Estado de salud y expectativas
recreacionales de un grupo de jubilados

Lucía Rodríguez Guzmán, Francisco José Díaz Cisneros,
María Magdalena Nájera, Flora Moreno y Marco Antonio Sánchez (México)
Instituto de Investigación sobre el Trabajo.
Universidad de Guanajuato.
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revista digital | Buenos Aires | Año 5 - Nº 18 - Febrero 2000


    El perfil demográfico de la población mexicana apunta a una edad promedio de 21.7 años, en tanto la esperanza de vida para los hombres es de 68.6 y para las mujeres de 74.7 años. La longevidad de la población adulta no siempre corresponde a un nivel de bienestar deseable, pues a medida que las tasas de mortalidad disminuyen y la esperanza de vida aumenta, se plantean cada vez más interrogantes acerca de la calidad de los años vividos. Los cambios de las dos últimas décadas han demostrado la necesidad de indicadores diferentes, que tomen en cuenta la esperanza de vida sin discapacidades, la esperanza de vida sana o la esperanza de vida activa (Robine, et al., 1999). Estos indicadores permiten conocer el estado funcional y la vitalidad de las poblaciones.

    Durante la vejez con frecuencia las personas sufren un considerable menoscabo en su potencial creativo, y su funcionalidad se ve disminuida como consecuencia de las enfermedades crónico-degenerativas. Estos padecimientos pudieran atenuarse e incluso posponer su aparición, si los adultos reciben la información oportuna sobre su estado de salud y las prácticas cotidianas necesarias para preservarla.

    Con base en los señalamientos anteriores, la Universidad de Guanjuato por conducto de su Asociación de Jubilados tuvo a bien implementar el proyecto de Evaluación Integral del estado de Salud y Capacidad Morfofuncional del Personal Jubilado. El propósito fue determinar y diagnosticar el estado de salud, funcionalidad y condiciones sociales cotidianas del personal universitario que de una u otra manera entregó parte de su vida al servicio de nuestra Universidad.

    En el estudio participaron 17 hombres y 13 mujeres con un rango de edad de 46 a 84 años, quienes habían recibido el beneficio de la jubilación. En datos reportados con anterioridad se señalan resultados biológicos obtenidos por medio de historia clínica, electrocardiografía, antropometría, química clínica y pruebas de ejercicio físico máximo:

    Además de las variables selectas del estado de salud, los jubilados fueron entrevistados en forma privada durante un periodo que osciló entre 30 y 90 minutos. Esta plática se realizó en un lugar tranquilo y aprovechando los intermedios de tiempo durante la aplicación de las valoraciones físicas y de laboratorio. Se permitió la libre expresión y comentarios de los encuestados con el propósito de indagar aspectos socioeconómicos, recreacionales y propositivos con respecto a la universidad. Si bien se condujo acorde con una guía de entrevista semiestructurada, se procuró no limitar la riqueza expresiva y la necesidad de los jubilados de comunicar datos relevantes de su vida universitaria y personal.

Gráfica 1

    En la gráfica 1 se observa el nivel de escolaridad de los jubilados académicos y administrativos que participaron. Se aprecia que el grupo de jubilados tienen características heterogéneas en cuanto al nivel de escolaridad, lo cual está asociado al puesto o función que desempeñaron durante su vida productiva universitaria: encuadernador, coordinador del Departamento de Desarrollo Experimental y Química Básica, prefecto, ayudante de linotipista, secretaria ejecutiva, músico fundador de la Orquesta Sinfónica de la Universidad, jefe editorial, profesor, personal de mantenimiento, músico, investigador, mecanógrafa, entre otras ocupaciones.

    Actualmente realizan actividades de muy diversa índole, el 95% de los jubilados señalaron una o varias de las siguientes: comercio, miembro de algún club, quehacer doméstico, grupo religioso, publicar en algún periódico, tejer, impartir o recibir clases particulares, leer, viajar, trabajo eventual, asistir a reuniones con amistades, mantenimiento de su casa, pasear, ver televisión, escuchar música, cuidar a los nietos. Destaca que un Ingeniero y ex-profesor de química declaró haberse retirado de las aulas universitarias muy a pesar suyo y ahora como jubilado no tiene ocupación, sufre insomnio y demasiada preocupación por "no hacer nada".

    En términos generales, los jubilados no mencionan la práctica deportiva o de ejercicio físico como parte de su rutina cotidiana. Según parece en nuestra sociedad se piensa todavía que las personas de edad avanzada no pueden disfrutar de actividades deportivas acordes a su edad. Por ejemplo, un músico comentó que ocupa su tiempo en jugar villar y cuidar pájaros. Solamente una persona reportó practicar yoga. La mayoría de los entrevistados llevan un estilo de vida sedentaria, y por otra parte presentan riesgos en su salud cardiovascular.

    Además varios de los participantes reportaron sentirse solos, desesperados o inútiles, como sería el caso del jubilado que siente mal por "no hacer nada". Conjuntamente con los resultados de las variables fisiológicas, y según las declaraciones emitidas por los propios jubilados, las autoridades universitarias, sociedades de alumnos y exalumnos y asociaciones sindicales tienen el compromiso moral de ofrecer a esta gente valiosa, programas que redunden en su esperanza de vida sana y activa.

    Ellos destacan aspectos humanistas de gran trascendencia y desean seguir siendo parte de los servidores universitarios para regalar a los jóvenes toda la experiencia que albergan.

    Los jubilados construyeron con su trabajo parte de la historia universitaria, y llama la atención que tienen mucho que aportar aún. Algunos reconocen su capacidad para escribir prólogos, otros tienen habilidad para los trabajos de imprenta, incluso hay quien domina varios idiomas. Toda esta riqueza humana y cultural acumulada no merece desaprovecharse. En cambio haría falta aplicar programas de salud y prescripción de ejercicio físico sobre bases individuales, que retribuya a los jubilados bienestar, alternativas recreacionales y ocupación del tiempo libre.

    De igual forma, al interior de dichos programas y gracias al mejor estado de salud que evite lo más posible el deterioro por la edad, los jubilados compartirían su tiempo familiar con el dedicado a las nuevas generaciones de universitarios. En efecto, consideran a la Universidad como su gran familia y expresan de muchas maneras su satisfacción por el trabajo realizado y por haber dedicado gran parte de su vida a esta casa de estudios.

    Para los jubilados, la Universidad no está presente sólo en los recuerdos de su vida pasada y en la nostalgia de sus mejores años, también se manifiesta en su presente


Referencias


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