La responsabilidad como valor. Consideraciones didácticas para su formación en el proceso docente educativo universitario |
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*Profesor de Economía Política Universidad de Isla de la Juventud “Jesús Montané Oropesa” (Cuba) |
MSc. Anselmo Bandera Comerón* MSc. Yosleidis Lazo Fisch |
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Resumen El artículo es resultado de una investigación relaciona con la formación de valores en los profesionales universitarios, donde la responsabilidad como valor constituye el objeto de este trabajo. En él se expone una concepción filosófica, sociológica, psicológica y compleja del valor. Las consideraciones didáctico-pedagógicas para la formación del valor de la responsabilidad en el contexto de la formación de la profesión universitaria expuestas constituyen una vía alternativa para la formación del valor desde el proceso docente educativo, como respuesta a su contradicción fundamental planteada y a los objetivos propuestos en el proceso educativo, con un enfoque sistémico, con una estrecha relación dialéctica entre cada uno de sus elementos. Palabras clave: Valores. Responsabilidad. Formación de profesionales. Proceso docente educativo.
Recepción: 03/10/2014 - Aceptación: 10/02/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 202, Marzo de 2015. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Los valores, como parte de la cultura de las personas, conformados de acuerdo a las condiciones y particularidades culturales e históricas de cada uno de los pueblos y personas en los distintos espacios, hay que cultivarlos, rectificarlos con el concurso de todos los medios y recursos disponibles, en correspondencia con las nuevas condiciones y demandas existentes para buscar nuevos patrones de sustentabilidad humana en aras de preservar la existencia, la cual se encuentra amenazada de muerte.
Le corresponde a la familia cubana, a las instituciones escolares, la comunidad y a sociedad en general la educación axiológica de la nueva generación como tarea de primer orden. La educación superior cubana tiene la compleja y difícil misión de formar integralmente profesionales de amplio perfil, en los que el resultado final de su formación se manifiestan las mejores cualidades y un sistema de nuevos de valores y modos de actuación responsables, con un carácter más humanista y que hagan de su saber un patrimonio de la sociedad para la transformación del entorno natural y social en beneficio colectivo.
El tratamiento pedagógico y didáctico del proceso de formación del valor responsabilidad constituye un problema complejo, multidisciplinario e interdisciplinario el cual es de gran significación en la formación integral del profesional en el contexto actual. En este proceso se manifiesta el formalismo y una posición un poco totalitaria en algunos docentes, al pretender formar todos los indicadores o rasgo del valor al mismo tiempo, con inadecuadas estrategias didáctico-pedagógicas que no faciliten una mejor dirección del proceso y del cambio deseado y la falta de preparación psico-didáctico-pedagógica en muchos casos para esta labor en la educación superior.
El objetivo de este artículo es exponer algunas consideraciones teóricas y didáctico-pedagógicas para mejorar la formación del valor responsabilidad en la formación de los profesionales universitarios.
Desarrollo
La definición del valor es compleja, es multidimensional y polisemántico, si se tienen en cuenta los diferentes tipos de valor y su estructura en diferentes niveles. Según el Diccionario de la Real Academia, es la cualidad moral que hace falta tener para acometer sin temor grandes empresas.
Los valores son creencias particulares, personales y sociales (…) sobre lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo, son criterios que nos sirven para evaluar y aceptar o rechazar cosas, hechos, normas o conductas. López (1999) define al valor como aquello que es capaz de sacar al hombre de su indiferencia y provocar en él una actitud de estimación, porque contribuye de alguna manera a su realización personal, respondiendo a alguna de sus necesidades vitales, intelectuales, afectivas, estéticas, etc.
Denis (2003) considera a los valores pautas, tracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social.”
La responsabilidad es la “categoría ética y del Derecho”, que refleja una relación social y jurídico-moral específica del sujeto con la sociedad, que se caracteriza por el cumplimiento del deber moral personal y de las normas jurídicas. Expresa la correlación entre capacidad y posibilidad del hombre de intervenir en calidad de sujeto (autor) de sus acciones: cumplir conscientemente determinadas exigencias y tareas que tiene planificadas, realizar una elección moral justa, obtener determinados resultados y responder por sus actos moral y jurídicamente” (Diccionario de filosofía, 1984).
“Es la tendencia de la personalidad a actuar en correspondencia con el sentido del deber ante sí mismo y la sociedad, como necesidad interna, que es fuente de vivencias positivas y se realiza independientemente de la obligación externa, a partir de la comprensión de su necesidad. Implica el compromiso con la calidad en el cumplimiento de las tareas, vencer los obstáculos para llevarlas a sus últimas consecuencias, así como la disposición a responder por sus actos” (Colectivo de Autores del CEPES, 2001).
La responsabilidad profesional está determinada en buena medida por el profesionalismo, que el mismo exprese en su actuación, a partir de sus esfuerzos cognitivos y el uso que haga de la herencia (conocimientos y valores profesionales) intelectual precedente.
La responsabilidad como totalidad concreto-sensible, de lo uno y lo múltiple, una unidad de objetivo-subjetivo, expresado en el sujeto de la responsabilidad expresa un conjunto contrarios se identifican y se relacionan dialécticamente: la obligación moral vs. libertad moral; lo objetivo vs. subjetivo; lo individual vs. social; entre el deber debidamente cumplido y el incumplimiento del deber y entre el ser vs. el deber ser, etc. Estas contradicciones son las fuerzas motrices del desarrollo y formación del valor, cuya solución se resuelve en el contexto de la práctica social y del proceso educativo.
La contradicción la obligación moral vs. la libertad moral en la actuación responsable es rectora en este proceso, desde el punto de vista sociológico, psicológico, filosófico y ético. El problema de la responsabilidad adquiere un carácter histórico concreto y se resuelve en la libertad real que tenga el sujeto en las circunstancias históricas dadas. Los problemas asociados con la libre elección en la actuación responsable, se analizan y se resuelven con la necesidad moral de actuación responsable.
La necesidad moral es la dependencia de la actuación y comportamiento de las personas de las normas y exigencias que rigen en la sociedad, las cuales tiene un carácter obligatorio en su cumplimiento.
(Colectivo de Autores).(…) La libertad moral es el dominio sobre el comportamiento y actuación, que se alcanza por medio del conocimiento y la conciencia por parte de las personas (estudiante y/o profesional) en formación, de la necesidad moral. En la libertad moral se pone de manifiesto la posibilidad del acto de elección, a partir de la necesidad moral (…)”
En la actuación responsable se manifiesta la unidad de lo individual y lo social, que se expresan en determinados derechos y obligaciones. Los derechos son demandas que facultan a una persona para emprender una acción en particular, son su esfera de a autonomía, su libertad de actuación, donde su alcance está limitado por los derechos de otras personas, entendidos estos, como obligaciones ante sí mismo y la sociedad. El deber está vinculado estrechamente a la autoconciencia, la vergüenza, la motivación, etc. Las obligaciones, son las fronteras o los límites que se establecen a la actuación de las personas y que implican emprender acciones específicas, acatar y hacer cumplir la ley (…)” (Ibídem)
La motivación, la valoración y la autovaloración moral son medios fundamentales para la regulación de la conducta del sujeto responsable. “La motivación es el sistema de concepciones del mundo interrelacionadas y subordinadas a los motivos, tiene preferencia a uno u otros valores determinados. La valoración moral permite determinar el valor importante en la conducta del individuo, en su comportamiento y su correspondencia con determinas normas, principio e ideales. La valoración contiene la aprobación y reprobación, refleja la sensación de reconocimiento, de agradecimiento, de admiración, de entusiasmo y de indignación. (Colectivo de Autores)
“La autovaloración moral es individual (…) está unida con el sentimiento del deber y la conciencia del individuo y actúa en cada momento como un instrumento de autocontrol” (Ibídem)
En la responsabilidad se integra lo cognoscitivo y afectivo, la necesidad moral y la libertad moral, en el cumplimiento de cualquier deber como una obligación elegida por el sujeto portador de la responsabilidad. “El sujeto y sus acciones conscientes se incorporan al curso de los acontecimientos, a su determinación, en virtud de que el hombre, gracias a que posee conciencia, puede prever… las consecuencias de sus acciones, se autodetermina en interacción con la realidad…” (Rubinstein, 1957).
La formación de la responsabilidad como proceso complejo, dialéctico y didáctico
Las Teorías Críticas sobre la enseñanza tienen su origen en la Escuela de Frankfurt, en ella, los valores, juicios e intereses de la humanidad son objetos de estudio.
as relaciones que se dan entre los sujetos, independientemente de su conciencia y voluntad, conforman redes y campos de influencia complejas, en las que intervienen múltiples factores. En el proceso de socialización se conforman las necesidades, motivaciones, conocimientos, valores, creencias, habilidades, hábitos, comportamientos, interacciones, conflictos y comportamientos complejos, necesarios para comprender, en su marco de referencia y contexto social.El enfoque de la Teoría Crítica de la educación, considera la enseñanza como una práctica social en circunstancias históricas y sociales específicas, identificándose su calidad por los valores intrínsecos que se desarrollan en la misma actividad, en el valor que adquiere la propia práctica y en esta, l
Sotolongo (2004), Navarrete (2005) y otros, abordan desde sus puntos de vista el papel de la complejidad en la solución de problemas filosóficos, políticos y sociales, los cuales incluyen en la educación de valores en la sociedad. Para Navarrete (2005) ”...en las comunidades donde se desempeñan los sujetos (…) confluyen, en términos de la complejidad, problemas no lineales, de orden y desorden, donde las pequeñas variaciones producen grandes consecuencias que dimanan, (…) de las interacciones internas entre los sujetos y en sus diversas actividades…”. Estos postulados confirman la formación de valores como un proceso complejo perneado por múltiples factores complejos, como resultado de la acción recíproca de miles de actores sociales e influencias positivas y negativas para el sujeto. En este sistema, donde se expresan valores y antivalores, el ambiente puede contener el caos, el desorden y el orden, pero que con métodos científicos se pueden resolver los problemas planteados, donde no se puede prescindir de la dialéctica.
La formación de la responsabilidad como valor en los profesionales universitarios se realiza en el marco de las ciencias didáctico- pedagógicos como un proceso complejo.
“La didáctica es la ciencia que estudia como objeto el proceso docente educativo, dirigido a resolver la problemática que se le plantea a la escuela: la preparación del hombre para la vida, pero de un modo sistémico y eficiente” (Álvarez de Zayas, 1999).
“Es el conjunto sistémico de principios, normas, recursos y procedimientos específicos que todo profesor debe saber aplicar para orientar con seguridad a sus alumnos en el aprendizaje de la materia de los programas, teniendo en cuenta los objetivos educativos de estos” (Didáctica, 1974).
La enseñanza y el aprendizaje son procesos didácticos básicos, orientados hacia un objetivo, vinculados a determinados contenidos que se materializa en el papel conductor del profesor y la autoactividad del alumno, donde “…la fuerza propulsora del proceso de enseñanza es la contradicción entre las tareas teóricas y prácticas, resultados en el transcurso de la clase, por un lado, y el nivel de los conocimientos, la capacidad y el desarrollo mental de los alumnos, por otro. … es la existente entre las nuevas exigencias y la afirmación de que el nivel alcanzado hasta el momento conduce al problema (la solución de las tarea, etc.), que según Vygotski para su solución en la “zona del próximo desarrollo, son necesarios nuevos esfuerzos” (Klingberg, 1972).
El proceso docente educativo, es aquel proceso dirigido de un modo sistémico y eficiente, a la formación de las nuevas generaciones tanto en el plano educativo como desarrollador e instructivo(objetivo) con vista a la solución del problema social: encargo social (problema); mediante la apropiación de la cultura que ha acopiado la humanidad en el desarrollo (contenido); activa y consciente de los estudiantes (método); planificada en el tiempo y observando ciertas estructuras organizativas estudiantiles(formas); con ayuda de cientos objetos (medios), a través de los cuales se obtiene determinadas consecuencias (resultados), cuyo movimiento está determinado por las relaciones causales entre esos componentes y de ellos con la sociedad (leyes, que constituyen su esencia)” (Álvarez de Zayas, 1999).
“En el proceso didáctico de la enseñanza aprendizaje se manifiesta un conjunto de relaciones con un carácter objetivo: objetivo-contenido-métodos (condiciones, resultados); unidad de adquisición de conocimientos-educación ideológica-desarrollo de capacidades; unidad de de la teoría y la práctica, etc. (…). Estas leyes actúan en relación con otras leyes más generales: unidad de la escuela con la vida, con la lucha ideológica de lo trabajadores, el carácter científico de la enseñanza y la unidad de la instrucción y la educación, etc.” (Klingberg, 1972).
En el proceso de enseñanza participan varios e imprescindibles aspectos, entre los cuales deben de estar presente la planificación y otros componentes de estado y operacionales didácticos: los objetivos, contenidos, métodos, medios de enseñanza-aprendizaje y la evaluación del aprendizaje, los cuales los docentes tienen que tener muy en cuenta para el proceso de formación de valores, donde cada uno juega su rol necesario.
El objetivo constituye la categoría rectora del proceso, porque encarna la aspiración social, la necesidad social, el encargo social, manifiesto en el problema. La relación problema-objetivo-objeto (proceso docente educativo-contexto social), forman una triada dialéctica que caracteriza el desenvolvimiento del proceso que se da en la escuela, la cual es parte de la sociedad y desempeña el papel fundamental. En esta triada objetivo-contenido-método, el método (forma y medio), establece la relación dialéctica entre el objetivo y el contenido. Mediante el método se resuelve la contradicción entre el objetivo y el contenido, donde la relación objetivo-contenido se expresa cuando los elementos del contenido y su estructura se constituyen en resultado de su educación a los objetivos.
El método de enseñanza es la vía para desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje, es la estructura del mismo, tanto de las actividades a desarrollar por los estudiantes y el profesor, como por los distintos tipos de comunicaciones que en el mismo se desarrollan.
El contenido y su asimilación a través de la actividad del aprendizaje está mediatizada por la personalidad del grupo en sus relaciones sociales, donde las relaciones contenido-grupo tiene un carácter interno y nunca puede ser algo impuesto, obligatorio, es el resultado de la posición activa del colectivo escolar en esa interacción. Pero la cognición no se reduce solo a la relación que se da en la actividad entre el contenido y el estudiante, también está determinada por la significación social que para el grupo tiene ese contenido en la práctica y las relaciones sociales, lo que constituye la base para el proceso de formación de valores, en estrecha relación dialéctica con los demás componentes del proceso docente donde cada uno juega su rol.
Consideraciones didácticas para la formación del valor responsabilidad
Lo primario a considerar en esta didáctica es estudio y tratamiento del valor desde un enfoque multidisciplinario y multidimensional, son sus rasgos esenciales para su operacionalización, los cuales servirán de guía para su tratamiento. Para este caso se asume el modelo del Colectivo de Autores del CEPES (2001) donde se definen las dimensiones e indicadores.
Cognoscitiva: expresa en el conocimiento que tiene el sujeto del valor.
Cumplimiento de sus deberes, en todas sus actividades y tareas planteadas, como una necesidad personal (conscientemente) (…) Incluye su compromiso con el entorno social; cumplimiento de las tareas con calidad y eficacia: ser exigente consigo mismo (…), vencimiento de obstáculos en el cumplimiento de las tareas y conocimiento de las consecuencias de sus propios actos y ser capaz de responder por ellos.
Valorativo-motivacional: expresa los juicios y argumentaciones relacionadas con las conductas.
a. Tipos de motivos y/o causas de las actuaciones y conductas adoptadas
Motivos internos: argumentaciones intrínsecas al valor como necesidad interna.
Motivos externos: argumentaciones que no están vinculadas directamente con el contenido del valor, las cuales responden a otros factores de orden social (acatamiento de normas) o individual (obtención de aprobación, evitación de castigos u otros beneficios)
b. Enfrentamiento crítico de los comportamientos que se expresan a favor o en contra del valor con implicación afectiva y elaboración personal y c) grado de adecuación de la valoración al valor.
Conductual: comprende la conducta verbal o intención conductual y la conducta real del sujeto.
Expresión verbal de la actuación;
expresión de la actuación real del sujeto (…) con flexibilidad y perseverancia;
autocrítica con relación a la expresión del valor, reconociendo sus limitaciones en el cumplimiento de sus deberes y
tendencia a autoperfeccionamiento como objetivo personal ante sus limitaciones en la responsabilidad, lo que incluye estrategia para lograr ese propósito.
Caracterización del modelo del profesional y las particularidades de su formación
En el proceso de formación del valor de la responsabilidad profesional, se deben considerar las dimensiones: intelectual, la científica, la económica, la tecnológica, la ética, la estética, ecológica y la sociohumanista.
Conformar y aplicar el diagnóstico a todos los actores involucrados en el proceso docente educativo: estudiantes y educadores, como punto de partida para la dirección didáctica de todas y cada una de las actividades que se desarrollan de acuerdo con los objetivos propuestos.
Capacitar todos los actores involucrados en el proceso de formación del profesional a partir de los retos y perspectivas actuales del proceso y ofrecer respuestas efectivas a las demandas de la sociedad actual en la formación de los profesionales. Para ello se debe:
Determinar las vías para satisfacer las necesidades de superación y formas del trabajo metodológico en cada nivel.
Elaborar plan de superación para los profesores y tutores del Colectivo de Año
Estudiar los fundamentos teóricos científicos, filosóficos sociológicos, psicológicos y didácticos del valor de la responsabilidad, determinar su contradicción (interna), sus nexos con las demás y con el contenido y las exigencias de la profesión que se forma en su contexto social.
Estudiar las características de la etapa del proceso de subjetivización del valor en el joven profesional que se forma; el contexto histórico- concreto, la dialéctica de los factores objetivos (medio ambiente en su integridad, modo de vida, familia, comunidad, sociedad, la cultura material y espiritual) y los factores subjetivos psicológicos (motivaciones y necesidades del sujeto).
Asimilar y socializar los resultados alcanzados en las investigaciones y las mejores experiencias en la educación de valores, y finalmente evaluar los resultados de la capacitación a nivel de Colectivo de Año.
Planificar todo el proceso de formación del valor en proceso integral l, desde lo didáctico y lo pedagógico. Para lo cual se debe:
Estudiar el perfil del profesional en todos sus componentes; las particularidades del año objeto de estudio, las fuentes documentales y bibliográficas que permitan el conocimiento de los fundamentos teóricos del proceso docente educativo y del valor objeto de tratamiento. Determinar y precisar los principios, objetivos, métodos, formas, tareas y recursos necesarios para la dirección del proceso en el año académico.
Realizar sesiones de debate y de intercambios basados en la experiencia obtenida en el proceso en su desarrollo.
Elaborar las estrategias didáctico-pedagógicas para el proceso de formación del valor en las diferentes dimensiones. Para los efectos de estas:
De acuerdo con Addine (2004, p. 130 y 131), los docentes deben organizar y planificar esta labor, para la cual:
Diagnosticar el estado actual de sus alumnos y sus potencialidades.
Particularidades del profesor, sus competencias científicas y político-ideológicas.
Dominar los aspectos de la actividad que poseen potencial educativo que pueden satisfacer el deber ser.
Estudiar los documentos rectores del docente metodológico y educativo para la planificación del proceso de dirección didáctica del proceso.
En el modelo de los objetivos: determinar y precisar los objetivos generales instructivos y educativos de la carrera, año, disciplinas y/o asignaturas.
En su formulación, precisar un lenguaje claro, intencional, la acción, el contenido, sus indicadores de medición, así como los valores o el valor a formar.” Los objetivos deben: a) ser comprensibles: claros en su redacción, que el estudiante comprenda el contenido y qué se espera de él, b) viables-alcanzables: lograrse dentro de las restricciones comunes del proceso docente educativo (…), c) medibles: susceptibles a ser valorados (…) y evaluables, etc.”Colectivo de Autores (2003)
El objetivo debe tener: a) acciones (físicas e intelectuales); b) conocimientos, y c) intencionalidad.
En el modelo de los contenidos, analizar sistema teórico-conceptual, de acuerdo a una lógica de aprendizaje profesional. Determinar las potencialidades educativas de los contenidos específicos de la disciplina y las asignaturas para potenciar el valor a formar en la profesión.
Propiciar la participación activa de los estudiantes en la gestión de los conocimientos a través de métodos activos, la reflexión, el espíritu investigativo, la creatividad y el autoaprendizaje.
Asignación de roles diferentes a los estudiantes en la gestión del conocimiento para ir formando en el estudiante niveles de responsabilidad, lo que permite fortalecer la comunicación entre profesor-estudiante y entre los estudiantes, la influencia mutua, desarrollar la crítica, la autocrítica, la autorregulación y la autonomía.
En las tareas docentes y extradocentes, precisar las formas, métodos y procedimientos más adecuados que permitan valorar los resultados obtenidos en la gestión de conocimiento, desarrollo de habilidades y modos de actuación adecuados. Hacer énfasis en las tareas de impacto social.
Utilizar instrumentos que propicien la evaluación integral de las tareas en lo curricular y extracurricular: ejercicios integradores, el diagnóstico, etc., a nivel de asignaturas y de brigada.
Planificar situaciones (casos o dilemas) relacionados con la profesión y buscar las vías de solución (métodos), a partir de los indicadores seleccionados, donde los estudiantes participen en su solución (critica, la autocrítica, el vencimiento de obstáculos, estimular el autoperfeccionamiento, la autorregulación y desarrollar los motivos de estudio y profesionales).
Determinar y estudiar las formas, métodos y procedimientos a aplicar para la integración (vertical y horizontal) y los principales enfoques (multidisciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad).
Revisar el diseño de las asignaturas o disciplinas, la esencia del objeto de estudio, sus regularidades, su aplicación creadora en nuevas situaciones, de modo de lograr la integración de aquellos contenidos que resultan esenciales que tributen a la formación de los modos de actuación responsable en el profesional.
Emplear medios que permitan representarse la realidad más objetivamente, que faciliten el cumplimiento de los objetivos del proceso, que faciliten la discusión y el debate.
Control y evaluación de los resultados de la aplicación de las estrategias para la retroalimentación y ajuste del proceso en todas las dimensiones, a partir del diagnóstico inicial y final de los valores (la responsabilidad) objeto de estudio.
Conclusiones
La formación de valores, en especial el de la responsabilidad en los estudiantes universitarios, es un proceso complejo, dialéctico, pedagógico y didáctico, intencionado y planificado, en el que se integran todos los componentes no humanos y no humanos y las influencias de todos los actores sociales y no sociales de la educación en el logro de los objetivos propuestos.
Encontrar una metodología adecuada para la formación y desarrollo de valores determinados como la responsabilidad constituye un reto, que exige una concepción axiológica verdaderamente científica, con estrategias didáctico-pedagógicas bien estructuradas sobre la base de los fundamentos de un enfoque sistémico, como alternativas para perfeccionar la actuación responsable en el desempeño estudiantil y profesional del profesional universitario en formación en el contexto de las transformaciones actuales.
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