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Parapente en Cuba: inicios del club 

‘Escaleras al Cielo’ en la provincia de Villa Clara

 

Licenciado en Cultura Física. Master en Ciencias de la Educación Avanzada

Piloto de parapente. Paracaidista. Aeromodelista. Profesor de Educación Física

de la Escuela Latinoamericana de Medicina, La Habana

MSc. Roberto Urribarres Alfonso

robe@elacm.sld.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          Pese a las muchas dificultades económicas por las que atraviesa el país, en Cuba existen pilotos que dedican tiempo, recursos y empeño a la práctica del parapentismo deportivo. Los pilotos cubanos, organizados en Club provinciales y bajo la dirección del Club de Aviación de Cuba, realizan prácticas sistemáticas, organizan competencias, campeonatos nacionales y encuentros amistosos que hacen que se mantenga vivo este deporte en el país. El presente trabajo es el fruto de una investigación histórica el cual trazó como Objetivo: Describir las circunstancias y condiciones que marcaron los Inicios del club de parapente “Escaleras al Cielo” de la provincia de Villa Clara. Se procuró reconstruir de la manera más objetiva y exacta posible los Inicios de este club. Se utilizó como método el de la investigación histórica, para lo cual se recolectó de forma sistemática evidencias que fueron evaluadas, verificadas y sintetizadas para obtener como resultado este artículo. Para la búsqueda de información se analizaron documentos y se realizaron entrevistas a protagonistas del hecho tratado.

          Palabras clave: Parapente. Cuba. Historia.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 190, Marzo de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La aviación y los deportes aéreos siempre han llamado la atención al publico en general, sin embargo, lo costoso y riesgoso de estas han hecho que estas prácticas hallan sido solo propia de pequeños grupos poblacionales. Tal es el caso de los 11 miembros que conforman hoy el Club de Parapente “Escaleras al cielo” de la provincia Villa Clara, Cuba.

    El Club Escaleras al cielo surgió a partir de un grupo de jóvenes entusiastas y la ayuda que inicialmente le brindó la dirección Nacional del Club de aviación de Cuba, (CAC) que es una Organización No Gubernamental que se encarga de regulara la práctica de deportes aéreos en el país, ala vez que hace coordinaciones de competencias, eventos etc.

Roberto Urribarres en La Habana

Desarrollo

    Los antecedentes del Club Escaleras al Cielo se remontan a mediados de la década del ‘80 del pasado siglo, cuando un grupo de jóvenes de la provincia, amantes de la aviación y los deportes aéreos, realizaban sistemáticamente prácticas de Paracaidismo y aeromodelismo. Conformaban entonces el Club de Deportes Aéreos de Santa Clara, provincia Villa Clara. Llegada la década del 90, y con la crisis económica del país las posibilidades reales de continuar la realización de estas actividades aéreas fueron reduciéndose cada día más, al punto de que casi las tienen que dejar de realizar.

    Volcaron entonces su atención en un proyecto en el que habían estado trabajando desde hacia algún tiempo; construir un ala delta a partir de recursos propios. La idea de volar sin depender ni de avión, ni de motor, sencillamente los tenía motivados. La falta de recursos otra vez impidió materializar esta idea, por lo que tuvieron también que abandonar el proyecto.

    En esos años se introduce el parapentismo en Cuba. Comprendieron que por ahí estaba la posibilidad real de continuar con la práctica de deportes aéreos.

    Algunos de los miembros de dicho Club no se entusiasmaron con la idea, pero otros sí y se dieron a la tarea en aquel momento de volcar todos sus esfuerzos en intentar llevar el parapente a la provincia bajo el concepto de que tenían en Villa Clara condiciones geográficas que hacían propicia la practica del parapente.

    La dirección nacional del Club de Aviación de Cuba, sugiere que conformaran un grupo de 10 candidatos para pasar un curso básico de parapente. Se les informó además que debían encontrar una elevación geográfica que cumpliera con las exigencias y características propias que se requiere para la práctica del Parapente.

Despegue con el Eolo en el Campeonato Nacional de Guantánamo 1999

    El grupo se conformó sobre la base de paracaidistas deportivos y aeromodelistas.

    Ya desde las primeras reuniones, se fueron definiendo las condiciones básicas que se necesitaban para poder lograr traer este deporte a la provincia. Todos de forma muy entusiasta se dieron a la tarea de trabajar para cumplir con las condiciones y requisitos exigidos.

    Con vistas a localizar la elevación que se necesitaba, revisaron planos y mapas, recorrieron muchos kilómetros en diferentes medios, desde bicicleta y auto para observar In situ, las características de las diferentes elevaciones. Se aprovecharon incluso, los escasos saltos en paracaídas que se podían hacer, para reconocer los alrededores de la ciudad desde el aire.

    Finalmente la búsqueda dio sus primeros resultados. En el poblado de Seibabo, a unos 8 Km de la ciudad de Santa Clara, existen dos pequeñas elevaciones, una grande y una pequeña, que si bien no reúnen las mejores condiciones para desarrollar el vuelo libre, si permitían realizar de forma efectiva algún tira y cae. Esta loma era familiar, pues algunos de los que estaban en la nómina la habían utilizado ya en años anteriores para prácticas de alpinismo. A su favor estaba el hecho de estar relativamente cerca de la ciudad, lo que la hacia accesible para llegar a ella incluso en bicicleta desde Santa Clara. Esa fue entonces la loma elegida para iniciar las prácticas de este deporte en la provincia.

Loma de Villa Clara

    Se oficializaron los candidatos como miembros de la Federación de Vuelo Libre de Cuba. Se realizaron los chequeos médicos en el Hospital.

    El CAC, le entregó al incipiente club los 2 primeros parapentes: Un Xago de la firma Eolo Gaila y un Azimut de la Eiffel Sais, que habían sido donados por un club de parapente de España.

    Se continuaron realizando múltiples gestiones con el CAC para que un instructor fuera a la provincia a impartir el curso de iniciación. En Octubre del 1998, por fin lograron que fuera designado a un instructor de la Isla De la Juventud, para que hiciera el viaje a la provincia para impartir el curso. El curso duró 15 días y se realizó desde finales del ese mes de Octubre hasta principios del Noviembre.

El despegue de Villa Clara durante el Campeonato Nacional del 2009

    El instructor prestó su propio parapente para las prácticas de inflado. Con este ya había 3 parapentes dispuestos, por lo que se decidió conformar 3 grupos. De esta forma se hacia más práctico rápido y asequible el aprendizaje. Por la mañana se impartían las clases teóricas y por la tarde las prácticas. En ese momento las prácticas consistían en la técnica del inflado de frente y la carrera de despegue.

    Este método de inflado, básico en cualquier escuela de iniciación de pilotos de parapente, es muy apropiado para la iniciación dado que es menos técnica y más natural.

    Para algunos de los integrantes del curso, parte del contenido que conformaba el cuerpo teórico no les era totalmente nuevo. Provenientes del paracaidismo y del aeromodelismo, estaban familiarizados de una forma u otra con los principios básicos de aerodinámica y la aerología, no así con los de meteorología, tráfico aéreo, maniobras inusuales, pilotaje de un parapente y seguridad.

    Luego de 3 días de clases prácticas se realizó el examen final teórico. Todos lo aprobaron, por lo que a partir de ese momento las sesiones fueron totalmente prácticas.

    Aunque hubo días de mala meteorología, se pudo hacer los primeros inflados y dominios del ala. Al tercer día salieron a la loma de Seibabo para continuar el curso. Luego de 2 días inflando por allá, se realizaron los primeros Tira y cae en la loma chica de Seibabo. Aquello les parecía gran cosa, sin embargo todo se resumía en hacer unos cortos tira y cae de pocos segundos de duración.

Campeonato Nacional del 2004 en Villa Clara

    Para los tira y cae, como habían solo 3 parapentes, se preparaban los grupos. Unos subían la loma para despegar, otros para ayudar en el despegue y otros se quedaban abajo con la función de recoger los equipos luego del aterrizaje y subirlos a la loma para que los que estaban en turno, pudieran hacer sus vuelos.

    Aquellos se realizaba con gran entusiasmo, y los equipos se turnaban de unos a otros de modo solidario y disciplinado.

    Pasaron los días y todo se preparó para la prueba final, que consistió en la realización de un despegue, vuelo sostenido y el aterrizaje desde la loma grande de Seibabo. Llegado el día indicado se realizó la prueba. Todos la pasaron.

    En una modesta actividad, les entregaron sus diplomas de pilotos de parapente. El diploma fue otorgado por el CAC y la Federación Cubana de Vuelo Libre. La fecha del mismo es 1 de noviembre del 1998. En el noticiero deportivo de la radio local, se dio la información.

Volando en la Habana

    Estaban en condiciones de emprender sus propios vuelos. Con la osadía y empeño del grupo de pioneros precursores, comenzó la historia del parapentismo en Villa Clara.

    A partir de ese día, cada vez que se podía, preparaban las condiciones para realizar sus vuelos. En los primeros tiempos se realizaba una rutina heredada del paracaidismo, en la que se reunían el día antes de volar para planificar el orden de vuelo y todo lo que cada cual debía tratar de hacer. Realizaban además inflados en tierra. Consideraban que si alguien no asistía a esa sesión y hacia previamente inflados en tierra, pues al otro día no volaba.

    Aún con las limitantes de la loma y de los medios que disponían, el bicho del parapente y el vuelo libre ya les había picado y se les había metido en la sangre. Cada uno de los miembros del Club, fue marcando sus propios records de permanencia en el aire, distancia y altura, lo que suscitó el empeño de tratar de superarlos cada vez más, en una fraternal competencia entre todos par ver quien hacia más.

Se descubren nuevas zonas de vuelo

    En un viaje de trabajo, uno de los integrantes del club divisa en la loma de Vista Hermosa la posibilidad de ella para la práctica de este deporte. Aprovecha uno de los viajes por la zona, se acerca hasta ella e incluso la sube. Se da cuenta de que tiene una loma con enormes potencialidades. A su regreso, informa a los miembros del Club quienes de inmediato organizan las primeras expediciones a la loma.

    Vista Hermosa está situada a unos 30 km al sur de Santa Clara, exactamente en el Km 289 de la Autopista Nacional.

    Tiene posibilidades de despegue en varias direcciones y con diferentes condiciones de viento. Las condiciones térmicas de la zona brindan posibilidades reales para la realización de vuelos térmicos de decenas de kilómetros. Esta loma acogió mas adelante, 3 campeonatos nacionales.

    Se consigue un transporte y un domingo parten para la loma varios miembros del Club. A la llegada a la zona se hacen las primeras relaciones de amistad con los residentes cercanos a la loma. Se realizan los primeros vuelos, y por primera vez se prueban los vuelos térmicos, aún con las escasas posibilidades que brindaban los parapentes que teníamos.

    Ya para esa fecha se suman residentes de la zona y pronto se convierten en Pilotos. Ellos brindan sus casas, sus trabajos y recursos, conviértelos ambos en piedras angulares para el desarrollo del parapente en la provincia.

    Al poco tiempo se descubre otra Zona de Vuelo. Esta vez se trata de “María Rodríguez” y el cerro de Báez, que brindaba otras potencialidades y posibilidades de despegues con viento contrario en dirección a Vista Hermosa y desde la cual se han hecho memorables vuelos con techos superiores a los 2.000 metros y recorridos de más de 30 km.

Primeros equipos de vuelo

    La no existencia en Cuba de centros comerciales donde se pueda adquirir cualquier medio propio del vuelo libre, por mínimo que parezca, limita mucho el desarrollo de este deporte. En tal sentido los deportes aéreos en cuba se nutren fundamentalmente de equipos que son donados por amigos de todo el mundo. Estos equipos son enviados al país y en los clubes son repartidos según las necesidades de los pilotos, la categoría de pilotaje que posea y las características propias de los medios donados, como pueden ser la homologación del equipo, talla etc.

    Los primeros equipos de vuelo del club “Escaleras al Cielo” fueron 2 parapentes que habían sido donados en la Habana y la dirección nacional del CAC se los destinó al Club de Villa Clara. Los parapentes eran un Azimut y un Xago. El Azimut, era un modelo del año 1987, producido por la firma Italiana Eiffel Sail. El Xago, por su parte, era un modelo del año 1989, producido por la firma española Eolo Gaila. Las 2 velas mostraban una configuración con grandes cajones de entrada de aire que recordaban más un paracaídas cuadrado que un parapente. Como descendientes primitivas de los paracaídas, estas alas disponían de solo dos banda, muy largas estas y un rango de planeo de 3.

    Al disponer de solo 2 parapentes para 11 incipientes pilotos deseosos de volar se tuvo que trazar estrategias para que todos los pudieran usar, por lo que los dos rindieron bastante faena. Fueron los 2 primeros caballos de batallas los cuales sirvieron para que todos aprendieran el ABC de parapentismo, hicieran las primeras horas de vuelo y dieran incluso los primeros pasos en competencias.

    El Azimut, terminó sus días cuando una vez, inflándolo para el despegue, la tela del extradós no soportó más y se rajó la lo largo de su cuerda.

    El Xago, por su parte, pereció cuando en un aterrizaje, un piloto de las primeras generaciones que sucedieron a los fundadores, hizo un mal aproche y rozó con uno de sus estabílos una mata de espinas, despedazándolo.

    Esto fue lo concerniente con las alas, pero en relación con el resto del equipamiento necesario par volar, la historia del equipamiento fue otra bien distinta. Como muchos en Cuba y en el mundo, ante la falta de los medios apropiados, surgió la iniciativa y la inventiva para la construcción con recursos propios de los medios que necesarios para poder realizar los vuelos.

    Ciertamente los “inventos caseros” se deben dejar a un lado en pos de la seguridad y abstenerse de volar si no se cuenta con los medios apropiados. Pero el caso es que en los primeros tiempos el club, dependió mucho de las inventivas.

    Con relación a las sillas, inicialmente se utilizaron sistemas de arneses de paracaídas modificados. Los arneses funcionaban como sillas esqueléticas, sin ningún tipo de protección dorsal y por supuesto, sin homologación alguna.

Competencia de Guantánamo en el 1999

    Como el anclaje del parapente es más bajo que el del paracaidismo, a los sistemas de arneses se les realizó modificaciones para bajarles el anclaje. No obstante, al ser diseñadas originalmente para el paracaidismo, se hacia difícil con ellas cumplir con las exigencias del parapente. Es por eso que se optó por desarmar completamente dos de estos arneses y con los materiales recopilados mas accesorios y equipos de alpinismo se construyeron 2 sillas.

    Estos arneses fueron utilizados hasta que poco a poco se consiguieron arneses propios del parapentismo. Los primeros arneses de fabrica que se recibieron, aunque muy gastados por su uso y totalmente obsoletos, fueron recibidos con gran entusiasmo y agradecimiento. Se trataba de unos arneses esqueléticos que ciertamente recordaba lo que dijera un autor en un libro sobre el parapente: “parecían más un Boudrier de alpinismo que sillas de parapente”.

    En ese sentido como estos no tenían protección dorsal. Se le agregaron lo que se usaba en ese tiempo, es decir espuma blanda y gruesa, conformada esta a partir del sacrificio de algunos colchones de ese material.

    Los mosquetones usados al principio eran de Alpinismo.

    En los inicios, no se volaba con paracaídas de emergencia, pues no había ninguno en el club. Luego, al cabo de varios años, se consiguieron paracaídas suplementarios de paracaidismo, modelos Z-5, modificados artesanalmente, para su uso en el vuelo libre. Después llegaron los de Vuelo Libre.

    Con los cascos pasó otro similar. Se utilizaron primeramente cascos de moto, de bicicleta etc.

    La situación paulatinamente fue cambiando a favor del club gracias a que se fueron entablando puentes de amistad con parapentistas, clubes, federaciones y equipos de otros países que visitaban el país y que al ver la situación del club, fueron realizando paulatinamente donaciones de equipos y medios que contribuyeron enormemente a lo largo de estos años, a que la situación inicial cambiara a favor de la seguridad y las posibilidades de vuelo.

    La ayuda de estos amigos permitió la renovación progresiva de los medios. Hoy en día, se vuela con equipos auténticos de parapente. Pese al paso de algunos años, estos equipos se mantienen en aceptable estado técnico.

Primera competencia

    Corría el año 1999, y llega la convocatoria para el Campeonato Nacional de Parapente de ese año. La competencia se desarrolló en Guantánamo, específicamente en la zona de vuelo de San Antonio del Sur.

    Era la primera vez que el club participaba en una competencia de parapente y la primera vez también que miembros del club volaban fuera de la provincia Villa Clara.

    De esa competencia se sacaron grandes experiencias y energías para continuar con el deporte.

El Club hoy

    Pese a las circunstancias adversas y las escasas condiciones materiales que marcaron los Inicios y la continuidad del club de parapente “Escaleras al Cielo” de la provincia de Villa Clara, este fue posible fundarlo y mantenerlo.

    Con el transcurso de los años, el club fue ganando en experiencia y en prestigio, al punto de que Villa Clara fue sede y organizador de los campeonatos nacionales de parapente de los años 2003, 2004 y 2009.

    Las principales competencias que se han efectuado en el país, han sido testigo de la presencia de pilotos del Club. Esta representación se ha extendido al marco internacional. Invitaciones han posibilitado que los cielos de Francia, España y México, hayan sido testigos de la presencia en vuelo de pilotos de Escaleras al Cielo.

    A lo largo de estos años y como muestra además del prestigio ganado, varios miembros fundadores del club de Villa Clara, han sido seleccionados para dirigir o formar parte de la dirección de la Federación Cubana de Vuelo Libre. El Club Escaleras al Cielo, forma hoy sus propios pilotos, pues cuenta con varios instructores certificados por el CAC.

    En todos estos años, como es lógico, la plantilla del Club se ha modificado y renovado constantemente. Algunos de los fundadores por una causa u otra dejaron el Club. Hoy solo 3 de los pilotos fundadores del club quedan en activo. En total, el club cuenta con 11 pilotos.

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