Desde una perspectiva humanística, el tratamiento de la comunicación como categoría psicológica para potenciar el desarrollo de la sociedad en el médico general integral |
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Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral (Cuba) |
Dra. Laisis María Ramírez Puertos |
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Resumen La condición histórica concreta en que vive el mundo contemporáneo, marcado por complejos procesos de cambios, transformaciones o reajustes sociales, sobre todo en el plano económico y político, demandan reformas en las políticas educativas y reajustes de valores sociales importantes en los que se sustentan esas políticas. La introducción de cambios en el sistema de la Salud es una demanda social actual, en correspondencia con el desarrollo alcanzado y teniendo en cuenta las condiciones socioeconómicas de cada contexto social. A partir de esa realidad, la Medicina Familiar Integral debe responder a estas demandas estableciendo una relación dialéctica entre ciencia y práctica, que se reflejará entre otras cuestiones, en el contenido y forma que incida en la formación del profesional que dará solución a los problemas de la sociedad contemporánea. A partir de este modelo social corresponde un papel importante, no único, a las Ciencias Médicas en la búsqueda de conceptualizaciones teóricas y alternativas didácticas metodológicas que den respuesta a estas exigencias. Palabras clave: Comunicación. Medicina familiar. Psicología.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 191, Abril de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
La educación médica superior de pregrado en Cuba sintetiza y materializa las tendencias en ideas concretas que caracterizan la formación del Médico General Básico.
Por ser la educación médica un subsistema del sistema nacional de salud pública, el modelo del especialista en Medicina General Integral (etapa profesional siguiente a la de Médico General Básico) e importantes documentos rectores del proceso de formación de este especialista, como son la Carpeta Metodológica de la Atención Primaria de Salud y Médico de la Familia y el Programa de trabajo del Médico y la Enfermera de la Familia, aportan los principios y estrategias políticas para el trabajo y formación de dicho especialista, los cuales a su vez son determinantes en la definición del modelo profesional del médico general formado en Cuba y en la precisión de las características y condiciones necesarias para el proceso formativo de estos.
De forma resumida, los siguientes elementos caracterizan el proceso de formación actual de médicos generales integrales básicos en Cuba, cuyo modelo profesional tiene como principal referente teórico el pensamiento del compañero Fidel:
Énfasis en la formación de un Médico de perfil amplio, de elevada capacidad resolutiva y comunicativa, con proyección comunitaria (orientado a la atención primaria de salud), sobre la base de un enfoque social, psicológico y biológico del proceso salud-enfermedad y donde resalta el papel preventivo de este profesional.
Intensa actividad del alumno en el proceso formativo, vinculado tempranamente a su futuro puesto laboral, donde se instruye y educa en la solución de problemas profesionales.
Desarrollo
Funciones y estructura de la comunicación
Otro aspecto importante en el estudio de la comunicación lo constituyen sus funciones. Varios autores consideran que las funciones de la comunicación son múltiples, dentro de ellos podemos mencionar Andreieva (1974), Radames (1990), Durán (1995), Fernández González (1995), Ojalvo (2004), y Sánchez (2007), pero se destacan tres fundamentales: la informativa, la reguladora y la afectiva muy relacionada con los componentes estructurales de la comunicación: informativos, perceptivos e interactivos, constituyendo elementos esenciales para la formación de habilidades comunicativas.
Función informativa
Comprende el proceso de recepción y transmisión de informaciones que incluye no solo ideas, conceptos y conocimientos, sino además actitudes, intereses, estados de ánimo y sentimientos entre el médico y el paciente y que constituye un fenómeno complejo bidireccional en que cada interlocutor se manifiesta con un carácter activo.
Función afectiva
Constituye el aspecto afectivo de la comunicación, que determina los estados emocionales del hombre en el proceso de interacción interpersonal, donde se toman en cuenta los motivos, propósitos y actitudes del paciente, para compartirlos emocionalmente y las relaciones de empatía, afecto, seguridad, para propiciar la comprensión mutua que determina la calidad de la función informativa y regulativa.
Su concepto central es el de comprensión mutua, el que representa el aspecto afectivo, determina los estados emocionales del paciente, sus preocupaciones, relacionados con la enfermedad, el diagnóstico, pronóstico y evolución. Juega un papel de suma importancia la comunicación que el médico utiliza con cada uno de los paciente, al tomar en consideración lo personológico, afectivo, emocional, y terapéutico, sin caer en conductas de complacencias y expectativas que no van a ser cumplidas, esencialmente las que pueden estar determinadas por el diagnóstico del paciente. Se refiere a la comprensión clínica y terapéutica en ambas
El cumplimiento de las indicaciones y el resultado del tratamiento, así como la satisfacción con la atención médica por parte del paciente, están vinculados con la capacidad del médico de satisfacer necesidades emocionales.
Este vínculo afectivo es conocido como afinidad o empatía y depende en alguna medida, para el autor, de las habilidades de comunicación verbal y extraverbal.
La sensibilidad emocional del médico, es decisiva para inspirar confianza y satisfacción, así como para detectar las necesidades socio-psicológicas del paciente. El lenguaje verbal y extraverbal permiten expresar esa sensibilidad emocional.
La comunicación no verbal, permite expresar a las personas sus verdaderos sentimientos por manifestaciones corporales y faciales, y constituyen un componente crucial en la relación médico-paciente.
Comunicar afectividad en la relación médico-paciente, refuerza la percepción satisfactoria del paciente por su médico, al recibir cariño e interés y cumplimenta positivamente a la capacidad técnica del profesional.
Los planteamientos anteriores permiten inferir la necesidad de formar en los futuros médicos, cualidades que permitan una adecuada comunicación a través del cumplimiento de las funciones informativa, regulativa y afectiva, esta última es la más importante para el éxito en la calidad de la atención médica, contribuyendo al nivel de satisfacción de la población.
Función reguladora
Se produce en el proceso de interacción entre los participantes de este proceso comunicativo e influye en la organización de la actividad de salud, la orientación, estimulación y control de la conducta de estos en el logro de un objetivo común.
Las interacciones que se establecen entre el médico y el paciente se clasifican según Szasz (1956), en tres tipos.
Activo-pasiva. En esta es el médico quien desempeña un papel activo, y aplica sobre el paciente, incapacitado de responder, sus habilidades técnicas. No entra, por tanto, en interrelación su personalidad.
Cooperación guiada. Parte de la base de la confianza y obediencia del paciente a las orientaciones del médico, por lo que este procura dirigir el comportamiento del primero que en este caso, aunque enfermo agudamente, presenta plena capacidad intelectual, aquí se destaca la importancia que tiene conducir satisfactoriamente las interacciones que se establecen entre el médico y el paciente.
Participación mutua. Típica de las enfermedades crónicas; en este modelo el médico orienta al paciente de forma general para que sea el quien, de modo guiado y sin la necesidad de la presencia del primero, lleve a cabo acciones de salud que contribuyan a mejorar o impedir el avance de su enfermedad.
Se puede observar en distintas fases de una misma enfermedad la presencia de los tres modelos, y en un mismo paciente, en diferentes afecciones que pueda presentar, por lo que el autor de este trabajo considera que las habilidades comunicativas ocupan un papel esencial para orientar al paciente adecuadamente, y constituyen una unidad dialéctica los modelos referidos anteriormente.
En cuanto a la estructura del proceso comunicativo es necesario precisar que no es un fenómeno tan estudiado como es el caso de la estructura de la actividad. No obstante, algunos autores señalan tres componentes generales en la misma: de carácter informativo, relativo a los mensajes que se intercambian, su contenido y su transmisión-recepción; de carácter perceptivo, dado por las imágenes de uno y otro interlocutor que se forman durante el intercambio y que influyen en el decursar del mismo; y de carácter interactivo, relativo a la forma en que interactúan los participantes, el tipo de vínculo y relación que establecen entre sí. (Andreieva, 1974; Ojalvo, 1994; Durán, 1995; Fernández, 1995).
Otros autores se refieren a los aspectos referenciales y conativos de la comunicación. (Aburto, Watzlawick, 1993). El aspecto referencial se refiere a la información, al contenido del mensaje. El conativo se refiere a la relación entre los comunicantes y manifiesta, de acuerdo a ello, cómo debe entenderse el mensaje.
Dos mensajes pueden tener contenidos muy semejantes y definir relaciones distintas entre los interlocutores. Por ejemplo, el médico puede decir al paciente: "Es importante que tomes los medicamentos " o "Si no tomas los medicamentos no te curarás y te pondrás peor”. Ambos mensajes en cuanto a contenido transmiten la misma información (necesidad de tomar los medicamentos para tener mejor salud), pero evidencian relaciones distintas.
En el primer caso se sugiere y en el segundo, el tono amenazante refiere un médico autoritario e impositivo.
Se comparte la idea de considerar de manera más general estos dos componentes estructurales en la situación de comunicación, por constituir elementos de diferente naturaleza: de carácter informativo (de contenido o referencial) y de carácter relacional conativo, donde se resumen elementos afectivo-valorativos que se desarrollan en el intercambio humano (incluyendo aquí lo perceptivo y lo interactivo).
En relación con la estructura de la comunicación, se tuvo en cuenta en el presente trabajo, su articulación con las habilidades comunicativas, están presentes los tres componentes (informativo, interactivo y perceptivo). Es la empatía, el mecanismo para la comprensión mutua que debe centrar la comunicación que se establece entre el médico, los pacientes y familiares, debe ser la función afectiva, la que garantice el éxito de las demás funciones, para contribuir el logro de una atención médica de calidad. Estos presupuestos teóricos forman parte también de la fundamentación y definición de las habilidades comunicativas, adaptadas al contexto de la Medicina.
Conclusiones
Tomando en consideración lo expuesto anteriormente relacionado con la Comunicación como categoría psicológica en el médico general Integral, no podemos dejar de referirnos al informe de la WFME vuelve a hacer referencia a la toma de decisiones cuando plantea que “…las Facultades de Medicina deben identificar e incorporar en el currículo las contribuciones de cualquier otra ciencia que proporcione el conocimiento, los métodos, las habilidades y las actitudes necesarias para la comunicación efectiva y la toma de decisiones clínicas”.
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