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Antecedentes de la gestión de la calidad de los programas 

de maestrías en el mundo, en Hispanoamérica y en Cuba

 

*Prof. Asistente

**Prof. Titular

UCCFD “Manuel Fajardo”

(Cuba)

MSc. Niurka Andux Ruíz*

niurka@uccfd.cu

Dra.C. Amarilys Torres Ramírez**

amarilystr@uccfd.cu

DrC. Rodolfo Vidaurreta Bueno**

rodolforvb@uccfd.cu

 

 

 

 

Resumen

          La formación profesional constituye una necesidad permanente para los organismos e instituciones, que requieren de especialistas cada vez más competentes. Esto cobra mayor importancia a partir de la problemática de transformar la educación y los aprendizajes, las transformaciones de la educación a nivel internacional dirigidas a mejorar la calidad del proceso docente educativo, por lo que la JAN ha enfatizado en la necesidad de contar con una metodología para evaluar el impacto de los programas de posgrados. El presente estudio plantea la evaluación del impacto de los programas de maestría en el Sistema Nacional de la Cultura Física; el objetivo principal está orientado a contribuir al mejoramiento de la calidad de los programas de maestría, identificando las posibles consecuencias positivas y negativas, para de esta manera mejorar los indicadores de impacto identificados.

          Palabras clave: Formación profesional. Maestrías. Posgrados. Gestión de calidad.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 191, Abril de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La Educación Superior en Cuba tiene entre sus prioridades influir de manera activa y consciente en la solución de problemas, lo que amerita perfeccionar la concepción del proceso de formación de los profesionales, con el fin de lograr en los mismos un desempeño eficiente. En tal sentido juega un rol fundamental el posgrado, encargado de promover la formación permanente de los graduados universitarios con una alta competencia profesional y avanzadas capacidades para la investigación científica, técnica y humanística.

    Como se plantea en el artículo 8 del Reglamento de Posgrado del MES (2005), la superación posgraduada se encuentra conformada por la superación profesional y la formación académica de posgrado y entre las formas que contempla esta última se encuentran la Especialidad, la Maestría y el Doctorado.

    La educación superior cubana presta atención al aseguramiento y mejora de la calidad de los procesos de formación académica, en tal sentido el Ministerio de Educación Superior (MES) encargado de dirigir y controlar la formación académica de posgrado y la Comisión Asesora para la Educación de Posgrado (COPEP) es el órgano asesor de esta dirección para el trabajo de la educación de posgrado en todo el país y entre sus funciones le corresponde proponer sobre la aprobación del primer nivel de acreditación de calidad de los programas de maestrías.

    Como parte del sistema de control el MES y el Presidente de la Junta de Acreditación Nacional (JAN) estableció el Sistema Universitario de Programas de Acreditación (SUPRA) como único sistema autorizado para acreditar los procesos, programas e instituciones de la educación superior, dentro de este se encuentran: el Sistema de Evaluación y Acreditación de Carreras (SEA-CU), el Sistema de Evaluación y Acreditación de Maestrías (SEA-M), el Sistema de Evaluación y Acreditación del Doctorado (SEA-Dr) y el Sistema de Evaluación y Acreditación Institucional (SEA-I), convirtiéndose en una herramienta principal para la gestión del mejoramiento de la calidad en la formación continua de los profesionales.

    En el SUPRA se identifican la acreditación de programas (carreras, maestrías, doctorados) y la evaluación de instituciones. En el caso de los programas de postgrado, se parte del nivel de Programa Autorizado, categoría que ostentan para poder ser impartidos en instituciones de educación superior o entidad que cumpla con los requisitos para impartirlos.

    Para obtener categoría de Programa Autorizado, todos los programas deben someterse a un proceso de evaluación previa por la COPEP (Comisión Asesora para la Educación de Postgrado), en el caso de las maestrías y mediante resolución ministerial se les otorga la categoría de Programa Autorizado y la aprobación para ser impartidos.

    A partir de esta categoría, comienzan los procesos de autoevaluación al concluir ediciones o un curso escolar, con vistas a trazar las estrategias de mejora hasta llegar a alcanzar los estándares prefijados que posibiliten un proceso de evaluación externa exitoso y pueda otorgárseles una categoría de acreditación superior.

    Al referirnos a la concepción que sustenta los sistemas de evaluación y acreditación se toma en cuenta la expresada por la Junta de Acreditación Nacional en el Sistema de Evaluación y Acreditación de Maestrías del 2009 la cual plantea que la autoevaluación, la evaluación externa y la acreditación constituyen una unidad dialéctica y, por ello, son procesos de un sistema integral que se reconoce como la gestión para el mejoramiento continuo de la calidad de la educación superior y de certificación pública de niveles de calidad nacional e internacional.

    El SEA-M se implantó oficialmente en la educación superior al desarrollarse y consolidarse la Maestría como una figura de posgrado académico, constituye el elemento esencial para evaluar y acreditar la calidad en las carreras que se desarrollan en las distintas instituciones de educación superior del país, este consta de tres documentos básicos: Patrón de Calidad de Programas de Maestrías, Reglamento de Evaluación y la Guía de Evaluación.

    Asimismo, la guía constituye el instrumento que orienta el desarrollo del proceso de autoevaluación, en esta se sistematiza y suscriben las variables del Patrón de Calidad cuya formulación persigue identificar un modelo ideal a partir de los indicadores y criterios de medida que caracterizan a cada una de ellas, sirviendo de base para la elaboración del informe de autoevaluación, lo cual constituye un proceso participativo interno que busca mejorar la calidad.

    Estos requisitos de calidad son definidos por la JAN que mediante la acreditación reconoce públicamente los resultados de la aplicación del sistema de evaluación interna y externa.

    El proceso de acreditación se inicia en los programas de maestría que se extiende a las carreras de pregrado y doctorados, ampliándose en la actualidad a la evaluación de programas de especialidad, además de comenzar la acreditación de instituciones, el cual se perfecciona a partir de la retroalimentación de sus experiencias.

    Es beneficioso para una maestría obtener una certificación de programa acreditado o de excelencia porque certifica la calidad del programa, posibilita su promoción nacional e internacional por el MES, los diplomas que emite a sus egresados tienen un sello distintivo, además de constituir un criterio para la evaluación de la actividad de posgrado de la institución, entre otras ventajas.

    El objetivo general del proceso de autoevaluación, es lograr el mantenimiento y la elevación continúa de la calidad en la formación inicial y permanente de profesionales y sus objetivos específicos son:

  • Detectar fortalezas, debilidades y posibilidades de mejora.

  • Diseñar planes de acción para mejorar la calidad.

  • Crear una cultura de calidad en la comunidad académica y científica acerca de las carreras y programas que se evalúan.

    En los últimos tiempos hay una preocupación permanente por la evaluación de la calidad en los programas de postgrado.

    El SUPRA tiene el propósito de crear una cultura de calidad en la comunidad universitaria a través del fortalecimiento de la autoevaluación como un proceso participativo interno que busca mejorar la calidad, esta debe ser permanente o continuada y la evaluación externa como el proceso el cual permite estudiar a una institución o programa mediante la participación de evaluadores y/o entidades externas al objeto de evaluación, estos procesos son ejecutados con vista a la acreditación de programas e instituciones, además de preparar a la organización para enfrentar los nuevos retos del presente siglo.

    Estas nuevas tendencias de la sociedad moderna y la necesidad de que el trabajo del hombre sea mucho más eficiente, requiere de mayor preparación, exigen contar con una educación de mayor calidad, llevando a la educación superior a la búsqueda de la calidad con el fin de dar una mayor y mejor respuesta a las necesidades del medio, es por ello que la universidad no debe descuidar su función de formar profesionales integrales y del más alto nivel, lo que evidencia la necesidad de realizar estudios evaluativos sobre la formación universitaria.

    En Cuba, esta problemática constituye hoy una prioridad en el ámbito de la educación, expresada en el lineamiento económico 145 “Continuar avanzando en la elevación de la calidad y el rigor del proceso docente-educativo, jerarquizar la superación permanente…”

    Relacionado con el deporte, el egresado del posgrado académico tiene ante sí un desafío, pues actualmente en los centros de formación se necesita de profesionales creativos, dada la carencia de recursos para el desarrollo de los entrenamientos. La Universidad del deporte se proyecta hacia la formación posgraduada de estos profesionales a través de diseños de programas en las diferentes disciplinas deportivas, en este caso seleccionamos para la evaluación la maestría, por ser la figura académica de formación posgraduada de mayor acceso, proporcionándole a los graduados universitarios dominio profundo de los métodos de investigación, amplia cultura científica y conocimientos avanzados en el campo del saber, desarrollando habilidades para el trabajo docente, la investigación y desarrollo, lo que provoca cambio en su actuación y favorece su acción transformadora del entorno.

    Actualmente una de las políticas del país consiste en proporcionar una educación de calidad como vía para medir la competencia profesional y la excelencia de los programas académicos para lo cual se establece el proceso de acreditación que constituye un reto para la universidad; en cuanto a los programas de posgrado se han logrado acreditar las Maestría en Ciencias de Juegos Deportivos de la Facultad de Matanzas, actualmente se denomina Maestría en Ciencias de la Educación Física, el Deporte y la Recreación; asimismo, la Maestría en Cultura Física Terapéutica y la de Psicología del Deporte ambas pertenecientes al CES Rector.

    La Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte “Manuel Fajardo”, es la encargada de dirigir la formación de profesionales y especialistas de alto nivel científico - técnico en la rama de la Cultura Física, por lo que se ha dedicado a la formación de licenciados en Cultura Física, los cuales constituyen el conjunto de profesionales que atienden a todo lo largo del país el desarrollo del deporte, la educación física y la recreación.

    La formación académica de posgrado está dirigido a profesores de Educación Física, Entrenadores Deportivos, Promotores de la Recreación Física y el Turismo, así como a todos aquellos especialistas: médicos, paramédicos, pedagogos, psicólogos, sociólogos y maestros interesados por ampliar sus conocimientos en la esfera de la Cultura Física y el Deporte, estructurados en 5 esferas de trabajo, como son: la Educación Física, el Deporte, la Recreación, la Cultura Física Terapéutica y la Gestión y Administración Deportiva.

    Este servicio académico trasciende nuestras fronteras, tanto en la actividad de pregrado como en el posgrado y la colaboración internacional en varios rubros como: Cursos, Entrenamientos, Diplomados, Conferencias, Debates Científicos, Intercambios, Maestrías, Doctorados, contando con 9 maestrías presenciales, una maestría a distancia y un doctorado en distintas modalidades, que priorizan sus líneas de trabajo atendiendo a las directivas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, las necesidades del organismo deportivo y lo reglamentado por el Ministerio de Educación Superior de nuestro país.

    La tradición del posgrado en la UCCFD permite realizar un análisis documental relacionado con la evaluación de impacto, lo que evidenció que estos trabajos repercuten en el ámbito social, en esencia, la evaluación del desempeño y el proceso de formación aún no se ha logrado un trabajo sistematizado sobre este tema en el perfil de la Cultura Física. Se ha podido constatar la carencia de bibliografía e instrumentos que permitan evaluar este impacto y conocer los generados por el programa, a través de estos profesionales en la sociedad, corroborándose la necesidad que existe de investigar esta temática con el objetivo de medir la calidad de los programas de maestrías.

    La evaluación del impacto de los programas de maestrías es considerada como un proceso no solo valorativo, sino de retroalimentación respecto a la formación que recibieron los maestrantes en correspondencia con el modelo deseado; en la UCCFD este es parte de un proyecto investigativo dirigido a perfeccionar la formación posgraduada.

    La sociedad actual necesita que el conocimiento que se recibe produzca un impacto a través de su aplicación en el entorno, produciendo una transformación hacia el desarrollo, se necesita entonces que el diseño de los programas de posgrado se ejecuten y evalúen en correspondencia con su pertinencia y su impacto, desarrollándose así nuevas estrategias que permitan una mayor respuesta a estos retos y determinar su impacto.

    Entre los aspectos de importancia para la acreditación institucional y de los programas se encuentra la pertinencia de los programas de formación académica, manifestada en la preocupación de las instituciones por el desempeño de sus egresados, de ahí la necesidad de seguir, actualizar y analizar con profundidad los cambios que se producen en el desempeño laboral y el entorno de los egresados para así retroalimentar la formación tanto en la etapa de estudio como de egresados y comparar esta información en diferentes períodos.

    De lo recogido en la bibliografía consultada, las contradicciones observadas en la práctica y los elementos analizados anteriormente, se devela la situación problémica centrada en las transformaciones de la educación a nivel internacional dirigidas a mejorar la calidad del proceso docente educativo, a lo que se suma los momentos actuales en el que el país se encuentra enfrascado en la actualización del modelo económico cubano, donde la calidad es un elemento indispensable, por lo que se han tomado nuevas políticas en la gestión del posgrado para contribuir al cumplimiento de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, relacionado con el lineamiento 162 “Elevar la calidad y el rigor en la formación de atletas y docentes …”, por lo que se estableció como objetivos y criterios de medida en nuestra esfera para el 2012 - 2015 el impacto económico y social cuyo objetivo consiste en satisfacer con calidad las necesidades de formación de pregrado, posgrado y de capacitación de acuerdo con las prioridades del desarrollo del país.

    Además la dificultad que constituye evaluar el impacto generados por los programas de maestría, conjuntamente con el problema con la entrega de los informes necesarios para la acreditación debido a la deficiencia al guardar ordenada y sistemáticamente la evidencia sobre la información que debe ser recogida, a lo anterior se acrecienta la no existencia de una sistematicidad en la evaluación y constatación de la pertinencia de la formación de posgrado en el sistema de la Cultura Física, se incrementa también la no presencia de una uniformidad en las formas de evaluar los impactos, aunque si existen algunos intentos de algunos programas de maestrías por evaluar su propio impacto o sus especificidades.

    Reflexionando en torno a las situaciones analizadas anteriormente que refleja la falta de instrumentos con rigor metodológico, además de las registradas en la revisión bibliográfica se plantea el problema científico: ¿Cómo contribuir a la gestión de la calidad de los programas de maestrías que se ofertan en el Sistema Nacional de la Cultura Física y el Deporte?

    Teniendo en cuenta lo antes expuesto se definió como objetivo general: Elaborar una estrategia metodológica que permita contribuir a la gestión de la calidad de los programas de maestrías en el Sistema Nacional de la Cultura Física y el Deporte, a través de la evaluación de los impacto.

    La contribución radica en la elaboración de una estrategia metodológica que logra la integración de una serie de indicadores que admiten mediciones cuantitativas y cualitativas, además que garantizan conocer el desempeño de los egresados y su actuación en el Sistema Nacional de la Cultura Física y el Deporte en correspondencia con las necesidades actuales, permitiendo así evaluar el impacto de los programas de maestrías.

Antecedentes de la gestión de la calidad de los programas de maestrías en el mundo, en Hispanoamérica y en Cuba

    La evaluación en la actualidad ocupa un lugar primordial, ya que esta repercute en todos los niveles de actuación, es por ello que se puede hablar de evaluación en todos los campos de actividad del ser humano, en la educación superior los antecedentes de la evaluación institucional según Mariela Aguilar Hernández expresa que “tuvo su origen en los Estados Unidos, además plantea que “el objetivo esencial de todo ese proceso de evaluación de las instituciones estadounidenses respondía, principalmente, a la necesidad de valorar los resultados académicos del sistema de enseñanza superior. En consecuencia, el mayor énfasis fue puesto en la evaluación del desempeño académico, no así en los aspectos relacionados con la eficiencia de la gestión y la organización”. (Rodríguez, 2006)

    En nuestro país existen muestras de estudios de evaluación de impacto entre las que se encuentra la Universidad Agraria de La Habana que desarrolló un modelo de evaluación y seguimiento del sistema de capacitación con el objetivo de medir el impacto en el desarrollo individual y organizacional, distribuido en cuatro etapas.

    La Universidad Técnica "Oscar Lucero Moya" en Holguín, con el objetivo de evaluar gestión de la capacitación elaboró una metodología con tres pasos.

    El Instituto Superior Politécnico “José Antonio Echeverría”, propone un enfoque metodológico para gestionar estratégicamente la capacitación en las organizaciones, utiliza cinco niveles.

    También existen otros modelos entre los que se encuentran:

  • Filial Universitaria de la Isla de la Juventud, propuesta metodología que considera tres niveles, el centrado en el impacto para toda la organización, para los cursistas y el tercero se centra en la opinión de los cursistas sobre el proceso de capacitación recibido.

  • Universidad de Matanzas” Camilo Cienfuegos", cuenta con seis pasos y es propuesto para la medición del impacto en la formación de los directivos, cuadros, especialistas y trabajadores.

  • Universidad Central” Martha Abreu” de las Villas, diseña dos propuestas de procedimiento metodológico para la medición del impacto de la formación en los cuadros y directivos: Modelo para aplicar en las instalaciones turísticas, el cual cuenta con cinco pasos y el Modelo para la evaluación del impacto de la capacitación en el trabajo con los cuadros y la estrategia de preparación y superación de los cuadros.

    Existe una variedad de modelos relacionados con la evaluación del impacto de la capacitación, nos obstante no se logra integrar todos los indicadores que nos permitan un modelo común el cual mida los cambios producidos en el entorno, entre los modelos mencionados anteriormente, excepto el de Matanzas no se analiza la capacitación en el entorno de la familia, comunidad y sociedad.

    Armas Urquiza y colaboradores (2012) al referirse al tema de los sistemas de acreditación y evaluación de la educación superior en América Latina y el Caribe refleja la introducción del tema de la calidad en las propuestas de reforma de la educación superior que realizan varios países a partir de la década del ‘70 del siglo pasado.

    Sin embargo, el tema de la evaluación sólo entra en la agenda de los países a mediados de los ‘90, como consecuencia de dos fenómenos complementarios: por una parte, el incremento de la demanda por educación superior, y por otra, el desarrollo de un sector privado de corte empresarial. La incorporación de estos nuevos proveedores privados generó en la mayoría de los países un fuerte cuestionamiento a la legitimidad y calidad de partes importantes de la oferta educativa superior.

    Cuba escapa a este marco histórico por varias razones. El tema de la calidad en la educación superior comienza a abordarse desde finales de la década del 70 en nuestro país, vinculado esto a la política del Estado cubano tendiente a conformar un sistema sólido de Educación Superior que garantizara la universidad de excelencia.

    En la década de los años noventa surge con relativa fuerza en América Latina y en el propio Caribe el tema de la acreditación. Tal como se entiende, la acreditación es un proceso mediante el cual se reconoce o certifica la calidad de los programas o de una institución dada. Supone la evaluación respecto de estándares y criterios de calidad establecidos previamente por una agencia u organismo acreditador e incluye una autoevaluación propia, así como una evaluación por un equipo de evaluadores externos y se basa en un conjunto de principios, relativamente básicos y homogéneos, aunque la diversidad de modelos es extensa.

    En Cuba, por ejemplo, el propio desarrollo del sistema de evaluación institucional llevó a definir su orientación principal hacia la evaluación de los procesos sustantivos que se desarrollan en una universidad, mientras que se hacía necesario complementar el mismo con la evaluación de los programas. Más aún, la acreditación comienza con los programas de maestría al adquirir esta figura del postgrado un papel relevante en el sistema de postgrado cubano y aprobarse un número creciente de programas a partir del año 1990.

    Como antecedentes de autoevaluación de los programas de maestría en Cuba se puede citar la propuesta de una guía de autoevaluación para programas de posgrado elaborada en el 2009 por Roque González, Rosalba y colaboradores y en lo referente al sistema deportivo en la universidad se elaboraron cuestionarios de autoevaluación para empleadores y egresados.

Conclusiones

    Reflexionando en relación a los modelos expuestos consideramos que los modelos analizados no muestran una evaluación integral, además de no centrarse en el objeto de estudio de esta investigación, ya que la nuestra se dirige a medir el impacto de los programas de maestrías desde su dimensión social, aunque para conformar los indicadores que nos permiten evaluar el impacto de los programas de maestrías se tendrán en cuenta, de estos autores, los aspectos que difieren en el manual de implementación.

Bibliografía

  • Abdala, E. (2004). Manual para la gestión de calidad en programas de formación para jóvenes. Cinterfor, Montevideo, 25, 26, 28, 30 y 31.

  • Añorga Morales, J., Valcárcel Izquierdo, Norberto, de Toro González, Aída Julia. Modelo de Gestión de calidad de Programas Educativos, 7.

  • Armas Urquiza, R., Rodés García, R., Ortega Delgado, E. y Diosdado Salces, E. (2012). Impacto del sistema de evaluación y acreditación de maestrías en la mejora continua de la calidad de la maestría en biología vegetal. Universidad 2012, 8º Congreso Internacional de Educación Superior (pp. 60): XI taller internacional “Junta consultiva sobre el postgrado en Iberoamérica”.

  • García Galano, E. La educación postgraduada: Breve reseña histórica. La Habana, Cuba.

  • Hernández Díaz, M. y Cols. (1999). Evaluación de la calidad del egresado universitario, Nº 2.

  • Junta de Acreditación Nacional (2008). Sistema de evaluación y acreditación de carreras universitarias. Manual de implementación. SEA -CU.

  • MES (2005). Reglamento de la educación de posgrado de la República de Cuba. Resolución No. 132/2004. UEB de producciones gráficas cooperadas ENPSES-Mercie Group, 3, 5, 6, 8, 11.

  • Rodríguez, T. y col. Evaluación al Programa de Maestría en Enseñanza Superior ofertado por la División de Post-Grado. Tesis para optar por el Título de Maestra en Enseñanza Superior. Dirección General de Postgrado y Educación Permanente. Facultad de Humanidades. Universidad Autónoma de Santo Domingo, Santo Domingo, 2006.

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