efdeportes.com

Estudio comparado sobre la participación del atletismo en la Paralimpiada y Olimpiada de Londres 2012. Valoración
de la propuesta IPC Río de Janeiro 2016

Comparative study of the participation in athletics in the London 2012 Paralympics and Olympics

 

Coordinador de Atletismo en la Federación Española de Deportes para Personas

con Discapacidad Física (FEDDF) Madrid

(España)

Eleuterio Antón Palacios

atletismo@feddf.es

 

 

 

 

Resumen

          El programa adoptado para la convocatoria de Río 2016 aún posee importantes deficiencias en su estrategia y configuración cuyas consecuencias lastrarán el futuro desarrollo del deporte paralímpico. Dichas disfunciones son analizadas en el presente estudio y valoradas, planteando como alternativa otra forma de organización del atletismo paralímpico que incluya las características y la filosofía que implícitamente vigorizan el atletismo olímpico.

          Palabras clave: Calendario competiciones. Organización deportiva. Integración social.

 

Abstract

          Paralympics athletics has achieved a very important and promising sporting development that locates it in a condition to assume sport competition challenges in the near future. It imperiously needs a new focus that proportions a structure that is able to maintain the progress reached in the last years. The analysis of the differences that exist in history and the prestige of present athletics in an Olympics (207 participating countries), compared to a Paralympics (143 participating countries) is not justified by the number of countries that attend these competitions.

          Keywords: Calendar competitions. Sport organization. Social integration.

 

Recepción: 24/12/2014 - Aceptación: 20/03/82015

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 20, Nº 203, Abril de 2015. http://www.efdeportes.com/

1 / 1

Introducción

    En el Congreso que se celebró durante el Campeonato del Mundo de Nueva Zelanda del año 2011, se planteó la propuesta de elaborar un calendario fijo de competiciones paralímpicas que equilibrara el número de pruebas entre varones y mujeres y que impulsara un reparto razonable de dichas competiciones entre todas las clases, de tal forma que cada una disputara alguna prueba específica. Desde entonces IPC ha realizado los correspondientes trabajos para lograr el acuerdo de los distintos países, formalizándose un programa para Río de Janeiro, que supuestamente será el que siempre rija en el atletismo de las Paralimpiadas a partir de esa cita.

    Organizar un programa deportivo justo, adaptado a los requisitos del atletismo paralímpico y que observe las características del atletismo olímpico, es un cometido técnico que requiere un enfoque experto. En ese sentido no es fácil conciliar el logro de los consensos entre países —que siempre parece buscar el Comité Paralímpico Internacional (IPC) como método de actuación (reuniones de Bonn o Fráncfort)— con la formalización del calendario o el cambio de reglamento de competición en el ámbito del atletismo de las Paralimpiadas.

    El atletismo es uno de los deportes cuya evolución ha forjado disciplinas competitivas que abarcan todo tipo de esfuerzo, dirigiéndose sin distinción a las personas para competir e incluyendo todas las posibilidades existentes Sobre ese esquema competitivo se implanta el atletismo de personas con discapacidad, adaptándolo a sus necesidades y requisitos. Sin embargo el desarrollo del atletismo paralímpico no es equilibrado, se practica fundamentalmente en países ricos o por atletas solventes económicamente. El material adaptado es muy caro, la silla de competición o las prótesis para hacer atletismo son muy difíciles de adquirir en determinados países, excluyendo a sus atletas de las actuales clasificaciones del IPC. Estos desaparecen durante años y en ocasiones vuelven a ser vistos en las paralimpiadas o en algunos campeonatos a los que generalmente acuden subvencionados por alguna asociación solidaria, lo que impide el normal desarrollo del atletismo en esos países. Las dificultades que afronta el atleta paralímpico en esas condiciones son grandes y conllevan que no todas las pruebas sean competitivamente equivalentes.

    Para realizar este estudio se han tenido en cuenta las competiciones individuales que han sido organizadas en las últimas Paralimpiadas y que también se disputan en las Olimpiadas: las competiciones comunes de ambos programas; con objeto de incluir como valor de referencia los datos olímpicos. En consecuencia no se engloba en el estudio, por no ser paralímpicas, ni la marcha ni las carreras de vallas y obstáculos. Tampoco salto con pértiga ni el lanzamiento de martillo, ya que no son disputadas regularmente por las personas con discapacidad. Se han desechado las carreras de relevos porque no se programan para todas las discapacidades y las competiciones de club por ser muy específicas de unas clases concretas y no ser olímpicas. Si se consideran las carreras sin obstáculos y los concursos paralímpicos. Se han considerado las siguientes especialidades:

  • Carreras: Velocidad: 100, 200 y 400m. Medio fondo: 800, 1.500 y 5000m. Fondo: 10.000m. Gran fondo o de carretera: maratón.

  • Saltos: altura, longitud y triple salto

  • Lanzamientos: peso, disco y jabalina

    Se han utilizado los datos oficiales finales de la Olimpiada y Paralimpiada de Londres 2012, así como los datos aportados por el IPC en Lyon (Francia 2013) para la próxima convocatoria Río 2016.

1.     Competiciones comunes Olímpicas y Paralímpicas

    En la Olimpiada, tanto en Londres como en Río, se programa el mismo número de competiciones para varones y mujeres (Fig. 1 y 2). En la Paralimpiada esto no ocurre, existiendo además diferencias entre las discapacidades: La velocidad se disputa mayoritariamente en todas las clases. La relación en el número de carreras de velocidad- medio fondo es menor, alejándose mucho del criterio olímpico. Además las carreras de fondo han desaparecido de las paralimpiadas y la maratón solo se disputa en tres clases en varones y una para mujeres.

Figura 1. Carreras comunes para hombres (H) y mujeres (M) programadas en Olimpiada y Paralimpiada Londres 2012,

 detallando las diferentes clases paralímpicas. En el eje de ordenadas el número de carreras disputadas

Figura 2. Carreras comunes masculinas (H) y femeninas (M) programadas en la Olimpiada y Paralimpiada 

Río de Janeiro 2016, detallando las diferentes clases paralímpicas. En el eje de ordenadas el número de carreras disputadas.

    Se programan unas variedades específicas de carreras, primando la velocidad sobre el fondo, lo que selecciona un tipo de esfuerzo y una fisiología muy concretas; la competición se dirige a un tipo de colectivo prácticamente homogéneo, perdiéndose la diversidad y universalidad que prevalece como esencia fundamental en el atletismo olímpico. Es imprescindible ampliar la programación de las carreras de media y larga duración y distribuirlas equitativamente, en lo posible, entre todas las discapacidades y clases.

2.     Pruebas comunes y discapacidad

    Las discapacidades con más clases -parálisis cerebral, clases 40 y 50- son favorecidas, con un mayor programa competitivo (Tabla I). Dotar de mayor número de competiciones a una discapacidad tan solo por el número de clases que la componen, supone un beneficio competitivo que introduce discriminaciones entre las distintas discapacidades que podría perjudicar a la propia discapacidad afectada ya que con los mismos atletas debe cubrir un amplio número de competiciones, mermando así su capacidad competitiva.

Tabla I. Número total de competiciones comunes de atletismo por discapacidad disputadas

y programadas en las Paralimpiadas y Olimpiadas de Londres 2012 y Río 2016

    Al potenciar muchas clases deportivas en las Paralimpiadas, se restringe la posibilidad de incidir sobre la diversificación del programa competitivo, algo necesario para abarcar todo el espectro competitivo tal y como ocurre en el atletismo olímpico. Sería deseable que el volumen de participantes en las pruebas así como la espectacularidad competitiva de las mismas, entre otros aspectos, fueran más considerados a la hora de configurar el calendario de la competición paralímpica en atletismo.

Tabla II. Número total de competiciones comunes de atletismo por discapacidad y tipo de prueba, programadas en las Olimpiadas y Paralimpiadas de Londres 2012 y Río 2016

    Si nos centramos en la distribución de las competiciones en Londres 2012 y la previsión realizada por el IPC para Río de Janeiro 2016 (Tabla II), el número de competiciones de lanzamientos es superior al de saltos en ambas paralimpiadas para algunas discapacidades. Esas tendencias evidencian que existen diferentes criterios en el atletismo practicado por personas con discapacidad y el atletismo IAAF, que es el que organiza las Olimpiadas.

3.     Sobre equidad competitiva y tendencia participativa

    Los datos de países participantes en las Olimpiadas y las Paralimpiadas de Londres muestran notables diferencias numéricas. Casi todos los países del mundo, 207, participan en las Olimpiadas, con cerca de 2.000 atletas; en las Paralimpiadas participan 143 países con 1.132 atletas asistentes.

Tabla III. Número total de atletas, sus clases y las competiciones comunes que disputarán en atletismo en Río de Janeiro 2016. La tendencia participativa se expresa en 

número de atletas por clase y la competitiva en número de atletas por competición. Como referencia se expone esa misma tendencia en la Olimpiada de Londres 2012

    Las diferencias de tendencia participativa (Tabla III), se establecen calculando la proporción de atletas totales de cada discapacidad y sus clases; las diferencias en tendencia competitiva se establecen mediante la estimación de la proporción de atletas totales de cada discapacidad y el número de competiciones que disputarán en Río 2016. Aunque estas diferencias se van reduciendo con el tiempo, aún son marcadas si se consideran las diversas discapacidades individualmente. En algunas hay una escasa participación y la distribución en sus clases hace difícil completar el número necesario de atletas específicos para determinadas competiciones. Analizando los datos de participación en Londres 2012 y considerando que serán muy similares a la participación prevista en Río 2016 (Tabla IV), se puede afirmar que algunas discapacidades y clases mantienen una competición mucho más disputada que otras. Ello debido a que el número de atletas por competición es considerablemente mayor en algunos casos, lo que, lógicamente, elevará el nivel competitivo y, en consecuencia, la dificultad para lograr medallas.

    En Río de Janeiro los ciegos en sus clases previsiblemente competirán en 12 pruebas cada una, a pesar de que su representación en Londres 2012 fue desigual, al igual que la discapacidad de parálisis cerebral. Las clases 40 y las clases 50, tampoco guardan paridad numérica con las otras discapacidades y clases.

    Centrándonos en el número de atletas por competición y discapacidad, datos que se estiman relevantes para el deporte, se evidencia que en una Paralimpiada no predomina la equidad competitiva, ni en número de pruebas disputadas por discapacidad, ni en número de atletas por prueba, por tanto tampoco en el esfuerzo necesario para alcanzar las medallas.

Tabla IV. Tendencia participativa y competitiva desglosando el número de atletas de cada clase de discapacidad que previsiblemente

 disputarán cada competición en Río 2016. Como referencia se expone esa misma tendencia en la Olimpiada de Londres 2012

    Es evidente que para poder organizar un calendario competitivo equilibrado se debe incidir sobre el número de atletas, sobre la disminución de las clases o sobre el número de competiciones programadas.

5.     Las pruebas desaparecidas

5.1.     La carrera de 10.000 metros. En Londres 2012 se suprimió del programa paralímpico la carrera de 10.000 m para todas las clases y discapacidades, manteniéndose esa decisión en Río (Tabla V). Este hecho, además de perjudicar individualmente a los atletas cuyas capacidades se adaptan mejor a ese esfuerzo, resulta lesivo para los países que practican tradicionalmente pruebas de larga duración y cuyas únicas posibilidades de lograr éxitos o conseguir medallas radican ahí. Se excluye de participar con éxito a sectores de la población mundial que, debido a sus características fisiológicas, sociológicas y morfológicas, tienen una predisposición natural de lograr el éxito en dichas carreras impidiéndoles competir en igualdad de condiciones en otras pruebas del actual calendario paralímpico. En Río 2016 las carreras de velocidad serán 65, casi tres veces más que las de medio fondo y fondo, que suman 23. En la Olimpiada de Río las carreras de velocidad serán 6 y las de medio fondo y fondo 8.

    Si nos atenemos a los resultados olímpicos en atletismo, tanto Kenia como Etiopía son dos potencias mundiales de primer nivel. En Londres 2012 Etiopia ocupó el 5º puesto por países, y Kenia ocupó el 6º. Por el contrario en la Paralimpiada Londres 2012, Kenia ocupó el puesto 21 por países, mientras Etiopia quedó en el lugar 47º. También Uganda logró muy buenos resultados en 5000 y 10000 metros, con el oro olímpico en maratón. El potencial que acumulan los atletas africanos de esos países en las carreras de fondo es asombroso.

Tabla V. Carreras comunes de atletismo programadas en las Paralimpiadas y Olimpiadas de Londres y Río

    La promoción con carácter general de las pruebas de velocidad, que requieren movimientos explosivos supone un gran problema para algunas discapacidades que presentan dificultades y limitaciones para ejecutarlos. Por ello desde distintos ámbitos deportivos y médicos se reclama cambiar este criterio con objeto de equilibrar el calendario de carreras de corta y larga duración: sin despreciar la participación en velocidad, potenciar el medio fondo y el fondo.

5.2.     El triple salto. Por primera vez el calendario previsto para la Paralimpiada de Río 2016 considera la total desaparición de la competición del triple salto, a pesar de la espectacularidad y arraigo de esta prueba en algunas clases y discapacidades (Tabla II). Ya se ha mencionado el desequilibrio existente en la programación de saltos respecto de otras disciplinas paralímpicas. El calendario olímpico incluye 16 carreras, 6 saltos y 6 lanzamientos. Sin embargo el calendario paralímpico abarca 94 carreras, 20 saltos y 53 lanzamientos. Mientras los lanzamientos están sobrerrepresentados, los saltos pierden protagonismo en las Paralimpiadas y no llegan ni a completar, tal como ocurre en las Olimpiadas, la tercera parte del calendario. Pero además los lanzamientos son más del doble que los saltos y superan en más de la mitad el número total de carreras, lo que induce a pensar que los lanzamientos están sobredimensionados en el calendario paralímpico de atletismo. El desajuste que se da entre carreras, saltos y lanzamientos no se comprende y sería deseable corregirlo y equilibrarlo.

6.     Sobre las diferencias de género

    Los datos de la paralimpiada Londres 2012 junto a los que ya conocemos de la próxima Paralimpiada de Río 2016 (Tabla VI), evidencian que la tendencia a lograr la paridad de género ha progresado en la propuesta del programa competitivo en atletismo de Río 2016, aunque aún no se haya alcanzado la igualdad participativa. En la Paralimpiada de Londres se organizaron 98 pruebas masculinas y 69 femeninas y en Río de Janeiro se proponen 90 pruebas masculinas y 77 femeninas.

Tabla VI. Número total de competiciones comunes de atletismo disputadas en la Paralimpiada 

y Olimpiada de Londres 2012 y programadas para Río 2016, detallando la participación por sexos

    Aun así es necesario avanzar más, hasta lograr establecer programas competitivos igualitarios como ocurre en los Olimpiadas, donde han conseguido dicha paridad tanto en Londres 2012 como en Río de Janeiro 2016

7.     Sobre el calendario Paralímpico

    El programa competitivo de atletismo en las Paralimpiadas a diferencia de las Olimpiadas, solo mantiene fijo las 167 competiciones del programa olímpico más las 3 de club, que son específicas paralímpicas. Al modificar en cada paralimpiada las pruebas que se disputarán entre las distintas discapacidades y no habiéndose conocido esta circunstancia con suficiente antelación, se plantea la incertidumbre sobre si un atleta, una clase concreta o una discapacidad podrán disputar una determinada competición. Resulta muy difícil programar a largo y medio plazo. ¿Con qué criterios se planifica la formación y tecnificación de un atleta, si no se conoce si la prueba para la que se le forma se disputará cuando ya esté formado? ¿Con qué garantía de futuro se especializa a un atleta concreto en la prueba para la cual muestra más talento?

    Parece que el programa de Río se quiere dar a conocer con mayor antelación que en los periodos paralímpicos anteriores, donde no se conocía hasta unos pocos meses antes de la celebración de la Paralimpiada. Sin embargo están apareciendo noticias, procedentes del CPI, asegurando que un número no determinado de competiciones del programa que se propuso en el año 2013 pueden desaparecer del programa final de Río de Janeiro 2016 y ser sustituidas por otras que aún hoy son desconocidas. Esta forma de actuar, con una propuesta carente de convicción y estabilidad, introduce desconcierto, debilitando el esfuerzo que es necesario realizar en los procesos que intervienen a largo plazo, tanto para la formación como en la preparación de los atletas y de los equipos nacionales.

    Es imprescindible configurar un calendario estable para todas las paralimpiadas; de esa forma en el futuro se podrá conseguir una participación numerosa en cualquier prueba del atletismo paralímpico.

8.     Diferencias competitivas entre discapacidades

    En una Paralimpiada participan 28 clases por sexo, lo que supone 56 reparticiones de las 176 pruebas que componen el calendario paralímpico. Por tanto, se podría asignar algo más de tres pruebas específicas por clase. Sin embargo, los planteamientos competitivos del IPC parecen tendentes a eliminar clases. Analizando los datos (Tabla IV) en Río 2016 algunas clases sin competiciones asignadas podrán desaparecer. A pesar de ello la última tendencia médica del IPC para las clases 40 no aclara intenciones: vemos que la antigua clase 40 de Londres se convierte en 40 y 41 en Río y la clase 46 pasa a ser, después de Londres, la 46 y la 47; por lo que en las clases 40, después de Londres 2012 seguimos manteniendo, 6 clases con programación específica en la próxima paralimpiada de Río de Janeiro 2016.

    El atletismo paralímpico busca la similitud con el olímpico y esto requiere ineludiblemente que existan atletas especializados en pruebas específicas concretas. Sin embargo, no es frecuente encontrar pruebas disputadas por atletas con alto nivel, lo más común es que tan solo compitan algunos de estos atletas, siendo el resto meros actores. Ocurre que sin atletas especialistas, no es posible abandonar ese bajo perfil deportivo del atleta paralímpico.

    Por otro lado llama la atención la escasa participación en algunas clases en Río 2016. Este hecho en el pasado ha obligado a reunir atletas de clases diferentes para completar o acercarse como mínimo al número necesario de finalistas que harán posible la competición en una determinada disciplina. Así, mientras las clases se han creado -asegura el propio CPI- para lograr la máxima equidad competitiva entre deportistas, resulta paradójico reunir clases y establecer criterios matemáticos -supuestamente objetivos- que determinen el campeón, porque estos resultan siempre injustos.

    Parece lógico utilizar el número de atletas por competición como el elemento más indicativo de igualdad y justicia, ya que sitúan a los atletas en equilibrio competitivo. Por ello es importante organizar las clases competitivas con representación, asignándoles un programa que permita a cada clase paralímpica su desarrollo deportivo de un modo sostenible.

9.     Diferencias entre clases deportivas

    Analizando los datos de la Tabla IV cabe apreciar la existencia de criterios diferenciados al asignar las distintas competiciones a cada clase. Hay clases con una participación media de 9,42 atletas por prueba y otras clases donde dicha participación solo llegan a 3 atletas por prueba.

    A pesar de esto, y siendo prioritaria la necesidad de reestructurar el atletismo, la participación media en este momento no debería ser considerada condición imprescindible para programar una competición concreta. Lógicamente la elección de las competiciones debería estar fundamentada en criterios de viabilidad y competitividad a largo plazo. Es de esperar que cada prueba que se programe con posibilidad de futuro, favoreciendo su desarrollo, convocará por si misma a los suficientes atletas que las disputen.

10.     Conclusiones

    Es imprescindible confeccionar para las Paralimpiadas un calendario proporcionado de competiciones en atletismo, que se mantenga estable en el futuro. Organizar una convocatoria paralímpica con tantas clases en competición y con una oferta completa y equivalente a la del atletismo olímpico para cada clase, sin duda, no es posible. Sin embargo, se podría concretar una oferta atlética que abarque toda la gama del atletismo en un programa paralímpico para todos los grupos en competición. En ningún caso se debería programar tan solo 100 y 200 metros para una determinada clase, porque supone excluir la diversidad de la competición eliminando otros perfiles atléticos.

    Si en el atletismo de las Paralimpiadas se organiza un programa atlético que tenga en consideración la filosofía que ha inspirado el atletismo olímpico se podrá conseguir un desarrollo sostenido del atletismo paralímpico en su conjunto y mostrar a la sociedad hasta donde pueden llegar los atletas con discapacidad. Para lograrlo el IPC debe afrontar necesariamente, la organización de un grupo experto, capaz de estructurar un programa competitivo viable para las Paralimpiadas que desarrolle las siguientes estrategias:

  1. Sistematizar un código con todas las ideas fuerza del atletismo olímpico que subyacen en la organización y el espíritu que rige ese atletismo, de manera que esos mismos elementos se trasladen a la organización y al espíritu del atletismo paralímpico.

  2. Desarrollar el programa de las pruebas por disputar en el atletismo de una Paralimpiada, vigilando especialmente las clases con mayor discapacidad dado que son las más necesitadas de apoyo deportivo.

  3. Equilibrar el programa paralímpico de atletismo de las careras de velocidad, medio fondo, fondo y carretera, saltos y lanzamientos.

  4. Las actuales tendencias sociales buscan en todas las instancias lograr la paridad entre uno y otro sexo. En el ámbito deportivo la discriminación de mujeres, además de una lamentable segregación, supone una pérdida de poder de convocatoria. En el atletismo es práctica igualitaria la igualdad de género en las competiciones del atletismo olímpico, y ello será necesario para el desarrollo del atletismo paralímpico.

  5. A nivel local, cada país debería iniciar y mantener el esfuerzo necesario en los procesos que intervienen a largo plazo, tanto en la formación como en la preparación de los atletas y de los equipos nacionales.

Bibliografía

  • Official results book Athletics Olympic Games London 3-12 August. En http://bfla.eu/File/2012/Rezultaty/ATHLETICSRESULTSBOOK.pdf

  • Official results book Athletics Paralympic Games London 31 August-9 September. http://www.paralympic.org/sites/default/files/document/121019122735065_athleticsresultsbookv1_neutral.pdf

Otros artículos sobre Olimpismo

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 20 · N° 203 | Buenos Aires, Abril de 2015
Lecturas: Educación Física y Deportes - ISSN 1514-3465 - © 1997-2015 Derechos reservados