Actividad física y recomendación
nutricional Physical activity and nutritional recommendation during the development of a pregnancy |
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*Licenciado en Ciencias del Ejercicio Físico. Máster en Actividad Física y Salud Maestro en Docencia. Candidato a Doctor en Educación Deportiva y Ciencias del Deporte Profesor interino en la Licenciatura en Ciencias del Ejercicio Físico del Instituto Tecnológico de Sonora **Licenciado en Ciencias del Ejercicio Físico ***Licenciado en Educación Física. Maestro en Educación Doctor en Ciencias de la Educación. Profesor de la Universidad Estatal de Sonora ****Licenciado en Educación Física. Máster en Ciencias y Juegos Deportivos. Profesor de Tiempo Completo en la
Licenciatura en Ciencias del Ejercicio Físico *****Licenciada en Química. Maestra en Ciencias. Profesora de Tiempo Completo en la Licenciatura en Ciencias del Ejercicio Físico del Instituto Tecnológico de Sonora |
Mtro. Eddy Jacobb Tolano Fierros* Lic. Julio Alejandro Román Ruíz** Dr. Omar Iván Gavotto Nogales*** Mtro. Iván de Jesús Toledo Domínguez**** M.C. Araceli Serna Gutiérrez***** (México) |
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Resumen En el presente trabajo se realizó una revisión bibliográfica sobre un tema extremadamente importante, sobre todo para las mujeres, éste es relacionado a la actividad física y alimentación durante el embarazo, donde se da a conocer la importancia que tiene la práctica de ejercicio durante el proceso señalado, así como el llevar una buena alimentación. En este trabajo se señalan una serie de recomendaciones en las áreas mencionadas, para que ésta sirva como una pauta y una idea más clara del tipo de actividad y forma de alimentarse de una manera más adecuada, de acuerdo a las características específicas de la mujer embarazada. Palabras clave: Actividad física. Recomendación nutricional. Embarazo.
Abstract In the present work a bibliographic review was performed on a subject extremely important, especially for a woman, this is related to the physical activity and nourishment during a pregnancy, where the importance of exercise practice is disclosed during the process indicated, also to carry a good meal plan. This work indicates a series of recommendations in the mentioned areas, so that this is used as a patterned and clear idea of the type of activity and how to eat in a more appropriate manner according to the specific characteristics in a pregnant woman. Keywords: Physical activity. Nutritional recommendation. Pregnancy.
Recepción: 19/12/2014 - Aceptación: 22/03/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 20 - Nº 204 - Mayo de 2015. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Durante la vida de una mujer se presentan varias facetas, dentro de las cuales hay una muy importante, tanto para ellas como para los demás, que es cuando va dar a luz, es decir generar el surgimiento de una nueva vida.
En ese momento la mayoría de las futuras madres se empiezan a cuidar tanto para el bien de ellas, pero primordialmente por el bien del bebe que están esperando. Dentro de estos cambios que realizan para cuidarse se encuentra el cuidado de la alimentación y la realización de actividad física, para lo cual ellas se dirigen hacia una persona preparada en la rama, capaz de presentar programas tanto de actividad física como recomendaciones nutricionales con la finalidad de ayudar a mujeres en gestación.
Durante la historia, las mujeres han recibido diferentes tipos de consejos para poder tener un buen desarrollo durante el embarazo. Muchos de estos se refieren al tipo de ejercicios que deben de realizar, la duración de éstos y la intensidad que deben tener. Desde hace mucho tiempo se ha establecido que un embarazo estable y un parto sencillo están relacionados al ejercicio físico.
Desarrollo
Dentro del embarazo se presentan algunos cambios físicos y fisiológicos que se tienen que tomar en cuenta para determinar la alimentación adecuada, entre estos se encuentran los mencionados a continuación.
Los estrógenos y las progesteronas desempeñan un papel muy importante en la mujer durante el embarazo presentándose en los siguientes procesos:
Preparación del endometrio para la nidación y el mantenimiento del implante.
Control relativo sobre las funciones hipofisarias y ováricas maternal.
Ajuste metabólico materno.
Preparación para la lactancia.
Modulación del crecimiento uterino, el tono miometrial y la contractibilidad uterina.
Participación en el desencadenamiento del parto.
El volumen de sangre aumenta un 45% (1.800 ml), tanto por un incremento del plasma (más o menos 1.500 ml) como de los cuerpos (más o menos 350 ml). Esto ayudará a mantener el flujo útero placentario adecuado (Villaverde, Fernández, Rodríguez, Villaverde, 2003).
El aumento en la masa de glóbulos rojos más los requerimientos feto placentarios de hierro representan una necesidad de aproximadamente un gramo de hierro diario adicional durante todo el embarazo (Villaverde et al., 2003). Esta necesidad es más significativa a partir de la segunda mitad de la gestación.
Se supone que no debería de presentarse deficiencia de hierro en la mujer, ya que al estar embarazada deja de menstruar y por consiguiente deja de perder 120 miligramos de hierro cada mes, aunque el embarazo y la lactancia implican una pérdida de entre 480 y 1150 miligramos durante todo el embarazo, siendo de entre punto siete a cuatro mililitros diarios de pérdida (Viteri, 1994).
Si la mujer se encontrara en un estado nutricional adecuado antes del embarazo, probablemente cubriría las demandas del embarazo en forma adecuada, pero se sabe que la mayoría de las mujeres no cumplen con esas condiciones, presentando reservas insuficientes de hierro teniendo como consecuencia anemia (Kaufer y Casanueva, 1990).
Las mujeres embarazadas necesitan tomar un suplemento de 30 miligramos de hierros al día durante el segundo y tercer trimestre de embarazo. Es importante recordar que el hierro se absorbe más fácilmente si se toma junto con vitamina C y que no se ha de tomar té o café hasta pasadas una o dos horas de su ingesta, pues disminuyen su absorción (El periódico de la farmacia frutas, 2007).
La mujer embarazada se debe de realizar una determinación de hemoglobina en el primer trimestre de la gestación, esto para ver el nivel de gramos por decilitro que tiene, si presenta un dato menor de 110 gramos por decilitro, se considera que existe anemia iniciándose inmediatamente un tratamiento con dosis de 60 a 120 miligramos de sulfato ferroso, esto dependiendo de la tolerancia que tenga cada mujer.
En relación a la composición corporal, el aumento de peso durante el embarazo es a causa de la concepción, el cual incrementa en forma significativa a partir de la segunda mitad de la gestación. Las reservas maternas de grasa se forman antes de la mitad del embarazo y van aumentando poco a poco para alcanzar entre tres y cuatro kilos de grasa, proporcionando alrededor de 35 mil kilocalorías el cual ayudará en el gasto energético que demanda la lactancia.
Para determinar el gasto energético durante el embarazo hay diferentes opiniones según el autor, el lugar de la investigación y las condiciones de cómo se llevaron a cabo los estudios para determinarlo.
Según los estudios de Hytten y Leitch (1971), durante los 280 días de gestación se consumen alrededor de 70 mil kilocalorías, tomando en cuenta el desarrollo del feto, la placenta y los cambios en el cuerpo de la madre, basándonos en eso se obtiene que la madre necesita diariamente 250 kilocalorías adicionales, dándose a entender que tiene una dieta adecuada y suficiente (Unidad de Nutrición Dietética e Investigación, 2006).
Por otra parte, estudios en Guatemala en madres con una alta prevalencia de desnutrición mostraron que consumiendo un suplemento energético de 150 kilocalorías adicionales a su dieta obtuvieron un producto con un peso adecuado. En cambio en México se recomendó que se consumiera 200 kilocalorías adicionales a la dieta (Bourges, Chávez y Arroyo, 1970).
El Instituto de Medicina de EE.UU. recomienda que la ganancia de peso debe guardar relación con el índice de masa corporal (IMC) previo a la gestación. Por ejemplo, las mujeres son índice de masa corporal normal deberían ganar 0,4 kg por semana, tanto en el segundo como en el tercer trimestre; las mujeres con IMC por debajo de lo normal deberían ganar 0,5 kg por semana, y a las mujeres con sobrepeso, se les debe recomendar un incremento de 0,3 kg por semana (Purizaca, 2010).
En cuestión del aumento de peso durante el embarazo se debe tener cuidado sobre todo en las mujeres hispanas y de raza negra, ya que un aumento de peso desmedido puede causar problemas en el parto y en la mujer tales como diabetes, obesidad e hipertensión.
Uauy, Atalah, Barrera y Behnke (2004), mencionan que durante el embarazo se tienen ciertos síntomas causantes de que sea difícil la alimentación, mismos que son:
Náuseas y vómitos del primer trimestre: Suele afectar solo al 50 por ciento de las gestantes, terminando normalmente al final del tercer trimestre, la complicación de este síntoma causa deshidratación, pérdida de peso y acidosis.
En la cuestión fisiológica las náuseas y el vómito, está asociado con el consumo de dietas hiperproteicas, por lo que estos síntomas disminuyen al ingerir más carbohidratos complejos en la dieta; también es recomendable evitar los ayunos de más de ocho horas, dividir la dieta lo más posible, descansar después de comer y mantener ventilado el lugar donde se preparan y consumen los alimentos, resulta útil también evitar el consumo de líquidos en las comidas y tomarlos treinta minutos antes y después de estos.
Estreñimiento y hemorroides: Se recomienda ingerir fibra insoluble a través de leguminosas, y en casos extremos suplementos de fibra en forma de medicamento, es recomendable también consumir más líquidos, realizar actividad física y evitar las situaciones de tensión primordialmente.
Calambres nocturnos: Suceden a causa de la irritabilidad neuromuscular por efecto de la disminución en la concentración del calcio sérico, se puede evitar solo con incluir en la cena un alimento rico en calcio.
Cuando las mujeres tienen embarazos sucesivos en tiempos cortos (menos de dos años entre un embarazo y otro puede suceder que sus reservas corporales estén agotadas y carezcan del aporte de nutrimentos necesarios para tener un nuevo embarazo, lo ideal es evitar quedar embarazada con intervalos inter genésicos cortos para evitar esta situación, pero si no es posible, lo indicado es revisar la ganancia de peso y poner énfasis en el estado y nutrición con relación al hierro.
El peso pre-gestacional bajo es uno de los factores más conocidos con relación a la presencia de bajo peso del bebe al nacer, lo ideal es que durante el embarazo la madre tenga una ganancia de peso por arriba de los 12 kilogramos sin sobre pasar los 15 kilogramos, se considera que hay peso pre gestacional bajo cuando el peso es menor de 90 por ciento del esperado para la estatura de la mujer o tiene un índice de Masa Corporal menor de veinte.
En las mujeres con bajo peso pre-gestacional y que tengan tendencia pobre de ganancia de peso es posible que sea por presencia de procesos infecciosos en especial las infecciones genitouterinas que suelen ser sintomáticas.
La dieta tiene un papel importante en la diabetes gestacional, es importante manejar los carbohidratos simples como el azúcar, refrescos y dulces que represente no más del diez por ciento de la energía total de la dieta, y que se acompañe de fuentes adecuadas de fibra.
Cuando se presente obesidad, la dieta debe obtenerse sobre el peso esperado para la estatura y la edad gestacional evitando la pérdida de peso y la cetosis, ya que esto puede causar daño neurológico en el producto.
La mujer embarazada debe tener un cuidado delicado con relación a la alimentación, debe de estar consciente de la cantidad de peso que va aumentando, cuanto es el peso total que debe de aumentar dependiendo de sus características personales, tiene que revisar sus antecedentes y estar segura de no tener algo que dificulte un nacimiento sano y un alumbramiento seguro de lo cual si es así empezar a realizar lo necesario para reducir el riesgo.
Esta tiene que estar consciente de los cambios que se estén presentando para poder detectar como va evolucionando su embarazo y realizar modificaciones de su dieta dependiendo de estos, el hecho de cuidar su alimentación durante el embarazo es un buen signo de que tendrá un buen desarrollo y un final deseable, pero se tiene que hacer hincapié a que el cuidado de la mujer se debe realizar antes, durante y después del embarazo para tener un mayor margen de probabilidad de tener un buen producto.
Junto con la alimentación al realizar ejercicios ayuda a mantenerse saludable en el embarazo; los cuales ayudan también a manejar el estrés, tener buen humor, a tener más energía, prevenir aumentar mucho de peso, a controlar el estreñimiento, entre otras cosas (Boston Medical Center, 2008); a continuación se abordará el tema relacionado al ejercicio físico de la mujer embarazada.
Los profesionales de la Educación Física y el deporte que trabajen en este contenido deben hacerlo en conjunto con un médico, hospital o casas maternas. El embarazo es un proceso fisiológico que desarrolla la mujer y que tiene un tiempo de duración aproximado de nueve meses. Este proceso se caracteriza por el aumento de tamaño de los órganos sexuales, el útero pasa de un peso aproximado de 30 gramos a 700, mientras que las mamas adquieren un tamaño aproximado doble del inicial. Al mismo tiempo la vagina crece y el introito se ensancha. El abdomen crece, según van pasando las semanas de gestación, y por tanto al cambiar el centro de gravedad del cuerpo, se ocasionan cambios posturales y también en la de ambulación.
Se ha comprobado científicamente que la práctica de actividades físicas específicas con las gestantes favorece el embarazo, acorta el periodo de parto y la recuperación.
Las clases para embarazadas tienen una duración aproximada de 30 a 45 minutos, las mismas comienzan con un ligero calentamiento (5 a 7 minutos), después se pueden realizar ejercicios generales y los ejercicios propios para el embarazo y el parto, finalmente se realizan ejercicios de relajación y recuperación.
Las clases de gimnasia para embarazadas no llevan ejercicios de gran intensidad. Los cuales se realizan a un ritmo moderado y el número de repeticiones de los ejercicios oscila entre las 8 y las 16 repeticiones. Es importante tener en cuenta que la mujer en la clase no debe llegar al agotamiento y que la misma debe vestirse con ropa adecuada.
Es importante tener colchonetas donde la mujer pueda acostarse cómodamente para realizar los ejercicios en el piso ya que estas sienten incomodidades si se acuesta sobre superficies duras.
Lo ideal es comenzar en los primeros meses del embarazo; las clases deben tener entre dos y tres frecuencias semanales y los horarios deben buscarse de acuerdo a las horas más factibles para la mujer y también teniendo en cuenta la posible asistencia del médico o la enfermera, no deben realizarse en horarios de mucho calor ni hacerse bajo el sol, acompañada de música para usarse como medio de motivación.
Antes de comenzar las actividades debe efectuarse la primera toma de pulso, posteriormente debe realizarse otra toma luego de los ejercicios generales y finalmente se realiza la última toma al terminar la clase; el pulso en sentido general no se debe elevar mucho. Es importante no olvidar las características individuales de cada embarazada ya que no tienen las mismas características todas las embarazadas.
Objetivos de la actividad física en el embarazo
Mantener activa a la mujer durante este importante periodo.
Fortalecer la musculatura y articulaciones comprometidas durante el embarazo y el parto.
Crear hábitos posturales correctos.
Enseñar la respiración y comportamiento adecuado para ser utilizada en el momento del parto.
Garantizar una rápida recuperación en el puerperio.
Se recomiendan diferentes tipos de ejercicios, entre estos se encuentran el realizar caminata lo cual es una actividad que la mayoría de las gestantes pueden realizar salvo contraindicación de tipo obstétrico, según Flemming (2003), deben de realizar caminata siempre y cuando se tenga bien establecido cuanto debe de caminar en cada una de las etapas del embarazo.
Los ejercicios abdominales poseen gran importancia durante el embarazo y parto, son fundamentales en el segundo periodo de parto, ya que ayuda poderosamente a la expulsión del feto, y en la acción se combine con el pujo y se logren los efectos deseados.
Los ejercicios respiratorios tienen como objetivo complementar las necesidades aumentadas de oxígeno materno y fetal, así como enseñar a cubrir los requerimientos aún mayores de Oxígeno que se provocan durante el trabajo inmenso del parto. La relajación es una actividad que debe realizar una embarazada durante el periodo de gestación y durante el trabajo de parto.
También, se recomienda que las mujeres embarazadas realicen ejercicios, de flexibilidad o movilidad articular involucrados con el canal del parto, piernas y periné, además de lo ya mencionado anteriormente, todo ello para mejorar el proceso del parto.
Conclusiones
La actividad física es una forma de preparar al cuerpo para soportar todos los cambios físicos y fisiológicos que conlleva el embarazo, al igual que con la alimentación el ejercicio se recomienda antes, durante y después del embarazo esto para volver al estado normal de la mujer.
Los ejercicios realizados siempre tienen que estar autorizados por un médico, ya que éstos son los que deciden si las madres son capaces o no de realizarlos, el hecho de realizar ejercicios no recomendados pueden causar un riesgo tanto para el neonato como para la madre.
Es importante, siempre tener una buena comunicación con la madre para saber si está siendo positiva la realización del ejercicio.
Por lo tanto el hecho de realizar una modificación en la alimentación y en la actividad realizada por la mujer durante el embarazo ayuda a que ella pase por esta faceta más cómodamente y más segura que una madre que no lo realice.
Bibliografía
Boston Medical Center (2008). Hola mamá: Una guía sobre el embarazo, parto y los bebes. Massachusetts.
Bourges, H., Chávez, A., y Arroyo, P. (1970). Recomendaciones de nutrimentos para la población mexicana. México: Edit. División de nutrición.
El periódico de la farmacia frutas (2007). Nutrición.
Flemming, S. (2003). Buff. Moms to be. New York: Edit. Villard Books.
Hytten, F., y Leicht, I. (1971). The physiology of human pregnancy. 1st. ed. Oxford: Blackwell.
Kaufer, M., y Casanueva, E. (1990). Relation of prepregnancy serum ferritin levels to hemoglobin levels throughout pregnancy. E.U.A. Edit. National Academic Press.
Purizaca, M. (2010). Modificaciones fisiológicas en el embarazo. Edit. Rev. Per. Ginecol Obstet.
Uauy, R., Atalah, E., Barrera, C. y Behnke, E. (2004). Alimentación y nutrición durante el embarazo. Revisado el 22 de mayo del 2013 en: http://www.redsalud.gov.cl/archivos/alimentosynutricion/estrategiaintervencion/AlimentacinEmbarazo.pdf.
Unidad de Nutrición Dietética e Investigación. (2006). Nutrición en el embarazo., Revisado el 4 de mayo del 2013 en: http://www.clinicaindautxu.com/nutricion/pdfs/Embarazo.pdf.
Villaverde, S., Rodríguez, A., y Villaverde, B. (2003). Modificaciones de la sangre en el embarazo. Cambios circulatorios y respiratorios. Alteraciones de los sistemas digestivos y urinarios. Sistema óseo y dientes. Cambios en la piel. Otras modificaciones. En Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), Tratado de Ginecología, Obstetricia y Medicina de la Reproducción. Madrid: Edit. Médica Panamericana.
Viteri, F. (1994). The consequence of iron deficiency and anemia in pregnancy. Edit. Adv. Exp. Med. Biol.
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