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Cultura del debate e identidad deportiva en 

el ámbito deportivo comunitario de Venezuela

 

*Licenciado en Historia y Ciencias Sociales, Licenciado en Estudios Socioculturales

Máster en Ciencias de la Educación. Máster en Desarrollo Cultural Comunitario

Máster en Deportes de Combate y Doctor en Ciencias Históricas. Profesor Titular

del Centro de Estudios de Deporte y Cultura (CENDECUL) de la Universidad de Las Tunas (Cuba)

**Licenciado en Educación Física, maestrante en Actividad Física en la Comunidad

Promotor Deportivo en Estado Bolívar (Venezuela)

José Guillermo Montero Quesada*

guillermonteroq@gmail.com

Emir Ramón Trejo**

emiro-uno@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          El artículo trata sobre los referentes teóricos para desarrollar la cultura del debate, con énfasis en la Identidad Deportiva, como sustento para el desarrollo de actividades de reflexión y debate que tengan por objetivo la formación ciudadana e integración social de los diversos grupos sociales del contexto comunitario urbano venezolano; para ello, se fundamenta una concepción de dinámicas grupales con enfoque identitario que sirve de herramienta para ampliar el espectro cognoscitivo sobre la temática deportiva y las posibilidades de adquirir nuevas miradas para la autosuperación personal y la transformación social.

          Palabras clave: Deporte. Debate deportivo. Identidad deportiva. Cultura deportiva.

 

Recepción: 08/08/2014 - Aceptación: 02/10/2014.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 197, Octubre de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La vida en comunidad de los seres humanos multiplica cada día las situaciones de debate sobre temas disímiles que forman parte de las necesidades, gustos, preferencias e inquietudes que van conformando la identidad de los diversos grupos que la conforma. Desde esos presupuestos se potencia la formación ciudadana y la integración social en los contextos comunitarios. Una de las actividades que más contribuye en este sentido, es la deportiva en sus diversas manifestaciones, de ahí que la interacción social en forma de debate sobre el tema deportivo constituya uno de las vías para ampliar dicha formación e integración.

José Guillermo Montero Quesada y Emir Ramón Trejo

    Los acontecimientos deportivos, glorias y figuras destacadas de este deporte son difundidos por empresas y organismos de la comunicación, influyendo así en la diseminación de su práctica en escenarios escolares, institucionales y comunitarios, de este modo, muchas figuras se convierten en verdaderos paradigmas de la sociedad, logrando que su protagonismo trascienda en el espacio y en el tiempo y se exprese en la vocación e inspiración deportiva de numerosas personas.

    Los éxitos y méritos de los deportistas son receptados con expresiones de satisfacción y provocan un ambiente de bienestar colectivo entre las multitudes. La popularidad alcanzada por determinados deportes como es el caso del futbol, emerge de los efectos psicológicos que se producen desde el punto de vista axiológico, de la cultura diseminada de este deporte a nivel mundial, de las expectativas políticas y sociales de los entes individuales, grupales y colectivos y su influencia en otros ámbitos de la vida. Aun cuando esté dominado muchas veces por organismos deportivos con una concepción elitista y responda en gran medida a los intereses asociacionistas, es una actividad reconocida por el pueblo y que pertenece a la pasión popular. Esta es una de las razones por las que prolifere el interés por el diálogo en diversos sectores de la población.

    El debate sobre temas deportivos es un hecho social cotidiano que favorece las relaciones identitarias en los diferentes grupos sociales y el fortalecimiento del desarrollo cultural comunitario. En los distintos escenarios de reflexión sobre este tipo de hecho, las personas alcanzan un mayor grado de socialización que puede ayudar a la prevención social, la dinamización de la vida comunitaria, y al fortalecimiento de los vínculos entre las diversas instituciones y esferas de actuación humana. La participación de la población adulta en estos debates grupales propicia la elevación del conocimiento sobre el deporte y a desarrollar habilidades de comunicación en las disímiles situaciones problemáticas.

    En muchos países, especialmente del ámbito anglosajón, son famosos los Clubes de Debate cuya filosofía consiste en promover discusiones organizadas y con temas prefijados, turnos para replicar y otros elementos organizativos.

    En el contexto deportivo cubano es amplia este tipo de manifestación denominadas peñas deportivas, en las cuales se expresa niveles de cultura e identidad deportiva de los participantes, a decir de Fidel Castro Ruz (1999) “Las peñas deportivas en Cuba es una agrupación de amantes al deporte revolucionario, deben tener pureza en sus filas y los integrantes ante todo son héroes anónimos del trabajo comunitario, ya que en disímiles momentos se privan de su tiempo de descanso con el objetivo supremo de organizar una actividad en función del bienestar de la comunidad.”

    Desde estas Peñas Deportivas se establecen vínculo entre las comunidades y el movimiento deportivo, influyendo con un espíritu crítico en la conducta personal de atletas y demás integrantes de la sociedad, de ahí que favorezca el trabajo preventivo popular. Según José Ramón Fernández, presidente del Comité Olímpico Cubano (2006): “Las peñas deportivas son el eslabón fundamental del trabajo comunitario están muy ligadas a los activistas, historiadores, distintas organizaciones políticas y de masas, estos llevan adelante un programa que involucran a todos los vecinos en cuantas tareas necesita el esfuerzo comunitario”.

    En Venezuela, el debate está condicionado por las características de los deportes y juegos tradicionales. La heterogeneidad cultural expresada en los distintos escenarios comunitarios de este país hace posible que este tipo de actividad humana esté matizada por diferentes perspectivas de análisis. En las más recónditas localidades proliferan espacios espontáneos de debate deportivo, que de ampliarse, activarían aún más las relaciones identitarias positivas y las posibilidades de concertar acciones para el trabajo comunitario integrado que pueden ser liderados por los deportistas activos, practicantes, activistas del deporte, veteranos, entrenadores y miembros de las distintas organizaciones relacionadas con esta esfera.

    El incremento y diversificación actual de la práctica deportiva en los diversos contextos comunitarios de la República Bolivariana de Venezuela, está condicionado por un programa gubernamental sustentado en la Ley Orgánica del Deporte, Actividad Física y Educación Física hecha firme en la Gaceta Oficial el día 23 de agosto de 2011. Como parte del proceso de transformación sociocultural que se lleva a cabo en el país, surge la necesidad de fomentar este tipo de actividad como contribución a la integración de los distintos sectores socio clasistas en escenarios comunes y al fortalecimiento de la identidad como parte del cambio de mentalidad.

    En un estudio preliminar realizado en la población de la parroquia de Marhuanta del municipio Heres del Estado Bolívar, se detectó que existe falta de sistematicidad de los representantes del Instituto de Deporte en el trabajo relacionado con la cultura e identidad deportiva desde los espacios organizados e informales del contexto comunitario donde participan los aficionados al deporte; los medios de difusión locales, al no proyectarse hacia la cultura del debate deportivo desde una concepción organizada en el plano comunitario, limita las posibilidades de desarrollo de la Identidad Deportiva.

    Son muchas las situaciones en el marco cotidiano, escolares e institucionales en las que se debate sobre el deporte, ellas denotan que no se ha cultivado la identidad deportiva a nivel individual y grupal; por tanto, se requiere formar conciencia deportiva en los atletas, practicantes y demás componentes que de cierto modo forman parte del complejo de este tipo de actividad en cualquiera de sus dimensiones. Lograr que la población tengan cierta claridad de la pluralidad de conocimientos, cualidades, valores y significados que entraña el hecho deportivo, es condición para moldear comportamientos a favor de los cambios que demanda la sociedad.

    Son comunes los sentimientos localistas y regionalistas que entraña cierta rivalidad fuera de las normas éticas que debieran predicarse en la época actual. Algunos valores que forman parte de la deportividad, a veces son ignorados para favorecer los criterios propios o del grupo movidos por sentimientos de superioridad. No siempre se revela posiciones de autoafirmación y reclamo de lo que no se les ha reconocido con justeza; de este modo, se origina un mutuo menosprecio entre los habitantes de diversas regiones y localidades, a veces inobservadas por las instancias de poder administrativos.

    De estas primeras reflexiones se deriva la necesidad de analizar algunos de los aspectos teóricos y metodológicos sobre la cultura del debate que puedan contribuir al fortalecimiento de la Identidad Deportiva de la población adulta en los diversos contextos comunitarios de Venezuela.

Acercamientos conceptuales sobre deporte, cultura del debate deportivo e identidad deportiva

    Los procesos de cambio identitarios de la sociedad venezolana debe desarrollarse de forma multilateral sobre la base de formas concretas sustentadas en nuevas formulaciones teóricas desde las cuales sea posibilite realizar nuevas interpretaciones de la realidad. Una de esas manifestaciones es la relacionada con la influencia del deporte en sus diversas clasificaciones y sus nexos con la cultura deportiva, la cultura histórica deportiva y la cultura del debate deportivo.

    El deporte forma parte indisoluble de la cultura de un país, pueblo o comunidad, reflejan sentimientos, conocimientos y otros atributos de la identidad. Atendiendo a estas variables, se consideró necesario asumir el concepto Deporte definido como: actividad histórico social singularizada por la acción física fatigable, competitiva y a veces agresiva, modelada por las necesidades, gustos y preferencias de los múltiples componentes personales activos y pasivos participantes, así como por los reglamentos de las especialidades deportivas o formas de organización más o menos espontáneas, en las que emergen ritos, valores, principios y rasgos identitarios que se expresan en las dimensiones de juego, trabajo y ocio, condicionada por el complejo de influencias en los diversos contextos, circunstancias y escenarios socioculturales, que intervienen en la formación integral de los seres humanos (Montero Quesada, 2012).

    Relacionado con el concepto anterior se asume el de deporte tradicional: son aquellos que surgen, se transmiten y perduran a través de las generaciones de atletas como un proceso de asimilación, renovación y cambios movidos por las necesidades, intereses y expectativas de la identidad deportiva, que incorpora nuevos elementos al patrimonio cultural deportivo de la nación, pueblo o comunidad (Montero Quesada, 2012).

    Una de las variables más importantes que singulariza la perspectiva de historia social es la cultura deportiva, definida por el autor como: conjunto de conocimientos tangibles y espirituales, expresados en los individuos, sobre la actividad deportiva o relacionados con ella, que conforman un todo integrado; las capacidades, habilidades y destrezas adquiridas por los participantes en el deporte, sus creencias, moral, derechos, costumbres, tradiciones, principios, valores y comportamientos habituales de los sujetos participantes. (Montero Quesada, 2012)

    Para comprender el alcance del debate deportivo en los diversos grupos de la sociedad es necesario tener cierta cultura sobre la historia del deporte, de ahí que se asume el concepto de cultura histórica deportiva, definido por el autor como: nivel de conocimientos que se tiene sobre la historia desde una perspectiva cosmovisiva de los deportes en sus diversos niveles y escenarios como expresión individual y colectiva de la cultura universal, regional y local, en la que se sintetiza parte esencial de la identidad nacional de los pueblos, y el conjunto de saberes teóricos, metodológicos e historiográficos relativos al hecho histórico deportivo. (Montero Quesada, 2012)

    Sobre la base de las peculiaridades que caracterizan el debate en los escenarios deportivos y comunitarios en sentido general, se define en este artículo el concepto de cultura del debate deportivo como: el dominio del conjunto de vías y métodos para dinamizar el desarrollo del pensamiento mediante la comunicación interpersonal en cualquier contexto y escenario deportivo, donde ocurren tomas de decisiones y las consiguientes soluciones. Es el conocimiento de habilidades del saber debatir mediante las cuales emergen distintas opiniones y argumentos que se confrontan en un plano de conflicto armónico, y a veces violento, condicionados por la diversidad cultural de los participantes y de la complejidad de los hechos deportivos.

    Focalizar el proceso de formación ciudadana e integración social de la población venezolana desde el prisma de la identidad, con sus especificidades en la identidad deportiva, significa analizarlo y comprenderlo en el marco de las relaciones personales motivadas por diversos factores, circunstancias y temas afines sobre los que se intercambia de modo sistemático.

    El debate sobre temas deportivos en los escenarios urbanos de ciudad Bolívar en el contexto actual es expresión, por una parte, de la herencia de rasgos identitarios, algunos de ellos modificados como resultado del influjo cultural de la modernidad; de otra parte, los elementos que la van caracterizando como resultado de nuevas mutaciones que configuran de modo permanente el complejo de influencias foráneas y nacionales, asimismo, la aparición de nuevas afinidades y diferencias que presuponen unidad de acción de los grupos sociales con las consiguientes pautas de progreso y desarrollo social.

    Para el acercamiento teórico sobre la identidad se recurre a los presupuestos teóricos planteados por autores como: Maritza García Alonso (Identidad e Investigación, 2002), Enrique Ubieta Gómez (Ensayo sobre identidad, 1993), Carolina De La Torre (Las identidades individuales y colectivas, 2001), Veloz Maggiolo (Identidad cultural e identidad nacional. Pluralidad del modelo, 1993), Susana Montero (La cara oculta de la identidad nacional, 1993) y Anthony Smith (La identidad nacional, 1997).

    El concepto de identidad, aunque tiene una estrecha relación con el de identidad nacional, tiene sus diferencias. Según Carolina De La Torre: la identidad es una construcción social centrada en la conciencia de mismidad. Implica integridad, unidad y sentido de pertenencia a grupos o espacios donde nos expresamos, nos encontramos y nos vemos emocionalmente ininterrumpida. Constantemente confrontamos nuestros valores creencias, actitudes, costumbres y representaciones con las ofrecidas por la sociedad. Mismidad y diferencia se transforman con las experiencias, necesidades, educación, actuación en el medio social, expectativas y aspiraciones, entre otros factores (De La Torre, Carolina, 2001: 250).

    Sobre la base del estudio de las aportaciones teóricas conceptuales de los autores mencionados y de las relaciones con el hecho deportivo en el contexto venezolano, se presenta el concepto de identidad deportiva, definido como: atributo de las colectividades humanas que se expresa a través de las representaciones sociales centradas en la actividad deportiva, modelada por la conciencia de mismidad, que entraña integridad, diferencias que se presuponen y sentido de pertenencia hacia el deporte, grupos de atletas y otros componentes personales que confluyen, de modo constante, en espacios afines. Implica confrontación de necesidades, experiencias, valores, creencias, actitudes, aspiraciones, costumbres, educación e instrucción, significados, y otros factores, relacionados con cualquier dimensión del hecho deportivo (Montero Quesada, 2012).

    Para que haya identidad deportiva deben existir elementos comunes entre las personas que favorezcan la identificación, conciencia de los atletas en sí mismos y de los grupos con características diferentes a las de otros. La identidad se educa sobre la base de la herencia histórica social, pues las identidades personales y grupales responden a influencias que emergen de la historia misma de los deportes y de los nexos con la cultura universal.

    El enfoque identitario contextualizado en las actividades de debate y reflexión sobre el deporte, posibilita identificar y diferenciar cada uno de los participantes, por sus intereses, afinidades, hábitos, costumbres y valores que expresan la formación individual de cada uno de los miembros del grupo, que sustentan modos de actuación compartidos que signan la convivencia social.

Referentes teóricos sobre dinámicas grupales para fortalecer la Identidad Deportiva en el ámbito comunitario

    El grupo se define como el conjunto de personas que interactúan directamente entre sí (cara a cara), durante un tiempo relativamente estable, para alcanzar determinadas metas, mediante la realización de una tarea.

    El grupo no formal aplicado a la temática deportiva se forma de manera espontánea sobre la base de la simpatía por un deporte o equipo deportivo y entre las personas que por motivos de amistad y rasgos comunes de personalidad, la comunidad de costumbres, la afición por el deporte, etc., se agrupan, establecen sus códigos y normas propias. A diferencia de los grupos formales, estos grupos no son constituidos de manera oficial para propósitos específicos, sino que surgen espontáneamente. Poseen una estructura que emerge de los procesos de interacción humana. Hay una distribución de roles, hay un líder, que influye en mayor medida sobre los demás, se establece una organización espontánea; pero precisa y particular.

    Los grupos tienden a caracterizarse por la interacción entre sus miembros, su estabilidad relativa, tareas, metas u objetivos comunes. Los miembros del grupo pueden ser, y de hecho son, muy diferentes entre sí: en sus personalidades, en su comportamiento. Lo importante es que la interacción conduzca a un lenguaje común, que a su vez facilite el camino hacia las metas y permita la labor conjunta. Los procesos de grupo comprenden como uno de sus aspectos básicos, la comunicación, pues sin el intercambio consciente e inconsciente de ideas, actitudes, opiniones y vivencias afectivas no es posible conformar un grupo, para lo cual resulta necesario un clima abierto y franco.

    El debate grupal sobre temas deportivos en el marco comunitario está regido por los siguientes objetivos:

  • Lograr el incremento cuantitativo y cualitativo de las relaciones grupales en los escenarios deportivos y en otros ambientes comunitarios vinculados a la temática del deporte.

  • Lograr la renovación de las vías para el trabajo comunitario mediante la búsqueda de incentivos que estimulen la participación activa de la población adulta a partir de los intereses relacionados con la temática deportiva.

  • Elevar el nivel de información y actualización de la población en el acontecer deportivo desde las múltiples aristas del tema, con el apoyo de los promotores y activistas deportivos.

  • Aprovechar el tiempo libre para realizar actividades productivas encaminadas a afianzar la identidad deportiva como forma de concreción de la identidad personal y nacional.

    En las actividades grupales de debates sobre temas deportivos en el marco comunitario debe valorarse no solo como vehículo de las técnicas básicas de la comunicación, sino como medio de adquisición de normas y pautas de conocimiento sobre la temática deportiva, haciendo uso de vías para la instrucción y educación de los participantes para provocar cambios en sus conductas.

    El desarrollo del debate y reflexión sobre temas deportivos en el plano comunitario en la población adulta, debe conducir a un mayor nivel de unidad y respeto mutuo en los grupos participantes, equilibrio entre los aspectos heterogéneos y homogéneos para que las personas se inclinen por lo más justo, puedan controlar sus impulsos emocionales, fortalecer la voluntad, ampliar el desarrollo de la imaginación relacionado con los atributos de la identidad, mejorar el espíritu de superación humano, ampliar la apertura social integrando más personas al diálogo organizado, incrementar la capacidad creadora con vista a mejorar las relaciones comunitarias, mejorar el equilibrio de la actividad mental y física, favorecer el nivel y calidad de la interpretación y las normas de convivencia ciudadana.

    Estas transformaciones implican también en el adulto, experiencias valiosas y ejercite funciones importantes en el orden psíquico y cultural que amplían el nivel de formación personal de los participantes, así como para la aplicación de los conocimientos en la práctica social.

    Las características más significativas de un debate grupal sobre la temática deportiva en el plano comunitario son:

  • Socializador: Su práctica favorece el desarrollo de la comunicación interpersonal e intergrupal, convivencia y trabajo en equipo.

  • Placentero: El debate deportivo debe producir placer en quienes participan y no suponer en ningún caso la aparición de conflictos de carácter antagónico.

  • Espontáneo y motivador: El debate deportivo es una actividad motivadora en la que prima la espontaneidad de los participantes, independientemente de que pueda ser planificada y organizada.

  • Voluntario: Hay que entender el debate como una actividad libre, nunca obligada desde el exterior.

  • Creador: El debate favorecerá el desarrollo de la creatividad en los actos espontáneos y contribuirá al desarrollo más equilibrado en los participantes.

  • Expresivo: El debate es un elemento favorecedor de la exteriorización de sentimientos y comportamientos que en situaciones de otro tipo mantiene cohibida a la población adulta.

    La práctica del debate emana de la realidad, se sale del marco estrictamente profesional, académico u oficial, se desarrolla desde una perspectiva de lo cotidiano, donde el adulto se introduce en un mundo en el que debate en paralelo lo real y la imaginación, logrando satisfacciones que no se alcanzan en escenarios más estructurados como el académico. Es una de las vías para la prevención social en el ámbito de actuación relacionado con la esfera deportiva, supone comprender la esencia de las anomalías sociales, predecir situaciones negativas, reconocer el problema y hasta proyectarse acciones para intervenir.

    En los hechos de debate cada sujeto trae al grupo su historia personal, que contiene sus participaciones en otros grupos: familiar, escolar, de amigos, deportivo, etc. Esta historia lo hace diferente a los demás, tanto en sus ideas, criterios, opiniones, valores, normas como en sus conocimientos y recursos personales para entender y enfrentar la realidad. Él tiene su propia visión del mundo, de la vida, de los demás y las relaciones grupales.

    Este tipo de actividad sobre temas deportivos requiere de conocimientos e intereses mutuos de los integrantes relacionados con problemáticas o situaciones relacionadas con el deporte. A partir de estas interrelaciones o comunicaciones grupales sobre temas deportivos surgen necesidades, cualidades, ideas y acciones que no realizan los sujetos por separado. Cada miembro aporta sus conocimientos, opiniones, actitudes, valoraciones y experiencias relacionadas con el ámbito deportivo, y a su vez asimila e interioriza los aportes de los demás.

    En los debates de carácter informal, provocados con intencionalidad previa, no se trata de la toma de decisiones o acuerdos sobre el tema de discusión, sino de conocer la diversidad de opiniones y criterios que amplían el complejo de miradas o puntos de vistas sobre la controversia. Este tipo de discusiones no está sujeto a normas rígidas, sino solo las reglas elementales de la comunicación. En algunos casos, en dependencia de la decisión de los participantes, pudieran organizarse en turnos de argumentación, réplica, contrarréplica y conclusión.

    En la exposición de las tesis alrededor de las cuales gira el debate es mejor definir de forma clara y precisa las intenciones de los hablantes. No deben mezclarse las ideas a favor con otras que estén en contra; por ejemplo, sería equivocado decir: “Las peleas de boxeo son violentas, pero forman parte de una tradición nacional”. Sería preferible afirmar “es nuestra tradición”. También es prudente no utilizar argumentos que conduzcan a posiciones extremas y radicales que pueden ser motivos de rechazo por los grupos en discusión. Puede emplearse en el debate algunas expresiones de humor, anécdotas, historias, recuerdos curiosos o expresiones que resulten atractivas para crear un clima agradable y positivo. 

    En las respuestas deben utilizarse tesis propias, por eso es mejor no usar “Sí, pero...”. Es preferible explicar primero nuestro punto de vista y después se da la respuesta concreta. Además, debe responderse desde la propia perspectiva del tema. Por ejemplo: -¿Te consideras tener cultura deportiva? -Si por cultura deportiva comprendes a una persona amante del deporte, sí, la tengo. Si cultura deportiva es para ti sinónimo de practicante, no lo soy.

    De este modo, los grupos que se reúnen con motivos deportivos o que acostumbran realizar debates en los espacios donde se reúnen, expresan las experiencias acumuladas como resultado de la interacción de los sistemas que han influido en cada uno de sus miembros durante la etapa anterior a su incorporación al mismo. Es así que el grupo refleja la sociedad mediante las normas, cultura e identidad deportiva.

Aspectos sobre la influencia de la identidad en actividades grupales comunitarias de reflexión y debate relacionadas con el deporte

    Uno de los primeros pasos en la creación de una concepción respecto a la participación comunitaria, los inicia el psicólogo social alemán radicado en los Estados Unidos, Kurt Lewin (1946). Este se refiere a formas prácticas en la cual grupos de personas organizan sus actividades con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida y aprender de su propia experiencia, atendiendo a valores y fines compartidos. Su modelo constituye una espiral permanente de reflexión y acción desarrolladas a partir de las decisiones del grupo y el compromiso común.

    Tomando como punto de referencia la aportación de Kurt Lewin, se estimula la proliferación de debates deportivos en las comunidades venezolanas, con cierta orientación organizativa, como favorecedoras de la aparición de nuevos compromisos de grupo que propendan a la conservación y difusión del patrimonio deportivo autóctono, así como del aprovechamiento de los recursos endógenos para el desarrollo deportivo, integrado a otras esferas de la sociedad, todo esto sustentado en los sentimientos, intereses y valores compartidos como atributos esenciales de la identidad.

    Uno de los aspectos que hace posible la existencia de la comunidad como organismo caracterizado por personas que constantemente interactúan entre sí, son las manifestaciones de debate para satisfacer determinadas necesidades espirituales, ello entraña la existencia de lazos de identificación entre las diferentes esferas de la vida social.

    En las comunidades urbanas son más frecuentes los debates espontáneos sobre diversos temas que ocurren de modo eventual como es el caso del deportivo. Este tipo de escenarios se caracterizan por la amplia dinámica de la vida económica, política, social y cultural, la notable influencia de los medios de comunicación y una estructura poblacional con intereses más inclinados a la participación -activa o pasiva- en actividades de ocio, dentro de la que se incluyen los eventos y actividades deportivas y afines.

    Una de las manifestaciones identitarias ocurridas en el marco de las relaciones deportivas en la comunidad consiste en la valoración compartida de los elementos técnicos, sociales y culturales sobre este tipo de práctica. Es un vehículo para la adquisición de normas éticas y conocimientos sobre deporte y deportistas y un modo de socializar la conducta como vía para el enriquecimiento y educación de su estima personal. De la realización de este tipo de actividades emergen beneficios comunitarios como la conservación de atributos identitarios, el mantenimiento equilibrado de las relaciones sociales como compensación al esfuerzo rutinario del trabajo, la salud y la supervivencia social.

    Ayuda a las personas en la aceptación de los cambios del medio socio-cultural, a canalizar sus inquietudes y expectativas comunitarias; contribuye al fomento del fortalecimiento del espíritu de la confraternidad y de la comunicación, así como a la formación de un ciudadano interesado en sus semejantes.

    Desde el punto de vista psicológico, la participación en actividades de reflexión y debate deportivo genera satisfacción, agrado y entrega; se convierte en un mecanismo de liberación de stress y de energía psíquica así como de la liberación de presiones sociales y laborales que son sustituidas por una fuente de energía saludable que contribuye al equilibrio psíquico de los participantes. Propicia alegría, entusiasmo, autorrealización y autoconfianza así como la oportunidad para despertar inquietudes y enriquecer el estilo de vida.

    Desde el punto de vista educativo, se convierte en un laboratorio vivencial de experiencias de aprendizaje ya que los participantes aprenden en la medida que se involucran en las sesiones de debate experimentando satisfacciones que perduran en el tiempo.

    Esta forma de invertir el tiempo de ocio, constituyen actos de libertad que modifican el comportamiento ulterior de las personas, los libera de automatismos del pensamiento y de la acción cotidiana, permitiendo el cultivo de la sensibilidad y la razón más allá de las exigencias sociales preestablecidas.

    En los debates sobre algún deporte se esgrimen y aprenden nuevos conocimientos técnicos, científicos, culturales, etc., aunque los participantes tengan distintas miradas sobre el tema a debatir, aparecen elementos comunes desde los cuales es posible que cada cual sistematice sus conocimientos sobre el tema. El debate además de favorecer la aprehensión de nuevos saberes, permite conocer a las personas que nos rodean, mejorando de este modo las relaciones sociales; pueden estimular la búsqueda de datos e informaciones en la prensa, los libros y otras fuentes, la consulta a especialistas sobre el tema, etc.

    Con una adecuada planificación y organización de las actividades de debate y reflexión sobre deporte, donde participen personas adultas, se logra en ellos la identidad personal, es decir, hacer ejercicio del criterio, desarrollar diálogos donde ponen en práctica el respeto y aceptación por el otro, la tolerancia y la sinceridad, como condición para una relación sostenible con los demás.

    Convertir el debate en un hábito, es clave para que las personas crezcan desde el punto de vista cognoscitivo. No se trata de “vencer” en una discusión, sino de contar con unas opiniones fundamentadas en la verdad, la razón y elementos probatorios que fortalezcan las convicciones de los participantes.

Conclusiones

    Los postulados teórico conceptuales y metodológicos referidos anteriormente respecto a la identidad deportiva y su relación con el debate sobre temas deportivos, constituyen la base para el desarrollo de actividades de reflexión y debate organizadas en el contexto comunitario.

    La implementación de actividades organizadas de reflexión y debate sobre temas deportivos en la población adulta, sustentada en los presupuestos teóricos y metodológicos tratados, puede favorecer el equilibrio emocional de los participantes, el desarrollo de la imaginación, mejora del espíritu por la actualización de la información deportiva, avances en la calidad de la interpretación de los hechos, mejoría en las normas de respeto en el acto de comunicación y adquisición de conocimientos.

    El estudio sobre la participación de la población adulta de la parroquia de Marhuanta del Estado Bolívar, en actividades de este tipo, vinculada a hechos deportivos pasados y en pleno desarrollo, corrobora la posibilidad de fortalecer, mediante ellas, la identidad deportiva, la educación ciudadana y la integración social concretados en los valores compartidos, la aparición de nuevas aspiraciones, hábitos, costumbres, sentido de pertenencia y significados de la realidad.

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