Consideraciones generales para el licenciado de cultura física terapéutica que atiende a los pacientes con infarto agudo de miocardio |
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Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte “Manuel Fajardo”, La Habana (Cuba) |
Lic. Mario Andrew Charles Christopher Dra.C. Edita Madelin Aguilar Rodríguez Dr.C. José Monteagudo Soler |
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Resumen Un infarto agudo de miocardio (IMA), se denomina a la necrosis isquémica de un órgano o músculo, generalmente por obstrucción de las arterias que lo irrigan, ya sea por elementos dentro de la luz del vaso. El miocardio es el tejido muscular del corazón y músculo encargado de bombear la sangre por el sistema circulatorio mediante contracción y contiene una red abundante de capilares indispensables para cubrir sus necesidades energéticas; es un músculo auto excitable. Según el Instituto Nacional de Corazón y Pulmones, el ataque del miocardio es una de las principales causas de la muerte en los Estados Unidos. También es observado que cada año, cerca de 1.1 millones de personas sufren de un ataque cardíaco y casi la mitad de ellas se muere; es decir, que muchas personas se podrían recuperar de un ataque cardíaco si recibieran ayuda más pronto, además es evidente a través de los estudios realizados que las personas que mueren de un ataque cardíaco, aproximadamente la mitad fallece en la hora siguiente a la aparición de los primeros síntomas y antes de llegar al hospital. Afortunadamente, en la actualidad existen carreras como la cultura física terapéutica para combatir profilácticamente y terapéuticamente las secuelas de ataque cardíaco y otras enfermedades no transmisibles, con el fin de salvar vidas y prevenir discapacidades. Palabras clave: Infarto agudo de miocardio. Cultura Física Terapéutica.
Recepción: 27/06/2014 – Aceptación: 12/09/2014.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 199, Diciembre de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
La Cultura Física Terapéutica (CFT), es una carrera de vital importancia dentro el ámbito de Cultura Física y la Salud, ella consiste en la aplicación de ejercicios con objetivos profilácticos, terapéuticos y medicinales para lograr un restablecimiento de la salud de alta calidad, concentrándose en la capacidad de trabajo y la prevención de las consecuencias de los procesos patológicos.
Es importante conocer que ella forma una parte obligatoria en el tratamiento médico en todas las enfermedades no transmisibles favoreciendo el fortalecimiento de la dirección profiláctica y terapéutica de la medicina.
Debido a este planteamiento, surgió la necesidad de profundizar una de aquellas enfermedades no transmisibles (infarto agudo de miocardio) con fundamentación esenciales que pueda ayudar los estudiantes que cursan la carrera de cultura física terapéutica.
La mayoría de los ataques cardíacos se presentan como resultado de una afección llamada, “enfermedad coronaria” (también llamada enfermedad de las arterias coronarias o cardiopatía coronaria); es un material graso llamado placa que se acumula durante muchos años en las paredes internas de las arterias coronarias, arterias que suministran sangre y oxígeno al corazón, por eso con el tiempo, una zona de la placa se puede romper formándose un coágulo de sangre sobre la superficie de la placa. Si el coágulo crece lo suficiente, puede bloquear parte o en su totalidad el flujo de sangre rica en oxígeno que llega a la parte del músculo cardíaco alimentada por esa arteria.
En el caso que no se haga rápidamente un tratamiento para el bloqueo de la arteria coronaria, el músculo cardíaco comenzará a morir y será reemplazado por una cicatriz causando problemas graves de larga duración como ataques cardíacos, la insuficiencia cardíaca y las arritmias (latidos irregulares) que pueden causar la muerte. La insuficiencia cardíaca es una enfermedad en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre por el cuerpo y la fibrilación ventricular es una arritmia grave que puede causar la muerte si el paciente no recibe tratamiento rápidamente.
La detección y diagnóstico de un infarto agudo de miocardio
Para detectar la enfermedad es necesario tener conocimiento de sus signos y síntomas; el signo es un hallazgo objetivo percibido por un examinador y el síntoma, una indicación subjetiva de una enfermedad o de cambio en la enfermedad según percepción del paciente. Por lo tanto un paciente con dicha enfermedad se presenta con los siguientes signos y síntomas: molestias o dolor en el pecho (angina de pecho) provocado por la presión que causa incomodidad, opresión, sensación de llenura que duran varios minutos o desaparecen y vuelven a aparecer. (Alfonso, 2008)
A veces el dolor de un ataque cardíaco puede parecerse a la indigestión o a la acidez estomacal y generalmente aparece en el reposo durando más de 30 minutos, sin alivio con el uso de fármacos como la nitroglicerina. Este dolor puede ser epigástrico, en la pared anterior del tórax de forma no intensa o intensa, provocando la dificultad respiratoria, vómitos, náuseas, sudoración profusa, sensación de muerte inminente, insuficiencia cardíaca, palidez, mareo, arritmia y tensión arterial elevada o disminuida que puede llegar al shock.
Además conlleva una depresión psicológica, una pérdida de conocimiento debido a una inadecuada perfusión cerebral, un shock cardiogénico y muerte súbita por zonas extensas de necrosis o arritmias, ruptura cardíaca y bloqueo aurículo-ventriculares súbitos.
Las mujeres tienden a experimentar signos y síntomas marcadamente distintos que los hombres, sus signos y síntomas más comunes son la disnea, debilidad, fatiga e incluso somnolencia, los cuales se manifiestan hasta un mes previo a la aparición clínica del infarto isquémico; en ellas, el dolor del pecho puede ser menos predictivo que en los hombres de una isquemia coronaria. Además en el caso de que el paciente sea drogadicto o diabético y después de un trasplante de corazón, por las diferencias en el umbral del dolor, puede aparecer sin síntomas.
Al investigar la etiología de cualquier enfermedad es importante realizar un diagnóstico que favorezca la identificación de un proceso o enfermedad mediante la evaluación específica de signos clínicos, síntomas, anamnesis, pruebas del laboratorio y técnicas especiales. Este se basa en varios aspectos fundamentales, tales como los datos clínicos (la anamnesis, el examen físico), la evaluación electrocardiográfica de necrosis reciente, pruebas de laboratorio (sangre, orina), angiografía coronaria, técnicas de imagen (Ecocardiograma, Resonancia magnética “RMN”) y la radiografía. (Popov, 1988)
Es recomendable realizar este procedimiento lo más pronto posible para evitar complicaciones, dar tratamiento adecuado al paciente y de hecho este diagnóstico permite juzgar mejor qué es lo que está pasando.
Clasificación del infarto agudo de miocardio
Esta enfermedad puede ser clasificada atendiendo al tamaño, la localización y la topografía. (Sosa, 2010)
Según el tamaño, el infarto agudo de miocardio puede ser considerado como macroscópico, cuando la necrosis está focalizada, pequeño, cuando está afectado menos del 10% del ventrículo izquierdo, medio, cuando está afectado entre el 20% y el 30% del ventrículo izquierdo y grande, cuando está afectado más del 30% del ventrículo izquierdo.
Según la localización de la zona necrosada el infarto puede ser anterior, lateral, inferior, posterior, anteroseptal, pudiendo estar afectada más de una zona.
Según la topografía, se logra localizar el infarto agudo de miocardio, dependiendo del vaso que está obstruido dado que cada vaso irriga una zona determinada del corazón y por la obstrucción de cada vaso la necrosis va a ocurrir en la zona de irrigación aunque este proceso no ocurre así siempre por el vaso espasmo de los vasos sanguíneos.
Según Killip y Kimbell (1967) citado por Sosa (2010), el grado de complicación, el infarto agudo de miocardio puede ser clasificadas en cuatro clases;
Clase 1 |
Infarto no complicado. Sin evidencia de fallo de bomba, sin signos de congestión pulmonar o venosa. |
Clase 2 |
Insuficiencia cardíaca moderada: ruidos en bases pulmonares, taquicardia. |
Clase 3 |
Insuficiencia cardíaca grave con edema agudo del pulmón. |
Clase 4 |
Shock cardiogénico, hipotensión, palidez y piel fría. |
Etiología y medidas preventivas del infarto agudo de miocardio
Según Godorich y cols. citado por Lungu (2011) “…más del 90% de los casos de infarto agudo de miocardio son por una placa inestable, producto de una ateromatosis coronaria, difusa y crónica”, mientras que el restante 10% es por otros factores:
Otras cardiopatías isquémicas: en este caso se llega a padecer el infarto agudo de miocardio cuando la enfermedad es avanzada, o sea, cuando una placa de ateroma que se encuentra en el interior de una arteria coronaria se ulcera o se rompe, causando una obstrucción aguda en ese vaso.
Embolias o trombosis: cuando, en un vaso sanguíneo por causa de ateroesclerosis, existen estrechamientos y que en ellos se desarrolle más fácilmente un trombo (coágulo de plaquetas, proteínas de coagulación y desechos celulares que tapan el vaso), este viaja por la sangre hasta llegar a un vaso pequeño donde se enclava como un émbolo.
El depósito de calcio: es otra parte en el proceso de formación de la placa aterosclerótica. Ese acumuló de calcio en las arterias coronarias puede ser detectado con una tomografía.
Disección coronaria y aórtica.
Traumatismos torácicos penetrantes y no penetrantes.
Anomalías congénitas que pueden ser de origen anómalo coronario desde la aorta o desde el tronco pulmonar.
Siempre existen factores de riesgo de esta enfermedad, entre los que puede señalarse la arterioesclerosis, que es quien provoca el infarto agudo de miocardio. Estos factores se clasifican según diferentes criterios:
Según la posibilidad de padecer el IMA: factores de riesgo mayor y factores de menor riesgo.
Según la facilidad de cambiarlos: factores modificables y factores no modificables.
Entre los factores no modificables, se encuentran:
La Edad: es decir, que el proceso de ateroesclerosis coronaria se inicia desde la infancia y progresa a lo largo de los años; de tal forma, la formación de esta suele producir problemas clínicos a partir de la cuarta y quinta década de la vida. Así pues, la incidencia de cardiopatía isquémica aumenta con la edad.
El Sexo: el ser varón es un factor de riesgo biológico para cardiopatía isquémica, es evidente que entre 35 y 64 años, el varón tiene una mortalidad por esta enfermedad cuatro o cinco veces mayor que la mujer. Esta diferencia es menor respecto a la mortalidad por accidente cerebro-vascular que es de 1,5-2 veces la femenina.
La Menopausia: la mujer desarrolla el proceso de aterosclerosis coronario a una edad más avanzada. Durante su vida fértil, hormonalmente activa, tiene muy baja probabilidad de presentar accidentes cardíacos, aunque a partir de la menopausia el riesgo se incrementa progresivamente y en los años posteriores la incidencia de enfermedad llega a alcanzar las mismas cifras que en el varón. Además, la menopausia implica una situación de mayor riesgo para patología cardiovascular, relacionado con el aumento de los factores de riesgo convencionales; dicha situación provoca que haya una mayor prevalencia de hipertensión arterial, así como un deterioro del perfil lipídico, con aumento del colesterol, calcio, las lipoproteínas de baja densidad y disminución de las lipoproteínas de alta densidad. También resulta frecuente observar la tendencia al sobrepeso y a la obesidad.
La Predisposición Genética: son factores genéticos relacionados con los antecedentes familiares, por eso, el haber tenido un familiar de primer grado con cardiopatía isquémica, especialmente si sucedió antes de los 55 años, el descubrimiento de una alteración genética en el metabolismo lipídico, como sucede en la hipercolesterolemia familiar, la hipertensión, la intolerancia a la glucosa y diabetes, puede dar lugar a la formación de la placa de ateroma. Por lo tanto hay que tener en cuenta los factores ambientales dependientes de hábitos aprendidos en el seno de la familia, tales como tipo de alimentación, sedentarismo, hábito de tabacos y otros para evitar lo innecesario.
Entre los factores modificables, se dan referencia de:
Hipertensión Arterial: la subida de la presión arterial por encima de determinados valores establecidos como “normales” (140/90). Según la OMS estos valores pueden variar dependiendo de la edad; esta elevación conduce al deterioro vascular y es muy frecuente en personas mayores de 40 años.
Tabaquismo: el componente fundamental del tabaco es lo que le contribuye a la enfermedad; la nicotina tiene un efecto de estimulación adrenérgica, provoca arritmias, cierra los vasos sanguíneos facilitando la coagulación, aumenta la presión sistólica y el monóxido de oxígeno en el cuerpo pudiendo ocasionar la aparición del infarto agudo de miocardio con aumentos de complicaciones agudas de la placa de ateroma. El monóxido de carbono baja la capacidad de los glóbulos rojos para llevar oxígeno al cuerpo, así aumenta el esfuerzo del corazón para compensar eso, el tabaco también puede causar el cáncer de pulmón, la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y ACV.
Diabetes Mellitus: es un trastorno del metabolismo que puede ocurrir por falta de producción de insulina (tipo I) o por una resistencia periférica a la insulina (tipo II). En ambos casos se produce hiperglucemia que se asocia con daño vascular. De hecho ella tiene un carácter trombogénico porque provoca la alteración de coagulación, aumentando la viscosidad sanguínea y adhesividad de las plaquetas al endotelio dañado, afectando los del riñón, retina y el corazón.
Obesidad y sobrepeso: este factor se relaciona al infarto agudo de miocardio por estar asociado a otros factores como son: la intolerancia a la glucosa, hipertensión arterial, el sedentarismo entre otros. La obesidad junta con estos factores contribuye a un mayor riesgo coronario.
Sedentarismo:- es uno de los principales factores de riesgo del infarto agudo de miocardio dado que, con los avances tecnológicos y científicos, el hombre casi no realiza ningún tipo de actividad física. Esta inactividad provoca alteraciones de todos los sistemas, tales como el metabolismo celular del aparato locomotor, el sistema cardiovascular y nervioso caracterizado por la descalificación, afección del funcionamiento enzimático, sustitución del tejido muscular por el tejido adiposo, la pérdida de nitrógeno y taquicardia.
El efecto de eso es que el corazón se debilita, los pulmones pierden la eficacia, los vasos se hacen poco elásticos, fatiga por pequeñas actividades y los músculos pierden su tono normal provocando que el cuerpo se ponga generalmente débil. Según diferentes estudios realizados se ha observado que existe una posibilidad alta de sufrir estas enfermedades en personas que no practican actividad física. (American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation, 2007)
Stress: es un factor de riesgo que desencadena otros factores de riesgo, como son el tabaquismo y el alcoholismo. El stress crónico puede elevar la presión arterial, los lípidos sanguíneos y acelerar el tiempo de coagulación. En algunos sujetos, el stress psicológico puede originar arritmias, isquemia miocárdica e incluso paro cardíaco.
Conclusiones
Las medidas profilácticas y terapéuticas que ofrecen la carrera de cultura física terapéutica del infarto agudo de miocardio pueden servir como una actuación de enfermería independiente, interdependiente o dependiente, que se ejecuta cuando existe una amenaza para el estado físico o psicológico del paciente, por lo tanto en este caso para no padecer un infarto agudo de miocardio el sujeto debe realizar ejercicios físicos controlados que ayudan a la reducción de las cifras de tensión arterial en reposo, realizar control dietético para el control de peso, evitar el hábito tóxico, buscar actividades en el tiempo libre, atender charlas y conferencias acerca de estos factores; de hecho estas medidas contribuyen a disminuir las posibilidades del padecimiento de un infarto agudo de miocardio.
Bibliografía
Alfonso Villanueva, R. (2008). Diccionario Mosby Medicina, Enfermería y Ciencias de la Salud (5ª). Madrid, Editorial Harcourt.
Alonso Ramón F. López (2003). Propuesta metodológica para el tratamiento de la dimensión ambiental en las áreas de Cultura Física Terapéutica. Disponible en: EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 8, N° 58 Marzo. http://www.efdeportes.com/efd58/ambient.htm
American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation (2007). Compêndido de Programas de Rehabilitação Cardíaca. São Paulo, Editorial ROCA -LTDA.
Artigao Ramírez, R. y col (1988). Control de factores de riesgo en pacientes con infarto del miocardio. Resultados en dos grupos con diferente manejo clínico. Rev. Esp. Cardiología. 41 (supl. 1): 88.
Popov, S.N. (1988) La cultura física terapéutica. La Habana, Editorial pueblo y Educación.
Sosa López Arturo, B. (2010). Plan de actividades físicas para la rehabilitación del infarto del miocardio agudo en fase de mantenimiento en el centro de salud de la comunidad de Brasil-Cue-Horqueta- Paraguay.
Lungu, S. (2011). Estrategia para la implementación de los ejercicios físicos para rehabilitar las lesiones de la rodilla en los futbolistas de equipo nacional de Zambia. Trabajo de diploma. La Habana, EIEFD.
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