Propuesta educativa a partir de un proyecto solidario: el tapón de botellas como material de juego en Educación Física |
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Licenciado en Educación Física Perteneciente al Cuerpo de Profesores de Secundaria de la Junta de Castilla y León Jefe de Departamento de Educación Física y Deportiva del IES Juana I de Castilla de Tordesillas En posesión de la Suficiencia Investigadora por la Universidad de Valladolid |
Julio César Rodríguez de la Cruz (España) |
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Resumen En ocasiones la sociedad nos puede inducir a desarrollar ciertas pautas de actuación en nuestras clases y nos anima a proponer contenidos a nuestro alumnado más o menos acordes al sentir de una población en general, o de una comunidad educativa en particular, sin olvidar el necesario carácter educativo de dichos contenidos. La solidaridad hacia los que lo necesitan puede suponer un especial marco del que nacen variadas posibilidades de juegos realizados con tapones de botellas de plástico. Palabras clave: Reciclaje. Tapón de plástico. Educación Física. Juegos de precisión.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 190, Marzo de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Fundamentación y contextualización
La sociedad del siglo XXI se caracteriza, entre otras cosas, por una especial sensibilidad hacia los temas relacionados con el consumo responsable de los recursos, así como por el reciclado y reutilización de los consumibles más habituales en los hogares. La educación como consumidores y la consolidación de hábitos perdurables se aborda y trabaja desde múltiples ámbitos, siendo los centros educativos, ya sean de Primaria o de Secundaria, el marco idóneo para continuar con la labor que inician las familias en sus hogares. Mucha de esta educación pasa por la regla de las tres erres: reducir, reciclar y reutilizar los recursos.
Fundamentalmente son las instituciones públicas las que plantean campañas de diversa índole que tratan de fomentar cualquiera de estas tres acciones. Diputaciones, Ayuntamientos… invitan a la sociedad a utilizar convenientemente todo lo que tenemos a nuestro alcance, evitando caer en el derroche sin precaución o, al menos, intentando reciclar o reducir los productos que van quedando de desecho. Así pues, se elaboran programas educativos y campañas publicitarias con el propósito de formar a una sociedad cada vez más concienciada y comprometida con el medio ambiente y el consumo racional de los recursos.
A la par que se desarrollan estos programas acerca del uso y consumo de los productos, también se están llevando a cabo otro tipo de campañas que, aunque relacionadas con el reciclaje, van algo más allá al tratarse de cuestiones que tienen que ver con la solidaridad hacia determinados individuos o sectores concretos de la sociedad que están padeciendo algún tipo de dificultad económica y/o enfermedad.
Un ejemplo claro de este asunto es lo que ocurrió en Tordesillas (Valladolid) en enero del 2012: el AMPA del Colegio de Educación Infantil y Primaria “Pedro I” decidió poner en marcha una campaña de recogida de tapones para recaudar fondos para ayudar a Aimar, un niño de 10 años que padece una parálisis cerebral1. La respuesta de toda la comunidad escolar y extraescolar supera con creces lo esperado: miles de kilos de tapones se amontonan para ser enviados a su lugar de reciclaje a cambio de dinero que servirá para comprar una silla de ruedas que Aimar necesita con premura y que supone un gasto considerable.
Pues bien, en este marco socioeducativo que propicia la conciencia ecológica, en cuanto al reciclaje de un material que de otra forma acabaría en las bolsas de la basura, y la solidaridad, en tanto que se pretende obtener un beneficio que repercuta en un miembro de la comunidad, surge la idea de reutilizar y reinventar el uso los tapones de plástico como el material principal de los juegos que serán propuestos y/o diseñados por el profesor2 y los propios alumnos.
Intervención didáctica
La propuesta de trabajo, englobada dentro de una Unidad Didáctica denominada “Inventamos y reciclamos para jugar”, arranca de la convicción de que la motivación, como factor estimulante del aprendizaje y la participación del alumnado, es clave en el proceso educativo. En este caso tenemos la suerte de partir de unos ejes nucleares de por sí bastante estimulantes: de un lado el sentido de la responsabilidad social en el reciclaje de diferentes tipos de materiales, y de otro la facilidad para participar en las propuestas de trabajo que, por otra parte, permiten al alumnado aportar sus propias ideas o sugerencias, es decir, el jugador o participante se convierte en algo más que un mero ejecutor de los juegos que se le proponen, pudiendo desempeñar un papel más activo al aportar juegos totalmente originales y novedosos, o alternativas de otros ya conocidos o jugados en cualquier otro momento.
Así pues al jugador se le anima a una doble participación:
Como practicante de los juegos.
Como inventor de nuevos juegos o de alternativas a los ya conocidos.
A buen seguro que con esta segunda vía se genera en el alumno un sentimiento más profundo de protagonismo ya que pasa a formar parte de la clase desde la perspectiva de un profesor pues expone sus juegos al resto de los compañeros. ¿Quién no se siente atraído ante la idea de que lo que uno ha inventado o sugerido sea practicado por sus compañeros?
Obviamente debemos estar alerta ante las posibles sugerencias que pudieran intuirse poco provechosas o estimulantes ya que, al igual que la satisfacción y el orgullo por el trabajo bien hecho supone una fuente extra de motivación, la sensación de ridículo o fracaso –entendida en términos de escasa diversión y trabajo fructífero del resto de compañeros– puede ser una fuerte cortapisa a la participación en posteriores ocasiones que se les pida o, incluso, inhibir completamente a los más introvertidos pues pueden ver el fracaso de los demás como el suyo propio, negándose completamente a pasar por esa situación.
Por lo tanto, hay que alentar la iniciativa a la aportación de juegos con la consabida posibilidad de que, en ocasiones, el fracaso en la práctica puede ser posible. Pero fracaso únicamente entendido como algo que no ha “enganchado” o conectado con el resto de jugadores. Habrá que ofrecer información que pueda regenerar las propuestas y animar a continuar trabajando hasta dar con las mejores ideas. Así pues, también enseñamos que no siempre conseguiremos a la primera aquello que nos habíamos propuesto, que del fallo también podemos aprender y que no todo es tan sencillo y fácil como parece.
Por otra parte, este tipo de proyectos abren paso a una posible línea de trabajo intergeneracional ya que los alumnos pueden realizar pequeños trabajos de investigación consistentes en preguntar a sus mayores sobre los juegos a los que jugaban de chicos. Estos juegos pueden ser objeto de adaptación a este peculiar material que estamos manejando. Sería una forma de “recuperar” los juegos de antaño y de no perder definitiva y totalmente la memoria lúdica de nuestros abuelos.
En todos los juegos propuestos en la unidad didáctica se desarrolla la coordinación óculo-manual o “puntería”, por lo que a buen seguro serán muchas las veces en las que nuestros alumnos cierren un ojo para “afinar” dicha puntería. Nuestra intervención ante la puesta en desarrollo de este tipo de coordinación debe seguir una única vía: dejar que los alumnos jueguen independientemente de la dominancia ocular que observemos. Pero no podemos pasar por alto la posible detección, mediante la observación sistemática, de potenciales casos de lateralidad no homogénea cruzada a nivel ocular (Mayolas, Villarroya y Reverter, 2010, p. 35).
Aunque no es este el motivo del artículo, sí que creo necesario detenerme en este punto ya que, al parecer, son numerosos los estudios que plantean la influencia de la lateralidad en las alteraciones de la lectoescritura y ciertas dificultades de aprendizaje con una mala adquisición del esquema corporal (op. cit. p. 33). Según un estudio propio de Mayolas et al. realizado a niños de entre 6 y 7 años (op. cit. p. 41) los niños con cruce a nivel ocular y podal son los que tienen mayores dificultades dentro de la lateralidad no homogénea, tanto en aprendizaje y comprensión lectora como en organización y atención en clase.
Como he quedado reflejado anteriormente, dejaremos que nuestros alumnos empleen la lateralidad ocular que ellos deseen en el momento del lanzamiento, pero prestando especial atención a las dificultades de discriminación entre derecha e izquierda a nivel ocular. En caso de identificar algún alumno con una hipotética lateralidad cruzada a nivel ocular, debemos ponerlo en conocimiento del equipo de Orientación del centro para que sean ellos los que analicen el caso con detenimiento. A lo sumo, para corroborar la existencia de estos casos, podemos pasar a los alumnos algún test que ratifique el diagnostico inicial3.
En lo que respecta a las formas empleadas para manejar los tapones en los juegos, siempre serán cogidos con una sola mano y no serán golpeados como se hace en el conocido juego de las chapas en el que se impacta al tapón, a modo de latigazo, con el dedo índice o anular previa retención por el pulgar (Fotografía 1).
Fotografía 1. Golpeo típico del juego de chapas
En cuanto a la forma de lanzamiento propiamente dicha, nos vamos a encontrar con dos gestos básicos:
Primero. Con armado de brazo previo, ya sea por delante o por detrás, lo cual propiciará una trayectoria de lanzamiento plana o de arriba hacia abajo. Es una forma de lanzamiento que genera mucha velocidad al tapón (Fotografía 2).
Fotografía 2. Lanzamiento con armado de brazo
Segundo. Con el brazo extendido hacia abajo y la palma de la mano en supinación o en pronación, según la decisión del jugador en el momento del lanzamiento, se lleva el brazo suavemente de abajo hacia arriba a la vez que se suelta el tapón, originando un lanzamiento de escasa velocidad. Por aquello de clarificar, el gesto sería parejo al de los lanzamientos que se efectúan en el juego de la petanca (Fotografía 3).
Fotografía 3. Lanzamiento de mano baja
En todos los juegos se definen unas condiciones de inicio, ejecución, puntuación y finalización (número de tapones que deben lanzarse, puntuación que debe ser alcanzada para ganar, número departidas a disputar, etc.), que, obviamente, pueden ser modificadas a criterio de todos los participantes ya que creo conveniente que en todos los juegos su desarrollo esté sujeto a las normas que los propios protagonistas acuerden inicialmente, siendo ellos los únicos artífices de la ejecución y arbitraje de los mismos.
En algunos juegos se proponen Variantes o posibilidades de juego que ayudan a enriquecer el juego para que no resulte aburrido o se le pueda sacar más provecho. Sirvan las siguientes alternativas como propuestas válidas para todos ellos:
Variar el número de tapones por jugador y/o tirada.
Modificar la distancia desde la que se lanza.
Se pueden otorgar puntos extra según como quede el tapón en su posición final: hacia arriba o hacia abajo.
Variar el número de puntos/partidas a alcanzar para alzarse con la victoria.
Competiciones individuales en la que todos compiten contra todos o grupales.
Por lo que respecta a la elección de los nombres otorgados a los juegos, algunos adoptan el del juego original del que provienen, otros han tomado como referencia nombres propios en desuso hoy día pero que etimológicamente tienen algo que ver con el propósito del juego y los hay que tienen que ver con el singular objetivo del juego.
Por último, al final del artículo presento una tabla en la que desgloso resumidamente las características más elementales de la Unidad Didáctica que pueden servir, adaptándolas a cada contexto educativo particular, como punto de partida para su puesta en práctica. Los juegos que en ella aparecen serán desarrollados en un posterior artículo.
Materiales
La propuesta que presento gira en torno al uso de material no convencional dentro de las clases de Educación Física, algo que suele producirse con cierta asiduidad en los centros educativos (Bernal y Bernal, 2002), siendo el tapón de plástico el elemento común de todos los juegos planteados. Según estos mismos autores, parece ser que en la formación de los profesores de esta materia se tiende a aprovechar los objetos que pueden ser reciclados con facilidad (lo que conocemos como material de desecho).
En este sentido, cuando impartí la asignatura “Educación Física Escolar”, perteneciente al programa de 2º de Grado en Educación Primaria de la Facultad de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid, tuve la ocasión de comprobar en persona las numerosas inquietudes mostradas por el alumnado sobre este tipo de material. De hecho, en el diseño de algunas de las prácticas que los alumnos tenían que elaborar para presentar al resto de sus compañeros y cumplir con el programa de la asignatura, los materiales reciclados estuvieron presente en numerosas ocasiones: pelotas de papel y celo, botellas a modo de bolos u objetos para ser impactados, papeles de periódico para trabajar contenidos de expresión corporal, gomas de cámaras de camiones, etc. (Fotografía 4, 5, 6 y 7).
Fotografía 4. Papel de periódicos
Fotografía 5. Latas de refresco
Fotografía 6. Papeles y cartones
Fotografía 7. Gomas de neumáticos
Acerca del material no convencional nos podemos encontrar con multitud de escritos que nos plantean su utilización en las clases de Educación Física (García, 2001; Román, Úbeda e Hinojo, 2010; Rodríguez, Quintana, Lindell y Barrera, 2004), e incluso los hay que concretan algunas de las funciones que ofrece su utilización (Palacios, Toja y Abraldes, 2012):
Fácil de conseguir.
Escaso o nulo coste económico.
Diseño no realizado para su aplicación directa a la educación.
Facilita el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Contribuye a la reutilización y reciclado de material.
Formas, colores y tamaños muy variables.
La gama de colores, formas y tamaños de los tapones de plástico que nos podemos encontrar en el consumo doméstico va a ser muy prolija, lo que facilitará el acopio de los mismos por los alumnos. En la propuesta aquí planteada opto por un tapón cuyo tamaño podríamos decir que es medio y por aparecer en productos de habitual consumo. En concreto, considero que el tapón de las botellas de refrescos de dos litros de capacidad es el idóneo para la totalidad de las prácticas como objeto que será lanzado. No obstante, en algunos juegos se emplearán otros tapones de diferentes tamaños como complemento del juego.
Por término medio es conveniente disponer de unos 6 tapones del mismo color por jugador. Como los juegos serán realizados por grupos de 2 a 6 jugadores, es necesario, al menos, disponer de igual número de colores. En los juegos se han utilizado el amarillo, verde, negro, azul, rojo, gris y naranja (Fotografía 8).
Fotografía 8. Tapones de diferentes colores
Entre las ventajas que ofrecen los tapones de plástico podemos destacar las siguientes:
Barato y de fácil adquisición. En el propio hogar, en fiestas de cumpleaños, por familiares… son muchas las fuentes que nos van a permitir conseguir tapones.
Duradero. Son prácticamente indestructibles si se usan para el propósito de cada uno de los juegos.
Variado en tamaños, formas y colores. Aunque hay un tipo “ideal” de tapón, es obvio que las posibilidades son múltiples y, podíamos decir, al gusto de los participantes.
Seguro. Por su peso, en caso de impactar contra uno de los jugadores o espectadores, el riesgo lesivo es mínimo. No obstante, dependiendo del tamaño de tapón que se emplee para los juegos, será necesario revisar la edad de los participantes.
Posibilidad de personalizar. Permiten ser decorados de diferentes maneras a gusto de cada participante: con rotuladores permanentes, fotografías o pegatinas en el interior, pequeñas muescas o marcas… (Fotografía 9).
Fotografía 9. Tapones personalizados por los alumnos
Por último, no hay que olvidar la situación financiera que está atravesando la Administración en general, y los Institutos de Educación Secundaria y Colegios de Educación Infantil y Primaria en particular. Los departamentos de Educación Física y Deportiva cuentan con pocas posibilidades de nuevas adquisiciones de material, por lo que propuestas de este tipo pueden suplir ese déficit económico (Martín, 2007). Es obvio que la que aquí se presenta solo emplea un único material de reciclaje, pero la oferta documental sobre la reutilización de diferentes tipos de materiales de desecho es prolija (Bernal, 2002; Martín, 2007; San-Matías, 2008; Bueno, 2010).
Notas
Para más información, consultar la edición digital de “El Norte de Castilla": http://www.elnortedecastilla.es/20121202/local/valladolid/tordesillas-vuelca-aimar-201212021253.html
Emplearé el término profesor, alumno, chaval, jugador… para referirme indistintamente a uno u otro género.
Mayolas et al. (op. cit., p. 35) plantea el uso de un tubo de cartón para que el niño observe un objeto situado a unos 10 metros de distancia, y también la prueba de la hoja de papel (Sighting) en el que se emplea media hoja DIN A4 con un agujero en el centro de 1 cm de diámetro. El niño deberá asirla con las dos manos y extenderá los brazos hacia un objeto situado a unos 10 m de distancia. Con los dos ojos abiertos se le pide que busque el objeto dentro del agujero. Cuando lo consiga se le pide que flexione lentamente los brazos hasta llevar el papel a la cara. En ambos casos de debe comprobar el ojo por el que mira.
Bibliografía
Bernal Ruiz, J. A. (2002). Juegos y actividades con material de desecho. Sevilla: Wanceulen.
Bernal Ruiz, J. A. y Bernal Valderrama, Mª A. (2002). Juegos y Deportes con Material Alternativo. Sevilla: Wanceulen.
Bueno Antequera, J. (2010). Utilización de material reciclable en el recreo y en las clases de Educación Física: juegos con papel de aluminio. Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital. Buenos Aires, Nº 145. http://www.efdeportes.com/efd145/material-reciclable-en-el-recreo.htm
García Montes, Mª E. (2001). Educación Física a través del juego, Educación Primaria: propuesta de juegos. Materiales no convencionales. Madrid: Gymnos.
Martín Martínez, F. (2007). Reciclajuego. Cómo dar juego al material de desecho. Barcelona: Paidotribo.
Mayolas Pi, Mª C.; Villarroya Aparicio, A. y Reverter Masia, J. (2010). Relación entre lateralidad y los aprendizajes escolares. En Apunts. Educación Física y Deportes. Nº 101. pp. 32-42.
Palacios Aguilar, J.; Toja Reboredo, B. y Abraldes Valeiras, A. (2001). Latas: Material alternativo para los juegos. Revista Digital SEDE.
Rodríguez Bravo, M.; Quintana Carballo, R.; Lindell Ojeda, O. y Barrera Alba, A. (2004). Una propuesta de utilización de material reciclable para el área de Educación Física. Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital. Buenos Aires, Nº 68. http://www.efdeportes.com/efd68/recicla.htm
Román Llorente, C.; Úbeda López, M. A. e Hinojo García, C. (2010). Unidades Didácticas innovadoras con material no convencional. Sevilla: Wanceulen.
San-Matías Marín, J. (2008). “Construcción de material alternativo en Educación Física”, Revista Digital Práctica Docente, Nº 9.
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Digital · Año 18 · N° 190 | Buenos Aires,
Marzo de 2014 |