Análisis de la Expresión Corporal para la aplicación de la evaluación en educación primaria |
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Diplomado en Magisterio de Educación Física. (Universidad Complutense de Madrid) Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. (Universidad Francisco de Vitoria) Master en Formación del Profesorado, Educación Secundaria, FP e inglés. (Universidad Rey Juan Carlos I) Doctorando en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. (Universidad Autónoma de Madrid) |
Rafael Ortega Cuello rafaelortegacuello@hotmail.com (España) |
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Resumen Debido a que la expresión corporal es un factor clave a la hora de desarrollar al alumno tanto en el aspecto físico como mental. Por eso se presenta en dicho artículo una revisión sobre como evaluar esta parte de la Educación Física que ayudara a los futuros maestros a saber cómo se debe de analizar. Palabras clave: Expresión. Cuerpo. Evaluación. Educación Física.
Abstract The movement is a key factor at the moment of developing the pupil so much in the physical as mental aspect. Because of it one presents in the above mentioned article a review on since evaluating this part of the Physical Education that was helping to the main futures to know how it is necessary to analyze. Keywords: Movement. Body. Physical Education. Evaluation.
Recepción: 06/10/2014 - Aceptación: 19/10/2014.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 197, Octubre de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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1. Introducción
Antes de comenzar a abordar el cuerpo de este artículo, vamos a empezar viendo como diferentes autores definen la expresión corporal.
Ortiz (2002) realiza una aproximación al concepto de expresión corporal a partir de numerosas aportaciones de diversos autores. A partir de estas afirma que en el ámbito de la educación física la expresión corporal debe contribuir al desarrollo integral del individuo potenciando el conocimiento y desarrollo del lenguaje corporal a través de diferentes técnicas que favorezcan: “revelar o exteriorizar lo más interno y profundo de cada individuo a través del cuerpo y el movimiento, es decir, expresar”, “reforzar la utilización del cuerpo y el movimiento como medios de comunicación, es decir, comunicar” y “analizar el valor estético y artístico del cuerpo”.
Arteaga (2003), también aporta su propia definición de expresión y comunicación corporal como: “lenguaje que se convierte en materia educativa y se utiliza para el desarrollo potencial de la capacidad expresiva del ser humano, fomentando el conocimiento personal, la comunicación interpersonal y la exteriorización de los sentimientos internos del individuo (comunicación introproyectiva), a través de gestos, posturas y movimientos expresivos”.
2. Evaluación de la Expresión Corporal
Blázquez (1990 piensa que la noción de expresión corporal cubre un conjunto de prácticas corporales tan amplio que resulta difícil, si no imposible, ponerse de acuerdo en su definición.
Sin embargo, tradicionalmente, la expresión corporal ha gozado de muy buena acogida en el ámbito educativo. A pesar de la falta de uniformidad en cuanto a lo que representa, maestros y educadores han incorporado a sus propuestas docentes con más facilidad que la propia educación física. La concesión de este valor educativo obliga a reflexionar y buscar formas de evaluación aplicada.
Bloui Le Baron (1982) distingue cuatro modalidades dentro del mundo de la expresión corporal: expresión escénica, corriente psicoanalítica, corriente metafísica y corriente pedagógica. Esta última se inscribe en la búsqueda de una disposición corporal y en dotar al niño de una capacidad para aprendizajes posteriores. Actividades como danza, mimo, bailes, gimnasia, jazz, escenificación. Serían los más habituales en el marco escolar; en todas ellas podemos encontrar aspectos que son comunes y que pueden servir de pauta para una propuesta de evaluación.
Dominio técnico y gesticulación.
Sentido rítmico.
Capacidad expresivo-comunicativa.
Capacidad creativa.
Desde este punto de vista de la evaluación, el aspecto técnico y el sentido rítmico aparecen como el más factible y objetivo, más difícil de evaluar, en cambio, son los aspectos expresivo/comunicativo y la capacidad creativa.
Guilford (1950) propone la siguiente definición sobre la creatividad: “aptitud de generar comportamientos motores caracterizados por la fluidez, flexibilidad y originalidad”. El autor entiende por fluidez: “capacidad de producir el máximo número de respuestas motrices diferentes en una situación-problema en una tiempo dado”.
A partir de los criterios es posible establecer referencias evaluadoras de la creatividad expresiva.
El autodominio constituye otro aspecto de gran relevancia.
Obre el ritmo existe algún test y ha experimentado, pero con escasa aplicación en la escuela. Entre ellos cabe destacar el “test” de Myra Stamback.
Los procedimientos que se presentan como más apropiados son:
La observación a través de alguna de sus posibilidades (escalas descriptivas, escalas ordinales, escalas de actitud, etc.)
Las pruebas de ejecución (en lo referente a aspectos técnicos, coreografías, etc.)
La autoevaluación y la evaluación resultan aquí muy eficaces, pues los juicios ejercidos por los alumnos desdramatización y desvanecen fantasías.
Ortiz (2002) dice que en el tratamiento didáctico de la Expresión Corporal nos encontramos con uno de los elementos que presentan más dificultad, entre otras razones por la idiosincrasia de la materia y por su indefinición, nos referimos a la evaluación. En donde los profesionales de la Educación Física encuentran seis problemas respecto a otros contenidos y donde se plantean multitud de interrogantes tales como
¿Es evaluable la Expresión Corporal?
¿Se producen aprendizajes en Expresión Corporal?
¿Qué podemos evaluar en Expresión Corporal?
¿Cómo evaluar en Expresión Corporal?
¿Cómo realizar una evaluación cuantitativa en Expresión Corporal?
¿Cómo realizar una evaluación cualitativa en Expresión Corporal?
¿Qué precedentes existen?
Para dar respuestas a estas cuestiones es necesario partir de ideas y propuestas claras respecto a los objetivos, los contenidos y su estructuración, y los métodos y estrategias a emplear. La evaluación no debe de ser el último elemento del proceso sino uno más íntimamente relacionado el resto. Evaluaremos lo que hagamos durante el proceso de enseñanza-aprendizaje de estos contenidos, por ello no podemos hablar de evaluación sin hacer referencia a un modelo concreto de promoción.
Al igual que en otros contenidos de la Educación Física, la base o sustrato a través del que ejercemos la acción educativa es el cuerpo, pero en el caso de la Expresión Corporal y respecto a la evaluación, valoramos más cuestiones cualitativas, estéticas, artísticas o creativas, todas ellas consideradas en otros contenidos del área.
Como en todo proceso de estimación de los aprendizajes que adquieren nuestros alumnos, de la eficacia de un programa y de cómo el profesor lo plantea y transmite, necesitamos:
Analizar el nivel de partida de los alumnos
Establecer los objetivos con claridad, es decir, saber con antelación que es lo que pretendemos alcanzar a través de nuestra propuesta didáctica.
Seleccionar y secuenciar adecuadamente los contenidos, o lo que es igual, que es lo que vamos a hacer para alcanzar los objetivos propuestos.
Establecer las pautas para valorar a los alumnos en función de los objetivos y los contenidos así como, si su madurez se lo permite, hacerles partícipes en este proceso de valoración.
Definir el tipo de evaluación que vamos a realizar:
Formativa, atendiendo a los procesos
Formadora, con la participación y toma de decisiones del alumnado.
Y concretar unos procedimientos de evaluación.
Según Blázquez (1990) los procedimientos que se presentan como más adecuados para evaluar en Expresión Corporal serian:
La observación a través de algunas de sus modalidades (escalas descriptivas, escalas ordinales…)
Las pruebas de ejecución (en lo referente a aspecto técnicos, coreográficas).
Así como autoevaluación y coevaluación ejercidas por los propios alumnos.
De manera genérica, y sin atender a peculiaridades contextuales o de contenidos específicos de Expresión Corporal, vamos a concretar una posible propuesta de evaluación en la que atienda a los objetivos trazados de carácter conceptual, procedimental y actitudinal. Para la valoración siempre tendremos presentes el nivel de los alumnos y lo que hayamos desarrollado en clase.
1. Valoración de objetivos conceptuales. Se podrá realizar por ejemplo:
Ø A través de plantillas de observación en las que se analizaran los conceptos aprendidos en la materia mediante la valoración de los trabajos de otros compañeros.
Ø Mediante la elaboración de análisis críticos constructivos de los trabajos propios ajenos.
Ø Pidiendo a los alumnos una presentación verbal de los trabajos que expongan en la práctica (danza, dramatización,…) en la que expliquen los conceptos que han desarrollado.
Ø A través de cuadernos del alumno en formato papel o informático, o realizando pruebas escritas.
2. Valoración de objetivos procedimentales: en este caso atenderemos:
Las capacidades de ejecución. Sobre las mismas podremos valorar:
A nivel cuantitativo la variedad de elementos que se utilicen relacionados:
El cuerpo
El espacio
El tiempo
Números de elementos cualitativos
Realización motriz
A nivel cualitativo:
Las calidades de movimiento y sus combinaciones.
Las capacidades de creación. La creatividad es definida por Guilford (1950) en Mateu (1998) como el pensamiento divergente compuesta 3 características:
La originalidad representada por el carácter poco común de la respuesta de un individuo
La fluidez que constituye la capacidad de generar un gran número de respuestas motrices en una situación-problema durante un tiempo limitado
La flexibilidad que alude a la capacidad de producir un gran número de respuestas motrices pertenecientes estas categorías establecidas y distintas.
Mateu (1998) considera la siguiente evolución de las capacidades de creación:
Creación: desde la reproducción de la realidad manifestada en clichés y estereotipos hasta las proposiciones personalizadas originales y con iniciativa.
Interpretación: desde la interpretación de lo real y propio a la ficción y variedad de situaciones.
Imaginación: desde lo convencional a lo inhabitual y extraordinario
Fijar una producción: desde lo privado (sin público) hacia la exhibición de sus producciones.
Expresión-Comunicación: desde el menor impacto del mensaje emocional hacia el mayor compromiso al respecto.
Esta misma autora cita una hipótesis sobre la creación de Serre (1982) en la que dice “la creación está en función de la riqueza y la variedad de los datos informativos existentes”. En este sentido, el individuo que crea no sería tan libre como suponemos. En la mayoría de los casos la creación supone una combinación de elementos preexistentes. Es decir que las improvisaciones dependerán de la cantidad y naturaleza de las informaciones recogidas por el sujeto. Podríamos decir que el mundo de la “expresión” esta precedido del mundo de la “impresión”.
Respecto a las capacidades de creación nos encontramos ante lo más difícil de evaluar, lo más subjetivo y cualitativo. No obstante en todas las prácticas físico-deportivas de alto componente expresivo y estético coexisten criterios de valoración objetivos/subjetivos y cuantitativos/cualitativos. De forma explícita o implícita se recoge una valoración o impresión artística donde queda reflejado el impacto causado sobre el que se juzga la actuación.
Tanto las capacidades de ejecución como las de creación las podremos valorar en la escuela a través de plantillas concretas elaboradas para tal fin. En todo caso intentaremos conjugar en estas plantillas criterios cualitativos y cuantitativos.
3. Valoración de objetos actitudinales: para ello podremos emplear:
Plantillas para recoger a través de la observación sistemática los comportamientos del alumno que denoten participación y cooperación.
Registros sistemáticos de tipo más cualitativo elaborados por el profesor como por los alumnos en los que se registren actitudes de respeto y tolerancia.
Sobre la evaluación de los contenidos de Expresión Corporal encontramos pocos trabajos de investigación entre los que destacamos los de Chivite, Latorre y Romero Martín (1998), quienes realizaron una experiencia sobre la participación del alumnado en la evaluación de una unidad didáctica de calidades de movimiento. La desarrollaron en la Escuela de Magisterio de Zaragoza dentro de la asignatura de Expresión y Comunicación Corporal perteneciente al vitae del maestro especialista en Educación Física. En este estudio establecieron criterios de dificultades para identificar/interpretar las categorías establecidas quedando como:
Más fáciles de identificar/interpretar:
Música: coordinación con la música (sincronización)
Calidades: número de calidades de movimiento.
Coordinación entre los miembros del grupo
Cambios de ritmo en la ejecución.
Cortes: si se realizan acciones para enlazar los cortes de la escenografía.
Más difíciles de identificar/interpretar:
Vestuario: calidad, adecuación de vestuario a la idea.
Impacto que produce y que se valora en función de las reacciones de éste.
Espacio: si ocupan de forma acertada el espacio como para ser vistos con claridad los distintos momentos y papeles.
Historia: su originalidad, belleza, claridad,…
Naturalidad: si se creen el papel, si están concentrados pero no pierden expresividad, les da tiempo a vivir el papel,…
Por su parte Vernetta, López-Bedoya y Panadero (1996) proponen realizar la evaluación de dos dimensiones:
Dimensión técnica, a través de criterios cuantitativos donde se valorarían las exigencias técnicas de composición y ejecución.
Dimensión coreográfica, a través de criterios cualitativos donde se valorarían la presentación, el manejo escénico y la relación música-movimiento.
En general se han desarrollado más propuesta de evaluación del núcleo de Expresión Corporal en el ámbito de la Educación Física para Educación Secundaria que para Educación Primaria. La madurez y autonomía de los alumnos contribuyen a que estos participen en el proceso de evaluación. Esta es una dificultad añadida para el primer ciclo de Educación Primaria.
En cualquier caso será el maestro el encargado de indagar, concretar y contrastar diferentes procedimientos e instrumentos de evaluación apropiada para los ciclos de Educación Primaria.
Siguiendo con detenimiento lo dicho por el Ministerio de Educación y Ciencia dentro de Secundaria y tomado del libro de optativas de Expresión Corporal dice que la evaluación “es lo más importante en el proceso como la de los alumnos. Al ser un área con contenidos procedimentales actitudinales con llevan la adquisición conceptual a posteriori, la evaluación va constantemente ligada al desarrollo en si del trabajo, no tanto para valorar lo que el alumno “sabe” sino como va integrando los diferentes los diferentes elementos de trabajo, su actitud individual y en relación al grupo, sus posibilidades y dificultades.
En este contexto el profesor debe estar en una constante evaluación de sus propios procedimientos, comprobando si va consiguiendo los objetivos que pretende paso a paso y si existe una evolución positiva desde el punto de vista de la implicación individual y grupo de los alumnos. Esta implicación, como actitud de entrega y confianza en el trabajo, se consigue en contacto con el alumno, no en la programación previa, atendiendo demandas evolutivas del grupo. Por eso, y de acuerdo a esa autoevaluación que es parte del proceso de enseñanza, se debe partir de una programación y progresión flexible, capaz de ser modificada en cualquier momento, con recursos para abordar la actividad según las necesidades del alumnado.
La evaluación del alumno consiste en un seguimiento sistemático de su evolución a partir del nivel inicial propio, valorando sus capacidades potenciales y su desarrollo posterior. Esto implica también, teniendo en cuenta las diferencias psicofísicas que existen entre los alumnos, valorar sus adquisiciones en función de los objetivos del área, su modo de trabajo, actitud, interés e integración con sus compañeros.
La detección de dificultades específicas es vital para poder orientar y dar elementos para su superación, con lo cual el propio alumno puede tomar conciencia de ellas, favoreciendo con ello su sentido de la responsabilidad personal.
La realización de pruebas o exámenes no es necesaria si existe un seguimiento cotidiano, puesto que no existen baremos comunes a todos los alumnos ni cotas a alcanzar, sino contenidos a integrar en el proceso formativo.
Motos (1985) sugiere la posibilidad de utilizar tres tipos de evaluación:
Oral: Es apropiado en la puesta en común centrándose en la que ha aportado, ha faltado, lo esperado etc.
No verbal: Se permite pasar para no intervenir, y no se admite ningún comentario. Después de las verbalizaciones, estas se expresaran corporalmente. La ventaja de este tipo de evaluación reside en la posibilidad proyectiva que encierra.
Escrita: Produce información complementaria, que no suele conseguirse por medio de los anteriores. Pero, al final de las sesiones nunca encontramos tiempo para escribir y cuando se pide que se entregue después la gente se olvida. Es muy útil para personas que nos gusta hablar en público.
Según Rivero y Schinca (1995) el profesor debe estar en una constante evaluación de sus propios procedimientos, comprobando si va consiguiendo los objetivos que pretende paso a paso y si existe una evolución positiva desde el punto de vista de la implicación individual y gradual de los alumnos.
La evaluación del alumno consiste en un seguimiento sistemático de su evolución a partir del nivel inicial propio, valorando sus capacidades potenciales y su desarrollo posterior.
La realización de pruebas y exámenes no es necesaria si existe un seguimiento cotidiano, puesto que no existen baremos comunes a todos los alumnos ni cotas a alcanzar, sino contenidos a integrar en proceso formativo.
Bibliografía
ARTEAGA, M. Fundamentos de la Expresión Corporal. Ámbito pedagógico. Grupo Editorial Universitario. Granada, 2003
BLÁZQUEZ SÁNCHEZ, D. Evaluar en Educación Física. Barcelona. Inde, 1990
BLOUIN LE BARON, J. L. Expression corporelle. Rev. Éducation Physique et Sport, 1982, nº 178, 58-62.
GUILFORD, J. P. Creativity. American Psychologist, 1950, nº5, 444-454.
LATORRE PEÑA, J. Estudio de la relación existente entre el aprendizaje/mejora de conductas motrices de ajuste temporal y la metodología empleada en unidades didácticas de actividades corporales de expresión. Actas del IV Congreso Nacional de Educación Física de Facultades de Educación y XV de Escuelas Universitarias de Magisterio. Granada: Universidad de Granada, 1998
CHIVITE IZCO, M. Aprender a bailar... ¿Reproduciendo o creando? Actas del IV Congreso Nacional de Educación Física de Facultades de Educación y XV de Escuelas Universitarias de Magisterio. Granada: Universidad de Granada, 1998
MATEU, M. Actividades corporales de expresión. Barcelona: Paidotribo, 1998
MOTOS, T. Juegos y experiencias de Expresión Corporal. Barcelona: Humanitas, 1985
ORTIZ, M.M. Expresión Corporal. Una propuesta didáctica para el profesorado de Educación Física. Grupo Editorial Universitario. Granada, 2002.
ROMERO MARTÍN, M.R. Test de sincronización motriz a estímulos temporales. Actas del IV Congreso Nacional de E. F. de F.F.E.E. y XV de E.U. Magisterio, 829-840. Granada: Universidad de Granada, 1998.
RIVERO, L. & SCHINCA, M. Optativas: Expresión Corporal. Madrid: MEC, 1995.
SERRE, J. C. La Recherche en danse. France: Editions Chiron, 1982.
VERNETTA M.; LÓPEZ BEDOYA J.; PANADERO F. El acrosport en la escuela. Barcelona: Ed. Inde, 1996.
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