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Introducción

    La historia la hacen los pueblos, demostraron en sus estudios sobre el desarrollo social los clásicos de marxismo leninismo, pero hay hombres que al frente de su pueblo van haciendo patria, fundando naciones. Esos son los que con su accionar conducen a las grande mayorías por la sendas de libertad.

    José Martí, Apóstol de la independencia, dejó a su pueblo un legado imperecedero, una obra inmortal que traspasa las fronteras de su tiempo, destacada por el intelectual revolucionario cubano Armando Hart al señalar: “Martí forjó en nuestro pueblo una moral política que, no obstante más de cinco décadas de corrupción política, se mantuvo enraizada en lo más profundo de nuestra conciencia social”.¹.

    Las ideas de José Martí, y su monumental obra revolucionaria, perduran en nuestro pueblo y, al decir de Ernesto Che Guevara, están presentes en el accionar de la Revolución cubana, pues “Marti fue el mentor directo de nuestra Revolución”². El líder máximo de nuestro proceso revolucionario destaca “Nuestra patria cuenta… con uno de los más ricos tesoros en toda la extraordinaria obra de José Martí.”³

    Investigar las manifestaciones del patriotismo en el pensamiento y la obra de José Martí es el objetivo que nos anima, al ser motivados por las lecturas desarrolladas en los cuadernos martianos y la prédica de nuestros profesores en sus lecciones de Historia de Cuba.

Desarrollo

    Los valores son propiedades de los objetos y fenómenos, con una significación socialmente positiva para el hombre, permiten satisfacer necesidades. Surgen como resultado de la relación sujeto-objeto a través de la práctica, lo que determina su naturaleza objetiva, están históricamente determinados, son concretos y cambiantes.

    Según recoge el diccionario filosófico, los valores son “propiedades de los objetos materiales y de los fenómenos de la conciencia social, caracterizan el significado de unos y otros para la sociedad, para las clases y para el hombre”.⁴ Similar apreciación sustenta la Comisión Nacional del Partido Comunista de Cuba en el Programa director para el reforzamiento de valores fundamentales en la sociedad cubana actual. Comisión del CC del PCC (2006)

    De tales apreciaciones se desprende la gran importancia que la sociedad confiere a la formación de valores, al desarrollo de la conciencia, pues como expresara el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, “Las ideas son el arma esencial en la lucha de la humanidad por su propia salvación.”⁵

    José Martí, genial conductor de su pueblo, comprendió la importancia de la preparación ideológica de los cubanos para la nueva etapa de lucha. Con su prédica y ejemplo personal utiliza la vía directa a través de la prensa escrita, de la comunicación mediante cartas, la charla, el discurso, la tertulia, para ir avivando el patriotismo en unos, despertándolo en otros, forjándolo en aquellos que por razones del exilio han crecido fuera de Cuba.

    A partir de una exquisita y profunda elaboración teórica de los conceptos patria y patriotismo, José Martí avanza hacia la expresión práctica de los mismos; aporta ideas, actos, hechos, acciones que reflejan la existencia de estos conceptos en el modo de actuación de los cubanos.

    Nacido en 1853, el 28 de enero, en la calle Paula, de La Habana, José Martí constituye un ser extraordinario por su sentido del amor, la solidaridad humana y el patriotismo. Integrante de una familia pobre, tuvo que enfrentar los rigores de una sociedad en la que el colonialismo español impuso un régimen de desigualdad y explotación.

    Fue el hogar de la familia Martí Pérez sitio de carencias materiales, a tal punto que Rafael Maria de Mendive, maestro del niño José Martí, solicita y obtiene de Don Mariano, el padre de su discípulo, la autorización para costear sus estudios. La influencia de este insigne maestro revolucionario fue determinante en su vida.

    Cuando el 10 de octubre de 1868 estalla, en Yara, al Oriente del país, la primera guerra cubana contra el colonialismo español, el joven Martí toma partido a favor de los cubanos. A este hecho dedica un soneto que publica en el periódico manuscrito El Siboney. Corría el año 1869 y el heroísmo de los mambíses despierta la admiración y respeto de José Marti que, pletórico de amor a su patria, destaca:

“De su fuerza y heroica valentía.

Tumbas los campos son, y su grandeza

Degrada y mancha horrible cobardía.

Gracias a Dios, que ¡al fin con entereza

Rompe Cuba el dogal que la oprimía

Y altiva y libre yergue la cabeza!⁶

    Para José Martí, quien solo contaba 16 años de edad, la Patria es lo más sublime, a la que considera la madre de todos; así lo expresa en Abdala, poema dramático que refleja la lucha del pueblo africano de Nubia contra quienes quieren arrebatarle la libertad, en clara alusión a cuál ha de ser la actitud de todo cubano digno frente a sus opresores. En diálogo del joven príncipe con su madre, este manifiesta:

“Cuántos tormentos!... cuán terrible angustia!

Mi madre llora… Nubia me reclama…

Hijo soy… nací nubio… ya no dudo,

Adiós! Yo marcho a defender mi patria!⁷

    El amor a la patria es mucho más que apego al terruño donde se nace: “es el odio invencible a quien la oprime / es el rencor eterno a quien la ataca”⁸

    Es ese amor infinito hacia Cuba quien le guía en su acción. Junto a Fermín Valdés Domínguez firma una carta en la que acusan a un condiscípulo de apostasía por haberse incorporado al Cuerpo de Voluntarios, fuerza retrógrada que se oponía a la libertad de Cuba.

    Fueron procesados y en el juicio José Martí reclama con tal fuerza la autoría de la carta y el derecho de Cuba a su independencia que es condenado a 6 años de presidio.

    Lo envían a realizar trabajos forzados en las canteras de San Lázaro, donde sufre los martirios del presidio hasta ser trasladado, por gestiones de su padre, a Isla de Pinos y finalmente deportado a España hacia donde parte el 15 de enero de 1871.

    En la travesía hacia España escribe El Presidio Político en Cuba, que publica en Madrid ese año; en este trabajo denuncia el infame proceder de las autoridades españolas en Cuba que dan un trato oprobioso a los presos políticos de la Isla, la forma en que son obligados a trabajar; al golpe de látigo y palo se mueven, como sombras, los confinados a prisión sin que las autoridades coloniales tengan en cuenta edad, ni estado físico-mental de los reclusos.

    Nada detiene al joven José Martí en su ardor patriótico y empeño liberador. En 1873 publica en España La Republica española ante la Revolución cubana, escrito en el que exige a los republicanos españoles, que se han sacudido el yugo de la monarquía, sean consecuentes con sus ideales y otorguen a Cuba la independencia; legitimiza el derecho de los cubanos a la libertad y destaca que la Isla no es parte de la patria española, pues: “Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas.”⁹

    En España cursa José Martí estudios superiores, se gradúa de abogado y a finales de 1874 abandona la península; viaja a México, va a reencontrarse con su familia. Su espíritu rebelde lo lleva a enfrentar el caudillismo en América y de 1875 a 1881 vive en México, Guatemala y Venezuela, con ocasionales estancias en Estados Unidos.

    Visita La Habana en 1877 con su segundo nombre y apellido (Julián Pérez) y en 1878 regresa a Cuba para seguir luchando por la libertad de la patria amada. Por sus actividades conspirativas es deportado a España en 1879; después de dos meses de estancia en la metrópoli viaja hacia Nueva York y Caracas para regresar a Estados Unidos en 1881 hasta 1895, período en que se entrega a la preparación de la guerra de 1895.

    La actividad revolucionaria de José Martí se intensifica en esta etapa, se entrevista con los jefes de la pasada guerra, funda clubes revolucionarios, recauda fondos, constituye el Partido Revolucionario Cubano y el periódico Patria; su concepto de patriotismo se traduce en entrega y dedicación cuando dice: “La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se la sirve, pero no se la toma para servirse de ella.”¹⁰

    Esta idea tiene tratamiento y continuidad en su memorable discurso Con todos y para el bien de todos, pronunciado en el Liceo Cubano de Tampa, el 28 de noviembre de 1891.

    A los allí reunidos trasmite su genial concepción de patriotismo al significar: “Para Cuba, que sufre, la primera palabra. De altar se ha de tomar a Cuba para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella.”¹¹

    En su labor de proselitismo entre los emigrados cubanos, y en la medida en que maduran las ideas y el proceso organizativo de la guerra necesaria, José Martí incorpora nuevos elementos al concepto de patria y al valor patriotismo; la define como ara, altar de las ofrendas, pues la patria oprimida demanda de sus hijos el supremo sacrificio: dar la vida por la causa de su libertad.

    El patriotismo en José Martí se enraíza y evoluciona a lo largo de su vida, transita desde el odio y el rencor al opresor, al que la agrede, pasando por la comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, la entrega y el sacrificio hasta considerarla con máxima amplitud, al expresar: “Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer”.¹²

    Para Martí, el amor a la patria entraña desinterés, el abandono de todo afán de lucro al servirla “ha de ser enteramente puro… activo hasta el frenesí, hasta el sacrificio.”¹³

    Estas ideas tienen plena vigencia en el accionar del pueblo cubano, cuyas expresiones se manifiestan en la entrega de lo mejor de sus hijos en la luchas por la independencia de Cuba, en la defensa de la Patria socialista, en el cumplimiento de misiones internacionalistas en América Latina, el Caribe, África y Asia, en el combate de todo un pueblo que labra el presente y construye el futuro.

Conclusiones

• En la vida y obra de José Martí los conceptos patria y patriotismo tienen presencia perenne.

• Patria y patriotismo se enraízan y evolucionan en José Martí a partir de su accionar revolucionario.

• Para José Martí, patria y patriotismo van más allá de la expresión teórica para alcanzar significado práctico en la actividad revolucionaria.

• Nuestro Apóstol desarrolló una labor de formación de valores entre los cubanos amantes de la libertad.

• José Martí reconoce a la patria como ara, humanidad, y al patriotismo: entrega, cumplimiento del deber, sacrificio, rechazo y enfrentamiento al opresor.

• Consecuente con sus ideas en torno a la patria y al patriotismo, José Martí ofrendó su vida por la libertad de Cuba.

Notas

1. Hart, Armando (1975). El Programa del Partido Revolucionario Cubano era un antecedente del programa socialista de nuestra Revolución. Editorial Oriente. Santiago de Cuba. p. 22.

2. Guevara de la Serna, Ernesto (1985). Obras escogidas 1957-1967 en 2 t. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. T. 2, p. 615.

3. Castro, Fidel (1976). Discursos en 2 T. T. 1 Editorial Ciencias Sociales. La Habana. p. 73.

4. Rosental, M. y Ludin, P. (1984). Diccionario Filosófico. Editora Revolucionaria. La Habana. p. 17.

5. Castro, Fidel (2003). Las ideas son el arma esencial en la lucha de la humanidad por su propia salvación. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana. p. 73.

6. Vitier, Cintio (1975). Cuadernos Martianos. I Primaria. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. p. 5.

7. Vitier, Cintio (1975). Op. Cit. p. 20.

8. Vitier, Cintio (1975). Op. Cit. p. 18.

9. Vitier, Cintio (2002). Martí en la Universidad. Cuadernos Martianos IV Universidad. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. p. 24.

10. Martí José (1975). Obras completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. T1, p. 196.

11. -------------- Ob. Cit. p 269.

12. -------------- Ob. Cit. T. 5 p. 468.

13. -------------- Ob. Cit. T. 21 p. 284.

Bibliografía

• Castro Ruz, Fidel (1990) La Historia me absolverá. Edición anotada. Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana.

• Castro Ruz, Fidel (2003). Las ideas son el arma esencial en la lucha de la humanidad por su propia salvación. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana.

• Castro Ruz, Fidel (1976). Discursos en 2 T. T. 1 Editorial Ciencias Sociales. La Habana.

• Díaz Pendás, Horacio (2010). Apuntes martianos para las clases de Historia de Cuba y otras ideas. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.

• Ginoris Quesada, Oscar (2009). Fundamentos didácticos de la Nueva Universidad Cubana. Editorial Félix Varela.

• Guevara de la Serna, Ernesto (1985). Obras escogidas 1957. Guión 1967 en 2t. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. T. 2.

• Hart, Armando (1975). El Programa del Partido Revolucionario Cubano era un antecedente del programa socialista de nuestra Revolución. Editorial Oriente. Santiago de Cuba.

• Martí, José (1975) Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana.

• Partido Comunista de Cuba (2006). Comisión del Programa director para el reforzamiento de valores fundamentales en la sociedad cubana actual.

• Rosental, M. y Ludin, P. (1984). Diccionario Filosófico. Editora Revolucionaria. La Habana.

• Vitier, Cintio (1975). Cuadernos Martianos I. Primaria. Editorial Pueblo y Educación. La Habana

• Vitier, Cintio (1996). Cuadernos Martianos III. Preuniversitario. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.

• Vitier, Cintio (2002). Cuadernos Martianos IV. Universidad. Editorial Pueblo y Educación. La Habana

• Vitier, Cintio (2002). Cuadernos Martianos IV. Universidad. Editorial Pueblo y Educación. La Habana

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