El gestor deportivo en la administración de actividades deportivas Sport manager in the administration of sports activities |
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*Licenciado en Historia y Ciencias Sociales, Licenciado en Estudios Socioculturales. Máster en Ciencias de la Educación. Máster en Desarrollo Cultural Comunitario. Máster en Deportes de Combate y Doctor en Ciencias Históricas. Profesor Titular del Grupo de Estudios de Deporte y Cultura (GEDECUL) de la Universidad de Las Tunas**Doctor en Ciencias de la Cultura Física. Profesor Titular. Miembro del Grupo de Estudios sobre Fútbol. Universidad de Camagüey. Facultad de Cultura Física |
José Guillermo Montero Quesada* Osvaldo Javier Martín Agüero** (Cuba) |
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Resumen El artículo trata sobre algunos presupuestos históricos y teóricos que permiten comprender la práctica social del gestor deportivo. Se presenta un modelo para la administración de actividades deportivas que favorece las funciones de planificación, organización, ejecución y evaluación de las actividades deportivas en sus escenarios de actuación. Palabras clave: Administración. Gestor deportivo. Deporte. Hecho deportivo. Actividad deportiva.
Abstract The article discusses some historical and theoretical assumptions that allow us to understand the social practice of sports manager. A model for the administration of sports favoring the functions of planning, organization, implementation and evaluation of sporting activities in their areas of action. Keywords: Administration. Sports manager. Sport. Sporting event. Sports activity.
Recepción: 06/06/2015 - Aceptación: 09/07/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 20 - Nº 206 - Julio de 2015. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Los movimientos deportivos desplegados en diversos países del mundo, han tenido su origen en el activismo popular, caracterizados por la falta de rigor en la planificación y organización administrativa. Desde finales del siglo XIX Pierre de Coubertin hacía referencia a lo que hoy se denomina Deporte para todos, es decir, la práctica de los deportes en los diversos niveles de la población, en el que se incluyen elementos del deporte de competición y el de las formas tradicionales del juego, en que lo más importante no es el rendimiento. Esta concepción aparece condicionado por factores, fundamentalmente políticos e impulsados por activistas con conocimientos deportivos pero carentes del saber moderno de la administración. En la década del 70 del siglo XX, según Celma Jiménez (2008), presidente de la Comisión de Gestores Deportivos de Cataluña, “el movimiento de deporte para todos se despliega en varios países del mundo, ejemplo, a partir de 1977, se empieza en España a hablar del concepto ῾deporte para todos’, con iniciales eventos y organizaciones de carreras de carácter popular…”.
José Guillermo Montero Quesada y Osvaldo Javier Martín Agüero
Ejemplo de esfuerzos en este movimiento es en Cuba, donde en la década del 60 se dan los primeros pasos para estimular la participación masiva en las actividades deportivas, pero es en el año 1989 en que se establece de modo organizado en el contexto de la Educación Física Escolar regida por la Resolución Conjunta INDER-MINED 1/89; aun así, existían fallas y limitaciones que motivaron al INDER a que en el 2000, estableciera la Resolución 24/ 2000, mediante la cual establece el Deporte participativo en el marco del Sistema Nacional de Educación, organizado por el profesor de Educación Física. Una década después, en el seminario nacional de preparación del curso escolar 2010-2011, comienza a nombrarse al deporte participativo como Deporte para Todos, con una concepción que abarca a todos los sectores y niveles organizacionales de la sociedad cubana, pero las variadas perspectivas de los promotores deportivos, la excesiva centralización administrativa de los recursos, debido a las limitaciones económicas del país y la carencia de Gestores deportivos en los diversos niveles, limitan la calidad de la planificación, organización, ejecución, control y evaluación de las actividades deportivas.
A partir del año 2002 se establece este movimiento en la República Bolivariana de Venezuela mediante el programa piloto de Municipalización Deportiva, las Escuelas Comunitarias de Iniciación deportiva, ONG’s Deportivas y el Convenio Cuba-Venezuela. Para ampliar este proceso, se diseña la carrera en Gestión Tecnológica del Deporte que se imparte en la Universidad Deportiva del Sur desde el año 2006. En ella se forma el especialista denominado Gestor Deportivo, figura clave para llevar a cabo el proceso de aseguramiento administrativo de las actividades deportivas.
De este modo, se amplía el número de gestores deportivos vinculados a la organización de actividades deportivas en los clubes y contextos comunitarios.
Según Celma, “hoy los gestores deportivos ya no pueden ser aquellos entusiastas, voluntaristas y filantrópicos socios, entrenadores o ‘contables’, que desde su club o entidad de corte tradicional procuraban con cierta dedicación mejorar, de forma más o menos puntual, su administración, el desarrollo de los eventos o la organización de las competiciones”. (Celma, 2008). Esta situación motivó a John Kotter, uno de los autores más importantes e influyentes del pensamiento gerencial contemporáneo, a manifestar que “no se pueden dirigir organizaciones del siglo XXI con estructuras del siglo XX y con directivos del siglo XIX”. Los gestores deportivos de estos tiempos deben ser profesionales polivalentes.
El deporte no puede desligarse de la acelerada evolución social y sus necesidades. Cualquier transformación de la sociedad, puede incidir de forma directa en los productos y hábitos deportivos de las personas. En estas circunstancias, los gestores deportivos deben ampliar sus funciones en los usuarios practicantes y espectadores, elaborando estrategias adecuadas en orden a la eficiencia socio-económica y viabilidad de su organización frente a públicos que demandan servicios de más calidad. De ahí que estos gestores deben dar respuesta a diferentes realidades y demandas que se adapten a las nuevas exigencias en la gestión del deporte.
En este tipo de gestión se distinguen dos áreas claves en los escenarios públicos y privados: la gestión administrativo-deportiva y la gestión de infraestructuras deportivas, pero no es común que se hable de gestión de actividades deportivas desde el punto de vista administrativo y del papel del gestor deportivo. Al respecto, existen tres elementos de los sistemas deportivos que deben transformarse continuamente: los activos, compuesto por los practicantes y entidades; los estructurales, compuesto por los equipamientos y espacios; los organizativos, compuesto por las formas de administración y gestión. En este artículo, se trata este último elemento, en el cual debe nuclearse el funcionamiento del gestor, como ente coordinador de las actividades.
En la actualidad, los preparadores físicos y entrenadores en el marco de las actividades deportivas intervienen en la organización de dichas actividades desde el punto de vista administrativo, en los diversos escenarios sociales y en instalaciones para esos fines, pero generalmente no disponen de mucho tiempo para planificar las actividades en cuanto a su estructura, funciones y desarrollo de las mismas, pues tiene que empeñarse en tareas propias de un especialista en gestión deportiva. En varios países del mundo existen experiencias donde especialistas de este tipo contribuyen a la calidad de las actividades deportivas y a la satisfacción en la población. En España, por ejemplo, han desempeñado un papel determinante en el desarrollo y progreso de la actividad física y el deporte (Gómez Tafalla, 2012).
El Gestor Deportivo debe tener una actuación importante en el ámbito institucional y comunitario consistente en la conjugación de políticas que garanticen el trabajo integrado entre los diversos organismos de la comunidad (Celma, 2000). Además, orienta la misión de los servicios deportivos, en el sector público y el privado, define las pautas de atención a los usuarios, establece las estrategias de explotación de los recursos económicos y financieros para el desarrollo de las actividades, elabora presupuestos y aplica técnicas para la promoción de las actividades, esta última función es parte del trabajo cooperado con otros especialistas. El perfil del gestor deportivo incluye la coordinación y concertación con organismos que garantizan servicios y recursos públicos para el desarrollo de las actividades deportivas, intervienen además, en la concepción, diseño y organización de las mismas desde el punto de vista administrativo. Con este tipo de especialista se pretende aliviar el trabajo de quienes tradicionalmente lo realizan, imprimirle un mayor nivel organizativo y de efectividad a las actividades deportivas, garantizando así un servicio de calidad a la altura de las exigencias públicas de la modernidad.
La calidad de este tipo de servicio está determinada por los subprocesos tales como: la accesibilidad al servicio de actividad físico-deportiva; las diversas interacciones del cliente y el monitor deportivo, durante la prestación del servicio, así como las interacciones del cliente con el equipamiento (medios deportivos) y ambiente de las áreas o instalaciones, entre los clientes participantes en cada actividad (Diez de Castro, 1997).
Sobre la base de las ideas anteriores se propone un modelo o matriz de actividad deportiva que servirá de guía para el gestor deportivo; mediante ella se espera contribuir al trabajo de profesores que instruyen a este tipo de especialista.
Fundamentos generales para la administración de actividades deportivas
El posicionamiento teórico para adentrarse en el trabajo del gestor deportivo, consiste en el particularismo conceptual que conforma la concepción general que sustenta el trabajo de este profesional. Las variables claves de esta concepción son: deporte, hecho deportivo, gestión del deporte y actividad deportiva, relacionadas dialécticamente.
La variable conceptual de partida es deporte, la cual es definida desde una perspectiva integradora en el Artículo 2 de la Carta Europea del Deporte (1992) como “todas las formas de actividades que, a través de una participación, organizada o no, tienen como objetivo la expresión o la mejora de la condición física o psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales y la obtención de resultados en competición de todos los niveles”.
Este concepto de deporte es ampliado desde la perspectiva sociocultural, definiéndose como: “Actividad histórico social singularizada por la acción física fatigable, competitiva y a veces agresiva, modelada por las necesidades, gustos y preferencias de los componentes personales activos y pasivos que participan, así como por los reglamentos de las especialidades deportivas o formas de organización más o menos espontáneas, en las que emergen ritos, valores, principios y rasgos identitarios que se expresan en las dimensiones de juego, trabajo y ocio, condicionada por los diversos contextos, circunstancias y escenarios socioculturales, así como por el complejo de influencias que intervienen en la formación integral de los seres humanos”. (Montero Quesada, 2007). Esta definición favorece la comprensión de las diversas dimensiones sociales y perspectivas del deporte que deben tenerse en cuanta para proyectar administrativamente las actividades.
En los diversos escenarios donde se desarrollan las actividades deportivas se ponen de manifiesto múltiples gustos y necesidades en el público participante que rebasan lo estrictamente deportivo, en el sentido competitivo o acción fatigable. De alguna manera el gestor deportivo debe conocer la miscelánea de manifestaciones que forman parte de lo que denominamos hecho deportivo: definido como “fenómeno histórico social estructurado desde la temporalidad y la espacialidad, donde acontecen los complejos de relaciones sucesivas y tendenciales de los sujetos participantes en la actividad deportiva y sus similares, enmarcados en los límites mentales en que se concreta la conciencia y la cultura deportiva a través del decurso histórico de la humanidad; hecho que se registra, evalúa, construye y reconstruye, condicionado por las influencias que emergen de los diversos contextos, circunstancias y escenarios en que se desarrollan los distintos sistemas deportivos mundiales, nacionales, regionales y locales”. (Montero Quesada, 2007). En esta concepción sistematizada de hecho deportivo se sustentan las actividades deportivas.
La actividad, desde el punto de vista filosófico es un modo de existencia de la realidad, que penetra en todos los campos del ser y de la conciencia en un marco de relación sujeto- objeto y tiene como elemento mediatizador a las actividades en sus diversas manifestaciones. Para los autores de la psicología del deporte, la actividad se asocia al conjunto de todas las acciones subordinadas a determinadas tareas que se llevan a cabo en el proceso de aprendizaje, que no es una acción aislada sino su aplicación en los juegos, o como la tarea donde intervienen movimientos de las articulaciones y contracciones musculares, (Pupo, R, 1990). En el caso de la actividad deportiva, existe una tendencia a interesarse potencialmente por el factor biológico y la conducta motriz en detrimento de otras dimensiones del desarrollo social.
A partir de la limitante anterior es necesario asumir el siguiente concepto de actividad deportiva: definido como: “tipo de actividad humana, expresión de la cultura e identidad deportiva, condicionada por los contextos y el complejo de funciones, gustos, necesidades y preferencias deportivas, donde se sintetizan los valores materiales y espirituales que tipifican la interacción entre los sujetos: atletas, árbitros, jueces, público y demás componentes personales que conforman el hecho deportivo” (Montero Quesada, 2014). La actividad tiene varios momentos o formas de manifestación, entre ellas las más importantes son: la actividad práctica, actividad cognoscitiva, actividad valorativa y actividad comunicativa. Todas ellas se ponen de manifiesto en la actividad deportiva, por ello, deben estar presentes en la concepción de gestión del deporte.
Una definición clásica de la gestión del deporte, la proporciona el Comité Olímpico Italiano, enfocada a la gestión de un centro deportivo, la entienden como “aquel conjunto de actividades y medios necesarios para una correcta utilización de los espacios del deporte con la meta de permitir a los usuarios el desarrollo de sus actividades en las mejores condiciones posibles, adoptando las medidas recomendables con criterios de economía, entendiendo esta última palabra en el sentido más complejo del término; es decir, empleo racional de los recursos disponibles para obtener los máximos resultados”. (Comité Olímpico Nacional Italiano, citado por Otero Lamas, 2008). Para este Comité Olímpico, la gestión engloba las actividades, los medios materiales necesarios, los usuarios, la racionalización del uso de las instalaciones deportivas, la idoneidad de las condiciones de uso, los criterios de economía y los resultados.
Aunque la gestión deportiva suele utilizarse como sinónimo de administración deportiva, es necesario aclarar que la administración de actividades deportivas es el proceso mediante el cual los gestores deportivos aplican métodos, técnicas y procedimientos gerenciales de planificación, organización, coordinación, ejecución, control y evaluación, para garantizar las condiciones e índices de calidad óptima de las actividades deportivas en las institucionales y comunidades.
Modelo para la administración de actividades deportivas
El modelo está estructurado en cuatro etapas: la primera, consiste en un momento de concepción donde el gestor deportivo se contextualiza con el tipo de actividad; la segunda, de planificación y organización, donde se tienen en cuenta los aseguramientos necesarios y la organización de lo pautado en dicha planificación; la tercera, la ejecución en la que se materializa lo planificado y organizado; la cuarta, es de conclusión en la que se resumen los aspectos positivos y negativos de la actividad con el objetivo de perfeccionarla.
a. Etapa de concepción
Se tienen en cuenta los aspectos generales de la concepción de la actividad relacionados con las funciones sociales del deporte y las del gestor deportivo. Se diagnostica por qué y para qué se realiza la actividad y con quiénes deben coordinarse las acciones con el fin de tener conciencia de las necesidades generales e individuales de los usuarios, para poder establecer las variantes de trabajo y modelar el plan de aseguramientos. Se realiza la contextualización en correspondencia con el tipo o clasificación de la actividad (partido juego, juego de entrenamiento, control de juego, entre otras), el nivel de pertinencia de la actividad relacionado con los lineamientos políticos gubernamentales que la justifican, se indaga en el conocimiento de las características (edad, sexo, categoría, entre otras) y estilo de vida de los clientes o usuarios y los requisitos y exigencias metodológicas desde el punto de vista organizativo, para configurar las acciones administrativas.
b. Etapa de planificación y organización
Se determinan los aseguramientos generales y pormenorizados para lograr la calidad deseada de la actividad, pueden ser los siguientes:
Elaboración de convenios de colaboración con instituciones locales, cronogramas o calendarios de actividades y la confección de planes de calidad.
Coordinación del lugar, fecha, horario del uso del local, supervisión de la limpieza, prever la apertura de la puerta para que los usuarios hagan uso de la instalación.
Supervisar y preparar las condiciones ambientales: seguridad, iluminación, temperatura, viento, relieve y garantizar el área de taquillaje en caso de que se necesario.
Gestión de la logística: refrigerio para hidratación, implementos deportivos,
Gestión de recursos tecnológicos: equipos de sonido, videos y computadora.
Compra y repone el material de botiquín de primeros auxilios.
Prever plan de emergencia en caso de accidente (número telefónico de la ambulancia, bomberos y la policía).
Elaboración de registro de datos de los usuarios.
Diseño de acciones de marketing deportivo para conocer y satisfacer los deseos y necesidades de los consumidores de la actividad deportiva.
Coordinación con el personal encargado de difusión, promoción y divulgación de las actividades relacionas con el deporte.
Se prevé ¿qué, por qué y para qué se evaluará?
c. Etapa de ejecución
En el momento introductorio de la actividad podrá referirse a algunas reglas de la organización general de la actividad, orientaciones técnicas de la actividad como: la importancia del calentamiento y otros aspectos reglamentarios.
Procesar y actualizar el registro de datos de los usuarios.
Proveer un monitor para el desarrollo de los ejercicios de estiramientos.
Evaluar el desarrollo de la actividad desde el punto de vista organizativo: colectivismo, respeto, cortesía, disciplina, entre otros indicadores, a ello se le suman los indicadores que tienen a evaluar por el entrenador.
Distribución del refrigerio durante los momentos establecidos.
Ayuda al cumplimiento del streching (estiramiento en los intermedios de los partidos).
e. Etapa de conclusión
Aplicación de un test sobre los aspectos positivos y negativos de la actividad que da lugar a la evaluación, teniendo en cuanta la pertinencia, efectividad de las acciones ejecutadas a partir de los resultados; de igual modo, se tienen en cuenta los obstáculos que han afectado la marcha del proceso, la posibilidad de acciones de contingencias o alternativas, el nivel de afectaciones ocasionados por fallas en el cumplimiento de los pasos metodológicos y requerimientos de cada uno, desde lo cual se deben trazar nuevas acciones para rectificar.
Se realiza el reconocimiento a los destacados.
Ayuda en el proceso de recuperación de los practicantes.
Requerimientos metodológicos a los que deben ajustarse las actividades deportivas
Que sean factibles: posibilidad de su utilización y de los recursos disponibles.
Que sea aplicable: deben expresar su eficiente claridad, la posibilidad de que sean implementadas en los lugares, escenarios, etc.
Que sean generalizables: su extensión a otros contextos semejantes y situaciones.
Que tengan pertinencia: por su importancia, por su valor social, y las necesidades a las que da respuesta, que se justifique.
Que tengan novedad y originalidad: adquieren relevancia cuando refleja la creación de algo.
Que tanga validez: se refiere a la condición del resultado cuando esta favorece el logro de los objetivos para la cual fue concebida.
Exigencias metodológicas para la planificación y desarrollo de las actividades deportivas
Para conseguir la satisfacción de los clientes en las actividades y servicios deportivos, es básico que el equipo esté adecuadamente orientado, conozca las necesidades de los usuarios y por lo tanto tengan un compromiso y la motivación suficientes.
Correspondencia de los objetivos con el grado de desarrollo de los participantes.
Tener en cuenta que todos puedan participar (evitar la exclusión).
Que la reglamentación del juego se corresponda con la edad.
Contemplar durante el desarrollo de la actividad las capacidades sociales y éticas.
Estructurar la actividad adecuada a los medios y posibilidades de los participantes.
Conclusión
El modelo de estructura de actividad deportiva o matriz para la planificación de actividades deportivas es un tipo de propuesta de carácter teórico metodológica que le sirve de herramienta a los gestores deportivos para que planifiquen objetivamente las actividades, es una guía que viabiliza u orienta su planificación.
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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 20 · N° 206 | Buenos Aires,
Julio de 2015 |