El problema de la educación
medioambiental The problem of environmental education in social environmental systems |
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Isla de la Juventud (Cuba) |
MsC. María Magdalena Santos Martínez MsC. Diana Jiménez Gubanova MsC. Ramón Santos Vicet |
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Resumen El desequilibrio de la relación sociosistema-ecosistema, que expresa hoy la humanidad en los sistemas ambientales sociales en los que habita, constituye una de las problemáticas más significativas que enfrenta el hombre de hoy. En el presente artículo los autores realizan el análisis de esta situación a partir de una concepción histórico-cultural desarrollada por el ser humano, en cuanto a la relación hombre-naturaleza (recursos naturales). A partir de esta propia concepción histórico-cultural, se plantea como el uso de la recreación como medio de educación medioambiental, puede constituir un dinamizador del desarrollo comunitario y equilibrar la relación sociosistema-ecosistema. Palabras clave: Educación ambiental. Sistemas ambientales sociales. Relación hombre-naturaleza.
Abstract The imbalance of the relationship sociosistema-ecosystem that expresses today the humanity in the social environmental systems in those that inhabits, constitutes one of the most significant problems that today's man faces. Presently article the authors carry out the analysis of this situation starting from a historical-cultural conception developed by the human being, as for the relationship man-nature (natural resources). Starting from this own historical-cultural conception, he/she thinks about as the use of the recreation like half of environmental education, it can constitute a dinamizador of the community development and to balance the relationship sociosistema-ecosystem. Keywords: Environmental education. Social environmental systems. Relationship man-nature.
Recepción: 27/06/2014 - Aceptación: 30/09/2014.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 199, Diciembre de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Las comunidades humanas se manifiestan mediante necesidades existenciales y axiológicas de los individuos que cohabitan en ellas, se comportan según estas a diferentes escalas de satisfacción. Se valoran como necesidades existenciales: ser, tener, estar y hacer; en cuanto las axiológicas complementan las características psicosociales y rasgos individuales y/o colectivos donde proyectan la subsistencia, protección, afectos, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad. Para satisfacer estas necesidades varían los satisfactores y requiere de una combinación de elementos que mantengan un adecuado vínculo entre sustento económico, equidad y calidad de vida, este proceso se manifiesta de manera continua y permanente, es complejo e integral donde evidencia el cambio y la creación.
Por lo que los individuos al cubrir sus necesidades individuales obtienen en las comunidades ciertos beneficios y/o derechos y en estas a su vez adquieren deberes y responsabilidades para con ella y el entorno que la rodea. En el Artículo 27/1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos se refiere que - toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten- y el Artículo 29/1 decreta que “Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad puesto que solo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 12/1948).
Los factores que influyen en el desarrollo humano, provienen del contexto socioeconómico local, regional y nacional; las condiciones fisiológicas (nutrición, salud, higiene); las condiciones culturales y la calidad de la interacción en los diferentes espacios en los cuales se construye el desarrollo humano. A través de procesos que dinamizan la vivencia y apunta a impactar diferentes esferas de manera integral, se desenvuelven procesos particulares que definen la realidad legítima de ciertos grupos sociales y culturales, éstos son los procesos de individualización y socialización. La dimensión del mundo vista desde los sujetos y colectividades tiene su propio ritmo y lógica.
El hombre es un ser que se transforma al transformar el mundo con su trabajo, según sus inclinaciones y necesidades, según sus aptitudes y talentos, donde él sienta satisfechas gran parte de sus necesidades y seguro en su entorno, aunque no siempre la relación transformadora del medio sea coherentemente y en aras de su bienestar provoca cambios irreversibles al entorno dañándose a si mismo sin percibirlo. Desde el encuadre general que plantea la teoría ambiental no debe olvidarse que el tema gira alrededor del concepto de calidad de vida. A pesar de las dificultades metodológicas de concretar el concepto en un solo criterio, se refiere a un criterio globalizador de la situación de equilibrio y desequilibrio de la relación sociosistema-ecosistema.
Los efectos producidos de esta relación degradante ha provocado u cambio en la percepción de los seres humanos, en cuanto a qué hacer en pro de evitar la continua degradación de los ecosistemas y por ende poder continuar viviendo en estos entornos. El hombre, consciente de estos peligros causados por su propio desarrollo, está buscando objetivos y métodos que le puedan brindar una combinación equilibrada de los factores que él desea. Precisa combinar el desarrollo con la conservación de áreas naturales y culturales.
La Cultura y Educación Ambiental en la incorporación de la sustentabilidad ambiental al proceso de desarrollo
El medio ambiente se ha visto afectado considerablemente a lo largo de la historia humana, el pensamiento positivista y cartesiano desarrollado por el hombre se ha establecido sobre la concepción de que los recursos naturales y la tierra en sentido general solo existen par satisfacer sus necesidades de abrigo y alimento; las tesis marxistas conciben el uso de los recursos naturales como elemento sustancial en el desarrollo de las fuerzas productivas y de la producción social, cumpliendo una función económica; sin embargo, al aplicarse durante el Socialismo Real se consideraba que para satisfacer las crecientes necesidades sociales, el hombre tenía que inmiscuirse en los procesos naturales por medio de la organización de la producción.
De lo que se trataba era de reducir al mínimo las contradicciones entre la Sociedad y la Naturaleza, entre la economía y la ecología. Se consideraba que para resolver esas contradicciones era necesario (Chistobaiev y Shariguin, 1990 citado por Mateo Rodríguez, 2002):
El perfeccionamiento de la organización espacial del medio ambiente
La implementación de tecnologías limpias
La optimización en el uso de los recursos naturales
La concordancia entre el desarrollo ramal y territorial de la economía.
Entre las muchas definiciones sobre Educación Ambiental, existen puntos coincidentes; para todos esta es un proceso de comunicación (enseñanza) y adquisición de conocimientos, habilidades, hábitos, técnicas (aprendizaje) de los aspectos relacionados con la interacción de los seres humanos con su medio ambiente, tanto global como natural y del creado por el hombre, es decir del entorno natural-social, que les permita participar responsable y eficazmente en la prevención y solución de los problemas ambientales, y en la gestión del uso de los recursos y servicios ambientales en la elevación de la calidad de vida y en la conservación y protección ambiental.
La Educación Ambiental, de tal manera, estaría vinculada con la formación de una nueva cultura ambiental, la cual se formaría al menos, por tres elementos (Leff, 1994, citado por Mateo Rodríguez, 2002):
El establecimiento de una doctrina, una mentalidad y un pensamiento ambiental, que plantee la transformación de las teorías, criterios e instrumentos para conducir los procesos socio - económicos hacia estilos de desarrollo ambientalmente compatibles. Que conlleve al desarrollo de una conciencia crítica sobre la problemática ambiental. (Ferreira, 1994).
La difusión de una “ética ambiental” (desarrollo de actitudes y comportamientos que conduzcan a la participación de la sociedad a la búsqueda del equilibrio ambiental), basada en un marco axiológico, y la construcción de una racionalidad ambiental que deberá contener los principios morales que legitime las conductas individuales las conductas individuales y el comportamiento social en relación con el medio ambiente.
La capacidad de accionar e implementar proyectos de gestión ambiental participativos, que conlleven al desarrollo de habilidades e instrumentos tecnológicos necesarios a la solución de los problemas ambientales.
La cultura ambiental se opone al modelo cartesiano del mundo en que la razón y la técnica ordenan y dominan el mundo natural de la vida. Así, la Naturaleza no es concebida como un valor a preservar, sino como ámbito de dominio (Osorio Vargas, 1998, citado por Mateo Rodríguez, 2002).
La comunidad como factor de desarrollo humano y su sostenibilidad, un fenómeno cultural
La cultura es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el ser humano. El concepto de cultura es fundamental para las disciplinas que se encargan del estudio de la sociedad, en especial para la antropología y la sociología.
El proceso de desarrollo de equilibrio en la relación sociosistema-ecosistema, es consecuente iniciarlo a partir del análisis de la categoría comunidad, en cuanto a sus principales cualidades potenciadoras del desarrollo humano. La comunidad no es el simple espacio geográfico donde el hombre vive, del cual se auxilia para sustentarse, analizar la comunidad en su carácter histórico-cultural, es verla como el ámbito en el que se expresan por excelencia los valores espirituales, las necesidades superiores de creación, los resultados de la interrelación entre tradición y contemporaneidad, aún más, la autoconsistencia de un grupo social, su identidad que lo caracteriza, definiéndolo y diferenciándolo de otros asentamientos.
La significación de la vida en la comunidad se erige como el eje del concepto de “desarrollo”, sustentado en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, en la generación de niveles crecientes de autodependencia y en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía y de la sociedad civil con el Estado.
El concepto de desarrollo sostenible se fundamenta según varios autores en la conservación, en el sentido de estar condicionado por el respeto de la capacidad de la naturaleza como suministro de recursos y servicios para el mantenimiento de dicha calidad. Se visualiza como un cambio donde en el proceso de aprovechamiento de los espacios naturales, el desarrollo tecnológico y las estructuras institucionales deben ser consistentes entre necesidades presentes y futuras. Integra aspectos de la economía, de la sociología y la ecología,
Escalante (1984) analiza la comunidad como un espacio de vida social que siempre tiene una porción territorial reconocida por sus miembros, donde se aglutinan intereses, emociones que conforman el sentimiento de comunidad y que hacen que exista cohesión grupal.
Aspectos distintivos de una comunidad:
Área geográfica definida.
Intereses comunes.
Antecedentes comunes. Tradiciones históricas.
Sentimientos de pertenencia para enfrentar problemas comunes.
Relaciones cara a cara.
Miembros tributarios de un mismo cuerpo de instituciones y servicios.
El desarrollar estrategias y movilizar recursos en aras de elevar la calidad de vida de la comunidad, a partir de una incidencia armónica entre modos de vida (conjunto de actividades vitales sociales y medioambientales), condiciones de vida (ambientales, materiales, sociales), estilos de vida (forma peculiar de acuerdo con la personalidad individual) y niveles de vida (ingresos, bienes, consumos).
En los sistemas ambientales sociales, la relación sociedad (grupo-individuo) medioambiente, a nivel de la comunidad, se concreta en el hecho de que cada individuo recibe la cultura a través de su realidad más inmediata y, a la vez, ofrece su desempeño social, mediante el cual devuelve su reflejo particular de los sistemas sociales en que está inmerso, al tiempo que actúa sobre su hacer cotidiano y perspectivo. De ahí que la comunidad haya constituido un escenario inevitable y trascendente en el devenir histórico del hombre de incidencias transformadoras sobre el medioambiente.
Una categorización internacionalmente en uso de los beneficios los divide en:
Individuales. Las oportunidades para vivir, aprender, llevar una vida satisfactoria y productiva, así como para encontrar caminos donde experimentar placer y salud, con adecuado balance entre trabajo y juego, el fortalecimiento de la autoestima y la autorrealización, la creatividad y la adaptabilidad, la honestidad, la solución de problemas y la toma de decisiones, el bienestar psicológico, el sentido de aventura y el valor personal, entre otros aspectos.
Comunitarios. Las oportunidades para interactuar con la familia, grupos de trabajo, vecindario, comunidades y la sociedad en general, de lo cual se derivan el fortalecimiento de las relaciones intergeneracionales, la integración familiar, la estructuración del vínculo social, el sentido de pertenencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias culturales y entre grupos de edades, sexo y raza, la solidaridad, así como la disminución de las diversas formas de violencia y de las conductas antisociales y delictivas en sentido general.
Ambientales. Las oportunidades para actuar sobre el medio ambiente, la creación y conservación de parques y demás espacios públicos, la reducción del estrés social, la protección del ecosistema con acciones dirigidas a la flora y la fauna, el respeto a la vida en todas sus manifestaciones, las relaciones afectivas con animales domésticos, la creación y mantenimiento de ambientes que propicien mayores niveles de calidad de vida, entre otros factores.
Económicos. La reducción de costos en el tratamiento de enfermedades que pueden evitarse mediante actividades sanas, la prevención de conductas de riesgo social que exigen inversiones para acciones penales, la elevación de la productividad laboral, el nivel de competencia y la creatividad en las personas desde un mayor compromiso social, la estimulación al turismo nacional e internacional por un mayor efecto de seguridad pública y la existencia de un vasto campo de ofertas recreativas, principalmente.
La concepción de proyectos recreativos mediante beneficios requiere que, tanto en la formulación del problema en el punto de partida, como en la evaluación de las metas en el punto de llegada se emplee la información necesaria para validar la marcha del proceso. La educación ambiental es uno de los pilares básicos de la conservación y trato respetuoso del medio ambiente, se promueve actividad de reflexión y respeto con el medio; no se concibe un “participante” capaz de realizar las más disímiles actividades en el medio natural, sin el conocimiento de la flora, la fauna, el bosque, el clima, el suelo, el relieve y el respeto necesario al medio en el que dichas actividades se desarrollan. La gestión recreativa debe reforzar la multisectorialidad de la recreación comunitaria.
Acciones medioambientales se deben identificar en cuanto:
Aspectos geomorfológicos, vegetación, aguas, su distribución y estado.
También resultan de gran importancia parámetros referidos a la exposición y orientación ya que ayudan a la selección de áreas alternativas para la implementación de determinadas actividades, por ejemplo en la localización de sectores de actividades recreativas infantiles o al momento de definir factores de acondicionamiento como por ejemplo la repoblación vegetal. Estos aspectos (longitud y grado de pendiente), señala Casals (2002), son aspectos fundamentales para la determinación de la erosionabilidad del suelo.
Para un diagnóstico de necesidades recreativas físicas es preciso información y conocimientos de las características edáficas del sitio, estas son de relevante importancia ya que condicionan y son el soporte de todo tipo de actividad recreativa como también de la implantación de infraestructura y/o equipamiento para esa actividad. Por ello es necesario conocer la resistencia intrínseca de los suelos a la erosión para evitar efectos contraproducentes, permitir detectar áreas críticas en las que no es aconsejable ningún tipo de programa recreativo físico.
Estas acciones resuelven tres problemáticas:
La conservación del recurso recreativo.
La sustentabilidad del espacio.
La calidad de las experiencias recreativas.
Los espacios naturales o de alternativas en éstos son una oportunidad para la ejecución de las actividades físicas recreativas en el desarrollo local, sin tener que recurrir a la construcción de instalaciones deportivas, un programa de actividades físicas desde su propio desarrollo local que permite a los actores sociales proyectar un grupo de actividades físicas y deportes que se realizan en pleno contacto con la naturaleza: Entre estos se pueden mencionar la Recreación Turística con sus modalidades de:
Carrera de orientación
Pesca deportiva
Marcha de Orientación
Caza deportiva
Senderismo
Ecoturismo
Turismo Deportivo
Caminatas, trotes
Círculos de Recreación Turística Cicloturismo.
Señala Casals, la necesidad de desarrollar una guía destinada a minimizar los efectos medioambientales de la recreación, con criterios estructurados de manera que se pueda diferenciar los de carácter general de aquellos que se refieren a las características específicas de cada caso en particular.
De orden general: Cualquiera sea la actividad recreativa a realizar se deberá tener siempre presente el aprovechamiento racional de los recursos en el espacio y tiempo.
Del suelo: Dada los largos periodos de tiempo que requiere la evolución de los suelos, las actividades recreativas a implementar deberán ejecutarse con sumo cuidado para evitar su degradación. El suelo es considerado como un recurso natural tanto desde su valor edafológico como por su función de soporte de la vegetación
Del agua: En las márgenes de los cursos de agua (ríos, arroyos, lagos), de uso recreativo se deberá conservar una franja inalterada de manera de preservar las condiciones boticas y abióticas del mismo, evitando la alteración y propiciando la recuperación en los casos de estar degradadas.
De la vegetación: Toda actividad recreativa deberá llevarse a cabo evitando la desaparición de especies o la alteración de su hábitat o en su defecto arbitrar medidas que faciliten o permitan la estabilidad de las mismas.
De la sociedad: Las actividades recreativas deben respetar las necesidades e intereses de los usuarios y evitar en todo momento establecer una confrontación directa a los efectos de instalar en la comunidad, el sentido pertinencia. Este parece ser uno de los temas más problemáticos de resolver dado que no están dados los mecanismos de participación en la gestión ambiental. La complejidad del tema exige un gran esfuerzo de coordinación y unión de intereses y voluntades políticas, sociales, económicas de parte de los distintos actores sociales involucrados.
Del paisaje: Las actividades recreativas deberán respetar el carácter general y sistémico del paisaje adoptando todas las medidas posibles tendientes a asegurar la integridad paisajística.
De las áreas degradadas: Resulta imprescindible la rehabilitación de las áreas degradas incluyendo las afectas por contaminación, erosión, que pudieran producirse como consecuencia del nivel de uso y gestión (caminos, senderos, escombros, instalaciones etc.).
De orden particular: En función de los componentes básicos del sistema especifico, suelo, vegetación, paisaje entre otros, estos criterios, recomendaciones y restricciones se elaboran a partir de aspectos fundamentales del medio que pueden verse alterados por el desarrollo de las actividades recreativas. A modo de ejemplo se explícita el caso de los suelos en el área analizada.
Para asegurar un enfoque integral es imprescindible contar con la opinión de todos los sectores, transparentar el proceso de gestión, disponer de la información, de manera de garantizar el proceso como una práctica continua, sana y provechosa de las responsabilidades comunitarias e individuales.
La ventaja de la participación de los actores sociales desde los momentos tempranos en la gestión ambiental permite desarrollar en la sociedad el valor de sus deberes y derechos, incorporar en las decisiones las opiniones de los distintos sectores sociales contribuyendo a la resolución y previsión de problemas, y acrecentar la credibilidad y transparencia de las decisiones, haciéndolas sustentables en el tiempo. La incorporación de la participación ciudadana en las preocupaciones ambientales, en la producción de instrumentos de gestión, conduce e mejorar la calidad de las decisiones, a un mayor compromiso con los mecanismos involucrados y a una colaboración más efectiva de forma permanente.
Todo ello responde a la relación entre el encargo social, las expectativas de roles desarrolladas en la satisfacción de las necesidades recreativas al mediar entre los procesos de investigación y participación que fortalece los conceptos de socialización e introducción del conocimiento en las prácticas comunitarias desde lo ambiental, lo social y lo educativo. En función de aprendizajes dirigidos a un uso más eficiente de los recursos al recrearse y disfrutar en sus espacios cotidianos.
Las metas a lograr en las estrategias comunitarias se supeditan a la expresión de los valores y de la calidad de vida para las personas involucradas y/o integradas, en estas se definen las formas de producción para generar los recursos necesarios y sostenibles con el ecosistema socio-natural y la descripción de la base futura que generará los recursos y planeación (planear, monitorear, controlar y replanear) y entre ellas:
Promover el liderazgo local activo en el manejo integrado costero.
Combatir las deficiencias de los enfoques tradicionales.
Crear oportunidades para la innovación y el aprendizaje adaptable en la solución de problemas.
Enunciar los principios aceptados mundialmente en materia de manejo costero que presentan las reformas recientes a las políticas en el desarrollo sostenible, como el manejo de los recursos y su vínculo con la calidad de vida de sus pobladores.
Promover actividades sistemáticas que favorezcan estrategias de Gestión y Educación en la Comunidad.
Se requiere de un enfoque metodológico de investigación, participación y solución; donde se vincula a los sujetos a métodos de autogestión, siendo estos el eje principal, consiente en la transformación del entorno; al estructurar la base teórica y fundamentación en una proyección de autodesarrollo y gestión compartida se define un momento histórico – concreto y se valora su especificad en el tiempo. Se presenta como fenómeno de manera objetiva, teniendo como premisa la dimensión de donde se proyectan, ejecutan y aprovechan las potencialidades de la localidad de manera autóctona y endógena, que permitan ser enarboladas con cualidades humanas y capacidades participativas y estas de manera sistemática y programada sean socialmente medibles. Este proceso más que nada debe ser interdisciplinario e integrado y se debe dimensionar basado en las estrategias de las administraciones y gobiernos donde a su vez debe ser factible económicamente.
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