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Prevención del entrenamiento, la actividad física y salud: 

variables a considerar antes de realizar la actividad

 

*Doctor en Ciencias de la Educación

Licenciado en Pedagogía. Maestro Especialista en Educación Física

Profesor Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Universidad Pontificia de Salamanca

**Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Licenciado en Comunicación Audiovisual

Maestro Especialista en Educación Física, inglés y PT

Dr. Salvador Pérez Muñoz*

sperezmu@upsa.es

Rafael Domínguez Muñoz**

rafidominguez7@gmail.com

(España)

 

 

 

 

Resumen

          La actividad física y deportiva para que sea saludable debe cumplir una serie de objetivos previos para evitar lesiones y posibles accidentes. Para ello en el presente artículo se explica lo que es un accidente y las variables que hay que controlar para que la actividad física y deportiva sea segura, como: estado general de salud, el nivel de capacidad física, Calor, frío, humedad y ropa y por último, el aspecto de la contaminación del aire, como factor limitante.

          Palabras clave: Entrenamiento. Actividad física. Salud. Prevención.

 

Recepción: 08/12/2014 - Aceptación: 19/01/2015

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 201, Febrero de 2015. http://www.efdeportes.com/

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1.     Introducción

    Sufrir una lesión o accidente o ser responsable de ello, se multiplica por el simple hecho de realizar una actividad física, y esto ¿por qué?, porque “el aumento de las exigencias de los aparatos y sistemas orgánicos, el hecho de interactuar con el entorno a veces no apropiado y cambiante en bastantes actividades, la presencia de diversos estímulos y la imposibilidad de ejercer un control de todos ellos, menor tiempo para analizar las situaciones y responder a las mismas, etc., son situaciones que van a caracterizar en mayor o menor medida a las clases de Educación Física” (López, 2009).

    Comenzar a realizar una práctica física habitual y frecuente no supone ningún problema para la mayoría de las personas. Sin embargo, lo más lógico y necesario es conocer el estado general de salud y el nivel de capacidad física antes de implicarnos en una sesión o programa de actividad física. Para ello trataremos los momentos previos a la actividad física, como elementos claves para evitar tanto las lesiones como una mala praxis.

2.     Estado general de salud

    Conocer el estado de salud de una persona es uno de los aspectos más importantes para la práctica de una actividad físico – deportivo. Para ello, tenemos que realizar un examen previo del estado general de salud de los alumnos/as para poder conocer como son y como están antes de comenzar la práctica, para utilizar esos datos de forma preventiva sabiendo que es lo que podemos realizar.

    Otra forma es mediante un cuestionario individual para ver si una persona necesita o no un examen médico previo, mediante la aplicación de dicho cuestionario, como por ejemplo el Cuestionario personal de preparación para la actividad física, PAR-Q. De esta manera, señala Devís (2000) que “aquéllas que no identifiquen ningún problema médico al contestar el cuestionario ni tengan motivos de duda sobre su salud, es decir, la mayoría, podrán acceder a la sesión o programa de ejercicio directamente. En cambio, las que identifiquen algún síntoma asociado a alguna enfermedad o factor de riesgo (hipertensión, diabetes mellitus, altos niveles de colesterol, tabaquismo o un historial familiar de enfermedad coronaria) se les recomienda un examen médico previo”.

    Por lo tanto lo primero que debemos hacer para evitar accidentes, problemas, lesiones… y prevenir dichos problemas en la actividad física es realizar un examen previo, que lo aconsejable es que lo realice un médico, o por lo menos realizar el cuestionario anterior para, por lo menos, tener alguna referencia general de las personas.

3.     Capacidad física

    Aparte del nivel general de salud, otro de los aspectos es conocer el nivel de capacidad física que presenta cada una de las personas que van a poner en práctica un programa de actividad física o una sesión.

    Para ello, aparte de lo anterior, sería ideal que se les sometiera a una serie de test físicos, con los que nos permitiría conocer la capacidad física de las personas. En este sentido no es menos cierto que lo normal es que cualquier persona, que se honesta, sepa de sus problemas generales de salud y los que le pueden llegar a limitar en la práctica deportiva, ahora bien otra cosa es que los quiera decir.

    En este aspecto y para ampliar la información Devís (2000) nos propone otro “cuestionario de evaluación de la condición física para la salud”, sobre la capacidad física necesaria para la vida cotidiana.

    Según Devís (2000), afirmación con la que no estamos del todo de acuerdo pero si la reseñamos al considerarla relevante, “para las personas aparentemente sanas, es decir, las que no poseen enfermedades y ninguno de los grandes factores de riesgo, la realización de test físicos para conocer la máxima capacidad resulta injustificada”. Si bien, también lo explica basándose en un informe conjunto del Colegio Americano de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón, realizado en 1986, donde afirman que “los test físicos se consideran de escaso valor, inapropiados o contraindicados para este tipo de personas”.

    En este sentido y como se ha reseñado anteriormente, pese a que se les lleva a un nivel máximo o submáximo, los datos que nos va a aportar van a ser lo suficientemente relevantes para la salud y los posibles aspectos o incidencias negativas que ya de por sí justificarían su utilización como medida preventiva, si sé los límites, sé lo que puede hacer y hasta dónde puede llegar.

4.     Calor, frío, humedad y ropa

    Este es quizás uno de los parámetros, que si bien en la mayoría de los casos es tenida en cuenta, muchas veces se pasa de lado o no son tenidos en cuenta a la hora de realizar una actividad física, ejercicio o sesión.

    De esta manera “en ambientes con altas temperaturas, el sistema de termorregulación corporal provoca la vasodilatación periférica y el sudor para contrarrestar el calor, especialmente cuando se realiza ejercicio físico. Pero si existe mucha humedad y el sudor no se evapora se produce un aumento alarmante de la temperatura corporal y se corre peligro de deshidratación” (Devís, 2000).

    Lógicamente, en condiciones de calor elevado y alta humedad, se aconseja la práctica del ejercicio físico en los momentos de menor calor y humedad, ya que ambos factores van a ser limitantes y en función de la actividad, contrarios a la salud, así como una adecuada hidratación para evitar los efectos adversos (por ejemplo, un vaso de agua cada 15 minutos) y después de la práctica aunque no se tenga sed. También, es adecuado el uso de la ropa correcta para dicha práctica como es vestir ropa amplia y de colores claros para reflejar el calor y facilitar la evaporación del sudor.

    En el caso de la ropa o vestimenta a utilizar, incluido el calzado tenemos que tener en cuenta una serie de aspectos que son importantes como son:

  • Evite rozaduras.

  • Evite el exceso de sudoración.

  • Evita la incomodidad.

  • Evite lesiones por limitación.

  • Tener en cuenta la temperatura:

    • Calor = ropa que transpire.

    • Frío = Multicapa, muchas capas finas, que mantienen mejor la temperatura corporal, mejor que pocas y muy gruesas.

    Mientras que en condiciones ambientales de bajas temperaturas y frío, el sistema de termorregulación provoca la vasoconstricción periférica y el tirite para mantener o producir el calor. Si además el frío se acompaña de viento fuerte, la pérdida de calor es especialmente acusada. Por ello, si hay que realizar actividad física se recomienda que sea en los momentos del día que mayor temperatura haya y a ser posible que no haga viento. Para protegernos en estas condiciones lo aconsejable es el uso del efecto multicapa, es decir, mucha ropa fina que nos va a permitir mantener mejor la temperatura corporal, así como un efecto aislante. Además, no debemos olvidarnos de cubrir las partes de nuestro cuerpo que más calor eliminan como son la cabeza y las manos.

    En el caso del calzado, muchas veces olvidado y denostado, es importante considerar una serie de recomendaciones para la práctica, que debe ser: agradable, seguro, específico, propio y adaptado.

5.     Contaminación del aire

    Este es otro factor a controlar, sobre todo en las grandes ciudades o en zonas cercanas a factorías, zonas industriales… que puedan llevar a que el aire inspirado pueda estar más contaminado de lo normal.

    Así en un ambienta contaminado, por el aire, provoca un aumento de los efectos biológicos diferentes a los que serían en condiciones consideradas “normales”. Nos encontramos con efectos como los siguientes:

  1. Irritación de las vías respiratorias.

  2. Dolencias crónicas como:

    1. Asma.

    2. Bronquitis.

    3. Alergias.

    Por ello Devís (2000) nos recomienda lo siguiente:

  1. Evitar la actividad próxima a zonas industriales o túneles de la ciudad.

  2. Exigir de los poderes públicos que tomen medidas para mejorar las condiciones del aire que respiramos, así como facilitar zonas de práctica física más segura a los ciudadanos y ciudadanas.

    En resumen antes de poner en práctica un programa o de ponernos a realizar una actividad física hay una serie de parámetros que tenemos que controlar para que sea más segura y sirva de factor preventivo, entre ellos:

  • Conocer el estado de salud general que tenemos previo.

  • Qué nivel de capacidad física tenemos.

  • Condiciones relacionadas con la temperatura: Calor, frío y humedad.

  • Contaminación.

Bibliografía

  • BARCALA, R. J. y GARCÍA, J. L. La prevención de accidentes en la actividad física y deportiva. Recomendaciones para la organización didáctica de la educación física escolar. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 11. N° 97. Junio de 2006. http://www.efdeportes.com/efd97/accident.htm

  • DEVÍS, J. Actividad física, deporte y salud. Barcelona. INDE. 2000.

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  • LÓPEZ, P. A. (Coord.) Aspectos preventivos en la práctica de la educación física. Murcia. Universidad de Murcia. 2009. En http://hdl.hadle.net/10201/5153 (consultado el día 1-12-2013).

  • MARCOS BECERRO, J.F. Ejercicio, forma física y salud. Fuerza, resistencia y flexibilidad. Eurobook, Madrid. 1994.

  • MARÍN, D. Prevención de accidentes y lesiones deportivas en la clase de educación física. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 13, Nº 130, Marzo de 2009. http://www.efdeportes.com/efd130/prevencion-de-accidentes-y-lesiones-deportivas-en-la-clase-de-educacion-fisica.htm

  • MCGEORGE, S. La seguridad como factor de salud en las clases de educación física. En DEVÍS, J. Y PEIRÓ, C. Nuevas perspectivas curriculares en educación física: la salud y los juegos modificados. Barcelona. INDE. 1992.

  • PEIRÓ, C. Nuevas perspectivas curriculares en educación física: la salud y los juegos modificados. Barcelona. INDE. 1992.

  • SÁNCHEZ, F. La actividad física orientada hacia la salud. Madrid. Biblioteca Nueva. 1996.

  • TORRE, E.; CÁRDENAS, D.; GIRELA, M.J. Los hábitos deportivos extraescolares y su interrelación con el área de Educación Física en el alumnado de bachillerato. En Motricidad, 3, 109-129, 1997.

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