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La superación del profesional del deporte 

desde una perspectiva epistemológica

 

Profesores titulares

UCCFD “Manuel Fajardo”

Facultad de Santiago de Cuba

(Cuba)

Dr.C. Julio Daniel Chibás Ponce

Dr.C. José Baltazar Céspedes Paredes

jbcespedesp@scu.uccfd.cu

 

 

 

 

Resumen

          El trabajo valora lo pertinente y ventajoso de promover la superación del profesional de la cultura física desde una perspectiva epistemológica, que permita a este profesional acceder a niveles metodológicos y de sistematización en correspondencia con el desarrollo de la ciencia actual y como vía de superar las tradiciones empírico-analíticas positivistas. La superación como proceso se presenta a través de un modelo en el cual la proyección metodológica y la sistematización se condicionan mutuamente en el proceso de investigación y en su dialéctica conducen a que el profesional del deporte sea capaz de construir modelos no lineales de su objeto de investigación que le propicien prácticas de mayor universalidad y trascendencia.

          Palabras clave: Superación. Profesional del deporte. Perspectiva epistemológica.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 19 - Nº 192 - Mayo de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El soporte científico del deporte se revela en importancia creciente, en la medida que tal actividad deja de ser empírico-espontánea y reclama los recursos que ciencia y tecnología en su simbiosis ponen a su disposición. La afirmación anterior, aunque cierta no es suficiente, en tanto se necesita un examen más detenido, acerca de lo que el deporte requiere y lo que la ciencia para su óptimo desarrollo puede brindarle. Esa es, premisa importante a la hora de concebir la superación de los técnicos del deporte y asunto además, de indiscutible competencia epistemológica.

    La superación de ese profesional reclama una orientación epistemológica argumentada, que le permita un desempeño eficaz en las investigaciones científicas y en la práctica, en las construcciones teóricas y en la creación de instrumentos generalizadores ante las experiencias resultantes de su actividad laboral concreta. Ello, a la postre, contribuirá a una práctica del deporte a la altura de los nuevos tiempos.

Desarrollo

1.     La necesidad de asumir nuevos paradigmas en la orientación de la formación del profesional del deporte

    El apego a tradiciones positivistas ha sido una impronta en toda la historia de la educación en Cuba y los restantes países latinoamericanos. Las tendencias analíticas asociadas a esa tradición, el reduccionismo metodológico, la renuncia a enfoques integradores y holísticos, han prevalecido durante largo tiempo en la esfera de la preparación científica de los técnicos del deporte, en tanto de otro lado, se ha hecho evidente y la práctica exige con fuerzas, adoptar nuevos horizontes cognoscitivos y metodológicos, en consonancia con el desarrollo científico-técnico contemporáneo.

    En la esfera del deporte, el analitismo se ha convertido en sustento de la súper especialización de sus profesionales. Ello significa que ante la amplia gama de modalidades deportivas, los técnicos se atienen a una parcela de trabajo en la cual serán más reconocidos, mientras más angosta sea su esfera de actuación y el tiempo laboral acumulado en ella.

    Es cierto que la especialización de un profesional del deporte en una modalidad dada, es en extremo importante y hasta imprescindible y contra ello no existe argumento válido de reproche. Pero, debe tenerse en cuenta, que una superación meritoria de ese profesional, estará condicionada por las tendencias actuales científico-técnicas de integración y no por las perspectivas analíticas ancladas en el pasado.

    Lo disciplinar a ultranza, es contraproducente con la admisión de los principios sistémicos y con la pretensión de asumir determinada disciplina científica como sistema, pues, una cualidad de éste es la imposibilidad de cerrarse a partir de sí mismo. Dicho de otro modo, para proyectar de forma sistémica cualquier actividad profesional o disciplina científica, en la consideración misma del sistema, ha de estar presente el reconocimiento de su entorno que permite precisar las condiciones objetivas en que el sistema dado se cierra y las condiciones de apertura que posibilitan el flujo de interacciones dinámicas con el exterior.

    Por lo dicho, desempeñarse puertas adentros de una especialidad deportiva sin el contacto necesario con el entorno epistemológico, además de contravenir la orientación integradora de la ciencia actual, actúa como un sesgo del profesional que es preciso rechazar. O sea, se aspira fomentar un pensamiento inter y transdisciplinar de modo que, sin abandonar la especialidad, el profesional del deporte gravite en campos de mayor trascendencia y universalidad.

    Un entrenador de determinada especialidad no está obligado a ser versado en otras, ni en modo alguno ello es exigencia epistemológica. Se trata de que ese profesional, al reconocer el carácter sistémico de su esfera de actuación, debe simultáneamente, reconocer los canales que comunican a su especialidad con el entorno cognoscitivo y así se fija una condición necesaria para comprender e investigar la dinámica de su disciplina-sistema.

    El analitismo es no solo modo de actuar, es también un estilo de pensar que, arraigado y refrendado por la tradición, se opone a la tendencia integradora y sistémica de la ciencia en su desarrollo ontológico. La disputa epistemológica resulta de la antítesis entre el modo analítico de pensar y actuar que condena a una visión disciplinaria del profesional y las tendencias sistémicas que posibilitan la concepción interdisciplinaria de los procesos, en la cual debe ser entendida la racionalidad científica del deporte, en particular la concepción del entrenamiento deportivo como teoría científica pedagógica.

    Las tendencias empírico-analíticas dan cuenta del reduccionismo biológico, con el que frecuentemente se trata el hecho deportivo desde la ciencia, con la consecuente valoración hiperbólica de la preparación física frente a las restantes dimensiones del entrenamiento. La tendencia a adoptar de modo absoluto una dimensión del entrenamiento en detrimento de las restantes, degrada el proceso pedagógico de preparación del atleta y hace más estrecho el campo de acción investigativo del profesional del deporte.

    La ejercitación de una capacidad motriz dígase la fuerza, fuera del contexto de un sistema, fuera del marco integrador de relaciones articuladas y definidas del entrenamiento no es un proceso pedagógico, sería más bien fisiología del ejercicio físico. Bertalanffy señalaba con acierto que la reacción de síntesis de proteínas que ocurre en un tubo de ensayo, no es un proceso de vida por más que esta reacción la tipifique, en tanto esta reacción tiene lugar fuera del contexto de las relaciones sistémicas metabólicas que sí dan cuenta del proceso orgánico del vivir.

2.     La ciencia del deporte tiene un carácter interdisciplinario

    En la ciencia del deporte convergen diferentes disciplinas científicas, hecho que se manifiesta cuando se construyen los currículos destinados a la formación de sus profesionales. Lo curricular se presenta como contigüidad de disciplinas diferentes: biomecánica, bioquímica, fisiología, sociología, psicología, entre otras, que supuestamente deben cubrir el paisaje policromo de su objeto.

    Sin embargo, tras este enfoque pluridisciplinario no aparece la especificidad del tratamiento interdisciplinario del deporte. Asumir la interdisciplinariedad tiene otras exigencias como es, cobrar conciencia de que a diferencia de la época clásica, la región de estudio de una ciencia en la actualidad se concreta por las variadas relaciones interdisciplinarias y las fuertes tendencias de integración características del movimiento científico presente.

    Se debe constatar el hecho de que, el núcleo de la región de estudio del deporte ha de buscarse en el seno de esas relaciones interdisciplinarias, donde se define su especificidad como sistema. Para ello se necesita el enfoque sistémico y más aún, se impone asumir el paradigma del sistemismo que, como ya fue aclarado, aleja las concepciones de trabajo del paradigma empírico analítico persistente por largo tiempo.

    Continuar abrazado a las viejas ideas significa, además de no poder sobrepasar las tendencias biologizantes arraigadas, la creencia explícita o tácita de que el entrenamiento deportivo pende de modo casi exclusivo de los resortes de la biología y de la fisiología, lo que implica la reducción de lo complejo a lo simple, la simplificación de los problemas reales que afectan la formación del profesional, entre ellos, el no poder conjugar en un sistema dado aspecto tan importante como es la formación del pensamiento técnico y táctico de los atletas.

    Sumar lo biológico, fisiológico, bioquímico, sociológico y psicológico, no dará nunca el sistema real que signifique las relaciones donde y a partir de las cuales, existe el deporte en su dimensión de ciencia plena. La tarea de índole epistemológica requiere atención y trabajo mancomunado de representantes de diferentes ciencias, pero con la concepción a priori que ha de ser planteado y resuelto un problema de carácter epistemológico. Por ello, la interdisciplinariedad no es una práctica eficaz solo, es también filosofía de plantear un problema científico en sus raíces y de abrir nuevas puertas a la investigación.

3.     La superación del profesional del deporte dirigida a nuevos horizontes epistémicos

    La superación posgraduada del profesional del deporte plantea entonces determinados requerimientos, entre ellos, recorrer un largo y arduo camino que debe conducir a la admisión de paradigmas emergentes y descubrir nuevos ámbitos epistémicos. Este recorrido no tiene lugar de súbito y menos de modo espontáneo. Se hace obligado transitar el camino en tres eslabones: 1) superar las limitaciones del empirismo 2) reconocer la identidad sistémica e interdisciplinaria del objeto de estudio de la ciencia del deporte y por otra parte 3) acceder a una visión transdisciplinaria que ya de suyo significa cultivar, no una visión particular de la ciencia, sino, una concepción integral de la realidad y de la racionalidad científica con que se le explica e interpreta.

    No se trata de un camino allanado y exige del profesional ingentes esfuerzos, pero de objetivos y metas alcanzables. Al final del recorrido podrá constatarse cómo el fuerte sustento que en lo biológico tiene la ciencia del deporte, no se elimina ni minimiza, en tanto la visión de lo biológico cambia cuando la mente lo percibe desde una perspectiva sistémica. Desde esa perspectiva en que cambia sustancialmente la visión de lo vivo, se modifican también las formas de hacer la ciencia por la aplicación de nuevos conceptos de integración y la construcción de modelos de amplia base de aplicación.

    Al comienzo de las formulaciones del paradigma sistémico, se presumía que estas eran solo aplicables a los sistemas organizados vivientes. Pero, no tardó la comunidad científica en reconocer las propiedades generales e isomórficas de los sistemas, incluso en el nivel inorgánico y que tales propiedades en calidad de regularidades y leyes se cumplen en regiones distintas de la realidad.

    Importa ahora destacar que la determinación del objeto de la disciplina científica del deporte en calidad de sistema, abre una puerta de incalculable representaciones opuestas al reduccionismo metodológico. En las diferentes dimensiones en que se puede definir lo sistémico del objeto de la ciencia del deporte, sea el proceso de entrenamiento, el de competición o el relacionado a la propia concepción ontológica, han de aparecer las relaciones de integración, aquello que sustenta la unidad del sistema.

    A partir de una concepción analítica es imposible comprender la dinámica de una competencia de un juego deportivo, ni apreciar las relaciones dinámicas que determinan las sucesivas configuraciones que adopta un partido desde el principio hasta el fin. La praxeología motriz ha adelantado algunos postulados en esa dirección, pero son insuficientes por las premisas metodológicas y epistemológicas de las que parte. (Parlebas, 1988)

    Insuficiente también es el uso profuso que se da al término sistema en la literatura relacionada con el deporte. Es cierto que muchos manuales usan y abusan del término, pero ello se reduce en la mayoría de los casos, a relacionar los diferentes componentes de un contenido privilegiando determinado orden. Aún más, siempre se siente la necesidad de buscar cierto orden “sistematicidad” de diferentes componentes de un contenido, aunque ello pueda realizarse desde un espíritu analítico. Si se enumeran los componentes de un sistema y luego se desconocen las relaciones dinámicas que emanan de ellos y se recurre al estudio de esos componentes sin reparar en las relaciones sinérgicas y las regularidades y leyes dinámicas que gobiernan el sistema, se está en presencia de un proceder analítico, independientemente que se utilice la terminología del sistemismo.

    Por ello, el sistemismo fecundo debe conducir a la concepción de la complejidad, o sea, a la alternativa de reconocer la dinámica de los sistemas y las condiciones en que estas se crean y recrean. La epistemología y la preparación del profesional desde su asiento, no es un modo de adornar con términos nuevos el discurso científico profesional; es una disciplina filosófica que obliga a la reflexión, a una búsqueda científica más ajustada a la realidad que la alcanzable en el contexto de un estilo de pensar empírico y analítico.

    Puede objetarse que con los procedimientos analíticos se han obtenido resultados prácticos valederos en las competencias de diferentes niveles. Pero ello no es argumento valedero, ya que, cuando el conocimiento científico se produce sobre una base sustancialmente empírica, los resultados positivos de hoy pueden ser los negativos del mañana y el profesional del deporte se ve obligado de continuo al empleo del método de ensayo y error.

    La superación de ese profesional desde la perspectiva epistemológica ha de ir, desde la asunción del sistemismo hasta la configuración del pensamiento complejo, a un ascenso de la capacidad lógica que legitime nuevos modos de inferencias en correspondencia con el objeto de la ciencia y su historia. El problema de la lógica que se asocia a la complejidad (y en este caso también es necesario remontar el reduccionismo), se orienta al no suponer que solo la lógica formal o dialéctica, clásica o polivalente se aviene con el discurso científico. La adopción de diferentes sistemas lógicos formales (lógica de los conjuntos difusos, la lógica epistémica) y sobre todo, la adopción de la contradicción dialéctica, son contenidos sobre lo que descansan los nuevos paradigmas científicos.

    Clara Romero señala que la transdisciplinariedad en la ciencia debe incorporar tres principios: (i) el principio de no reducción; (ii) la lógica del tercero incluido (principio de inclusión) y el análisis sistémico que se interesa por dicha complejidad dinámica.

    El segundo punto señalado puede interpretarse como el rechazo al principio del tercer excluido o lo que es lo mismo, la admisión de que la lógica puede moverse y de hecho se mueve, no solo entre dos únicos posibles valores de verdad, sino en un intervalo o valores polivalentes que la aproximan más a prestar un servicio como herramienta de construcción del conocimiento científico.

4.     Representación de la superación desde una perspectiva epistémica

    En los estudios de postgrado de maestría y doctorados la superación del profesional del deporte debe ser concebida desde una perspectiva epistémica, que aglutine el currículo y promueva la asunción de nuevos estilos de pensar y actuar. Por ello el eje que vincula todo el proceso es la investigación que, como actividad de búsqueda y organización de resultados, se desdobla en proyección metodológica y sistematización y ambas en su interacción configuran diferentes niveles de generalización científica.

    Todo ello es presidido por la intencionalidad, por el nivel de transformación fijado en los objetivos, que se pretende alcanzar en esos estudios. Esta intencionalidad puede establecerse mediante el concepto de orientación generalizadora de sustento epistémico.

    Existen diferentes eslabones que representan momentos cualitativos diferentes, como son: 1) la adopción de una concepción crítica respecto al empirismo y el analitismo que propone la metodología del positivismo; 2) la capacidad creciente que adquiere el profesional del deporte de crear modelos más adecuados y complejos para representar los objetos de su realidad sometidos a investigación y 3) el acceso a una práctica de universalidad trascendente.

    La realización efectiva de esta representación supone determinar los problemas reales de la investigación en su contexto y advertir cómo a través de ella, se alcanzan diferentes niveles de generalización. La responsabilidad del claustro en este caso es significativa, en el sentido que cada docente debe compartir el ideal de promover nuevas perspectivas de hacer la ciencia del deporte y considerar obligada una práctica interdisciplinaria fuera de la cual, resulta imposible alcanzar los objetivos de transformación.

    En la Universidad del Deporte de Santiago de Cuba se han incorporado cursos de epistemología en los estudios de maestría y doctorado, para facilitar una orientación de la investigación del deporte hacia generalizaciones que denoten la apropiación de nuevos paradigmas. Estos cursos de Epistemología, junto con los cursos Talleres de Tesis y Metodología de la Investigación conforman el núcleo de esta orientación que debe ir aparejada a una proyección coherente de todos los cursos que configuran el currículo.

    La proyección metodológica debe concretarse en la capacidad que adquieran los profesionales en superación de construir modelos de diferente orden jerárquico, en consonancia con el simultáneo proceso de sistematización en el cual se pueden fijar relaciones deterministas de diferentes niveles, desde relaciones lineales causales hasta aquellas que se representan en modelos dinámicos no lineales y que inexorablemente conducen a la apropiación de los preceptos del pensamiento complejo.

    En suma, todas las configuraciones que aparecen en el modelo propuesto (Figura 1) indican diferentes niveles jerárquicos. La proyección metodológica es expresión de la intencionalidad de transitar en las investigaciones desde el ordenamiento de métodos empíricos a métodos teóricos y de estos a métodos científicos generales de investigación.

    Ello se corresponde con la configuración sistematización en base de nuevos paradigmas, en que la intención es transitar de sistematizaciones empíricas de bajo nivel a sistematizaciones empíricas como fundamento de los objetos que se investiguen, de éstas a sistematizaciones teóricas hasta alcanzar un nivel meta teórico que fija los límites epistemológicos del paradigma en uso.

Figura 1

    De igual modo se presentan niveles de jerarquía cuando la proyección metodológica se transforma en la actividad científica concreta de construir modelos. La construcción abarca diferentes niveles jerárquicos, desde los modelos simples de caja negra a los traslúcidos y de ahí a los modelos dinámicos no lineales propios del pensamiento complejo. Así la base de la sustentación epistémica serán las diferentes formas cualitativas en que se presenta las relaciones deterministas.

    La práctica adquiere así un carácter universal y trascendente. Universal porque se realiza a partir de las leyes más generales y esenciales del pensamiento científico y trascendente ya que, todo acto académico o de investigación por insignificante que parezca se realiza desde una posición de universalidad paradigmática y ello además es configuración de un valor estético y axiológico.

Conclusiones

    La superación del profesional desde una sustentación epistemológica muestra el camino a recorrer para que el profesional del deporte pueda acceder a nuevos paradigmas que le conduzca a investigaciones sustantivas y con ello, mejorar e incluir aún más el deporte en la dinámica de las relaciones sociales.

    Sistemismo, interdisciplinariedad y pensamiento complejo van unidos de mano y penetrar en esos contenidos, es tarea impostergable para los claustros que tienen la responsabilidad de superar a los profesionales de este importante sector de la vida social.

Bibliografía

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 19 · N° 192 | Buenos Aires, Mayo de 2014  
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