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Importancia de la lectura para estudiantes 

de la carrera de español-literatura

 

*Licenciado en Español-Literatura. Master en Ciencias Pedagógicas

Profesor Asistente de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Blas Roca Calderio” de Granma

**Licenciado en Cultura Física. Master en Longevidad Satisfactoria

Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas de Granma

***Licenciado en Educación, en la especialidad de Español Literatura. Master en Didáctica del Español

Profesor Asistente de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Blas Roca Calderio” de Granma

MSc. Lic. Miguel Alberto Anaya Almeida*

MSc. Lic. Dixan Alba Martínez**

MSc. Lic. Emilio Barbán Carrillo***

dixan7@yahoo.es

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          Este trabajo propone defender la idea de avanzada de una escuela cubana que se propone rescatar la motivación de los estudiantes hacia la lectura a través de estrategias en la enseñanza de la lengua y la literatura, pero que ha sabido tomar y recrear lo mejor del pensamiento pedagógico universal, a partir de nuestras propias concepciones. Esta universidad debe descansar en lo que el profesor deba hacer de manera creadora para motivara los estudiantes hacia la lectura como vehículo esencial para su desarrollo integral, lo que implica romper con esquemas y asumir un modelo educativo que oriente y propicie el amor por leer.

          Palabras clave: Lectura. Estudiantes. Motivación.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 188, Enero de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Si preguntamos ¿qué papel cumple la lectura en la preparación y en la formación del estudiante univer­sitario?, los docentes, los investigadores y los estu­diantes responderán que la lectura es el eje central del proceso educativo y que de su dominio depende, en parte, el ingreso a la universidad y el éxito acadé­mico y profesional.

    El estudiante universitario descubre que la lectura es una actividad decisiva en su trabajo académico, porque necesita ampliar, confrontar y reelaborar, a partir de una bibliografía, los conceptos que se traba­jan en clase y en las asesorías.

    Nuestra experiencia docente en la universidad y los planteamientos que hemos en­contrado en artículos de revistas, periódicos y libros, nos indican que el estudiante que posee un buen de­sarrollo de la aptitud verbal logra un mejor rendi­miento en la Universidad.

    Hablar, escribir, leer. La cuestión de la lectura debe inscribirse dentro de la pregunta, más amplia, por el habla, la escritura y la lectura. Las tres se integran en la competencia comunicativa. Ahora bien, a diferencia del lenguaje como capacidad “natural”, la lectura es una competencia aprendida: a leer no se aprende naturalmente, sino que requiere una costosa y compleja intervención artificial de la comunidad, ordinariamente en la escuela.

    La relación entre lectura y habla se nos presenta de manera paradójica. Por una parte, el uso de la lengua como habla, ya sea oralmente o por escrito (en sentido recogido en el DRAE), aparece como un acto individual; pero, por otra, “habla” deviene del fab_la en el sentido de texto, de construcción y transmisión “tradicional” y colectiva o comunitaria archivada y recuperada con una intención didáctica y moralizante (por ej.: en los cuentos morales, en la mitología, en la literatura infantil). La lectura podrá, pues, ser individual, pero su sentido último es de índole supraindividual, comunitaria.

    La lectura tiene, por otra parte, un cierto sentido dialógico y, por así decirlo, público. Aunque se puede desarrollar una pericia para llegar a leer, a descifrar, un gran número de signos y palabras por minuto (más allá de 1000 palabras por minuto en lenguas romances o en lengua inglesa), sin embargo, la variable velocidad no está directamente correlacionada con la función de la comprensión, si ésta no es meramente léxica, sino del significado profundo del texto que se está leyendo. De la misma forma que el escritor dialoga con su lector, éste lo hace con el autor del texto. Lectura y escritura son sendas formas de construcción dialógica. Pero, como en todo diálogo con el otro, subyace implícito un diálogo consigo mismo; en el proceso de lectura la comprensión no se produce respecto de “lo que se dice” en el texto, sino también acerca de “lo que se pretende decir” en él de forma tal que el lector contrasta la representación mental que se genera con la lectura con sus representaciones mentales previas al mismo tiempo que intenta reconstruir la representación mental y la intención con la del autor que ha producido el texto.

    La adquisición de las habilidades de lectura supone la integración de procesos lingüísticos y visuales, así como el empleo de mecanismos de asociación con representaciones previamente instaladas en el cerebro. En la lectura literaria se produce un encuentro entre la palabra y la imagen visual de modo tal que, como podemos distinguir dos tipos de procesos imaginativos: el que parte de la palabra y llega a la imagen visual, y el que parte de la imagen visual y llega a la expresión verbal; concluye el autor de la propuesta de la visibilidad para el ya presente milenio que “el primer proceso [de la visibilidad] es el que se opera normalmente en la lectura”. La estrecha vinculación entre lectura e imaginación visual nos confirma la necesidad de cultivar el pensamiento visual para el desarrollo del proceso de la lectura, y por cierto también de la escritura. Leer, al menos leer bien, consiste pues en un complejo conjunto de procesos cognitivos de modo que, cuanto más compleja es la lectura, mayor es el número de zonas del cerebro que intervienen en su elaboración. Se deduce, en consecuencia, que la enseñanza de la lectura eficaz requiere el concurso de una estimulación cerebral (lingüística, cognitiva) múltiple y sinérgica.

    Hay un amplio consenso sobre la importancia de la lectura en la vida de las personas, comenzando desde los escolares hasta terminar con los adultos. Sin embargo, es necesario recordar una y otra vez que la educación debe otorgar a la lectura el papel y el tiempo que le corresponde.

    Cummins (2006) cita un reciente informe en el que se muestra un amplio consenso entre psicólogos cognitivistas sobre cómo tiene lugar el aprendizaje y las condiciones óptimas para promover el aprendizaje. Los autores señalan varias condiciones entre las que destaca el aprendizaje para una plena comprensión, lo que implica el desarrollo de una alfabetización crítica (leer entre líneas) superando una simple comprensión literal del texto.

Desarrollo

    En la pedagogía actual cada vez se hace más hincapié en la idea que el estudiante ha de jugar un papel activo en su propio aprendizaje, ajustándolo de acuerdo con sus necesidades y objetivos personales. Por tanto, se aboga por introducir estrategias de aprendizaje en el currículo escolar, para que el estudiante se beneficie aprendiendo a utilizarlas desde los primeros años de la escolarización. Y será el profesor al que se le encomendará la tarea de “enseñar a aprender” y al estudiante a “aprender a aprender”.

    La palabra aprendizaje no siempre ha contado con una definición clara. Se ha pasado de una concepción conductista de aprendizaje a una visión del aprendizaje donde cada vez se incorporan más componentes cognitivos. Y aunque existen tantos conceptos de aprendizaje como teorías elaboradas para explicarlo, se podrá afirmar que el aprendizaje sería:”un cambio más o menos permanente de conducta que se produce como resultado de la práctica” (Klimble, 1971, citado en Beltrán, 1993).

    Ha sido una preocupación constante la atención hacia el hábito de la lectura, con el convencimiento de que los buenos lectores tienen un camino más fácil en su proceso de formación escolar y personal. Sin embargo, también parece preocupar casi en la misma medida la poca atención que los responsables educativos le dedican al hecho de leer, circunstancia que se ve objetivada con la realización de encuestas y estudios periódicos sobre la frecuencia y otros aspectos relacionados con la lectura.

    Parece evidente que los hábitos lectores y la afición por la lectura no son algo prioritario entre los jóvenes de 15-16 años en Cuba, lo cual puede estar muy relacionado con los malos resultados en las pruebas de competencia lectora. Es por lo tanto el momento de tomar medidas en el sentido de impulsar iniciativas que transmitan a los padres y profesores y alumnos esa necesidad de dedicarle un mayor tiempo y atención a la lectura. Unos jóvenes que leen poco y mal son más fácilmente manejables, tienen menos acceso a la formación y van a encontrarse con mayores dificultades a la hora de superar los obstáculos que supone la inserción laboral.

    ¿Se lee poco porque están adquiriendo demasiada importancia las nuevas tecnologías, o porque las primeras prioridades son las de salir con amigos? ¿Se lee menos que antes? ¿Antes de qué?, ¿De que hubiera televisión, cine, música, o antes de que se hayan extendido las nuevas tecnologías? Parece que lo de las nuevas tecnologías no es suficiente explicación, porque ya la UNESCO (Staiger, 1979), habla de la necesidad de promover la lectura, y en 1979 no había Internet ni videojuegos.

    El argumento pierde su validez porque también otros países se han incorporado a las nuevas tecnologías (Finlandia, Japón, Bélgica) y no por ello han dejado de progresar en lectura.

    Sin embargo, se afirma de modo casi generalizado que los bajos índices de lectura entre nuestros jóvenes se deben al dominio de la imagen y las nuevas tecnologías en la sociedad actual. Así lo atestiguan literatos, editores, educadores y otros profesionales (MEC, 2005). Pero con esta justificación se olvidan de que las nuevas tecnologías son también un soporte y un medio para alfabetizarse y fomentar la lectura. Hoy día se lee mucho en Internet, se copian textos y libros, se difunde la literatura a todo el mundo a través de las páginas digitales y se promocionan los libros en la televisión.

    ¿Se lee menos que antes? Antes del cine, la radio, la tele, el deporte. Había menos libros y más analfabetismo, y horarios laborales mucho más largos que los actuales. Puede que sí, aunque no lo bastante como quisieran las editoriales, los educadores y los escritores. No hay que olvidar que el propio Gutenberg murió en la ruina y que trabajaba como criado. Una de las razones esgrimidas por el estudio del MEC es que la ausencia de tiempo libre es una de las causas del reducido índice de lectura en nuestro país, puesto que afirman que cuando más leen es en vacaciones. Probablemente, denota que las prioridades de los países latinos, por razones obvias, se inclinan más por las actividades al aire libre. De hecho, muchos países del sur de Europa (España, Francia, Italia, Grecia, Portugal) se encuentran en el estudio PISA 2000, en la mitad inferior de la tabla de puntuaciones.

    Para Landa (2005) se lee cada vez menos y cada vez peor “y yo me atrevería a decir que, entre otras cosas, es porque tenemos mucha prisa, porque vivimos corriendo con nuestro reloj en la mano, como la liebre blanca de Alicia en el País de las maravillas”.

    Según los propios alumnos, existe una estrecha relación entre la frecuencia de la lectura y los resultados académicos. Quienes dedican más tiempo a la lectura afirman conseguir mejores puntuaciones en las evaluaciones escolares. Sin embargo, a la hora de intentar paliar los bajos niveles de lectura entre nuestros escolares y jóvenes, tenemos cierta tendencia a buscar explicaciones en otros ámbitos alejados de la práctica de la lectura y se subraya más a otro tipo de factores relacionados con las leyes vigentes, los recursos existentes en la escuela, la formación de los docentes y la actitud de familias y alumnos.

Propuestas para fomentar la lectura

    Es evidente que no existe una fórmula única para impulsar la afición a la lectura y de que el problema es complejo y viene de muy lejos. Detrás de cada informe, cada editor, cada escritor o educador hay una sugerencia para intentar paliar los bajos índices de lectura de nuestros escolares. Esta es una tarea que debe emprenderse tanto en el ámbito escolar como en el no escolar. El desequilibrio existente entre el tiempo dedicado a la lectura y el tiempo dedicado a la televisión avalan la necesidad de que la preparación para el ocio comience de forma sistemática en el seno de la educación escolar. (Vázquez, 1998).

    Hemos seleccionado algunas de estas propuestas con el ánimo de proponer, en la parte final de este artículo, algunas ideas para mejorar la situación deficitaria en la que se encuentra la actividad lectora.

    Más tiempo para la lectura, para algunos autores, una de las claves del impulso de la afición lectora está en el tiempo que se le dedica a la misma, y consecuentemente, reclaman más horas dentro del currículo escolar. Marchesi (2005) defendía que: “colaborar con los padres para que dediquen 15 minutos diarios a leer con sus hijos cuando estén escolarizados en las etapas de Educación Infantil y Primaria supondría un cambio fundamental en el proceso de aprendizaje de los alumnos, pero también en el de sus padres y en sus relaciones mutuas”.

    Hay que tener en cuenta que este aumento de las horas dedicadas a la lectura supone además un cambio estructural importante, una pequeña revolución escolar, que significaría un impulso a una nueva metodología en el aula, y posibilitaría una colaboración más estrecha entre profesores, padres y responsables de bibliotecas.

    La lectura como tarea de todos los profesores y de todas las asignaturas no se reduce a que los alumnos lean más y que para ello haya un profesor, el de lengua y literatura, que se encargue de fomentar la lectura, sino que es necesario que todos los profesores, y en todas las asignaturas, se responsabilicen de impulsar la lectura en diferentes tipos de texto, literarios, geográficos, medioambientales, artísticos, sociales, y que se combine el placer de leer y la lectura científica.

    Marchesi, Basanta y otros (MEC, 2005) defienden esta postura de una implicación global del profesorado y de una integración de la enseñanza de la lectura en el currículo y la planificación escolar, dedicándole un espacio y un tiempo precisos. Como afirma Basanta refiriéndose a los profesores del centro escolar: “usted es antes que nada maestro, profesor de lectura, y por añadidura de la materia que le corresponde”.

Estrategias para la enseñanza y aprendizaje de la lectura y escritura

    Existen variados métodos de enseñanza de la lectura y la escritura; pudiendo señalarse los denominados tradicionales y nuevos.

    Los métodos tradicionales plantean que para el logro de la lectura y escritura el niño debe alcanzar la habilidad de decodificar los elementos que conforman el texto escrito y después descifrar el significado o contenido. Sin embargo, es necesario saber que no existe un método infalible y específico, ya que cada niño posee características intelectuales y personales distintas por lo que se sugiere el uso de métodos combinados.

    Estrategia: Conjunto de acciones ordenadas dirigidas a lograr objetivos particulares de aprendizajes.

Las estrategias para la enseñanza y aprendizaje de la lectura y escritura.

    Son formas específicas de organizar nuestros recursos (tiempo, pensamientos, habilidades, sentimientos, acciones) para obtener resultados consistentes al realizar algún trabajo. Las estrategias siempre están orientadas hacia una meta positiva.

    En la enseñanza y aprendizaje de la lectura se utilizan diferentes estrategias, alguna de las cuales pueden darse de manera inconsciente, otras sin embargo, resultan del estudio y experiencia por parte de los docentes especialistas en el trabajo con los individuos (estudiantes)

    Las estrategias de aprendizaje y enseñanza de la lectura y escritura son técnicas que hacen el contenido de la instrucción significativo, integrado y transferible.

    A las estrategias se les refiere como un plan consciente bajo control del individuo, (estudiante) quien tiene que tomar la decisión del cuál estrategia usar y cuando usarla.

    La instrucción estratégica hace énfasis en el razonamiento y el proceso del pensamiento crítico que el lector experimenta a medida que interactúa con el texto y lo comprende.

    Lectura, la denominamos como: Proceso interactivo que se lleva a cabo entre un lector y un texto. El lector, aprovechando sus conocimientos previos, extrae información de un texto con el objetivo de construir sus conocimientos. 

    Podemos clasificar según su intencionalidad, varios tipos como:

    Lectura Independiente: método de lectura en la que cada alumno lee por si mismo un texto silenciosamente, con el mínimo apoyo del docente. Es una actividad que se ha de realizar cuando los estudiantes han logrado un cierto nivel de autonomía en la lectura.

    Lectura Silenciosa: es la que se realiza sin emitir ningún sonido o palabra. Se caracteriza por su funcionalidad para adaptarse a diferentes propósitos. La lectura silenciosa tiene la ventaja de una mayor rapidez en la captación directa del significado de la lectura por lo siguiente:

  • El lector no mediatiza el significado mediante un producto oral.

  • No tiene necesidad de codificar en lenguaje oral lo que lee.

  • No se enfrenta con las exigencias de enunciación y pronunciación de las palabras.

  • El lector puede leer a su propio ritmo.

    También la lectura silenciosa permite asimilar una mayor cantidad de información verbal que la lectura oral. Esto favorece al alumno no solo como mejor lector y de disfrute de la lectura, sino en su rendimiento escolar en general por cuanto:

  1. El proceso enseñanza aprendizaje se sigue mediatizando a través de: hablar-escuchar, leer y escribir.

  2. Existe una correlación entre el rendimiento en ortografía y la lectura.

  3. Amplía las asociaciones conceptuales que facilitan la composición.

  4. Enriquece el vocabulario.

    Lectura Socializadora: es aquella que permite o hace posible la relación de grupo y la comunicación colectiva.

    Se realiza a efectos o de desarrollar habilidades o compartir intereses comunes.

    Tiene ventajas importantes:

  • Se emplea tiempo con más eficacia

  • Los estudiantes aprenden uno de otros

  • Comparten experiencias

  • Estimulan la interacción y comunicación entre los estudiantes

    Lectura Creadora: es aquella que se realiza a través de actividades creadoras en las que el niño enriquece y socializa su lenguaje, supera su egocentrismo y valora el lenguaje como medio de comunicación.

    Lectura Oral: es una forma empleada con mucha frecuencia por la mayoría de los docentes. Se produce cuando leemos en voz alta.

    La lectura oral o expresiva nos permite mejorar la pronunciación de los sonidos que conforman las palabras, así como el ritmo o la entonación que tiene un texto. En general, contribuye enormemente a mejorar nuestra comunicación porque nos habitúa a hablar en voz alta ante un público con soltura y naturalidad.

    La lectura oral es una actividad difícil aún para el adulto pues la persona requiere seguridad en lo que va a comunicar para enfrentarse a un grupo y mucha confianza en sus capacidades de manejo del grupo para lograr que este escuche en forma participativa.

Lectura crítica: ¿qué tan bien cumple el texto su función?

    Se puede pensar en el escritor como alguien que desempeña un trabajo. Independientemente de cuál sea el tópico, debe realizar algunas tareas:

  • Debe enfocarse en un tema específico

  • Los términos deben estar claramente definidos

  • Debe presentar evidencia

  • Debe tener en cuenta lo que es de conocimiento común

  • Debe explicar las excepciones

  • Las causas deben anteceder a los efectos y estar en capacidad de producirlos

  • Se debe mostrar como las conclusiones siguen una secuencia lógica que se desprenden de evidencias y argumentos anteriores.

    Como lectores y escritores críticos las personas deben poder estar seguras de que esas tareas se han realizado en forma total, comprensiva y consistente.

Pensar críticamente: es evaluar la evidencia

    Leer para enterarse de lo que dice un texto puede ser suficiente cuando el objetivo o meta es conocer una información específica o entender las ideas de otro. Pero por lo general se lee con otros propósitos. Es necesario resolver problemas, construir vías, escribir leyes o diseñar una campaña publicitaria. Es indispensable evaluar lo que se ha leído e integrar esa comprensión al conocimiento previo que se tiene del mundo. Se debe decidir que se puede aceptar como verdadero y útil.

    Los lectores desean aceptar como hechos solamente lo que es verdaderamente cierto. Para poder evaluar una conclusión debemos valorar la evidencia sobre la que ésta basada. No se necesita cualquier información; se necesita información confiable. Para estimar la validez de los comentarios de un texto, el lector debe salirse de éste y aportar conocimientos y estándares externos que lo soporten.

Lectura de imágenes

    Así como en la lectura de un texto escrito es preciso conocer el código de escritura para comprender diferentes textos, se hace imprescindible saber qué código utilizan las diferentes imágenes técnicas. Leer un dibujo no es igual que leer una fotografía. Leer una historieta no es como una película.

    Para leerlas primero se tiene una visión de conjunto, luego se analizan los objetos que las componen y su relación interna, para concluir con su significado. Este procedimiento es común a todas las clases de imágenes.

    La lectura de las imágenes está regulada por la convención y por la percepción. Por la convención se puede reconocer o asociar dibujos de tipo caricaturescos como representaciones de objetos reales, por ejemplo algunos animalitos de dibujos animados se humanizan agregándole ropa, o saber qué indica cada señal de tránsito. Por la percepción se tiende a: reconocer la estructura y agrupar los objetos de la imagen en unidades simples.

    En la interpretación de imágenes se pueden seguir los siguientes pasos: enumeración, descripción, interpretación o inferencia.

    Con respecto a las fotografías, puede decirse que leer fotografías implica el desarrollo de una habilidad que incluye varias operaciones: observar, analizar, interpretar. De acuerdo con la forma de construirlas y su mensaje se pueden agrupar en fotografías informativas y apreciativas. Las primeras sirven para ilustrar y las segundas para provocar diferentes significados. Por ejemplo, una fotografía panorámica de un paisaje geográfico es informativa, pero si se agrega en primer plano una figura humana o si resalta un plano más que otro su significado cambia.

Conclusiones

    Consideramos que la lectura y la educación son in­separables, porque sin negar el papel que cumplen y deben cumplir los medios audiovisuales en el proce­so educativo, todavía la lectura es el instrumento más utilizado en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las investigaciones sobre el fracaso escolar han descu­bierto que el factor que más incide en dicho fracaso es la deficiencia en la lectura. Además de su papel en el proceso educativo formal, la lectura proporciona entretenimiento y es fuente de placer; es una de las mejores maneras de utilizar productiva y creativa­mente el tiempo libre. Como es portadora de cono­cimientos, ayuda a comprender las ideas de los demás, a refutarlas y a contrastarlas. También, nos sirve para conocer las culturas y las visiones del mundo que tienen otros pueblos; es la mejor forma de remontarnos al pasado y de reconstruir, en lo posible, la historia del hombre y de la sociedad, así como de acercarnos a las obras de autores que han dejado testimonios valiosos para la humanidad y que han aportado al desarrollo cultural y científico.

Bibliografía

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  • LARROSA, J. (1996) Experiencia sobre la lectura. Estudios sobre literatura y formación. Barcelona: Laertes.

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  • VÁZQUEZ, G. (2003) Sociedad red, ciudadanía cognitiva y educación. Revista de Educación. Número extraordinario, pp. 13-31.

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