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Lesiones en waterpolo: causas, prevención y tratamiento

 

Facultad de Ciencias del Deporte

Universidad de Murcia

(España)

Guillermo Felipe López Sánchez

Laura López Sánchez

guillels23@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          El presente trabajo pretende ser una fuente de consulta para toda persona interesada en las lesiones en waterpolo. Mediante una amplia revisión de la literatura científica relacionada con este tema, se obtienen una serie de conclusiones acerca de las lesiones más frecuentes en este deporte, las causas más comunes que provocan las mismas, el tratamiento más adecuado a seguir y la importancia de la prevención para evitar cualquier tipo de lesión.

          Palabras clave: Waterpolo. Lesiones. Causas. Prevención. Tratamiento.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 196, Septiembre de 2014. http://www.efdeportes.com/

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1.     Introducción

    El objetivo de este trabajo es hacer una revisión de la literatura científica relacionada con las lesiones en waterpolo, con la intención de clarificar los aspectos referentes a las clases de lesiones más frecuentes, las causas, la prevención y el tratamiento de las mismas. La estructura seguida consiste en exponer los puntos más importantes de las aportaciones de los autores consultados para, finalmente, explicar las conclusiones obtenidas.

2.     Revisión de la literatura

    Anastasiu (2006) analiza las demandas y capacidades que debe reunir un jugador de waterpolo, aconsejando modos de entrenamiento y diversos test y pruebas para comprobar si los jugadores cuentan con las capacidades y habilidades consideradas idóneas para este deporte. En el apartado de discusión y conclusiones, el autor opina que el test “isocinético para el hombro” es incómodo y presenta un alto riesgo de lesión (esta opinión se basa en su propia experiencia, pues ha tenido la ocasión de haber probado el test como un jugador de élite). Otros dicen que este test es bueno para medir el progreso hecho después de una recuperación. Pero el autor de este artículo piensa que depende del nivel de la lesión, cuando se ha podido perder mucha flexiblidad.

    Badel, Jerolimov & Pandurić (2007) hablan sobre las lesiones dentales y faciales en deportes de contacto, entre ellos el waterpolo. Los jugadores de waterpolo exhiben la incidencia más alta en este tipo de lesiones respecto a los otros deportes. La Sociedad Alemana de Dentistas y Cirugía Oral recomienda el uso de protectores bucales en los deportes de contacto (entre ellos el waterpolo) como medida de prevención de este tipo de lesiones.

    Badel, Jerolimov, Pandurić & Carek (2007) explican que, como el riesgo de sufrir lesiones deportivas aparece ya en edades tempranas y es constante en varias actividades deportivas, el papel de la “profesión dental” se ha convertido en extremadamente importante. Los protectores bucales hechos a medida son los más recomendados para la prevención de lesiones orofaciales y dentales. Dichos protectores se describen en profundidad en este artículo. Algunas investigaciones con muestras croatas reflejaron que las lesiones más comunes en waterpolo ocurren en la región orofacial (96.4 %), de las cuales el 80 % son lesiones de labios, lengua y mejilla. En el periodo de 1977 a 2005 el número de lesiones orofaciales aumentó casi un 62 %. Las lesiones dentales supusieron un 7.6 % de los casos.

    Beachy (2004) realiza un estudio longitudinal de 15 años en Punahou School sobre las lesiones dentales en atletas de escuela e instituto. La muestra se compone de 39 deportes (entre los que se encuentra el waterpolo) y 123 equipos de Punahou School. En lo que se refiere al waterpolo, en la escuela hay 2 equipos (uno masculino y otro femenino) y en el instituto 4 equipos (2 masculinos y 2 femeninos). Durante los 15 años de estudio, por el waterpolo masculino pasan 834 deportistas y se registra un total de 149 lesiones. De estas 149 sólo una es una lesión dental, por lo que el porcentaje de lesiones dentales respecto al total de lesiones es de sólo 0’67 %. (En el estudio se consideran lesiones dentales las de mandíbula, dientes y tejido oral blando: labios, boca, mejilla y lengua).

    Brooks (1999) afirma que el waterpolo es el único deporte de contacto de las disciplinas acuáticas. Este artículo trata las lesiones más comunes, agresivas, agudas y por sobreuso que se dan en waterpolo. La combinación de natación y lanzamiento, sin el beneficio de una firme base de sustentación hace que las lesiones en este deporte no sean infrecuentes. El hombro continúa siendo el área de lesión más estudiada y reconocida, junto a laceraciones y fracturas traumáticas de la cara y de la mano en segundo lugar.

    Chalmers & Morrison (2003) recopilan toda la literatura epidemiológica de lesiones sin sumersión en deportes acuáticos y actividades recreativas, además de describir la incidencia, naturaleza y causa de estas lesiones, factores de riesgo comunes y estrategias de prevención. Las actividades cubiertas por la revisión son natación, buceo, navegación, surf, pesca, waterpolo y esquí acuático. En general, la incidencia de lesión era baja en la mayoría de actividades.

    Clews & Wajswelner (1987) señalan que la tendinitis de inserción en el manguito de los rotadores del hombro es una lesión común en nadadores, gimnastas, levantadores de peso y jugadores de waterpolo en el Instituto Australiano del Deporte. Este artículo pretende comparar la eficacia del masaje con la del tratamiento por ultrasonidos o placebo (en reducción de dolor y mejora de la fuerza en estos atletas). Estos dos últimos factores fueron comparados y las diferencias estadísticamente analizadas. La hipótesis fue que la fuerza producida y el dolor aliviado se debían a los efectos beneficiosos del masaje y estos efectos fueron superiores a los producidos por la terapia de ultrasonidos y placebo. Por tanto, el masaje debería ser incluido como una efectiva forma de tratamiento para la tendinitis del manguito de los rotadores en deportistas de alto nivel.

    Colville & Markman (1999) tratan las lesiones de la extremidad superior en el waterpolo competitivo, indicando que el waterpolo es un deporte de contacto que combina habilidades de natación, lanzamiento y, ocasionalmente, elementos de lucha libre y boxeo. Como consecuencia, los jugadores sufren frecuentemente lesiones que involucran al hombro, al codo, a la mano y a los dedos. Además las lesiones pueden ser el resultado del sobreuso o de un traumatismo agudo. El tratamiento adecuado de estas lesiones requiere comprender las peculiaridades del juego y los mecanismos de la lesión, además de la experiencia para reconocerlas cuando ocurren.

    Creighton, Bach & Bush-Joseph (2006) evalúan el codo medio en lanzadores, ya que las fuerzas generadas por atletas lanzadores pueden causar lesiones y dañar permanentemente las estructuras del codo medio. Los jugadores de béisbol, particularmente los pitchers, son los afectados más frecuentemente, pero los atletas que participan en deportes como fútbol, voleibol, waterpolo, tenis y jabalina también pueden ser afectados.

    Dragan (1972) trata la recuperación del organismo en nadadores y waterpolistas, diferenciando entre la recuperación propiamente dicha y la recuperación después de algunas manifestaciones patológicas causadas por el esfuerzo (la rehabilitación). Afirma que los factores hidro-fisio-balneoterápicos contribuyen en la corrección de algunas manifestaciones patológicas (contracturas musculares, lesiones musculares, ligamentosas o articulares, contusiones, etc.)

    Dragan (1974), basándose en las estadísticas personales de 20 años y en las estadísticas de 10 años del Centro Médico Deportivo de Bucarest (Rumanía), expone las enfermedades específicas y las lesiones más frecuentes de los jugadores de waterpolo:

  1. Patología dermatológica.

  2. Patología otorrinolaringológica.

  3. Enfermedades oftalmológicas.

  4. Otras enfermedades: respiratorias, cardiovasculares y renales.

  5. Enfermedades ortopédicas.

  6. Traumatismos y primera cura.

    En estos 6 apartados sigue una estructura similar: en primer lugar habla de la etiología de estas enfermedades y de las causas de estas lesiones, en segundo lugar de la prevención y, por último del tratamiento.

    También es interesante destacar el porcentaje de enfermedades y lesiones en jugadores de waterpolo, según sus estadísticas y en relación al número total de lesiones. De más a menos frecuentes son:

  • Traumatismos (emergencias).           19,2 %

  • Enfermedades ortopédicas.                13,8 %

  • Enfermedades otorrinolaringológicas. 11,8 %

  • Enfermedades oftalmológicas.             9,8 %

  • Enfermedades dermatológicas.            9,4 %

  • Enfermedades respiratorias.                5,8 %

  • Enfermedades estomatológicas.           4,9 %

  • Enfermedades urinarias.                      4,0 %

  • Trastornos cardíacos.                          3,9 %

  • Otras enfermedades.                         17,4 %

    Franić, Ivković & Rudić (2007) explican, de forma sistemática, las lesiones agudas y por sobreuso en waterpolo. Para ello las dividen en 4 regiones del cuerpo: cabeza, espina dorsal, extremidades superiores y extremidades inferiores.

  • Lesiones de cabeza:

    • Lesiones faciales.

    • Oído de nadador (otitis externa).

    • Trauma del tambor del oído.

    • Lesiones oculares.

  • Lesiones espinales:

    • Dolor de cuello.

    • Dolor de brazo.

    • Dolor de cabeza, hombro y parte superior del brazo (frecuentemente asociados con el dolor de cuello).

    • Dolor en la parte baja de la espalda.

  • Lesiones de las extremidades superiores:

    • Trauma del hombro.

    • Hombro de nadador (dolor de hombro).

    • Lesión del rotador.

    • Lesiones del labio superior desde el anterior al posterior.

    • Codo del lanzador (dolor de codo).

    • Lesiones de mano y muñeca.

  • Lesiones de las extremidades inferiores:

    • Dolor de ingle.

    • Lesiones de rodilla.

    Giombini, Innocenzi, Di Cesare, Di Salvo, Fagnani & Pigozzi (2007) informan de un caso de tratamiento conservativo en un portero de élite de waterpolo de 27 años que sufrió una ruptura parcial del tendón distal del bíceps de su brazo dominante mientras intentaba parar un fuerte lanzamiento. El dolor en la fosa ‘‘antecubital’’ era la principal queja. Los ultrasonidos y la resonancia magnética fueron el instrumental utilizado. A los tres meses de tratamiento conservativo el dolor desapareció. Después de un año, el deportista es asintomático y la recuperación de la fuerza de los flexores del codo y de los músculos supinadores es casi completa.

    Giombini, Rossi, Pettrone & Dragoni (1997) tomaron como muestra 11 jugadores de waterpolo de alto nivel de ambos sexos y miembros de los equipos nacionales italianos de waterpolo, que se quejaban de dolor en el hombro. Los once fueron examinados previamente con test clínico y rayos X, resonancia magnética y artroscopia. En cuatro casos, los rayos X mostraron erosiones del borde glenoideo posterosuperior y en 5 casos, defectos osteocondrales en la visión posterior de la cabeza del húmero. En los once casos, la resonancia magnética detectó daños en el labio posterosuperior, roturas parciales de la cara inferior del manguito de los rotadores y choque glenoideo posterosuperior. En definitiva, aunque el dolor de hombro puede deberse a muchos factores, este estudio evidencia que el choque del borde glenoideo posterosuperior puede ser la mayor causa de ese dolor en jugadores de waterpolo.

    Gohlke, Lippert & Keck (1993) estudian la inestabilidad y choque del hombro del deportista de alto rendimiento mediante una muestra de 89 deportistas de competición masculina (balonmano, baloncesto, voleibol y waterpolo). La incidencia de dolor de hombro durante el entrenamiento y el juego en los 6 últimos meses fue de un 60 % para waterpolo, 40 % para balonmano, 25 % para voleibol y 3.5 % para baloncesto. Analizando estos problemas se encontraron severos problemas en balonmano y menos en waterpolo o en voleibol. En los tres deportes en los que se produce el lanzamiento se encontró una alta incidencia de problemas en el hombro. Usando a los jugadores de baloncesto como grupo control con menos actividad de lanzamiento, los resultados sugieren que este mecanismo parece ser la causa más importante del dolor de hombro.

    Hatzimanouil, Yiannakos & Armatas (2007) realizan un estudio sobre la prevención de lesiones en deportes de contacto como el fútbol, el baloncesto, el waterpolo y el balonmano. Y afirman que la prevención de lesiones es una cuestión importante en la planificación y dirección de los peligros en el deporte. El objetivo de este trabajo es la revisión de la bibliografía que concierne a la prevención de lesiones en conocidos deportes de contacto (fútbol, baloncesto, waterpolo y balonmano) y además encontrar la relación entre ellos: Estos deportes específicos tienen aspectos comunes pero también diferencias entre ellos. En particular, los factores que determinan la prevención tienen relación entre fútbol, baloncesto y balonmano, mientras que el waterpolo, por sus características especiales, presenta un modelo de prevención especial.

    Hill (1983) indica que el hombro es una parte del cuerpo que se lesiona con frecuencia. Se puede lesionar por traumatismo o por sobreuso. El lanzamiento aparece como una de las principales causas de lesión y puede ser dividido en explosivo (béisbol), dinámico (natación) o estático (levantamiento de peso). El autor trata las lesiones de hombro con respecto a los deportes en los que más ocurren: béisbol, natación y buceo, fútbol, lucha libre y otros deportes entre los que se encuentra el waterpolo. Señala que los problemas de hombro son los más frecuentes en nadadores. Las tres entidades principales que causan el “hombro de nadador” son el síndrome del choque, subluxación anterior del hombro y subluxación posterior del hombro. El choque es la más común y está relacionado con mariposa y crol. La subluxación anterior es una rara causa del dolor de hombro y ocurre en espalda. La subluxación posterior también es común pero no está demostrada su relación directa con el dolor de hombro. En cuanto, al waterpolo, el autor explica que los jugadores de waterpolo tienen una alta incidencia en lesiones de hombro. En 1982, el equipo nacional de waterpolo de EEUU reveló un 36% de incidencia en la tendinitis del manguito de los rotadores y un 2% de incidencia en la degenaración de la articulación acromioclavicular. La alta incidencia en el síndrome de choque puede estar relacionada con la alta presencia de la natación y el lanzamiento en los entrenamientos de waterpolo.

    Kiliçoglu, Demirhan & Esenyel (2003) evaluaron los resultados clínicos y radiológicos siguiendo una reducción capsular artroscópica en pacientes con choque interno del hombro. El estudio incluyó 4 pacientes. Tres de ellos eran deportistas de élite (dos de voleibol y uno de waterpolo) y el cuarto era un clérigo. Todos recibieron una rehabilitación preoperativa de 3 a 10 meses sin éxito. A continuación, siguiendo un examen artroscópico de la articulación glenohumeral, la cápsula anterior de la articulación fue reducida usando una prueba de radiofrecuencia. Un programa específico de rehabilitación fue aplicado después de la operación (de 2 a 6 años). Como resultado, las quejas de los pacientes desaparecieron y los tres deportistas pudieron reanudar sus actividades deportivas profesionales. En definitiva, la reducción artroscópica de la cápsula anterior estirada se mostró exitosa siguiendo una rehabilitación posterior de al menos dos años.

    Krijnen, Lim & Willems (2003) profundizan en la osteocondrosis disecante del capitellum del codo de adolescentes. En este artículo se hace un informe sobre 5 casos de atletas del sexo femenino con edades comprendidas entre los 10 y los 19 años (4 gimnastas y una jugadora de waterpolo). Estas 5 atletas tenían una osteocondrosis disecante del capitellum sintomática, que había sido tratada artroscópicamente en todos los casos, seguida de un tiempo de recuperación de 1 a 6.5 meses. Durante la artroscopia, los fragmentos osteocondrales sueltos del capitellum y de la cabeza del radio fueron extirpados y el defecto fue desbridado. Se llevó a cabo una minuciosa evaluación de la articulación anterior y posterior, incluyendo la fosa olecraniana. A los 6 meses de la cirugía todos los codos excepto uno recuperaron el máximo rango de movimiento. Dos pacientes volvieron a la gimnasia de alto nivel y uno está considerando volver. Por tanto, los resultados de este tratamiento sugieren que el desbridamiento artroscópico de los fragmentos osteocondrales sueltos proporciona un buen resultado.

    McLain & Reynolds (1989) llevaron a cabo un estudio de un año investigando todas las lesiones deportivas en un gran instituto, en el cual 1283 estudiantes participaban en deportes y se sufrieron 280 lesiones (22 % del total). El deporte con más lesiones fue el fútbol, seguido de la gimnasia masculina y femenina, la lucha libre y el baloncesto masculino. En cinco deportes no hubo lesiones: tenis masculino, golf, natación masculina y femenina y waterpolo femenino. La severidad de la lesión fue medida por el número de días perdidos por lesión. Por tanto, el waterpolo aparece como un deporte con escasa incidencia de lesiones a nivel de instituto, con una incidencia nula de lesiones en el waterpolo femenino.

    McMaster (1986) señala que el daño en el rodete anterior glenoideo es una dolorosa lesión en nadadores. El diagnóstico del hombro de nadador ha connotado una enfermedad normalmente percibida como síndrome de choque. Sin embargo, debido a un mejor entendimiento de los mecanismos del hombro y del diagnóstico aplicado al hombro de los nadadores, es evidente que ellos también sufren una gran variedad de problemas comunes a todos los deportes con alta movilidad del hombro. Este artículo describe el problema de inestabilidad funcional del rodete dañado en el nadador. El daño en el rodete es parte de un espectro de anteriores problemas del hombro. Esta lesión es particularmente molesta para el nadador y su exitoso tratamiento mediante artroscopia supone un gran beneficio para el nadador.

    McMaster (1999) estudia las lesiones de hombro en nadadores de competición. Las lesiones serias entre nadadores de competición son pocas comparadas con las de otros deportes, especialmente aquellos en los que hay contacto y circunstancias de alta energía. Una lesión de hombro puede suponer un gran obstáculo para un nadador de alto nivel. Un nadador, en un programa de entrenamiento competitivo de un año, puede hacer fácilmente un millón de brazadas y, como en otros deportes, como el béisbol y el tenis, las lesiones de hombro pueden ser devastadoras.

    Merino (1966), en primer lugar menciona las afecciones oftalmo-otorrino-laringológicas (conjuntivitis, otitis y sinusitis), las cuales constituyen un capítulo muy importante en la patología acuática. Pero el artículo se centra en las “tendinitis de inserción”, relativamente frecuentes en nadadores y waterpolistas. Se hace un estudio a partir de 30 casos de tendinitis de inserción (20 nadadores y 10 waterpolistas). Las tendinitis se repartieron de la siguiente forma:

  • Según la localización anatómica:

    • En el hombro: 20 casos.

    • En el codo: 6 casos.

    • En la ingle: 3 casos.

    • En la rodilla: 1 caso.

  • Según el estilo:

    • Crolistas: 8 tendinitis de hombro.

    • Espaldistas: 8 tendinitis de hombro.

    • Mariposistas: 1 tendinitis de rodilla.

    • Bracistas: 3 tendinitis de ingles.

    • Waterpolistas: 6 tendinitis de codo.

    • Waterpolistas: 4 tendinitis de hombro.

    Las de hombro afectan a crolistas, espaldistas y waterpolistas, gente que somete al hombro a un trabajo intenso, en especial a los músculos rotadores (redondo menor, redondo mayor, supraespinoso, infraespinoso y subescapular).

    Las de codo sólo se han visto en waterpolistas. Producidas por el giro que el waterpolista da al antebrazo (supinación muy forzada) al recoger la pelota del agua para tirar a gol o hacer un pase largo.

    Nelson, Huchun & Tuzman (2007) explican que las lesiones faciales son un problema común para el médico deportivo. La mayoría de estas lesiones son abrasiones y laceraciones. Pero pueden ocurrir lesiones más serias y el médico del equipo debe estar preparado para evaluar al atleta lesionado y proporcionarle una cura de emergencia. Una planificación apropiada antes de la competición asegurará la disponibilidad del equipo adecuado para la evaluación y el tratamiento de las lesiones faciales. En este artículo se describen las principales lesiones faciales:

  • Fracturas faciales: Fracturas nasales, Fractura del complejo zigomaticomaxilar, Fracturas maxilares, Fracturas mandibulares, Fracturas del borde orbital.

  • Lesiones oculares: Las lesiones oculares ocurren con más frecuencia en baloncesto, waterpolo, béisbol y deportes de raqueta. El boxeo y la lucha libre se consideran deportes de alto riesgo de lesiones oculares porque estos deportistas no suelen llevar protecciones oculares. Se distinguen las siguientes: abrasiones de córnea, hipema, ruptura del globo ocular, separación retinal.

  • Traumatismo dental: Avulsión dental, Luxación dental, Fractura dental.

    Por último, en este artículo, se hace especial hincapié en la prevención ante este tipo de lesiones.

    Pavlik, Csépai, Hidas & Bánóczy (1996) estudian la habilidad en deportes después de un procedimiento Bankart en deportistas profesionales. La inestabilidad anterior del hombro repetida y la restauración de la habilidad deportiva después de la cirugía son problemas comunes, especialmente entre deportistas profesionales. El objetivo de este estudio es evaluar el porcentaje, nivel y tiempo de regreso a la actividad deportiva después de un procedimiento Bankart en la inestabilidad anterior del hombro en deportistas de alto nivel. De 1992 a 1994, 61 pacientes con repetida inestabilidad anterior del hombro fueron operados con este procedimiento. 44 de los 61 eran deportistas profesionales: 7 de balonmano, 7 de baloncesto, 6 de fútbol, 2 de waterpolo, un jugador de béisbol, 4 luchadores, 2 levantadores de peso, 2 boxeadores, 3 ciclistas, 2 motoristas, 2 nadadores, 2 marineros, 2 kayakistas y 2 esquiadores. La duración media de la inestabilidad antes de la operación era de 19.1 meses (3-72 meses). En el seguimiento posterior de los pacientes, fueron examinados clínicamente usando la puntuación creada por Walch y Duplay y la puntuación funcional Constante. Se midió también la fuerza del manguito de los rotadores con el mecanismo isocinético Kintrex desde la décima semana después de la operación. A continuación los autores analizan los resultados, pero de forma general, sin profundizar en ningún deporte:

  • Del 6 a 31.88% de los pacientes fueron capaces de regresar a la participación deportiva (el 66% al mismo nivel y el 22 % a un nivel inferior).

  • El 12% de los pacientes terminaron sus carreras deportivas.

  • El periodo de rehabilitación medio fue de 5.8 meses.

  • El periodo medio de completa restauración de la habilidad deportiva fue 9.3 meses.

    La conclusión tras el estudio es que el procedimiento Bankart es preferido, dando excelentes resultados funcionales y proporcionando buenas oportunidades para los deportistas de regresar a su nivel deportivo anterior.

    Picardi & De Iasio (1993) estudian la eficacia de la administración percutánea de anti-inflamatorios en nadadores y jugadores de waterpolo, afirmando, como resultado de su estudio, que "diclofenac diethylammonium" (NSAID) ofrece excelentes resultados cuando es aplicado externamente en nadadores y jugadores de waterpolo profesionales que han sufrido un dolor o un fuerte golpe.

    Rizzo & Melloni (1988) analizan la incidencia de lesiones orales-dentales durante la práctica de tres deportes diferentes: fútbol, waterpolo y ciclismo, subrayando la importancia de usar protectores bucales como medida de protección.

    Sallis, Jones, Sunshine, Smith & Simon (2001) comparan las lesiones entre hombres y mujeres en siete escuelas deportivas para determinar si los factores de género podrían ser modificados para reducir el riesgo de lesiones en mujeres deportistas. Es un estudio longitudinal de 15 años de duración, en el que participan varones de 18 a 22 años y mujeres también de 18 a 22 años que competían en siete deportes (baloncesto, cross, atletismo, fútbol, natación, tenis, orientación y waterpolo). Un total de de 3767 participantes fueron incluidos en el estudio y 1874 lesiones relacionadas con el deporte fueron registradas entre los equipos masculinos y femeninos. De estas lesiones, 856 (45.7 %) fueron sufridas por mujeres y 1018 (54.3 %) por hombres. A nivel general, esta no es una estadística significativa. Pero en natación y en waterpolo sí se encontraron diferencias significativas entre los dos géneros, con un mayor índice de lesiones en mujeres que en hombres. Las nadadoras registraron más lesiones de espalda, cuello, hombro, cadera, rodilla y pie; y las jugadoras de waterpolo registraron más lesiones de hombro. El alto riesgo de lesiones de hombro entre nadadoras podría ser el resultado de la filosofía de riguroso entrenamiento de sus entrenadores.

    Suzuki, Tomoda, Miyanaga, Takahashi, Sakata & Shiraki (1990) investigan la influencia en la articulación del hombro del lanzamiento en waterpolo. 167 jugadores de waterpolo fueron entrevistados acerca de lesiones causadas por el waterpolo y 70 jugadores se quejaron de haber tenido dolor de hombro. En 21 jugadores fueron llevados a cabo exámenes clínicos y en 30 jugadores se hizo una valoración de la estabilidad de la rotación externa. En 7 jugadores se hizo un análisis en 3D del momento de disparo. Los resultados fueron los siguientes:

  1. Las fases dolorosas del movimiento de lanzamiento eran la fase de llevar el brazo atrás y la fase de aceleración, estando el dolor presente en las porciones anterior y lateral de la articulación del hombro.

  2. La valoración de la estabilidad reveló que la rotación externa en el lado (brazo) afectado era más grande que en el brazo sano de los jugadores lesionados.

  3. El análisis del movimiento de disparo reveló que el ángulo de rotación externa en la fase de aceleración era más grande en sujetos no lesionados que en los lesionados.

  4. El ángulo de rotación externa después del contacto con el balón aumentaba en los lesionados, pero disminuía en los no lesionados.

  5. Para prevenir la lesión, parece importante coger y lanzar el balón usando la extremidad superior y la rotación del tronco en una posición alta del cuerpo en el agua. Y fortalecer los músculos del hombro.

    Ürményi & Kovács (1974) estudiaron la lesionología y afecciones características de los deportes natatorios. En su artículo exponen ciertas lesiones corrientes y posteriores consecuencias de las mismas, que son características de los deportes natatorios, salto de inmersión y polo acuático (waterpolo). Hacen hincapié en que la prevención puede conseguir más en natación y otros deportes que el tratamiento. Señalan como lesiones y accidentes más frecuentes los problemas traumatológicos, aunque citan también problemas ortopédicos, oftalmológicos, neurológicos… Las lesiones y afecciones que exponen y que se pueden dar en jugadores de waterpolo son las siguientes:

  • Afecciones relacionadas con efectos mecánicos repetidos:

    1. Dolores musculares en la cintura escapular y brazo (sobre todo en natación dorsal y mariposa).

    2. Molestias en la muñeca (de salir por el bordillo).

    3. Molestias relacionadas con las regiones lumbares y sacra del raquis (en mariposa, estilo delfín).

    4. Dolores en el grupo muscular abductor (braza).

    5. Dolores de la articulación de la rodilla (braza).

    6. Molestias referidas al tobillo (crawl).

    7. Calambres en la pierna (en natación sobre todo del gemelo).

  • Estados patológicos producidos por causas distintas a traumas:

    • Enfermedades de los ojos, oídos y piel, así como ciertos estados ginecológicos.

      1. Inflamaciones de los senos frontales y faciales.

      2. Conjuntivitis.

      3. Infecciones micóticas.

      4. Mujeres durante las fechas de sus menstruos.

    Webster, Morris & Galna (2007) tienen como objetivo de su estudio realizar una revisión sistemática, sintetizando y evaluando críticamente la literatura científica acerca del dolor de hombro en waterpolo. Un objetivo secundario es examinar los factores que contribuyen al dolor de hombro en waterpolo.

    Respecto al primer objetivo, los artículos encontrados son clasificados en:

  • Estudios de incidencia.

  • Dolor de hombro.

  • Movilidad de hombro.

  • Fuerza y lesiones de lanzamiento.

    Respecto al segundo objetivo, la revisión encontró una alta incidencia de dolor de hombro en waterpolo y se identificó la acción repetida de lanzamiento como un factor contribuyente al dolor de hombro en waterpolo.

    Youn, Sallis, Smith & Jones (2008), tienen como objetivo determinar el porcentaje de lesiones oculares sufridas en 12 deportes escolares para saber si hay un alto riesgo de lesión ocular en algunos deportes. Es un estudio longitudinal de 16 años de duración. Incluyó 5921 participantes practicantes de deporte escolar y durante este periodo de tiempo se sufrieron 10 lesiones oculares en cinco deportes diferentes. Cinco (50 %) ocurrieron en baloncesto masculino, una (10 %) en baloncesto femenino, dos (20 %) en waterpolo masculino, una (10 %) en béisbol y una (10 %) en fútbol femenino. Por tanto, la incidencia de este tipo de lesiones fue muy baja pero el waterpolo masculino aparece como el segundo deporte con más lesiones oculares.

3.     Conclusiones

    Tras esta revisión bibliográfica, llegamos a una serie de conclusiones acerca de las lesiones en el waterpolo, así como sobre su etiología, tratamiento y prevención:

    Se puede afirmar que las lesiones más comunes en waterpolo se localizan en la parte superior del cuerpo:

  • Cabeza: lesiones orofaciales, dentales y oculares

  • Extremidad superior (hombro, codo, mano y dedos).

    Entre las causas más frecuentes se observan las siguientes:

  • Deporte de mucho contacto

  • Mala higiene individual y de la piscina

  • Factores constitucionales

  • Mal sistema de entrenamiento

  • Centros de infección

  • Transgresiones de los reglamentos del waterpolo

  • Sobreuso: Alta presencia de la natación y el mecanismo del lanzamiento

  • Giro que el waterpolista da al antebrazo (supinación muy forzada) al recoger la pelota del agua para tirar a gol o hacer un pase largo

  • Factores imprevistos

    Respecto al tratamiento, es conveniente seguir determinadas recomendaciones:

  • Terapia y rehabilitación,

  • Reducción capsular artroscópica para el choque posteriosuperior interno del hombro siguiendo una rehabilitación posterior de al menos dos años.

  • Tratamiento artroscópico de osteocondrosis disecante del capitellum.

  • Tratamiento conservativo ante una ruptura parcial del tendón distal del bíceps del brazo dominante del portero de waterpolo

  • Procedimiento Bankart en la inestabilidad anterior del hombro.

  • Masaje como tratamiento para la tendinitis del manguito de los rotadores en deportistas de alto nivel.

  • Administración percutánea de anti-inflamatorios en nadadores y jugadores de waterpolo que han sufrido un dolor o un fuerte golpe.

    Por último, hay que resaltar la importancia de la prevención de lesiones mediante distintos métodos:

  • Corrección de aquellos factores que pudieran favorecer a una determinada patología, teniendo el entrenador o médico un gran papel en esta profilaxis; el árbitro y los jugadores contrarios pueden resolver otro porcentaje y las medidas epidemiológicas el resto.

  • Coger y lanzar el balón usando la extremidad superior y la rotación del tronco en una posición alta del cuerpo en el agua.

  • Fortalecer los músculos del hombro

  • Protectores bucales hechos a medida

Referencias bibliográficas

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 19 · N° 196 | Buenos Aires, Septiembre de 2014
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