Juegos y ejercicios didácticos para propiciar el desarrollo grafomotor en niños de preescolar Games and didactic exercises to promote graphomotor development in preschool |
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Licenciada en Filología en la Universidad de Oriente Master en Estudios culturales cubanos y del Caribe Doctora en Ciencias Lingüísticas |
Dra.C. Alina Bestard Revilla (Cuba) |
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Resumen El presente trabajo ofrece una propuesta de juegos y ejercicios para desarrollar la motricidad fina en niños de 4 a 5 años, sobre la base de la preparación del educador y la familia que interactúan con ellos. La motricidad fina durante la etapa preescolar parte de la adquisición de experiencias de edades anteriores para accionar con los objetos con mayor precisión y destreza que le permitirá alcanzar otros contenidos que amplíen sus conocimientos, como por ejemplo, la escritura. Se utilizaron métodos del nivel teórico y del nivel empírico, que ayudaron a revelar los resultados del diagnóstico. La aplicación de estos juegos y ejercicios didácticos puede favorecer el desarrollo de la motricidad fina en estos niños, lo que incidirá en una mejor preparación de estos para aprendizajes superiores. Palabras clave: Motricidad fina. Grafomotricidad. Edad preescolar.
Abstract The present work offers a proposal of games and exercises to develop the fine motor function on children from 4 to 5 years, to take as a starting point the educator's preparation and the family that interact with them. The fine motor function during the preschool stage starts from the acquisition of previous ages experiences to work with the objects with bigger precision and dexterity that it will allow him to reach other contents that enlarge its knowledge, for example, writing. Methods of the theoretical level were used and from the empirical level that helped to reveal the diagnosis results. The application of these games and didactic exercises can favor the fine motor function development in these children, which will allow them a better preparation on future learnings. Keywords: Fine motor function. Graphomotor function. Preschool age.
Recepción: 02/08/2014 – Aceptación: 16/09/2014.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 197, Octubre de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Dentro de las diversas actividades que hace el ser humano hay algunas que requieren de mucha precisión y coordinación, como por ejemplo escribir. Estas destrezas forman parte de la motricidad; es decir, movimiento, comportamiento motor, habilidades motrices, desarrollo psíquico y desarrollo social. La motricidad es una de las actividades consideradas relevantes en el ámbito de la vida escolar, pues facilitan otras como: escribir, comer, usar la computadora, atarse los zapatos, pasar las páginas de un libro, asearse adecuadamente, peinarse, entre otras.
La edad preescolar es una etapa en la que se deben potenciar las cualidades físicas y psíquicas propias en los niños de esta edad. Es el momento de la formación de los instrumentos del saber, de aprender a aprender con la intención de prepararlos para darle continuidad óptima a la escolaridad. Es aquí donde transcurren las transformaciones más significativas de toda la vida del hombre, las que constituyen premisas fundamentales para el posterior desarrollo de la personalidad, es por ello que el objetivo fundamental de la enseñanza de los niños de esta edad es lograr el máximo desarrollo posible de cada uno de ellos y prepararlos para su ingreso a la escuela.
En Cuba la Educación Preescolar forma parte del Sistema Nacional de Educación y ocupa un lugar fundamental, pues se encarga de priorizar la atención educativa de los niños de 0 a 6 años, por vía institucional y no institucional. Tiene como finalidad alcanzar el máximo desarrollo integral posible de estos infantes, partiendo de reconocer cada vez más lo decisivo que resulta el cuidado y la educación de los mismos desde edades bien tempranas.
La mayoría de las habilidades que se inician en esta edad le permiten al niño acceder a un desarrollo más completo y abarcador en los próximos niveles escolares, como pasa, por ejemplo, con la escritura. En el grado preescolar se exige que al concluirlo el niño esté en condiciones de ejecutar trazos continuos con cierta precisión, con ajuste al renglón y de reproducir de modo correcto la forma según el rasgo, todo lo cual constituye habilidades caligráficas que tienen como sustento la interacción de los factores perceptivo-motrices, la experiencia sociocultural, así como la organización y dirección de un proceso docente-educativo, que cumpla los requerimientos metodológicos necesarios sobre la base de una orientación completa y generalizadora. Estas habilidades no se desarrollan espontáneamente sino que son el resultado de una estimulación constante y sistemática por el adulto a los niños desde el nacimiento; así como de la experiencia acumulada en su interacción con el medio y con los otros lo que se ha demostrado por Vygostki en su concepción socio-histórico-cultural.
Desarrollo
La primera manifestación de la motricidad es el juego y al desarrollarse se va complejizando con los estímulos y experiencias vividas, generando movimientos cada vez más coordinados y elaborados. Los niños pasan por diferentes etapas antes de realizar un movimiento. Cuando nacen sus movimientos son involuntarios, luego pasan a ser movimientos más rústicos con poca coordinación y más adelante ya son capaces de realizar movimientos más controlados y de mayor coordinación.
Según la postura teórica de Vygotski (1982), el movimiento humano depende ampliamente del medo sociocultural donde se desarrolle. El origen del movimiento y de toda acción voluntaria no yace ni dentro del organismo ni en la influencia directa de la experiencia pasada, si no en la historia social del hombre, así defiende la idea de que la verdadera fuente de la acción voluntaria se da en el período de comunicación del adulto y el niño, siendo compartida la función entre las dos personas. Este autor rechaza el intento de buscar raíces biológicas en la acción voluntaria y reafirmar su carácter social, posibilitando un enfoque psicológico al análisis del movimiento.
Hernández Corvo (1990) en su obra Morfología funcional deportiva expone que “la participación de la mano en diferentes actividades deportivas, artísticas o laborales la hacen imprescindible en el desarrollo integral del hombre para lo cual se requieren procesos de aprendizajes o entrenamientos”.
Los niños son capaces de hacer representaciones mentales de lo que ven y observan, muy ligadas a sus vivencias y experiencias. La capacidad de representar gráficamente, mediante dibujos, la realidad que ven también se desarrolla mediante unas etapas o procesos. Por ello, las actividades tendrán un orden de complejidad creciente, por ejemplo, las que implican movimientos para el modelado, arrugado de papel, rasgado libre, serán más fáciles que las de recortar o colorear; trazar líneas rectas será más fácil que dibujar formas circulares; modelar formas cilíndricas, lanzar, capturar será menos complejo que dibujar formas redondas o pequeños detalles de un objeto.
Durante toda la edad preescolar, se desarrollan diferentes actividades que contribuyen al desarrollo de la mano y con ella el de la motricidad fina o grafomotricidad. Este trabajo se interesa por la motricidad fina en los niños de 4 a 5 años, debido a la atención por estimular la escritura, aunque se conoce que la adopción de la posición de pinza digital se presenta en edades más tempranas como muestra de la presencia del desarrollo de la motricidad fina en los infantes de 0 a 3 años. Sin embargo, en los niños de 4 a 5 años se ha adquirido un mayor control de su actuación lo que les permite mayor nivel de independencia.
Investigaciones realizadas por González (1999) relacionadas con la motricidad del niño de 1 a 6 años de edad hacen referencia a los logros motores en la motricidad gruesa; sin embargo los de motricidad fina no se abordan, elementos que la autora considera importante determinar para valorar qué preparación tiene el niño para aprendizajes superiores relacionadas con las habilidades manuales, específicamente la escritura.
Partiendo de la importancia que tiene el desarrollo de la motricidad fina para enfrentar actividades más complejas en etapas posteriores, la autora de este trabajo considera que tanto en los contenidos del programa “Educa a tu Hijo”, como en las orientaciones metodológicas, independientemente del área a la que esté dirigida, se debe incluir elementos que orienten a los ejecutores y la familia sobre qué hacer y cómo hacer para estimular el desarrollo en esta esfera.
A pesar de las investigaciones y trabajo realizados, todavía se encuentran insuficiencias en el desarrollo de la motricidad fina en los niños de la circunscripción 94 del Consejo Popular “Heredia” del centro urbano de la ciudad de Santiago de Cuba. De ahí la necesidad del estudio del tema, pues los estudios efectuados no agotan todas las áreas de atención. El deseo expreso del presente trabajo es el de ofrecer orientaciones a las ejecutoras y familias de estos niños, para alcanzar un mejor y más variado espectro de trabajo en el desarrollo de la motricidad fina de estos niños.
El mejor modelo para la exploración de la motricidad fina, plantea Vaizman: “es la actividad de las manos, cuya zona de proyección ocupa la mayor área de la corteza cerebral" (1983).
Se considera de gran importancia este planteamiento por que con esta evaluación se puede comprobar los movimientos aislados de los diferentes dedos y series completas de movimientos digitales, su agilidad, control muscular y movimientos más complejos como la precisión y la coordinación óculo manual.
Elizabeth Zausmer citada por Archila Castillo
(2002), hizo las siguientes afirmaciones y criterios: “La estimulación de
la motricidad fina (músculo de la mano) es fundamental antes del aprendizaje
de la lecto-escritura. Si analizamos que la escritura requiere de una
coordinación y entrenamiento motriz de las manos, nos damos cuenta que es de
suma importancia que los docentes realicen una serie de ejercicios,
secuenciales en complejidad, para lograr el dominio y destreza de los
músculos finos de dedos y manos”
El desarrollo grafomotor es también conocido en la literatura especializada
como motricidad fina. La motricidad es el dominio que el ser humano es capaz
de ejercer sobre su propio cuerpo. Es algo integral ya que intervienen todos
los sistemas del cuerpo. Va más allá de la simple reproducción de
movimientos y gestos, involucra la espontaneidad, la creatividad, la
intuición, etc., tiene que ver con la manifestación de intencionalidades y
personalidades.
Al respecto, García y Dávila (2008) acotaron que los movimientos finos son los que corresponden a los músculos cortos de la mano (dedos, muñeca), además, corresponde a todos los actos de presión. En este sentido, el profesor tiene un papel importante en la conducción de las habilidades y destrezas que los niños requieren para generar los conocimientos a través de adiestramiento.
En la práctica educacional observada se comprobó que los niños de esta zona urbana santiaguera presentan dificultades en las actividades de pre escritura, por ejemplo:
Imprecisión en el trazado de las figuras y grafemas.
Falta de coordinación visomotora.
Lentitud en el trazado.
Descontrol en los músculos de la mano.
A partir del diagnóstico inicial se puso comprobar la necesidad de reforzar el desarrollo grafomotor en los niños de la muestra para lo cual se han elaborado estos juegos y ejercicios didácticos. Su objetivo es fortalecer la motricidad fina, que a su vez estimule la habilidad grafomotora, motivándolos con juegos que desarrollen esta habilidad en ellos.
Debe tenerse en cuenta que los principios que rigen el desarrollo grafomotor son:
Enfoque ontogenético: se relaciona con los estadios de evolución del grafismo, analizando la aparición cronológica de los trazos a partir de su semejanza inicial con los objetos reales de la vida y su posterior estilización hasta llegar a las grafías y números actuales. Tiene en cuenta cómo evoluciona la utilización del soporte gráfico y cómo evolucionan las ideas infantiles acerca de la escritura. Este principio exige que la realización de acciones grafomotrices simples preceda a las más complejas, de forma tal que los grafemas se organicen desde los más fáciles en su vínculo con dibujos hasta los más difíciles o abstractos.
Enfoque del condicionamiento motriz: requiere de la ejecución de actos sensorio-motrices diversos y sistemáticos, empelando los sistemas sensoriales posibles, lo cual conduce a la formación de esquemas propioceptivos.
Enfoque integrador: se relaciona con la integración dialéctica de los enfoques de destreza y del aprendizaje significativo, esto permite que los niños construyan activamente sus destrezas en la realización de los grafemas en interacción con los adultos y sus coetáneos, imprimiéndole un valor especial a dichas acciones por la significación social de la escritura (Yera Molina, 2001)
Junto a estos principios, en el desarrollo grafomotor de los niños, deben tenerse en cuenta los postulados de Vygotski sobre la ley genérica del desarrollo psíquico, la relación entre los procesos afectivos y cognitivos y la enseñanza como fuente principal que conduce al desarrollo (1982).
Para facilitar la ejecución de las habilidades propias de la motricidad fina, el juego tiene un lugar importante, aunque puede emplearse además la exposición directa sobre determinada actividad o la interacción con adultos experimentados que se colocan entre el niño y la niña y los orígenes externos de los estímulos, con el fin de facilitar bloques y hábitos apropiados de aprendizaje, generalmente.
En la realización de estos juegos se analizó además, el fundamento teórico-metodológico del “Programa psicopedagógico para el desarrollo grafomotor de los niños de grado preescolar” estructurado en tres secciones. Se consideró incluir la propuesta de juegos en las dos primeras secciones de trabajo del programa, pues en la tercera están las actividades de orientación familiar, en la que podrán insertarse a partir de su validación y generalización final.
Los ejecutores demostrarán a las familias lo importante que resultan los juegos dactilares para lograr una mano ágil y flexible, por ejemplo, abrir y cerrar las manos al compás de una rima o canción, tamborilear con los dedos como si tocara las teclas de un piano, hacer parejas con los dedos de cada mano y uniéndolos y esperándolos a intervalos, hacer pequeños movimientos de traslación con los dedos imitando las formas de locomoción de algunos animales.
Pasos metodológicos para la orientación y realización del juego:
Enunciado del juego: dar a conocer el nombre del juego.
Motivación y explicación del juego: se realizará inmediatamente después de la enunciación, consiste en la conversación o narración, con el fin de interesar al niño por la actividad, en ocasiones de una buena motivación dependerá el éxito del juego. Por otra parte la explicación debe ser sencilla, comprensible, auxiliándose de los medios audiovisuales de los juegos, donde se expongan todas las acciones que se realizaran durante el juego.
Organización: en este caso se incluye lo concerniente a la distribución de los participantes, según las necesidades.
Los materiales: materiales necesarios para realizar el juego siempre y cuando los materiales no constituyan ningún peligro para el niño.
Demostración: en este paso se explicará el juego de forma práctica.
Práctica inicial del juego: una vez que se haya demostrado el juego se realizará una pequeña práctica.
En la sección A, denominada “Sistema de pruebas diagnósticas” , está dedicada a evaluar algunos aspectos como: percepción de la forma y memoria visual, el conocimiento corporal, la orientación en el propio cuerpo, orientación según punto de referencia externa, la coordinación visomotora, trazos para el dibujo libre y requerimientos posturales para la correcta posición al escribir, entre otros. En esta dirección se proponen como juegos para el logro de estos fines en esta sección los siguientes:
Realizar juegos de roles que reflejen acciones tales como: sacar las hierbas del jardín, seleccionar los frutos maduros para venderlos en la placita, recortar tiras de papel para adornar el salón, imitar con los dedos como cae el agua de la regadera cuando el campesino riega las plantas en la parcela, acordonarse los zapatos, jugar al barbero o la peluquera, cocinar, pelar viandas, lavar verduras, escoger el arroz, rayar la yuca, lavar en la batea
Estos juegos proporcionan: flexibilidad a las muñecas, el trabajo del índice con el pulgar, al unir el dedo pulgar con el resto de los dedos y hacer el movimiento a la derecha, a la izquierda o al frente se dará flexibilidad a los dedos y a la muñeca.
En la sección B, destinada propiamente a “Actividades para el desarrollo grafomotor” se integran las tareas del dibujo libre, ejecución, seguimiento, y rellenado de arabescos, modelado, rasgado, recortado y seguimiento de grafismos (empleando varillas en el suelo, pinceles y cartulina, el dedo en el pizarrón, con tiza en el pizarrón). Los juegos considerados para el logro de estas habilidades son:
Ir a tocar la pared con un brazo, colocar la mano sobre la cabeza, pedir que saluden con una mano, que se rasquen la cabeza, que hagan coincidir los dedos de una mano con los de la otra, dibujar figuras geométricas en el piso, colorear dibujos sin salirse del trazado, trazar líneas continuas y discontinuas.
Los juegos que se presentan tienen un carácter colaborativo, porque en concordancia con el maestro y el especialista-asesor de cultura física se pueden coordinar desde el inicio del grado preescolar, garantizando que los niños adquieran el desarrollo grafomotor adecuado para lograr mayor eficiencia en el proceso de formación de habilidades caligráficas que garantice un favorable futuro en el aprendizaje de la escritura.
Además de los juegos presentados, se recomiendan algunos ejercicios que pueden realizar los niños de 4 a 5 años para desarrollar su motricidad fina. Por ejemplo: movimientos de manos y dedos sin la utilización de instrumentos.
Abrir y cerrar las manos con los dedos unidos.
Tocar con la yema del dedo pulgar la yema del resto de los dedos.
Movimiento del dedo índice en diferentes direcciones (arriba, abajo, izquierda, derecha).
Unir y separar el índice y el pulgar imitando el pico de las aves a ritmo lento y rápido.
Teclear los dedos sobre la mesa comenzando con el pulgar y terminando con el meñique primero lento y después rápido.
Unir las palmas de las manos e imitar saludos de los dedos, las manos se acarician, las manos se abrazan.
Separar y unir los dedos primero de una mano y después de otra.
Hacer movimientos de la muñeca en diferentes direcciones.
Con la mano sobre la mesa levantar y bajar los dedos uno por uno.
Ensartar, abotonar, acordonar, arrugar y desarrugar papel.
Torcer papel.
Rasgado libre, rasgado de pellizcos.
Pegado de papel.
Doblado de papel.
Plisado siguiendo una línea de punto.
Modelar plastilina en forma cilíndrica y redonda.
Movimiento de las manos con la utilización de instrumentos.
Dibujar formas rectas y circulares con pinceles, crayolas, lápices, tizas, con palitos en la tierra o en la arena.
Colorear diferentes figuras dibujadas por ellos. (Peña Roldós, 2011)
Conclusiones
El estudio realizado permitió corroborar la importancia del desarrollo de la motricidad fina en niños de edad preescolar para estimular su posterior incursión en la escritura. El accionar con los objetos con mayor precisión y destreza les permite percibir otros contenidos que amplían sus conocimientos y que no siempre son aprovechados por el desconocimiento y falta de preparación de los ejecutores y familia.
La estimulación de la motricidad fina (músculo de la mano) o grafomotricidad es fundamental antes del aprendizaje de la lecto-escritura. La escritura requiere de una coordinación y entrenamiento motriz de las manos que puede ser estimulada a partir de los juegos y ejercicios propuestos, secuenciales en complejidad, para lograr el dominio y destreza de los músculos finos de dedos y manos en los niños de edad preescolar.
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