La lectura como fuente de cultura para los estudiantes de la carrera de Cultura Física de la universidad de Sancti Spíritus, en la República de Cuba Reading as a source of culture for students in the career of Physical Culture of the University of Sancti Spiritus, in the Republic of Cuba |
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Universidad de Sancti Spíritus “José Martí Pérez” (Cuba) |
Tamara Jiménez Padilla Kenialiss Solenzal Hernández María del Carmen Morejón Hernández |
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Resumen El presente artículo hace referencia a la importancia de la lectura como fuente de cultura para los estudiantes de la carrera de Cultura física, si se tiene en cuenta la aportación de esta herramienta básica del conocimiento, la que no solo dota al alumnado de saberes, sino de valores importantes que necesita el ser humano para su desempeño social y profesional. En el mismo se hace un recorrido por todo lo que posibilita, lo que se logra si se penetra en su mundo, en sus ideas y cuál es el papel de los docentes y el bibliotecario ante este incentivo. Se abordan, además, los requerimientos teóricos referidos al programa nacional de lectura que se lleva a cabo en el país como estrategia para lograr este fin, a algunos fundamentos sobre la formación del lector y por último consideraciones importantes acerca del hábito de lectura. Palabras clave: Lectura. Fuente de cultura. Cultura Física. Desempeño social y profesional.
Abstract This article refers to the importance of reading as a source of culture for students of Physical Culture's career, considering the contribution of this basic tool of knowledge, which not only gives the students knowledge, but important values that need humans for their social and professional performance. In the same we walk through all that makes it possible, what we can achieve if we enter into their world, in their ideas, and what is the role of student and the librarian before this incentive. It also addresses the theoretical requirements relating to national reading program that takes place in the country as a strategy to achieve this goal, also to some basics about training the reader and finally to important considerations about the habit of reading. Keywords: Reading. Source of culture. Physical Culture. Social and professional performance.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 189, Febrero de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Desde el surgimiento del hombre como ser social, se ha impuesto la necesidad de desarrollar su personalidad en el proceso de actividad y comunicación. Sobre este particular, se han manifestado los más importantes representantes del pensamiento pedagógico universal en las diferentes épocas.En todos los casos, empleando variados argumentos se manifiestan en el papel decisivo de las instituciones educacionales en la formación del hombre nuevo, capaz de enfrentar los retos que la sociedad donde se desenvuelve le impone.
Es evidente que en el proceso formativo del hombre, la escuela desempeña un papel determinante. Por esta razón, es imprescindible que las instituciones educacionales trabajen para lograr que los estudiantes sean, dentro del proceso docente y en toda su actividad escolar y social, activos, reflexivos, críticos e independientes, siendo protagonistas de su propio aprendizaje. Es por ello que la escuela debe trabajar para fomentar sentimientos de amor y respeto en sus diferentes manifestaciones, así como cualidades morales en los estudiantes que los preparen para la vida en la sociedad (Grass Gallo, 2002).
Para cumplir con este empeño, son varios los factores que, necesariamente, deben influir sobre la actuación de los estudiantes. Entre estos, se debe destacar la práctica de la lectura consciente, a partir del desarrollo de hábitos de lectura en los alumnos. En este sentido, el personal docente debe concebir las actividades que se propone desarrollar teniendo presente los elementos teóricos que sustentan la actividad de la biblioteca escolar y en correspondencia con ello obtendrán los resultados esperados (Enrique Ureña, 1989).
La lectura consciente se forma sobre la base de la comprensión del lenguaje, desde el significado conceptual, como metafórico y de habilidades que se alcanzan para realizar el análisis del texto. Por eso desarrollar hábitos de lectura constituye una enorme fuente del proceso moral, pues posibilita y estimula a la reflexión sobre distintos aspectos de la vida y la personalidad (Mañalich Suárez, 2000).
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que se realizan en las instituciones escolares los resultados no son los deseados. Los alumnos continúan manifestando pocos hábitos de lectura, lo que atenta contra su cultura general integral y la solidez de los conocimientos que reciben, pues esa actitud limita la necesaria profundización de los mismos, empleando entre otros recursos, la consulta en diferentes bibliografías. Se hace necesario hoy cultivar la mente de los alumnos para que estén a la altura de estos tiempos. Ese es el reto de la escuela cubana contemporánea.
Por estas razones, es una constante preocupación del Ministerio de Educación Superior y de todo el personal encargado de la docencia en esta institución educacional, preparar a los educandos para la vida, darles las herramientas necesarias para que se desarrollen en sociedad a plenitud, abrirles las puertas de la ciencia y la técnica, pero sin descuidar la imaginación y el goce estético que produce la lectura.
Leer es básicamente comprender, el buen lector que aspira a comprender, se identificará con el libro y comenzará a darse cuenta de lo que el autor está tratando de decirle. Según Virginia Wolf, es como contemplar y apreciar en sus detalles y conjunto un edificio bien construido; pero las palabras son menos tangibles que las piedras y leer es un proceso, más bajo y complicado que ver en los ojos.De todos los medios de adquirir cultura, la lectura es el principal porque pone en contacto al alumno con el arte literario, con el ambiente y el pensamiento de innumerables personas (Vañalet, 1979).
La primera parte del proceso de lectura es recibir las impresiones de la lectura hasta el límite de la capacidad de receptividad y comprensión. La segunda parte ha de completar la primera, si se quiere gozar el placer total de lo que se lee. Esta segunda parte consiste en comparar y formar un juicio sobre varias y múltiples impresiones recibidas (García Alzola, 2000).
La lectura es un proceso que conduce a un fin: la comprensión de lo leído, y para lograrlo su enseñanza se fundamenta en el principio que establece la relación entre técnica y compresión, al respecto se expresa que la promoción de la lectura exige cada vez con mayor urgencia del diseño de estrategias eficaces, en consecuencia con la propia transformación contemporánea de la lectura. Es vital la necesidad de contrastar la lectura como actividad linguo-comunicativa con las otras dos esferas, la oralidad y la escritura, la lectura a su vez es otro modo de organización de la interlocución indirecta (Escapit, 1972).
Leer se tiene, desde hace mucho tiempo, por uno de los factores esenciales para la formación completa de la persona y el progreso social económico de un país, pues contribuye al desarrollo intelectual, estético, ideológico y moral del hombre. Es uno de los placeres más grandes que existen. Es un gusto recorrer las páginas del buen libro que se haya escogido para comenzar el día o terminar. Leer es un acto que, a pesar de sus riquezas supone un entrenamiento en la lengua que fuere, al que no tiene acceso buena parte del ser humano.Leer es un derecho inalienable. Por eso, quien no defiende el acto mismo de la lectura, corre el riesgo de violar uno de los más sagrados derechos ciudadanos. Quien no aprecie la legítima necesidad de la lectura para cualquier ser vivo, está incurriendo en un pecado de la humanidad.
La lectura y los libros cobran nueva importancia y significación, la ciencia y la técnica progresan hoy tanto, y tan rápidamente que lo que ahora se está dando en las escuelas, no será ya suficiente en una mañana muy próxima.Sigue siendo algo indispensable, no solo para tener éxito en la escuela, sino para desempeñarse en la vida cotidiana. El hábito de leer se adquiere mediante un proceso largo y bien guiado para lo cual hay que proporcionar lectura que se corresponda con los niveles de comprensión. Este constituye el punto de partida en el camino que debe transitar (Grass Gallo y Fonseca Sevilla, 1985).
Programa Nacional por la Lectura
Uno de los signos de la radical trasformación que había ocurrido, a partir de 1959, fue la costumbre de leer, adquirida a escala masiva por los cubanos. Situada por encima de muchos países desarrollados en producción editorial, el libro se convirtió en un objeto cotidiano e imprescindible.
Los principios sobre los cuales se fundamenta el trabajo del programa son los siguientes:principio de la historicidad: tomará en cuenta las experiencias de programas y campañas puestos en práctica en Cuba y en el mundo, así como la experiencia de personas e instituciones vinculadas a la educación, la cultura y la promoción literaria;principio de la objetividad: parte del reconocimiento objetivo de la situación actual concreta de la sociedad en materia de promoción de lectura, difusión del libro, medios de comunicación, bibliotecas escolares y públicas;principio de la cientificidad: las acciones serán planificadas desde el fundamento que aportan las ramas de las ciencias sociales o puras, tomando en cuenta la amplia cantidad de investigaciones sobre la lectura en el país; principio de la diversidad de las acciones: las acciones se realizan dentro de tres líneas de trabajo dirigidas a la formación de hábitos de lecturas, a la reorientación de lecturas o su diversificación temática; principio del condicionamiento económico del uso social del libro: por las conocidas limitaciones de la industria editorial y de la economía para la importación de volúmenes, desarrollará lo fundamental de su estrategia a partir del uso social del libro, potenciando el papel de las bibliotecas e instituciones comunitarias;principio de la jerarquización de la participación responsable: definirá a los Ministerio de Cultura y Educación responsabilizado con el Programa y como instancias coordinadoras y ejecutivas de sus acciones el grupo formado por: Biblioteca Nacional “José Martí”, Institución Cubano del Libro, Sociedad Cubana de Amigos del Libro, Instituto Cubano de Radio y Televisión, Bibliotecas Escolares del Ministerio de Educación, entre otras;principio del escalonamiento de las acciones: que la formación, reorientación y versificación del hábito de lectura han sido concebidas como proyectos organizados por etapas y principio de la interdisciplinariedad: que los objetivos del programa solo podrán ser alcanzados mediante la integración de especialistas de diversas disciplinas de las ciencias sociales y puras.
Los objetivos generales del Programa Nacional por la lectura son:potenciar el valor humanístico, cultural y el significado social que deben ostentar en la actual y futura sociedad cubana el libro y la lectura,promover el gusto por la lectura en los estudiantes,ayudar al lector cubano formado, a encontrar libros y servicios que puedan satisfacer de forma creciente sus expectativas,fortalecer el lugar y papel que ocupan las escuelas, bibliotecas y otras instituciones sociales vinculadas a la promoción del libro y la lectura en el ámbito de la vida nacional,lograr que la introducción de nuevas tecnologías en el país no compitan, sino que contribuyan a la promoción del libro y la lectura en el ámbito de la vida nacional, de igual manera la incorporación activa y creativa de la comunidad y la familia a las acciones del Programa,propiciar la participación de los medios de comunicación en el desarrollo del Programa Nacional por la lectura,capacitar a los participantes y promotores del Programa con técnicas y enfoques avanzados que facilitan el logro de los objetivos propuestos,coordinar y desarrollar investigaciones sociales para evaluar la marcha del programa y enriquecerlo y por último, coordinar y dar una utilización racional a los esfuerzos y recursos de que pueda disponer el país para el desarrollo del presente programa.
La Biblioteca, es una extensión familiar, para captar usuarios posibles y motivar en ellos la aprehensión de otro tipo de literatura que le servirá para complementar su cultura, y, por tanto, en la medida de lo posible, la de sus alumnos.Según Víctor Fowler es obvio que lo anterior implica la necesidad, en el bibliotecario, de un profundo conocimiento de quiénes son sus posibles usuarios, lo mismo que del producto (material de lectura) con el cual satisfacer sus necesidades (Arias Leyva. 2001).
Respecto a promoción de lectura se refiere que la actividad social encaminada a la formación de hábitos de lectura adecuados, se logra con la orientación planificada a una población lectora sobre qué leer, cuánto leer y cómo leer (Bamberger, 1989).
Por eso la lectura no debe reducirse al dominio de su técnica. Saber leer significa ser sensible al sentido y a la belleza de la palabra, de sus matices más sutiles. Únicamente lee el sujeto en cuya conciencia la palabra juega, vibra con todos los colores y melodías del mundo que lo rodea.El hábito de leer se adquiere en un proceso largo y bien encauzado. Cuando con este propósito, en todos los ámbitos, se trabaja con constancia y sistematicidad, utilizando métodos adecuados, se forma en los educandos correctos hábitos de lectura que difícilmente se perderán.La necesidad de leer, requiere asumirse conscientemente, y se debe facilitar, inducir y estimular por diversas vías, pues desarrolla la inteligencia, el crecimiento espiritual de los estudiantes y su conciencia.
Ante esta necesidad hay que llevar los libros hacia los lectores y los lectores hacia los libros. Si en el alumno no se ha despertado el interés por leer, si no ha sido motivado hacia los materiales de lectura que se les proporcionan, no es posible lograr adecuado hábito de leer, este tiene gran valor en la formación ideológica de los alumnos, pues contribuye decisivamente a la formación de su concepción del mundo, sus puntos de vista y su capacidad de apreciación estética.
Cuando se ha sido capaz de seleccionar textos, que realmente pueden ser leídos por los estudiantes con motivación, teniendo en cuenta los temas que se abordan, los tipos de lectores y el esfuerzo personal que haga por buscar más textos que nutren y perfeccionan ese conocimiento, entonces se está cumpliendo con la pauta indispensable de lograr una lectura consciente, que forma parte de una necesidad en la época actual.
Fundamentos sobre la formación del lector
La lectura ha de ofrecerse como un motivo de disfrute, por lo que ese momento dedicado a leer ha de evocarse como un momento de placer al que ha de volverse por necesidad (Arias Leyva, 2003).Sin embargo para lograr que el alumno se interese por la lectura es necesario que se motive y que esta motivación sea permanente, pues es la forma de mantener la atención voluntaria hacia una actividad determinada.
Existen diversos factores que influyen en la actividad del estudiante hacia la lectura: el tema y el contenido del libro, el papel desempeñado por la escuela, la jerarquización adecuada de la importancia de la lectura, la intervención adecuada de los medios de comunicación y la disponibilidad de libros adecuados.La lectura es una herramienta básica para que el hombre aprehenda la multifacética riqueza de la cultura acumulada por la humanidad y logre su plenitud como sujeto social. Influye poderosamente en todo el conjunto de los procesos psíquicos de la personalidad, tanto del pensamiento como de la esfera afectiva.
En esta labor, el bibliotecario y el docente desempeñan un papel determinante. Ellos tienen una gran responsabilidad en el desarrollo de hábitos de lectura de los alumnos.Por esta razón, deben tenerse en cuenta para concebir las actividades, los intereses de los lectores, la elección del material que será objeto de estudio y las características psicológicas de los alumnos hacia quienes van dirigidas, para dejar en ellos huellas positivas.Para lograr que los alumnos se interesen por la lectura es necesario distinguir esta como medio y como fin. Los estudiantes deben saber, que como medio, sirve para obtener información, para aprender y como fin, termina en su comprensión, interpretación y en su disfrute.
El primer esfuerzo debe dirigirse al manejo y aprovechamiento de los propios libros de su enseñanza. Después se hace una generalización que abarque una gran variedad de libros, lo que implica una diversidad de estructuras, propósitos y estilos.Por esta razón los docentes y el personal encargado del trabajo en las bibliotecas escolares deben desempeñar un importante papel en la promoción de los libros como medio de información y educación, a partir de un plan eficaz para enseñar el manejo de los libros y el máximo aprovechamiento de la información que estos contienen.Las actividades concebidas deben ser eminentemente prácticas. Si se limitan a la mera información verbal, no se traducirían en los hábitos y habilidades necesarias.
Las actividades previstas para enseñar a leer libros deben incluir razonamientos, exposición, descripciones, aclaraciones; pero es imprescindible partir de la determinación del tema, lo más general que el texto plantea y trata. Además, a veces es muy necesaria la información complementaria, que no puede limitarse a la que suministra el propio libro. Hay que acudir entonces a obras de consulta, lo que exige cierto aprendizaje.De esta manera se podrá lograr que los alumnos encuentren el placer de la lectura y se acerquen a los libros, no como una tediosa suma de páginas, sino como complejos científicos, culturales y técnicos del saber. Así se prepararán a los estudiantes para que puedan seguir creciendo intelectual, moral y estéticamente como autodidactas, para que puedan llegar a ser maestros de sí mismo.
Se impone, en primer lugar que los encargados de la docencia actúen, considerando la importancia de los libros. Estos son un poderoso instrumento, pues la lectura es una ventana por la cual los alumnos ven y conocen el mundo y se conocen a sí mismo.Hoy más que nunca, la lectura corre el riesgo de ser vista por todos como una imposición más y para evitar esto, se debe:
No obligar a leer.
Como toda actividad, la lectura requiere constancia para convertirse en hábito. Nunca se debe obligar a leer, pero sí se puede (y debe) convertir en un hecho cotidiano. La clave radica en que llegue a formar parte del tiempo de ocio, como ver la televisión o hacer deportes.
Visitar las librerías.
Las ferias o exposiciones pueden convertirse en un entretenimiento que acerque mucho más la literatura a los lectores. La idea de verse rodeado de tantas posibilidades, facilita que se comience el desarrollo de criterios de comprar y aprender a distinguir qué obra merece la pena adquirir.
Desarrollar un hábito diario de lectura.
Leer todas las noches un texto propiciará el hábito de lectura diaria.
Resolver las dudas.
Se deben buscar en el diccionario los términos que no se entiendan. Con ello, se inculca la buena práctica de ampliar el vocabulario.
No prohibir la lectura de determinados libros.
Es necesario prestar mucha atención en la lectura de la más amplia diversidad de textos. En ese sentido, la libertad de elección es determinante. Nunca se deben prohibir títulos. En lugar de ello, es importante al menos leer y a partir de ahí, se logrará despertar el espíritu crítico.
Ser usuario de alguna biblioteca.
Una práctica fácil es cuando se visita la biblioteca.
Buscar una adaptación a los gustos.
Todo es susceptible de convertirse en una excusa para acercarse a la lectura: un tema de actualidad, efemérides de personas o hechos que le llamen la atención o una película que los entusiasme: son ocasiones excelentes para suscitar la pasión por los libros.
Compartir la lectura.
Cuando se lee algún texto, resulta atractivo intercambiar criterios sobre el mismo. La lectura será un tema atractivo de conversación entre los propios lectores, lo que propiciará que se cumpla el objetivo que se proponen los mismos.Se hace necesario que los estudiantes desarrollen la convicción de que la vida en el mundo de los libros es conocer la belleza del pensamiento, es gozar de las riquezas culturales, es elevarse uno mismo. Precisamente una de las razones de la indigencia espiritual es la ausencia de esa lectura verdadera que capta la mente y el corazón y suscita la meditación sobre el mundo circundante y sobre uno mismo.
En el mundo en que se vive, habituados a comprarlo y venderlo todo, la lectura y el libro se han convertido muchas veces en rehenes de las prácticas consumistas generadas por el mercado. Al propio tiempo, ha irrumpido una industria cultural que promueve una amplia gama de producciones editoriales, audiovisuales y electrónicas alienantes y mediocres. En medio de la globalización hegemonista y con la inevitable presencia de un mercado subcultural, se debe conservar y desarrollar el diálogo intelectual que propicia un buen libro.
Consideraciones generales sobre hábitos de lectura.
Mediante la lectura el hombre entra en contacto con el mundo circundante, conoce cosas que le eran desconocidas, sobre temas variados, desarrolla conceptos de todo lo que le rodea y crea hábitos de lectura adecuados. Corresponde esta misión a la promoción de la lectura como actividad social, para elevar la cultura general de la nación (Acosta Matos, 1998).
¿Qué se entiende por hábitos de lectura? Este propio autor expresa que el hábito de lectura es un proceso de orientación planificada, extensa y bien guiada a una población de lectores, encaminado a promocionar lecturas que se correspondan con los niveles de comprensión e interés de los estudiantes. En el logro de este fin se conjugan múltiples factores: familia, escuela y comunidad.
El desarrollo de hábitos de lectura, no es el resultado del trabajo del docente y del bibliotecario, constituye un largo proceso que comienza en el hogar y se acelera sistemáticamente en la escuela y persiste durante toda la vida bajo las influencias del ambiente general. Esta actividad necesita un trabajo conjunto y sistemático familia-docente-bibliotecario-comunidad-instituciones culturales pues solo de esta forma se lograrán los resultados.
Causas que motivan el poco desarrollo de hábitos de lectura: la ausencia de materiales, el uso casi exclusivo del libro de texto, el olvidar que la lectura es un acto de comunicación, el no saber el porqué y para qué se lee y la ausencia de modelos a seguir.Por tanto se debe desarrollar la habilidad lectora, la motivación y el hábito de leer antes de que predominen por completo otros medios de entretenimiento. Para ello el docente y el bibliotecario tienen que coordinar todos los elementos susceptibles a contribuir al ejercicio de la lectura. Se tiene conciencia de la necesidad de leer, pero imponerlo no sería una solución eficaz. Leer garantiza pensar. La necesidad de leer debe brotar del deseo personal.
La clase de lectura no se basa en un esquema rígido ni puede ser un patrón de trabajo, en ella debe utilizarse variedad de procedimientos que la conviertan en un ejercicio de creación, no solo para leer sino para debatir, opinar, valorar y llegar a conclusiones.La lectura es un instrumento indispensable del ser humano, por ser un medio de información de conocimiento e integración, además de ser una vía para adquirir valores importantes que coadyuven a una mejor función social.
En este sentido se hace necesario contribuir arduamente a esta campaña iniciada hace unos años y rescatar el libro como fuente literaria, de saber, que fortalece espiritualmente, desarrolla el intelecto, perfecciona comunicativamente y proporciona deleite. El libro es primordial en el desarrollo social y cultural de un país, los lectores activos se pueden reconocer fácilmente, ya que hacen uso del idioma, se expresan correctamente, son juiciosos, poseen gran diversidad en sus ideas, adquieren una fuente de riqueza en su sus conocimientos, intervienen con facilidad en las conversaciones sobre temas variados.
Conclusión
La lectura constituye fuente del saber, fortalece espiritualmente al hombre, desarrolla el intelecto, proporciona deleite, fomenta el hábito de estudio individual e insita a valorar las acciones positivas de la conducta humana. Es por ello que los estudiantes de cultura física en la medida que se involucren en ella, lograrán resultados superiores en el proceso de comprensión, de disfrute y en la apropiación de herramientas básicas dirigidas al proceso de comunicación.Esta herramienta les posibilita convertirse en comunicadores eficientes.
Referencias bibliográficas
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Arias Leyva, G. (2000).” Leer” antes de leer”. Revista educación No 101, Editorial Pueblo y Educación, septiembre- diciembre.
Bamberger, R. (1989). “La lectura en el mundo: vías y formato para su estudio”. En Tecnología y Comunicación educativa, Año 4. Nº 14. México, octubre.
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García Alzola, E. (2000). Lengua y Literatura. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
Grass Gallo, Élida y Nayiri Fonseca Sevilla (1985). “Técnicas básicas de la lectura”. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
Grass Gallo; Elida (2002). Textos y Abordajes. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
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Vañalet, Ricardo (1979). “La Lectura como factor educativo permanente”. En revista Enrique José Varona Nº 3 julio-diciembre.
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