Primer campamento cultural:
Raíces de mi tierra litoral

Emilio Leiva y Andrea Céspedes
(Argentina)
eleiva@infovia.com.ar

Profesores de Educación Física
Provincia de Santa Fe

Lecturas: Educación Física y Deportes | http://www.efdeportes.com/
revista digital | Buenos Aires | Año 5 - N° 19 - Marzo 2000

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Introducción
    El primer campamento cultural fue creado en 1987 por Decreto Provincial N° 0605, a 800 mts. de la localidad de Cayastá, 80 Km. Al norte de la ciudad de Santa fe departamento Garay, de la provincia de Santa Fe.

    "Su funcionamiento, dentro del predio de las Ruinas de Santa Fe la Vieja hacen de este establecimiento un especial viaje a las raíces de nuestra historia. Es un organismo de aulas de techo abiertos de la Subsecretaria de Cultura de la Provincia de Santa Fe, único en su tipo en el país donde los educandos conviven con su antes, donde conocen la historia en comunión con la naturaleza. Esa tierra silenciosa que pisan les hace comprender el presente aprendiendo su pasado".

    Lo sobresaliente del lugar es la perfecta conservación de los restos óseos de sus primeros pobladores. En la época de la colonización se tenía por costumbre enterrar a los muertos cristianos dentro de las iglesias. Se pueden observar las ruinas de tres de ellas que se encontraban en dicho emplazamiento, San Francisco, La Merced y Santo Domingo.

    Se puede visitar una casa réplica de la época, amueblada y restos de otras viviendas (cimientos y tejas).

    Se cuenta con un museo de tres pisos; rico en objetos de los antiguos pobladores y de los aborígenes de la zona y expresiones artísticas como las pinturas del padre Paucke.

    La Ruinas de Santa Fe cobraron importancia mundial por la excelente conservación de los restos humanos, pero también por una cantidad de hechos históricos importantes que ocurrieron por primera vez en Argentina.


Introducción

    La Fundación. El 14 de abril de 1573 parte de Asunción la expedición comandada por Don Juan de Garay con el objeto de fundar una ciudad que sirviera de escala a los que venían de España con destino a Asunción del Paraguay.

    Esta expedición estaba compuesta por 75 hijos de la tierra, mancebos (hijo de español con madre india) y por 8 españoles. Una parte se dirigía por tierra arriando el ganado, caballos, yeguas y vacas; además de las carretas de víveres y la otra parte avanzaba por el río Quiloazas en un bergantín.

    Luego de recorrer el río de los Quiloazas (San Javier) se asentaron en la costa más alta, con un suelo fértil, bosques de ubajay, aromos y espinillos y con un clima apacible que prometía un buen futuro para esa ciudad.

    El domingo 15 de noviembre de 1573, Juan de Garay, luego de plantar el rollo fundacional (tronco de algarrobo) que significaba el poder y la justicia real en lo que sería la plaza de mayor o de armas tomó posesión de las tierras en nombre del rey de España, labró el acta de fundación y siguiendo las ordenanzas reales dictadas para los primeros tiempos de la conquista se procedió a distribuir los solares (parcelas de tierra o terrenos) chacras y estancias de acuerdo al plano proyectado para la ciudad.

    La distribución de los principales edificios alrededor de la plaza se realizó siguiendo el orden urbanístico que se introdujo en América en los primeros tiempos de la conquista para la fundación de ciudades.

    El clásico damero, con once manzanas de norte a sur y seis de este a oeste. Reservando, frente a la plaza, los solares para la Iglesia mayor y el Cabildo.

    Santa Fe fue la primer ciudad urbanizada del Río de la Plata.

    Se puede estimar que a mediados del siglo XVII la población total estaría en los 2.000 habitantes.

    1576. La primera Yerra. Según consta en las actas capitulares del cabildo en el año 1576 se realizó la primera yerra con las marcas registradas, en el libro de actas, por los propietarios del ganado. Se considera a esta yerra como la primera registrada en el Río de la Plata.

    1577. El primer maestro. Del que se tienen noticias documentadas es Pedro de Vega, quien enseñaba a leer en un libro de oraciones y a escribir en una mesa de arena.

    El Cabildo en conocimiento que el único maestro existente se proponía abandonar la ciudad por acta capitular de fecha 13 de mayo de 1577, prohibe su salida porque "enseñaba la doctrina cristiana a los niños, a leer y a escribir".

    1580. La revolución de los 7 jefes. Mientras Garay funda y puebla Buenos Aires se produce un hecho importante en Santa Fe, los "mancebos de la tierra" que trajo de Paraguay, se sublevan y se produce un movimiento que se conoce como la "Revolución de los 7 jefes".

    Este primer grito de libertad fue también el primero en el Río de la Plata; si bien no buscaban la independencia de España si buscaban una mayor participación en el cabildo, mejor distribución de los solares y las tierras para sembrar y más derechos con relación a los españoles de pura sangre.

    Esta revolución se produce el 1° de junio de 1580, víspera de Corpus Christi. Toma el nombre de 7 jefes porque ese era el número de los cabecillas. Estos fueron muertos en su intento o posteriormente ajusticiados ya que fueron traicionados por otros mancebos.

    1602. Nombre de Argentinos. Con el adelantado Juan Ortiz de Zárate, llega al Río de la Plata el arcediano Martín del Barco Centenera, poeta y cronista de la expedición.

    En su paso por Santa Fe, admirado por el sacrificio de sus habitantes escribe un poema que publica en Lisboa en 1602 al que titula "La Argentina", siendo pues en Santa Fe donde por primera vez nos llamaron "argentinos".

    1614. La primera biblioteca de la ciudad. El colegio de los jesuitas desarrolló sus actividades desde 1610 y su biblioteca que fue semipública comenzó en 1614, según consta en los documentos de la época.

    1636. El milagro de la virgen. El oficio religioso matutino se realizaba en la pequeña capilla contigua al colegio de los jesuitas. Construida sobre uno de los costados de la plaza mayor. En un altar lateral se encontraba un cuadro que representaba a la Virgen Inmaculada pintado por el hermano Berger en 1634.

    Cuando terminó el oficio de esa mañana el sacerdote vio que de la cintura para abajo de dicha imagen brotaban gotas de agua, formando hilos que mojaban la mesa del altar.

    Este acontecimiento considerado milagroso por los presentes fue documentado por el escribano real en un acta que hizo firmar por el teniente gobernador y por los testigos civiles más importantes. Por su parte el cura vicario, máxima autoridad eclesiástica presente, también labró su acta.

    Este hecho fue conocido y recordado desde entonces como el "sudor milagroso".

    Fue así como paulatinamente se le cambia el nombre a la Virgen de Pura y Limpia Concepción, se la comienza a llamar Virgen de los Milagros como se la conoce actualmente.

    La imagen se encuentra en la actualidad en el altar mayor de la iglesia del Colegio de Inmaculada, en la ciudad de Santa Fe.

    1650-1660. Traslado de la ciudad. Ante la petición de los cabildantes y los vecinos para el traslado de la ciudad a un nuevo emplazamiento, mejor y más resguardado, fundamentada en los destrozos causados por las periódicas inundaciones, por estar Santa Fe lejos de las rutas de comercio y comunicaciones de Córdoba y las repetidas invasiones de los indios, que se habían tornado muy belicosos; el Oidor y Visitador General de la Real Audiencia dispuso a los 16 días del mes de agosto de 1650 el traslado de la ciudad al sitio que ocupa en la actualidad.

    El Cabildo dispuso, para evitar problemas jurídicos entre los pobladores, que estos ocuparan la misma ubicación de sus solares y chacras en la ciudad nueva que en la vieja según el plano de fundación. En el año 1660 se terminó el traslado definitivo de la ciudad.

    La ciudad abandonada. Después del traslado, la antigua ciudad queda abandonada. El tiempo pasa destruyendo casas y edificaciones públicas, algunas por el derrumbe de barrancas y otras por los agentes atmosféricos, vientos que acumulaban tierra sobre ellas, lluvias que contribuyen a que se cubra con vegetación. El tiempo y la naturaleza se encargaron de sepultar los testimonios de casi un siglo de vida de la población.

    Esta zona se dedicó a la agricultura y durante más de 50 años el arado fue nivelando esas lomas hasta dejarlas reducidas a ligeras ondulaciones.

    En ocasiones cuando se araba o se hacían perforaciones para pozos se descubrían restos de platos, botellas, tejas, orfebrería indígena y española, etc. por lo que se presumía que eran restos de un antiguo asentamiento, pero se ignoraba a cual pertenecían.

    La existencia de documentos del siglo pasado, inclusive documentos de carácter oficial, señalaban a Cayastá como el primitivo asentamiento de la ciudad.

    Esta tradición confirmada con los vestigios que se observaban en Cayastá fue prueba evidente que ese era el lugar donde Garay había fundado su ciudad. También esta el acta en el que consta que la ciudad no había sido fundada en el lugar que se encuentra actualmente, sino que había sufrido un traslado.

    Todo esto provoca la sanción de la ley 3.361 promulgada en 1948 encomendando la exploración de ese sitio al departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales, con el fin de establecer definitivamente el lugar de la fundación y reunir el material arqueológico que se descubriera.

    Los pobladores de la zona encontraban medallas, fragmentos de cerámica, etc. en los derrumbes de las barrancas provocados por la erosión del río.

    Con todos estos antecedentes en el mes de julio de 1949 se comienzan las excavaciones iniciales.

    El resultado de estas excavaciones fue el descubrimiento de escombros formado por derrumbe de un techo y algunos fragmentos de tapia de un recinto dentro del cual la exploración puso de manifiesto una serie de sepulcros con restos humanos, comprobándose después que pertenecían al convento de San Francisco.

    El encargado de tan ardua tarea fue el Dr. Agustín Zapata Gollán, nacido en Santa Fe el 23 de noviembre de 1895. Agustín Zapata Gollán se recibió de abogado en la ciudad de Córdoba en 1918, docente, historiador y escritor publicó varios libros entre los que se encuentran "Los precursores", "La conquista criolla", "Las puertas de la tierra", "Caminos de América" y "La urbanización hispanoamericana en el Río de la Plata".

    Los libros y publicaciones de Agustín Zapata Gollán exceden el centenar.

    Gracias a sus investigaciones y publicaciones el parque arqueológico de Santa Fe la Vieja fue declarado monumento histórico nacional por decreto nro. 3129/57.

    Al cumplir Agustín Zapata Gollán 90 años de vida, a solicitud de instituciones culturales de varias provincias y de la Capital Federal se lo declaró ciudadano ilustre de la provincia de Santa Fe.    

    El descubridor de las ruinas de Santa Fe trabajó hasta el día de su muerte ocurrido en Santa Fe el 11 de octubre de 1986.

    Significación de Santa Fe la Vieja. Las ruinas de Santa Fe la Vieja constituyen un excepcional testimonio de la vida urbana en tiempos tempranos del período hispánico en el Río de la Plata y es una fuente permanente de investigación y conocimiento para la historia de los orígenes de la ciudad hispanoamericana.


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