Formación humanista y cultura
física Humanistic education and physical culture in Jean Henric Pestalozzi’s pedagogy |
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Doctor en Ciencias de la Cultura Física. Máster en Actividad Física en la Comunidad |
Reynier Rodríguez González reynierrodriguezgonzalez@gmail.com (Cuba) |
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Resumen El objetivo de este estudio es valorar la obra pedagógica de Pestalozzi relacionada con la formación humanista y la cultura física. Pestalozzi es uno de los más connotados pedagogos humanistas de la segunda mitad del siglo XVIII y todo el siglo XIX. Su obra intelectual constituye una importante contribución a la pedagogía humanista al defender el principio de la coeducación de varones y hembras, y concebir una educación que respetara y enalteciera el desarrollo libre y armonioso de las personas. Su aporte a la Cultura Física es su concepción de la Educación Física como un elemento importante para el desarrollo integral del ser humano. Además, influyó en la conformación de la educación física como disciplina con base científica. Palabras clave: Jean Henric Pestalozzi. Pedagogía. Cultura Física.
Abstract The objective of this study is to assess Pestalozzi’s pedagogical work related to humanist education and physical culture. Pestalozzi is one of the most outstanding humanist pedagogists from the second half of the 18th century and the 19th century. His intellectual has greatly contributed to humanist pedagogy through the coeducation of boys and girls, as well as his conception of an education which recognizes and highlights the free and harmonious development of all persons. His contribution to physical culture is on his conception of Physical Education as an important element for the integral development of the human being. Besides, his influence on this discipline has helped to settle its scientific foundations. Unitermos: Jean Henric Pestalozzi. Pedagogy. Physical Culture.
Recepción: 03/12/2014 - Aceptación: 18/02/2015
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 202, Marzo de 2015. http://www.efdeportes.com/ |
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La reforma religiosa llevado a cabo por Martín Lutero (1483-1546) contribuyó notablemente a la formación del pensamiento moderno. La concepción sobre la pedagogía cambió decisivamente con la reforma protestante al concebirse por vez primera de forma precisa una educación universal sustentada en la necesidad de formar al cristiano para leer la Biblia, lo cual implicaba una reestructuración de todas las instituciones educativas de la época. La reforma protestante se vinculó con algunas posturas ideológicas humanístico-renacentistas; sin embargo, se distanció de otras consideradas inaceptables. Lo anterior es de suma importancia para entender ese fenómeno histórico en su compleja realidad.
Con la reforma protestante se inicia la fundación de las primeras escuelas públicas, gratuitas y obligatorias. En este sentido, el teólogo francés Juan Calvino (1509 – 1564) fue uno de los reformadores más notables de la religión y la educación. En Ginebra se impuso la obligación y la gratuidad de la enseñanza en 1536, y Calvino, transfirió sus enseñanzas educativas y no pocos de los métodos a las instituciones pedagógicas suizas, en especial al Collège de la Rive, fundado y dirigido personalmente por él.
Tanto Calvino como otros grandes pensadores de la época hicieron que Suiza se convirtiera en una de las naciones de mayor influencia en la pedagogía europea e internacional. La excelencia académica de sus universidades las ha convertido en centros de referencia no solo para Europa sino para el resto del mundo. Entre ellos, cabe mencionar las universidades de Basilea (instituida en 1460), Lausana (1537), Ginebra (1599), Zurich (1833) y el Instituto Federal de Tecnología de Zurich (1855).
La pedagogía moderna tiene un alto exponente en Jean Henric Pestalozzi (1746 – 1827) como reformador de la educación. Nació en Zurich y allí estudió en la Universidad. Comenzó una reforma pedagógica de gran trascendencia y repercusión posterior. Es uno de los más connotados pedagogos humanistas de la segunda mitad del siglo XVIII y el siglo XIX.
Con el apoyo del gobierno suizo fundó escuelas experimentales en Stanz (1798), una escuela para huérfanos, otra en Burgdorf (1799) y una escuela normal en Yverdon (1805) para la formación de maestros. Este centro despertó sobremanera el interés de diferentes pedagogos al ser un medio de experimentación empírica y concretar, a la vez, un ideal de formación pedagógica: era instituto de enseñanza para estudiantes de ambos sexos (principio de la coeducación) e “instituto normal” para la formación de profesores. En este instituto instauró novedosas concepciones relacionadas con la profesionalización docente y lo orientó hacia la adquisición de conocimientos según las características psicológicas de la actividad educativa. En este sentido, reveló la importancia de conocer mejor a los estudiantes adaptando la enseñanza en correspondencia con sus características generales, lo cual lo convierte en uno de los líderes indiscutibles del movimiento pedagógico sustentado en las investigaciones psicológicas.
En este centro, Pestalozzi inculcó “la teoría de que la educación ha de interesarse en el ‘desarrollo del niño desde dentro, en lugar de tratar de imponerle los modos adultos desde fuera’. Revolucionó los programas escolares, especialmente en lo referente a la Geografía, la Aritmética y el Lenguaje oral…” (Gran Enciclopedia del Mundo. Volumen 15, 1975, pág. 136).
La pedagogía moderna es deudora de su pensamiento en los programas escolares de Educación Física, insertándose en el proceso de la educación integral. En este sentido, Pestalozzi, expuso que “La Educación Física no puede separarse de la educación general” (Chacón, 2009, pág. 100). Su biógrafo Natorp (1931, pág. 175) escribió sobre su Gimnasia: “… no persigue un virtuosismo en ciertas habilidades corporales aisladas (…) sino que tiende a un desarrollo total…” Su objetivo principal era que el ejercicio estuviera en función de la educación integral y no en la especialización motriz.
En lo referente a los métodos de enseñanza “…popularizó el uso de objetos corrientes con fines educativos, como medio de facilitar la comprensión de las correspondientes charlas científicas elementales y, en fin, sustituyó los viejos métodos deductivos de la enseñanza por los inductivos, que se dirigían de lo conocido a lo desconocido” (Gran Enciclopedia del Mundo. Volumen 15, 1975, pág. 136). Utilizaba tablillas con letras para la enseñanza de las matemáticas, las que también servían para aprender el abecedario. Empleó el dibujo en función del desarrollo de cualidades intelectuales. Aplicó el método analítico en la enseñanza del lenguaje a partir del tránsito del sonido a la palabra y luego de la palabra a la frase.
Se destacó por su actividad pedagógica, como director de escuela y por su programa educativo, o sea, “(…) paseos por el campo, ejercicios de equilibrio, trepar, saltar, etc., todos de forma gradual y progresiva, (…) por su utopía y acercamiento al pueblo” (Salas, 2009, págs. 500-501)
El análisis etimológico del término educación ofrece dos acepciones coexistentes como modelos conceptuales básicos desde la antigüedad: educare y educere. La concepción de la educación de Pestalozzi se relaciona con la etimología latina educere (hacer salir o sacar hacia fuera), por lo que la concibe como desarrollo, no así Juan Federico Herbart (1776-1841), quien se adscribe a la primera etimología, educare, más relacionada con la transmisión de la cultura. La acepción asumida por Pestalozzi es como un intento por descubrir lo que todo hombre lleva dentro, estrechamente asociado al hecho de revelar las potencialidades de los estudiantes.
Pestalozzi profundizó en el tema de la educación inicial al establecer los fundamentos teóricos de la importancia de no descuidar este período pedagógico. Institucionalizó espacios para responder a las necesidades educativas de los niños en edad preescolar. Aunque, muchos autores actuales han escrito sobre la importancia del juego para la enseñanza y el aprendizaje, Pestalozzi lo propuso como un verdadero medio para lograr un proceso educativo despojado del autoritarismo y más centrado en el humanismo pedagógico que privilegia al ser humano en el aprendizaje.
En sus obras se pueden constatar influencias notables de Basedow (1723-1790) y de Juan Jacobo Rousseau (1712–1778). Cuando leyó de este último sus obras el Contrato Social y Emilio, decidió consagrarse por entero a la educación, y puso este legado en práctica por medio del método activo de la enseñanza.
Son numerosos los maestros extranjeros que apelaron a sus enseñanzas para la preparación docente. Posteriormente, dieron a conocer sus teorías en Francia, Alemania, Inglaterra y Norteamérica. El famoso pedagogo Marc-Antoine Julián (1775 – 1848) no solo estudió y promovió la obra pestalozziana, sino también sostuvo una correspondencia constante con él y lo eligió para la formación de sus hijos. También se crearon instituciones educativas inspiradas en sus concepciones, como el Real Instituto Militar Pestalociano de Madrid, (1806-1808), que contó con la labor pedagógica de Francisco Amorós y Ondeano.
En relación con la recreación física, son importantes sus consideraciones sobre el significado del tiempo libre, al subrayar su valor en sí y su valor como forma de regeneración de las fuerzas físicas perdidas en la jornada laboral.
Es importante señalar la llamada enseñanza objetiva, fundamentada “…en el adiestramiento manual tanto como en el mental y en el desarrollo de los poderes de observación y razonamiento, (…) la base de acción de las modernas escuelas primarias. El ejemplo de sus escuelas felices ayudó a terminar con la ruda y a veces cruel disciplina que hasta finales el siglo XIX prevaleciera en la generalidad de las escuelas” (Gran Enciclopedia del Mundo. Volumen 15, 1975, pág. 136).
La educación moral también ocupó un lugar significativo en su obra intelectual. Con respecto al desarrollo armónico de la relación entre el bien y los avances del conocimiento, Pestalozzi expresó: “Puede muy bien una época haber hecho progresos gigantescos en el conocimiento de la verdad, y encontrarse, sin embargo, muy atrasada en la práctica del bien” (Vázquez, 1991, pág. 337).
Entre sus obras cabe mencionar: Sobre la educación del joven rural pobre (1777), Las veladas de un solitario (1780), Las tardes de un ermitaño (1780), Leonardo y Gertrudis (4 vol., 1781-1785), Mis investigaciones sobre el proceso de la naturaleza en la evolución del género humano (1797), Cómo enseña Gertrudis a sus hijos (1801).
La obra intelectual de Pestalozzi es una contribución importante a la pedagogía humanista, al defender el principio de la coeducación de varones y hembras, y concebir una educación que respetara y enalteciera el desarrollo libre y armonioso de las personas. Su aporte a la cultura física es su concepción de la Educación Física como un elemento importante para el desarrollo integral del ser humano. Además, influyó en la conformación de la educación física como disciplina con bases científicas.
Es loable señalar, por su alta significación, el epitafio en su tumba: “Salvador de los pobres, predicador del pueblo, fundador de la escuela primaria, educador de la humanidad. Hombre, cristiano, ciudadano, todo para los demás, para sí nada” (Romero, 1997, pág. 392). Su vida al servicio de la educación se resume con la palabra amor, esto queda expresado en una de sus frases: “Es el amor el que lo ha hecho todo”, citado en Psicología y Pedagogía (1979, pág. 30).
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