Apuntes sobre los inicios del fútbol en Chile | |||
Sociólogo de la Universidad Central de Chile, se ha desempeñado en el Instituto Nacional de Deportes e Instituto Nacional del Fútbol andresparralopez.blogspot.com |
Andrés Parra López (Chile) |
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Resumen Algunas veces las mejores preguntas surgen del sentido común, es por esto que el presente documento, trata de responder a ¿Por qué el fútbol es el principal y más popular deporte en el mundo? Para este proceso se necesita revisar el camino entre tradición y modernidad, mientras la gente establece una identidad encadenada a un equipo, a un rol en el juego. En el intertanto, esta identidad es dinámica en su construcción. Este juego se convirtió a deporte, mientras estaba consiguiendo un lugar como una función social, especialmente para la sociedad latinoamericana. Palabras clave: Fútbol. Inicios. Chile. Latinoamérica.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 19 - Nº 194 - Julio de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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La más básica de las preguntas es a veces la más interesante de todas, aquella extraída de la calle, de la vida, del sentido común, por esto el presente artículo ofrece un espacio para reflexionar sobre el Fútbol como el fenómeno social más ecuménico del último siglo, a su vez potenciado en los primeros años de este nuevo siglo por el avance en tecnología, comunicación, y el proceso denominado globalización.
Entonces, ¿Por qué el fútbol es tan masivo? ¿Por qué lo juegan todas las etnias? ¿Por qué niños lo juegan a pies descalzos tanto en Sudamérica como en el África? , ¿Por qué el mito popular afirma que si tu equipo gana, “el café en la mañana es más dulce, y el pan más blando”?
He aquí diversos elementos sociales que no han sido metódicamente estudiados por la sociología, esta omisión puede obedecer a la priorización de los grandes temas, sin embargo, en Latinoamérica el estudio de la desigualdad distributiva no ha logrado generar un marco teórico potente, ni siquiera consigue a veces, leer bajo los indicadores oficiales de los gobiernos.
El fútbol, como fenómeno, es transversal a la migración campo-ciudad , a los contactos con un proceso industrializador en su versión latinoamericana, al mercantilismo (adaptado) que enfrentan los puertos latinoamericanos desde finales del siglo XIX, a la identidad nacional, al uso político, a la económica, a la “amortiguación” social de severas crisis, no por nada existen tres momentos en que proliferan la creación de clubes de fútbol en Chile, a finales del siglo XIX con una fuerte crisis política, el suicidio del presidente Balmaceda y la “reconquista” oligárquica del poder, posteriormente en el siglo XX, a finales de la década del ’20 y principios del ’30 se crean nuevos clubes, en un entorno de extrema crisis económica y social, y por último, y ya en medio de la mas reciente de las dictaduras de nuestra historia nacional, diversos clubes se fundan a finales de la década del ’70 y principios de los ’80, con similar entorno a los ya antes mencionados.
Para 1863, se precisa el nacimiento del fútbol moderno, en conjunto con la fundación de la Asociación Inglesa de Foot-ball. Literalmente se puede decir que el fútbol vino en barco a Latinoamérica, gracias al expandido comercio con la potencia imperial del siglo XIX, Inglaterra, sus inmigrantes y tripulaciones mercantes trajeron consigo una particular práctica deportiva.
Es así como en ciudades-puerto de Sudamérica, se generan los primeros clubes, Brasil, Chile, Uruguay y Argentina son los primeros en acusar esta influencia británica, particularmente esta última nación, en el área contigua al Río de la plata, en donde surgiría el – posible – primer club de Fútbol latinoamericano, el Buenos Aires F.C., fundado el 9 de Mayo de 1867, por el inglés Thomas Hogg. Inclusive, en la edición del 27 de Junio del periódico bonaerense en lengua inglesa, “The Standard”, se avisaba que “…el sábado se realizará un match de football en Palermo, solicitándose a todos los que tengan interés en jugar que se provean de un gorro blanco y otro rojo para distinguirlos durante el partido. Sobre el terreno se efectuará una reunión para considerar y hacer conocer las reglas del juego”
La influencia británica se expandiría por los países sudamericanos ya mencionados, mientras los mercantes e inmigrantes portugueses harían lo propio en Brasil. Continuando con el caso argentino, el fútbol iría más allá de Buenos Aires y se expandiría hasta Rosario, cuando el profesor británico Isaac Newells fundara en 1880 el Colegio e internado Mercantil Anglo-Argentino (más conocido como Colegio Newell’s), de aquí surgiría para 1903 el Club Atlético Newell’s Old Boys, cuyos colores (negro y rojo) surgen del matrimonio inglés-alemán, del mencionado profesor con la germana Ana Jockinsen. Los principales clubes de la Argentina presentan historias particularmente portuarias en su origen, en 1905 cinco jóvenes italianos decidieron fundar un club que representará al barrio de la Boca, que para ese entonces ya presentaba el cartel de conflictivo, por esto los jóvenes decidieron agregar un término en inglés para liberar cierta presión social, pero el Boca Juniors no estaba satisfecho con su vestimenta, primero de color rosa, luego de franjas negras y blancas, y ante la indecisión dirigencial le dejaron la decisión al azar, los colores de la bandera del próximo barco que atracará en el puerto serían los colores del club, fue entonces gracias a una embarcación de bandera sueca que Boca presenta esos colores hoy.
Mientras que River Plate, no solo presenta un nombre en inglés, sino que sus orígenes se encuentran en la carbonera Wilson, en donde Mister Jacobs, subgerente de la minera, invitaba a colegas, estudiantes y familiares a su casa, hasta que apareció un balón de fútbol, con la posterior determinación de formar un club, aquí la imaginación no colaboraba y faltaba un nombre para el equipo, precisamente en 1901, Martínez, jugador del club y obrero-constructor del dique 3, observaba a unos marineros británicos descargar gigantescos cajones, una vez terminada la descarga, los mercantes comienzan un partido de foot – ball (ante la pregunta de cómo el fútbol “baja” de la elite británica y aristocrática latinoamericana a las clases populares, en los estibadores y mercantes esta la respuesta). Martínez se acercaría a aquellos cajones que acusaban destino “The River Plate” (el Río de la Plata)… la primera cancha se levantaría en la dársena sud.
Uruguay también presenta una vasta y rica historia futbolística, de hecho es el primer país realizador de un mundial de fútbol y el primer campeón disputando la final del torneo Jules Rimet (en honor al fundador de la FIFA) frente a Argentina el otro equipo rioplatense, con un equipo dorado que ya poseía dos títulos olímpicos. El fútbol, ya en su primera cita mundialista lograba lo que ningún otro fenómeno podría, reunir a las naciones pese al crack económico global, y realizar un evento de tal magnitud en un país considerado subdesarrollado.
Para hablar de los orígenes de este juego en Chile, debemos dirigirnos necesariamente al puerto de Valparaíso, a sus cerros, a su historia, a su contexto como capital económica y comercial del país. En Chile comienzan a practicarse deportes, se estima que para 1860 con la fundación del “Valparaíso Cricket Club”, mientras que a fines de los ’70 se organizan las primeras competencias atléticas y en 1880 comienza a practicarse el tenis, fundándose en 1885 el “Viña del Mar Lawn Tennis Club”.
Todo esto en la ciudad con mayor concentración de colonos británicos, que ya para entonces forjaban nuevas formas de asociatividad, y de estilos de vida, corrientemente imitadas por la aristocracia nacional, sobre todo en sus representantes jóvenes.
El fútbol comenzó a practicarse, ya como deporte, en los colegios ingleses del puerto, y para 1882 se constata la creación del equipo del colegio británico MacKay and Sutherland, formado por hijos de ingleses y de aristócratas criollos en Valparaíso.
Para 1889 aparece el que es considerado el primer club chileno: el Valparaíso F.C. (Marín, 1995), fundado por David N. Scout. Sin embargo, para algunos el fútbol aparece como un “juego de gringos” y “pijes”, pero a diferencia de otros deportes perderá rápidamente su carácter elitista, y se comenzará a instalar en cerros y poblaciones, ingresará “efervescentemente” al mundo popular, se olvidará de clases sociales y orígenes.
Dada su simpleza y económica implementación (No necesita de herramientas como el tenis o el golf, ni de vestimentas especializadas, solo un balón que debe ser empujado hacia la línea final del contrario), se comienza a arraigar fuertemente en la vida porteña, incluso en el incesante esfuerzo por “mejorar la raza” que ya se planteaba en aquel Chile conservador.
La asociatividad entre ingleses y criollos, ya no solo pasaba por los matrimonios convenidos, sino también por esta reunión “ritualista” en torno a un balón que aportaba nuevos conocimientos, en que tal como apunta el periodista Edgardo Marín, “Valparaíso, Coquimbo, Antofagasta, Iquique, La Serena y Concepción miran hacia el mar esperando rivales y novedades reglamentarias de un deporte que, a pesar de su difusión por todo el mundo, está en plena evolución y busca sus perfiles propios”.
Además se comienza a instalar el paradigma de que el deporte tiene una función social, y de que como tal puede cooperar en la búsqueda de condiciones más higiénicas de vida y en contra de vicios populares arraigados. Podría decirse, que el fútbol chileno tiene sus orígenes en Valparaíso y Santiago casi simultáneamente, pero debe ser respetado siempre el orden recién mencionado, ya que son los puertos nacionales, los que reciben a este deporte, y en un segundo orden el fútbol se desglosaría de norte a sur tras la influencia de las salitreras y sus capitales británicos.
Mientras en Santiago, para 1884, jóvenes empleados y directores de empresas comerciales inglesas jugaban habitualmente en el Parque Cousiño (hoy Parque O’Higgins), lugar que también visitaban los alumnos del Santiago College, acompañados por el profesor de Caligrafía y dibujo, Mr. Vincent, quien logró incorporar al fútbol como parte del programa deportivo de la institución.
Así comienza el fútbol a ser público, y no privado como otros deportes, se juega en parques y plazas, y llama la atención de jóvenes criollos provenientes de sectores populares, de este modo, según consigna Santa Cruz (1991), se comienza a formar una característica que no abandonaría el fútbol sudamericano, que dice relación con el hecho de que constituye una instancia de encuentro entre sectores sociales distintos, en condiciones de cierta igualdad, que rompe -transitoriamente al menos – las barreras entre ellos.
Pese a que a principios de los ’90 la difusión del fútbol todavía se practica al interior de colonias extranjeras, se producirá un hito para 1893 que aceleraría el desarrollo de la práctica futbolística, estos son los llamados encuentros “intercities”, entre seleccionados de Santiago, capital política y administrativa, y Valparaíso, primer puerto y efectiva capital económica.
El fútbol ciertamente no es el centro de la vida social, sin embargo, como fenómeno cultural posee prácticas complejas y multivariadas, en que lo mestizo y lo híbrido parece ser lo característico de dichos procesos (García Canclini, 2001), que como reconoce el historiador Bernardo Subercaseaux, es la noción de apropiación que “…apunta a un proceso activo a través del cual se convierten en propios o apropiados elementos, ideas o estilos ajenos(…) la apropiación implica una adaptación o transformación en base a un código distinto y propio”.
“El Juego del football está atrayendo a un gran número de jóvenes, especialmente en Valparaíso y nuevos clubs están apareciendo constantemente, por lo que ya parece conveniente formar una Asociación” (Marín, 1995), afirma el periodista ingles Robert H. Reid en su artículo publicado en el periódico porteño The Chilian Times, artículo que llamaba a asociarse en una reunión que sería celebrada el 19 de Junio de 1895 en el Café del Pacífico a las ocho y media en punto. Poco antes este periodista de uno de los periódicos de la colonia inglesa, había lanzado el desafío anterior “¿Tomarán la iniciativa el capitán y el secretario del club-padre (el Valparaíso) y citarán a una reunión?”, el Valparaíso F.C. recoge el desafío, y organiza la reunión, a la que asistirían no menos de cincuenta personas, entre ellas los representantes del club ya mencionado, del Victoria Rangers, Mac Kay and Sutherland Athletic y Chilian F.C., así nace la Football Association of Chile.
Pese a los inconvenientes y algunas prohibiciones, un tanto prejuiciosas, el fútbol se abre campo, comienza a “criollizarse”, en un proceso dinámico pero no por eso de fácil recorrido, jugadores e hinchadas comienzan a perder cierta hegemonía inglesa.
El fútbol deja de ser un fenómeno netamente de Valparaíso y sus alrededores, y recorre Chile, extendiéndose casi simultáneamente a Santiago, con evidencias de su temprana práctica también en el Antofagasta Sporting Club, y posteriormente serán las pampas y salitreras los principales escenarios en donde en fútbol se masificará y se hará propio, híbrido pero popular diría García Canclini, llevando así la popularidad de este juego más allá de los cerros porteños y del parque Cousiño y la Quinta Normal, incluso y contrario a la orientación cardinal el fútbol no esperó un tránsito de norte a sur, ya que gracias a los puertos este fenómeno se saltó varias ciudades para llegar también a Concepción y sus alrededores, se evidencia así la pronta creación de clubes de fútbol como el Arturo Fernández Vial y el Rangers F.C en el sur de Chile.
Desde Santiago llegan asociaciones a afiliarse a la naciente organización, el Nacional Athletic y el Santiago Rangers, sumándose a Valparaíso Wanderers y Nacional F.C. con lo que ya suman ocho clubes, y se organiza el primer campeonato, desempeñándose con resultados variados, comenzando así los llamados clásicos porteños, con un dato no menor para la época, en un partido “intercity” entre el Victoria Rangers y Santiago City, realizado el 15 de Junio de 1895, se registra una asistencia al parque Cousiño de poco más de dos mil personas. Ya no solo se juega en la “cancha de los gringos”, sino que también en el Parque Playa Ancha y en la población Vergara, se juega también en Los Placeres. (Marín, 1995)
En un clima de profunda crisis civil, política y militar, nacen nuevos clubes, que presentan disputas dirigenciales propias, básicamente en dos conflictos, el primero alude a la nacionalización del juego, utilizar el idioma español para su desempeño, sumado al creciente nacionalismo que dejaron las principales guerras del siglo XIX, dándole énfasis a los colores patrios y a sus localidades y ciudades, un segundo conflicto se basa en la problemática capital-provincia, en el permanente roce entre el poder político y administrativo de Santiago frente al poderío económico de Valparaíso y su comercio.(Pinto, 1962).
Pero estos no serían impedimentos para la formación de nuevos clubes, tras la desaparición de algunos, y la fusión de otros, los clubes se instalaban como asociaciones sociales, de hecho más de algún nombre de club fue precedido de C.S.D. (Club Social y Deportivo), pero Santiago no se quedaría atrás y vería el nacimiento de uno de los equipos más tradicionales del país, el Club deportivo Magallanes (hoy con el agregado de Sociedad Anónima), fundado el 27 de Octubre de 1897, le seguirían el Santiago National del 10 de Abril de 1900, mientras en Talca, surge el Club Social de Deportes Rangers fundado el 2 de Noviembre de 1902.
Pero no solo los obreros o las instituciones educacionales tendrían su equipo, también la oligarquía aristocrática, tendría su representación en el Badminton de 1912, o el Green Cross (1916) de Temuco, también conocido como “los pijes”, pero también las fuerzas armadas tendrían fútbol, el Brigada Central de la Policía de Santiago, el Artilleros de la Costa F.C., el Campaña F.C., sin embargo, los clubes que más perdurarían serían los clubes de colonia, en base a fusiones y la integración de otros deportes, como es el caso de Audax Club Sportivo Italiano (actualmente Sociedad anónima) fundado el 30 de Noviembre de 1910, cuyo comienzo estaba relacionado con el ciclismo, o la Unión Española (fundación 18 de Abril de 1897) que proviene de la fusión del “Ibérico balompié” con el “Club Ciclista Ibérico”, a estos representantes de colonia se sumaría el Club Deportivo Palestino (Sociedad Anónima Deportiva) del 20 de Agosto de 1920, para cerrar esta histórica trilogía, que en algún momento tuvo un efímero representante de la colonia alemana, el Deutscher Turnverein.(Santa Cruz, E.,1991).
Chile, ya para ese entonces mostraba una capacidad organizativa poco común, y que pese a su geografía y latitud en el mundo, no se retrasaba de los acontecimientos del fútbol mundial, de hecho sería la segunda asociación de fútbol en Sudamérica, una de las cuatro fundadoras de la CONMEBOL (Confederación Sudamericana de fútbol) en 1916, y uno de los países americanos más prontamente asociados a FIFA (Federación Internacional fútbol Asociado) en 1913.
Recién para 1933 se disputaría el primer campeonato profesional de fútbol disputado en Chile, torneo disputado por: Magallanes, Colo-Colo, Unión Española, Audax Italiano, Morning Star, Green Cross y Santiago National, no deja de ser curioso, que en uno de los países más golpeados por la crisis económica mundial del ’29, Chile vio cómo se fundaban clubes, y no sólo eso, vio cómo se instalaba la problemática de la profesionalización del fútbol y de pagar sueldos a los jugadores. En la década de los ’20 se crean los dos principales clubes del fútbol Chileno, el Club Social y Deportivo Colo-Colo (19 Abril de 1925), y el Club Deportivo Universidad de Chile (24 Mayo de 1927).
En síntesis, son cinco los factores que potencian la inserción de este deporte en el país, y en sus clases sociales por cierto, en primer lugar el comercio mercantil portuario no solo importa manufacturas y otros bienes, sino que también trae al fútbol y no solamente como una práctica de los aristócratas ingleses, sino que también de los marinos mercantes es decir, la primera imagen del fútbol es que se trata de un juego popular, no como el lawn-tennis y el cricket, ya que en la medida que se masifica este deporte se comienza a ansiar la llegada de cada barco inglés a los puertos nacionales, en la espera de una nueva regla, indumentaria o historia-testimonial que sería rápidamente adoptada por los adeptos nacionales.
En segundo lugar pero no por eso de menor importancia, está el aporte de la colonia inglesa, y posteriormente el de otras colonias “futbolizadas” que también aportarán lo suyo, sin embargo, son los ingleses quienes en sus clubes y colegios privados comienzan a practicarlo en tierras nacionales, empiezan a organizarse, a formar clubes y representaciones, se escogen colores, nombres, e importan constantemente nuevas reglas y normativas.
Un tercer factor a considerar, lo entregan los propios docentes de estos colegios en un inicio, y luego docentes criollos quienes integran al plan de estudios y como rama de la educación física a este deporte, normalistas o no, estos docentes son los principales impulsores, cumpliendo a veces múltiples roles, como docente, director de un club, entrenador y a veces arbitro de un match, la perseverancia de estos, su constancia y trabajo fue lo que llamó la atención de los jóvenes quienes no dudaron en adoptar una de las pocas instancias de flexibilidad disciplinaria, para condenantes determinaciones de los exigentes colegios ingleses de principios de siglo.
El factor “inglés” se presenta en todo el mundo en general, ya en Europa el A.C. Milán y el F.C. Barcelona presentan la bandera inglesa en su insignia, los colores del River Plate argentino también son un homenaje a la bandera (aunque esto a veces duela en el corazón trasandino tras el conflicto por las Islas Malvinas), el Wanderers (Trotamundos en español) uruguayo y el chileno, el The Strongest en Bolivia.
Además de un vocabulario que durante gran parte del siglo XX se mantuvo presente, the Match (el partido), Football (Balompié), Goalkepper (Portero), Back o Defender (Defensor), Back-side (Lateral), Middle halve o Mid-field (Centrocampista o Medio campista), Forward (Delante o atacante) , Wing (Ala, también entendido como puntero, un atacante que se instala a los costados del área), Referee (también adaptado como Réferi, Juez o Arbitro), Lineman (Guarda línea).Con ciertas adaptaciones al “Spanglish” como Centro-forward (centrodelantero), Goal (Meta –objetivo, “espanglishado” como GOL), así como ciertos resabios que aún se escuchan en canchas y relatos, como el Off-side (Fuera de juego) o el Corner shoot (Tiro de esquina), en síntesis la aculturación aparece no como un fenómeno ocasional, de efectos devastadores, sino como una de las modalidades habituales de la evolución cultural de cada sociedad (Cuche, 2002), es parte de su crecimiento y desarrollo, pese a que algunas teorías de corte marxista hagan hincapié en la apropiación de los medios de producción y la enajenación de las materias primas, curioso es entonces que uno de los estudios más citados, haga énfasis sobre la incapacidad de la clase gobernante, principalmente aristócratas, dedicados a imitar el modo de vida europeo, sin escatimar en gastos para eso, por sobre las políticas públicas de largo alcance y los programas de desarrollo estatales. (Pinto, 1962).
Un cuarto y quinto factor, quizás mas criollo que los primeros, tiene que ver con cierta función social que le cuelgan al fútbol, como un deporte que podría alejar de ciertos vicios a la población, particularmente del alcoholismo, de la juerga y la remolienda, esperando así que este juego provocará condiciones mas higiénicas, saludables para una población popular en condiciones francamente deplorables.
También se esperaba una vida mas familiar, y un acercamiento entre padre e hijos, además de una educación, conocimiento y vocabulario, que no consiguió en el aula, pero si encontraba en la cancha, esto sumado a cierto reconocimiento e identidad que todo ser humano necesita.
La pampa nortina y la práctica del fútbol en las salitreras, es otro factor de “desclasamiento”, tal como el primero en que los criollos latinoamericanos observan a marinos y mercantes jugando en las dársenas y puertos, las salitreras, y sus empleados, viven el mismo proceso de adaptación y práctica del fútbol, el que transitó desde el puerto a los cerros de Valparaíso, en que pese a las precarias condiciones laborales y sanitarias, el fútbol constituyó un recreo, un juego con aires de libertad, un paréntesis a la explotación, que se desarrolló y se instaló una y otra vez, solo con un balón.
Quizás fue la única libertad que otorgaron los dueños de las salitreras en su condición de ingleses, por esto es curioso que no sean estos últimos los que se opusieran al juego, sino tempranos dirigentes sindicalistas que ya se relacionaban con ideas comunista-anarquistas, y comparaban al fútbol con aquella legendaria frase de Karl Marx, “el opio del pueblo”.
Se podrían agregar dos factores más a esta lista, factores más transversales, que pueden ser confundidos con funciones sociales permanentemente, porque el fútbol, es simplicidad, es sencillo, como ya se dijo no requiere de mayores herramientas, ni de un terreno excesivamente específico, en que pese a tener reglas y normas estrictas como la expulsión del campo, presenta cierto grado de libertad, de innovación, de azar si es que se quiere, es esto lo que lo hace entretenido y masivo, sumado esto a cierta variedad artística, en que cada táctica dibujada en el campo debe aplicarse en el equipo a tal nivel de organización, e integración entre sus unidades que no se diferencia de una orquesta o un ballet, es “el arte de lo organizado”, ninguna bailarina de ballet puede saltar más alto de lo que se requiere, ningún músico puede omitir la pauta y sonar el trombón en un momento imprevisto, pero es el trabajo en equipo lo que genera eficacia, logra objetivos, una gran danza, un gran concierto, los aplausos del público, en el caso del fútbol, su mayor éxtasis y clímax… el gol.
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