Las tradiciones físicas deportivas cubanas como sello de identidad nacional en la esfera de la Cultura Física |
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Profesor Auxiliar. Licenciado en Educación en la especialidad de Marxismo Leninismo en el Instituto Superior Pedagógico “José de la Luz y Caballero “de Holguín Actualmente profesor principal de la asignatura Historia de Cuba de la Facultad de Cultura Física de Holguín |
Msc. Lic. Esteban Juan Pérez Hernández (Cuba) |
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Resumen El artículo realiza a partir de un proceso de sistematización epistemológica de las fuentes relacionadas con origen, evolución y caracterización de las tradiciones físicas deportivas cubanas y tiene como objetivo ofrecer un sistema de conocimientos que permiten comprender su lugar y papel como expresión de la identidad nacional en la esfera de la Cultura Física. Palabras clave: Tradiciones físicas deportivas cubanas. Identidad nacional. Cultura Física.
Recepción: 24/10/2014 - Aceptación: 30/01/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 202, Marzo de 2015. http://www.efdeportes.com/ |
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Introduccion
Cuba constituye uno de los paises de mayor tradicion fisica deportiva a nivel mundial y esto esta avalado por los triunfos obtenidos en la esfera deportiva a nivel internacional en los útimos cincuenta años de revolución.
Las tradiciones físicas deportivas cubanas son un resultado de la evolución histórica de la Cultura Fisica en Cuba. Su estudio permite obtener un sistema de conocimientos para valorar su papel en la conformacion de la identidad nacional en la esfera de la Cultura Física,aspecto de vital importancia para fortalecer el ideal deportivo nacioanal ante los embates neoliberales del deporte a nivel internacional.
En el estudio epistemológico realizado sobre tradiciones físicas deportivas cubanas, se pudo determinar que su tratamiento se ha realizado como parte de la memoria histórica del deporte cubano por autores como Enríquez (1955), Curujedo (1975), Masjuan (1988), De Castro (1989), Martínez (1991), Llaneras Rodríguez (1996), Reig (2001), Laza, Alfonso (2006), Zamora (2006), Mariño (2007, 2011), Salas (2011) y Pérez (2014) entre otros, que las han abordado como parte de la memoria histórico deportiva, sin delimitar cuando ese hecho se ha convertido en tradición
El presente trabajo trabajo tiene como objetivo identificar dentro de los hechos de la memoria historica de la esfera de la Cultura Fisica en Cuba, cuales constituyen tradición.
Desarrollo
En Cuba el estudio de las tradiciones están estrechamente ligadas a intelectuales como Ortiz, que indagó y profundizó en los procesos de transculturación y formación histórica de la nacionalidad cubana. Introdujo en su obra fundacional el Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1940), el concepto transculturación, considerado por Bronislaw Maniloswski como uno de sus mayores aportes a la antropología cultural. Cabrera (1940), quien publica la primera edición en español de Cuentos negros de Cuba basados en relatos oídos de viva voz sobre las tradiciones del folklore negro como una recreación poética y más recientemente Guanche (1979, 2010), Peppe (1979), Hart (1983), Pogolotti (1995), Fornet (1995), Casaus (1996), Baeza (1996), Flores (1997), Córdova (2000), Vega (2001), Pupo (2003), Monal (2003), Fabelo (2004), Báxter (2007) y Suárez (2005 y 2007), este último con un estudio sobre las tradiciones patrias y su educación que aporta una definición filosófica sobre las tradiciones, define los elementos que permiten identificar cuando un hecho histórico constituye una tradición y ofrece criterios sobre sus potencialidades educativas, que son tomados como referentes en la presente investigación
La sistematización realizada sobre la cultura, las tradiciones y la cultura fisica aporta la base teórica y metodolögica que le permitieron al investigador a partir de una derivación gradual de lo general a lo particular, definir a las tradiciones físicas deportivas como: “Un conjunto de costumbres, hábitos, juegos, celebraciones, fiestas deportivas, conductas, actitudes, normas morales o valores formados históricamente mediante las practicas físicas en las esferas de la Cultura Física, que reflejan, identifican y rigen a los grupos humanos que las practican, en un colectivo, comunidad, localidad, provincia, nación o pueblo; o época determinada, las cuales son transmitidas, conservadas y enriquecidas de generación en generación y determinados por los intereses de clases de dichos grupos”.
Esta definición desde la perspectiva teórica metodológica permite identificar cuando un hecho histórico constituye una tradición física deportiva, clasificarla, caracterizarla e identificar sus funciones.
El análisis teórico realizado permite sintetizar algunas de las funciones generales de las tradiciones físicas deportivas como son: la axiológica, la socializadora, la ideológica,la identitaria y la educativa.
Las tradiciones físicas deportivas cubanas son un resultado de la evolución histórica de la Cultura Fisica en Cuba, su estudio permite obtener un sistema de conocimientos para su utilización en la educación de los estudiantes de la carrera de Cultura Fisica a través del aprovechamiento de las potencialidades que poseen las diferentes esferas del proceso educativo, aspectos que serán abordados a continuación.
En el estudio epistemológico realizado sobre tradiciones físicas deportivas cubanas, se pudo determinar que su tratamiento se ha realizado como parte de la memoria histórica del deporte cubano por autores como Enríquez, (1955), Curujedo, (1975), Masjuan (1988), De Castro (1989), Martínez (1991), Llaneras Rodríguez (1996), Reig Romero (2001), Laza (2003), Alfonso (2006), Zamora (2006), Mariño (2007, 2011), Salas (2011) y Pérez (2014) entre otros, que las han abordado como parte de la memoria histórico deportiva, sin delimitar cuando ese hecho se ha convertido en tradición.
Las tradiciones físicas deportivas cubanas atraviesan por un proceso de endoculturación que se desarrolla en la etapa precolombina, un proceso de transculturación que tiene lugar a apartir de la etapa colonial hasta nuestros días, que transcurre de manera paralela al proceso de aculturación, que se afianza tras el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959, que abrió las puertas para que la actividad fisica y los deportes fueran un derecho del pueblo.
Se consideran pertinentes los criterios de Zamora (2007) para esbozar la génesis de las tradiciones físicas deportivas cubanas, este que en la etapa pre-colombina, los Taínos (agro alfareros) que constituyeron el conjunto humano mas organizado que habitó gran parte del territorio de Cuba y cuyos centros de población más importantes pueden situarse en la región centro-oriental, en las llamadas Lomas de Maniabón región montañosa de la actual provincia de Holguín; en zonas de la costa norte de la provincia de Ciego de Ávila; y en la área sur de la Isla, en la región meridional de la Sierra del Escambray, desde Cienfuegos hasta la desembocadura del río Alabama y en los valles del sistema montañoso de Sagua-Baracoa, en la actual provincia de Guantánamo, donde desarrollaban como parte de su vida cotidiana prácticas físico que pueden ser consideradas una tradición, dentro de ellas encontramos un juego con pelota al cual según referencias de la época, llamaban “Batos”. Este juego se realizaba con una pelota construida de resina vegetal (posiblemente extraída del copey) cocida con raíces de árboles y hierbas. El cacique presenciaba y dirigía el juego desde un sitio preferencial, sentado en un dúos y alrededor de la plaza o campo de juego se concentraban el resto de la comunidad. El área de juego estaba dividida en dos partes, ocupada por cada bando que iba a tomar parte en el Juego, estos bandos eran formados por hombres contra hombres, hombres contra mujeres, mujeres casadas contra mujeres vírgenes posiblemente clanes contra clanes, etc. El objetivo del juego era golpear la pelota y mantenerla en el aire tratando de que no tocara el suelo por lo que se necesitaba de mucha destreza para lograrlo, estos se lanzaban la pelota y esta podía ser golpeada con cualquier parte del cuerpo excepto con las manos, ganaba el punto el bando que lograra mantenerla en el aire el mayor tiempo posible.
Con la conquista de la isla por parte de los españoles se estableció un régimen de relaciones de producción esclavista, y se creó un Estado que velaría por la preservación de los mismos, acorde a sus propios intereses de conquistas y riquezas. El sistema de servidumbre feudal que estipuló España para ser aplicado en las tierras del Nuevo Mundo, planteaba un régimen de “Encomiendas” donde se manifestaba que los indios debían tener posesión de las tierras que trabajasen y de sus instrumentos de trabajo. Conjuntamente tendrían derecho a parte de lo que produjesen con su trabajo y no podrían ser vendidos.
Se comparten los criterios ofrecidos por Reig Romero (2001) sobre el proceso de transculturación de las tradiciones en general y de físico deportivas en particular que ocurren en Cuba a raíz del proceso de conquista y colonización, que según él, son el resultado de la influencia multicultural de la inmigración que participa en el poblamiento de Cuba, y traen consigo sus hábitos, costumbres y tradiciones deportivas, las que con el paso de los años, se integran a la vida cotidiana de la naciente sociedad criolla, al tener en cuenta sus gustos, posibilidades y necesidades espirituales y de clases, estamentos y grupos sociales en cada localidad.
Los españoles no se limitaron a trasladar sus instituciones a Cuba, sino que trasmitieron sus elementos culturales, canciones, bailes y juegos, quedando en el olvido todo un pueblo que no solo desapareció, sino que se llevo consigo un mundo místico plasmado de creencias, ritos y tradiciones.
En los primeros siglos de la Colonia en Cuba se realizaban magnas fiestas con motivos reales y santorales en las cuales además de bailes, banquetes, representaciones teatrales y desfiles, se realizaban juegos populares como competencias de caballos, corridas de toros, entre otras.. Una de las actividades más practicadas de la época eran las corridas de toros, traídas por los españoles, juego que tradicionalmente ha gozado de gran popularidad entre los peninsulares, pero desafortunadamente, a pesar de la fuerza hecha por los gobiernos españoles de la colonia este juego solo se realizó durante este período, pues no gozó de gran popularidad lo que ocasionó que no trascendiera por mucho tiempo.
Sin lugar a dudas durante estos siglos unos de los juego de mayor aceptación dentro de la urbe cubana, fueron las “peleas de gallos”, que se le atribuye a los curros el haber traído a Cuba, además de sus canciones y guitarras, aportaron a nuestra cultura la afición de las peleas de gallos. La primera valla de gallos aparece en Matanzas en el año 1747, y posteriormente fue una de las formas más importantes de recreación del pueblo. Este juego a pesar de que trajo grandes males como las apuestas (lo cual provocaba gran descontento entre sus habitantes), trascendió hasta nuestros días y se convirtió en un emblema de la cultura nacional.
Las clases dominantes del momento disfrutaban de actividades exclusivas como la caza, los juegos de azar (juegos de cartas, ajedrez, y otros), realizaban veladas culturales en las mansiones de las familias más ricas. Igualmente realizaban fiestas de gran esplendor donde disfrutaban de su música junto a sus modales y tradiciones europeas. Además participaban en las corridas de toros y peleas de gallos no solamente por satisfacción, sino también por negocio.
Hacia Cuba emigraron africanos, árabes, asiáticos, franceses, ingleses entre otros. A finales del siglo XIX se incluyeron también estadounidenses. Todos de una forma u otra aportaron su grano de grano de arena a la formación de la nacionalidad cubana: cultura, hábitos, modos alimenticios, práctica de deportes, todo se integra en los cimientos donde la isla y su abigarrado vitral de costumbres: entre ellas, como asidero espiritual y físico, el deporte.
Ejemplo de esto es algunos bailes y juegos típicos traídos por los africanos junto con sus costumbres como la yuka, el maní, el mayombe, el tejo, los bolos la baraja y la quimbumbia que eran juegos acompañado de bailes.
Por esta época, en Europa se comienza a desarrollar la pedagogía y con ella la Educación Física como medio de formación educacional e integral del hombre practicada constantemente. Al mismo tiempo aparecen los primeros Movimientos Nacionales de Educación Física en Francia, Inglaterra, Alemania, Suiza, los cuales tuvieron posteriormente gran influencia en el desarrollo del deporte como práctica sistemática, cosa que no se hacía en estos tiempos, debido a que no se tenia un conocimiento de la importancia de la Educación Física, que se desarrolló con la creación de estos movimientos nacionales europeos. Por estas razones no podríamos hablar de un movimiento deportivo organizado, en Cuba en esos momentos.
Se comparten los criterios de Martínez (2009), de que en el año 1807 la Real Sociedad Patriótica de La Habana a partir del la influencia del Despotismo Ilustrado, realizó gestiones para introducir en el sistema educacional del país, el movimiento de Pestalozzi (destacado pedagogo), que daba una gran importancia a la Educación Física como medio para el desarrollo integral del individuo. En 1808 es enviado a Europa, por la Real Sociedad, el padre Juan Bernardo O’Gaban, procedente de Santiago de Cuba para hacer estudios de los Movimientos Nacionales de Educación Física Europeos, sobre todo el de Francisco Amorós y el de Pestalozzi. Para muchos, O’Gaban es considerado el padre de la Cultura Física en Cuba, pues fue el primero que habló en Cuba de la necesidad de establecer un sistema educacional sobre moldes filosóficos modernos para aquella época, en los cuales jugaba un papel primordial la Educación Física. Esto dio inicio a una nueva era en todo el país donde comienza a introducirse la Educación Física y el deporte en el sistema educacional. Y donde comienzan a surgir instituciones sociales, en las cuales principalmente se van a desarrollar actividades culturales, deportivas y recreativas, además de la creación de gimnasios en La Habana, que posteriormente también se crearon en Matanzas y otras zonas del país.
A partir de los años 20 del siglo XIX, según refiere Mariño (2007: 136) ”…comienzan aparecer en Cuba de manera imperceptible y lenta las primeras manifestaciones del deporte moderno, debido al decreto de 1818 que autorizaba el libre comercio, lo que generó la modernización de las ciudades y el incremento del intercambio cultural, incrementándose la inmigración europea en especial la francesa e italiana, así como el incremento de los viajes desde y hacia los Estados Unidos. Es a partir de aquí que se comienza a practicar nuevos deportes como el béisbol, baloncesto, boxeo, atletismo, remo entre otros, aunque más bien como resultado del esfuerzo de algunas personalidades importantes amantes del deporte que se dieron a la tarea de inicial la práctica de estos en Cuba, además de que se dieron cuenta del negocio rentable que podría resultar el deporte”.
Es necesario tener en cuenta las condiciones políticas de la época pues en el siglo XIX se dieron en Cuba las gestas independentistas que de alguna forma frenaron el desarrollo del deporte pues las condiciones del momento no permitían otra cosa que la lucha armada además de que el gobierno español cerró todos los establecimientos donde se practicaba deporte en esta época pues se alegaba de que los mismos eran lugar para reuniones de conspiradores.
En este momento el gobierno de España intentó perpetuar sus tradiciones, eliminado deportes como el béisbol y las populares peleas de gallos, persistiendo en la práctica de juegos como el Jai Alai, y las corridas de toros, no muy aceptadas por el pueblo. Cuentan historias públicas que el primer desafío de béisbol ocurrió el 27 de abril de 1874, en el estadio Palmar de Junco, en la provincia de Matanzas.
Se comparten los criterios de Alfonso (2007) de que la llegada del béisbol a Cuba en 1866, convirtió su práctica en una de las tradiciones deportivas de mayor aceptación. Sobre esto comenta Reig (2007) que la furia del juego de pelota es tan grande, que en la medida que el juego fue siendo comprendido por el pueblo, los niños abandonaron las bolas de cristal, papalotes y trompos integrándose a los placeres del béisbol, hasta llegar a ocupar un lugar preferente en el mundo lúdico infantil y juvenil de los cubanos. El béisbol logra además en gran medida en los partidos de niños y jóvenes, romper las barreras de la exclusión racial y social al practicarse una democracia no vista en la estructura de la sociedad colonial.
Después del Tratado de París en 1898, Cuba pasa de manos españolas a norteamericanas. En esta etapa se acentuó la formación socio-económica capitalista, aumentando cada vez más las contradicciones productivas y las relaciones de producción, lo que ocasionó que el sistema de enseñanza cubano copiara el molde ideológico capitalista estadounidense. Durante el período neocolonial Cuba era prácticamente una marioneta de los EE.UU. quienes ya para ese tiempo eran considerados una de las principales potencias a nivel mundial. El afán de los gobiernos cubanos de copiar el molde ideológico capitalista de sus tutores y el gran número de extrajeron que entraron en la Isla por intereses económicos, dio lugar a que el Estado se viera obligado a crear nuevas instalaciones educacionales, culturales, deportivas. Esto dio en cierto sentido un “mayor desarrollo” en el país en todas las esferas de la vida. Se crearon nuevas escuelas privadas y públicas, que debían tener un gimnasio con su profesor correspondiente y en las cuales los alumnos debían practicar los ejercicios calisténicos de forma obligatoria. Pero esto se vio frenado por dificultades como la falta de medios, el poco apoyo gubernamental, la falta de comprensión del profesorado (en su mayoría graduados en otras materias).
Debido a la no existencia de un organismo rector en materia de Educación Física, la falta de actualización científica de sus profesores, el egoísmo y otras cualidades propias del hombre capitalista, existían desavenencias, puesto que cada cual quería imponer el sistema conocido. Los criterios más imperantes fueron el sistema sueco, el método natural de Hebert (que tuvo gran auge durante el machadato a raíz de la importancia de esta para la preparación militar), y el sistema creado por Francisco Heider.
El deporte durante este período en la isla era privilegio de las capas más pudientes de la sociedad, y aquellas figuras que descollaban por sus condiciones físicas o aptitudes para determinada disciplinas captadas por clubes y entidades privadas que solventaba, en mayor o menor grado, la preparación de tales aisladas luminarias. El profesionalismo y la comercialización sin tapujos, caracterizaban el panorama deportivo cubano cuatro décadas atrás.
Existían deportistas individualmente, sin embargo, no se puede hablar de que existía un movimiento deportivo masivo por la carencia de atención que los anteriores gobiernos le brindaban a esta esfera de la vida social. El deporte, en aquel entonces, constituía una vía para obtener determinadas posibilidades económicas y hacia allí se dirigían los recursos fundamentales de aquellos que adoptaban el deporte como un sustento en el plano económico. Se concentraba buena parte del desarrollo de los clubes privados y en las áreas de los terratenientes, lo que es decir, en las familias de mayores posibilidades y solvencia, quines brindaban, de alguna manera, el sustento necesario para la práctica deportiva, ya no solo por lo que representaba la posibilidad de participar o competir en una instalación, en su mayoría las mejores: piscinas, campos de tenis, sino porque eran objeto de privilegios bien identificados, de tal manera que si había posibilidades económica, se materializaba cierto desarrollo.
En orden social, por ejemplo, era escasa la atención que se brindaba a la práctica de la Educación Física. Cuba con unos seis millones de habitantes en 1959, apenas disponía de 600 profesores de Educación Física en todo el país de Ellos, una buena parte vinculados a las instalaciones privadas. Unido a esto apenas había un millar de instalaciones deportivas, que propiciaban la práctica del deporte, de las cuales la mayoría eran propiedades privadas.
En 1905 plantea Zamora (2007) algo similar al béisbol ocurrió de manera oficial con el baloncesto, disciplina que se comienza a practicar en 1898 a la sazón de la intervención norteamericana. Así Cuba empezó a forjar sus tradiciones deportivas que la identifican en la arena internacional como uno de los países del tercer mundo de mayor cultura deportiva según criterios de Alfonso (2007), los cuales son compartidos por el investigador de la presente tesis.
Argumenta la propia autora, que el trayecto al olimpo deportivo de un cubano que sembró una tradición nacional se remonta a 1900 durante la segunda edición de los Juegos Olímpicos, efectuados en Paris, Francia, donde el esgrimista Ramón Fonst causó sensación en la disciplina de la espada al obtener la medalla de oro. En aquel entonces la esgrima era conocida por los sobrevivientes de las guerras independentistas, que la utilizaban como arma de ataque y de defensa frente a las huestes intervencionistas españolas, no así como disciplina deportiva. Si alguien la practicaba como disciplina deportiva, se trataba de algún integrante de las capas más pudientes de la sociedad en términos económicos, además de que la práctica de este arte deportiva era símbolo de alcurnia dentro de la sociedad de la época, además de que era un arma muy empleada en lo duelos que se realizaban en la sociedad del momento.
Cuba irrumpe en el olimpismo, en primer lugar por la fuerza y la iniciativa de sus atletas y, en segundo lugar, gracias al esfuerzo, aislado al principio, de un grupo de ciudadanos. El rigor histórico, se observa que en enero del 1923 fue designado el cubano Porfirio Franca y Álvarez de la Campa representante de Cuba en el COI. Tres años después, el trece de agosto de 1926, quedaba constituido de manera provisional el COC, que pasó a ser permanente en el año 1937 y reconocido oficialmente por el COI en 1954, por lo que la participación cubana en los primeros siete Juegos Olímpicos, respondió a esfuerzos propios de los deportistas, como fueron los casos del esgrimista Ramón Fonst y el del popular corredor Félix Carvajal, conocido como El Andarín, entre otros.
De otro lado dicha concurrencia también se debió a gestiones de las organizaciones deportivas con que contaba el país en esos momentos, principalmente la Unión Atlética Amateur de Cuba, que agrupaba mayoritariamente a los principales clubes que eran de carácter exclusivo, no aceptando entre sus miembros a los ciudadanos de la clase humilde y mucho menos a los negros.
Todo condicionó que Cuba en esta época participara solamente en siete Juegos Olímpicos de trece Juegos que se celebraron, teniendo su mejor resultado en San Luis, USA 1904 donde alcanzó el tercer lugar por países, destacándose la actuación del esgrimista Ramón Fonst que obtuvo tres medallas de oro. Fuera de esto el mejor lugar alcanzado por Cuba fue en 1900 que ocupó el lugar doce y en Londres 1948 una plata en Yatching.
A partir del triunfo revolucionario nuevas medallas olímpicas fueron sembrando esta tradición en Cuba como el corredor Enrique Figerola en Tokio (en 1964) y los boxeadores Enrique Regueiferos (63,5 kg) y Rolando Garbey (62 kg) y los relevos de 4x100 metros libres masculino y femenino en México 1968. A partir de 1972, tres púgiles cubanos: Orlando Martínez (54 kg), Emilio Correa (67 kg) y Teófilo Stevenson (más de 81 kg), abrieron el camino dorado a los atletas de la mayor de las Antillas.
Los argumentos anteriores nos permiten aseverar que existe una tradición olímpica cubana, que se fue afianzando a partir con el triunfo de la revolución cubana al instaurarse la práctica masiva del deporte, cosa que no se realizaba dentro de las sociedades colonial y neocolonial donde la práctica deportiva era exclusivista y clasista Señala Zaldívar y Navarro (2012) que la gran cantera del alto rendimiento cubano la constituye los Juegos Escolares Nacionales que se llevan a cabo en la isla desde 1963 y desde hace cinco ediciones tiene carácter internacional. Aquí compiten atletas desde las categorías de ocho a diez años hasta quince a diecisiete. Muchas de las figuras que sobresalen por sus marcas y aptitudes pasan a engrosar las filas del deporte mayor.
El espíritu amateur de los deportistas cubanos que ha sobrepasado las adversidades materiales y tiene una expresión espontánea en la psicología e ideología de nuestros atletas se ha transmitido de generación en generación, constituyendo un rasgo que caracteriza la tradición física deportiva cubana. Al respecto, Fidel Castro (2000: 32) señala: "Nosotros podríamos decir también que somos el único país del mundo de atletas amateurs y no de atletas mercenarios, y eso es lo que le ha ganado un enorme prestigio a nuestro país".
Cuba, constituye un ejemplo sobre todo para los países del llamando Tercer Mundo, e incluso, hasta para algunas naciones desarrolladas, por hacer del deporte desde el triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959: un Derecho del pueblo.
Con el antecedente de tener en 1959 seiscientos profesores de Educación Física y que la mayoría laboraba en instituciones privadas, el 23 de febrero de 1961, luego de varios meses de estudio y consideraciones que desafiaron la importancia de los revolucionarios comprometidos en el empeño como ejecutores principales, se promulgó la llamada Ley del INDER, el instrumento legal que dio cuerpo a una estrategia que demostró categóricamente su objetividad, a una esperanza que es hoy una realidad incontrovertible, se funda bajo las premisas de una escasa fuerza técnica, limitados recursos materiales e instalaciones deportivas, aun el profesionalismo tocaba a las puertas en el país y se promueven grupos de medidas muy revolucionarias como: la eliminación de la comercialización, el profesionalismo y se comienza a sentar las bases para la creación de las primeras escuelas para la formación de técnicos del deporte y a partir de ahí comienza lo que se ha convertido en un ejemplo del desarrollo del movimiento deportivo a escala mundial.
La idea esencial era la de incorporar a las grandes masas del pueblo a la Educación Física, el deporte y la recreación saludable, con el propósito de garantizar, mediante el ejercicio del músculo como complemento de la educación en las aulas, un desarrollo armónico de las nuevas generaciones.
Conclusiones
Las tradiciones físicas deportivas cubanas tienen su génesis en la etapa precolombina siendo su principal expresión el juego de batos que practicaban los Tainos el que fue frustrado en su proceso de endoculturación al ser eliminado sus portadores por los conquistares españoles
Durante el periodo colonial y neocolonial se produce en Cuba un proceso de transculturación que repercute en la esfera de la Cultura Fisica, surgiendo bajo la influencia endógena mediante la aculturación tradiciones físicas deportivas como: las corridas de toros, los guateques campesinos con prácticas deportivas como las corridas de cintas o sortijas, las peleas de gallo, algunos bailes y juegos típicos traídos por los africanos junto como la yuca, el mayombe, el maní, la quimbumbia,la pasión por el béisbol y el ideal olímpico que perdura hoy con los triunfos olímpicos cubanos.
Con el Triunfo de la Revolución Cubana se consolida el proceso de aculturación de las tradiciones físico deportivas al crearse condiciones para convertir al deporte en un derecho del pueblo facilitándose el proceso de socialización de las prácticas deportivas que han permitido el afianzamiento de nuevas tradiciones en esta esfera dentro de las cuales se encuentran: el espíritu amateurista del deporte, el reconocimiento social de las glorias del deporte por el pueblo,el movimiento de activistas voluntarios del deporte, las prácticas deportivas en las zonas montañosas a través de el llamado Plan Montana del INDER, la realización de eventos nacionales y por sectores, la actitud internacionalista de los profesionales del deporte cubano, la formación pedagógica en la enseñanza deportiva cubana, el humanismo deportivo y la masividad en las prácticas físicas deportivas entre otras.
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