efdeportes.com

Propuesta de programa de ejercicios físico-terapéuticos 

para pacientes con síndrome de hipermovilidad articular

Proposed program of physical exercise therapy for patients with joint hypermobility syndrome

 

*Profesor de Control Médico del Departamento de Cultura Física Terapéutica

de la UCCFD “Manuel Fajardo”

**Especialista Principal del Centro Estético Palco

***Vicerectora Docente de la UCCFD “Manuel Fajardo”

****Profesor Consultante de la UCCFD “Manuel Fajardo”

(Cuba)

MSc. Ardy Rafael Rodríguez García*

MSc. Dayma Rodríguez García**

MSc. Asunción Mayda García Rubio***

MSc. Rafael Alberto Rodríguez Morales****

ardayma@inder.cu

 

 

 

 

Resumen

          Se realizó un estudio bibliográfico sobre el Síndrome de Hipermovilidad Articular (SHA) y sus manifestaciones clínicas. Nos apoyamos en los métodos analítico-sintéticos, consulta a documentos oficiales y encuesta para llegar a un diagnóstico certero del síndrome y cómo se trata mediante rehabilitación física. La existencia de las características clínicas y sus fundamentos orientan en el qué hacer al rehabilitador. Por otra parte, la literatura no muestra herramientas metodológicas apoyadas en guías, programas, baterías, manuales de ejercicios físicos para tratar terapéuticamente a los pacientes. Por todo lo antes expuesto nos dimos a la tarea de diseñar una propuesta de programa de ejercicios físico-terapéuticos para pacientes con SHA.

          Palabras clave: Síndrome de hipermovilidad articular. Ejercicios físico-terapéuticos. Programa.

 

Abstract

          A bibliographic study on Joint Hypermobility Syndrome (JHS) and its clinical manifestations are made. We rely on analytical-synthetic methods, official documents and Consultation Survey to get an accurate diagnosis of the syndrome and how it is treated by physical rehabilitation. The existence of clinical features and foundations aimed at rehabilitating what to do. Moreover, the literature shows methodological tools supported by guides, programs, batteries, manuals exercise to therapeutically treat patients. For all the above we took on the task of designing a proposed program of physical exercises - therapeutic for patients with SHA.

          Keywords: Joint Hypermobility Syndrome. Therapeutic physical exercises. Program.

 

Recepción: 15/02/2015 - Aceptación: 23/04/2015

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 20 - Nº 205 - Junio de 2015. http://www.efdeportes.com/

1 / 1

Introducción

    El vertiginoso avance de la ciencia, la tecnología y la informática en función de la medicina ha logrado poder contar con herramientas que determinan el surgimiento y causa de las enfermedades. En la actualidad las investigaciones científicas y referencias bibliográficas relacionadas con el SHA se han enfocado en el diagnóstico, las consecuencias de la Hiperlaxitud Articular Generalizada (HAG) y en las del Síndrome de Hiperlaxitud Ligamentaria (SHL), vinculadas con las secuelas de las enfermedades hereditarias del tejido conectivo, incluyendo el Síndrome Ehler – Danlos Tipo Hiperlaxitud (SED – HL).

    En Cuba existe carencia de una herramienta metodológica (guías, programas, baterías, manuales de ejercicios físico) que permita aliviar las dolencias músculo – esqueléticas en pacientes con SHA, siendo limitada a nivel internacional. Por tal motivo se hace evidente, diseñar una propuesta de programa de ejercicios físico – terapéuticos para pacientes con SHA.

Desarrollo

    Para la confección de la Propuesta de programa de ejercicios físico – terapéuticos para pacientes con Síndrome de Hipermovilidad Articular “PEFT – SHA”, se asume la metodología propuesta por Hernández (2005). Consta de Introducción. Objetivo. Etapas. Contenidos. Control. Evaluación.

Introducción

    En la actualidad el mundo de la genética ha dado pasos agigantados en función de lograr la prevención y cura de las enfermedades; gracias a ello se evidencian los resultados que se muestran a diario sobre la clonación y las células madres. Uno de los hallazgos que ha tenido una intervención positiva en la genética es la determinación diagnóstica de las Enfermedades Hereditarias del Tejido Conectivo (EHTC) en las que se destacan, el SHL y el SED.

    Según los resultados generales obtenidos en la encuesta para afectados por SED y SHL de Latinoamérica y España, año 2012 confeccionado por Alejandra Guasp, bióloga afectada por el Síndrome de Ehlers – Danlos y la Red de Ehlers – Danlos de Argentina define:

    Síndrome de Ehlers – Danlos (SED): es un grupo heterogéneo de enfermedades hereditarias del tejido conectivo, debidas a alteraciones genéticas que causan defectos en el colágeno. El colágeno es una proteína del tejido conectivo, que actúa como una “goma”, dándole al cuerpo fortaleza y proveyéndolo de soporte y elasticidad para el movimiento. Los genes alterados en el SED afectan las propiedades mecánicas de la piel, las articulaciones, los ligamentos, los vasos sanguíneos y los órganos internos, pudiendo alterar todas las funciones corporales.

    Síndrome de Hiperlaxitud Ligamentaria (SHL): es una enfermedad definida por la presencia de HL acompañada de síntomas, tanto en el aparato locomotor (dolores articulares, bursitis, tendinitis, subluxaciones articulares, dolor de espalda, etc.) como de diferentes tejidos y órganos (prolapso uterino o rectal, hernias abdominales, venas varicosas, piel delgada y frágil, con estrías, fragilidad capilar, mala cicatrización, prolapso de válvula mitral, etc.).

    Según Alejandra Guasp (2010) la HL: es la capacidad de mover las articulaciones más allá del rango considerado normal.

    El SHL, se acompaña de manifestaciones anormales en los sistemas óseo, locomotor, cutáneo, visceral y vascular bien definidos en cada uno de estos síndromes desde hace más de una centuria. Grahame (2000).

    El síndrome de hipermovilidad es descrito como tal por primera vez en 1967 por Kirk y cols. en un grupo de menores y adolescentes con articulaciones extraordinariamente flexibles, que presentaban alteraciones músculo-esqueléticas patológicas generadas por la existencia de esta ductilidad. (Hudson et al, 1998) (Red Ehlers-Danlos, 2003). No es hasta principios de la década de 1990 cuando Grahame acuña el término de SHA que se caracteriza por la presencia de SHL (hiperlaxitud de las articulaciones), asociada a molestias músculo-esqueléticas y en ausencia de una enfermedad reumatológica sistémica demostrable, término este que asumimos en nuestra investigación. (Buckingham, et al, 1991; Grahame, 2000).

    Aunque el SHA no afecta las expectativas de vida es causa de morbilidad y por tanto afecta la calidad de la misma (Gurley-Green, 1991) y ha sido incluido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su última clasificación de enfermedades que provocan discapacidad. (Colectivo de expertos, 2001)

    La prevalencia del síndrome se calcula entre un 5-10% de la población occidental, pudiendo alcanzar hasta el 25% en otras regiones del planeta (Grahame, 2000).) En Cuba, a pesar de saber que existe un índice elevado de niños, adolescentes, jóvenes y adultos con SHA por la alta asistencia de los mismos a las consultas de reumatología y genética en pediatría, no se ha realizado ningún estudio a profundidad para determinar la incidencia del mismo. Por tal motivo no hemos encontrado hasta el momento una prevalencia que demuestre la incidencia del síndrome en la población cubana atendiendo a la edad, sexo, raza, provincia y municipio. Sin embargo los resultados de la entrevista realizada en el 2012 a los doctores Estévez Perera y De León Ojeda plantean que existe en la población cubana entre un 25-30 % que padecen del síndrome y aún no lo saben.

    Lo anteriormente planteado concuerda con el estudio realizado por Menéndez Alejo y cols (2005), donde demuestran de la existencia del síndrome en 32 individuos (11,4% de los encuestados) con una media de edad de 15 años, predominando el sexo femenino y en la población de piel blanca (p<0,01). El 53,1% de los hipermóviles presentaron lesiones cutáneas de las asociadas a las enfermedades hereditarias del tejido conjuntivo; entre ellas, la presencia de los hematomas resultó significativa (p=0,003). Los síntomas de disautonomía se asociaron al SHA (p=0,05) y se correlacionaron positivamente con los hematomas. El dolor crónico moderado y grave apareció en los individuos con el síndrome (p=0,001); también se correlacionó en forma positiva con los hematomas. Por lo antes expuesto se concluye que la afectación vascular demostrada por la formación de hematomas fue el tipo de lesión cutánea más frecuente entre los hipermóviles jóvenes; esta lesión podría estar representando una forma más sintomática del síndrome y una mayor profundidad de daño a nivel de tejido conjuntivo.

Influencia de los ejercicios físicos en el SHA

    Estudios realizados por Emanuelle Chaleat – Valayer señalan que la realización de ejercicios isocinéticos, una vez a la semana, es útil para asegurar la estabilidad articular, disminuir el dolor y restablecer la buena funcionalidad articular en afectados por SED – H (Chaleat-Valayer, Emanuelle, 2012).

    Liv Oinaes Anderson y col (Hospital Sunnaas Rehabilitation, Noruega). Los autores, teniendo como objetivo encontrar un tratamiento apropiado para los niños que tienen HAG y dolor, se plantearon si estos niños responderían a un programa de entrenamiento de fortalecimiento muscular. El estudio mostró como resultados que los mismos presentaron un aumento del nivel de sus actividades y reducción del dolor, expresado verbalmente tanto por los niños, como por sus padres y los fisioterapeutas. Todos los niños aumentaron su fuerza muscular. Además, la mayoría tuvo una puntuación más alta respecto a las funciones motoras. La función manual también aumentó considerablemente, sobre todo en los niños que tenían una puntuación más baja al principio. De este estudio se concluye que este programa de entrenamiento, bien tolerado por estos niños, indica que los niños con hiperlaxitud articular y dolor se pueden beneficiar de un programa de fortalecimiento muscular. Los niños comentaron: “Ahora puedo jugar al fútbol, puesto que puedo atrapar el balón a veces”, “Soy consciente de mi cuerpo. “Veo mis músculos”. (Oinaes Anderson, Liv y col, 2012)

    Ardy (2014) comprobó mediante un pre-experimento con un diseño pre-test post-test para un solo grupo la Influencia de ejercicios físico – terapéuticos en adolescentes con síndrome de hipermovilidad articular. Se confeccionaron dos hipótesis estadísticas, donde Ho: existe mejoría en las pruebas aplicadas y Hi: no existe mejoría en las pruebas aplicadas. A 5 adolescentes con SHA de 12 años, 2 del sexo femenino y 3 del sexo masculino se sometieron a un entrenamiento de 8 semanas. El contenido fue dirigido al desarrollo de la resistencia, la fuerza y la coordinación. La sesiones de entrenamiento contó de 45 minutos, 3 frecuencia a la semanas a una intensidad de 40-65 % de la Frecuencia Cardiaca Máxima (FC Max), en el horario de 8:00 am. La FC Max fue obtenida mediante la ecuación que propone (Miyasita y col, 1997). El Pulso de Entrenamiento (PE) fue determinado por la ecuación de Karvonen (Barrios y Ranzola, 1998). A la muestra se le aplicó el Consentimiento Informado de Participación y el 100 % de los encuestados decidieron participar en la investigación. Se midieron las siguientes variables (Rodríguez García, 2014):

  1. Talla (T), determinar la altura. 

  2. Peso, determinar el peso corporal (PC). 

  3. Escala Analógica Visual (EVA), medir la intensidad de dolor. 

  4. Dinamometría de brazo derecho (DBD) e izquierdo (DBI), medir la fuerza de los brazos.

    Los indicadores evaluados, muestra que en la (T) no hubo cambios significativos, ni variación en unidades de medidas durante las 8 semanas. El (PC) varió en todos los casos, PC1=40.36 vs PC2=42.10 ± 1.74 p<0.042. Se incrementó en 2.39 kg en los chicos y 0.75 kg en las chichas. La EVA que mide la percepción a la intensidad de dolor obtuvo diferencias significativas EVA1= 8.4 vs EVA2=6.2 ± 2.2 p<0.042 y descendió en 2.2 unidades demostrando que los adolescentes en la medida que se adaptaban a las cargas, la percepción de intensidad de dolor disminuye. Se hallaron modificaciones en el 100 % de los casos con diferencias significativas en DBD1= 11.6 vs. DBD2=13.2 ± 1.6 p<0.042 y DBI1= 11.5 vs. DBI2=12.8 ± 1.3 p<0.042; los resultados son congruentes. Demuestran la trascendencia significativa de los niveles de fuerza alcanzados en los brazos, en la medida que ganaban en adaptación a los ejercicios. Concluyendo que los resultados de las pruebas aplicadas reflejan que al culminar las 8 semanas de entrenamiento se evidenciaron cambios en la morfología de los adolescentes y mejoría en todos los indicadores evaluados. La mejoría en cada indicador demuestra la existencia de una respuesta adaptativa de los adolescentes a los ejercicios físico-terapéuticos. Las diferencias significativas de los indicadores evaluados confirman aceptar la hipótesis estadística Ho y corroborar la disminución del dolor en los pacientes. Lo que demuestra que un programa de ejercicios físico-terapéuticos correctamente estructurado y dosificado sus contenidos, permite ser una alternativa positiva para la rehabilitación física con fines terapéuticos para estos pacientes.

Objetivo del programa

    Contribuir a la recuperación de la buena funcionalidad del sistema osteo-mioarticular (SOMA) con el propósito de mejorar la estabilidad y el control articular, aliviar las dolencias músculo – esqueléticas para que los afectados puedan tener una mayor participación en las diferentes actividades escolares y de la vida diaria.

Etapa I. Adaptación anatómico-funcional

Orientación: se trabaja la preparación física general del paciente con el propio peso corporal para lograr un acostumbramiento de todo SOMA.

    Se atiende cualquier tipo de deformidad del SOMA y se profundiza en la enseñanza de la ejecución correcta de la acción motriz, involucrando movimientos sencillos y de fácil ejecución. La amplitud articular no debe ser exagerada, ni brusca y se tiene que respetar los límites normales del rango de movimiento de cada articulación.

Los objetivos a cumplir en esta etapa son:

  1. Adaptar el SOMA.

  2. Adaptar las inserciones musculares, los huesos, cápsulas articulares, tendones y ligamentos a las exigencias de la acción motriz.

  3. Preparar el SOMA, cardiovascular y respiratorio para que soporten con mayor facilidad y exigencia la etapa siguiente.

  4. Mejorar los niveles de fuerza.

  5. Mejorar el tono muscular.

  6. Adaptar los sistemas cardiovascular y respiratorio.

Duración: 10 – 12 semanas, máximo 3 meses.

Frecuencia: 3 – 5 días a la semana.

Intensidad: 40 – 65 % FC Máxima y de 40 – 55% FC Máxima para adolescentes con (Prolapso Válvula Mitral (PVM) y Arritmias Cardiacas (AC)).

Capacidades físicas a trabajar: resistencia y fuerza.

Duración de las sesiones: entre 30 a 45 minutos, aumentando hasta 55 – 60 minutos cumplidas las 5 semanas de haber iniciado la etapa.

Control: mediante la toma de la FC (se toma en la arteria radial o arteria braquial en 10 segundos, el valor obtenido se multiplica por 6)

Etapa II. Estabilización de las acciones motoras

Orientación: se combinan los ejercicios físicos con el propio peso corporal y las acciones motrices que guarden relación con las actividades de la vida diaria. En esta etapa se estabilizan las habilidades, desarrollos y logros alcanzados en la etapa anterior. También se trabaja cualquier tipo de deformidad del SOMA.

    Se debe profundizar en la ejecución correcta de la acción motriz, incluyendo movimientos sencillos y de fácil ejecución donde se involucren varias articulaciones y varios grupos musculares.

    Igual que en la etapa anterior la amplitud articular no debe ser exagerada, ni brusca y se tiene que respetar los límites normales de rango articular de cada articulación.

Los objetivos a cumplir en esta etapa son:

  1. Aumentar la fuerza de los músculos motores primarios que rodean las articulaciones para que ejerzan una correcta funcionabilidad en las actividades escolares y de la vida diaria.

  2. Mejorar los niveles de fuerza, resistencia y resistencia a la fuerza.

  3. Mejorar el tono muscular.

  4. Incrementar el rendimiento físico cardiovascular y respiratorio.

Duración: 14 – 18 semanas, máximo 5 meses.

Frecuencia: 3 – 5 días a la semana.

Intensidad: 65 – 75 % FC Máxima y de 55 – 60 % FC Máxima para adolescentes con (PVM y AC).

Capacidades físicas a trabajar: resistencia, la fuerza y resistencia a la fuerza.

Duración de las sesiones: entre 45 – 60 min.

Control: mediante la toma de la FC (se toma en la arteria radial o arteria braquial en 10 segundos, el valor se multiplica por 6)

Etapa III. Consolidación de las acciones motoras

Orientación: se combinan los ejercicios físicos con el propio peso corporal y cargas externas con las acciones motrices que guarden relación con las actividades escolares y de la vida diaria.

    Se trabaja específicamente en la mejora de las capacidades condicionales y la calidad del patrón en la ejecución de las acciones motrices, aumentando el grado de complejidad de las actividades a realizar, variando la postura y los apoyos para posibilitar una mayor ganancia de fuerza, coordinación y fluidez.

    Se profundiza en la ejecución correcta de la acción motriz, incluyendo movimientos no tan sencillos y donde la ejecución involucre varias articulaciones y varios grupos musculares.

    En esta etapa se introducen los ejercicios para el CORE (Núcleo del cuerpo que corresponde a la musculatura desde la cintura escapular hasta la cintura pélvica) y propiocepción (la conciencia de la posición del cuerpo en el espacio) sobre la postura, utilizando la cadena cinemática tanto del tren superior como inferior.

    Se utilizan los apoyos unipodal, bipodal y lateral. Se perfecciona la vigorización de las habilidades, desarrollos y logros alcanzados en la etapa anterior. También se trabaja cualquier tipo de deformidad del SOMA. Se aplican ejercicios preferiblemente de cadena cinética cerrada (CCC) ya que son más seguros, producen tensiones y fuerza con menos riesgo en la estructura que estamos fortaleciendo. Son más funcionales, debido a que implican ejercicios en los cuales debemos soportar nuestro propio peso, haciendo partícipe el trabajo de los músculos estabilizadores sobre la base de los apoyos unipodal, bipodal y lateral.

    Igual que en la etapa anterior la amplitud articular no debe ser exagerada, ni brusca y se tiene que respetar los límites normales de rango articular de cada articulación.

Los objetivos a cumplir en esta etapa son:

  1. Perfeccionar el trabajo de fuerza, resistencia y resistencia a la fuerza.

  2. Mejorar la fuerza y tono muscular.

  3. Mejorar el trabajo de la propiocepción.

  4. Mejorar el trabajo de CCC.

  5. Mejorar el trabajo del CORE.

  6. Mejorar el rendimiento físico cardiovascular y respiratorio.

Duración: 18 – 22 semanas, máximo 6 meses.

Frecuencia: 3 – 5 días a la semana.

Intensidad: 65 – 75 % FC Máxima y 55 – 60 % FC Máxima para adolescentes con (PVM y AC).

Capacidades físicas a trabajar: resistencia, la fuerza, resistencia a la fuerza, equilibrio y coordinación.

Duración de las sesiones: entre 45 – 60 min.

Control: mediante la toma de la FC (se toma en la arteria radial o arteria braquial en 10 segundos, el valor se multiplica por 6)

Etapa IV. Mantenimiento de las acciones motoras durante la vida

Orientación: esta etapa inicia gracias a las evaluaciones de la condición física de la etapa anterior. Su duración es durante toda la vida, lo cual le va a favorecer al paciente poder realizar sin percance cualquier tipo de actividad de la vida diaria y escolar.

    Se incluye la práctica de modalidades deportivas donde el gasto energético sea en condiciones aerobias, su fin es terapéutico y no de alto rendimiento. También se adicionan actividades recreativas y juegos pre – deportivos. Las acciones motrices que guarden relación con las actividades escolares y de la vida diaria se combinan con los ejercicios físicos del propio peso corporal y cargas externas.

    Se profundiza en la ejecución correcta de la acción motriz, incluyendo movimientos no tan sencillos y donde la ejecución involucre varias articulaciones y varios grupos musculares.

    En esta etapa continúan los ejercicios para el CORE y propiocepción sobre la postura, utilizando la cadena cinemática tanto del tren superior como inferior.

    Se utilizan los apoyos unipodal, bipodal y lateral. Se perfecciona la vigorización de las habilidades, desarrollos y logros alcanzados en la etapa anterior. También se trabaja cualquier tipo de deformidad del SOMA. Se aplican ejercicios preferiblemente de CCC.

    Igual que en la etapa anterior la amplitud articular no debe ser exagerada, ni brusca y se tiene que respetar los límites normales de rango articular de cada articulación.

Los objetivos a cumplir en esta etapa son:

  1. Mantener el trabajo de fuerza, resistencia y resistencia a la fuerza.

  2. Mejorar el tono muscular.

  3. Mejorar el trabajo de la propiocepción.

  4. Mejorar el trabajo del CORE.

  5. Mejorar el rendimiento físico cardiovascular y respiratorio.

Duración: durante toda la vida.

Frecuencia: 3 – 5 días a la semana.

Intensidad: 70 – 80 % FC Máxima y 55 – 65 % FC Máxima para adolescentes con (PVM y Arritmias Cardiacas).

Capacidades físicas a trabajar: resistencia, la fuerza, resistencia a la fuerza, equilibrio y coordinación.

Duración de las sesiones: entre 45 – 60 min.

Control: mediante la toma de la FC (se toma en la arteria radial o arteria braquial en 10 segundos, el valor se multiplica por 6).

Bibliografía

  • Barrios, R. J y Ranzola, R. A. (1998). Manual para el deporte de iniciación y desarrollo. La Habana: Ed. Deportes; 39

  • Buckingham, R.B., Braun, T., Harinstein, D.A. (1991). Temporomandibular joint dysfunction syndrome: a close association with systemic joint laxity (the hypermobile joint syndrome). Oral Surgery, Oral Medicine, Oral Pathology. 72, 514-19.

  • Chaleat-Valayer, E. (2012). Hiperlaxitud e Hipermovilidad. 1er Simposio Internacional sobre los Síndromes de Ehlers - Danlos Gante (Bélgica), 8-11 de Septiembre [Internet] [Citado 17 de marzo de 2014]; [aprox. 20 p.] Disponible en: http://asedh.org

  • Colectivo de expertos (2001). Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la salud. Grafo S.A.

  • Grahame, R, Edwards, J.C., Pitcher, D. et al. (1981). A clinical and echo cardiographic study of patients with the hypermobility syndrome. Annals of the Rheumatic Diseases 40, 541- 6. 14

  • Grahame, R. (1999). Joint hypermobility and genetic collagen disorders, are they related. Archives Disease in Childhood. 80: 188-91.

  • Grahame, R. (2000). Heritable disorders of conective tissue. Clin Rheumatol. 14(2), 345-61

  • Grahame, R. (2000). Hypermobility - not a circus act. International Journal of Clinical Practice. 54, 314-15. 13

  • Gurley-Green, S. (1991). Living with the hypermobility syndrome, Rheumatology. 40, 487-9.

  • Hernández, G.R. (2005). Programa de ejercicios físicos para la rehabilitación de pacientes con cardiopatía isquémica. [Tesis Doctorado]. La Habana: ISCF “Manuel Fajardo”.

  • Hudson, N., Fitzcharles, M.A., Cohen, M., Starr, M.R., Esdaile, J.M. (1998). The association of soft tissue rheumatism and hypermobility. Br J Rheumatol; 37:382-6.

  • Menéndez, Alejo Francisco M y col. (2009). Síndrome de hipermovilidad articular en una población juvenil cubana. [Internet] Mayo 2009 [Citado 7 de marzo de 2014]; [aprox. 4 p.] Disponible en: http//www.reumatologiaclinica.org.

  • Miyasita y col. El niño y el deporte. (1997). El ejercicio del niño y adolescente. Desde la Educación Física a la Alta Competición; 146.

  • Oinaes Anderson, Liv y col. (2012). Niños hiperlaxos con dolor. Entrenamiento, ¿hacerlo y nada más? 1er Simposio Internacional sobre los Síndromes de Ehlers- Danlos Gante (Bélgica), 8-11 de Septiembre. [Internet] [Citado 22 de marzo de 2014]; [aprox. 20 p.] Disponible en: http://asedh.org

  • Red Ehlers-Danlos Argentina (2003). [Actualizado 8 de Febrero de 2013, citado 11 marzo de 2014]. [aprox. 2 pantallas] Disponible en: https://sites.google.com/site/rededargentina/elsíndromedehiperlaxitudligamentariamuchomásquehiperlaxitud.htm.

  • Rodríguez García, A. (2014). Influencia de ejercicios físico – terapéuticos en adolescentes con Síndrome de Hipermovilidad Articular. Rev. Cub. Med. Dep. & Cul. Fís. Vol.9, Núm.2 Actividad Física y Salud.

  • Scheper, M.C. y col. (2012). Niños con hiperlaxitud articular generalizada y síntomas musculoesqueléticos: estado de la cuestión sobre el diagnóstico, las características clínicas y el tratamiento. [Internet] [Citado 26 de marzo de 2014]; [aprox. 31 p.] Disponible en: http://asedh.org

  • Sheon, M.D. Clinical manifestations and treatment of the hypermobility syndrome. UpToDate 8.2.

Otros artículos sobre Actividad Física Terapéutica

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 20 · N° 205 | Buenos Aires, Junio de 2015  
Lecturas: Educación Física y Deportes - ISSN 1514-3465 - © 1997-2015 Derechos reservados