managüenses: Manchester, Imperio, Xolotlán, Boer y Managua establecieron la Confederación Deportiva de Béisbol de Managua, con el fin de establecer un pacto de amistad entre esos clubes. Este suceso se deriva de los acontecimientos trágicos ocurridos el 30 del mes antes citado en la ciudad de Masaya, donde los peloteros del club Managua fueron agredidos por fanáticos de esa localidad.[18] En 1917 ya existía una Liga Nacional de béisbol.[19]
El domingo 13 de noviembre de 1916 por la mañana hubo un partido de béisbol entre el Peña Caliente y los marinos del Campo de Marte. Se cobró la entrada al partido, la cual arrojó la cantidad de 46 córdobas. A pesar de que los señores Manuel Gutiérrez Peña, Jacobo Tefel y Francisco Frixione ofrecieron 20 córdobas a los del Peña Caliente para que ganaran, el club nacional perdió 11 carreras a 7, por lo que el periódico El Comercio dijo que no fue interesante.[20] Otro factor que ayudó a la popularización del béisbol fue que les permitió a los niños su práctica. Para el jueves 1 de noviembre de 1917 el club de béisbol infantil Filadelfia venció al Minerva de Masaya en el campo de aquella ciudad.[21]
Posteriormente para finales de octubre de 1917 el Club Atlético de la capital estaba acondicionando su terreno de prácticas para una mejor ejecución del béisbol, fútbol y tenis. Se construirían dos cuadros para patinar al aire libre. También se había hecho el trazo para la pista de coches y bicicletas y se estaban pidiendo varios botes para las regatas en el lago de Managua. Las obras estaban dirigidas por un ingeniero de apellido Portocarrero.[22] Otro factor que ayudó a popularizar aun más al béisbol y que le dio un carácter de deporte nacional, fue que en el partido que se efectuó el domingo 13 de enero de 1918 entre los clubes Managua y Granada se conto con la presencia del entonces Presidente de la República General Emiliano Chamorro.[23] La asistencia a este partido por parte del presidente Chamorro le dio al béisbol el carácter de “deporte nacional” aunque el verdadero interés de este político era el obtener buena imagen política ante el pueblo, ya que llegó al poder en unas elecciones en las que no participaron los liberales.[24]
General Emiliano Chamorro Vargas
Presidente de Nicaragua 1 de enero 1917 a 1 de enero de 1921
Presidente de facto 17 de enero de 1926 a 30 de octubre de 1926
Un factor que le dio al béisbol el carácter de cohesionador nacional fue la participación del club Bluefields de la costa caribeña en el campeonato de primera división del país de 1918.[25] Esto contribuyó a que a mediados de agosto del año antes mencionado las ciudades de Ocotal y Somoto – en el norte del país – fundaran sus propios clubes de béisbol.[26] A inicios de setiembre de 1919 en San Rafael del Sur se estableció un club beisbolero llamado San Rafael. El estadounidense R. W. Malcolmson era su Presidente Honorario.[27]
Sobre los hechos de violencia que ocurrían en algunos partidos se sabe que para el 30 de mayo de 1915 en la ciudad de Masaya los jugadores del Club Managua fueron agredidos por fanáticos de esa localidad.[28] También se dispone de la información brindada por La Noticia del martes 5 de noviembre de 1917, donde se refiere que en un partido en Granada, entre el San Fernando de Masaya y el Granada, ganó el San Fernando cuatro carreras contra una. Durante el partido se dieron los insultos de la barra granadina para los masayenses. Cada vez que Julián Amador tomaba el bate le gritaban: ¡Baila el toro huaco! ¡garrobo! ¡garrobo! Al finalizar el partido los jugadores del San Fernando fueron atacados aisladamente por los granadinos, habiendo sido atacados en el parque por un grupo como de veinte individuos el cátcher Reinaldo Sánchez, quien resultó fuertemente golpeado.[29] Estos hechos violentos siguieron ocurriendo, por lo que para mediados de junio de 1922 el árbitro de béisbol Pedro Joaquín Miranda fue golpeado con furia por personas de Chinandega luego de un partido entre el Club Federal de Chinandega y el Club La Libertad de León.[30]
Sobre estos actos de violencia en partidos de un deporte de combate entre dos equipos Norbert Elías señala que la mayoría de los jóvenes espectadores protagonistas de la violencia en el fútbol – o en el béisbol – vivirían una vida vacía y prácticamente sin excitación, quizá con poco deporte y poco gusto en practicarlo y en general con una escasa vivencia de actividades de ocio, y sin ninguna perspectiva y meta personal. Los partidos locales se convertirían, así, en un gran acontecimiento lleno de excitación para una vida monótona, y en una oportunidad, dado el ahínco que brinda la reunión de cientos o miles de individuos en esa misma condición, de expresarle al mundo que también cuentan, que también existen. Los destrozos a bienes públicos y privados, así como las peleas serían la vendetta contra los poderes establecidos o contra el causante, no siempre claro, que les ha hecho una gran injusticia.[31]
Los equipos de los clubes San Fernando de Masaya, de pie, y el Managua, sentados, antes de un partido
Asimismo, Eric Dunning refiere que la probabilidad de la violencia de los espectadores en el contexto del fútbol – o en el béisbol – está probablemente exacerbada por el grado en el que los espectadores se identifican con los equipos participantes y con la intensidad de su inversión emocional y su compromiso con la victoria de los equipos a los que alientan. (…) A su vez, la intensidad de la inversión emocional de los espectadores en la victoria de sus equipos está vinculada a la centralidad y significación del fútbol – o del béisbol – en sus vidas, esto es, si es una entre un número de fuentes de sentido y satisfacción para ellos, o si es la única.[32] Estos hechos de violencia se dieron en una sociedad ávida de nuevos entretenimientos y emociones y ocupada militarmente por los Estados Unidos, por lo que el béisbol se convirtió en una válvula de escape a la presión social.
Sobre la utilización de un garrobo en los partidos de béisbol Jorge Eduardo Arellano explica que en 1916 los fanáticos fernandinos iniciaron la costumbre – que se conservaría hasta 1924 – de soltar en el terreno un garrobo, adornado con cinta de papel, antes de empezar el juego, para traer mala suerte al equipo visitante. Los granadinos usaban igual procedimiento y el garrobo, bien cuidado, lo llevaban a otras localidades como mascota. Los masayas enterraban el garrobo en una de las bases. Esto dio origen al dicho que se aplicaba por un largo tiempo a quien tenía “tuerce”: “tiene su garrobo enterrado”.[33]
El señalamiento del toro huaco en los partidos de béisbol ocurría porque las personas que asistían como espectadores de una nueva diversión – como el béisbol – encontraban en ambas actividades dos similitudes: las dos se ejecutan entre dos equipos de personas y se realizan en nueve momentos diferentes. El toro huaco es una danza que la ejecuta un conjunto de bailantes divididos en dos grupos. Cada uno consta de ocho a doce personas. También va, además, otro bailante que se llama "Mandador", que es el jefe del baile y un "Toro" artificial: un individuo que carga una cabeza de toro montada sobre un armazón. Aunque el baile tenga un jefe llamado "Mandador", cada grupo tiene un Capitán. La representación se realiza al compás de un pito y un tambor. Cada grupo o bando se coloca en fila india a cada lado de la calle, en orden de estatura. En el centro va el toro, y el mandador a la cabeza del baile. La danza consiste en una serie de saltos o brincos, diferentes entre sí, que los bailantes verifican de acuerdo con nueve sones distintos.[34]
El toro huaco
Para 1923 los clubes de béisbol contaban con una mejor organización, ya que el Club Libertad de León tenía como su representante al Dr. Ricardo Wassmer.[35] Los partidos de béisbol que se jugaban en la calle dejaban a veces personas golpeadas por lo que la policía intervenía capturando a los jugadores callejeros. A principios de mayo del año antes citado se sabe que Manuel Aburto estaba practicando este deporte en la calle y le dio un bolazo en el pómulo izquierdo a señorita Francisca T. Gómez. El jugador fue arrestado.[36] A principios de febrero de 1924 el club Boer había jugado en San Salvador dos partidos con los mejores clubes salvadoreños. El primero se efectuó el domingo 3 de febrero donde ganó doce carreras contra cero. En el segundo encuentro que se realizó el 10 de febrero triunfo catorce carreras contra cero. Al Boer se le obsequió una copa plata por el presidente Quiñones. También fueron condecorados varios jugadores por una hija del presidente Quiñones.[37]
Sobre la selección nacional de béisbol que representó a Nicaragua en la Olimpiada Centroamericana realizada en Costa Rica entre finales de diciembre de 1924 y principios de enero de 1925, se sabe que los integrantes de esta delegación deportiva eran: Salvador García Valery, Santos Ramírez h., Octavio García Valery, Francisco Soriano, Gilberto Miranda, Manuel Calero, Miguel Barrios, Francisco Acosta, Francisco Monterrey, José Madriz, Julio Paniagua, Eliseo Largaespada, Edmundo López, Enrique Miranda, Marcelino Mayorga, Pablo Escke, Ernesto Escke y Guillermo Escke.[38] La prensa nacional no refiere el resultado de los partidos jugados por esta selección, sin embargo, el periódico costarricense La Tribuna refiere que el primer partido era el miércoles 31 de diciembre de 1924 contra Costa Rica, pero como esta no se presentó al campo deportivo, Nicaragua ganó por default.[39] En el segundo encuentro nuevamente el país gana por default contra el equipo de la Zona del Canal de Panamá.[40] En el último partido Nicaragua se impuso sobre Costa Rica por seis carreras contra una.[41]
La Selección Nacional de Béisbol de Nicaragua haciendo su ingreso al acto de inauguracion de la Olimpiada Centroamericana de 1924 en San Jose, Costa Rica
Conclusión
Al vincularse el país con la economía mundial y el sistema cultural de consumo de masas – lo cual se logró a finales del siglo XIX por medio del cultivo y comercialización del café – el nicaragüense comenzó a identificarse con las prácticas beisbolísticas. Este deporte comenzó a ejecutarse en espacios privados de Managua y de Granada para luego practicarse en espacios públicos como el Campo de Marte capitalino. El ferrocarril permitió que la ejecución del béisbol se propagara por el Pacífico nicaragüense desde el puerto de Corinto hasta la ciudad de Granada.
El béisbol comenzó a identificarse más rápidamente ente los nicaragüenses debido a que comenzó a perder su carácter clasista, porque el elemento trabajador empezó a tomar participación en su práctica, le permitió a los niños el acceso a su ejecución, posibilitó la participación e integración deportiva de los afrocaribeños del recién incorporado departamento de Zelaya; amén de que adquirió el carácter de “deporte nacional” debido a la asistencia del presidente Emiliano Chamorro a un partido de esta disciplina deportiva. Este proceso se consolidara cuando el béisbol adquiera el carácter de representación nacional, primero con los partidos que se realizaban en 1913 entre equipos nacionales y los de los marines estadounidenses, luego con la conquista que la selección nacional hizo del campeonato centroamericano en las Olimpiadas Centroamericanas de Costa Rica en 1925.
Notas
Vargas, Oscar René (1989). La intervención norteamericana en Nicaragua y sus consecuencias 1910-1925. Managua: DILESA. p.11.
ibid. p.53.
ibid. p.240.
Berrios Mayorga, María (1960). Juegos nicaragüenses de ayer y de hoy. León: Editorial Hospicio. pp.21-22. También: Guerrero C., Julián N y Soriano de Guerrero, Lola (1965). Masaya. Monografía. p.107.
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Vargas, Oscar René. Op. cit. 1989. p.55.
ibíd. p.37.
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Digital · Año 20 · N° 208 | Buenos Aires,
Septiembre de 2015 |