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Evolución de la orientación hacia la deportividad en jóvenes futbolistas de acuerdo a sus categorías de edad y años de experiencia práctica

Evolution of the orientation of sportspersonship in youth soccer players according to their age categories and years of experience

 

Profesor en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física

y el Deporte, Universidad de Valencia

(España)

Alejandro César Martínez Baena

alejandro.martinez@uv.es

 

 

 

 

Resumen

          El objetivo del estudio se centra en el análisis de la evolución de la orientación hacia la deportividad en jóvenes futbolistas granadinos de acuerdo a categorías de edad establecidas y años de experiencia en dicha modalidad deportiva. Para ello, se ha efectuado un estudio descriptivo de corte transversal, empleando la Escala Multidimensional de Orientaciones hacia la Deportividad validada por Martín-Albo, Núñez, Navarro y González (2006). El análisis descriptivo, inferencial y relacional, nos permite obtener la opinión de 138 futbolistas de entre 10 y 18 años, pertenecientes a diversas categorías del fútbol base granadino, con ficha federativa actualizada y participantes en campeonatos durante la temporada 2009/2010. Los principales resultados verifican un elevado compromiso personal hacia la práctica físico-deportiva, el entrenamiento y el trabajo para la superación del equipo ante retos de tipo colectivo. En menor grado, un elevado respeto, tanto hacia las reglas de juego y los árbitros, como hacia los propios adversarios. Además, se muestra alta antideportividad o perspectiva negativa entre los futbolistas analizados. Se dan diferencias significativas en ciertos comportamientos y actitudes respecto a las diferentes etapas de edad establecidas y años de experiencia práctica. El compromiso, las convenciones sociales y el respeto hacia las reglas, los árbitros y los adversarios, pasan de ser muy valoradas en la etapa alevín, a experimentar un descenso importante en la etapa infantil y cadete, para volver a ser valorados en la etapa juvenil. Al mismo tiempo, resultan ser mayores en futbolistas jóvenes de menos de cinco años de práctica, respecto a futbolistas de más de cinco años federados en esta modalidad. En cuanto a la deportividad global, se percibe como buena en todas las etapas de edad, produciéndose una pequeña mejora en la etapa juvenil y resultando ser mayor en futbolistas jóvenes de menor experiencia.

          Palabras clave: Orientación. Deportividad. Futbolistas. Edad. Experiencia.

 

Abstract

          The object of this study is the analysis of the evolution of the orientation of sportspersonhip in young soccer players in Granada of the same established age categories and years of experience in this sport. For this, a descriptive cross-sectional study was executed, applying the Multidimensional Sportspersonship Orientations Scale validated by Martín-Albo, Núñez, Navarro y González (2006). The descriptive, inferential and relational analysis, permitted us to obtain the opinion of 138 soccer players between ten and eighteen years of age, coming from different soccer categories based in Granada, with an up to date federative card, and being participants in championships during the 2009/2010 season. The results verified a high personal obligation towards physical/sports practice, training, and teamwork. The respect to referees, rules playing and adversaries had also a high punctuation. In general, a high luck of sportpersonship is detected in negative perspective dimension. There are significant differences between age categories and years of experience. The engagement, social conventions and respect to rules, referees and adversaries going down along these ages categories. These variables are higher in soccer players who had less than five years of experience than experienced ones. The global sportpersonship had high punctuation in all ages with a little top in juvenile category and higher in not experienced players.

          Keywords: Orientation. Sportspersonship. Soccer players. Age. Experience.

 

Recepción: 19/11/2014 - Aceptación: 06/12/2014.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 199, Diciembre de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    A menudo se presenta al deporte como un medio ideal para propiciar la cooperación, el coraje, la justicia, la lealtad, el trabajo en equipo, la responsabilidad e incluso formar al individuo para resolver conflictos morales y éticos (Palou, Borrás, Ponseti, García-Mas y Cruz, 2003; Kavussanu y Roberts, 2001; Moncada, 2005). Sin embargo, en la actualidad el deporte espectáculo se ha desarrollado como un elemento distorsionador de la realidad y promotor de comportamientos indeseables (Kerr, 2009; Slabbert y Ukpere, 2010). La violencia destaca como una de esas conductas en muchos deportes (Guilbert, 2010). En este sentido, Vallerand y cols. (2003), artífices del Dualistic Model of Passion, explican que cuando a una persona le gusta y se involucra en una actividad asentada sobre una base regular, ésta se podrá integrar en la identidad de la persona y por tanto, generar una gran pasión en la conducta. El sentimiento hacia una determinada práctica podría suponer vivirla como algo propio, con un proceso profundo de internalización que podría generar una pasión armoniosa u obsesiva, momento en el que el deporte espectáculo podría propiciar actitudes violentas (Donahue, Rip y Vallerand, 2009). La teoría del aprendizaje social expuesta en Bandura (1986), en la que influyen el entorno social y las relaciones interpersonales, produce en los sujetos una modificación de sus conductas morales producto de la observación de los comportamientos de otros y de las consecuencias producidas por los mismos. El entorno deportivo y la participación en competiciones son también factores que intervienen y modifican el razonamiento moral y el carácter general de los deportistas (Bredemeier y Shields, 1998; Gutiérrez y Vivo, 2005; Farley, 2007).

    Estudios como el de Cocca, Lozano, Salinas, Miranda y Viciana (2007), demuestran que diversas modalidades deportivas forjan diversos caracteres en los individuos. Es decir, en función del tipo de deporte que se practique, se estarán formando deportistas con diferentes personalidades y, por tanto, con diferentes comportamientos morales y éticos. Concretamente el fútbol, generó una puntuación de la deportividad en general más baja que otras modalidades, confirmando que este deporte constituye un factor de riesgo mayor para la formación educativa de los jóvenes que lo practican. Por otro lado sin embargo, los futbolistas resultaban también con gran puntuación en el rendimiento personal y el grado de compromiso hacia el equipo, como parte de la deportividad desarrollada.

    Dentro de las diferentes modalidades deportivas, el fútbol se posiciona como el máximo representante social de la relación deporte-violencia (Viciana y Zabala, 2004). Todo fenómeno deportivo tiene una repercusión social y el fútbol en concreto presenta características que lo convierten en un fenómeno que va más allá de lo deportivo por la rivalidad que se propicia entre oponentes, las enormes cantidades económicas que maneja y su difusión periodística y social. Quizá la parte más negativa esté en que estas conductas se transfieren, de una manera directa y por imitación, al deporte base (Fields, Collins y Comstock, 2010; Hess, Pawlizki y Scheithauer, 2008). Esta línea de investigación verifica la aparición y consolidación de conductas inmorales y la falta de deportividad en edades tempranas (Shields, Lavoi, Bredemeier y Power, 2007).

    Sin embargo, además de la modalidad deportiva, los años de experiencia en el deporte y la edad general de los sujetos que lo practican también influyen en sus conductas morales y éticas durante el juego. Olmedilla, Lozano, Ato, Fayos y Ortega (2009) comprobaron que deportistas de mayor edad y experiencia en el deporte habían generado mayores conductas antideportivas.

    Por ello, nos planteamos realizar un sondeo de la deportividad que se va desarrollando a lo largo de los años durante la práctica del deporte del fútbol en un grupo de futbolistas españoles de edades comprendidas entre los 10-18 años. Previsiblemente y dado los resultados de las investigaciones previas consultadas hasta el momento, los comportamientos antideportivos podrían ir incrementándose conforme aumenta la edad de los sujetos y su experiencia en el deporte del fútbol.

Método

Participantes

    La muestra se seleccionó entre varones (eliminando el sesgo del género), con al menos 2 años de práctica en fútbol (para asegurarnos que la cantidad de práctica influyera en su orientación a la deportividad), que participaran en competiciones oficiales y entre el rango de edad de 10 a 18 años. Finalmente la muestra se compuso de 138 sujetos (edad media 14 años; media práctica 6 años). Dichos sujetos se distribuyeron en las siguientes categorías del fútbol de base: Alevines: 32 sujetos (edad media 11 años; media práctica 4 años); Infantiles: 34 sujetos (edad media 13 años; media práctica 5.5 años); Cadetes: 40 sujetos (edad media 15 años; media práctica 7 años); Juveniles: 32 sujetos (edad media 18 años; media práctica 7 años). Todos pertenecían al equipo del Maracena C.F. (Granada, España), con ficha federativa actualizada y participaron en campeonatos durante la temporada 2009/2010.

Instrumentos

    El instrumento utilizado para la medición de la deportividad fue el cuestionario Multidimensional Sportspersonship Orientations Scale (MSOS), original de Vallerand, Brière, Blanchard y Provencher (1997) y cuya versión española Escala Multidimensional de Orientaciones hacia la Deportividad fue validada por Martín-Albo, Nuñez, Navarro y González (2006). El cuestionario está formado por 25 ítems que miden cinco dimensiones, compuesta cada una de cinco ítems: compromiso (que mide el grado con que los deportistas están comprometidos con el entrenamiento y con el trabajo de superación ante el equipo), convenciones sociales (que mide el grado con que los deportistas reconocen la superioridad o el trabajo desarrollado por sus rivales), reglas y árbitros (que mide el grado con que los deportistas respetan las decisiones arbitrales, las reglas del juego y decisiones de comités deportivos), enfoque negativo (que mide el grado con que los jugadores admiten sus errores, o critican las decisiones de sus entrenadores) y adversarios (que miden el grado con que los deportistas solicitan cuestiones positivas para sus adversarios ante lesiones o decisiones arbitrales injustas).

    Los autores (Vallerand et al., 1997) justifican la validez de la MSOS, habiendo obtenido los siguientes índices de fiabilidad: compromiso con la práctica deportiva (a=.71), convenciones sociales (a= .86), respeto a las reglas, jueces y árbitros (a =.83), respeto a los oponentes (a =.78), y perspectiva negativa (a= .54). En cambio, los datos aportados por Martín-Albo et al. (2006) obtienen los siguientes índices: compromiso con la práctica deportiva (a =.71), convenciones sociales (a=.81), respeto a las reglas, jueces y árbitros (a=.74), respeto a los oponentes (a=.71), y perspectiva negativa (antideportividad) (a=.65).

    En el MSOS aplicado se utilizó una escala de tipo Likert de 0 a 10, donde ‘0’ representa una opinión totalmente en desacuerdo al ítem, y ‘10’ totalmente de acuerdo. Debido a que los jóvenes tienen asimilada la escala 0-10 por sus calificaciones académicas, se propuso esta misma escala en el cuestionario, facilitando la valoración de las respuestas hacia las afirmaciones de los ítems, tal y como hemos aplicado en otras ocasiones (Viciana, Cervelló y Ramírez, 2007).

Procedimiento

    La recogida de datos en esta muestra se realizó durante los meses de marzo-abril de 2009. El cuestionario fue administrado por dos investigadores que previamente se habían puesto en contacto con los entrenadores para explicarles convenientemente las características del estudio. Estos firmaron un consentimiento informado para poder administrar el instrumento a los participantes.

    Los encuestadores siguieron un protocolo unificado para dar las instrucciones oportunas. Se les pidió a los deportistas que contestasen con seriedad y máxima sinceridad, asegurándoles la confidencialidad de las respuestas. El cuestionario fue administrado al final de los entrenamientos ordinarios y se cumplimentó en aproximadamente 15-20 minutos.

Análisis de los datos

    Se empleó el programa informático SPSS 15 para Windows. Se presentan los valores descriptivos (media y desviación típica). Para establecer las diferencias entre los diferentes grupos estudiados, se efectuó la prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov y la de la igualdad de las varianzas de Levene, indicándonos, al verificarse la distribución normal de los ítems y no existir diferencias entre las varianzas, que es procedente efectuar las pruebas paramétricas. Se usó la prueba T para muestras independientes (T-Student) en la comparación de la deportividad según la experiencia deportiva, usando los dos rangos establecidos, mientras que se aplicó ANOVA y el post hoc de Bonferroni para las comparaciones múltiples por parejas según las diferentes categorías de edad. En cambio, para comprobar las diferencias por años de experiencia, al no cumplirse la normalidad de los datos, aplicamos la prueba no paramétrica de U Mann-Whitney. En todos los casos se ha exigido un valor de significación de p < .05.

Resultados

    Fijándonos en las medidas de tendencia central y atendiendo a los resultados expuestos en la tabla 1, podemos apreciar que las medias de cada uno de los sectores del colectivo estudiado oscilan entre 8,45 (Compromiso) a 5,06 (Adversarios), siendo ambas dimensiones la más y menos valorada en todas las categorías de edad analizadas. Además, a la dimensión (Reglas y árbitros) se le otorga una puntuación de 6,63, a la dimensión (Convenciones Sociales) una puntuación de 6,39 y a la dimensión (Enfoque Negativo), una puntuación de 4,85, sin olvidar que el sistema de puntuación en esta última se realiza de manera inversa.

Tabla 1. Medidas de tendencia central: media y desviación típica (categorías de edad)

    En el análisis del grado total de deportividad (sumatorio de las cinco dimensiones), se observa una media de 6,34. En este sentido, respecto a las diversas categorías de edad, podemos observar que las medias de cada uno de los sectores del colectivo estudiado oscilan entre 7,07 (Alevín) a 5,85 (Cadete). Se encuentran diferencias significativas entre las categorías de edad alevín-cadete (p= 0,0002) y alevín-juvenil (p=0,0214).

    Centrándonos en las medidas de tendencia central especificadas de acuerdo a los años de experiencia en el fútbol y atendiendo a los resultados expuestos en la tabla 2, podemos apreciar que las medias de cada uno de los sectores del colectivo estudiado oscilan entre 8,47 (Compromiso) a 5,27 (Adversarios), en la categoría “Menos de 5 años de práctica” y entre 8,44 (Compromiso) a 4,90 (Adversarios), en la categoría “Más de 5 años de práctica”. La segunda dimensión más valorada en ambos colectivos resulta ser la de (Reglas y árbitros) con puntuaciones de 6,93 y 6,43 respectivamente.

    En base a los resultados expuestos en ambas tablas, se efectúan valoraciones positivas con respecto a las diversas dimensiones, situándolas en la mayoría de los casos, por encima del punto central de la escala (en esta escala sería el 10).

    Aplicando la Prueba de Mann-Whitney, se evidencian diferencias significativas (p<0,05) en la percepción de estos jóvenes futbolistas teniendo en cuenta sus años de experiencia en la práctica analizada únicamente en la dimensión “Convenciones sociales”, así como en el grado total de deportividad.

Tabla 2. Medidas de tendencia central: media y desviación típica (años de experiencia)

    La comparación de las medias obtenidas y aplicando el ANOVA del factor población con el contraste post hoc de Sheffe para determinar contrastes entre sectores, evidencia que hay diferencias significativas (p<0.05), en tres, de las cinco dimensiones estudiadas poniéndose de manifiesto diferencias entre las categorías de edad alevín-cadete (p=0,004)/Convenciones Sociales, alevín-cadete (p=0,012)/Reglas y árbitros y alevín-juvenil (p=0,048)/Adversarios.

Discusión y conclusiones

    Los resultados de este estudio realizado sobre una muestra de jóvenes futbolistas granadinos, verifican un elevado compromiso personal hacia la práctica físico-deportiva, el entrenamiento y el trabajo para la superación del equipo ante retos de tipo colectivo. También, aunque en un grado menor, se evidencia un elevado respeto, tanto hacia las reglas de juego y los árbitros, como hacia los propios adversarios. En general, se muestra una buena deportividad entre los futbolistas analizados.

    Se evidencian diferencias significativas en ciertos comportamientos y actitudes propias de dicha modalidad deportiva respecto a las diferentes etapas de edad analizadas. El compromiso, las convenciones sociales y el respeto hacia las reglas y los árbitros, pasan de ser muy valoradas en la etapa alevín, a experimentar un descenso importante en la etapa infantil y cadete, para volver a ser valorados en la etapa juvenil. Esta trayectoria a lo largo de las etapas de edad, también se repite al analizar el grado total de deportividad.

    Por otro lado, el respeto hacia los adversarios desciende de manera alarmante a lo largo de las diferentes etapas de edad, siendo menor conforme mayores son los futbolistas.

    Respecto a los años de experiencia, se demuestra que el compromiso, las convenciones sociales, el respeto hacia las reglas y los árbitros y el respeto hacia los adversarios, resulta ser mayor en futbolistas jóvenes de menos de cinco años de práctica, respecto a futbolistas de más de cinco años federados en esta modalidad. Produciéndose diferencias significativas únicamente en la dimensión “Convenciones sociales”. En sentido opuesto, la deportividad, resulta ser mayor en futbolistas jóvenes de mayor experiencia.

    Los hallazgos de nuestro estudio revelaron que los jóvenes futbolistas granadinos muestran un elevado compromiso personal hacia la práctica físico-deportiva, el entrenamiento y el trabajo para la superación del equipo ante retos de tipo colectivo. En este sentido, anteriores estudios (Cocca, Salinas, Ocaña, Martínez y Viciana, 2008), confirman este hecho, al señalar que los chicos de estas edades presentan un alto grado de responsabilidad hacia el grupo que se hace patente al observar el alto compromiso adquirido por éstos respecto al resto de sus compañeros.

    En este sentido, es importante resaltar que, como bien se apunta en (Cocca et al., 2007), los futbolistas resultan ser los atletas más comprometidos con el rendimiento personal y de equipo. En dicho estudio, en el que se comparó la deportividad de los nadadores respecto a la de atletas pertenecientes a otras modalidades deportivas de equipo, se demostró que el nivel de compromiso en todos los deportes analizados resultaba ser elevado y que el hecho de pertenecer a un deporte de tipo colectivo suponía un incentivo respecto a las modalidades de tipo individual para la adquisición de una mayor implicación en la consecución de los objetivos del grupo.

    En el presente estudio, se constatan buenos índices de deportividad, aunque todavía algo bajos, entre los jóvenes futbolistas analizados. En este sentido, diversos estudios han constatado resultados similares, tanto en chicos como en chicas participantes en esta modalidad deportiva (Miller, Roberts y Ommundsen, 2004; Ommundsen, Roberts, Lemyre y Treasure, 2003), demostrándose que las mayores tasas se alcanzan entre los 12 y los 17 años (Cocca et al., 2008), intervalo de edad donde emerge la adolescencia. Por tanto, resulta conveniente profundizar en el conocimiento de actitudes que sustenten la práctica de actividad físico-deportiva con el objetivo de que los jóvenes logren alcanzar un estilo de juego más limpio y respetuoso.

    El hecho de que el grado de compromiso con el resto de compañeros, el reconocimiento de la superioridad y del trabajo desarrollado por los rivales y el respeto por la decisiones arbitrales, las reglas del juego y los adversarios pasen de ser muy valoradas en la etapa alevín a prácticamente desaparecer hasta experimentar una breve mejora en la etapa juvenil, y por lo tanto, sean más valoradas en futbolistas jóvenes de menos de cinco años de práctica que en futbolistas de más de cinco años federados, como bien se constata en el presente estudio, podría deberse a la influencia del comportamientos de padres y entrenadores en los comportamientos deportivos de estos chicos en edades de iniciación (Leo, Sánchez, Sánchez, Amado y García, 2009; Viciana, Salinas y Cocca, 2007).

    En este sentido, anteriores estudios ya señalaron la importancia del ambiente social generado por padres, madres, profesorado, entrenador y amigos en la forma de actuar de jóvenes deportistas (Guivernau y Duda, 2002). Entre los hallazgos más relevantes, resulta necesario destacar la modificación en la percepción de jóvenes deportistas respecto al clima hacia la tarea generado por los otros significativos como un hecho relacionado con el comportamiento prosocial (Kavussanu, 2006; Sage y Kavussanu, 2008), la deportividad (Ommundsen et al., 2003) o mayores niveles de respeto por el compromiso, los adversarios, las reglas y los árbitros (Miller et al., 2004).

    Resulta evidente por tanto, que la participación activa de los padres y madres, así como la del resto de integrantes del entorno familiar pueden ser elementos fundamentales para desarrollar el incremento de hábitos físico-deportivos y comportamentales correctos, señalándose a las experiencias de ocio físico-deportivo como un medio de enorme potencial para propiciar valores y actitudes para el desarrollo integral de adolescentes y jóvenes. En este sentido, Vallerand, Deshaies, Cuerrier, Pelletier y Mongeau (1992) ponen de manifiesto que la implicación de los padres hacia la práctica físico-deportiva supone una gran influencia en los niños, principalmente en el momento de determinar el tipo de decisiones y comportamientos morales dentro de la práctica.

    En cuanto a la antideportividad o perspectiva negativa, en el presente estudio se percibe como alta en todas las etapas de edad, produciéndose una pequeña mejora en la etapa cadete y resultando ser mayor en futbolistas de mayor experiencia. Este resultado, contrasta con los resultados obtenidos por Gutiérrez y Pilsa (2006), en un trabajo cuyo propósito fue analizar las orientaciones hacia la deportividad de una muestra de 910 alumnos de Educación Física, de entre 13 y 16 años de edad, pertenecientes a la Comunidad Valenciana. En el mismo, se indicaba que eran los alumnos más jóvenes quienes manifestaban una mayor orientación hacia las conductas deportivas, frente a los más mayores. Dichos autores, justificaban estos hallazgos en el componente competitivo propio de alumnos más veteranos y cercanos a la perspectiva negativa de la deportividad, que en chicos y chicas más jóvenes y alejados de la competición, más cercanos a la no práctica o práctica en la modalidad de ocio-tiempo libre.

    En este caso, es posible que tanto la recuperación experimentada en cuanto al compromiso, las convenciones sociales y el respeto hacia árbitros, normas y adversarios, en la etapa juvenil, señalada anteriormente, así como los mayores índices de deportividad entre futbolistas jóvenes de mayor experiencia, pudiera deberse a lo que Cocca et al. (2008), señalan como madurez y equilibrio psicofísico adquirido por éstos jóvenes de 18 años de edad, propios del proceso de finalización de la adolescencia.

    En conclusión, los hallazgos de este trabajo pueden ayudar a construir estrategias de intervención orientadas a promocionar el fair play y la deportividad (Palou et al., 2007; Valiente et al., 2001), tanto en cualquier modalidad deportiva, como en el ámbito educativo. De esta forma, se conseguirían reducir las conductas antideportivas y aumentar la adherencia hacia actividades físico-deportivas para toda la vida, formando jóvenes deportistas con una mayor conciencia socio-moral (Hassandra et al., 2007).

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