La evaluación de los conocimientos y habilidades en los contenidos didácticos en los estudiantes que cursan carreras universitarias |
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*Licenciada en Psicopedagogía. Docente Asistente. Profesora en la Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de La Luz y Caballero de la provincia de Holguín **Licenciado en Cultura Física y deporte. Profesor instructor del departamento de Cultura Física de la Universidad Oscar Lucero Moya. Holguín ***Lic. en Educación Preescolar, Master en Educación Preescolar. Profesor Auxiliar Profesora del Departamento de Educación Preescolar de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de la Luz y Caballero” de Holguín ****Lic. en Educación Preescolar, Master en Educación Preescolar. Docente asistente Profesora del Departamento de Educación Preescolar de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de la Luz y Caballero” de Holguín |
MsC. Caridad Segunda Leyva Soler* Lic. Jorge Nelson Fernández Prieto** María Isabel Prieto García*** Olga Lidia Oro Barrera (Cuba) |
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Resumen El presente artículo recoge los resultados de una investigación científica que se realizó con muestra de estudiantes universitarios y está orientada hacia la elaboración de una Alternativa Metodológica que permite la evaluación de los conocimientos y habilidades en los contenidos didácticos de los estudiantes en las diferentes asignaturas del plan de estudio. En la misma, se abordan los fundamentos teóricos y metodológicos sobre las tendencias y principales regularidades que caracterizan la evaluación de los contenidos didácticos y la posición que asumen las autoras en relación a este componente del proceso de enseñanza aprendizaje desde una concepción desarrolladora. Se diseñó la Alternativa Metodológica a partir de etapas que posibilita el proceso evaluativo de una manera novedosa. Se realiza la valoración de los resultados obtenidos en la exploración de la factibilidad de su aplicación práctica en la formación del Licenciado en Cultura Física. Se emplearon diferentes métodos para la realización de este estudio entre los que se encuentran los del nivel teórico (análisis, síntesis, inducción y deducción) del nivel empírico (encuestas, entrevistas, análisis del producto de la actividad y el experimento pedagógico). Palabras clave: Metodología. Conocimientos. Habilidades. Evaluación.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 189, Febrero de 2014. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
La Escuela cubana se encuentra inmersa en profundas transformaciones en su modelo, dirigido en lo esencial, al logro de una mayor influencia educativa de la escuela sobre los escolares. Estos proyectos educativos parten de la formulación de objetivos formativos generales y la evaluación como componente del proceso de enseñanza- aprendizaje es la encargada de regular y medir la eficiencia de estos objetivos, para lograr lo anterior, hoy la evaluación es interdisciplinar, integral y desarrolladora y promueve diversas formas evaluativas que favorecen un cambio cualitativamente superior en la personalidad del educando.
Sin embargo, en el estudiante no se evalúan aspectos tan importantes como su desarrollo socio afectivo, autonomía, su ser personal como totalidad. Además no se le comprueba en toda su integralidad es decir no desaprueba por falta de solidaridad, sensibilidad, responsabilidad, etc. Tampoco ha sido costumbre evaluar el contexto en el que se desenvuelve y los múltiples factores que lo pueden afectar en su desarrollo.
Por lo anterior, en esta investigación se prioriza no solo la evaluación del aprovechamiento docente sino la auto evaluación del nivel educativo, el presente trabajo tiene como propósito elaborar una Alternativa metodológica que sirva al escolar como punto de partida para la auto evaluación de su nivel educativo.
El plan de estudio para la formación del futuro Licenciado en Cultura Física, está diseñado en correspondencia con los cambios educacionales que se han operado a nivel mundial al requerirse de un especialista bien preparado por lo que resulta indispensable el desarrollo de las cualidades que exige esta profesión lo cual depende en gran medida de la adquisición de una cultura general integral.
Para concretar en el diseño metodológico las acciones que conduzcan a la formación de un profesional preparado para enfrentar los retos de la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje, debe dedicarse especial atención a uno de sus componentes básicos: la evaluación, de modo que haya cada vez más correspondencia entre el nivel del profesional que demanda la sociedad y el nivel que tiene el que egresa de la carrera, es necesario disponer de recursos evaluativos que garanticen fiabilidad y validez de los resultados.
Es así, que son diversos los investigadores que profundizan en el estudio del componente evaluación desde diferentes aristas, en el caso de la presente investigación los antecedentes más cercanos a la misma se encuentran en los trabajos realizado por López Medina (1998 y 2000), sus resultados más relevantes están relacionados con la elaboración de una metodología sustentada en el modelo pedagógico, para la evaluación del componente laboral-investigativo, en la formación inicial del profesional de la educación, en el caso de Velázquez (2003) aporta dimensiones e indicadores para la evaluación en los futuros profesionales de la educación durante la preparación intensiva.
Es oportuno referir además, los estudios de Puig (2000) que propone evaluar el aprendizaje a partir de los niveles de desempeño cognitivo, al plantear una caracterización de cada uno de ellos. Esta autora le confiere gran valor a la atención del desempeño cognitivo de los alumnos y su experiencia práctica está centrada en escolares primarios. Asimismo en su concepción la metodología que se propone en este estudio se sustenta en el sistema de principios para la dirección del Proceso Pedagógico (Addine, 2002) específicamente en el principio psicopedagógico que expresa la unidad de lo afectivo y lo cognitivo en el proceso de educación de la personalidad. En este principio se defiende la idea de que cuando el educador trata de influir en la transformación de los conocimientos en convicciones, obligatoriamente tiene que estar presente en el mundo subjetivo del estudiante, en el aspecto afectivo que facilite que la formación psicológica predominantemente inductora sea positiva, estable, duradera y adquiera por tanto una orientación activo transformadora de su personalidad, de este modo la verdadera educación no se logra hasta tanto esta no se haga consciente en el sujeto, es decir, que éste se auto eduque gracias a la autorregulación que se ha alcanzado en la unidad de lo cognitivo y lo afectivo de su personalidad.
Los fundamentos teóricos y metodológicos aportados por los investigadores anteriores, permitió a los autores de la presente investigación reflexionar en torno a las diversas formas, tipos, métodos que pueden ser utilizados para evaluar los contenidos didácticos, no empleados con suficiente sistematicidad y que permiten evaluar de un modo más objetivo el aprendizaje a partir de los niveles de desempeño cognitivo, concebir la evaluación de esta manera permite tener un juicio de valor, un criterio de medida que lleve a la toma de decisiones para transformar el proceso docente educativo.
Todo lo anterior, el presente trabajo tiene como propósito elaborar una Alternativa Metodológica que sirva al escolar como punto de partida para el auto evaluación de su nivel educativo.
Para la realización de este trabajo se realizaron varias observaciones a clases en las que se corroboró que existen limitaciones en la realización de evaluación y auto evaluación de los estudiantes, esta se realiza de manera formal y el estudiante no es protagonista de su autoaprendizaje
En las encuestas realizadas a los docentes se constató que conocen cuáles son las insuficiencias de los estudiantes sin embargo no refieren las potencialidades que poseen estos,
La aplicación del método de experimento pedagógico favoreció la puesta en práctica de la propuesta la que resultó factible al lograr el cumplimiento del objetivo.
Desarrollo
El diseño de la Alternativa Metodológica para lograr una evaluación desarrolladora, de forma coherente y bien organizada, alcanza un significativo interés en la formación del futuro licenciado en Cultura Física , por cuanto estos deben reflejar lo más exactamente posible el modo de actuación en el marco de la escuela, además se debe preparar al estudiante en el contenido y los elementos de la metodología de la enseñanza de la Educación Física para poder asumir la dirección del proceso pedagógico y especialmente el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El término Alternativa se emplea con frecuencia en la teoría y la práctica pedagógica y se han dado varias interpretaciones sobre su significado y alcance, a partir de variadas definiciones que dependen del plano desde el cual se construyen y utilizan. Desde el punto de vista filosófico, la alternativa es vista como un recurso para el estudio de los métodos del conocimiento y transformación de la realidad. Es también concebida, desde un plano más particular, como un conjunto de métodos, procedimientos y técnicas que responden a una o varias ciencias de acuerdo con el objeto de estudio, lo que facilita el camino para llegar a un conocimiento o para cumplir los objetivos previstos. Desde esta visión, la Alternativa Metodológica es un sistema de acciones metodológicas que guían a los docentes para potenciar una evaluación sistemática desarrolladora, es una opción que facilita el logro de objetivos al organizar y optimizar los recursos con que cuenta el docente o investigador.
Los presupuestos teóricos esenciales para la elaboración de la Alternativa Metodológica son los siguientes: la necesidad de lograr mayor conocimiento de la escuela como contexto de actuación profesional del maestro, es una condición para lograr incidir con mayor efectividad en la solución de los problemas. Además, el proceso pedagógico debe tener un carácter problematizador de la teoría y la práctica pedagógica, lo que significa situar al profesional en formación ante las contradicciones propias de la actividad pedagógica que caracterizan sus diferentes contextos de actuación. También la unidad de la instrucción y la educación que tiene carácter de ley y ocupa un lugar central. El principio de la cientificidad exige que la relación interdisciplinaria sea una condición dialéctica, un elemento obligatorio y esencial que garantice el reflejo sistémico en las asignaturas que conforman las disciplinas y los nexos objetivamente existentes entre las diferentes ciencias. Desde el punto de vista teórico y metodológico la alternativa se sustenta en los postulados del enfoque histórico cultural de Vygotski (1985) quien consideró el papel rector de la enseñanza en el desarrollo psíquico del educando y que esta es la fuente del desarrollo que precede y conduce al mismo.
La Alternativa Metodológica esta compuesta por las etapas que se describen a continuación:
1. Diagnóstico del estado real de los estudiantes
La necesidad de que los docentes dominen profundamente el diagnóstico de los profesionales en formación, es condición necesaria para el diseño de la Alternativa Metodológica que tiene como punto de partida las posibilidades reales de cada estudiante, para lograr las transformaciones que se requieren.
El diagnóstico constituye el punto de partida de toda acción pedagógica, permite explorar el nivel de conocimiento y la competencia didáctica de los estudiantes al comenzar el estudio del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Esta etapa es muy importante porque ofrece información al profesor sobre el dominio de los conocimientos previos y si está en condiciones de rendir con éxito, no necesariamente deben aplicarse pruebas escritas, pueden emplearse otros procedimientos que posteriormente serán explicados. Lo esencial es analizar la información recibida, interpretar, tomar las decisiones e intervenir con las acciones requeridas para evitar pérdida de esfuerzos y tiempo a los estudiantes y al propio docente en el desarrollo de los contenidos.
Con el diagnóstico se relacionan conceptos tales como: la caracterización y la evaluación. Es frecuente la confusión entre estos términos, a partir del desconocimiento teórico al respecto y al uso desmedido, indiscriminado en los últimos tiempos. Son diversos y en algunos casos contradictorios los enfoques acerca de la relación entre diagnóstico y caracterización. Además en la práctica pedagógica suele identificarse el diagnóstico con la evaluación mediante pruebas de conocimientos (lo centran en lo instructivo), lo consideran como resultado o aplicación de un instrumento al inicio de cada curso, diagnosticando en el estudiante dificultades y no potencialidades. En este estudio investigativo se defiende la idea de que para lograr un diagnóstico del profesional en formación se debe partir de la caracterización del mismo, lo que implica que este proceso describe rasgos, cualidades y propiedades y el diagnóstico se inicia con la caracterización para determinar el estado actual de logros, lo que exige la profundización en las causas de las regularidades que se obtuvo en la misma, para la determinación del nivel de desarrollo actual y la exploración del desarrollo potencial, con vistas al diseño de acciones para la transformación.
Los fundamentos teóricos anteriores, permiten la aplicación de pruebas que posibilitan el diagnóstico del aprendizaje, donde deben seleccionarse tareas diagnósticas que exploren el nivel de desarrollo de los conocimientos y habilidades desde el punto de vista sociológico, pedagógico que poseen los estudiantes y que resultan necesarios para dominar los conocimientos y habilidades que deberán adquirir.
Para obtener los resultados que se desean alcanzar en el diagnóstico inicial a través de la aplicación de las tareas diagnósticas, es necesario que el docente tenga presente las recomendaciones metodológicas siguientes:
Las tareas diagnósticas deben ser formuladas de manera clara y precisa en vínculo estrecho con el objetivo de la asignatura, el docente deberá lograr una profunda motivación en el estudiante para la realización de cualquier tarea que se le asigne, debe explicarse a los estudiantes las posibles alternativas a utilizar para la exposición de los resultados y los criterios a considerar para la evaluación, se recomienda a los docentes que los resultados obtenidos son privativos para la labor de maestro.
2. Planificación del proceso evaluativo
Constituye la etapa de preparación de todas las acciones para la realización del proceso de evaluación. Son acciones fundamentales en esta etapa las siguientes:
Análisis de la relación existente entre los problemas profesionales de la disciplina, los objetivos generales de la misma y su relación con los contenidos didácticos. Debe quedar claro en los profesores y estudiantes, la aspiración de lo que se quiere lograr con el proceso, en cuanto al sistema de conocimientos y habilidades que deben ser evaluados de manera sistemática, así como las normas y valores asociados al modo de actuación.
Reflexionar sobre la implicación que tiene la evaluación de los conocimientos y habilidades en el cumplimiento de los objetivos del año y su incidencia en la caracterización del objeto de la profesión. En la medida en que se conozcan e interioricen los objetivos a nivel de disciplina y asignatura se puede transformar la evaluación, reconociendo su papel en la regulación del proceso y no solamente para comprobar los resultados.
La propuesta de indicadores para la evaluación de los conocimientos y habilidades en los contenidos didácticos tienen como referencias variables e indicadores utilizados por Castro (1996 y 1999), Addine (1996), López (2000), entre otros investigadores cubanos.
Se describirán las dimensiones e indicadores que se tuvo en cuenta en la evaluación.
Desarrollo de habilidades profesionales.
Nivel de conocimientos teóricos, sistemas de conceptos, principios, leyes, regularidades para la ejecución de las actividades evaluativas.
Conocimientos metodológicos, es decir, conocer los pasos a seguir en el dominio de la estructura de la habilidad.
Grado de independencia mostrado en la ejecución de las acciones.
Rapidez con que las ejecute.
Tipo, significación y calidad de errores en las acciones.
Número de repeticiones que requiere para obtener resultados.
Posibilidades para generalizar dicha ejecución a otras situaciones.
Calidad de la ejecución.
Dinámica en los conocimientos y habilidades.
Rapidez en la comprensión y solución de las tareas.
Nivel de ayuda requerido.
Aprovechamiento de la ayuda que se le brinde.
Modo en que se reproduce y recrea los contenidos.
Profundidad, flexibilidad, logicidad y amplitud de pensamiento.
Tipo de estrategia de solución de las tareas.
Creatividad en la búsqueda de soluciones.
Disciplina y actitud ante las actividades evaluativos.
Preparación previa para la realización de las tareas.
Cumplimiento de normas y orientaciones.
Aprovechamiento del tiempo.
Cumplimiento de las tareas con calidad.
Originalidad.
Independencia y creatividad.
Posibilidad para actuar con independencia en el cumplimiento de las tareas.
Disposición para enfrentar nuevas tareas y retos.
Maneras de orientarse en situaciones nuevas que provengan de los resultados que obtiene.
Toma de decisiones ante situaciones Sostener y defender criterios personales en el debate.
Auto evaluación.
Conocimiento e interpretación de las dimensiones e indicadores de evaluación.
Correspondencia entre la autoevaluación del estudiante y la evaluación del profesor.
Nivel de crítica y autocrítica demostradas.
3. Orientación de los estudiantes en el proceso evaluativo
La orientación se asume como la relación de ayuda que se establece entre educadores, grupos y estudiantes estimulando las potencialidades del ser humano, facilita la búsqueda de alternativas de solución de problemas o tareas, implica la utilización de métodos y técnicas de investigación y contribuye al crecimiento personal y grupal.
Este concepto tiene como término esencial la relación de ayuda, que es el vínculo interpersonal donde se moviliza, en función del crecimiento personal y/o profesional, los recursos personales de un sujeto, en un contexto educativo que lo facilite (Del Pino, 1998)
Ayudar es poner al estudiante en función de aprender, crecer y resolver de forma desarrolladora sus problemas, lograr que cada decisión y actuación del alumno estimule el desarrollo de sus motivos, sentimientos y valores más positivos, le haga sentir la necesidad de aprender más y lo ubique ante un proyecto de vida útil para él y la sociedad, donde encuentre el reconocimiento social, la estimulación de su autoestima, dignidad e identidad personal y su realización personal.
En el proceso evaluativo, no siempre se le presta la atención requerida a la etapa de orientación, se observa reiteradamente en el desempeño de la mayoría de los estudiantes, un comportamiento impreciso, una tendencia a la ejecución, sin prestar atención a las condiciones de las diversas actividades evaluativas, constituyendo la orientación, una etapa esencial para obtener resultados satisfactorios en el proceso evaluativo.
Lograr un adecuado desarrollo en la etapa de orientación en el proceso evaluativo, significa que los estudiantes puedan ofrecer solución a las diversas problemáticas que se le presentan empleando diferentes vías. La propuesta que se hace está dirigida al docente para que él pueda estructurar adecuadamente esta etapa y, el estudiante pueda orientarse favoreciendo de este modo su comprensión ante las interrogantes siguientes: por qué se evalúa, para qué se evalúa, qué se evalúa, cómo se evalúa, quiénes evalúan, cuándo se evalúa.
Responder a las interrogantes anteriores conduce a la caracterización de la etapa de orientación en la que se consideraron las acciones siguientes:
Aseguramiento de las condiciones previas, motivación y orientación hacia los objetivos, planteamiento de las diversas actividades evaluativos, acciones para la regulación y autorregulación.
Teniendo en cuenta todo lo expresado anteriormente en la etapa de orientación del proceso evaluativo, es recomendable que en el momento de utilizar los métodos, técnicas, procedimientos, se consideren los aspectos siguientes:
Logros y potencialidades de los estudiantes, lograr una profunda motivación de los profesionales en formación para la realización de cualquier técnica, procedimiento y tarea evaluativo que se le asigne, ahí radica en gran medida el éxito de la actividad, realizar los ajustes necesarios acordes con las condiciones existentes en el momento de orientar las actividades evaluativas, debido a lo dinámico y cambiante de los problemas profesionales a los que se enfrenta el docente en formación, la orientación debe realizarse con claridad de forma tal que el estudiante comprenda la consigna de cada actividad evaluativo, los pasos a seguir, explicar a los profesionales en formación las posibles alternativas a utilizar para la exposición de los resultados y los criterios a considerar para la evaluación, estimular a los estudiantes para que planteen problemas, formulen preguntas, refuten un criterio, mantengan u criterio, elaboren hipótesis que les permita crecer en el conocimiento. Explicar a los estudiantes de manera clara y precisa ¿cómo proceder con la utilización de los diversos métodos, técnicas e instrumentos de evaluación?
4. Ejecución del proceso evaluativo
En esta etapa se manifiesta la calidad de lo planificado en las etapas anteriores (diagnóstico, planificación y orientación). Permite realizar los ajustes necesarios acorde con las condiciones concretas en que se cumplen las acciones y se recomienda crear un clima de confianza entre las personas implicadas en el proceso evaluativo, de forma tal que los profesionales en formación logren desarrollarse en un ambiente libre de tensiones y se manifieste plenamente el nivel de desarrollo alcanzado, favorecer las relaciones grupales, respetar las individualidades.
En esta etapa el profesor debe cumplir las funciones siguientes:
Estimular el desarrollo de la competencia didáctica en los estudiantes y sistematizarlas, decidir sobre los métodos, procedimientos a seguir en los cuales se les otorgue responsabilidades a los alumnos para que sean ellos quienes revisen su trabajo, comprendan por qué se han equivocado y propongan accione para su solución, conceder importancia al trabajo en grupo y propiciar cada vez más las formas de participación de los estudiantes en el proceso evaluativo: la autoevaluación, coevaluación y heteroevalaución, construir pautas en colaboración con los estudiantes, llevar registros diarios de lo observado e informar a los alumnos de sus progresos, reflexionar sobre su actuación pedagógica, su acción mediadora en el proceso de enseñanza-aprendizaje y de la evaluación y su influencia en los resultados obtenidos, evaluar de modo sistemático el cumplimiento o no de los objetivos determinados, la realización de las situaciones didácticas diseñadas y de las tareas cumplidas ¿qué funcionó y qué no? Con los alumnos, con el docente y con las decisiones adecuadas.
En esta etapa, el estudiante debe cumplir las funciones siguientes: tomar conciencia de su rol en el proceso de aprendizaje y evaluación; reflexionar sobre su hacer, su participación, su disposición para realizar las tareas y sus aportes, hacer reflexiones, individualmente y con los compañeros sobre lo aprendido y sobre el proceso realizado para aprender; valorar sus aprendizajes y participar activamente en la revisión y análisis de los resultados, así como en las acciones a realizar para superar las dificultades y corregirlas; reflexionar sobre sus intereses, actitudes, disposición y estrategias de aprendizajes; revisar su participación en el proceso evaluativo.
El profesor puede estimular la reflexión de los estudiantes en el autocontrol de la actividad evaluativa, planteando interrogantes como las siguientes:
¿Es lógico el resultado alcanzado? ¿Por qué?, ¿Se corresponde el resultado con la meta propuesta?, ¿Es posible comprobar o fundamentar la solución obtenida? ¿Cómo hacerlo?, ¿Es posible resolver la tarea por otra vía más corta?, ¿Qué otro resultado se puede obtener empleando esta vía?, ¿Cuál momento del proceso de solución más sencillo y el más complejo?
Conclusiones
La Alternativa Metodológica elaborada permite superar las insuficiencias metodológicas que se presentan en la práctica actual al adquirir un carácter más pedagógico, como proceso de comunicación interpersonal, que requiere de la obtención y procesamiento de la información, la elaboración del juicio evaluativo, la retroalimentación y la toma de decisiones que incluye la autoevaluación y la coevaluación y su contribución a la autodeterminación de la personalidad.
En esta concepción el alumno es considerado centro y protagonista activo de su aprendizaje, exigencia actual de una evaluación desarrolladora permitió a los adolescentes autoevaluarse de un modo más objetivo, desarrollando su personalidad con una orientación activo/ transformadora y no pasivo descriptiva, fomentando en los estudiantes autoevaluaciones adecuadas.
Bibliografía
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Vigotsky, L.S. (1985). Pensamiento y Lenguaje. Cuidad de La Habana. Editorial Revolucionaria.
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