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La capacitación. Sus fundamentos con los componentes de la didáctica

The training. Their foundations with the components of the didactics

 

Profesora del Hospital Psiquiátrico de Cienfuegos

(Cuba)

Dra. Mayulis Valladares Polo

mayuliscvp@jagua.cfg.sld.cu

 

 

 

 

Resumen

          Fundamentación: la capacitación mediante los componentes del Proceso de Enseñanza Aprendizaje, en la actualidad constituye una manera eficiente de operar mediante las variadas formas de organización de la enseñanza para actuar en la gestión de los Recursos Humanos y mejorar los modos de actuación del estudiante tanto en el pregrado como en el post-grado. Desde una perspectiva sistémica e integradora del sistema de conocimientos, habilidades y valores que presupone el sistema de objetivos propuestos de acuerdo las actividades planificadas. Objetivo: fundamentar las teorías, leyes y principios de la capacitación y su vinculación con los componentes del Proceso de Enseñanza Aprendizaje. Conclusión: el enfoque de capacitación desde los componentes de la didáctica, puede ser considerada como una herramienta capaz de proveer un modo de hacer y un lenguaje común para la formación de los recursos humanos en el ámbito universitario.

          Palabras clave: Didáctica. Profesor. Comunicación.

 

Abstract

          Foundation: the training by means of the components of the Process of Teaching Learning, at the present time constitutes an efficient way to operate by means of the varied forms of organization of the teaching to act in the administration of the human resources and to improve the ways of the student's performance as much in the pregrado as in the post-degree. From a systemic and integrative perspective of the system of knowledge, abilities and values that it presupposes the system of proposed objectives of agreement the planned activities. Objective: to base the theories, laws and principles of the training and their linking with the components of the Process of Teaching Learning. Conclusion: the training focus from the components of the didactics, it can be considered as a tool able to provide a way of making and a common language for the formation of the human resources in the university environment.

          Keywords: Didactics. Professor. Communication.

 

Recepción: 25/06/2014 - Aceptación: 15/09/2014.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 197, Octubre de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El surgimiento de la capacitación, según estudios de Rodríguez Valencia (1993) se remonta a las civilizaciones antiguas, muy asociado a la propia historia de los oficios y su evolución dado el vínculo con la actividad práctica. Su desarrollo, lógicamente, ha estado condicionado por el contexto histórico social.

    Los estudios históricos de capacitación y superación en directivos, de Valiente (2002), Santiesteban (2003) y Torres (2004) concuerdan en afirmar que en Cuba se inicia de manera oficial e institucionalizada la capacitación a partir de 1959, aunque desde el siglo XIX destacados pedagogos teorizaron sobre el rol del directivo, sus funciones y cualidades morales. Es a partir del triunfo de la Revolución que la preparación de cuadros y su superación se convierten en objetivo primario del gobierno cubano.

    Se delimitan cuatro importantes períodos en la evolución de la capacitación a directivos que evidencian un significativo desarrollo determinado fundamentalmente por la creación del Ministerio de Educación Superior, los Institutos Superiores Pedagógicos, y los Departamentos de Dirección Científica Educacional. Un hecho relevante fue el inicio en 1977, y su desarrollo hasta hoy, de los Seminarios Nacionales dirigidos a la preparación de los directivos de todos los niveles del Sistema Nacional de Educación.

Desarrollo

Capacitación. Antecedentes

    Particular importancia en el desarrollo de la capacitación impregnan los estudios de la Educación Avanzada que toman auge en la década de los años 90 y, aún siendo una teoría en construcción, han sistematizado y concretado bases teóricas que elevan, de manera significativa, la profundidad, operatividad e identidad de las concepciones sobre la capacitación, al mismo tiempo que hace evidente el carácter clasista y humanista de la Educación, y el desarrollo histórico de la política educativa cubana en su interrelación con el avance socioeconómico, científico y tecnológico.

    Un momento importante en este proceso de construcción es la definición, por Añorga y col. (1995), de una serie de conceptos recogidos en el Glosario de Términos, que contribuyeron a precisar criterios y a asumir posiciones teóricas de partida para el posterior accionar práctico y que, al mismo tiempo, constituyen bases teóricas del presente trabajo. De igual manera son consideradas las experiencias que en la aplicación de esta concepción han tenido diversos autores: Santos (1995), Motola (1996), Varcalcel (1996), González (1996), Errasti (1997), Pérez (1997), Piñón (1998), Valiente (2001), Santiesteban (2003).

    La literatura sobre las concepciones teóricas acerca de la formación y superación de los directivos también fue examinada, de manera particular la que corresponde básicamente a autores cubanos (Machado Bermúdez, 1990; 1990; Valdés, 1996; Codina, 1998; Columbié, 2005) y en ella se incluye un conjunto de documentos políticos y jurídicos del Partido Comunista y el Estado Cubano referidos a la política y el trabajo con los cuadros. El trabajo de Machado Bermúdez (1990), por ejemplo refiere experiencias acerca de las características de los procesos didácticos muy importantes para la organización al sintetizar un conjunto de ideas, muchas de las cuales mantienen su vigencia.

    Se incorporan también a la referida concepción elementos teóricos y metodológicos planteados por Mitjans (1997) para el desarrollo de la creatividad en los estudiantes, así como la concepción de facilitación de aprendizaje formativo en grupos (Bermúdez y col. 2002) a partir de los estudios teóricos que recrean las ideas de los Grupos de Encuentro de Carl Rogers y Grupos Operativos de Pichón Rivière y las experiencias llevadas a cabo en la práctica pedagógica.

    De este modo, se presenta a juicio de los investigadores la concepción de la capacitación fundamentando su base teórica en el enfoque histórico-cultural de Vygotski como fuerte referente teórico, e integra desde una perspectiva dialéctico-humanística aportes de los diferentes constructos del aprendizaje. De ellas se toman los siguientes elementos:

  • Compromiso de todos con la capacitación, desde la base hasta el nivel superior. La capacitación no puede ser exitosa si todos no están implicados, en particular los directivos en los cuales se coloca esta responsabilidad.

  • Presencia de un fuerte componente emocional en la capacitación, como requerimiento para la implicación personal y el cambio en el sentido del desarrollo integral del directivo.

  • Necesidad de que el proyecto surja de una producción de conocimientos y valores, se enfoque hacia la solución de los problemas que enfrenta la dirección educacional y potencie el desarrollo de estos directivos y sus instituciones.

  • Tendencia del proceso pedagógico hacia el autodidactismo, la autosuperación, la independencia cognoscitiva y a la personalización del currículum.

  • Consideración de las características del adulto; tal y como señala Valiente (2001), entender la adultez “...desde la visión dinámica del desarrollo de la personalidad…”.

  • Ajuste de las alternativas de capacitación a las necesidades personales e institucionales, vinculándolas a las actividades de educación en el trabajo.

    Se le concede significativa importancia a los diversos enfoques y métodos para la capacitación a directivos, la teoría de la formación por etapas de las acciones mentales de Galperin (1983).

La capacitación. Fundamentación didáctica

    Numerosas han sido las definiciones que del término “capacitación” se han construido. En el diccionario se refiere como “hacer alguien apto, habilitarlo para algo”. Tradicionalmente se le confería una acepción asociada al desarrollo de habilidades específicas para la ejecución de determinada actividad, casi siempre de carácter práctico.

    La capacitación de adultos, y en especial la dirigida a directivos, demanda un tratamiento diferenciado en cuanto a su concepción, pues las bases donde ella se erige así lo determinan, sobre todo por las características de los sujetos a los que va dirigida. No es viable enmarcar un esquema clásico de capacitación cuyos objetivos definan un adiestramiento, una recalificación, un perfeccionamiento. Los términos adiestrar, recalificar y perfeccionar parten de un supuesto que, en este caso, recorre todo el proceso conscientemente organizado. Este supuesto es la práctica, pues los directivos que ingresan en los distintos centros de superación tienen en general una importante experiencia.

    De la consulta efectuada a la bibliografía especializada se infiere que a partir del año 70 se inicia la ampliación del término capacitación, y que a partir de los 80 se asocia cada vez más a los de perfeccionamiento y mejoramiento, vinculado a la calidad en el desempeño. En esta línea, entre otros, se destacan los trabajos de Rodríguez García y col. (1990), Caino (1996), Añorga y col. (1995), Piñón (2001) y Torres (2004). Las definiciones que plantean estos autores no difieren de manera esencial y existen una serie de elementos comunes, entre ellos: son concebidas como proceso, con un enfoque sistémico, con carácter de continuidad, de permanencia a lo largo de la vida, y planificadas a partir de las necesidades detectadas; son también promotoras del cambio hacia el perfeccionamiento, la mejoría del desempeño y, por tanto, una inversión para el desarrollo profesional e institucional.

    En este proceso se logra un aprendizaje que se define como la apropiación de la experiencia histórico social que ocurre a partir de la interacción eficaz en la relación directivo-profesor y, sobre todo, en la relación directivo-directivo en función de resolver problemas, de darle solución a situaciones que se presentan en el seno del grupo a partir de los conocimientos, experiencias y habilidades que ya estos traen. Tal y como refiere Bermúdez Morris (2001) en su concepto de aprendizaje formativo, este debe ser “un proceso personalizado, responsable, consciente, transformador y cooperativo”.

    Como se evidencia en el concepto referido, se quiere distinguir en la capacitación la utilización de la metodología de aprendizaje formativo en grupo (Bermúdez y col. 2003). Este proceso de enseñanza-aprendizaje, aparece vinculado al trabajo, hay una intención pedagógica ligada directamente a su desempeño, a la actividad pedagógica, además de que puede realizarse en el puesto de trabajo.

    Este perfeccionamiento se dirige hacia un desempeño profesional socialmente deseado que ha sido abordado por investigadores como Codina (1998), Sánchez (1998), Valiente (2001), González (2002), Santiesteban (2003) y Torres Pérez (2004). De esta última precisamente se parte para definirlo como: la actuación concreta y personalizada en las situaciones comunicativas involucradas en las funciones, tareas y obligaciones inherentes a partir del despliegue de su competencia, y que se expresa en determinados resultados.

    Esta conceptuación implica un planteamiento multifactorial del asunto donde estén representados conceptos y posiciones del desarrollo de los recursos humanos, con marcada tendencia humanista en su expresión conductual y en su función sistemática, por lo que este particular proceso de enseñanza-aprendizaje debe ser permanente, sistémico, planificado e integral, para asegurar el más exacto nivel de correspondencia con los objetivos que se propone.

La capacitación y sus fundamentos en los componentes de la didáctica

    Considerar la proyección de los componentes didácticos del proceso enseñanza –aprendizaje en el programa de capacitación contribuye al desarrollo y crecimiento de los sujetos de la capacitación. Al respecto, se sistematizan los elementos señalados por Valiente (2001) y el sistema didáctico-integral de Mitjans (1995,1997).

    Los objetivos: Permiten determinar el contenido, los enfoques, métodos, formas, medios para la dirección del proceso enseñanza-aprendizaje, así como el cambio que se desea lograr en las competencias comunicativas. Orientan las actividades a realizar en el proceso de aprendizaje, al expresar qué se quiere alcanzar, hacia dónde conducir el proceso de cambio y hacia dónde llegar. Al mismo tiempo, constituyen el criterio principal para valorar la efectividad obtenida en el proceso, determinar el contenido de la evaluación y el resto de los componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje. De esta manera, esencialmente deben:

  • Lograr la implicación emocional a partir de su participación activa en el proceso de construcción.

  • Ser individualizados, particulares en dependencia de su nivel de desarrollo, intereses y motivaciones. Fariñas (1997) señala que es necesario llegar a negociaciones atemperadas a los diferentes intereses, no tiene por qué existir el mismo objetivo para cada sujeto.

  • Lograr, a partir del trabajo sistemático, que los objetivos se constituyan en guía real del proceso de aprendizaje. Esto se consigue con la participación de los directivos académicos en su construcción y en el establecimiento de una especie de” negociación del significado” de los temas a tratar.

  • Trabajar explícitamente el elemento educativo en el objetivo, de modo que el directivo académico se involucre con metas concretas orientadas hacia su desarrollo persona y profesional.

    Los contenidos: Se definen a partir de los objetivos y para potenciar el desarrollo de la competencia comunicativa deben estar presentes los siguientes requisitos:

  • No pretender enseñarlo “todo”, porque esto limita la posibilidad de individualizar, personalizar, reflexionar, evaluar y elaborar la información. Son necesarias una profesionalización y fundamentalización de estos contenidos, de modo que sean los esenciales y básicos para un exitoso desempeño comunicativo en el rol profesional.

  • Seleccionar el contenido a partir de las demandas y exigencias sociales a la labor del docente, expresadas desde lo general en el modelo ideal de su desempeño profesional socialmente deseado, en este caso en los componentes de la competencia comunicativa, que lo hacen idóneo para su actuación en las situaciones comunicativas que el rol demanda.

  • Utilizar diversas alternativas, puntos de vista y enfoques teóricos, de modo que el maestro pueda decidir y fundamentar sus decisiones, adaptadas a cada situación derivada de la práctica pedagógica.

  • Otorgar un activo papel al sujeto en su determinación durante el encuadre grupal llegando, como en el caso de los objetivos, a negociaciones atemperadas a sus expectativas, necesidades e intereses.

    Los métodos: Se recomienda la utilización de métodos que propicien que en el proceso de aprendizaje se produzca el análisis y la búsqueda de soluciones a situaciones y problemas similares a los de la realidad. Para ello deben:

  • Dirigirse a la producción de conocimientos, la interacción grupal, la reflexión colectiva y la autorreflexión personal, desde los espacios de intersubjetividad colectiva.

  • Favorecer el cuestionamiento, la polémica, la discrepancia, la fundamentación y defensa de criterios propios.

  • Incorporar técnicas que estimulen la productividad y creatividad del sujeto. Dentro de estas, los juegos de roles, dramatizaciones, generación de ideas, técnicas participativas y vivénciales en sentido general, que propicien una postura activa del sujeto y un entrenamiento en su rol profesional. La utilización de las técnicas psicodramáticas resultan muy útiles para tales efectos porque propician el aprendizaje, la creación -a través del grupo- o generación de alternativas a asumir, acelerando la toma de conciencia sobre actitudes, puntos de vista y criterios que posibilitan la valoración multidimensional de cada situación que se presenta en el grupo.

    Los medios: Los medios visuales son útiles para reforzar o ilustrar la palabra hablada, permitiendo un cambio del ritmo en la sesión que ayude a conservar el interés y disminuir la tensión, y al evitar que la presentación del tema sea monótona. Asimismo, la comunicación visual ahorra tiempo y contribuye a clarificar, dar detalles y hacer más eficiente el aprendizaje. En sentido general, los medios deben:

  • Resultar pertinentes, variados, originales y oportunos.

  • Constituirse en apoyo al contenido y propiciar la reflexión, activación y participación del directivo académico.

  • Reforzar o demostrar los aspectos principales.

  • Ser utilizados adecuadamente y sin excesos innecesarios.

  • Ser variados, e incluir desde los más tradicionales hasta la utilización de la Tecnología de la Informática y las Comunicaciones

    Es importante brindar a los directivos académicos una literatura actualizada, diversificada, profunda y que recoja diferentes puntos de vista teóricos. El profesor de la capacitación debe hacer énfasis en la orientación creativa del estudio de la misma que trascienda el estímulo excesivo a la actitud crítica. Las tareas y trabajos independientes deben igualmente tener un carácter productivo y estar diversificados.

    La evaluación: Si la enseñanza tiene como fin último producir un cambio, que debe expresarse en términos de comportamiento, a la evaluación corresponde la función de valorar en qué magnitud y con qué profundidad se ha producido ese cambio del comportamiento inicial al estado deseado previsto en los objetivos. Estos cambios hay que verlos no sólo en el desarrollo del sistema de acciones de la capacitación, sino durante el desempeño posterior del docente y los resultados de la institución. Es preciso, partiendo de lo referido por González (1995), Arias (2000) y Pérez, Torres y Barrera (1998).

Concebirla en función de la “Preparación de los docentes”

  • Darle un carácter productivo, contextualizado y problematizador, sobre la construcción de escenarios propios del rol profesional del docente.

  • Hacerla original, atractiva, y propiciar el desarrollo del componente motivacional- afectivo de la competencia comunicativa.

  • Combinar productivamente la auto evaluación con la co-evaluación y evaluación del directivo académico, orientando el énfasis al desarrollo de la metacognición de su proceso comunicativo.

  • Poner énfasis en las funciones reguladoras y en las potencialidades educativas de las actividades evaluativas que favorezcan el autoconocimiento y el autoperfeccionamiento.

  • Servir de guía para la organización del propio proceso de aprendizaje y considerar que no todos los sujetos llegarán al mismo nivel de desarrollo, pero que la planificación debe efectuarse en función de darles a todos la oportunidad de superarse.

Conclusiones

    A través de la sistematización teórica desarrollada fue posible caracterizar la formación de los docentes universitarios, lo cual posibilitó valorar las limitaciones que han tenido en su desempeño profesional. Se analizaron las principales consideraciones teóricas que sustentan el desarrollo de las competencias comunicativas, la configuración de las competencias comunicativas, los antecedentes sobre capacitación, sus principales teorías y clásicos, que desde su perspectiva han abordado el tema, por último se fundamentó a través de los componentes del proceso de enseñanza aprendizaje.

Bibliografía

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