La formación de competencias investigativas en estudiantes de Cultura Física con un enfoque CTS |
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*Profesora asistente. Imparte Psicología, Pedagogía y Psicopedagogía **Profesor auxiliar. Imparte Morfología y Fundamentos biológicos Facultad de Cultura Física de la Universidad “José Martí” de Sancti Spíritus (Cuba) |
MsC. Annia María Márquez Valdés* MsC. Rafael Urbano Acosta Bandomo** |
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Resumen La formación de competencias investigativas en estudiantes de la carrera de Cultura Física responde a la necesidad de formar un profesional con alto rigor científico, que pueda, respondiendo a los intereses y prioridades sociales, problematizar, interpretar y transformar la realidad educativa donde se desempeñe. El presente artículo trata de fundamentar teórica y metodológicamente la formación de competencias basado en un enfoque CTS. Hace un breve estudio de los principales presupuestos que lo sustentan y arriba a las condiciones que debe garantizarse, en el colectivo de profesores que trabaja con el año, para que cumpla con el enfoque CTS. Palabras clave: Competencias investigativas. Estudiantes de Cultura Física. Enfoque CTS.
Recepción: 21/05/2014 - Aceptación: 02/08/2014.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 197, Octubre de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
En estos días, el impacto de la ciencia y la tecnología ha sido profundo y abarcador, el papel clave que ejercen en el desarrollo de cualquier actividad humana se hace cada día más evidente. La ciencia y la tecnología interactúan de forma cada vez más compleja con la sociedad, y estas interacciones dan lugar al surgimiento de diversas problemáticas de tipo social, económico, educacional, ético, sociológico, histórico y epistemológico que son objetos de estudio del pensamiento contemporáneo. En este contexto, aparecen los estudios Ciencia-Tecnología y Sociedad (CTS) como una nueva forma de entender esas relaciones.
La Educación Superior en un factor clave para la puesta en marcha de procesos necesarios para el enfrentamiento a tales desafío y en aras de responder a ellos realiza cambios en sus roles y abre oportunidades de acceso en general y de acceso a la producción de conocimientos con mayor rigor científico. Como uno de los retos del presente siglo se sitúa la formación de una fuerza técnica altamente competente.
Esta visión de la Educación Superior requiere que se combinen las exigencias de universalidad del aprendizaje superior con el imperativo de mayor pertinencia para que las mismas respondan a las expectativas de la sociedad en la que funciona. Hay tres aspectos claves que determinan la posición estratégica de la Educación Superior en la sociedad contemporánea y su funcionamiento interno. Ellos son: pertinencia, calidad e internacionalización. En una aproximación conceptual sobre la “nueva universidad” presentada como “idea fuerza” en construcción, Núñez, Montalvo y Pérez (2006) aseveran que la nueva universidad podrá incorporar la función formativa en su integridad con las funciones de investigación, postgrado, extensión y superación de cuadros en una nueva dimensión territorial, lo que de hecho crea nuevas condiciones para un enfoque centrado principalmente en la gestión del conocimiento y la innovación para el desarrollo de los territorios.
Dentro de la relación universidad-sociedad, el tema de las misiones de la universidad permite el despliegue de su contextualización y responsabilidad social, pues como sean comprendidas sus misiones, deviene factor indispensable en la conformación de la “idea de universidad” que alienten sus proyectos y funciones sociales. En las alternativas posibles, se encuentra la de promover un estado de educación permanente, el aumento de las capacidades de producir conocimiento y desarrollo cultural en el contexto de la enseñanza universitaria.
La universidad constituye uno de los principales aspectos de la temática Ciencia Tecnología y Sociedad en América Latina. A partir del reconocimiento al papel que las mismas juegan en los procesos latinoamericanos históricos, no resulta extraño que el ámbito universitario sea objeto importante de atención cuando se pretende enfocar el asunto científico-tecnológico en los países de esta región.
La atención a los procesos formativos, la puesta bajo escrutinio del modelo de la Educación Superior y los modos de actuación profesional es tarea que sitúa en el centro de atención, las imágenes de las relaciones ciencia- tecnología-sociedad que se transmiten en dicho proceso, al debate, en relación al conocimiento y su naturaleza, al desarrollo tecnológico y los aspectos éticos; se le añaden la enorme confluencia de exigencias dadas, las transformaciones que hoy caracterizan a la enseñanza de la universidad en Cuba.
En el contexto de sus misiones en el campo de la enseñanza, la investigación y la extensión universitaria, el presente trabajo toma estas consideraciones en cuenta para reflexionar entorno a la Educación Superior en particular. En especial se analiza la formación de competencias investigativas en el futuro profesional de la Cultura Física.
Le corresponde a la universidad un rol primordial que conlleva acercarse cada vez más a las necesidades de empresas, organismos e instituciones, en cuanto a las competencias profesionales que el nuevo contexto les exige a sus futuros profesionales. En el caso específico del egresado de la licenciatura en Cultura Física existen determinadas competencias profesionales a desarrollar, muy vinculadas a su rol como docente, entre otras, se le exigirá una competencia didáctica, comunicativa, para el manejo de las nuevas tecnologías, organizacional, para el autoaprendizaje, etc. Sin embargo los autores consultados no siempre consideran dentro de las competencias docentes a las competencias investigativas.
Las funciones propias de cualquier docente, tal y como señala D. Castellanos y colaboradores (2001:65) incluyen: la función docente-metodológica, la función orientadora y la función investigativa y de superación. Esta última según los autores “abarca aquellas tareas encaminadas al análisis crítico, la problematización y la reconstrucción de la teoría y la práctica educacional en los diversos contextos de desempeño profesional. Significa la investigación del quehacer diario como parte del perfeccionamiento continuo de su labor”
Ante este reto es preciso profundizar, en primer término, en los aspectos teóricos-metodológicos para una cabal interpretación del fenómeno formación de competencias investigativas con enfoque CTS, lo cual constituye el objetivo de este artículo.
Desarrollo
Desde hace algunos años, en la educación superior en América Latina, se han abierto paso los currículos basados en la formación por competencias del alumnado. Entre los argumentos que esgrimen sus defensores se destaca el hecho de que permite un mayor vínculo entre el proceso docente-educativo y las necesidades sociales, económicas y profesionales que demanda la sociedad. Autores como Cano (2008) y Rueda (2009) destacan la necesidad de un currículo centrado en la formación de competencias y lo justifican basados en tres ejes: los retos impuestos por la llamada sociedad del conocimiento, la complejidad del conocimiento y la necesidad de una formación integral que permita a las personas enfrentarse a una sociedad incierta.
El término competencia ha creado mucha polémica, especialmente en el ámbito educativo cubano. Uno de las mayores contradicciones que encuentran sus detractores se da en el sustrato ideológico de base, ya que es un término que surge en el marco de la ideología de orientación no marxista. La autora M. Ruiz plantea al respecto que el término competencia surge y se valoriza ante los nuevos retos que impone a las sociedades la realidad global. Una de las alternativas ante esos retos es incrementar el valor potencial de los ciudadanos. Esta alternativa es asumida desde ópticas diferentes por diversos países: están aquellos que el incremento del valor potencial de los ciudadanos lo ven en función de lo que esos ciudadanos pueden agregar a la economía global, al promover sus habilidades y capacidades para perfeccionar recursos que compatibilicen con los requerimientos del mercado mundial.
Los que asumen esta óptica se centran en el desarrollo de una competencia tecnológica, la cual puede llevar a un estado de bienestar epidérmico, resumido en cantidades que ocultan serios problemas relacionados con la calidad de vida. Visto desde este ángulo, la citada autora está de acuerdo con los detractores de la formación de competencias.
Por otra parte están los que ven el incremento potencial de los ciudadanos no sólo en función de lo que pueden agregar a la economía global, sino lo que pueden hacer esos individuos para solucionar problemas como ciudadanos, como personas, como agentes económicos o los que presente la sociedad en su conjunto, en este caso se respeta una visión integral de desarrollo que se fundamenta en el ser humano y en sus valores permanentes. Esta última visión es la que asume M. Ruiz para defender la necesidad de formación de competencias en la sociedad cubana actual, al que también se adscribe la autora del presente trabajo.
El Reglamento para el Trabajo Docente y Metodológico en la Educación Superior (Resolución 201/2006) se hace eco de esta idea cuando en su artículo primero destaca que la formación de los profesionales de nivel superior que ocurre en las universidades cubanas tiene como fin “lograr profesionales revolucionarios, cultos, competentes, independientes y creadores, para que puedan desempeñarse exitosamente en los diversos sectores de la economía y de la sociedad en general”. Como se aprecia hace uso del término competente, asociado a la formación, no solo de conocimientos y habilidades, sino también de valores éticos.
Cano (2008) al efectuar un análisis de múltiples definiciones aportadas extrae los elementos más congruentes y determina que una competencia implica:
Integrar conocimientos: ser competente supone no sólo disponer de un acervo de conocimientos, habilidades, capacidades, actitudes,… sino saberlos seleccionar y combinar de forma pertinente.
Realizar ejecuciones: ser competente va ligado al desempeño, a la ejecución; es indisociable de la práctica.
Actuar de forma contextual: no se es competente “en abstracto” sino en un contexto (espacio, momento, circunstancias) concreto. Se trata, pues, de analizar cada situación para seleccionar qué combinación de conocimientos necesito emplear (desestimando otras posibilidades que no resulten pertinentes).
Aprender constantemente: la competencia se adquiere de forma recurrente, con formación inicial, permanente y/o experiencia en el trabajo (o fuera de él). Por ello se halla en progresión constante.
Actuar de forma autónoma, con “profesionalidad”, haciéndose responsable de las decisiones que se tomen y adquiriendo un rol activo en la promoción de las propias competencias.
También es cardinal lo referido por M. Ruiz quien llega a la esencia de la definición cuando plantea que: ser competente no es demostrar lo que conoces, sino hacer algo con aquello que conoces.
Cuesta hace alusión a la tipología de las competencias, determinando que hay competencias básicas o primarias, asentadas en aptitudes (razonamiento abstracto, expresión verbal), rasgos de personalidad (ascendencia, autoconfianza...) y actitudes (predisposiciones al riesgo, al buen sentido del humor). Y hay competencias secundarias o complejas, que comprenden varias competencias primarias (capacidad de negociación, liderazgo y planificación, entre otras). En tal sentido las competencias investigativas se clasificarían como complejas toda vez que requiere el desarrollo de otras competencias como son liderazgo, capacidad organizacional, dominio del idioma, relaciones interpersonales, dominio de la tecnología, etc.
Se alcanza la competencia investigadora cuando se tiene la capacidad de solucionar problemas en el proceso de investigación sobre la base de la versatilidad y flexibilidad metodológica, conociendo las posibilidades y limitaciones de cada estrategia metodológica, lo que implica poseer un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes referidas específicamente a la parte procesual. La parte procesual indica cómo realizar una investigación, es decir, qué fases tener en cuenta para lograr la aplicación del método científico a una determinada investigación. Es el dominio de este proceso lo que hace competente en materia investigativa, cuando se maneja esta parte se puede investigar, orientar y liderar grupos de investigación más allá de la formación disciplinar del sujeto en sentido estrecho.
Contreras, cita a Escalante y Grijalva quienes plantean basados en los estudios de diversos autores que: "Las competencias investigativas, pretenden formar profesionales con amplios conocimientos y destrezas para emprender proyectos y programas de investigación de problemas, de relevancia social del contexto, el desarrollo de estas competencias pretende estructurar un pensamiento crítico, sistémico, abierto, reflexivo y creativo”.
La formación de las competencias investigativas es muy pertinente en el proceso formativo de los estudiantes de la carrera de Cultura Física, por cuanto la investigación representa, en efecto, uno de los ejes dinamizadores de la práctica socio-histórica humana, y la tendencia prevaleciente hoy apunta a la integración de la producción del conocimiento científico en la planificación de las políticas de desarrollo social. Por tanto, los resultados de la actividad de ciencia e innovación tecnológica en el campo educacional desempeñan un creciente papel en la toma de decisiones, la solución de los problemas inmediatos y perspectivos y la construcción de la teoría, como guía indispensable para toda acción transformadora.
En tal sentido, las investigaciones tienen un trascendente encargo social, relacionado con la búsqueda de propuestas científicamente sustentadas, que contribuyan a dar respuesta a los grandes desafíos con que se enfrenta el profesional en el marco de su desempeño diario, pero constituye en igual medida, un factor nuclear de la profesionalización del personal pedagógico, como premisa y condición para el cambio educativo.
Para poder formar un profesional de la Cultura Física competente desde la dimensión investigadora es preciso atender desde el primer año de la carrera hasta la culminación de estudios su formación en este ámbito con un sentido procesual y con un enfoque CTS.
¿Cómo lograr el enfoque CTS en la formación de la competencia investigativa de los estudiantes de la carrera Cultura Física? Para ello hay que comprender la concepción general de la ciencia desde este enfoque. En sentido amplio el enfoque CTS prepondera el análisis de la ciencia y la tecnología como procesos sociales.
El enfoque CTS se caracteriza por ser:
De carácter crítico, con respecto a la clásica visión esencialista y grupalista de la ciencia y la tecnología.
De índole interdisciplinario, pues en él concurren disciplinas como Filosofía de la Ciencia, Historia de la Ciencia y la Tecnología, la Sociología del conocimiento científico, la Teoría de la Educación y la Economía del cambio tecnológico.
De carácter contextual, donde la ciencia y la tecnología se interrelacionan y configuran valores en la dinámica de una sociedad concreta.
De naturaleza multifactorial, promoviendo el análisis y solución de problemas científico-tecnológicos teniendo en cuenta la comunión de distintos factores: éticos, ambientales, políticos, históricos, educacionales, económicos, etcétera.
De naturaleza formacional, de actitudes responsables en ciencia y tecnología, promoviendo una acción social.
De naturaleza democrática, involucrando la participación pública en la solución de problemas científico-tecnológicos.
Estas características de los estudios CTS, se interrelacionan entre sí y se materializan a partir de una nueva visión de la ciencia y la tecnología que les sirve de fundamento.
El marco conceptual esencial de esta nueva visión de la ciencia y la tecnología que sirve de fundamento a los estudios CTS distingue:
La naturaleza social de la ciencia y la tecnología, a partir de que ellas tienen lugar en el contexto de la actividad social de los hombres.
Que la ciencia y la tecnología son fenómenos socialmente significativos, en tanto inciden en toda la vida social y cultural donde se insertan y a su vez están determinadas por dicha sociedad.
Que la ciencia y la tecnología son el resultado de un proceso de trabajo colectivo, realizado en instituciones sociales, empresas, universidades, etcétera.
Que a la ciencia y a la tecnología como fenómenos sociales le son inherentes el contenido ideológico de la sociedad en que tienen lugar.
Que la potencialidad de la ciencia y la tecnología para resolver los problemas del mundo actual es caprichosamente limitado, si no forman parte de estrategias integradoras de totalidad social.
Que la ciencia y la tecnología deben ser sometidas a un control social.
Que la ciencia y la tecnología per se no conducen al desarrollo.
Que la ciencia y la tecnología como objeto de política deben definir los valores y los fines sociales.
Que las funciones sociales de la ciencia y la tecnología tienen un carácter histórico-concreto, adoptando necesariamente atributos nacionales, regionales, etcétera.
Que la alfabetización científico-tecnológica es un problema de primer orden, y debe llegar a todos los niveles educacionales.
Tomando en consideración los planteamientos anteriores para dar un enfoque CTS a la formación de competencias investigativas en estudiantes de la carrera de Cultura Física sería preciso garantizar las siguientes condiciones:
El colectivo de año (conformado por todos los profesores que imparten clases en un año de la carrera) debe planificar, organizar, dirigir y controlar acciones en base a un diagnóstico que faciliten la agrupación de los estudiantes en colectivos científicos estudiantiles según sus intereses y potencialidades.
Concebir acciones que le permitan al estudiante, a través del establecimiento de relaciones interdisciplinarias y el trabajo en equipo, diagnosticar y problematizar la realidad educativa de la Educación Física, el Deporte, la Recreación y la Rehabilitación en el territorio espirituano. Así como sugerir en base a la aplicación de métodos científicos posibles vías de solución a los problemas detectados.
Los temas de investigación de los estudiantes deben responder a necesidades sociales priorizadas, reflejadas en proyectos de investigación.
Las investigaciones que realizan los estudiantes de conjunto con su tutor deben llevarle no solo a la adquisición de conocimientos y procedimientos del proceso investigativo, sino también a la formación de una actitud ética ante la ciencia.
Las acciones que se emprendan de conjunto con los estudiantes deben contribuir a que los mismos desarrollen sus estrategias de aprendizaje y se comprometan a asumir un proceso de educación continua y de superación de sus competencias investigativas.
Crear espacios en las clases para la reflexión y el debate, así como la asunción de criterios personales basados en la investigación de diversas fuentes ante temas polémicos de la ciencia y la tecnología.
Además es preciso que desde las asignaturas del año se contribuya a que los estudiantes profundicen en una serie de conocimientos sobre las particularidades del sistema deportivo en su integración con la ciencia, la tecnología y la sociedad, con énfasis en la situación del mismo en América Latina y Cuba, tales como: las particularidades de la manifestación del subdesarrollo científico-tecnológico y su implicación en el deporte y la actividad física, la polarización del sistema científico mundial y su implicación en el deporte, los impactos de las tecnologías y las ideas científicas en el deporte y la actividad física, las relaciones entre la actividad científico-tecnológica, la actividad física y otras formas de actividad social, el análisis crítico de la actividad científica en el perfil del profesional en Cultura Física, el potencial científico del deporte cubano y la relación de la cultura humanista y la cultura científica en el deporte y la actividad física.
Conclusiones
La formación y desarrollo de competencias investigativas en la Educación Superior, especialmente en el estudiante de Licenciatura en Cultura Física es una tarea insoslayable, toda vez que como futuro egresado debe contribuir al perfeccionamiento continuo de su labor por la vía de la investigación científica.
Para establecer cualquier solución al problema planteado se debe tener en cuenta que el dominio de competencias investigativas incluye conocimiento, habilidades y valores relacionados con el proceso investigativo.
Esta formación debe conllevar un enfoque CTS donde los alumnos estén vinculados a proyectos investigativos, a partir de las demandas que el INDER ha establecido para el cuatrienio.
Es también preciso tomar en cuenta las relaciones interdisciplinarias en el currículo y el trabajo metodológico del colectivo de año.
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