La formación del profesional desde el enfoque de género: una necesidad en el contexto educativo |
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Licenciada en Educación especialidad Marxismo e Historia Profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de la Luz y Caballero” Doctora en Ciencias Pedagógicas |
Dra.C. Anabel Naranjo Paz (Cuba) |
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Resumen Jacques Delors en su informe sobre la educación del siglo XXI auspiciado por la UNESCO, expone el papel que juega la educación como proceso continuo que permite tomar conciencia de sí mismo y de su entorno, declarando los ejes transversales que permitirán lograr los objetivos del milenio entre ellos se encuentra la “Educación para la equidad de género”. Formar al profesional de la educación desde una concepción de equidad es uno de los grandes retos del magisterio cubano. Esto le permitirá, desde el punto de vista profesional llevar adelante la “dirección grupal e individual con un enfoque humanista del proceso de enseñanza –aprendizaje en atención al desarrollo de las potencialidades individuales de los educandos para lograr la equidad desde la atención a la diversidad.”[1] El presente artículo expone las fortalezas del sistema educacional cubano para potenciar la equidad de género y una propuesta de núcleos teóricos que permiten la transversalización del enfoque de género en la formación del profesional de la educación Palabras clave: Enfoque de género. Transversalización del enfoque de género. Aprendizajes para la equidad de género.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 19 - Nº 192 - Mayo de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
“La educación ha de ir a donde va la vida. Es insensato que la educación ocupe el único tiempo de preparación que tiene el hombre, en no prepararlo. La educación ha de dar los medios de resolver los problemas que la vida ha de presentar (...)”2
José Martí
Las instituciones escolares como parte y reflejo de las sociedades patriarcales históricamente constituyen uno de los lugares de educación y aprendizaje que reproduce y multiplica los modelos sexistas que promueven la formación de una personalidad, acrítica.
A la luz de esta situación, viene floreciendo a nivel global, durante la última década, un nuevo ideario educativo sustentado en el enfoque de género, que promueve una visión educativa renovadora y plantea el reto de remover los cimientos y superar las concepciones reduccionistas, sexistas, acerca de la sexualidad humana y su educación, para favorecer el crecimiento pleno e integral de ambos géneros por igual.
Jacques Delors en su informe sobre la educación del siglo XXI auspiciado por la UNESCO (1999) deja sentado el papel que juega la educación como proceso continuo que debe permitirle tomar conciencia de sí mismo y de su entorno, declarándose de igual manera los ejes transversales que permitirán lograr los objetivos del milenio entre ellos se encuentra la “Educación para la equidad de género”.
En Cuba a pesar de los considerables logros obtenidos en la educación de la sexualidad persisten creencias y pautas sexistas que limitan la equidad entre los géneros lo cual está asociado a los procesos de socialización diferenciada de hombres y mujeres. A través del Proceso Pedagógico el profesorado en su modo de actuación trasmite estereotipos sexuales pautados por la sociedad que fomentan y consolidan en el alumnado actitudes sexistas y discriminatorias.
La sistematización realizada de las insuficiencias en la práctica educativa de la escuela cubana actual; la relatoría del intercambio de experiencias entre investigadores de las cátedras Mujer y Familia de las Universidades Pedagógicas, y, - el registro de la práctica pedagógica de las investigadoras, permitió revelar las limitaciones que sobre educación de género existen en la práctica pedagógica, entre las que se refieren:
Perduran los estereotipos de género en el profesorado, como parte del currículo oculto que incide en la presencia de una educación sexista.
Falta de sensibilización y de conocimientos por parte del profesorado sobre la temática de género.
La presencia de barreras en el proceso de formación del profesional de la educación, que limitan la educación de género para la equidad e incidirá en el desarrollo de su rol profesional una vez graduado, como: la escasa sistematización que tienen en el currículo los contenidos relacionados con la educación de género, los estereotipos y sesgos sexistas, del profesional que tiene a cargo la formación del futuro egresado de la educación, al trasmitir modos de actuación desde relaciones inequitativas de género.
El estudio de estos elementos permitió precisar, que aunque existe toda una política social y educacional para el desarrollo de un proceso pedagógico equitativo, persisten en la escuela cubana actual pautas sexistas que inciden en el desarrollo integral de la personalidad del estudiantado.
Desarrollo
“Como quien se quita un manto y se pone otro, es necesario
poner de lado la universidad antigua y alzar la nueva” 3
José Martí
Hablar de enfoque de género en educación permite, reflexionar sobre la ideología que se transmite en los espacios educativos a partir de: comportamientos, actitudes y saberes, en relación con los géneros, es evidenciar la manera tradicional en que se educa desde aristas dogmáticas, despersonalizadas las identidades masculinas y femeninas, que conducen a reproducir y legitimar una sociedad patriarcal, sostenedora de una ideología androcéntrica a través de relaciones de poder.
Apunta a un enfoque humanista que permite interpretar, identificar, las relaciones intra e intergenérica, desde una posición de equidad con el propósito de superar toda manifestación de discriminación y propiciar un desarrollo sustentado en las potencialidades y los valores del ser humano, con independencia del sexo u otra condición, como sujetos activos, agentes de cambio, que reconozcan, respeten y valoren la pluralidad personal, grupal y cultural.4
La necesidad de una educación a tono con los cambios sociales alcanzados en Cuba, conduce a la formación de un profesional de la educación que sea capaz de asumir un compromiso ético de coherencia entre lo que predica y lo que hace, en consecuencia el cambio conceptual supone que los futuros docentes se formen dentro de condiciones educativas que permitan llevar adelante un proceso pedagógico educativo desde concepciones de equidad de género y de respeto a la diversidad, al convertirlo en una práctica cotidiana. Su preparación, desde los contenidos del enfoque de género, le permitirá llevar adelante una pedagogía de la equidad y la conducción de un proceso pedagógico no sexista que influirá en:
visualizar lo que aún queda oculto y separado en su modo de actuación y profundizar en el cómo contribuir a la igualdad social,
la desconstrucción de la naturalización de las diferencias de género, al demostrar que es una construcción socio-cultural-histórica,
la profesionalización de su rol, de manera que desarrolle en el alumnado conocimientos, valores y habilidades necesarios para aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, y aprender a ser, desde el respeto a la diversidad.
En las bases del proyecto social cubano se encuentra la equidad entre los géneros, desde la década del 60 del siglo XX, se comienza a llevar un despliegue de la educación sexual en Cuba con un carácter verdaderamente ascendente, que ponía en el centro de la misma la igualdad entre el hombre y la mujer, encabezado por la Federación de Mujeres Cubanas. Para realizar un estudio de la equidad entre los géneros en Cuba se debe partir de los siguientes documentos:
La Constitución de la República, capítulo IV (artículo 36); capítulo VI (artículo 41, 42, 43,44).
Los Principios de la Política Educacional:
El principio del carácter masivo y con equidad de la educación.
El principio de la coeducación y la escuela abierta a la diversidad.
El Código de la niñez y la juventud.
El código de la familia.
El Programa Director de Promoción y Educación para la salud en el Sistema Nacional de Educación:
Entre sus contenidos se encuentra la educación sexual que abarca los componentes psicosexuales de la personalidad, identidad de género, rol de género y orientación sexual.
Plan de Acción Nacional de Seguimiento a la Conferencia de Beijing, es aprobado en 1997 con carácter de decreto – ley.
En los artículos 34 y 89 se expone la necesidad de desarrollar programas de estudio de género en la Educación Superior, específicamente en le quehacer profesional de profesores y futuros profesionales.
La autora considera que a nivel social se están dando pasos para la desconstrucción de las sociedades patriarcales, evidenciado en las políticas en lo macrosocial, desde lo cuantitativo, hacia la equidad de los géneros; sin embargo en la conciencia individual, en el espacio privado, en los cambios cualitativos no opera de igual manera, jugando un papel esencial la figura del maestro, en los nuevos aprendizajes de equidad.
Las instituciones educacionales, juegan un importante papel en la educación de la sexualidad y dentro de ella la educación de género, ellas continúan la influencia socializadora de la familia, legitimando y/o reproduciendo patrones sociales que llevan a una educación de género diferenciada, inequitativa y de relaciones de poder.
Desde esta dos instituciones se establecen las bases para el cambio, el contenido comunicativo, la relación que se establece entre sujeto-sujeto, es muchas veces discriminatorio aunque no se realice este de manera consciente dado por el propio aprendizaje social. Se convierte la escuela en una institución mediadora entre la dimensión social y la individual.
A finales de la década de los 90 del siglo XX y principios del siglo XXI, en Cuba, se sistematiza la introducción del enfoque de género en procesos educacionales mediante la educación de la sexualidad que modela el proceso pedagógico para potenciar la equidad entre géneros; se destacan las investigaciones de: Castellanos (1996-2010), González (1996-2010), Álvarez (1997-2010), Castro (1997-2010), Artiles (1998-2001), Castañeda (1998-2007), Hernández (1998-2007), Rodríguez (1999-2010), Arés (1999-2009), Rodríguez (2000-2007), García (2000-13), Ruiz (2001-2006), Del Valle (1998-2010), Naranjo(2002-2014)
Los estudios demuestran que el sexismo en la escuela pude manifestarse desde el lenguaje hasta las manifestaciones de autoridad, las relaciones que se establece entre alumnos-alumnas, profesor-alumna-alumno, profesora-alumna-alumna y entre profesora-profesor, las limitaciones del espacio físico para desarrollar las actividades el estudiantado, en las expectativas de rendimiento, en los resultados académicos desde los aspectos más ligado a lo académico hasta los que tienen que ver con la formación moral y los esquemas de pensamiento aprehendido.
Se es del criterio, que en la transmisión de la educación sexista juega un importante papel el currículo oculto, a través de él, se trasmiten mensajes discriminatorios que revelan una fuerza educativa al actuar sobre el plano afectivo de cada estudiante, se aprenden entre otros aspectos, valores, ideas, actitudes, destrezas, modos de vida que son significativos para el sujeto y que la mayoría de las veces es la reproducción del medio social en que se desarrolla el (la) estudiante y lo que le trasmite el profesorado a partir de sus propias vivencias.
Se evidencia además la necesidad de profundizar desde los fundamentos pedagógicos en la relación género-identidad de género, para lograr modificaciones sucesivas y progresivas, en las relaciones de género y desarrollar estrategias en el proceso pedagógico que posibiliten:
Visualizar las distintas formas en las que se trasmite desde la escuela la discriminación por género.
Concebir el proceso pedagógico para que desarrolle al ser humano, desde relaciones de género equitativas basados en la tolerancia y el respeto a la diversidad individual, grupal y sociocultural.
Incidir en el sistema de relaciones con la familia y la comunidad con procesos de orientación desde posiciones y relaciones de género para la equidad social.
Lograr en el profesorado una constante actualización en los contenidos del enfoque de género y la educación, que le permita la dirección del proceso pedagógico, como mediadores, facilitadores de relaciones de género equitativas.
Desde esta óptica el enfoque de género, pasaría a formar parte del sistema de conocimientos y aprendizajes que debe ser transversalizados en los procesos educativos. Transversalizar el enfoque de género en la educación permite realizar una reconceptualización de referentes epistemológicos, teóricos, educativos, asumiendo el conocimiento desde una perspectiva crítico-social, emergente para superar las visiones sexistas de la educación, que permita el desarrollo de procesos educativas potenciadores de la equidad entre el hombre y la mujer y su crecimiento personal.
En los procesos educacionales, el término transversalizar está relacionado con contenidos que cobran relevancia desde el punto de vista social y que es necesario introducir, con el fin de potenciar el carácter transformador de la educación. González (1994), afirma:”La transversalidad es el espíritu, el clima y el dinamismo humanizador que ha de caracterizar a la acción educativa escolar”.
Por otra parte Palos (1998) plantea”…son temas determinados por situaciones problemáticas o socialmente relevantes, generados por el modelo de desarrollo actual, que atraviesan o envuelven el análisis de la sociedad, y del currículum en el ámbito educativo, desde una dimensión ética y en toda su complejidad conceptual”.
Se considera la transversalización del enfoque de género en la educación como: Contenidos que atraviesan el Proceso Pedagógico, encaminados a visibilizar las relaciones existentes entre los géneros en el contexto escolar y en consecuencia desarrollar estrategias que promuevan formas de vida desde relaciones equitativas, responsables y de justicia social, entre el estudiantado y el profesorado de uno y otro sexo, en todos sus contextos de actuación.5
Su valor educativo radica en ser utilizado como instrumento que accione actitudes y valores en todos los espacios de interacción humana, debe establecer la relación dialéctica entre el saber académico y el saber vital: entre el Aprender a Aprender y el Aprender a vivir y a convivir. De modo que se habla de aprendizajes para la equidad como proceso de apropiación de contenidos, vivencias, valores y formas del ser y quehacer masculino y femenino, en un contexto histórico-social concreto, que le permita al ser humano, conocerse y aceptarse a sí mismo y a los demás, sobre bases de respeto, tolerancia y relaciones equitativas y le propicia su crecimiento personal y su desarrollo humano.
La transversalización del enfoque de género en la formación de profesionales de la educación, tiene un marcado carácter ideológico, busca el cambio de actitudes y comportamientos desde el respeto hacia el otro género y a largo plazo, la construcción de una nueva escala de valores desde la equidad de género congruentes con principios éticos diferentes a los que están generados por los modelos sexistas.
Debe fluir en todo el proceso pedagógico desde lo explícito y el currículo oculto, como parte del proyecto educativo, para contribuir a una educación del género que potencie al ser humano y tribute a procesos de construcción y reconstrucción de la identidades masculina y femeninas en pos del crecimiento personal, a una visión más humana y equitativa de las relaciones entre hombres y mujeres.
Se es del criterio, que el sistema de conocimientos que el ser humano adquiere, a través del aprendizaje social como escolar, es importante para el cambio de actitudes, específicamente en este caso hacia una educación de género que hasta el momento es portadora de una cultura patriarcal, potenciadora de educaciones diferenciadas entre los seres humanos, que toma sólo como punto de partida el sexo (biológico), al establecer inequidades y relaciones de poder que atentan contra el desarrollo armónico e integral de la personalidad.
Se considera el aprendizaje no como simple proceso cognoscitivo, informativo, intelectual, restringido al ámbito escolar; sino como proceso que abarca además lo vivencial, el saber hacer, el descubrimiento y la construcción de la subjetividad a partir de las características individuales de cada ser humano, que inciden en su crecimiento personal.
De modo que se habla de aprendizajes para la equidad como proceso de apropiación de contenidos, vivencias, valores y formas del ser y quehacer masculino y femenino, en un contexto histórico-social concreto, que le permita al ser humano, conocerse y aceptarse a sí mismo y a los demás, sobre bases de respeto, tolerancia y relaciones equitativas y le propicia su crecimiento personal y su desarrollo humano.6
Se es del criterio, que desde el punto de vista pedagógico, los aprendizajes para la equidad de género, permiten al profesorado reconocer cómo influyen sus experiencias y aprendizajes personales en las relaciones que establece con sus alumnas y alumnos, además de llevar adelante un proceso pedagógico que potencie las relaciones de equidad entre los géneros.
Si el profesional de la educación en formación, es preparado desde y para desarrollar un proceso pedagógico, que potencie los aprendizajes para la equidad de género, podrá incidir en la formación de la personalidad de sus estudiantes e influir en contextos de actuación tan importantes como la familia, principal institución socializadora del individuo.
Los elementos antes expuestos, permiten declarar las ventajas de asumir en la formación de profesionales de la educación una concepción que promueva la equidad de género:
Desde está concepción se prepara al futuro profesional de la educación para desarrollar un proceso pedagógico, que potencie al ser humano.
Desarrollar aprendizajes para la equidad que favorezcan relaciones humanas intra e intergenérica desde la tolerancia y el respeto a la diversidad individual.
Eleva la profesionalización del egresado al convertirlo en un agente de cambio, transformador activo capaz de prevenir y/o enfrentar con éxito problemas sociales como: la drogadicción, el alcoholismo, el tabaquismo, la discriminación y la violencia de género.
Se prepara para detectar los sesgos sexistas en los contextos donde actúa y en la personalidad de sus estudiantes, de manera que pueda ejercer su función orientadora desde postulados de equidad que lleven a la eliminación a nivel individual, familiar y social de la discriminación de género.
Incidir en la construcción de la masculinidad y feminidad desde posiciones y relaciones de género sobre la base de la equidad, el crecimiento personal y el desarrollo humano.
En lo referente a la educación de género para la equidad, lo que no se aprende, no se sensibilice, no se reconstruya en la personalidad del (la) maestro(a), pasa a formar parte del currículo oculto y el omitido, lo que legitima las pautas sexistas de la sociedad.
La revisión bibliográfica, la consulta a documentos de la política educacional cubana, permitieron declarar las fortalezas del Sistema Nacional Cubano, para la introducción del enfoque de género en la formación de profesionales de la educación:
El proyecto social cubano contiene la política de equidad de género a nivel macrosocial.
Los principios de la Política Educacional Cubana: “Principio del carácter masivo y con equidad de la educación”, “Principio de la coeducación y de la escuela abierta a la diversidad”.
La Constitución de la República de Cuba, establece en el capítulo VI la igualdad de derechos de mujeres y hombres, en el ámbito económico, político, cultural, social y familiar.
El nivel cultural general del profesorado de la educación.
Los logros sociales alcanzados por la mujer cubana y su lugar en la sociedad.
El plan de acción de los acuerdos de Beijín.
Las cátedras: “Mujer, Familia y Sociedad” y la de “Escuela, Salud y Sexualidad”, de las Universidades de Ciencias Pedagógicas. Entre sus objetivos y líneas temáticas de investigación está la transversalización del enfoque de género en la docencia.
El programa director de Promoción y Educación para la Salud.
El continúo perfeccionamiento del modelo del profesional de la educación.
Saber aprender, a convivir consigo mismo, aprender a convivir y aprender a afrontar la vida, es un reto para los educadores a partir de su crecimiento personal, llevar estos aprendizajes a sus estudiantes desde lo significativo, para desarrollar sus potencialidades de seres humanos, desde el respeto a la diversidad, la tolerancia y la responsabilidad hacia sí mismo y los demás, acorde con el momento histórico social que le corresponde vivir, es la gran meta para la educación
En lo referente a la educación de género para la equidad, lo que no se aprende, no se sensibilice, no se reconstruya en la personalidad del (la) maestro(a), pasa a formar parte del currículo oculto y el omitido, lo que legitima las pautas sexistas de la sociedad.
Se conciben como núcleos teóricos para la transversalización del enfoque de género: condición de género, posición de género y relación de género.7
Se consideran estos núcleos teóricos para la transversalización del enfoque de género en la formación de profesionales de la educación al concebirse como: áreas de conocimientos, donde convergen contenidos del enfoque de género y de las Ciencias de la Educación, que favorece la relación entre lo biológico y lo social en la construcción de la subjetividad masculina y femenina, para potenciar la equidad de género
Estos núcleos teóricos expresan el elemento básico del enfoque de género, como subsistema expresan la relación entre sociedad-educación de género, en la misma medida que interactúen, se transformen, cambian otros sistemas de orden de generalidad como el sistema sexo-género. Se establece a través de los núcleos teóricos la integración entre lo biológico, lo psicológico y lo social para la comprensión de las transformaciones que desde la educación se debe llevar a cabo, la argumentación de los mismos encierra la unidad de lo instructivo y lo educativo, lo cognitivo y lo afectivo
La formación de profesionales de la educación impone nuevos retos, el atender a su profesionalización y a la misión social que le corresponde desarrollar al ser “…el único agente socializador que posee la calificación profesional necesaria para ejercer la función educativa en el marco del sistema nacional de educación, (…) por el cumplimiento de esa función se le exige y evalúa profesionalmente y (...), su actuación profesional ha de responder a determinadas normas morales que se recogen en el código de ética pedagógico.”8
Como núcleos teóricos que reflejan la esencia de la transversalización del enfoque de género, contienen los contenidos para potenciar un proceso pedagógico equitativo, tolerante, reflexivo y de respeto a la diversidad.
Potenciar la equidad entre los géneros, no significa construir formas únicas del ser y quehacer femenino y masculino, no es establecer formas homogéneas de relación, sino propiciar el desarrollo integral del ser humano, a partir su crecimiento personal desde lo común y lo diverso.
Conclusiones
La transversalización del enfoque de género en la formación de profesionales de la educación, redimensiona el papel de la escuela como institución formadora y socializadora de las nuevas generaciones, permite una nueva mirada de la educación, al favorecer el acercamiento entre el contexto social y educativo y adentrarse en los cambios socio-culturales, que se suceden en torno a la concepción del ser y quehacer de hombres y mujeres.
La transversalización del enfoque de género en la formación de profesionales de la educación, va más allá de las relaciones que se puedan establecer desde la interdisciplinariedad y la multidisciplinariedad; permite realizar una mirada holística de la categoría género desde el vínculo sociedad-cultura-educación, al propiciar una reinterpretación de los procesos educativos en un marco histórico concreto, que admita lo relativo y transformable en la cultura como elemento esencial de las relaciones sociales que inciden en la conciencia social y la individual.
Notas
Miranda. L, Teresita y Verena Páez. Ante los nuevos retos: cambios curriculares en la formación del profesional de la educación, 2002. p. 43
Diccionario del pensamiento Martiano, 2002. p. 145.
Diccionario del pensamiento Martiano, 2002. p. 659.
Naranjo Paz, A. La transversalización del enfoque de género en la formación del profesional de la educación desde las potencialidades de la disciplina FPG. 2010, p. 14.
Ibídem.
Ibídem.
Ibídem.
Miranda. L, Teresita y Verena Páez. Ante los nuevos retos: cambios curriculares en la formación del profesional de la educación, 2002. p. 37.
Bibliografía
Alizade, T. Psicoanálisis y relaciones de género, Lumen, Buenos Aires, 2004.
Álvarez, M. Mujeres y poder en Cuba. Revista Tema Nº 14 / abril-junio. Ciudad de La Habana, 1998.
__________. Subjetividad y Género. Conferencia en el evento Internacional Pedagogía. Cuba, 2009.
García, A. Realidad y posibilidad de la incorporación del enfoque de género en procesos educacionales. Ponencia al Congreso Internacional Pedagogía Comparada. Cuba, 2005.
González, A. Una Pedagogía de la Diversidad y la Equidad. Revista Sexología y Sociedad, Nº 15, Agosto del 2000.
Lagarde, M. La multidimensionalidad de la categoría género y del feminismo. CD-R “Estar en el mundo “del Centro Félix Varela y la Cátedra de la Mujer de la Universidad de la Habana. Material de estudio de la Maestría en Estudios de Género, 2007.
Naranjo, A. Educación: una mirada desde la transversalización del enfoque de género. La construcción de la sexualidad y los géneros en tiempos de cambio. Ediciones Aurelia. España, 2010.
________: La transversalización del enfoque de género en la formación de profesionales de la educación, desde las potencialidades de la disciplina Formación Pedagógica General. Tesis en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas, 2010.
Serret, E. El Género y lo simbólico. La construcción imaginaria de la identidad femenina. Editorial IMO. México, 2006.
UNESCO. Conferencia. Declaración universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural, 2005.
W. Scott, J. El género: una categoría útil para el análisis histórico. CD-R “Estar en el mundo” del Centro Félix Varela y la Cátedra de la Mujer de la Universidad de la Habana. Material de estudio de la Maestría en Estudios de Género, 2007.
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