efdeportes.com
Historia de la Cultura Física: apuntes para la reflexión

 

Lic. en Educación

Facultad de Cultura Física

Universidad de Cienfuegos

MSc. María del Carmen Cabrera Castro

omena@ucf.edu.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          Este artículo parte de un pequeño esbozo sobre la historia de la cultura física en las civilizaciones antiguas, la evolución de las competiciones y sus objetivos en las diferentes épocas, para llegar a los problemas más acuciantes que afectan al deporte actual y los retos que se imponen en este momento para los países subdesarrollados. Además aborda algunos de los fundamentos de la práctica del deporte en Cuba, país que ha tenido importantes logros en la arena internacional, a pesar de sus grandes limitaciones en el aspecto económico.

          Palabras clave: Historia de la Cultura Física. Cuba.

 

Abstract

          This article goes from a little sketch about Physical Culture in ancient civilizations, the evolution in the competitions and their objectives in different epochs, to comes up to the most pressing problems that affect the present day sport and the challenges that are enforced in this moment upon undeveloped countries. It also speaks about some basis of the sport practice in Cuba, country that has got important achievements in the international panorama, in spite of its great limitations in economy.

          Keywords: History of Physical Culture. Cuba.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 188, Enero de 2014. http://www.efdeportes.com/

1 / 1

Introducción

    La historia es un rico caudal de conocimientos que orienta a los hombres para conducirse en la vida y los ayuda a enfrentar nuevos dilemas y situaciones, dándole argumentos para trazar estrategias y vías de solución a los mismos y elementos para comprender el por qué de cada hecho o fenómeno.

    Es esta una de las razones que hacen necesario su estudio, sin embargo, a veces sorprende a unos el desconocimiento de otros acerca de hechos tan elementales y cotidianos que les parece inconcebible que esto suceda.

    Ante la evidencia de que esto es posible, se escribió el presente artículo que tiene como objetivo, aparte de reflexionar sobre la situación actual del deporte, incentivar al estudio sobre la historia de la cultura física y de los hechos que en el pasado marcaron pautas para desentrañar el presente.

    Además, para poder reflexionar sobre la situación que afrontan las competiciones deportivas internacionales en estos momentos y sobre ciertas características y regulaciones en que se basa el deporte en la Cuba de hoy.

    Se comenzará analizando el origen y evolución de lo que llamamos “deportes” y los objetivos con los que se han desarrollado en las diferentes formaciones económico-sociales.

    Se propone de esta forma dar a conocer, con un orden cronológico definido, una serie de hechos de esta historia, que deben enriquecer el conocimiento elemental de la misma y contribuir al análisis que se pretende, sobre los contextos en el presente.

Desarrollo

    En la comunidad primitiva, según Julio Fernández Corujedo, “Para poder subsistir en su lucha contra la naturaleza, los animales salvajes y otras tribus, y para poder obtener alimentos, el hombre primitivo necesitó desarrollar habilidades en la carrera, el salto, el escalamiento, la natación, la lucha y el lanzamiento, primero de objetos indeterminados, luego de lanzas y flechas”.

    Cuando como parte del fortalecimiento del espíritu de comunidad tribal, aparecen las primeras manifestaciones de educación militar, se perfecciona entonces la realización de muchas de estas actividades, tales como: disparar con el arco, utilizar las lanzas, montar a caballo, nadar, correr con cierta habilidad, realizar saltos, trepar y otras, que pueden considerarse bases del deporte y la cultura física de la actualidad.

    Se puede decir también que hasta el espíritu competitivo de los deportes actuales se engendró en tan lejana época a través de las ceremonias de “Iniciación”, donde estaban inspirados los involucrados, por la admiración y el prestigio que les daba el tener una preparación óptima para participar plenamente en la vida de la sociedad.

    Es necesario tener en cuenta también los fines con que la actividad física y el deporte se utilizaron en las antiguas civilizaciones.

    En China, treinta siglos antes de nuestra era, a los ejercicios corporales se les atribuía una extraordinaria influencia higiénica, preventiva, sanitaria y patriótica.

    Su principal método, el Kong-Fu, con un basamento profundamente religioso, tenía el propósito de curar enfermedades y debilidades, con el criterio de que un cuerpo robusto y bien formado puede servir mejor al alma, uniendo la actividad física con la mental.

    Por otra parte, en la India, las actividades físicas con propósitos de prepararse para la guerra o con carácter religioso, eran manifestaciones no organizadas, sin objetivos definidos hacia la atención corporal.

    A ellos se les asigna el origen del polo y el ajedrez. Este último fue creado hace más de dos mil años por el brahmán (sacerdote) Sissa, sabio humanista de ideas progresistas.

    En el Código de Manú, uno de los más importantes libros de una serie, donde se condensan las fórmulas de conducta del pensamiento social brahmánico, se habla acerca de la organización de actividades físicas en ejercicios militares con o sin armas, incluyendo lanzamientos de lanzas y arquería, luchas, carreras, saltos y los bailes relacionados con las ceremonias religiosas.

    Según los Vedas (libros sagrados de la India primitiva), el ejercicio preferido por los hindúes era la lucha, que la practicaban cubriéndose sólo el vientre de los golpes.

    En cuanto a los ejercicios militares, éstos, que se clasificaban en dos tipos: con armas y sin armas, incluían el manejo de la lanza como arma favorita para la infantería y el tiro con arco y flecha. La carrera, el salto, la natación y la lucha cuerpo a cuerpo, formaban el segundo grupo.

    Además en la India se desarrolló la práctica del Yoga, basado en la realización de complejos ejercicios físicos que ponen de manifiesto el dominio del “cuerpo por el alma”.

    En Egipto, otra de las civilizaciones antiguas más desarrolladas, hay evidencias de la existencia de variados juegos y bailes, ejercicios gimnásticos, carreras, saltos, lucha, levantamiento de peso, actividades acrobáticas y natación: formas deportivas estas que, se supone, crearon un sistema de ejercicios físicos más o menos desarrollado a través de los años.

    Como la inmensa mayoría de las civilizaciones de todas las épocas históricas, los egipcios parecen haber utilizado, de manera general, para sus juegos la pelota, elemento decisivo para el desarrollo de estas actividades y su derivación gradual hacia los deportes perfectamente estructurados de hoy, esencialmente los de conjunto.

    También se habla de un tipo de esgrima con bastones, posible fuente de los ejercicios para los deportes de combate, de uso en otras civilizaciones como China.

    Hubo también levantamiento de pesos, presumiblemente con bolsas llenas de arena, escenas de boxeo, natación y remo; todas de carácter utilitario y natural, aunque la forma alargada de los botes, sugiere la idea de competencia, antepasado de los actuales eventos de remo. Otro aspecto importante era la afición de los egipcios por los masajes, con carácter estrictamente higiénico, por lo que se puede observar que no fueron tan estériles las actividades físicas de los egipcios, aunque nunca tan masivas como en China o especialmente en Grecia. Es de señalar también que en todos estos casos, la práctica de ejercicios físicos, juegos o deportes de aquella época, era exclusiva para las clases pudientes.

    Se puede concluir entonces, que el deporte en sus inicios nunca contempló la actividad comercial, ni económica como uno de los propósitos de su práctica.

    Ahora, para los fines de este trabajo, se hace imprescindible detenerse en Grecia, que bien merece un análisis detallado ya que es quien más ha legado al deporte moderno y quien tiene el patrón de lo que sucedió en aquella época y que se está repitiendo en la actualidad, lo que en otro contexto histórico y con nuevas variantes representativas de la codicia y ambición desmedida del hombre, que es capaz de destruir hasta su propio hábitat.

    Cuando se profundiza en el estudio de esta historia en Grecia, se puede constatar que este pueblo se caracterizó, no sólo por el desarrollo como región esclavista de la época, sino también por el gran auge y evolución del deporte, por lo que se dice que fue una potencia en este sentido.

    Basado en su mundo mitológico, donde convivían las pasiones y las obras de los seres humanos se erige la vocación del pueblo griego por los deportes, con una alta concepción ética que se deriva de su religiosidad politeísta.

    María de Castro al referirse a este tópico plantea: “Un paradigma excepcional acude a nuestras mentes siempre que se aborde cualquier tema sobre el atleta en la antigüedad: el atleta de la Grecia antigua. Conviene aclarar que en el concepto de antigüedad se agrupan otras culturas tanto orientales como occidentales, pero ninguna como la griega para hablar sobre una ética y una conducta del atleta que durante siglos constituyó el orgullo y el más alto ideal del honor otorgado a un mortal a través de su vida…”

    El valor, la astucia y la fuerza: las tres virtudes fundamentales que caracterizaban al pueblo helénico y por ende, a sus atletas; eran la herencia directa de Aquiles, Odiseo y Hércules, los tres héroes principales de la Hélade (así llamaban a su país los griegos antiguos).

    Para hablar de las funciones que desempeñaban las actividades físicas y los deportes en Grecia hay que hacer distinción entre Atenas y Esparta, sus dos grandes ciudades-estado clásicas. En Esparta, cuyo pueblo era enérgico y violento hasta el tormento, el fin era la férrea educación guerrera, mientras en Atenas se decía que la educación física debía estar entrelazada con la educación moral y la intelectual. No obstante, sin tener en cuenta los diferentes propósitos de la preparación física en una u otra ciudad, se comienzan a celebrar los llamados festivales para honrar a sus divinidades, donde la actividad fundamental era la competencia deportiva. Fueron estos festivales los que dieron lugar a los llamados Juegos Panhelénicos o Concurrentes y sobre los que María de Castro comentara: “Estos festivales marcados por un profundo significado religioso, alcanzaron pronto gran auge y popularidad y se convirtieron en panhelénicos, así como en el símbolo de la ambición de todo hombre libre y griego. Los más famosos fueron los de Olimpia, celebrados cada cuatro años en Olimpia, la ciudad santuario…”

    Es importante partir del precepto de que para el pueblo griego el deporte tenía una finalidad triple: la expresión religiosa, el medio para obtener fuerza física y la posibilidad de dar belleza al cuerpo. Desde luego que, después de la relevancia adquirida por los Juegos Olímpicos Antiguos, se pudiera añadir otra finalidad: la de glorificarse al vencer, dado el respeto, admiración y veneración que obtenían todos los ganadores.

    Otro hecho relevante de estas celebraciones es la Tregua Sagrada, suscrita entre los reyes de territorios beligerantes en tan remoto tiempo, como lo es el año 884 a. C. y que fueron capaces de respetar por encima de todos los demás intereses.

    En lo referente a los valores éticos y morales se puede comenzar por el juramento que debían hacer los atletas y sus familiares ante el heraldo encargado de dirigir este acto y la multitud allí congregada. Este incluía la confirmación de haberse preparado durante el tiempo requerido y el compromiso de no recurrir a ningún ardid ni acto deshonroso para salir triunfadores, aludiendo así al soborno del contrario y la corrupción de los jueces. Otra acción adorable era la obligatoriedad de no matar al contrario voluntariamente o por descuido en la lucha y el boxeo, si no querían perder el premio y ver coronado el cadáver de este. También se obtiene mucha enseñanza en este aspecto, al conocer el rígido reglamento de estos antiguos juegos, a pesar de las limitaciones por su carácter clasista y por la discriminación de la mujer, ya que su esencia está dada por la exigencia ética y moral.

    Baste conocer que la tardanza privaba al atleta de su participación, pues denotaba falta de interés y seriedad, por lo que, por destacado que fuera ese atleta, no se hacían concesiones. Otro aspecto era el estricto respeto a la integridad del adversario en los deportes más violentos, lo que citando a Martínez de Osaba, “…exalta a este pueblo que, en época aún de barbarie y salvajismo en muchos otros, respetaba la vida ajena, resguardando a los contendientes ante la casualidad”. La prohibición de intimidar o sobornar al contrario y el castigo a la sola intención de estorsionar a los helanódices (jueces), son otros aspectos dignos que, unidos al del respeto al fallo de estos y la contemplación de no poner en peligro la solemnidad de los juegos con una reclamación pública, dice mucho del alto sentido de la moral y la ética que poseían los griegos.

    Si se comparan con los Juegos Olímpicos Modernos, se verá la pobreza de espíritu del hombre actual, que se empequeñece en su época, al no poder lograr altos valores que un pueblo de la antigüedad enalteció con firmeza durante más de mil años.

    Otro de los aspectos a tener en cuenta, como hecho histórico que refiere acontecimientos actuales, que pueden llevar a la debacle de los Juegos Olímpicos Modernos, es el análisis de las causas que dieron origen a la decadencia de estos Juegos Olímpicos Antiguos. En el texto de Martínez de Osaba se plantea que el hecho de que en muchos casos los vencedores en estos juegos fueran pensionados hasta la muerte, llevaba el germen de su descomposición, al introducir el virus del interés material en los atletas, del que no se han despojado nunca. Esto se ve reflejado en varios párrafos de este texto, como por ejemplo donde se enuncia: “Los Juegos con el tiempo fueron perdiendo su carácter, en un proceso de descomposición gradual, que los llevó de la decadencia interna, a su propia desaparición”.

    Otro párrafo plantea: “Un elemento esencial en este proceso de decadencia, fue el excesivo afán de victoria, que no trajo pocas dificultades y, junto a ella, la proclamación como semidioses a más seres humanos por sus méritos deportivos, germen de ambición y lucro con la estimulación material…”

    Por último se dice: “Si al principio sólo los ricos podían competir, por sus recursos económicos, al pasar a manos de las ciudades estados el sostén de los competidores, costeando la preparación de las delegaciones, se recompensó desmesuradamente a los triunfadores, en lo que podemos llamar el primer paso para el profesionalismo deportivo, que invadió a las instalaciones olímpicas y, lo que es peor, el alma del heleno, que sufrió una metamorfosis que comenzó a influir sobre los verdaderos Juegos”.

    Al analizar todos estos planteamientos y teniendo en cuenta que el texto de referencia es el producto de un profundo estudio científico, desde bases sólidamente objetivas, se puede concluir que el germen de la bien llamada derrota universal del deporte, o sea de la desaparición de los Juegos Olímpicos Antiguos, no es otro que la recompensa material que alimentó las ambiciones y codicias de los atletas de esa época, que a la larga, con el edicto de Teodosio o sin este, harían imposible la continuidad de los mismos.

    Algo similar en su esencia, pero de mayor embergadura sucede en la actualidad con los Juegos Olímpicos Modernos, que han ido cediendo espacio a todos los procederes viciados y movidos por los afanes de lucro y el mercantilismo de las clases pudientes y los países ricos del mundo, acrecentando así las pretensiones, que van llenando el globo del descrédito y la inmoralidad y apartándose de los nobles propósitos iniciales con los que Cubertin rescatara estas competiciones olímpicas.

    En países como Cuba, el deporte tuvo un pobre desarrollo en el siglo XIX. Solo los hijos de algunas familias adineradas que emigraron durante las guerras independentistas de la época, al regresar dominaban técnicas y reglas de algunos deportes que tuvieron la oportunidad de conocer en los Estados Unidos de América o en Europa. A finales de este siglo es que comienzan a surgir los primeros gimnasios que, de cierta forma, contribuyeron a un desarrollo incipiente del deporte en la Cuba de esa época. Luego, en la primera mitad del siglo XX, su precario avance se vió minado por la corrupción y el poco apoyo del gobierno a quienes pretendieron en algún momento fomentar la práctica del deporte en esta etapa.

    Solo a partir del primero de enero de 1959, cuando se produce un proceso de cambios radicales en Cuba, que favorecen los nobles empeños de la mayoría de sus ciudadanos, constituída fundamentalmente por los pobladores más humildes de esta isla, es que el deporte se ve incluído en esas transformaciones.

    Puede decirse que desde los primeros días de esta nueva etapa, surge ya la preocupación de su líder histórico, Fidel Castro Ruz por la situación de esta entidad en el país, muestra de esto es que tan tempranamente como el 13 de enero del propio año 1959, expresó: “El juego debe acabarse en todas sus formas comerciales…” y más adelante, el 29 de ese propio mes y año dijo: “Es preciso que en lugar de un centenar de atletas haya decenas de miles…”

    Este último planteamiento pone en evidencia que desde un principio el objetivo, ya concretado, era llevar esta práctica a todos los rincones del país, teniendo como principal premisa la salud de todo el pueblo y la recreación sana de niños, jóvenes y adultos, e incluso de las personas de la tercera edad. Sobre esto, él también expresaba el 8 de agosto de 1962: “El deporte le interesa mucho al pueblo, a la salud del pueblo, a la capacidad del pueblo en todos los órdenes, porque tiene que ver con el desarrollo físico y mental de los ciudadanos, con la formación del carácter de los ciudadanos…”

    Más adelante, el 22 de agosto de 1963 dijo: “El deporte cultiva los músculos, educa el carácter, desarrolla la inteligencia, hace ciudadanos más saludables y más preparados en todos los sentidos…”

    Dada la importancia que se le concede al deporte desde el principio de este proceso, se crean nuevas instituciones que se dedican a concretar todos los proyectos necesarios para desarrollarlo. Una de las entidades más importante creadas en esta etapa, es el Instituto Nacional de Deporte y Recreación, (INDER) que ha promovido acciones y establecido sistemas como el de La Cultura Física y el Deporte.

    Este Sistema se basa en los beneficios que le reporta al hombre la práctica del deporte como medio de lograr una calidad de vida superior y ha sido el motor impulsor de toda la infraestructura que se ha creado con vistas a masificarla.

    Fidel decía en un discurso que pronunciara el 4 de septiembre de 1964: “La educación física es parte esencial de la educación integral de los niños…” y agregaba: “Esto significará un gran auge para la salud y para las condiciones físicas de nuestros jóvenes; significará beneficios inapreciables, del cual siempre estarán agradecidos a sus maestros…”

    Otras de sus expresiones que grafican la estrategia seguida en Cuba para el desarrollo del deporte a partir de 1959 son las siguientes: “Se hacía evidente que nuestros deportes necesitaban una base más sólida en la educación física de nuestra juventud, en las competencias internacionales y en los eventos deportivos en general…”

    También dijo: “No el deporte como medio, sino el deporte como fin en sí mismo, no el deporte para una minoría, sino el deporte para todo el pueblo…” (19-11-61).

    “El deporte no es un lujo ni un privilegio de minorías, el deporte debe ser derecho y oportunidad de todos los ciudadanos…” (8-8-62).

    A pesar de las limitaciones económicas, en este país se invierten grandes recursos financieros y humanos que garantizan la sustentabilidad de este Sistema de la Cultura Física y el Deporte.

    Muy reciente al inicio de este proceso, el 16 de diciembre de 1960 Fidel expresaba: “Los buenos atletas deben salir de las masas trabajadoras, los buenos atletas deben salir de las clases humildes del pueblo, porque son capaces de sacrificarse; de ser constantes, de ser tenaces, de tener todo el entusiasmo y todo el interés que se requiere para ir a una competencia y triunfar…”

    Esto explica, en parte, el por qué del éxito de Cuba en los grandes eventos competitivos internacionales, ya que todos los sectores de la población se ven involucrados y aportan sus talentos en las diferentes manifestaciones deportivas.

    Otra de las características del deporte en Cuba, son los principios éticos y morales en los que se basa su práctica, que no dan cavida a los grandes males que afectan al deporte en la actualidad como son el deporte profesional que denigra al atleta al ser tratado como una mercancía, sin tener en cuenta su integridad física ni su salud mental, el lucro, el mercantilismo, la nacionalización de deportistas foráneos, entre otros.

    Sobre esto Fidel expresaba: “Un atleta olímpico no es un vulgar instrumento de prestigio internacional, un objeto que se compra y vende en el mercado,una basura que se usa y después se tira a la basura; es ante todo un ser humano que tiene padre y madre, esposa e hijo, hermano, amigos, admiradores, orgullo por el reconocimiento que ganó con su esfuerzo y sus sobresalientes méritos”.

    El 14 de enero de 1962 acotó: “Nuestros atletas dejarán de ser mercancía para convertirse en jugadores símbolos de nuestro deporte y netamente aficionados…”

    Otra de las aristas del deporte en Cuba es su colaboración internacional que contempla la ayuda al desarrollo de esta institución (el deporte) en cualquier confín del planeta donde sea solicitada.

    Se concretan así los nobles deseos y anhelos de las personas dignas, que basan su actuación en sólidos valores y principios como los que durante siglos primaron en el pueblo helénico y que les permitió sustentar estas competiciones por tan largo período de tiempo.

    Sería improcedente que un país que sigue una política de tanto respeto al ser humano, a su salud e integridad física, a la educación basada en principios y valores que enaltecen al hombre y lo convierten en seres virtuosos y capaces de luchar en todos los sentidos por la paz, la solidaridad humana, el amor entre los pueblos y ponerse siempre al lado de la razón y de las acciones que conlleven a la existencia de un mundo mejor, cediera ante los flagelos que afectan al deporte a nivel mundial.

    No obstante, se debe reconocer que la actuación de este país en las competiciones internacionales, entre ellas en los Juegos Olímpicos, lo involucran en este mundo séptico del deporte mundial, teniendo así que adoptar nuevas concepciones en cuanto a sus atletas, la preparación de éstos y su participación en las mismas.

    Esto, desde luego no lo ha librado de todos los males que sufren los países subdesarrollados del planeta, como es el robo de talentos, la imposibilidad de acceder a ser sede de grandes competiciones y otros problemas que hoy constituyen un reto para la cultura física, no solo en Cuba sino en todos los países afectados por estos azotes al deporte en la actualidad. Se hace necesario buscar otras vías para lograr atletas en óptimas condiciones y con una alta calidad competitiva, que no sea el profesionalismo, la nacionalización, el robo de talentos, etcétera.

    Los Juegos Olímpicos Modernos y demás competiciones deportivas internacionales, sólo tendrán larga vida si se mantienen los preceptos con los que fueron creadas, pues por experiencia, se puede plantear sin temor a equivocaciones, que de no ser así, estas culminarán inexorablemente con una segunda “derrota universal del deporte”, pues lo que se practique ya no podrá ser sostenido ni se podrá nombrar con el mismo sustantivo.

    Al respecto Fidel expresó el 8 de agosto de 1962: “Se hace negocio con el espíritu del atleta, con el esfuerzo del atleta, y se convierte, incluso al atleta, en propiedad privada de corporaciones. Eso no es el espíritu deportivo…”

    Y para culminar estas reflexiones acerca de las características del deporte cubano, nada más valedero que este fragmento del mismo discurso de Fidel citado en el párrafo anterior, donde expresa el anhelo de muchos hombres y mujeres amantes del deporte en todo el mundo: “Nosotros quisiéramos… y algún día será así…unas olimpiadas donde participen los pueblos, todos los pueblos, con el mismo espíritu deportivo…”.

Bibliografía

  • Cagigal, José María. El deporte en la sociedad actual. Editorial Prensa Española. Madrid, 1973.

  • Durantez, C. Olimpia, Historia de los Juegos Olímpicos Antiguos. Comité Olímpico Español. Madrid, 1975.

  • Guttman, A. From Ritual to Record. The Nature of Modern Sport. Columbia University Press. Nueva York, 1978.

  • López Alfonso, Julio E. Sociología del deporte. Selección de lecturas para la docencia. Editorial Deportes. La Habana, 2004.

  • Martínez de Osaba y Goenaga, Juan A. Cultura Física y Deportes, génesis, evolución y desarrollo hasta la Inglaterra del siglo XIX. Editorial Deportes. La Habana, 2006.

  • Martínez de Osaba y Goenaga, Juan A. Evolución y desarrollo del deporte (del siglo XIX hasta Sydney 2000). Editorial Deportes. La Habana, 2004.

  • Torres de Diego, Mario. Fidel y el Deporte. Selección de pensamientos 1959-2007. Editorial Deportes. La Habana, 2007.

Outros artigos em Portugués

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 18 · N° 188 | Buenos Aires, Enero de 2014
© 1997-2014 Derechos reservados