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Introducción

    ¿A quiénes les conviene en este mundo convulso que existan pueblos desmemoriados? Huelga la respuesta, pero la formulación nos recuerda que la desmemoria es parte de la estrategia de dominación de nuestros enemigos históricos, lo cual acentúa el reto que implica la forja de una cultura histórica en las nuevas generaciones. (Almendros, 1997)

    La historia la hacen los hombres inmersos en sus relaciones económicas y sociales con sus ideas, anhelos, sufrimientos, luchas; con sus valores morales, sus defectos, sus contradicciones, sus triunfos, sus reveses, sus sueños.

    Y todo esto hay que encararlo con un enfoque optimista y demostrativo del sentido progresivo del proceso histórico que, como se sabe, no avanza en sentido lineal, sino con sus naturales e inevitables zigzagueos, pero con una tendencia siempre progresiva a pesar de regresiones que pueden constituir largos períodos.

    En el camino de hacer de la cultura histórica base segura de una cultura política, el pensamiento de José Martí se nos continuará revelando como componente indispensable de una pedagogía del mejoramiento humano, recurso imprescindible para encarar con inteligencia, optimismo y decisión de vencer, los desafíos de nuestro tiempo, en los que están en juego salvar la cultura, la identidad y la propia sobrevivencia humana.

    El estudio de todo pensamiento debe partir de una posición científica y objetiva, lo que implica la caracterización del contenido fundamental de la época en que se desarrolla Esto exige tomar en cuenta las particularidades del proceso histórico desde diferentes perspectivas.

    Al apóstol lo unen estrechos vínculos con la hermana República Bolivariana de Venezuela, pues sus ansias de conocer la patria emancipada, le permitió adentrarse en este territorio. El 8 de enero de 1881 Martí partió a Venezuela. Como fue usual en el durante el viaje hizo anotaciones, donde hace comparación con experiencias vividas en Guatemala y resalta la inigualable belleza del paisaje. El día 20 de enero llega a la Guaira puerto del mar de Caracas, amanecía, fue un día que se queda plasmado en la historia, pues el cubano atravesó precipicios, cordilleras de muy baja temperatura con el estimulo de conocer “…la Jerusalén de los sudamericanos, la cuna del continente libre”, en la noche “…sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó donde se comía ni se dormía, sino como se iba adonde estaba la estatua de Bolívar….”.

    El 28 de enero recibe en la capital venezolana el saludo del influyente diario La Opinión Nacional, donde comienza a trabajar y a desplegar su quehacer literario y periodístico a partir del 15 de junio. En febrero y marzo laboro como profesor del colegio Santa Marta, creando una cátedra oratoria El Centenario de Calderón.

    En Caracas escribe Ismaelillo, poemario dedicado a su hijo ausente, donde se refleja que no se detenía ante los obstáculos, por muy terribles que fueran y al mismo tiempo el artista que también redimía en la esfera de la palabra. Esta obra se ha reconocido con justicia el inicio de la poesía moderna en Hispanoamérica, por su significado transformador. Aunque sintió el vil acecho de los enemigos, no dejo de demostrar en sus obras su ideario radical e independentista no solo para Cuba sino para América Latina.

    Nunca el pensamiento se pudo encerrar en unas fórmulas, pero en Bolívar y Martí se combina el pensamiento que calcula, y el pensamiento que medita. El primero es el pensamiento propio de un científico, y el segundo de un filósofo. Y es que pensar es un arte de la personalidad, es un hábito complejo adquirido por la acción reiterada de las facultades del propio sujeto siendo estimuladas desde el interior y el exterior.

    Hoy cuando miles de cubanos viajan a Venezuela por cuestiones internacionalistas, brindan el acerbo heredado de una Isla, donde no se da lo que sobra sino se comparte lo que se tiene; motivando al pueblo hermano a no mutilar sus ideas y pensamientos.

Planteamiento del problema

    Vincular orgánicamente dos figuras desde su propio contexto histórico permite asumir la necesidad de repensar el estudio de la de la historia desde los espacios interrelacionados, como punto de partida para un conocimiento profundo e integral de los procesos históricos que se han constituido base del desarrollo y formación del proyecto social que defendemos tales razones permiten declarar como problema científico: ¿Existe analogía en la evolución del pensamiento martiano y bolivariano?

Justificación del estudio

    Fueron los empleados para el desarrollo de la investigación los métodos teóricos, entre ellos el método histórico de forma tal que permitió caracterizar al objeto de la investigación en sus aspectos más externos, a través de la evolución y desarrollo histórico del mismo, método lógico el cual permitió reproducir en el plano teórico la esencia del objeto de la investigación. Dentro del método lógico fueron empleados Método Hipotético Deductivo, el Método Causal y el Método Dialéctico. El conocimiento de las similitudes del pensamiento de estos hombres permitiría el arraigo por parte de los estudiantes y los jóvenes cubanos, venezolanos, en fin latinoamericanos todos; de estar a la altura de este mundo contemporáneo sin olvidar nunca los cimientos heredados.

Objetivo general

    Valorar la analogía en el pensamiento martiano y bolivariano.

Nexos conceptuales en el ideario de Martí y Bolívar

Simón Bolívar

    Libertad: "Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos."

    La libertad de América deber sagrado.

    “La libertad que profesamos tendrá que llevarse a Cuba”

José Martí

    “De América soy hijo y a ella me debo”

    Desde el momento mismo en que Martí es desterrado de su Patria siente la necesidad apremiante de relaciones con cuanto hombre pudiera serle afina sus sentimientos y quizás vía para llevar a cabo los que parecían solo sueños y luego se convertirían realidades apremiantes.

    Gran admirador de Bolívar, se percató muy bien de sus propósitos. El testimonio de “Tres Héroes” es fiel reflejo de sus intenciones de que los niños de su América se percataran de los valores de los grandes hombres de Latinoamérica. De ellos se sentía hermano; porque nuestro Héroe era también y por sobre todo un latinoamericano: de América soy hijo, a ella me debo; diría con fuerza.

    Conoció la realidad de México, la de Guatemala que lo acogió con amor y que “lo hizo maestro que fue hacerlo creador” y luego a Venezuela que agradecido quiere servirla y expresa: “…así armado de amor vengo a ocupar mi puesto…”, “…a pedir vengo a los hijos de Bolívar un puesto en la milicia de la paz”.

    Y al escribir la Edad de Oro insiste en el mensaje a los niños: “…en América se vivía antes de la libertad como la llama que tiene mucha carga encima. Era necesario quitarse la carga o morir…”.

    Y desde Nueva York trabaja por la liberación definitiva de su patria e insiste en la importancia de la unidad latinoamericana y advertía: “…es la hora del recuento y de la marcha unida…” y además “…puesto que la desunión fue nuestra muerte ¿qué vulgar entendimiento ni corazón mezquino ha menester que se le diga que de la unión depende nuestra vida?”.

    Para Martí los problemas de la patria son también problemas de América y viceversa. Él llama a los “pueblos adoloridos de América”, “Nuestra América”. Al declararse hijo de esa patria grande adquirió mayores deberes, responsabilidades y definiciones. Sin dudas los pueblos de la América a la que martí se refiere son hermanos, padecen los mismos males y desean la misma felicidad. Somos latinoamericanos porque somos cubanos, lo que equivale a decir hijos de una misma madre.

Simón Bolívar

    Estratega Militar.

    "El arte de vencer se aprende en las derrotas."

José Martí

    “Para Cuba hasta en una uña”

Simón Bolívar

    La moral como fuerza determinante."En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría de la masa física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política."

José Martí

    “Trincheras de ideas valen mas que trincheras de piedras”

    Fue el antiimperialismo la espina dorsal de la política martiana porque veía en las pretensiones imperialistas un obstáculo para la liberación definitiva de los pueblos. Muy pronto supo las intenciones del “norte revuelto y brutal que nos desprecia”.

    Si Martí tenía como primer propósito independizar a Cuba de España sabía a la vez que para lograr una patria libre, era imprescindible liberarse de Estados Unidos, de la dominación económica y en consecuencia de la política que pretendía como lo hicieron después caer con su red de asfixia sobre la América.

    Al celebrarse en Estados Unidos la Conferencia Internacional de Washington en 1889, expresó al mundo su honda preocupación y lanzó la voz de alerta a los demás países del continente. El denunció ante el mundo el objetivo de aquella reunión: Estados Unidos tenía el propósito de extender sus dominios en América.

    Con el propio año de 1889 en carta que escribe a su fiel amigo Gonzalo de Quesada le expresa: “…sobre nuestra tierra, Gonzalo, hay otro plan más tenebroso que lo que hasta ahora conocemos y es el inicio de forzar a la Isla, de precipitarla a la guerra, para tener pretexto de intervenir en ella, y con el crédito de mediador y garantizador, quedarse con ella…”.

    El 13 de septiembre de 1892 el delegado del PRC en visita a la zona de Montecristi, República Dominicana Martí entrega una carta oficial a nombre del PRC a Máximo Gómez, en la que le solicitan que asuma el mando oficial de la Guerra.

    La idea martiana de la liberación nacional no se limitaba a lograr la independencia de Cuba y auxiliar la de Puerto Rico. Martí vio un peligro mayor en las intenciones del imperio. A ese peligro se había referido con anterioridad. Su estudio del problema y su práctica revolucionaria le revelaban ahora como el enfrentamiento a ese peligro tenía que ser asociado a su estrategia de liberación nacional. Así en 1894 expuso importantes ideas: […] “Es un mundo lo que estamos equilibrando: no son solo dos islas las que vamos a libertar”.

    Un error en Cuba, es un error en América, es un error en la humanidad moderna. Quién se levanta hoy con Cuba se levanta para todos los tiempos.

    Al fundar el PRC le imprime su ideología antiimperialista. Cuba no puede ser colonia ni estado de los Estado Unidos. Toda la América con Cuba eran su preocupación constante.

    A pocas horas de morir dejó en carta inconclusa a su amigo Manuel Mercado, la profundidad de sus propósitos, la razón de su vida y de su ejecutoria política: “…de impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos…”. ”En silencio ha tenido que ser “… Al día siguiente una bala le destrozó el corazón pero dejaba estampado su pensamiento para la posteridad. La historia se ha ocupado de poner en claro todas las previsiones del Maestro...”.

Simón Bolívar

    Necesidad de una patria."Formémonos una patria a toda costa y todo lo demás será tolerable."

José Martí

    “El amor madre a la patria es el odio al tirano que la oprime”

Simón Bolívar

    "Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción"

    El independentismo de José Martí despunta desde los años juveniles, ejemplo de ello lo constituyen los siguientes versos de su obra "Abdala", escrita cuando tenía apenas 16 años:

    “El amor, madre, a la patria

    No es el amor ridículo a la tierra
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas,
Es el odio invencible a quien lo oprime,
Es el rencor eterno a quien lo ataca."

    El ideal independentista martiano tenía muy en cuenta la experiencia de otras repúblicas de América que ya se habían separado de España a inicios del siglo XIX, también los cambios significativos ocurridos en la estructura de la sociedad cubana en los últimos años.

    La superioridad de su ideario se aprecia en el tratamiento que dio a temas como la revolución, la independencia, el imperialismo y América Latina. Su concepción de la independencia trasciende la idea de la separación de España, entendiéndola como momento de un proceso más complejo y profundo: la revolución; por eso confesó a su compañero de luchas Carlos Baliño que la revolución no se haría en las maniguas, sino en la república.

    En "Nuestra América", Martí advirtió que el problema de la independencia no era el cambio de forma sino el cambio de espíritu.

    Sus observaciones y pronunciamientos categóricos en cuanto al papel que las Antillas libres habrían de desempeñar en el continente constituyen elementos básicos de un programa antiimperialista, de preservación de la independencia de América Latina y de la paz en el mundo.

    Martí se enfrentó durante su incesante batallar por la organización y preparación de la nueva guerra con serios obstáculos. Estos eran, en el plano interno, la opresión colonial, el autonomismo, el anexionismo y el racismo. En lo externo, el surgimiento del imperialismo norteamericano. De ahí vienen las variadas proyecciones de su pensamiento: independentista, democrático-revolucionario, antirracista, latinoamericanista y antiimperialista.

    Las posiciones de los autonomistas y los anexionistas fueron desenmascaradas y criticadas duramente por Martí que ante ellos siempre enarboló la necesidad de la liberación del pueblo cubano mediante la lucha armada y rechazó todo intento de encubrir el régimen colonial español o de cualquier otra persona sobre la Isla de Cuba.

    La obra independentista de José Martí es uno de los más ricos tesoros políticos de este continente, sus ideas transcendieron los límites de la isla y de su tiempo, y han ejercido una poderosa influencia en el desarrollo del Movimiento de Liberación Nacional Latinoamericano y en el proceso de integración en la actualidad.

José Martí

    “La ignorancia es la peor de las esclavitudes”

    “Ser culto es el único modo de ser libre”

    El humanismo de José Martí no está marcado por formulaciones abstractas; es un humanismo concreto, revolucionario, ante todo, práctico, porque está concebido para transformar al hombre en su circunstancia, al transformar las circunstancias que condicionan al hombre. El Apóstol expresaba altos valores humanos y revolucionarios: el culto a la dignidad del ser humano, a la libertad, a la justicia y a la utilidad de la virtud. Su amor al hombre, a la patria y el odio infinito a la opresión se encaminan a su objetivo cimero de liberar a Cuba.

    El maestro trabajó siempre por el enaltecimiento del hombre y para la grandeza de su pueblo. Él quería que los niños pensaran, padecieran por los que no podían vivir con honradez, que trabajaran para que en definitiva fueran hombres honrados y decorosos.

    Su ideario es portador de sus sentimientos. Quería un hombre libre de prejuicios, honrado y culto. Mucho le interesaban las cualidades patrióticas, “…hasta hermosos de cuerpo se vuelven los hombres que pelean por ver libres a su patria…”. Esas virtudes las reconocía en Céspedes y Agramonte, en Maceo y Máximo Gómez, así como en otros tantos de los que para el “los pinos viejos”.

    Cada vez que Martí habla o escribe, imprime sus palabras el sacerdocio de su magisterio. El 1879 en discurso pronunciado en los altos del Louvre en La Habana increpa a la lucha, al enfrentamiento porque “…el hombre que clama vale más que el que suplica: el que insiste hace pensar al que otorga”.

    La misión del Maestro para triunfar es unir: evitar todo divisionismo por cuestiones de enfoque, color de la piel o autovaloración. Ansiaba una Cuba libre, unida y fuerte en la comprensión y amor de sus hijos, con su presión de cualquier tipo de privilegio “…todo lo que divide a los hombres, todo lo que los especifica, aparta o acorrala, es un pecado contra la humanidad…”.

    Por conocer a los hombres pudo triunfar en sus empeños. Logó un partido popular, de masas, uniendo a los humildes, a los trabajadores, a los hombres de buena voluntad.

    En el humanismo martiano, no basta con alcanzar, mantener y defender como premisa fundamental la dignidad del hombre, resulta un deber ineludible, propiciarle a la vez un desarrollo armónico en el que este pueda alcanzar una vida más plena.

Simón Bolívar

    "El ajedrez es un juego útil y honesto, indispensable en la educación de la juventud."

José Martí

    “Un juego nuevo y otro viejo “, que los indios americanos tenían su ajedrez.

Conclusiones

    La evidente mutilación a la soberanía nacional, la acumulación de problemas sociales, la disfunción de la economía y la corrupción político administrativa confluyeron para provocar un giro en la mentalidad y, consecuentemente, en la proyección de sectores de las capas medias, de los trabajadores y también de la burguesía doméstica para expresar sus aspiraciones propias de cambios o reajustes. Esto implicó cuestionamientos y propuestas de distintos matices y tendencias, pero se hizo patente la necesidad de promover cambios. En este complicado entorno se movió el ideario de estos hombres, que salieron adolescentes aún de sus lejanas colonias; que vivieron para ellas, con su quemante memoria en el corazón; que organizaron los movimientos para liberarlas; que dialogaron con el mundo y sostuvieron las ideas más avanzadas de su época; que regresaron a su tierra a la hora de pelear por la independencia y la libertad, no pueden ser tan parecidos sino porque la historia les exigió cumplir funciones similares, y ellos estuvieron a la altura de esas exigencias.

Referencias bibliográficas

• Almendros, H. (1997). Nuestro Martí.

• Callejas, Susana y otros (2010). Libro de texto de Historia de Cuba (nivel medio superior).

• Colección Textos Martianos (1990). Ideario Pedagógico de José Martí.

• Editorial Gente Nueva. José Martí, Primeros y Últimos Días, p.146.

• Fernández Retamar R. Introducción a José Martí, p. 113.

• García Marruz, Fina (1990). Textos Antiimperialistas de José Martí (Materiales de Estudio 1).

• López Civeira, Francisca y otros (2003). Cuba y su Historia.

• Losada, J. (1969) Martí, joven revolucionario. La Habana, p. 47.

• Toledo Sande, Luis (2012). Cesto de llamas. Biografía de José Martí.

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