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El alcohol y sus efectos

 

Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, UEx

Master Universitario en Investigación en Ciencias Sociales y Jurídicas por la UEX
Entrenador Nacional de Culturismo, Fitness y Halterofilia
Universidad de Extremadura

Lcdo. Javier Tejero Martín

jjavier_tm@hotmail.com

(España)

 

 

 

 

Resumen

          Este estudio intenta describir los efectos del alcohol en los jóvenes, como influye en su rendimiento y las posibles consecuencias de su abuso.

          Palabras clave: Alcohol. Jóvenes. Abuso. Rendimiento. Consecuencias.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 189, Febrero de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Sustancia responsable de efectos psicoactivos, el alcohol etílico (etanol), hay diversas formas de presentación dependiendo de la sustancia: chupito, caña, copa, licor, aguardiente, ron...

    Su fórmula es CH3 CH2 OH.

    Este tipo de bebida está englobada dentro del campo de las drogas, pues causa una alteración en el organismo y provoca daño a la salud.

    Hay 3 tipos de drogas:

  • Estimulantes: el sistema nervioso va más rápido; como con la cocaína y el LSD.

  • Alucinógenas: causan una alteración en las percepciones; como el éxtasis y el cannabis.

  • Depresivas: provocan que el sistema nervioso vaya más lento; como la heroína o el alcohol, sustancia de la que estamos tratando en este momento.

Origen

    Se obtiene a partir de la fermentación (vinos, cervezas...) o bien de la destilación (licores).

Historia de las bebidas alcohólicas

    Las bebidas alcohólicas han estado presente desde hace muchos años, así el código del rey babilonio Hammurabi amparaba a los bebedores de cervezas y vinos de palma y hacia ejecutar a quienes aguaban la bebida. Más tarde, los griegos adoraban al Dios Dionisio y ofrecían bebidas alcohólicas a sus dioses, en Roma apreciaban enormemente el vino y expandieron la vid por toda Europa; en la Biblia las referencias al vino son numerosas, estaba presente en todas las celebraciones.

    En América existen fermentaciones alcohólicas de escasa graduación, como el pulque y la chicha; y los árabes descubrieron la destilación y la exportaron a Europa a través de la actividad de los científicos de la época: los alquimistas.

    En la Edad Media el consumo de alcohol se relacionaba con la salud y el bienestar, pero en la Revolución Industrial en el S. XIX con el consumo de alcohol se dispara la alarma social por su uso desmesurado y la pérdida de control que esto conlleva. Se empieza a ver más como la droga que realmente es.

La forma de presentación

    Varía desde los 4-5º C de las cervezas hasta los 40-50º C de ciertos licores, incluso 70º C de bebidas prohibidas tipo absenta. Esas cifras significan el porcentaje de alcohol puro de la sustancia.

    La vía de administración es oral y dependiendo de su modo de tomarlo hay unos aspectos a tener en cuenta.

Uso, abuso y dependencia

    Uso: se trata de un consumo para búsqueda de placer. El uso continuado puede derivar en la siguiente fase.

    Abuso: se produce cuando hay un exceso de uso de esas sustancias que se consumen para hacer algo. Por ejemplo; cada vez que sales, bebes, es decir; consumes para algo. Cuando abusas del alcohol entras en una fase de Dependencia: nuestro cuerpo fabrica sustancias endógenas para que encaje todo el mecanismo, y el alcohol, como todas las drogas, es una sustancia exógena. Ello significa que cuando se introduce una sustancia que proporciona dopamina de fuera se deja de fabricar la propia. Cada uno tiene cierta vulnerabilidad a las sustancias y por ello, cierta predisposición genética a la dependencia del alcohol.

    Cuando se abusa, el alcohol puede servir de trampolín para ingerir otras sustancias como el tabaco o la cocaína, se empiezan a asociar las diferentes sustancias. Al perder el control de uno mismo la persona es más susceptible a la hora de aceptar tomar otro tipo de sustancia debido a la presión social. A veces se usa una droga para tener unos efectos y luego se usa otra droga para paliar los efectos, como por ejemplo la gente que mezcla alcohol con tabaco, o con cocaína.

Efectos

    El alcohol se absorbe rápidamente desde el sistema digestivo y pasa al sistema circulatorio. Los efectos dependerán de la concentración de alcohol en sangre. En bajas concentraciones sobre todo al comienzo provoca sensaciones de euforia, seguridad, relajación y desinhibición; sin embargo, si continuamos su ingesta comprobaremos que se trata de un depresor y reduce el control de sistema nervioso central sobre el organismo provocando disminución de los reflejos, descoordinación de los movimientos y dificultad de comunicación.

    Si continua su ingesta se llega a un estado de fatiga y somnolencia. Al día siguiente aprese la resaca que refleja los efectos tóxicos del alcohol en todo el organismo: temblor, confusión, acidez de estomago, debilidad, nauseas...

    Los efectos del alcohol dependen de la cantidad, del tipo de bebida y de la velocidad con que se ingiera. También influye si se ingiere con el estomago vacío, así como el peso y el sexo de la persona.

    Al organismo le cuesta mucho librarse del alcohol, lo hace a través de la respiración y de la orina, pero sobre todo a través del hígado, cuya misión es metabolizarlo, pero tiene un limite de 20-30 gramos por hora, mientras la bebida circula por la sangre dañando a todo el organismo.

    Pero el alcohol, al igual que todas las drogas también va al sistema nervioso, al dopaminálgico en concreto (de ahí la palabra doping), que es la parte del cerebro donde se encuentra el denominado circuito del placer, eje de nuestro sistema nervioso. Al tomar alcohol (u otras drogas) ese circuito se activa, y se encarga de premiarnos o castigarnos psicológicamente.

    El circuito dopaminálgico puede activarse de 3 formas:

  1. Sucesos externos; se puede encender ante estímulos externos, como por ejemplo cuando te encuentras con una persona que aprecias.

  2. Forma natural: después de hacer funciones vitales para sobrevivir, y son las siguientes: a) Comer. b) Actividad sexual. c) Después de hacer deporte. d) Después de tener una actividad intelectual. En sí estas acciones no tienen por que dar placer, sólo la forma de hacerlas para finalmente alcanzar una mayor recompensa cuando las finalizas.

  3. Sustancias químicas exógenas: fármacos, drogas... Actualmente hay más drogas y más necesidad de alcohol, y una de las causas es porque se están perdiendo las formas naturales de estimular el sistema dopaminálgico, por regla general las chicas saben manejar mejor estas famosas formas naturales, aunque la facilidad de acceder a todo tipo de drogas, sobre todo el alcohol está provocando una igualdad paulatina entre los consumidores de ambos sexos. La pérdida de estas formas hace que cada vez necesitemos más sustancias exógenas para recompensar a nuestro sistema dopaminálgico, segregar dopamina y así alcanzar el placer.

    Pero para controlar estos impulsos se dice que hay una fórmula que se ha ordenado hacer desde que éramos jóvenes, dividir el día: 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar, y 8 horas divididas en; 2 horas de higiene (ducharse, cepillarse los dientes, lavarse la cara...), 2 horas de relaciones sociales (dialogar con la familia, amigos...), 2 horas de ocio (hacer deporte, juegos...)y 2 horas de inactividad cerebral (ver la televisión, punto de cruz...).

    Dividiendo de esta forma el día garantizas las cuatro formas naturales, y si no haces esto bajas el estado de ánimo. Hay que garantizarse esas 4 cosas para no recurrir a la búsqueda de sustancias exógenas. En las terapias se enseñan primeramente las formas y después este orden.

Relación alcohol y actividad física

    La actividad física segrega endorfinas que van al sistema dopaminálgico; cada persona necesita hacer actividad física a distintos niveles para que su circuito dopaminálgico personal funcione, pero la actividad física anaeróbica proporciona endorfinas a niveles muy altos. De ahí el peligro de la actividad física y del deporte para personas con dependencia. Por eso cuando abusas de alguna de esas formas naturales puede surgir un problema. Hay gente que es adicta al trabajo, a los juegos...o a la actividad física, por ello nosotros como licenciados en actividad física y deporte debemos prever y frenar un inminente abuso de la actividad física por parte de la persona, pues puede acarrear un deterioro del sistema nervioso. Los ritos con sustancias que activan mi sistema dopaminálgico no tienen problema en sí mismos, lo malo es pasar de un uso a un abuso como he dicho antes.

    Existe un peligro añadido; si tu activas un circuito y le introduces droga (alcohol en este caso) se multiplican los efectos, aumenta el placer; es más, existe un estudio entre gente que hace actividad física que confirma que hay más posibilidades de caer en este tipo de adicciones a sustancias exógenas. Por ejemplo, después de hacer ejercicio una de las cosas que más les apetece a los alcohólicos es tomar una cerveza. En definitiva, en personas con problemas de dependencia una actividad física enérgica puede llegar a ser perjudicial.

Riesgos

    Intoxicación aguda: el alcohol afecta a los sentimientos, los procesos de reflexión, la memoria, atención y control social.

    Al bloquear el control de las inhibiciones el sujeto se siente eufórico, alegre, con una falsa seguridad en sí mismo que le puede conducir en ocasiones a cometer imprudencias o adoptar conductas temerarias. Provoca que lleguen más tarde los controles al cerebro. Los casos mas graves de intoxicación determinan pérdida de consciencia, coma e incluso la muerte por depresión cardiorrespiratoria.

    El consumo habitual por parte de la mujer embarazada puede dar lugar al llamado síndrome alcohólico fetal: malformaciones y bajo cociente intelectual.

    El consumo crónico puede ocasionar un grave daño físico, cirrosis y otras enfermedades de hígado (hepatitis), impotencia, daños en aparato digestivo, atrofia y degeneración del cerebro.

    Otros riesgos derivados del abuso del abuso del alcohol son irritabilidad, impulsos sexuales o agresivos, inestabilidad emocional, deterioro de la capacidad de juicio, deterioro de las relaciones familiares (causa de desestructuración y malos tratos), social (conductas delictivas, alteración del orden y suicidios) y laboral (absentismo y accidentes).

Dependencia y tolerancia

    El alcohol produce una gran dependencia. Los alcohólicos son adictos que necesitan la droga con ansiedad, y conforme avanza la adicción la persona necesita ingerir alcohol en mayores cantidades y en espacios de tiempo más reducidos; una persona puede pasar de beber únicamente los sábados a beber también los viernes, jueves, los domingos, etc. El uso repetido del alcohol produce tolerancia. Muchos alcohólicos presentan la denominada tolerancia negativa; es suficiente una pequeña cantidad de etanol para que queden completamente ebrios.

Síndrome de abstinencia

    La retirada brusca del alcohol en un alcohólico desencadena un síndrome de abstinencia que requiere atención médica. Puede aparecer inquietud, ansiedad, calambres, temblores, náuseas y una gran irritabilidad. También puede surgir el llamado "delirium tremens", caracterizado por la aparición de delirios y alucinaciones que requiere asistencia médica.

Tendencias de consumo

    El alcohol es la primera toxicomanía en muchos países del mundo, España ocupa el octavo lugar en su consumo. Es la droga más consumida en todos los tramos de edad, en los 2 sexos y en casi todos los grupos sociales, y del consumo diario se ha pasado a un consumo festivo protagonizado por los jóvenes.

    Cambia la elección de las bebidas. Frente al vino surge surgen con fuerza la cerveza y los combinados con licores de alta graduación. Creciente precocidad en el inicio e incremento en el consumo femenino.

Situación legal

    Aunque es una droga legal, generalmente no está permitida la venta de alcohol a menores de 18 años, incluso hay una ley que prohíbe su venta salvo en casos particulares para ello a partir de las 10 de la noche.

Reglamento General de Circulación

    Consideran como límite máximo de alcoholemia para la conducción 0,5 gr/litro por sangre y alcoholemias aun menores incluso de 0,0 gr/litro en circunstancias particulares.

    Las drogas son exógenas: nuestro cuerpo fabrica sustancias endógenas para que encaje todo el mecanismo. Tenemos opiáceos, nicotina, y todo tipo de sustancias que cuando se introducen de fuera no se fabrica la propia. Cada uno tiene cierta vulnerabilidad y por ello, cierta predisposición genética a la dependencia.

Fenómeno de tolerancia

    Cada vez necesito más para encontrarlos efectos, hay una dependencia y cuando no hay la sustancia delante aparece el síndrome de abstinencia.

    Como se ha mencionado antes hay 3 tipos de drogas:

  • Estimulantes: el sistema nervioso va más rápido; como con la coca y el LSD.

  • Alucinógenas: causan una alteración en las percepciones; como el éxtasis y el cannabis.

  • Depresivas: provocan que el sistema nervioso vaya más lento; como la heroína o el alcohol.

    El alcohol empieza deprimiendo los controles de personalidad, no es eufórico aunque lo parezca, lo que hace es que te llegan más tarde los controles.

    La gente que usa, es pura, la que abusa normalmente también es pura, no combina con otras sustancias. Cuando se abusa, cada vez que salgo bebo, junto con beber aparecen otras sustancias como el tabaco o la cocaína, se empiezan a asociar las diferentes sustancias. A veces se usa una droga para tener unos efectos y luego se usa otra droga para paliar los efectos, como por ejemplo la gente que mezcla alcohol con cocaína.

    Para consumir coca, antes se toman 3 copas así bloquean el efecto de el alcohol y reluce el de la coca.

    El alcohol, al igual que todas las drogas va al sistema nervioso, al dopaminálgico en concreto (de ahí la palabra doping), es la parte del cerebro donde se encuentra el denominado circuito del placer, que es el eje de nuestro sistema nervioso.

    Al tomar alcohol (u otras drogas) ese circuito se activa, y se encarga de premiarnos o hundirnos.

Entrevista Manuel Domínguez, director Asociación Alcohólicos nominativos en Cáceres

Entrevista Javier Barrera Martín-Meras, Psicólogo.

  • Nació en Cáceres en 1963.

  • Estudió Psicología.

  • Trabaja desde 1989 con personas que tienen problemas de drogas.

  • Desempeña su labor en el marco del programa municipal de drogas, que depende del IMAS y de la Universidad Popular.

    Javier Barrera coordina un grupo de ocho personas que trabaja con drogodependientes y con personas con otros problemas. Algunas de las personas a las que tratan están o han estado en la calle.

¿Cómo llega alguien a vivir en la calle?

    Por las razones que sean, una persona vulnerable se ve en una situación complicada. Si la persona tiene muchas competencias personales o buenos apoyos (familiares, profesionales...), puede salir de esa situación. Pero si fracasa en resolverla, se produce un deterioro personal: físico, intelectual, afectivo. Si ese deterioro se cronifica, se empieza a funcionar mal con la familia, en el trabajo, en la organización del día y se puede caer en la marginalidad.

¿Cuál es la relación entre la calle y la droga?

    Hay personas que una vez que han caído en la marginalidad empiezan a beber alcohol. En la calle se bebe, es parte de los rituales. Además, con el alcohol se tiene menos hambre y permite dormir mejor. Pero muchos son personas que abusan del alcohol, no dependen de él. En cambio, hay otro grupo de personas que ante la situación complicada en su vida que comentábamos antes empiezan a abusar o depender del alcohol u otras drogas. Es eso lo que empieza a provocar su deterioro.

¿Hay quienes eligen como forma de vida estar en la calle?

    Ninguno elegimos como forma de vida nada. Las circunstancias nos hacen que esa sea nuestra forma de vida. Una vez que tu forma de vida es estar en la calle es muy difícil salir porque a lo mejor no tienes capacidad para vivir en otro mundo. Es tu hábitat. Pero también es verdad que hay gente que aunque salgan de ahí, por ejemplo del grupo de personas de Cánovas, sigue yendo de visita. Es lo que conocen. Tienen relaciones afectivas. Procuramos que tengan otras experiencias, conocer otra gente y hacer otras cosas, pero eso no se consigue en un año.

¿Qué otros problemas se encuentran estas personas?

    Es fácil decirle a alguien que se ponga a trabajar. Eso es fácil para la mentalidad de alguien que empezó a trabajar con 17 años. Pero para alguien que lleva mucho tiempo sin hábito de trabajar es muy difícil: mantener el trabajo, la resistencia a la rutina, tener hábitos alimenticios, de higiene, de dormir... es complicadísimo.

¿Qué es lo más difícil?

    Conseguir que estas personas tengan su día organizado. Trabajar ocho horas, dormir otras ocho, dedicar un tiempo a comer, a la higiene, al ocio... Si no tienes nada, no tienes trabajo, no tienes amigos, no tienes ocio, ¿qué haces? Nada. No hacer nada más de una hora y media o dos horas al día es matador.

¿Cómo se aborda el problema desde las instituciones?

    Somos muchas instituciones en el mismo proyecto: juzgados, policía local, servicios sociales... Por ejemplo, cuando una de estas personas comete un delito menor, el juez, en lugar de mandarle a prisión le condena a trabajos comunitarios. Nosotros nos ocupamos de parte de esos trabajos y por esa vía se consigue que vayan a una terapia y permanezcan en el tratamiento, que es una de las cosas más difíciles.

¿Se tiene éxito?

    En Cáceres, el número de personas que se encuentran en la calle no es muy alto y eso es porque desde hace tiempo se trabaja con una misma idea. Pero ¿qué es tener éxito? Muchas veces solo es que el consumo esté muy controlado. Convertir a personas que han estado mucho tiempo en la marginación en personas estándar es muy complicado. Son muchos años en otro hábitat. Pero del grupo de gente que ha estado en Cánovas, por ejemplo, los hay que han normalizado su vida en la ciudad fuera de la marginalidad.

¿Qué percepción tiene la sociedad de estas personas?

    Hay un problema estético, pero es la sociedad que hemos creado. También hay un problema educativo. A Cánovas van familias con niños y no es un ejemplo de lo que nos gustaría que nuestros hijos fueran. Además, todo lo que está fuera de la normalidad nos da miedo.

Bibliografía

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