El liderazgo como herramienta para el entrenador del karate-do | |||
*Profesor Instructor, Técnico Medio en Electricidad Licenciado en Derecho, Cultura Física y Máster en Dirección. **Profesora Titular. Doctora en Ciencias de la Cultura Física ***Profesor Titular. Doctor en Ciencias Pedagógicas (Cuba) |
MsC. Jorge Luis Arias Mola* Dr.C. Martha Leonor Armenteros Pimentel** Dr.C. Carlos Díaz Barranco*** |
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Resumen El liderazgo es un aspecto importante en la gestión de cualquier organización y varios son los autores que han tratado de explicar desde sus puntos de vista los elementos constitutivos del liderazgo, su definición, los diferentes enfoques y cuestiones relacionadas con el tema. En las artes marciales en la modalidad karate-do, además de su estatus de capitán, un artista marcial que cumpla con los principios de la ética que viene de la cultura oriental y sus exigencias técnicas, se convierte en un líder que logra la perfección y armonía en sus seguidores, llevando al equipo a la victoria. En este caso, todos saben cuál es su papel y cómo deben ayudar a su líder a conseguir el objetivo deseado. El objetivo de este trabajo consiste en sistematizar las concepciones importantes relacionadas con el liderazgo para los entrenadores del Karate-do. Palabras claves: Liderazgo. Gestión. Karate-do.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 19 - Nº 194 - Julio de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Por lo general, se define el liderazgo como influencia, o sea el arte o proceso de influir sobre las personas para que se esfuercen con buena voluntad y entusiasmo el logro de las metas de la organización y se debe alentar a las personas no sólo a desarrollar buena voluntad para trabajar sino también una disposición a trabajar con celo y confianza. Celo es ardor, honestidad e intensidad en la ejecución del trabajo, la confianza refleja experiencia y capacidad técnica. Dirigir es guiar, conducir, orientar y proceder.
Los líderes actúan para ayudar a un grupo a lograr objetivos mediante la aplicación máxima de sus aptitudes (Koontz, 1995).
Según Pazparra (1996) se define el liderazgo como el proceso dinámico de influir en los demás para seguir tras el logro de un objetivo.
Liderazgo es la influencia interpersonal ejercida en una situación dirigida a través del proceso de comunicación humana a la consecución de uno o diversos objetivos específicos (Chiavenato, 1993).
Una característica individual de los líderes es el esfuerzo personal y el afán de mejorar. Para liderar una persona tiene que demostrar que tiene pericia y empatía. La empatía es la capacidad de ponerse en lugar de otra persona, experimentando en uno mismo sus ideas y sentimientos. Como conocimiento, experiencia y habilidad en una actividad, la pericia es el fruto de la destreza y del trabajo arduo. La mayoría de los líderes primero alcanzan la maestría en un área funcional y luego avanzan hacia el ámbito generalista. Un requisito para ser un buen líder es ver el liderazgo con responsabilidad, es entonces el liderazgo proceso donde el individuo ordena, influencia, y supervisa los pensamientos, sentimientos, acciones o conductas de otros (Pazparra, 1996).
Existen aspectos comunes en estos autores y es precisamente la definición de liderazgo como un proceso de influencia que se ejerce sobre personas y que esto se hace para conseguir los objetivos de la organización.
Gibson (1997), en su libro “Preparando el Futuro”, define el liderazgo como el proceso de tener visión, de ser capaz de transmitirlo por toda la organización, recordando siempre a todos, lo que es importante y crear un entorno donde todos sepan por qué están allí.
El liderazgo gerencial resulta de la combinación de una aptitud innata y de una habilidad adquirida, aplicados a influenciar a los demás y hacer que actúen de buena gana, para alcanzar los objetivos de la organización. Es la etérea cualidad que hace que los directivos ejerzan un poder generalmente no coactivo sobre otras personas de la organización. Este poder en la mayoría de las organizaciones se debe solo en parte al status y al nivel de autoridad de la persona que lo ejerce, ya que la capacidad de liderazgo viene en su mayor parte dada por las cualidades personales del directivo en cuestión para influenciar y persuadir a los demás (Osipov, 1976).
Al igual que este autor, otros consideran como un factor fundamental en el liderazgo las cualidades o rasgos personales del directivo.
La psicología aborda el liderazgo en la organización tomando como unidad de análisis al individuo, de ahí que estudie la personalidad del líder a través de vertientes teóricas como la teoría de los rasgos, (el líder posee características personales propias), o teoría conductuales, (el líder posee comportamientos específicos), o teoría de contingencia (la acción del líder depende de factores situacionales) (Fiedler, 1986) plantea que estas teorías de modo interdependientes o combinadas aportan la plataforma necesaria para investigar la eficacia del liderazgo.
La sociología estudia el liderazgo a partir de 3 unidades de análisis: el grupo, la organización y la sociedad. En la primera se toma como resultante de los procesos grupales que transcurren en el marco de la organización, en la segunda se explica a partir de la acción de las variables organizacionales en la dinámica grupal admisible por la organización y en la tercera se vincula al condicionamiento genético, funcional y por los fines que establece la sociedad a la interacción organización-miembro.
El liderazgo constituye para la sociología bajo el encargo organizacional, una síntesis de la relación social específica que impera en la organización. El comportamiento del líder, aunque puede servir como punto de partida en sentido empírico es sin duda, para la teoría sociológica un resultado a explicar en las relaciones sociales por eso se asume el liderazgo como expresión de procesos sociales complejos que transcurren en la organización y que generan determinado resultado como tendencia en cuanto al tipo de líder que surgirá de la diferenciación individual concreta que transcurre en la dinámica grupal admisible por la organización.
La creencia está en que el líder no nace, se hace. Por eso muchos de los factores que definen al líder son adquiridos tras un largo proceso, más que derivarse de una fuente innata. “Las investigaciones se centran más en conocer cómo se comporta el líder que en los rasgos que lo definen” (Hampton, 1989). La clave parece estar más en la conducta.
Partir de la determinación social del líder existente en la organización distingue a la perspectiva sociológica de la psicología en el estudio de dicha personalidad (Andreiva, 1974).
Para el presente trabajo se definió el liderazgo como el proceso de tener visión de futuro, de ser capaz de comunicar y motivar esa visión e influir sobre el objeto dirigido para que como resultado de la combinación de una aptitud, habilidad adquirida, conocimiento, voluntad, honestidad, intensidad, experiencia, capacidades técnicas y entusiasmo se llegue a los propósitos u objetivos del grupo y de la organización.
El liderazgo se consideró como la ejecución de los actos que ayudan a que el grupo logre sus resultados preferidos; o sea, el liderazgo podía realizarse por uno o varios miembros del grupo, según esto, el liderazgo consiste en acciones por parte de los miembros que ayudan a determinar las metas del grupo, o hacer que este se mueva hacia esas metas, a mejorar la calidad de las interacciones entre los miembros, y a desarrollar la cohesión grupal. Al valorar de manera crítica, debe señalarse que el enfoque situacional sirvió de correctivo a la estereotipada noción que concebía al líder como un individuo superior, capaz de guiar en cualquier situación o tiempo; se encontró que diferentes individuos pueden ocupar esta posición y realizar estas funciones en distintos momentos de la historia del grupo. Sin embargo, el defecto principal de este enfoque radica en que al hacer depender el liderazgo casi exclusivamente de la situación, desdeña e ignora la actividad de la personalidad, rechaza su relativa independencia, y pierde de vista que el propio líder influye de manera activa en la situación.
Los líderes carismáticos tienen que a través de su energía y visión personal inspirar a los seguidores, lo cual tiene un impacto importante en las empresas. Los líderes transformacionales “nos motivan a hacer más de lo que inicialmente debíamos hacer, al incrementar nuestro sentido de importancia y el valor de nuestras actividades”, al lograr que olvidemos los intereses personales por amor al equipo, a la organización ó a otra entidad más grande.
Tipología de liderazgo organizacional
Los seres humanos son la parte de la civilización más importante y juegan diferentes roles, por tanto ¿qué responsabilidad podría ser más importante que la del liderazgo y desarrollo de las personas? Sin el liderazgo la organización es solo un conjunto confuso de personas y máquinas. El liderazgo es el ejercicio del líder donde el líder estimula y ayuda a otros para trabajar con entusiasmo hacia determinados objetivos. Es el factor humano el que une a un grupo y lo motiva a lograr sus objetivos.
El liderazgo es un aspecto importante de la administración, pero no lo es todo. A los gerentes se les exigen que planeen y organicen, por ejemplo, mientras que el papel más importante de un líder es influir a otros a lograr con entusiasmo objetivos específicos, esto quiere decir que los líderes fuertes pueden ser gerentes débiles, si sus errores en la planeación llevan a su grupo por el camino equivocado. A pesar de que pueden hacer que su grupo trabaje, no pueden lograr que tomen la dirección correcta para alcanzar los objetivos de la organización.
Una persona puede ser un líder débil y aún así ser un gerente efectivamente eficiente, especialmente si administra gente que comprende claramente su trabajo y además le guste. Este conjunto de circunstancias se presenta con menor frecuencia, por lo que es de esperarse que los ejecutivos excelentes tengan una buena dosis de habilidades de liderazgo.
El liderazgo se desarrolla de varias maneras y así su tipología también. Se puede clasificar los tipos de líderes de acuerdo a su contenido en: económicos, social, militar, internacionalista, familiar, etc., pero para la presente investigación sólo haremos hincapié en los líderes en las organizaciones basándonos en criterios de distintos autores y otras concepciones.
Davis (1991). Este autor da su tipología de la siguiente forma:
I. Según el estilo del líder
Autocrático
Participativo
Liberal
II. Según su forma de acercarse a la gente
Negativo: Los líderes negativos se muestran superiores a la gente, para que se realice el trabajo, amenazan a sus empleados con castigos como la pérdida del empleo, llamado de atención en presencia de terceros, o idas sin goce de sueldo, por tanto son jefes más que líderes.
Positivos: Una mejor educación del empleado, mayores demandas de independencia y otros factores han hecho que la motivación dependa más del liderazgo positivo.
III. Según el uso de la consideración y la estructuración del líder
Considerado: los líderes considerados se preocupan de las necesidades de sus empleados y tratan de ayudarlos a solucionar sus problemas y de crear equipos de trabajo.
Estructurado: Orientación hacia la tarea –los líderes estructurados creen que pueden lograr resultados manteniendo a la gente constantemente produciendo.
IV. Según la función del líder
Supervisor: Son líderes que ocupan posiciones en los niveles gerenciales más bajos de la organización. Ellos supervisan empleados que no pertenecen a la gerencia.
Gerentes: Son líderes de mayor nivel que supervisan principalmente a otros gerentes de menor nivel.
Para Drucker (1964), el gran impulsor del cambio organizacional, lo más importante para ser recordado como líder nace de la diferencia que un líder pueda hacer en la vida de la gente. En este sentido se debe reconocer que los directivos, son las personas que mayor impacto tienen en la vida de otros. Por lo que los directivos como tales, tienen un rol ineludible que desempeñar en cuanto al desarrollo de la identidad de la organización.
El liderazgo promueve la calidad personal de los diferentes actores, el nivel de confianza de las personas, el alineamiento de todos los integrantes de la organización universitaria y la distribución y el otorgamiento del poder permiten el desarrollo de la identidad de la universidad.
La importancia del desarrollo del liderazgo para los directivos, se puede valorar por la influencia que tiene en el desarrollo y progreso de la identidad de las personas en el plano individual y colectivo.
El estudio de la evolución de las teorías de liderazgo permite plantear la necesidad de desarrollar los principios que necesariamente se tienen que manifestar en los diferentes niveles de la organización para la garantía de la gestión y desarrollo de la misma.
El estudio de la evolución de las teorías de liderazgo permite plantear la necesidad de desarrollar los principios, que necesariamente se tienen que manifestar en las diferentes escuelas de karate-do.
Líder deportivo
En los grupos deportivos, como en cualquier tipo de grupos hay líderes. En un equipo de fútbol o de baloncesto, por ejemplo, la figura del capitán del equipo es siempre un dato de interés para comprender la dinámica del grupo. Hay jugadores más hábiles que otros, más respetados y más queridos. En los equipos deportivos, además de la figura del capitán, hay otros jugadores considerados por sus compañeros como muy influyentes, y que desempeñan el rol de líder en función de la situación. Independientemente del tipo de deporte, la figura del entrenador es muy importante para hacer que el equipo o jugador rinda al máximo de sus posibilidades, en aras de conseguir la victoria. Por todo ello, el entrenador debe actuar como un verdadero líder para su equipo y sus jugadores. No hay nada más palpable que comprobar las diferencias de juego que los equipos tienen de un año para otro, no solo por el fichaje de nuevos jugadores, sino principalmente por el sistema de juego que implanta el nuevo entrenador. Ello exige como especialistas, comprender y analizar las distintas estrategias utilizadas por los entrenadores con éxito y determinar las claves de sus distintos estilos de liderazgo utilizadas.
El liderazgo es parte esencial de la estructura grupal. Es determinante en la efectividad que alcance el grupo. El entrenador, si consigue convertirse en el líder del equipo, debe ser considerado como un líder formal, pues ha sido elegido por la organización o club. El entrenador, como líder formal, tendría básicamente dos tipos de responsabilidades (Carron, 1988):
Procurar la satisfacción de las demandas de la organización.
Asegurar que los miembros del grupo satisfagan sus necesidades y aspiraciones.
Cuando el entrenador de un equipo consigue satisfacer las necesidades y aspiraciones de sus jugadores y consigue que el equipo triunfe, obteniendo victorias en este caso, es considerado como un líder efectivo.
En las artes marciales orientales se registra la concepción del líder guerrero, estos conceptos a la luz de hoy, necesitan una interpretación contemporánea, pero no se estaría asistiendo a la verdad científica, sino se refleja, tal y como fueron escritas, por lo que hay que ser capaz de interpretar sus metáforas.
Líder guerrero
"Sentirse importante le hace a uno pesado, torpe y vanidoso. Para ser un guerrero uno necesita ser ligero y fluido".
"La más efectiva manera de vivir es como guerrero. Un guerrero puede preocuparse y pensar antes de tomar una decisión, pero una vez que la toma, él va hacia adelante, libre de preocupaciones y pensamientos; habrá un millón de decisiones más todavía esperándole. Ese es el estilo del guerrero".
"Un guerrero vive actuando, no pensando en actuar, ni pensando en lo que pensará cuando haya terminado de actuar".
"Un hombre común está demasiado preocupado con querer a la gente o con que le quieran a él. Un guerrero quiere, eso es todo”.
"Somos hombres y nuestra suerte es aprender y ser arrojados a inconcebibles nuevos mundos. Un guerrero que ve energía sabe que no hay fin a los nuevos mundos para nuestra visión". (Funakoshi, 1989).
Siempre que se habla de liderazgo no se aborda el análisis opuesto de este concepto, es decir, el antilíder, pero lo cierto es que alguien puede, por una razón u otra, llegar a ocupar esta posición de líder, partiendo en el caso de las artes marciales de sus habilidades en el conocimiento o por sus cualidades físicas para el dominio de las técnicas, pero en lo relativo a lo subjetivo, los valores, lo espiritual es todo lo contrario, por ello en esta investigación se quiere revelar nuestras consideraciones sobre lo negativo de esta posición de poder.
Pocas veces se aborda el concepto de anti-líder, por lo que se considera oportuno definirlos, de manera que queden bien identificados como parte del tratamiento al tema que se investiga. Los anti-líderes:
Saben de antemano lo que le van a decir.
Cuando le hablan piensa en otra cosa.
Dicen cosas distintas a las que creen y piensan
No cambian de idea, no dan el brazo a torcer.
Mantienen los errores ocultos.
Dicen a su jefe que todo anda bien y a su gente que todo anda mal.
Buscan a un culpable.
Dividen para reinar.
Cuando algo anda mal, tratan de que cambien los otros.
Castigan los errores más vigorosamente de lo que premian los logros.
Son complacientes con sus jefes y desconsiderados con sus subordinados.
Esperan instrucciones, sobre todo en emergencias.
Relativizan los logros de su gente para que no pidan aumento.
No convencen, abruman
No toman posición en asuntos controvertidos.
Defienden su posición sin indagar el punto de vista de los otros.
El líder y practicante negativo que exista en las artes marciales no cumple, con la filosofía de la cultura oriental, ni con el legado que nos dejaron los creadores de este arte, ni con el objetivo que persigue nuestra revolución cuando escogió al karate-do como un arma más para defenderse.
Esto trae consigo, pérdida de desarrollo en su arte (estilo), disminuyen los resultados y jamás se logra alcanzar la perfección técnica-espiritual, desunión entre los practicantes, y en general, mala formación de valores que sin estos, no se puede reconocer a nadie como artista marcial, sino como una persona que realiza ejercicios para enriquecer el mal social.
La observación durante estos años y los resultados de las técnicas aplicadas a fundadores y demás practicantes de esta arte milenaria, nos han hecho reflexionar sobre el tema liderazgo en la dirección y ejecución del aprendizaje en la práctica del karate-do, a criterio de los autores, se considera que los entrenadores del karate-do deben ser lideres positivos que respeten el código ético de las artes marciales, donde en sus clases utilicen los siguientes principios:
Principios rectores
Los valores, que se defienden desde sus orígenes hasta la actualidad, son los que esencialmente recogen los veinte principios de Funakoshi definidos por él, para el desarrollo del karate-do, destacándose entre otros: cortesía, honor, fidelidad, sinceridad, solidaridad, coraje, humildad, respeto, dignidad, control de sí, patriotismo.
Un carácter cognitivo, afectivo y conductual, donde están presentes el ¿por qué se aprende? ¿para qué se aprende? Y ¿en función de qué se aprende?
Se debe conocer los sentimientos de justicia de cada practicante, prestando mayor atención a la formación de la personalidad del Sempai y los Seitos que en el propio endurecimiento físico.
Los principios y valores que debe tener un artista marcial, se reflejaran en el líder o Sensei como la principal forma de enseñar, es decir, el ejemplo personal, dentro y fuera del dojo.
La unión de la mente, el cuerpo y la respiración junto a la voluntad, la perseverancia y el espíritu de sacrificarlo todo, son la síntesis de la genuina formación del artista marcial.
Nuevos principios
Mantener rigor en los aspectos de disciplina, así como los rituales principales de uso del uniforme tradicional, saludos, respeto al Sensei y de este a los alumnos y al dojo.
Realizar superaciones a través de campamentos, mediante seminarios y exámenes en todas las provincias.
Realizar superación teórica a través de bibliografías y videos, sobre la historia de las artes marciales, el programa técnico del estilo como necesidad para el conocimiento teórico.
Realizar pre- exámenes, a los que solicitan participar en exámenes programados por la comisión nacional, velando por la preparación previa de los cinturones negros de la provincia.
Controlar la superación, como base para el derecho a examinar para cambios de grados.
Crear canteras de arbitraje, como condición necesaria para la formación integral de los practicantes y logro de mejores resultados.
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